por Eva Villaver 16 Marzo 2024 del Sitio Web ElPais
Representación del campo magnético de la Tierra. NASA
tiene una estructura magnética que hemos podido explorar con satélites y frena el constante bombardeo
de las
partículas del viento solar...
Por ejemplo,
Además de dirigir las agujas de las brújulas hacia el norte o la migración de las aves, ¿el campo magnético terrestre tiene algún otro efecto en nuestro día a día?
Vamos a comenzar con un spoiler:
La Tierra (igual que Mercurio, Júpiter, Saturno, Neptuno y Urano) está rodeada por un campo magnético relativamente intenso que tiene su origen, en su mayor parte, en el interior del planeta.
Se cree que, ahora, en esta etapa de la evolución terrestre, está alimentado por el enfriamiento y la cristalización del núcleo:
Para dar algunos detalles de cómo funciona, viajemos ahora unos 80 kilómetros por encima de nuestras cabezas.
Allí, a esa altura por encima del suelo, ocurre algo fundamental. Y es que una fracción importante del gas en esta región está ionizado, es decir, que las partículas están cargadas eléctricamente, en general porque han perdido algún electrón en su estructura debido a la radiación energética de nuestra estrella.
Las partículas cargadas se comportan de una manera muy especial: siguen las líneas de campo magnético y, por tanto, se mueven como en autopistas concretas, es como si fuesen por carriles.
Antes de seguir, puntualicemos algo importante:
Esto es lo que se conoce como viento estelar, o viento solar, en el caso de la nuestra estrella. En la conexión entre la magnetosfera y el viento solar está el corazón de lo que se conoce como clima espacial.
Si pudiéramos visualizar el campo magnético terrestre veríamos que es lo que conocemos como campo magnético dipolar, donde las líneas de fuerza salen de un hemisferio y se meten en el otro.
En la convención normal, las líneas del campo que salen, las que apuntan hacia fuera son el norte magnético y las que entran el sur.
En el caso de la Tierra, a veces para evitar confusión con el norte geográfico, se invierte la convención y el polo norte magnético apunta hacia el sur y el polo sur magnético hacia el norte.
En el norte, las líneas de campo apuntan hacia dentro, al revés que con los imanes.
Está además inclinado 11,5 grados respecto al eje de giro del planeta, que es el que define los polos norte y sur geográficos.
Una fascinante estructura
El campo magnético terrestre es dos veces más intenso en los polos que en el ecuador.
Esto lo sabemos gracias a los instrumentos colocados en satélites que han explorado tanto la intensidad como la dirección del campo magnético terrestre y confirmado su naturaleza en forma de dipolo.
La forma que adquiere es variable, además de compleja.
Algunos de sus componentes son,
Demos tan solo algunos detalles fascinantes de la estructura del campo magnético que rodea la Tierra. Rodeando el planeta existe una región que está formada por plasma frío y denso que rota con la Tierra.
Están también ahí fuera los cinturones de Van Allen, donde las partículas se mueven con energías relativistas (cercanas a la velocidad de la luz).
Para entender la configuración global de la forma en que se mueven las partículas en nuestro entorno espacial nos falta un ingrediente fundamental: el viento solar, que además es magnético.
Una manera de visualizar de manera sencilla esa interacción es imaginar el viento solar como la corriente de un río y la Tierra y su campo magnético como una piedra gigante.
Como el viento solar es supersónico tenemos un choque de proa y detrás del obstáculo tenemos la cola, una cola magnética.
Lo de las tormentas magnéticas y su origen lo dejamos para otra ocasión.
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