19 Noviembre
2018
del Sitio Web
RT
La escasez de agua potable
obliga
a los vecinos de San Cristobal de las Casas
a beber
más de dos litros diarios de Coca-Cola.
Ruptly
La
mortalidad a causa de la diabetes
aumentó un 30%
en Chiapas
entre 2013 y
2016.
La escasez de agua potable ha obligado a los vecinos de la ciudad
mexicana de
San Cristóbal de las Casas, en el
estado de Chiapas, a saciar su sed bebiendo más de dos litros
diarios
de Coca-Cola, lo que ha disparado
enfermedades como,
Mientras la mortalidad a
causa de la diabetes aumentó un 30% en Chiapas entre 2013 y 2016,
para muchas personas en esta zona de México es más fácil y
prácticamente igual de barato conseguir un refresco azucarado que
una botella de agua.
La
población indígena Tzotzil se
encuentra entre las más afectadas y, según el jefe del Departamento
de Nutrición del Hospital de San Cristóbal de las Casas, Luis
Alberto Ferrera, cinco de cada diez consumen refrescos a diario,
lo que ha desencadenado altas tasas de obesidad y diabetes.
Coca-Cola produce en una planta embotelladora local,
FEMSA, y vende la bebida por todo
el país. Un acuerdo con el Gobierno mexicano permite a esta planta
extraer más de un millón de litros de agua al día.
Margarita Gutiérrez, directora de Cambio Sistémico e
Incidencia Política de la
Fundación Cántaro Azul, sostiene
que al no proveer el Estado agua segura, la compañía de refrescos se
aprovecha de este vacío, ya que,
"la gente necesita
agua o algo que tomar".
La experta destaca que
además de que los indígenas no tienen otras opciones de consumo de
agua, tampoco cuentan con información para decidir.
"No saben que la Coca
les causa diabetes, obesidad, se desgastan los dientes", afirma.
El refresco, dice
Gutiérrez, llegó además en un contexto muy oportuno porque,
"la gente adoptó la
Coca-Cola de una manera fortísima; la introdujo y la adoptó a su
cultura".
Mística y
moneda de cambio
La bebida está tan presente entre los habitantes de San Cristóbal de
las Casas - adorna farmacias, restaurantes y hasta las entradas de
los pueblos - que incluso se usa como ofrenda en ritos religiosos y
como moneda de cambio.
"Coca-Cola es una
ofrenda para el trabajo diario y una ofrenda a Dios", sentencia
María López, una curandera indígena con base en Chiapas, que
compara el refresco con el 'pox', una bebida maya hecha con caña
de azúcar.
Rigoberto Alfaro,
profesor de Ciencias Sociales en la Universidad Autónoma de Chiapas,
comenta que,
"con la llegada de la
Coca-Cola en botellas de vidrio, las comunidades (indígenas) lo
vieron como algo místico, no solo por su forma sino también por
su sabor", y apunta que la población indígena la ha adoptado
"como si fuera algo de los dioses, una bebida mágica".
Alfaro asegura que
Coca-Cola ha realizado una estrategia comercial muy interesante:
en la ciudad, el
coste de una Coca-Cola tiene un valor, pero en las zonas rurales
es más barata. Si una persona no tiene dinero, puede usar el
refresco como moneda de cambio.
"Cuando la gente
tiene que ofrecer una dote a una persona joven, se la dan en
dinero o en su equivalente en botella de Coca-Cola", afirma
el profesor.
¿Qué dice
Coca-Cola?
En un
comunicado de prensa publicado en
su página Web en julio, la compañía de refrescos asegura conocer los
desafíos a los que se enfrenta la comunidad de San Cristóbal y dice
que han estado,
"trabajando con ellos
durante casi una década para proporcionar tanques de agua
comunitarios, recolectores de agua y proyectos de conservación
del agua para ayudar a abordar este problema".
Según la compañía, su
planta embotelladora paga una tasa de mercado establecida y regulada
por el Gobierno mexicano y basada en el uso de agua en Chiapas.
"No importa dónde
operemos.
Evaluamos
constantemente la sostenibilidad de nuestro uso del agua y
asegurándonos de que nuestro negocio no interfiera con las
necesidades de las comunidades locales".
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