por Ramiro Grau Morancho
15 Enero
2022
del
Sitio Web
ElCorreoDeEspana
Ramiro GRAU MORANCHO es Graduado Social
(Premio Extraordinario),
Licenciado en Ciencias del Trabajo y Abogado.
Profesor de Derecho del Trabajo y Seguridad Social,
Derecho Penal y Administrativo, en varias Universidades,
Públicas y Privadas.
Ha publicado treinta libros sobre temas jurídicos y
sociales, y miles de artículos en prensa,
diarios jurídicos y revistas especializadas.
Tiene un blog, titulado Navegando Contracorriente, y sus
libros se venden en
https://www.graueditores.com.
Es Académico Correspondiente de la
Real
Academia de Jurisprudencia y Legislación de España. |
No pretendo dar una
lección de derecho constitucional, ni de derecho ordinario, pues no
es el lugar adecuado para ello, ni tampoco explicar derecho a no
juristas, pero cualquier licenciado o graduado en Derecho, a
excepción de la mayoría de los "clientes" de las universidades
privadas, sabe perfectamente que el mal llamado "pasaporte
Covid", es totalmente ilegal, por inconstitucional.
Y debo suponer que también el gobierno totalitario del PSOE-UNIDAS
PODEMOS, pero lo mismo les da ocho que ochenta.
De un presidente del gobierno que ha vulnerado, en varias ocasiones,
los derechos fundamentales de los españoles, y sigue en el cargo,
tan tranquilo, ¿qué podemos esperar?
Absolutamente nada.
Nada bueno, quiero
decir....
Los españoles nos
identificamos, dentro de España, con el documento nacional de
identidad, que debemos portar obligatoriamente siempre que estemos
fuera de nuestras casas, y cuándo salimos a otros países, debemos
llevar el pasaporte, excepto dentro de la UE, que en la mayoría de
los países, sino en todos, basta con el documento nacional de
identidad.
En el ámbito nacional, a falta de pan, buenas son tortas, y caso de
pérdida, sustracción, deterioro, etc., del documento nacional de
identidad, podemos identificarnos también con el permiso de
conducción, de forma alternativa o subsidiaria.
Y nada más...
El mal llamado "pasaporte covid" es un engendro totalitario,
comunista, inventado ex novo, para segregar y estigmatizar
socialmente a los que no hemos querido pasar por el aro de la
vacunación.
El artículo 14 de la
Constitución, en sede de derechos fundamentales, dice que:
"Los españoles
son iguales ante la ley, sin que pueda prevalecer
discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo,
religión o cualquier otra condición o circunstancia personal
o social".
Artículo 18, 4:
"La ley limitará
el uso de la informática para garantizar el honor y la
intimidad personal y familiar de los ciudadanos y el pleno
ejercicio de sus derechos".
Artículo 19:
"Los españoles
tienen derecho a elegir libremente su residencia y a
circular por el territorio nacional".
Y el artículo 9, en
el Título Preliminar de la Constitución, establece que:
-
"Los ciudadanos y
los poderes públicos están sujetos a la Constitución y al
resto del ordenamiento jurídico.
-
Corresponde a los
poderes públicos promover las condiciones para que la
libertad y la igualdad del individuo y de los grupos en que
se integra sean reales y efectivas, remover los obstáculos
que impidan o dificulten su plenitud y facilitar la
participación de todos los ciudadanos en la vida política,
económica, cultural y social.
-
La Constitución garantiza el principio de legalidad, la
jerarquía normativa, la publicidad de las normas, la
irretroactividad de las disposiciones sancionadoras no
favorables o restrictivas de derechos individuales, la
seguridad jurídica, la responsabilidad y la interdicción de
la arbitrariedad de los poderes públicos".
Principios
constitucionales violados, vulnerados y pisoteados por el actual
desgobierno, del primero al último.
En algunos países cercanos, como en Francia, no estar vacunado
supone la total y absoluta prohibición de entrada en las cafeterías,
restaurantes y hoteles, con lo cual se impide, de facto, cualquier
atisbo de vida social, y más en el caso de los franceses, que
piensan que su casa es su castillo, y son reacios a facilitar la
entrada en el castillo de cualquier persona ajena a la familia.
En España, que somos más de bares y cafeterías, muchas personas se
han resignado a vacunarse, para que no les dificulten el acceso a
esos establecimientos.
No me consta que se exija para entrar en las bibliotecas públicas, y
es más, dudo que alguien estuviera dispuesto a participar en el
experimento social de las "no vacunas" para poder entrar en esos
loables templos del conocimiento.
¿Qué se pretende con
esa "obligatoriedad" de tener un documento que jurídicamente no
existe, o ha sido objeto de invento por reales decretos leyes,
normas autonómicas, etc., existiendo amplia y variada
jurisprudencia de los tribunales superiores de justicia sobre la
materia…?
Resulta obvio que varios
resultados:
-
Demostrar quién
manda aquí, y hacernos pasar a todos por el aro.
-
Estigmatizar,
segregar y arrinconar a los que nos apartamos del rebaño –no
diré de borregos, para no ofender a nadie-, y pensamos con
nuestra cabeza.
-
Dificultar la
vida laboral y social de los "no vacunados", de forma que se
nos obligue a volver al rebaño.
Pues en mi caso, y pienso
que en el de la mayoría de los no vacunados, no van a conseguir que
nos vacunemos.
Primero esta nuestra salud, y después los experimentos totalitarios
comunistas.
Y como decía don Eugenio D'Ors, los experimentos con gaseosa.
Al fin y al cabo, soy un admirador de
Benedicto XIII, el Papa Luna,
y más terco que una mula, o en mi caso concreto, que un burro
aragonés.
La situación es muy grave, pues se está intentando someter a la
humanidad, bajo el yugo de la bota totalitaria comunista, y las
personas con valores y principios, creo tenemos el deber cívico
y cristiano de oponernos con todas nuestras fuerzas, de una
forma razonada y razonable.
Claro que, no hay peor sordo que el que no quiere oír…
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