sobre la fascinante teoría de Bernardo Kastrup
Kastrup defiende lo que llama "idealismo ontológico", una visión que considera que la conciencia no sólo es una propiedad fundamental del universo, sino que es el universo.
Dicho de otra forma, el universo físico es sólo el aspecto extrínseco de la conciencia universal, y cada persona es sólo una excitación dentro de esa conciencia universal.
Kastrup antes había esbozado una metáfora para explicar esto:
En un artículo reciente (Could Multiple Personality Disorder Explain Life, the Universe and Everything?) publicado en la revista Scientific America, Kastrup ha encontrado una nueva analogía, invocando el trastorno de identidad disociativa o desorden de personalidad múltiple para explicar lo que ocurre con esta conciencia universal que nosotros experimentamos de manera separada, como personas entre una multiplicidad de otros.
Kastrup cita un caso clínico reportado por médicos alemanes en el que se registró la actividad cerebral de una mujer que padecía desorden de personalidad múltiple, y entre sus personalidades disociadas había una que decía estar ciega.
Al medir la actividad cerebral cuando esta personalidad (o alter) se instalaba de manera dominante, los médicos notaron que la típica actividad cerebral asociada con la vista no estaba presente, incluso cuando tenía los ojos abiertos.
En otro estudio se comparó el sello neural de actores que fingían tener un trastorno de personalidad múltiple y pacientes que realmente tenían este trastorno. El estudio halló que existe una diferencia característica y comprobó que dicho trastorno disociativo es real.
Al menos en lo que
respecta a la actividad cerebral, estas personas, como intuyó el
poeta Rimbaud ("je sui un autre"), realmente son otras.
Kastrup cree que esta constante creatividad de "unidades personales de percepción", es decir, de personas como tú y como yo (y todas las personas de las cuales cada uno puede estar compuesto), es una propiedad de la conciencia misma.
Kastrup cree que esta
idea puede explicar mejor que el fisicalismo, la
naturaleza de la realidad.
La ciencia actual simplemente no tiene una forma de explicar cómo puede surgir del "mero acomodo de cosas físicas" lo que se siente ver el rojo de un atardecer, el calor del fuego, el sabor de una manzana, etc.
No se puede deducir, dice Kastrup, a partir de las propiedades de la materia ni de la manera en que las partículas subatómicas se ordenan en el cerebro la sensación de estar consciente, de la experiencia cualitativa que es lo más íntimo e inobjetable que existe para el ser humano.
Pues, como dice el físico Andréi Linde:
Una teoría que ha ganado tracción recientemente - aunque en realidad es una versión científica de una idea muy vieja:
Esta teoría trata de librar el problema mencionado postulando que la materia tiene desde el principio una cualidad de experiencia, un tipo de mente, incluyendo a las partículas subatómicas.
El problema con esto, dice Kastrup, es que este tipo de panpsiquismo no logra explicar cómo se combinan las partículas subatómicas o "puntos de vista subjetivos de baja escala" para producir "puntos de vista subjetivos de alta escala", como el de los seres humanos.
Kastrup cree que una forma de eliminar este problema, llamado "problema de la combinación", es simplemente proponiendo que en realidad la conciencia no está fragmentada, como parece estarlo la materia.
En su teoría la conciencia se extiende no sólo a toda la materia sino, de manera ilimitada, a todo el tejido del espacio-tiempo.
Esto mismo ha sido llamado "cosmo-psiquismo", pero Kastrup prefiere el nombre más conocido de "idealismo", al cual califica como "idealismo ontológico" y con el que se opone al panpsiquismo que después de todo puede interpretarse como una forma de materialismo o fisicalismo.
La teoría de Kastrup prima la conciencia:
Se trata, hay que decirlo, de una definición elegante.
La conciencia es la totalidad del universo, pero esta vida consciente universal tiene la capacidad o la creatividad intrínseca de disociarse en formas innumerables que sólo en apariencia son otros, alters.
De la misma forma que en
el fondo
Dr. Jekyll y Mr. Hyde, por
citar un caso famoso, son el mismo ser, tú eres lo mismo que la
conciencia del universo y todas las cosas. En cada uno de nosotros
el universo juega un juego de rol.
Por ejemplo, en el tantrismo shaiva, el despertar consiste en disolver la falsa identidad individual separada y retomar la identidad de la conciencia universal; en que el practicante se reconozca como el propio dios Shiva, experimentando su propia creación de manera indivisible.
Kastrup explica, como si fuere, el otro lado de la moneda:
La conciencia disociada
es el sueño; la conciencia universal unificada es el despertar.
Uno come un fruto dulce, mientras el otro le observa.
La escritura nos dice que el que come es el alma individual (jiva) y el que mira es el espíritu universal, uno el ser finito y el otro el ser infinito, los cuales, sin embargo, tienen una relación de interdependencia. Aunque es el individuo el que come, quien realmente goza es el que mira.
En un precioso poema sobre esta imagen, el poeta Amal Kiran personaliza,
La idea fundamental aquí, que se encuentra en toda la espiritualidad hindú, una espiritualidad en la que el gozo (ananda) es una categoría ontológica formando una especie de trinidad junto con el Ser (Sat) y la Conciencia (Chit), es que la conciencia universal (el Purusha) goza a través de todas las personas en las que encarna en el mundo material, es un único gozador en el fondo de toda experiencia, la cual aparenta ser múltiple.
Esto no necesariamente significa que la multiplicidad sea una ilusión; se entiende mejor diciendo que la multiplicidad - o la disociación en múltiples personalidades - es el vehículo para el gozo de la conciencia universal.
En una conocida analogía de la filosofía samkhya se dice que la conciencia es coja y que la materia o la naturaleza es ciega; así entonces, la conciencia se trepa sobre la naturaleza y ambas experimentan el mundo en una feliz asociación.
No obstante, desde la
perspectiva del
Vedanta, a la cual se acerca más
Kastrup, la naturaleza (o la materia) no tiene una existencia
independiente de la conciencia, es sólo una manifestación extrínseca
que es tenida como real sólo hasta que no es reconocida como
conciencia, como el eterno sujeto detrás de toda experiencia.
Con esto no quiero decir que Kastrup haya tomado sus ideas directamente del hinduismo - aunque he visto que rápidamente él mismo reconoce las similitudes.
Es probable que haya llegado a conclusiones similares por su propia cuenta.
En sus libros Kastrup demuestra que estas ideas, hayan surgido del razonamiento empírico o de intuiciones místicas, pueden formularse de manera coherente en un lenguaje filosófico informado por los postulados más recientes de la física y la neurociencia.
Así que esta similitud sólo fortalece lo que es ya un modelo sólido en sí mismo.
De cualquier manera, hay que decir que el trabajo de Kastrup es sin duda uno de los más estimulantes de los últimos años en los estudios de la conciencia. Mientras que la ciencia conoce con cierta solvencia la naturaleza de las galaxias y las estrellas y demás fenómenos distantes, no tiene realmente un modelo medianamente satisfactorio para entender la conciencia.
Esta negligencia es
síntoma del materialismo científico que tiene en el abandono
a la experiencia subjetiva, aquello más íntimo e importante para el
ser humano...
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