por Cristina
Valenzuela del Sitio Web PrepareForChange para creer que somos menos de lo que realmente somos...
Esa energía se está
introduciendo deliberadamente en nuestro mundo para mejorar y afinar
rápidamente la conciencia humana en múltiples niveles de la
realidad.
Una influencia masiva de
radiaciones cósmicas, cada vez más importantes, aporta patrones y
códigos de soluciones pacíficas y verosímiles para los retos que
estamos afrontando a nivel global, revelando a la humanidad una
comprensión más amplia del diseño de la existencia.
La multiplicación del caos y de la confusión en la sociedad mundial está estimulando a la humanidad para que despierte y vea un orden superior de valores.
Somos más fuertes de lo
que creemos y, teniendo esto en mente, debemos permitir que
el Multiverso nos gratifique con
algo extraordinario y más grande de lo que nos podemos imaginar.
Desde nuestro punto de vista, desde la Tierra, el Sol y la Luna parecen tener el mismo tamaño:
Las posiciones precisas de la Tierra, de la Luna y del Sol permiten que ciclos de eclipses ocurran periódicamente y ejerzan un profundo y poderoso impacto sobre todo el sistema de la naturaleza.
Los eclipses suceden según determinados ciclos que metódicamente interrumpen el ritmo normal de los patrones firmemente establecidos entre la luz del día y la oscuridad.
Los eclipses inician cambios al estimular nuevos niveles de una intensa interrelación:
El eje oblicuo en relación con la órbita del Sol provoca el cambio de estaciones:
Nuestros cuerpos crecen
gracias a la luz solar. Hasta el sistema de la naturaleza funciona
gracias a las vibraciones de luz pulsante.
Este equilibrio aparente entre las horas de luz diurna y la oscuridad funciona como un botón de reset para realinear y actualizar tanto el sistema de la naturaleza como el de la humanidad.
Nuestros cuerpos crecen
gracias a la luz solar; todo el sistema de la naturaleza funciona
gracias a las vibraciones de luz pulsante.
Cada año, durante la primavera, la naturaleza satisface su promesa de renovación.
Cuando el campo se despierta de su sueño invernal, también nosotros despertamos.
Las células de nuestro
cuerpo advierten el aumento de luz y responden empujando suavemente
nuestra conciencia para que se estire y alcance la realidad externa,
para ponerse en marcha, para manifestar las ideas sobre las que
hemos estado reflexionado durante las lunas más tranquilas del
invierno.
Cada primavera, nuestro cuerpo es estimulado para unirse a las nuevas frecuencias de luz para encontrar y emparejarse con las más intensas e integrarlas en nuestro almacén celular personal de conocimiento.
Nuestra conciencia se
expande junto a la luz, porque las frecuencias de la luz que
penetran en nuestro cuerpo hasta el nivel subatómico están cargadas
de símbolos que transmiten información.
Conforme se alargan las horas de luz diurna, nuestros sentidos se van desarrollando nuevamente y, al igual que las plantas, aprendemos a ajustarlas a los cambios de la atmósfera, que incluyen nuevos niveles de sensibilidad con respecto a las radiaciones del espectro sostenido por la luz.
La radiación es energía que se emite en partículas o en ondas y que se aparta de su fuente.
En el Cosmos, la energía
emitida por un cuerpo es transmitida mediante la longitud de onda a
lo largo del espectro electromagnético a través del espacio para ser
absorbida por otro cuerpo.
Cuanta más alta sea la frecuencia, más corta será la longitud de onda:
Nosotros somos una fuerza
cósmica que produce su propia forma de radiación gracias a los
pensamientos y sentimientos.
En este momento, vivir en la Tierra supone aprender cómo manejar la energía desde la perspectiva del cuerpo físico.
Aceptar la creciente toma de conciencia de que el pensamiento crea la realidad constituye el fundamento para la transformación de la conciencia y del despertar espiritual de la humanidad.
Aunque existan otras
formas de inteligencia cósmica que ofrecen su sabiduría superior
para que podamos navegar por estos tiempos, es nuestra
responsabilidad elevarnos por encima de la permanente tiranía del
miedo y aplicar el poder de nuestra mente consciente para crear la
realidad.
El continuo flujo de intensa energía cósmica activará nuevos grados de conciencia emocional y expresión que, a su vez, desarrollarán nuestra sensibilidad psíquica.
Estas energías nos estimula a alcanzar una nueva comprensión de nosotros mismos respecto a nuestro poder para crear sea lo que sea,
También es importante
recordar que para anclar los códigos de una conciencia expandida en
la realidad física tenemos que mantener no solo el equilibrio en
todos los aspectos de nuestra vida, sino también ser conscientes de
cómo comportarnos.
Para dejar atrás el
infinito y aburrido lazo de repeticiones en el camino de
la carencia de poder, tenemos que tomar una decisión y luego
imaginar creativamente nuestro propio éxito.
Al igual que el espacio sideral está lleno de estrellas, a nivel subatómico, en nuestro interior abundan patrones rutilantes de luz. La radiación cósmica viaja por el espectro electromagnético y transporta patrones de energía que son como mapas y heliografías para localizar y construir realidades probables.
Cuando estas poderosas
frecuencias se mezclan con nuestras células, nuestro sistema
nervioso convierte esas señales cósmicas en energía eléctrica, de
manera que los mensajes llegan tanto al cerebro como a todo el
cuerpo en general.
Salen y entran de esta realidad interna al igual que una lluvia de meteoritos que embellece el cielo aterciopelado de la noche.
Del mismo modo que las palabras son símbolos para reflejar ideas, esas luces rutilantes son símbolos que transportan códigos de los patrones para que exista un gran número de elecciones posibles y de opciones para mejorar la realidad física.
No obstante, la decisión es nuestra:
Los códigos y patrones ofrecen instrucciones que las células pueden utilizar para mantener nuestro cuerpo en un nivel superior de conciencia con el fin de que podamos adaptaros a los grandes cambios sociales y de medio ambiente característicos de estos tiempos. Las células pueden leer el medio ambiente.
La célula identifica todo
como frecuencias vibracionales. La energía de la fuerza vital, de
hecho, está en el medio ambiente y pasa por las células para ofrecer
una ilimitada variedad de selecciones potenciales.
El Sol, junto con una selección de otras fuerzas cósmicas, juega el principal papel durante estos tiempos de transformación, ya que entrega frecuencias que nuestro cuerpo, nuestras células y nuestra mente consciente pueden utilizar para mejorar la vida.
Cuando nuestro sistema
solar pase por las nuevas áreas del espacio, el Sol traducirá los
códigos de la conciencia que van apareciendo y los distribuirá
elocuentemente por todo el sistema.
Nuestro ADN está impregnado de un cúmulo de percepciones ancestrales y memorias de otras vidas que sirven como fundamento para nuestra identidad física.
Un sistema interno de comunicación mantiene los órganos, la continuidad de nuestra memoria, nuestra habilidad para moveros y funcionar.
Simultáneamente, evalúa y
mantiene una miríada de comunicaciones entre las situaciones
presentes y futuras que afectan a nuestra actual realidad.
Una nueva visión de eventos pasados, presentes y futuros crea un camino alternativo para la conciencia con el fin de que se mueva, explore, se expanda y sane.
Nuestro cuerpo está funcionado continuamente como un mecanismo que alce los códigos de muchos niveles:
Los patrones son símbolos
y señales que la conciencia puede explorar (como los marcadores de
un mapa, e indican el camino hacia varios cruces cósmicos de energía
donde se funden las realidades).
Para estar completamente al día, los códigos deben ser seleccionados e integrados por nuestra mente consciente.
Una mayor capacidad de
estar atento se basa en la habilidad de leer y discernir símbolos
para reorganizar el significado de los patrones y ciclos.
Cuando prestamos atención al baile de las energías sutiles, la realidad se modifica debido a la intervención de nuestra conciencia.
Nuestras percepciones
alteran el tapiz de la realidad para adaptarse a nuestras
expectativas; cuando confiamos en nuestros pensamientos respecto a
la experiencia de nuevas realidades, creamos una nueva forma de onda
de conciencia, que alberga nuestras intenciones a nivel subatómico y
busca mezclarse con las probabilidades.
Nuestro cuerpo alberga un mapa bien estructurado de fuerzas energéticas entrelazadas.
Dentro de la actual cultura mundial, uno de los problemas del juego de la conciencia en la realidad 3D ha sido olvidar que formamos parte de la existencia.
Tuvimos que romper conexiones con otros niveles de realidad para separarnos durante un tiempo de nuestra mayor identidad y no conocer, aparentemente, los detalles de un plan más amplio a nivel de conciencia.
Aunque existen muchos niveles de juego en este campo, puede resultar definitivamente una tarea dura y amenazante estar, aparentemente, separado de la conciencia de nuestro yo superior.
No obstante, nuestro yo
superior sigue trabajando con nosotros desde un lugar suspendido en
el tiempo para mostrar realidades positivas, con abundantes
propósitos posibles.
Recordemos que el pensamiento consciente es una fuerza poderosa:
Mientras una parte de nuestra identidad está focalizada firmemente en el presente, la conciencia a nivel subatómico hace patente una existencia sin limitación de espacio (es decir, no hay paredes o fronteras que separen el espacio y el tiempo).
Cada momento es importante, ya que alberga insospechadas elecciones:
De hecho, nosotros elegimos las versiones probables de la realidad con la misma facilidad que elegimos lo que queremos comprar en un supermercado.
En un sentido más amplio,
los pensamientos exploran libremente
el Multiverso no limitado por el
espacio y crean nuevas realidades en cada momento pasado, presente y
futuro.
El Multiverso está en continuo movimiento buscando el equilibrio ideal para sustentar cada una de las partes de sí mismo.
Como ahora ya somos plenamente conscientes, parte de nuestro reto consiste en despertar nuestra conciencia para ver un propósito mucho más grande de la vida.
No permanecemos inmóviles
o destinados a una versión destructiva de la realidad (la realidad
es refrescada y nuevamente seleccionada en cada uno de los
momentos). Y esto, queridos amigos, deberíamos recordarlo.
Prácticamente toda la
historia escrita ha sido purgada de los fascinantes aspectos de la
vida que contenían experiencias de versiones paranormales de la
realidad.
Nuestros ancestros sabían que sus sentidos estaban interactuando con la naturaleza y, cuando querían que alguien se ocupara de sus hijos, creaban vórtices energéticos en torno a su árbol favorito.
Entonces podían caminar por el bosque y por el campo manteniendo la comunicación con el árbol, y el árbol utilizaba su propia energía para colaborar con la madre y el padre para vigilar a los niños.
Hace tiempo que la gente
sabía que el sistema de la naturaleza era una parte esencial de la
vida y utilizaban este conocimiento para poder sobrevivir y crecer
en cooperación con el mundo natural.
Mucho más tarde, cuando apareció la revolución industrial, a finales del siglo XVIII, tuvo lugar una separación de la naturaleza aún más importante.
El paso acelerado del cambio económico construía fábricas en las ciudades que, a su vez, crearon un drástico aumento de la población, ya que la gente abandonaba el campo para vivir una vida urbana.
La resultante confusión sistémica dentro de nuestros circuitos celulares se ha convertido en algo nefasto para el crecimiento espiritual de la humanidad.
En los tiempos actuales, la humanidad está profundamente imbuida en el cumplimiento de un crucial acuerdo colectivo para restaurar las capacidades de lectura de los códigos del cuerpo físico.
Al reclamar nuestra heredada habilidad de centrar la atención consciente en torno al campo de la existencia, experimentaremos un conocimiento directo y seremos capaces de distinguir entre la verdad y el engaño.
Es imprescindible que
reclamemos estas habilidades para llegar más allá de los confines
de la realidad física, así como para entender
el poder y la intención de las fuerzas
que nos retan a despertar.
Siempre y cuando se mantenga el sentido espiritual común, una agenda de hechos basados en el miedo no tiene posibilidad alguna de establecerse en una mente despierta.
La atención consciente, queridos amigos, es la clave para desvelar los misterios del Multiverso.
Y, al igual que los "hobbits",
que descubren sus fuerzas durante el viaje por el centro de la
Tierra, también nosotros descubriremos nuestra propia fuerza.
Los conceptos que compartimos con nosotros en estos tiempos cumplen con el propósito de refrescar nuestra memoria y recordarnos nuestro poder de implantar cambios en la realidad física.
Estamos integrando
energías cósmicas con el propósito de restaurar la función de los
códigos específicos de la conciencia dentro de la forma humana.
Durante estos tiempos de cambios de percepción se nos examinará para fortalecer nuestra resolución y demostrar nuestra versión del poder del espíritu humano.
Mientras formas de onda de energía que no podemos ver nos están ajustando, nuestro cuerpo recibe un nuevo circuito que se está perfeccionando para adaptarse a la energía acelerada.
Nosotros elegimos los códigos que más se ajustan a nuestros valores e intenciones. Todas las realidades ocurren simultáneamente, cada una fortalecida por el poder de los pensamientos y emociones invertidas.
De modo que la cuestión más importante se reduce a:
Ampliar nuestra mente más allá del acuerdo colectivo que estructura la realidad 3D es un logro que nos aporta poder personal y que añade mayor conciencia y comprensión significativa acerca de los "porqués" y "para qué".
En cada avenida de la
realidad, resulta imprescindible entender cómo las influencias
gobernantes de las leyes cósmicas y espirituales operan
conjuntamente con los antiguos acuerdos colectivos que guían
nuestra relación en el campo de la existencia, mientras aprendemos
que nuestros pensamientos no sólo crean la realidad, sino que
interactúan a muchos niveles de la mente y en las múltiples capas de
la realidad...
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