por Alejandro Fournier 08 Octubre 2015 del Sitio Web ThunderBolts traducción de Pedro Donaire 22 Diciembre 2015 del Sitio Web BitNavegante
Los biorritmos de la
Tierra y su descendencia
Al topografiar todos los cráneos
conocidos humanos paleolíticos, fue testigo de una correlación entre
el antiguo aumento de la fuerza del campo magnético y el repentino
incremento del tamaño del cerebro en los humanos, así como en las
revoluciones culturales/evolutivas como la utilización generalizada
del fuego como herramienta. Estos períodos de mayor fuerza del campo geomagnético (grabado geológicamente) se produjeron durante las edades de hielo que llamamos Mindel y Würm.
Él trató este hallazgo en sus artículos a lo largo de 30
años, publicándolos en el Journal Bioelectricity y en
Human Evolution.
campo magnético terrestre
Ivanhoe también señaló que, entre los primates, los humanos se distinguen por el tamaño de nuestro hipocampo y por el desarrollo de sus conexiones con el hipotálamo.
El hipocampo también contiene
magnetita, pero hablaremos más sobre esto en adelante.
Tal vez, la serie más importante de experimentos que investigó este tema fue dirigido por Rutger Wever, del Instituto Max Plank de Munich, quien utilizó dos búnkeres de aislamiento sensorial hechos para albergar a los residentes humanos por períodos prolongados de tiempo. Cada uno fue protegido de todas las señales ambientales convencionales del mundo exterior, como el sonido, la luz o el calor, pero además, uno de ellos estaba blindado de toda influencia electromagnética.
Desde 1964 a 1989 se observó la
influencia de las fuerzas electromagnéticas en cientos de
participantes, algunos vivieron en los refugios durante un máximo de
dos meses. Durante todo el experimento, fueron monitorizados los
diversos indicadores de salud química y conductual, y el bunker
blindado electro magnéticamente fue diseñado para que las personas
pudieran ser re-expuestas a frecuencias seleccionadas de un amplio
espectro.
Los que estuvieron privados de las frecuencias electromagnéticas no sólo perdieron cualquier perfil de un ritmo circadiano, sino que también comenzaron a deslizarse hacia una pérdida crítica de sincronización saludable entre los diferentes sistemas corporales.
Una frecuencia electromagnética en particular, clave para la sincronización biológica, fue la micro-pulsación de 10 hertz del campo de la Tierra.
Cuando fueron reintroducidas en la habitación
electro-magnéticamente sellada, se restauró la sincronización
adecuada entre los sistemas corporales, y los participantes
volvieron a tener un
ritmo circadiano coherente.
Eran tiempos de fuertes creencias sobre,
Sin embargo, las comunidades científicas
no eran tan omniscientes como la percepción pública imaginaba que
eran, y ellos, para bien o para mal, no seguían políticas sociales o
pensamiento de grupo.
Continuó estudiando esta bacteria junto al microbiólogo Ralph Wolfe, y una vez que ambos aislaron una cepa pura de la especie se acercaron a Richard Frankel, del laboratorio magnético del MIT, entonces empezaron a buscar el mecanismo que hacía funcionar el sentido magnético de tan pequeño organismo.
Sorprendieron a la comunidad de biólogos cuando hallaron y documentaron ese mecanismo:
Fue descubierta por primera vez en la biología de una criatura en 1962, donde su presencia en la lengua de los moluscos marinos sugirió que estaba siendo utilizada por su dureza, sin embargo no para algo tan fundamental y esquivo como la bio-navegación.
Cualesquiera que sean sus usos, el caso es que
se ha encontrado su probable
presencia incluso en los fósiles microbianos de 4 mil millones de
años de un meteorito de Marte (el
ALH84001, descubierto en
la Antártida).
La búsqueda del norte por las abejas o bacterias puede ser reprogramada para el sur golpeándolas con un breve pulso magnético (Kirschvink y Kobayashi, 1991), lo que apoya firmemente la idea de que estos comportamientos se basan en el material ferromagnético del cuerpo del organismo.
Mientras que muchos experimentos conductuales y anatómicas han
investigado este aspecto de la biología en las palomas, otros
también han explorado estas características biológicas en los
humanos.
Los estudiantes fueron conducidos por un curso laberíntico alrededor de Leeds y a lo largo de una carretera recta, donde él se detuvo para que escribirles en unas tarjetas su conjetura sobre la dirección de regreso a la escuela.
Más tarde él giró 135 grados yendo a otro lugar que los estudiantes debían adivinar de nuevo.
Los estudiantes
con imanes falsos en torno en su cabeza pudieron adivinar la
dirección de la escuela de forma bastante fiable. Y entre tanto, los
estudiantes con imanes reales alrededor de sus cabezas tuvieron su
sentido de la dirección significativamente afectado.
Cuando la
magnetita de 1990 también fue descubierta de manera concluyente por
varios investigadores como un elemento intencional del cerebro
humano, fue como la iluminación de nuevos caminos de
discusión científica.
Teorías recientes han examinado el papel potencial de la magnetita en la memoria de las plantas (si realmente existe tal cosa, simplemente haciendo una búsqueda de la magnetita y la memoria de la planta), y en la memoria humana a corto y largo plazo (Banaclocha y Bókkob, 2010).
El hipocampo durante mucho tiempo ha sido visto como un centro de formación de la memoria, así que la investigación de la enfermedad de Alzheimer han prestado atención a los nuevos avances en la comprensión de su biología, incluyendo su contenido de magnetita.
En las últimas décadas los científicos han
estado investigando porqué el aumento de materiales magnéticos en
la estructura inferior del hipocampo tiene correlación con la
enfermedad de Alzheimer (Hautot et al, 2003. Quintana et al, 2006).
Es bien conocido en la literatura científica pública que la esquizofrenia viene acompañada constantemente por cambios en los patrones de la anatomía y activación del hipocampo.
En 1963, el electrofisiólogo Robert O.
Becker y el psicólogo Howard Friedman, unieron sus recursos clínicos
para examinar en las tasas de admisión de esquizofrenia y la
conducta en el pabellón psiquiátrico en relación con las
perturbaciones geomagnéticas.
La correlación no es igual a una
relación causal, por supuesto, pero se examinaron más de 12
pacientes esquizofrénicos en el hospital local de VA quienes estaban
programados para permanecer allí durante los próximos meses sin
cambios en el tratamiento.
Casi todos los sujetos mostraron
comportamientos que cambiaron de 1 a 2 días después de los eventos
de rayos cósmicos, especialmente indicativos del patrón de
turbulencia geomagnética que sucede después que los rayos cósmicos
de baja energía que destellan desde el sol tomen contacto con la
anatomía externa del campo de la Tierra.
A estas ideas, por supuesto, son muchos los que siguen oponiendo resistencia, aunque la mayoría prácticamente por simples motivos de incredulidad, pero que uno no puede dejar de notificar a la sociedad aunque solo sea acerca de las posibilidades interesantes o importantes que tiene.
En la pequeña pero significativa instantánea de la
historia evolutiva, donde toma significado la historia cultural de
la humanidad, muchas de estas relaciones se han intuido, imaginado o
directamente observado.
La humanidad está colectivamente bendecida siempre que una persona inteligente tiene la iniciativa personal, la financiación y los recursos sociales para examinar esas creencias con una mente entusiasta y abierta.
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