El hormigón se ha impuesto como material de construcción en la civilización moderna, aunque la madera sigue resistiendo e incluso hay quien construye rascacielos a base de madera.
Pero en ambos casos supone un gasto importante de recursos para obtener los materiales y con el tiempo los agentes externos como el clima pueden degradar los materiales.
¿La solución? Hongos...
Unos investigadores que trabajan en un proyecto para la NASA creen que los hongos pueden solucionar nuestros problemas de construcción.
Ladrillos y todo tipo de estructuras creadas a partir de micelio, un interesante sistema utilizado por los hongos para dar forma a su organismo.
Suena a ciencia ficción, aunque en realidad se lleva tiempo estudiando como una posible opción. En 2018 vimos una primera aproximación descubriendo el primer hongo capaz de cumplir con los requisitos para esto.
Las cosas han avanzado y ahora se han mostrado unos primeros resultados de ladrillos hechos mediante biología sintética.
Su composición es,
Tienen hasta un taburete hecho con hongos (tiembla IKEA), aunque de momento el aspecto es algo alienígena.
El "taburete" hecho a partir de este organismo. Antes de su horneado.
¿Cómo es posible hacer estructuras sólidas y resistentes a partir de hongos?
El micelio tiene la propiedad de generar la estructura que da forma al organismo final del hongo, pero no tiene por qué parecerse a una seta.
Además de cambiar su forma, es posible cambiar también el tipo de estructura que se genera para que sea más resistente, más ligera, más blanda... dependiendo de la propiedad que se quiera obtener.
En otras palabras,
Ladrillos hechos a partir de micelia y diferentes residuos orgánicos.
En un alarde de ingenio, han llamado a estos habitáculos 'mush-rooms'.
¿Por qué usarlos en el espacio?
SpaceX tiene esa idea para la colonización de Marte y la NASA también ha planteado interesantes ideas construyendo con una impresora 3D y materiales del entorno, una versión para la Tierra.
La imagen que acompaña este artículo muestra un micelio que ha crecido en condiciones similares a las de Marte.
Por lo tanto, sólo habría que ofrecerle agua al cultivo de hongos.
Una vez crece lo suficiente el cultivo, se frena su desarrollo horneándolo para matar al organismo y solidificarlo más. Con esto también se evita que se pueda contaminar el medio en el que se encuentra.
Agregan que este material puede llegar a ser más resistente que el hormigón actual.
Además de ofrecer la forma definitiva que se busca, el horneado previene que el organismo se siga reproduciendo y contamine entornos tan desconocidos como Marte o la Luna.
Sin embargo,
otra
investigación sugiere que se podrían mantener vivos estos organismos
en un estado de hibernación.
Para evitar que siga creciendo cuando no se desea y para protegerla de factores externos simplemente habría que aplicarle un barniz especial, como llevamos haciendo con la madera durante cientos de años.
De momento siguen siendo proyectos experimentales, aunque no debería sorprendernos si en cuestión de unos años arreglar una grieta de la casa signifique regar la pared.
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