por Stephen Luntz
24 Diciembre
2018
del Sitio Web
IFLScience
traducción de
Guillermo Caso de los Cobos
27
Diciembre 2018
del
Sitio Web
TerraeAntiqvae
Versión original en ingles
Versión en
italiano
El Imperio acadio en la época de
Sargón
I, el Grande.
Wikipedia.
Alrededor de hace 4.200 años, el primer imperio de Mesopotamia, el
Acadio, cayó, coincidiendo con grandes transformaciones en Egipto y
el Valle del Indo, las otras dos grandes civilizaciones de la época.
Un estudio sobre
determinadas estalagmitas en Irán sugiere que un evento climático
generalizado pudo haber sido responsable de ello.
Las civilizaciones crecen y caen por muchas razones, y las causas de
la desaparición del
Imperio Acadio siguen siendo
controvertidas. La coincidencia sincrónica de eventos lejanos ha
llevado a algunos historiadores a proponer una causa climática.
Sin embargo, la
naturaleza, e incluso la propia existencia, de esta causa climática,
no ha sido clara, tal como ocurrió en medio de la era
del Holoceno, caracterizada por
temperaturas en gran parte estables, sin un aumento conocido de la
actividad volcánica o de cambios en la producción solar.
Ahora bien, cuando un equipo dirigido por la Dra.
Stacy Carolin, de la
Universidad de Oxford, estudió estalagmitas de la
cueva Gol-e-Zard, en las montañas
de Alborz, en Irán, formadas entre 5.200 y 3.700 años atrás,
observaron que algo había sucedido en torno a este tiempo.
El informe del equipo (Precise
Timing of Abrupt Increase in Dust Activity in the Middle East
coincident with 4.2 ka Social Change), publicado en
Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), muestra
que hubo fuertes incrementos en la cantidad de magnesio existente en
relación con el calcio hace 4.510 y 4.260 años atrás, coincidiendo
con un crecimiento más lento y con cambios en los isótopos de
oxígeno de las estalagmitas.
Estos cambios duraron
entre 110 y 290 años, respectivamente, antes de que la composición
de las estalagmitas volviera a los niveles anteriores.
La industria y la minería de civilizaciones antiguas a veces han
dejado su huella en el planeta, pero no conocemos ningún mecanismo
por el cual los acadios pudieran haber sufrido un impacto observado
en cuevas tan distantes.
Por lo tanto, parece
probable que cualquier cosa pudo haber sido la causante del cambio
químico observado en las estalagmitas y que coincide con el declive
de los acadios, en lugar de que su caída fuera la causa de la
alteración química en estas alejadas cuevas.
Estalagmitas en la cueva de
Gol-e-Zard,
Irán.
El cambio en la composición de las estalagmitas parece ser el
resultado de un aumento del polvo que cae en las montañas de
Mesopotamia, lo que a su vez parece ser consecuencia de
condiciones más secas existentes en el oeste.
Hoy en día, los años
secos en los desiertos de Siria e Irak están asociados con una mayor
deposición del polvo en Irán. El lento crecimiento de las
estalagmitas podría ser también un indicador de la existencia de
condiciones locales más secas.
Los sedimentos del Mar Rojo y el Golfo de Omán, entre otros
paleoclimas próximos, se utilizaron previamente para inferir que el
oeste de Asia experimentó al menos un período seco muy importante en
ese tiempo considerado, pero la datación de los mismos es demasiado
imprecisa como para vincularlos con confianza al colapso acadio.
En cambio, el análisis de
las estalagmitas proporcionan un error de tan solo 31 años.
Hay un gran debate entre los historiadores sobre cuánto contribuyó
el cambio climático al colapso de la civilización acadia.
No sabemos por qué
Mesopotamia se secó durante ese período, pero parece que derribó a
dicha civilización y afectó gravemente a Egipto y al Valle del Indo.
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