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			por Guillermo Meliseo 
			19 Marzo 
			2020 
			del 
			Sitio Web 
			Tendencias21 
			  
			  
			
 
  Foto: Freepik
 
			  
			  
			  
			La relación 
			evolutiva  
			entre las 
			especies y subespecies de mamíferos  
			difiere según su 
			hábitat,  
			tal como había 
			anticipado 
			Darwin hace 140 
			años.  
			Se confirma así 
			que el impacto humano 
			sobre la 
			naturaleza  
			cambia el curso 
			de la evolución... 
			
 
			Una científica de la Universidad de Cambridge demostró que podría 
			utilizarse una de las 
			teorías de la evolución de 
			Charles Darwin para proteger y 
			evitar la extinción de algunas especies de animales.
 
 La investigación la realizó Laura van Holstein, una 
			estudiante de doctorado de la Universidad de Cambridge, quién 
			detectó que las subespecies de mamíferos juegan una papel 
			fundamental en el curso de la historia biológica.
 
				
				Una especie es un 
				grupo de animales que pueden reproducirse libremente entre 
				ellos.    
				Algunas especies 
				contienen subespecies, es decir, poblaciones dentro de una 
				especie que difieren entre sí por tener diferentes rasgos 
				físicos.
 Por ejemplo, las jirafas del norte tienen tres subespecies que 
				generalmente viven en diferentes lugares entre sí; lo mismo 
				ocurre con los zorros rojos o los felinos (dentro de esta 
				especie se pueden encontrar gatos domésticos, tigres, guepardos, 
				leones, etc.)
 
			Quién acuño ese término 
			fue Charles Darwin, un científico y naturalista inglés que planteó 
			la idea de la evolución biológica de los animales mediante la 
			selección natural, hace casi 140 años, y la plasmó en la obra 
						
						
						El Origen de Las Especies.
 
			  
			  
			Teorías del 
			pasado, hoy
 
 En el Capítulo 3 de esta obra, el autor aseguró que los linajes 
			entre animales con más especies también deberían contener más 
			"variedades".
 
 Esta definición hoy en día es entendida como subespecie.
 
 Dicha variedad demuestra que las subespecies juegan un papel 
			fundamental en la dinámica evolutiva a largo plazo y en la evolución 
			futura de las especies.
 
 La experta confirmó esta hipótesis de Darwin, al observar los datos 
			recopilados por los naturalistas durante cientos de años, mucho 
			antes de que Darwin visitara las
			
			Islas Galápagos a bordo del
			
			HMS Beagle.
 
 
			  
			  
			Advertencia 
			científica del presente
 
 La investigación de Van Holstein también demostró que la evolución 
			ocurre de manera diferente entre mamíferos terrestres y mamíferos 
			marinos y murciélagos (no terrestres) debido a diferencias en sus 
			hábitats y en su capacidad de vagar libremente.
 
				
				"Por ejemplo, si una 
				barrera natural como una cadena montañosa se interpone, puede 
				separar grupos de animales y enviarlos en sus propios viajes 
				evolutivos", añadió la antropóloga. 
			Y, continúo:  
				
				"Los mamíferos 
				voladores y marinos, como los murciélagos y los delfines, tienen 
				menos barreras físicas en su entorno". 
			Esta investigación 
			representa advertencia científica sobre el impacto humano en el 
			hábitat de los animales, según informó un comunicado: no solo los 
			afectará hoy, sino también con el correr de los años y, en 
			definitiva, perjudicará su proceso evolutivo en el futuro.
 Los conservacionistas podrían utilizar esta información para 
			determinar dónde enfocar sus esfuerzos y así predecir la tasa de 
			especies en peligro de extinción.
 
 
			  
			  
			Referencia
 
				
			 
			  
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