Contrario a la creencia común, el colesterol es un aliado.
La Dra. Zoe Harcombe lo explica de la siguiente manera:
Cada célula de su cuerpo necesita colesterol para funcionar bien.
La fórmula química del colesterol es C27H46O y es la misma si se etiqueta como colesterol "bueno" o "malo".
La simple pregunta ayuda a exponer las fallas en la narrativa actual sobre el colesterol y la salud del corazón.
Recuerde que su cuerpo produce colesterol por una razón:
En lugar de temerle al colesterol, es hora de comprender su función crucial en la salud.
El mito de las grasas saturadas y el colesterol
Se nos dijo por décadas que consumir grasas saturadas aumenta los niveles de colesterol, específicamente el de lipoproteínas de baja densidad (LDL), el cual se considera "malo".
No obstante, la Dra. Harcombe, que tiene un doctorado en nutrición para la salud pública, desafía dicha idea:
En realidad, la relación entre el consumo de grasas saturadas y los niveles de colesterol es mucho más compleja de lo que se creía antes.
Cuando consume grasas saturadas, no afecta la producción de colesterol.
Mientras tanto, la producción de colesterol ocurre por separado en cada célula del cuerpo y el hígado es la clave.
La idea de que comer grasas saturadas aumenta en automático los niveles de colesterol es una simplificación exagerada que no se ajusta a los complejos procesos bioquímicos del cuerpo.
Comprender las lipoproteínas: el sistema de transporte del colesterol
Para en realidad entender cómo funciona el colesterol en el cuerpo, es fundamental comprender la función de las lipoproteínas. Harcombe las explica como un "sistema de transporte" para las grasas y el colesterol en el torrente sanguíneo. 4
Así como el aceite no se mezcla con el agua, las grasas no pueden circular de manera libre en la sangre.
En lugar de eso, el cuerpo las empaqueta en lipoproteínas. Piense en ellas como un medio de transporte con un exterior apto para el agua y un interior apto para personas con sobrepeso.
Los principales tipos de lipoproteínas son los quilomicrones, las lipoproteínas de muy baja densidad (VLDL), las lipoproteínas de densidad intermedia (IDL), las LDL y las lipoproteínas de alta densidad (HDL).
Cada una funciona de manera específica al transportar grasas y colesterol por todo el cuerpo.
Esta distinción proporciona una comprensión más profunda de cómo el cuerpo gestiona las grasas y el colesterol, y explica por qué las etiquetas simplistas de "bueno" versus "malo" no reflejan con precisión el papel complejo de las lipoproteínas en la salud.
La verdad sobre el colesterol LDL y la salud cardíaca
Contrario a la creencia popular, el LDL es vital en la salud del cuerpo.
Cada célula del cuerpo tiene receptores LDL que captan estos transportadores cuando necesitan la carga en su interior.
Dicha carga incluye no sólo colesterol sino también triglicéridos, fosfolípidos y proteínas, todos necesarios para la salud y la reparación celular.
¿Por qué el cuerpo produciría algo diseñado para hacerle daño?
Como señala Harcombe:
En lugar de temerle al LDL, es más productivo comprender su papel en el complejo sistema de distribución de nutrientes y mantenimiento celular del cuerpo.
Harcombe explica que el concepto de "LDL pequeño y denso" versus "LDL grande y esponjoso" también carece en gran medida de fundamento.
Sostiene que la pared endotelial en su estado natural e intacta no permite que nada pase a través, incluyendo las partículas LDL.
La idea de que las LDL pequeñas y densas penetran la pared arterial más fácil que las LDL grandes y esponjosas es,
En cambio, sugiere que es probable que la enfermedad cardíaca se ocasione por daños a la pared endotelial debido a factores como la mala alimentación, el tabaquismo, la contaminación, los productos químicos y el estrés.
El cuerpo envía colesterol como parte del proceso de reparación, cuando se produce un daño. Es por esto que el colesterol a menudo se encuentra en el lugar del daño arterial: está allí para ayudar, no para dañar.
Harcombe aconseja centrarse en mantener la salud general en lugar de obsesionarse con el tamaño o la cantidad de partículas de LDL.
Al cambiar la perspectiva, comience a apreciar el LDL como un componente crucial de su salud general en lugar de una amenaza.
El problema de los medicamentos para reducir el colesterol
Mientras se prescriben muchas estatinas para reducir los niveles de colesterol, se exageran sus beneficios y es común que se minimicen sus riesgos.
Harcombe cita investigaciones que demuestran que tomar una estatina durante cinco años podría sólo prolongar la vida entre tres y cuatro días. 7
Por lo tanto, los efectos secundarios impactan directo a la calidad de vida...
En un estudio publicado en 2024 en la revista The Lancet 8 se proporcionó la evidencia más completa hasta la fecha sobre esta conexión, lo que confirma y amplía los hallazgos insinuados por primera vez en investigaciones anteriores,
Al analizar los datos individuales de los participantes de 23 ensayos grandes, a largo plazo, aleatorizados y doble ciego, los investigadores de la revista The Lancet pudieron demostrar en definitiva que,
La terapia con estatinas de intensidad baja a moderada se asoció con un aumento del 10% en el riesgo de aparición de diabetes, mientras que la terapia con estatinas de alta intensidad aumentó el riesgo en un 36%.
Harcombe también comparte la historia de Duane Graveline, un astronauta que experimentó graves problemas de memoria mientras tomaba estatinas.
Se detalla su experiencia en el libro titulado "Lipitor - Thief of Memory", en donde se resaltan los impactos cognitivos de dichos medicamentos.
En una investigación publicada en Scientific Reports también se encontró una relación importante entre el uso a largo plazo de medicamentos anticolesterol (sobre todo estatinas) y un mayor riesgo de cáncer de páncreas. 10
En personas que usaron estos medicamentos por más de cinco años este efecto estuvo muy marcado.
Comprender las pruebas de colesterol
Harcombe revela algunas verdades sorprendentes sobre las pruebas de colesterol que quizá desconocía.
Por lo general,
Harcombe cita un estudio que demuestra que las pruebas típicas de colesterol pueden tener errores de hasta un 20%.11
Además,
Estos suelen ser más altos en los meses de invierno, cuando el cuerpo produce menos vitamina D debido a la exposición a la luz solar.
Esta variación estacional significa que el momento en que se realiza la prueba de colesterol afecta de manera importante a los resultados.
Si le preocupan sus niveles de colesterol, Harcombe sugiere hacerse la prueba a finales del verano o principios del otoño, cuando es probable que sus niveles estén en su nivel más bajo.
Recuerde que,
No obstante, Harcombe advierte que no hay que obsesionarse demasiado con cifras específicas.
En lugar de ello,
Recuerde que el objetivo es la salud general, no lograr un número excepcional en el resultado de una prueba.
Dicho esto, puede obtener una idea más precisa del riesgo de sufrir una enfermedad cardíaca con las siguientes pruebas:
Enfoque holístico para la salud del corazón
Mantener la salud del corazón implica más que sólo controlar los niveles de colesterol o seguir una alimentación específica.
En lugar de ello,
En consecuencia, las personas con una mayor proporción de bacterias intestinales tolerantes al oxígeno pueden experimentar reacciones adversas más graves a los carbohidratos de origen vegetal, debido a una mayor exposición a las endotoxinas.
Vale la pena señalar que el shock séptico contribuye a las tasas de mortalidad y, a menudo, la endotoxemia es la causa subyacente.
Por ejemplo,
Si sigue estos principios, es probable que logre una mejor salud cardíaca de forma natural, sin necesidad de intervenciones farmacéuticas.
En lugar de intentar reducir estas sustancias vitales, concéntrese en,
Dicho enfoque no sólo favorece la salud del corazón, sino que también contribuye al bienestar general.
Al comprender el verdadero papel del colesterol y de las lipoproteínas en su cuerpo, podrá tomar decisiones informadas sobre su alimentación y su salud, sin miedo ni desinformación, lo cual ha predominado en las discusiones sobre la salud cardíaca durante décadas...
Fuentes y Referencias
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