por Judith de Jorge
11 Julio
2018
del Sitio Web
ABC
El mosaico de fósiles, artefactos y ambientes en toda África
indica
que nuestra especie surgió de las interacciones
entre
un conjunto de poblaciones cuya conectividad
cambió
a través del tiempo.
Yasmine
Gateau
Max
Planck Institute
for the
Science of Human History
Científicos sugieren que el Homo sapiens
no proviene de
una sola población ancestral
en una región de
África,
como a menudo se
afirma...
La
historia de la evolución humana
dista mucho de ser lineal.
Es un intrincado mosaico
de especies, cruces y migraciones en el que no es fácil colocar cada
pequeña pieza. Los nuevos descubrimientos arrojan luz sobre el
laberinto de nuestros orígenes, pero en vez de simplificarlo lo
enredan más y más.
Un buen ejemplo es la
última investigación presentada por un equipo internacional de
científicos.
Hasta ahora, muchos habían supuesto que los humanos primitivos se
originaron en África como una sola población ancestral relativamente
grande, pero el nuevo consorcio científico cree que los comienzos
fueron mucho mas diversos, con ancestros diseminados por el
continente separados entre sí temporalmente por los diferentes
hábitats, como bosques o desiertos.
Milenios de separación
dieron lugar a una asombrosa diversidad de formas humanas, cuya
mezcla finalmente dio origen al Homo sapiens.
Artefactos culturales de la Edad de Piedra
del norte y sur de África.
Eleanor Scerri / Francesco d'Errico / Christopher Henshilwood
Si bien es ampliamente aceptado que nuestra especie nació en África,
no está muy claro cómo evolucionamos dentro del continente.
En un artículo (Did
our Species Evolve in Subdivided Populations across Africa, and Why
does it Matter?) publicado
esta semana en la revista 'Trends in Ecology and Evolution', el
equipo pone en cuestión la idea de que existiera una sola población
que intercambiaba genes y tecnologías como las herramientas de
piedra de una manera más o menos aleatoria.
A partir del estudio de huesos, piedras, genes y algo mucho menos
habitual como son las reconstrucciones nuevas y más detalladas de
los climas y hábitats de África en los últimos 300.000 años, los
investigadores han llegado a sus propias conclusiones, mucho más
complejas.
"Las herramientas de
piedra y otros artefactos, generalmente conocidos como cultura
material, tienen distribuciones notablemente agrupadas en el
espacio y en el tiempo", dice la autora principal del estudio,
Eleanor Scerri, de la
Universidad de Oxford en Reino Unido y el Instituto Max Planck
para la Ciencia de la Historia Humana en Alemania.
"Si bien existe una
tendencia continental hacia una cultura material más
sofisticada, esta 'modernización' claramente no se origina en
una región ni ocurre en un período determinado".
Cambios evolutivos de la forma de la caja craneana
desde
una forma alargada a una forma globular.
Este
último evoluciona dentro del linaje de Homo sapiens
a
través de una expansión del cerebelo y un abultamiento del parietal.
Philipp
Gunz, Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva
Los fósiles humanos cuentan una historia similar.
"Cuando observamos la
morfología de los huesos humanos en los últimos 300.000 años,
vemos una compleja combinación de rasgos arcaicos y modernos en
diferentes lugares y en diferentes momentos", explica Chris
Stringer, investigador del Museo de Historia Natural de Londres
y coautor en el estudio.
"Al igual que con la
cultura material, sí vemos una tendencia continental hacia la
forma humana moderna, pero diferentes características modernas
aparecen en diferentes lugares en diferentes momentos, y algunas
características arcaicas están presentes hasta muy
recientemente".
Ciclos de
aislamiento
Los genes están de acuerdo.
"Es difícil conciliar
los patrones genéticos que vemos en los africanos vivos y en el
ADN extraído de los huesos de los africanos que vivieron en los
últimos 10.000 años, con la existencia de una población humana
ancestral", dice el profesor Mark Thomas, genetista del
University College de Londres y también coautor del estudio.
"Vemos indicios de
una conectividad reducida muy profunda en el pasado, algunos
linajes genéticos muy antiguos y niveles de diversidad general
que a una sola población le costaría mantener".
Para entender por qué las
poblaciones humanas estaban tan divididas, y cómo estas divisiones
cambiaron a través del tiempo, los investigadores observaron los
climas y los ambientes pasados de África, que dan una imagen de las
zonas habitables cambiantes y a menudo aisladas.
Muchas de las regiones
más inhóspitas de África en la actualidad, como el Sahara, fueron
una vez húmedas y verdes, con redes entrelazadas de lagos y ríos, y
abundante vida silvestre.
Del mismo modo, algunas
regiones tropicales que hoy son húmedas y verdes fueron una vez
áridas. Estos entornos cambiantes influyeron en las poblaciones
humanas, que habrían atravesado muchos ciclos de aislamiento.
Esto llevaría a la
adaptación local y al desarrollo de una cultura material y una
composición biológica únicas, seguidas de una mezcla genética y
cultural.
"La evolución de las
poblaciones humanas en África era multirregional. Nuestra
ascendencia era multiétnica. Y la evolución de nuestra cultura
material era multicultural", afirma Scerri.
"Tenemos que mirar a
todas las regiones de África para comprender la evolución
humana".
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