del Sitio Web ABC
Los científicos han captado la presencia de dos gases, hidrógeno molecular y dióxido de carbono, que en nuestro planeta permiten el crecimiento de arqueas.
NASA/JPL-Caltech una primitiva fuente de energía que en la Tierra permite el crecimiento de microorganismos.
En apenas unos meses, la sonda Cassini, de la NASA, hará historia al desintegrarse en la densa y fría atmósfera de Saturno.
Con su destrucción se pondrá punto y final a un viaje de casi dos décadas en el que la pequeña nave ha explorado los mares de metano de la superficie de Titán, los increíbles anillos de Saturno y la misteriosa superficie de Encélado, un satélite que en sus entrañas esconde un océano global de agua líquida que es rico en moléculas orgánicas.
Antes de agotar sus reservas de combustible y de apagarse para siempre, Cassini dará una última sorpresa.
Las observaciones que la sonda hizo en 2015 han supuesto un inesperado giro a la búsqueda de vida extraterrestre en el Sistema Solar.
En un artículo publicado este jueves en la revista Science (Detecting Molecular Hydrogen on Enceladus), los científicos han corroborado una vez más que Encélado es uno de los lugares donde es más probable encontrar vida alienígena.
En los géiseres de hielo que hay en una de las caras del satélite, los investigadores han detectado la presencia de dos gases, dióxido de carbono e hidrógeno molecular, que sugieren que Encélado alberga unas reacciones hidrotermales y un desequilibrio químico que son capaces de sustentar vida.
Encélado - Apto para los seres vivos
Encélado es un satélite de Saturno que apenas mide 500 kilómetros de diámetro.
Está cubierto por una corteza helada, de unos 30 o 40 kilómetros de grosor, y su superficie es tan tranquila como fría. Sin embargo, su interior parece ser muy activo.
En 2005 la NASA descubrió que en el hemisferio sur de este mundo hay una nube de hielo que se forma a causa de la presencia de varios géiseres que expulsan materiales desde las "tripas" de Encélado, como si alguien hubiera descorchado una botella de champán.
Los estudios posteriores convirtieron a esta esfera de hielo en un firme candidato a albergar vida extraterrestre.
Gracias a Cassini, los científicos averiguaron que bajo el hielo Encélado se esconde un mundo subterráneo habitado por un núcleo rocoso rodeado por un océano global.
Se descubrió que en el agua hay moléculas orgánicas y amoníaco en disolución, porque estos salen al exterior a través de los géiseres.
También se concluyó que la potente gravedad de Saturno genera calor en las entrañas del satélite, aportando otro ingrediente clave para la aparición de la vida.
Fuente de energía
Muchos lugares del Sistema Solar albergan en su interior los dos ingredientes más fundamentales de la vida: el agua y las moléculas orgánicas.
Pero hasta ahora, en ninguno de ellos se había encontrado un ciclo geológico capaz de actuar como una fuente de energía para los seres vivos, tal como ha explicado Jeffrey S. Seewald en la revista Science.
Ahora, sin embargo, el equipo de Waite ha encontrado un desequilibrio químico que en la Tierra sustenta ecosistemas enteros.
Esto convierte a Encélado en uno de los lugares del Sistema Solar "más prometedores en términos de habitabilidad", tal como ha explicado a ABC Kelly Miller, coautor del estudio y también investigador en el SwRI.
¿Por qué?
En opinión de Fairén, el hecho de que pueda ocurrir este tipo de procesos convierte a Encélado en uno de los objetivos prioritarios para la búsqueda de vida extraterrestre. Pero hay otros lugares de gran interés, aparte de este satélite.
Los otros candidatos prioritarios siguen siendo Marte, Europa (una luna de Júpiter) y Titán (otra de las lunas de Saturno).
La vida que se alimenta de hidrógeno
Allá donde la luz del Sol no llega, como en las profundidades de los océanos de la Tierra, el hidrógeno molecular y el dióxido de carbono son una fuente de energía para algunos microbios.
Estas moléculas son producidas en buena parte por las reacciones que ocurren de forma natural entre el hierro de los minerales del suelo y el agua. Además, son aprovechadas por algunos seres vivos como una especie de "fertilizante".
Según Ricardo Amils, catedrático de Microbiología en la Universidad Autónoma de Madrid, en la Tierra estas moléculas son usadas por unos microbios que se conocen como arqueas metanógenas (un tipo de organismo similar a bacterias que producen gas metano).
De hecho, unos y otros parecen ser algunos de los protagonistas que permitieron la aparición de la vida en la Tierra hace miles de millones de años.
¿Quiere decir esto que en Encélado también ha aparecido vida especializada en consumir ese hidrógeno y ese dióxido de carbono?
Aún no se sabe.
Este investigador ha reconocido que en Encélado no todo es favorable para la vida.
Por ejemplo, aún no se ha detectado la presencia de azufre y fósforo, dos elementos fundamentales para los organismos, puesto que forman una parte muy importante de las proteínas y del material genético de los seres vivos.
Ricardo Amils ha aclarado también que si en Encélado hubiera microbios consumiendo hidrógeno molecular y dióxido de carbono, deberían estar produciendo metano:
Próxima misión a Encélado
Habrá que esperar para buscar las posibles huellas de vida en Encélado.
Cassini no estaba diseñada para encontrar su rastro y, en todo caso, ya no volverá a sobrevolar el satélite.
¿Cuáles serían las implicaciones de detectar vida en esta pequeña y remota luna de Saturno?
Kelly Miller, uno de los coautores del estudio, ha recordado que la búsqueda de vida más allá de la Tierra debe ser humilde.
El motivo es que no se puede olvidar que es muy posible que las potenciales formas de vida de Encélado no tuvieran nada que ver con las terrestres.
¿Cómo saber lo que necesitan, en ese caso?
Las misiones de las próximas décadas prometen ser apasionantes en la búsqueda de vida extraterrestre.
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