por Cristina Sáez viajan a través del nervio vago, una especie de autopista
que
comunica ambos órganos. durante la última década el complejo intercambio de mensajes entre ambos órganos: los resultados están cambiando la forma de entender y tratar algunas enfermedades...
Y es que ambos órganos se hablan continuamente...
El intestino, por
ejemplo, envía información al cerebro acerca de qué comemos, le
indica si hemos obtenido los nutrientes necesarios para mantenernos
saludables o le alerta si el sistema inmunitario está combatiendo a
algún patógeno. Esos mensajes viajan a través del nervio vago, una especie de autopista que comunica directamente ambos órganos. Y se intercambian sustancias químicas, como neurotransmisores (serotonina, dopamina, GABA).
No en vano las tripas albergan cientos de millones de neuronas.
Los científicos han estudiado durante la última década ese complejo intercambio de mensajes y los resultados están cambiando la forma de entender y tratar algunas enfermedades.
El checo Premysl Bercik es un investigador destacado en neurogastroenterología.
En la Universidad McMaster de Canadá, ha demostrado en ratones cómo la microbiota intestinal es capaz de gobernar el estado emocional.
En un estudio pionero, sometieron a estrés temprano a crías de ratón. Comprobaron que cuando los roedores carecían de microbiota, el estrés no les dejaba secuelas psicológicas.
En cambio, los que sí
tenían microbiota, desarrollaban un comportamiento depresivo.
Además,
...destaca
Ted Dinan, psiquiatra
de la University College Cork (Irlanda), quien asegura que es muy
probable que la enfermedad comience en el colon cuando alguna toxina
logra atravesar la barrera intestinal y alcanzar el cerebro.
En nuestro cuerpo viven 48 billones de bacterias, 60 billones de virus
y varios miles de millones de hongos.
Así, en un futuro no muy lejano, estudiando esa multitud que nos habita, sabiendo más acerca de su composición y riqueza, de si está o no equilibrada, se podrán diagnosticar enfermedades y diseñar cócteles inteligentes de bacterias, adecuados para cada persona.
Seremos, tal vez, capaces de dominar a esas multitudes que nos
habitan, conscientes y que tenemos que cuidarlas para que, a su vez,
nos protejan...
|