por Cristina Sáez
28 Octubre
2022
del Sitio Web
NationalGeographic
Durante
décadas, hemos combatido
a los más de 100
billones de microorganismos
que viven en
nuestro interior
con antibióticos
y desinfectantes.
Sin embargo, con
el tiempo y la investigación
hemos
descubierto que son nuestros aliados
y que realizan
funciones cruciales.
Sin ellos, la
vida no sería posible...
En la boca, en la piel, en las mucosas, pero sobre todo en el colon,
nos habitan 100 billones de microbios de 1.000 especies distintas.
Eso implica que en
nuestro organismo hay unas diez veces más células ajenas que
propias...
Somos una multitud.
Además, esa combinación de bacterias, al igual que le ocurre al
resto de animales de la Tierra, es única para cada uno de nosotros,
irrepetible, y nos identifica como si se tratase de una segunda
huella dactilar.
Aunque está conformada
por millones de microorganismos, funciona de forma coordinada como
un solo órgano, como el hígado o el corazón.
Microbiota
intestinal, la clave del equilibrio
Paradójicamente, a pesar de que hemos evolucionado junto a este
enjambre de microorganismos durante millones de años, solo en las
últimas dos décadas hemos empezado a aprender qué funciones
cruciales para la vida humana realizan, sobre todo aquellos que
habitan en el colon, la llamada,
microbiota intestinal...
La
microbiota nos ayuda a
eliminar
toxinas, fabricar vitaminas
e incluso a
entrenar nuestro
sistema
inmunitario...
De ella hemos descubierto que nos ayuda no solo a digerir los
alimentos y extraer su energía, sino también a,
De hecho, las funciones
que desempeña son tan cruciales que cuando esta comunidad de
microbios se ve alterada comienzan nuestros problemas de salud:
desequilibrios de su
composición pueden dar lugar a enfermedades autoinmunes, como el
asma o las alergias; ser un factor de riesgo para otras como
obesidad, diabetes y cáncer, e incluso influir en la eficacia de
los tratamientos farmacológicos.
Estudios recientes
apuntan a que una microbiota perturbada también está implicada en
condiciones neurológicas como,
el párkinson, la
esclerosis múltiple, el autismo o la depresión.
Y los científicos creen
que en un futuro no tan lejano secuenciaremos el genoma de esta
comunidad de microorganismos para diseñar tratamientos médicos
personalizados.
Médico trabajando y examinando cultivos
en
placas de Petri en un laboratorio de microbiología.
Foto: Istock
Bifidobacterias, guardianas de la salud
Uno de los géneros bacterianos más importantes de la microbiota
intestinal es el formado por
las bifidobacterias.
Estas bacterias,
caracterizadas por su forma bífida que recuerda a una Y, son
extremadamente beneficiosas para nuestra salud...
En 1899, un pediatra
francés llamado Henry Tissier aisló por primera vez una
bifidobacteria en el sistema digestivo de niños que tomaban leche
materna.
Acababa de descubrir una
de las estrellas de la salud humana.
Las
bifidobacterias
influyen en el
sistema inmunitario
y son cruciales
para la salud
del aparato
digestivo...
Las bifidobacterias son microorganismos que combaten, por ejemplo,
la diarrea vinculada a la ingesta de antibióticos o las infecciones
virales.
También,
-
influyen en el
sistema inmunitario
-
rebajan la
inflamación
-
mejoran síntomas
gastrointestinales como la hinchazón, el dolor abdominal o
el tránsito lento...
Y, además, producen
ácidos grasos de cadena corta, cruciales para la salud del aparato
digestivo.
Al nacer, el 95% de las bacterias que colonizan al bebé son, de
hecho, bifidobacterias, muy abundantes también en la leche materna.
Y ese número disminuye hasta el 25% en la última etapa de la vida.
Las bifidobacterias se
pueden tomar a través de,
probióticos,
prebióticos y alimentos fermentados...
Así, resulta evidente
afirmar que,
las bacterias son una
parte esencial de nuestro cuerpo y que, sin ellas, sería
imposible mantener el equilibrio de nuestro sistema y tener una
buena salud.
Por eso, la ciencia sigue
investigando sus características y funciones, avanzando en el
conocimiento del universo que habita dentro de nosotros.
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