
por Giorgio Agamben
28 Abril 2025
del Sitio Web
Quodlibet
traducción de Jordi Pigem
01 Mayo 2025
del Sitio Web
BrownstoneEsp
Versión original en italiano

Hoy es evidente
el hundimiento
político,
económico, energético y espiritual
de los países
europeos,
aunque sigan
sobreviviendo
durante algún
tiempo...
Un pasaje del libro de Sergio Bettini sobre El arte en el
Final del Mundo Antiguo (L'arte
alla Fine del Mondo Antico) describe un mundo que es
difícil no reconocer como similar al que hoy estamos viviendo:
"Las funciones políticas son asumidas por una
burocracia de Estado; éste se intensifica y se aísla
(anticipando las cortes bizantinas y medievales), mientras las
masas se vuelven abstencionistas (germen del anonimato popular
de la Edad Media).
Sin embargo, dentro del Estado se forman
nuevos núcleos sociales en torno a distintas formas de actividad
(germen de las corporaciones medievales) y los latifundios,
devenidos autárquicos, preludian la organización de ciertos
grandes monasterios y del propio Estado feudal."
Si la concentración de las funciones políticas
en manos de una burocracia estatal, el aislamiento de
ésta respecto a la base popular y el creciente abstencionismo de las
masas se ajustan perfectamente a nuestra situación histórica.
Basta actualizar los términos en las líneas
siguientes para reconocer también aquí algo familiar...
A los grandes latifundios evocados por Bettini
corresponden hoy,
grupos económicos y sociales que actúan de
forma cada vez más autárquica, siguiendo una lógica
completamente desvinculada de los intereses de la comunidad...
Y los núcleos sociales que se forman en el
seno del Estado, corresponden,
no sólo los lobbies que operan en el seno de
las burocracias estatales, sino también la incorporación en las
funciones gubernamentales de categorías profesionales enteras,
como ha ocurrido en los últimos años con los médicos...
El libro de Bettini es del 1948...
En 1971 se publicó el libro de Roberto Vacca,
La próxima Edad Media (Il
Medioevo prossimo Venturo), en el que el autor
vaticinaba,
una evolución catastrófica de los
países más avanzados, que ya no serían capaces de resolver
los problemas de producción y distribución de energía,
transporte, suministro de agua, eliminación de residuos y
tratamiento de la información.
Si Vacca pudo escribir que los anuncios de
catástrofes inminentes eran tan numerosos en aquellos años como para
haber producido una verdadera literatura "ruinográfica",
hoy en día las predicciones
apocalípticas, en particular las relacionadas
con el clima, como mínimo se
han duplicado.
Aunque los desastres (como los generados por la
energía nuclear) son, si no probables, ciertamente posibles, la
degradación de los sistemas en que vivimos es concebible sin que
adopte necesariamente la forma de una catástrofe.
Por ejemplo, hoy es evidente el hundimiento
político, económico y espiritual de
los países europeos, aunque sigan
sobreviviendo durante algún tiempo.
¿Cómo pensar entonces el advenimiento de una
nueva Edad Media?
¿Cómo puede transformarse el abstencionismo
político que vemos a nuestro alrededor en un "anonimato popular"
capaz de inventar formas nuevas y anónimas de expresión y de
vida?
¿Y de qué manera el aislamiento de las
burocracias estatales y la propagación de los potentados
autárquicos podrá preludiar la aparición de fenómenos semejantes
a los grandes monasterios, en los que el éxodo de la
sociedad existente produce nuevas formas de comunidad?
No hay duda que esto sólo podrá ocurrir si un
número inicialmente pequeño, pero creciente, de individuos será
capaz de leer en la disolución de las formas políticas el
presagio de nuevas o más antiguas formas de
vida...
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