por Jesús García Blanca
Número 242 -
Noviembre 2020
del
Sitio Web
Ia801403.us.archive
Origen
Información enviada por
Bazook894
Versión en ingles
Nota:
el autor agradece públicamente a
Juan Pedro Aparicio Alcaraz
su paciente
y minucioso trabajo de colaboración
en la búsqueda de
artículos científicos
y en el tedioso trabajo con el BLAST.
Las secuencias genéticas
usadas en
las PCR para detectar el presunto
SARS-CoV-2 y
diagnosticar los casos de enfermos y muertos que se achacan a la Covid-19 están presentes en decenas de secuencias del propio genoma
humano y en los de un centenar de microbios.
Y eso incluye a los
iniciadores o cebadores, a los fragmentos más extensos tomados al
azar de su supuesto "genoma" e incluso a los llamados "genes diana"
presuntamente específicos del "nuevo coronavirus".
La prueba carece
de valor alguno y todos los resultados "positivos" obtenidos hasta
ahora deberían quedar científicamente invalidados y comunicársele
así a los afectados; y si se trata de fallecidos a sus familiares.
Stephen Bustin, uno de los mayores expertos mundiales en PCR,
asevera de hecho que en determinadas condiciones ¡cualquier persona
puede dar positivo al test!
Lo venimos advirtiendo desde marzo: no se puede disponer de test
específicos para un virus sin conocer los componentes del virus que
se pretende detectar.
Y no se pueden conocer los componentes sin
haber aislado/purificado previamente ese virus.
Desde entonces
seguimos acumulando evidencias de que nadie ha aislado el SARS-CoV-2
y, lo que es más importante, de que nunca se podrá aislar por los
motivos que ya explicamos el pasado mes (lea en nuestra Web - www.dsalud.com
- el reportaje
¿Se puede demostrar que existen virus patógenos?).
Y en
el presente reportaje vamos a ofrecer nuevos datos que confirman que
la RT-PCR no detecta el denominado SARS-CoV-2 como se afirma sino
fragmentos de ARN humano o de gran cantidad de microbios.
Ya explicamos en su momento los numerosos problemas que plantea la
RT-PCR, reconocidos por organismos oficiales como la OMS o los CDC y
por expertos internacionales de prestigio como el doctor Stephen
Bustin quien considera un sinsentido la arbitrariedad a la hora de
establecer criterios sobre resultados o la elección del número de
ciclos porque puede llevar incluso a que cualquiera pueda dar
positivo.
Pues bien, en este reportaje vamos a añadir los resultados de una
particular investigación que hemos realizado a partir de los datos
publicados sobre el supuesto SARS-CoV-2 y sobre los protocolos
avalados por la OMS para el uso de las RT-PCR así como con los datos
correspondientes al resto de los "coronavirus humanos".
Y las
conclusiones son de una gravedad extrema:
ninguno de los siete "coronavirus humanos" se ha aislado realmente y todas las secuencias
de los cebadores de sus respectivas PCR así como las de una gran
cantidad de fragmentos de sus supuestos genomas se encuentran en
diferentes zonas del genoma humano y de genomas de bacterias y
arqueas como, por ejemplo, éstas:
Shwanella marina JCM, Dialister
succinatiphilus, Lactobacillus porcine, Lactobacillus manihotivorans,
Leptospira sarikeiensis, Bizionia echini, Sanguibacteroides
justesenil, Bacteroides massiliensis, Lacinutrix venerupis,
Moraxella bovis, Leptospira saintgironsiae, Winogradskyella undariae,
Acetobacterium puteale, Chryseobacterium hispanicum, Paenibacillius
koleovorans, Tamiana fuccidanivorans, Fontibacillua panacisegetis,
Rufibacter ruber , Skemania piniformis, Chryseobacterium shigense,
Caloramator peoteoclasticus, Cellulosilyticum ruminicola,
Nitrosopumilius evryensis y un largo etcétera...
Vamos a explicar paso a paso la búsqueda que nos ha llevado a tan
insólita conclusión.
¿SE HA AISLADO ALGÚN CORONAVIRUS HUMANO?
Durante la primera mitad del mes de abril, cuando las primeras
investigaciones que realizamos indicaban que el SARS-CoV-2 no se
había aislado y puesto que quienes pretendían haberlo hecho se
basaban en los "aislamientos" de anteriores "coronavirus humanos",
comenzamos a realizar un trabajo minucioso de revisión de esos
pretendidos aislamientos.
Concretamente hemos revisado los supuestos
trabajos de aislamiento de los presuntos coronavirus humanos,
Y estos han sido
los resultados:
Coronavirus
229E
Artículo de referencia:
Dorothy Hamre y John Procknow.
A new virus
isolated from the human
respiratory Tract. Proceedings of the Society for Experimental
Biology and Medicine, 121: 1: 190-193. January 1, 1966.
Puesto que los autores se remiten a otros artículos para explicar el
método de aislamiento - que denominan Complement Fixation (Fijación
del complemento) - consultamos un artículo de referencia para ese
método: el de Janet W. Hartley y otros.
Complement Fixation and
tissue culture assay for mouse leukemia viruses. PNAS, 53(5):
931-938, May 1965.
Pues bien, se trata de un procedimiento ya en
desuso que parte de la reacción antígeno-anticuerpo para detectar
bien uno, bien el otro.
En el caso que tratamos se pretendía
detectar los antígenos del supuesto nuevo virus pero como ya hemos
explicado para ello se necesitan anticuerpos específicos que no
pueden tenerse la primera vez que se quiere detectar un virus.
Coronavirus
OC43
Artículo de referencia:
Paul Lee.
Molecular epidemiology of human
coronavirus OC43 in Hong Kong. Tesis para el Departamento de
Microbiología de la Universidad de Hong Kong, agosto 2007. The HKU
Scholars Hub.
Se extrajo de unos cultivos lo que consideraron ARN viral sin prueba
alguna de que el ARN pertenezca a un virus.
La herramienta utilizada
- un kit de QIAamp - elimina reactivos, inhibidores y contaminantes
pero lo que no puede hacer es determinar de dónde sale el ARN
extraído. Y no hay controles.
Posteriormente se amplifica con la PCR
y se secuencia asumiendo -repetimos- que se trata de información
genética de un virus.
Finalmente al autor se dedica a especular
sobre mutaciones, recombinaciones, genotipos, evolución molecular,
cepas y demás jerga que transmite la idea - no demostrada - de que se
está trabajando con un "virus".
Coronavirus SARS-CoV
Artículo de referencia:
J. S. M. Peiris y otros.
Coronavirus as a
possible cause of SARS. Lancet, 361: 1319-25, April 2003.
En el artículo no hay mención alguna a purificación. Ni siquiera se
habla de filtración o centrifugación.
Solo se afirma que,
"los virus
se aislaron en células de hígado de mono fetales a partir de
aspirados nasofaríngeos y biopsias de pulmón de dos pacientes".
No
hay controles.
Únicamente se menciona "efecto citopático" que se
atribuye a un virus y se hacen PCR para virus y retrovirus conocidos
sin obtener resultados.
Por último se hacen RT-PCR con "iniciadores
aleatorios" y se detecta una secuencia "de origen desconocido" a la
que se encuentra "una débil homología con la familia coronaviridiae".
Luego diseñaron iniciadores para esa secuencia y al testar 44
muestras de pacientes con SARS solo 22 dieron positivo.
Coronavirus NL63
Artículo de referencia:
Lia van der Hock y otros.
Identification of
a new human coronavirus. Nature Medicine, 10, 4 April 2004.
Los autores declaran que,
"la identificación de patógenos
desconocidos utilizando herramientas de biología molecular es
difícil porque la secuencia diana no se conoce de modo que no se
pueden diseñar iniciadores específicos de PCR".
Lo que utilizaron es una herramienta desarrollada por ellos mismos
denominada VIDISCA que según afirman ¡no necesita un conocimiento
previo de la secuencia!
¿Y es eso posible...?
Veamos cómo funciona:
primero se prepara el cultivo y se asume que hay un virus presente
debido al ya comentado "efecto citopático".
La novedad que introduce
este método es que se añaden "enzimas de restricción", unas enzimas
que cortan las moléculas de ácido nucleico por lugares determinados
y siempre por el mismo.
De este modo si tras la acción de esas
enzimas observan muchos fragmentos de ADN o de ARN iguales o muy
similares deducen que procede de un virus ya que el genoma del
huésped presentaría cortes aleatorios mientras que el genoma del
virus presenta gran cantidad de copias iguales por la replicación
del virus.
¿Y es correcta tal deducción?
¡Por supuesto que no!
Esta
suposición (que se suma a la anterior suposición de que hay un
virus) no tiene en cuenta que existen "partículas semejantes a
virus", "partículas semejantes a retrovirus", "retrovirus
endógenos", "exosomas", partículas "extracelulares" e incluso ADN
mitocondrial.
En definitiva, hay multitud de partículas que poseen
las mismas características de reproducción en grandes cantidades que
los "virus" y que, por tanto, pueden falsear los resultados al
producir gran cantidad de copias iguales cuando los cortan las
enzimas tal y como se reconoce en un artículo sobre la técnica VIDISCA titulado
Enhanced bioinformatic profiling of VIDISCA
libraries for virus detective and Discovery (Perfiles bioinformáticos mejorados de las bibliotecas VIDISCA para la
detección y el descubrimiento de virus).
Se publicó en el volumen
263 de Virus Research el 2 de abril de 2019 y sus autores - Cormac M. Kinsella y otros
- reconocen que,
"no se espera redundancia del
inserto VIDISCA a partir del ácido nucleico de fondo del huésped
excepto en el caso de características 'similares a virus', es decir,
alto número de copias como en el ADN mitocondrial".
Coronavirus
HKU1
Artículo de referencia:
Patrick C. Y. Woo y otros.
Characterization
and Complete Genome Sequence of a Novel Coronavirus, Coronavirus
HKU1, from Patients with Pneumonia.
Journal of Virology, 79, 2,
January 2005.
El artículo, increíblemente, comienza con estas palabras:
"A pesar
de una investigación exhaustiva en pacientes con infecciones del
tracto respiratorio no se ha podido identificar una causa
microbiológica en una proporción significativa de pacientes".
El ARN
se extrae de cultivos sin purificar. Y se utiliza una PCR con genes
de coronavirus.
Para la secuenciación utilizan dos bases de datos de
proteínas organizadas en familias, dominios y sitios funcionales - PFAM
y INterProScan - combinadas con dos programas informáticos que llevan
a cabo "predicciones" sobre cómo deben combinarse los nucléotidos.
El texto añade:
"Las secuencias se ensamblaron y editaron
manualmente para producir una secuencia final del genoma viral".
Y
una vez más no hay controles.
Coronavirus MERS-CoV
Artículo de referencia:
Ali Moh Zaki y otros.
Isolation of a Novel
Coronavirus from a Man with Pneumonia in Saudi Arabia.
The New
England Journal of Medicine, 367:19, November 2012.
El material genético se extrae directamente del sobrenadante del
cultivo y de una muestra de esputo con una herramienta llamada High
Puré Viral Nucleic Acid Kit y luego se testa con diferentes PCR para
varios microorganismos conocidos.
No se menciona la purificación y
no hay controles.
En definitiva, lo que se ha hecho con los primeros coronavirus - y
con gran cantidad de otros supuestos virus - es cultivar tejidos
supuestamente infectados - por haber detectado "efecto citopático" - y
a partir de ahí o bien se obtienen unas proteínas que sin prueba
alguna se consideran "antígenos del virus" y cuando estos "antígenos" se detectan en cultivos se interpreta como
"aislamiento", o bien se extraen fragmentos de ácidos nucleicos
asumiendo que pertenecen a un virus.
Ya explicamos en el artículo publicado en el número anterior de la
revista que según el doctor Stefan Lanka el llamado "efecto citopático" es en realidad un efecto provocado por las condiciones
del propio cultivo.
Así se reconoce por ejemplo en el artículo Antibiotic-induced release of small extracellular vesicles (exosomes)
with surface-associated DNA (Producción de pequeñas vesículas
extracelulares (exosomas) inducida por antibióticos con ADN asociado
a superficie) publicado el 15 de agosto de 2017 en la Web de Nature
y firmado por Andrea Németh y otros:
https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC5557920/pdf/41598_2017_Article_8392.pdf
En él se explica que ciertas sustancias - como los antibióticos -
añadidas a los experimentos realizados in vitro pueden estresar los
cultivos celulares de modo que generen nuevas secuencias que no
habían sido previamente detectadas.
Algo que ya había advertido nada
menos que en 1983 la doctora Barbara McClintock durante su
conferencia de recepción del Premio Nobel como puede comprobarse en
https://www.nobelprize.org/uploads/2018/06/mcclintock-lecture.pdf.
En definitiva,
NI UNO SOLO DE LOS SIETE SUPUESTOS CORONAVIRUS
HUMANOS SE HA AISLADO REALMENTE...
Lo único que ha variado entre ellos
son los procedimientos y técnicas de laboratorio que fueron
haciéndose progresivamente más sofisticadas lo que, en este caso, ha
implicado no una mayor exactitud sino una mayor capacidad de engaño
y autoengaño que ha culminado con la fabricación virtual del SARS-CoV-2.
Y la consecuencia obvia de la falta de pruebas de su aislamiento es
que a tales "coronavirus" no se les puede considerar responsables de
ninguna enfermedad.
Es más, todas las pruebas o test - del tipo que
sean - basadas en los presuntos componentes de esos "virus" (ácidos
nucleicos o proteínas) quedan completamente descalificadas como "test de infección" y más aún como
"diagnósticos" de enfermedades.
MÁS PETICIONES DEL AISLAMIENTO SIN RESPUESTA
En el número anterior ya recogimos las respuestas que nos dieron los
autores de varios artículos que se supone describían el aislamiento
del SARS-CoV-2 en las que reconocían que no habían "purificado" lo
que implícitamente supone reconocer que el virus no fue aislado.
Y
ahora vamos a añadir una evidencia más: las respuestas dadas por
diferentes autoridades - políticas y sanitarias - de varios países
sobre la purificación y aislamiento del SARS-CoV-2.
James McCumiskey - autor del libro La última conspiración: el
paradigma biomédico - cuenta que el National Virus Reference
Laboratory (Laboratorio Nacional de Referencia de Virus) de Irlanda
solicitó información sobre ello a la Universidad de Dublín y ésta
respondió que,
"no tiene registros que puedan responder a su
petición".
El director de los servicios legales del laboratorio
insistiría en su petición a la universidad y ésta respondió así:
"La
posición de la universidad es que las materias de debate académico
no pueden someterse a la Ley de Libertad de Información".
De la
petición del NVR se deduce que ellos no han cultivado el SARS-CoV-2
ni lo han purificado.
Solo reconocen haber,
"detectado el ARN del SARS-CoV-2 en muestras para el diagnóstico".
El pasado 22 de junio un grupo de expertos envió una consulta en
términos similares al Primer Ministro británico Boris Johnson.
La
carta estaba firmada por el doctor Kevin Corbett, Piers Corbyn
- profesor del Imperial College de Londres - el ingeniero e
investigador independiente - a quien en su día entrevistamos en la
revista - David Crowe, el doctor Andrew Kaufman, el profesor de
Biología de Edimburgo Roger Watson y el biólogo y químico David Rasnick,
¡y a día de hoy siguen sin recibir respuesta...!
Otra petición similar - en este caso al National Research Council
(Consejo Nacional de Investigación) de Canadá - recibió la siguiente
respuesta:
"No hemos podido llevar a cabo una búsqueda completa en
los registros del NRC así que lamentamos informarle de que no se ha
identificado ningún registro que responda a su petición".
Agregaremos que dos periodistas han estado enviando peticiones
similares - apoyándose en la Ley de Libertad de Información - a varias
instituciones de,
Canadá, Nueva Zelanda, Australia, Alemania, Reino
Unido y Estados Unidos,
...y a 5 de septiembre doce instituciones habían
respondido indicando todas lo mismo:
que no tienen registrado ningún
trabajo que describa el
aislamiento del virus que se supone causa la Covid-19.
Los detalles
y las respuestas pueden verse en,
https://www.fluoridefreepeel.ca/u-k-dept-of-health-and-social-care-has-no-record-of-covid-19-virus-isolation/
BUSCANDO EL ORIGEN DEL FALSO GENOMA
La pregunta que nos hicimos entonces fue:
si las secuencias que se
han ido publicando no pertenecen - como se ha afirmado - a nuevos
virus, ¿de dónde proceden?
Y para tratar de responder a esa pregunta
decidimos realizar una búsqueda con un programa informático llamado
Basic Local Alignment Search Tool (BLAST), herramienta de búsqueda
de alineamientos de secuencias que permite comparar una determinada
con todas las secuencias almacenadas en los Institutos Nacionales de
Salud de Estados Unidos (es pública y puede consultarse en
https://blast.ncbi.nlm.nih.gov/Blast.cgi).
Explicamos paso a paso
lo que hicimos para que el lector pueda repetir la búsqueda por sí
mismo y comprobar los resultados.
En primer lugar recopilamos todos los iniciadores de las PCR
descritas en los protocolos alojados en la Web de la OMS en aquel
momento que eran estos:
-
Protocolo de los CDC de China: utiliza como diana los genes ORF1ab
y N.
-
Protocolo del Instituto Pasteur (Francia): utiliza dos fragmentos
del RdRP (que se supone es específico del SARS.CoV-2).
-
Protocolo de los CDC de Estados Unidos: utiliza tres fragmentos del
gen N
-
Protocolo del Instituto Nacional de Enfermedades Infecciosas de
Japón: es el único que tiene como diana el gen S junto a otros genes
supuestamente compartidos con otros coronavirus.
-
Protocolo de Charité (Alemania): utiliza los genes E, N y RdRP.
-
Protocolo de la Universidad de Hong Kong: utiliza el ORF1b-nsp14 y
el N.
-
Protocolo del Instituto Nacional de Salud de Tailandia: utiliza el
gen N.
A continuación fuimos introduciendo la secuencia de los cebadores
- el que indica el comienzo de la secuencia a detectar (forward) y el
que indica el final (reverse) - en el BLAST para que las buscara en
dos bases de datos: una recopilación de genomas de microbios y la
correspondiente al genoma humano.
LAS SECUENCIAS DEL SUPUESTO SARS-COV-2... ¡ESTÁN EN LOS HUMANOS Y EN
NUMEROSOS MICROBIOS!
Veamos en detalle el procedimiento tomando como ejemplo los
iniciadores del protocolo francés.
Una vez en la Web de BLAST
elegimos Microbes (Microbios) para buscar en las bases de datos de
genomas microbianos y avanzamos página.
Aparece entonces un
formulario en el que introdujimos la secuencia del iniciador forward
del protocolo francés - que es ATGAGCTTAGTCCTGTTG - seleccionamos la
opción Highly similar sequences (Secuencias muy similares) y
pulsamos la tecla BLAST.
Apenas unos segundos después aparecieron
los resultados - hicimos una captura de la pantalla (imagen 1) - y se
nos mostraron 100 secuencias de microbios - en particular de
bacterias y arqueas - con una coincidencia de entre un 77% y un 100%
con un porcentaje de identidad del 100%.
A continuación volvimos a la página de inicio y esa segunda vez
elegimos Human (Humanos) para buscar en el genoma humano, repetimos
la misma operación y tras unos segundos apareció el resultado que
volvimos a capturar (imagen 2).
Y resulta que la secuencia
introducida coincide con 74 secuencias del genoma humano, con una
coincidencia de entre el 66% y el 100% y un porcentaje de identidad
del 100%.
Y eso indica que la secuencia de ese cebador inicial de la PCR que
se supone es específica para el SARS-CoV-2 corresponde en realidad
igualmente,
¡a 74 fragmentos del genoma humano y a un centenar de
fragmentos microbianos!...
A continuación decidimos repetir la operación pero con el cebador
final o reverse -que es CTCCCTTTGTTGTGTTGT– y los resultados fueron
similares.
Como quiera que se trataba de secuencias muy cortas -en torno a una
veintena de letras genéticas o nucléotidos - decidimos probar de
nuevo pero con la secuencia diana que definen esos dos cebadores, es
decir, la secuencia del supuesto genoma del SARS-CoV-2 que se
encuentra entre el cebador de inicio y el del final.
Obviamente para
ello necesitábamos la secuencia que oficialmente se admite como la
del "genoma del SARS-CoV-2" y aunque miles de laboratorios aseveran
haberlo aislado y secuenciado - una afirmación falsa como hemos
explicado en reportajes anteriores - decidimos acudir a la página
oficial del National Center for Biotechnology Information (Centro
Nacional de Información Biotecnológica):
https://www.ncbi.nlm.nih.gov/nuccore/NC_045512.2?report=genbank&to=29903
Una vez en ella localizamos la "secuencia diana", fragmento de 108 nucléotidos situados entre las posiciones 12.690 y 12.797 del
"genoma" y que es ésta:
ATGAGCTTAGTCCTGTTGCACTACGACAGATGTCTTGTGCTGCCGGTACTACACAAACTGCTTGC
ACTGATGACAATGCGTTAGCTTACTACAACACAACAAAGGGAG.
Pues bien, repetimos con ella las operaciones antes descritas y los
resultados volvieron a ser sorprendentes ya que aparecieron de nuevo
un centenar de secuencias de microbios con un porcentaje de
coincidencia del 100% y cuatro secuencias del genoma humano con un
porcentaje de identidad de entre el 83% y el 95%.
Las coincidencias
eran pues menores pero lo trascendente e importante es que seguimos
encontrando fragmentos de la supuesta "secuencia diana" del SARS-CoV-2
tanto en microbios como en nuestro propio genoma.
Realmente atónitos dimos un paso más y probamos con el gen
considerado en ese momento como el más específico del SARS-CoV-2, el
Gen E que se supone genera las proteínas de envoltura y está situado
entre las posiciones 26.245 y 26.472.
Se trata de una secuencia de
227 nucléotidos considerada de las más específicas y es ésta:
ATGTACTCATTCGTTTCGGAAGAGACAGGTACGTTAATAGTTAATAGCGTACTTCTTTTTCTTGCT
TTCGTGGTATTCTTGCTAGTTACACTAGCCATCCTTACTGCGCTTCGATTGTGTGCGTACTGCTGC
AATATTGTTAACGTGAGTCTTGTAAAACCTTCTTTTTACGTTTACTCTCGTGTTAAAAATCTGAAT
TCTTCTAGAGTTCCTGATCTTCTGGTCTAA.
Repetimos con ella las operaciones ya descritas y el resultado fue
aún más sorprendente porque a pesar de su longitud aparecieron otras
cien secuencias de microbios con un porcentaje de identidad del 100%
y 10 secuencias del genoma humano con un porcentaje de identidad de
entre el 80% y el 100%.
Y resultados similares obtuvimos con un
fragmento elegido al azar y con el gen N que dicen corresponde a las
proteínas de la nucleocápside del SARS-CoV-2.
Finalmente decidimos probar con el Gen S que según se afirma es el
que generaría las proteínas estructurales de "espina" que son claves
para la entrada en la célula y posteriormente se consideró como el
gen más específico del SARS-CoV-2.
Por tratarse de un gen cuya
secuencia es mucho más larga - 3.821 nucléotidos entre las
posiciones 21.563 y 25.384 - probamos con dos fragmentos escogidos
al azar dentro de ese gen:
-
el primero - TTGGCAAAATTCAAGACTCACTTTC
- arrojó como resultado otro centenar de secuencias de
microbios y 93 secuencias del genoma humano
-
el segundo - CTTGCTGCTACTAAAATGTCAGAGTGT
- un
centenar de secuencias microbianas y 90 del genoma humano...
Finalmente decidimos probar con los iniciadores del
Protocolo de
Japón, único que incluye secuencias diana del Gen S y como el lector
ya habrá supuesto los resultados fueron una vez más similares:
¡un
centenar de secuencias de microbios y 93 secuencias del genoma
humano con un porcentaje de identidad de entre 94,12% y 100%...!
CONCLUSIONES
La consecuencia de todo lo que acabamos de explicar es clara e
inmediata:
NO HAY NINGÚN TEST VÁLIDO PARA DETECTAR EL SARS-COV-2.
Ni
los test de anticuerpos o antígenos ni los RT-PCR.
E incluimos los
basados en el supuesto gen que se afirma codifica la proteína S1 o
de espiga.
Y eso supone QUE TODAS LAS CIFRAS,
DE "CASOS",
"CONTAGIADOS", "ENFERMOS",
"ASINTOMÁTICOS" O "MUERTOS POR LA COVID-19"
CARECEN DE SOPORTE
CIENTÍFICO Y TODOS LOS "POSITIVOS" SON FALSOS POSITIVOS...
Algo que
debería comunicarse inmediatamente a los afectados y pedir cuentas a
los responsables.
Terminamos añadiendo que en estos test no cree en realidad ni la
propia OMS.
Basta leerse el documento que publicó el pasado 11 de
septiembre como guía de laboratorio para el SARS-CoV-2 titulado
Diagnosis festina for SARS-CoV-2 (Pruebas de diagnóstico para el SARS-CoV-2) - lo tiene en
https://apps.who.int/iris/rest/bitstreams/1302661/retrieve, y en
él se dice literalmente en la página 5 lo siguiente:
"Cuando sea
posible la sospecha de infección activa debería testarse con un test
de amplificación de ácidos nucleicos (NAAT) como la RT-PCR.
Las
pruebas de NAAT deberían tener como diana el genoma del SARS-CoV-2
pero puesto que no existe circulación global conocida del SARS-CoV-1
una secuencia de Sarbecovirus (supuesta especie que incluye al menos
cinco coronavirus humanos y animales entre los que se encuentran el
SARS-CoV-1 y el SARS-Cov-2) es también una diana razonable".
Es
decir, la OMS acepta utilizar para detectar el SARS-CoV-2 secuencias
no específicas.
Y eso no es todo porque el manual dice más adelante:
"Un diagnóstico
óptimo consiste en una prueba NAAT con al menos dos dianas
independientes del genoma del SARS-CoV-2; no obstante, en zonas
donde la trasmisión esté muy extendida se puede utilizar un simple
algoritmo con una sola diana".
El manual de la OMS dice finalmente:
"Uno o más resultados negativos
no descartan necesariamente la infección por el SARS-CoV-2.
Hay una
serie de factores que pueden producir un resultado negativo en un
individuo infectado incluyendo baja calidad de la muestra, haberla
recogido en un momento tardío de la enfermedad, no haberla manejado
adecuadamente o razones técnicas inherentes al test; por ejemplo una
mutación del virus o una inhibición de la PCR".
¿A qué esperan los jueces para actuar de oficio...?
Video
Información
enviada por MJGdeA
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