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			por D.M. Murdock (Acharya S)2013
 
			del Sitio Web
			
			TruthBeKnown 
			traducción de Editorial-Streicher01 Octubre 2015
 
			del Sitio Web
			
			Editorial-Streicher 
			
			
			Versión original en ingles
 
				
					
						
							
								
								
 Presentamos 
								en castellano un texto que se encuentra 
								publicado en el sitio truthbeknown.com de su 
								autora D. M. Murdock, alias Acharya S.
   
								Habla acerca de la 
								génesis de la religión coránica y repasa algunos 
								aspectos de la misma, citando diversas fuentes 
								accesibles por cualquiera. No es un estudio 
								profundo sino un trabajo de divulgación. 
								   
								Nos parece 
								importante que se conozcan diversos tópicos 
								relativos a una religión caracterizada por su 
								insensatez y obnubilación, todo fruto de su 
								psicología profundamente ignorante y de la 
								rudeza de sus costumbres, siendo como es, 
								también, una "religión" racialmente centrada, 
								otro credo solamente étnico, imposible de 
								adoptar por mentes más evolucionadas (y no nos 
								referimos a su mística, único aspecto que podría 
								ser invitado a un coloquio racional). 
								 
			  
			  
			  
			  
			  
			
			 
			  
			  
			  
			  
			LOS ORÍGENES DEL ISLAM
 
 
			  
				
				"El mundo islámico ya no está en 
				otra parte... en cambio, Chicago, con sus 50 mezquitas y casi 
				medio millón de musulmanes, es parte del mundo islámico". 
				The Harvard Pluralism Project
 
				"Una encuesta de Abril de 2001 efectuada por CAIR encontró que 
				el 69% de los musulmanes en EE.UU. dice que es 'absolutamente 
				fundamental' o 'muy importante' tener enseñanzas salafistas 
				(similares a la ideología islámica radical Wahhabi) en sus 
				mezquitas (el 67% de los encuestados también expresó su acuerdo 
				con la afirmación de que 'Estados Unidos es una sociedad inmoral 
				y corrupta')"
 
				Doctor Moorthy Muthuswamy
 
				"El Corán nos dice:
 
					
					'No hagáis amistad con judíos ni 
					cristianos' (5:51), 'matad a los incrédulos dondequiera que 
					los encontremos' (2:191), 'asesinadlos y tratadlos 
					severamente' (9:123), 'combatid y matad a los paganos, 
					apresadlos, asediadlos, y acechadlos en cada estratagema' 
					(9:5).  
				El Corán exige que luchemos contra 
				los incrédulos, y promete que, 
					
					'Si hay veinte de ustedes, 
					ustedes vencerán a doscientos: si hay cien, ustedes vencerán 
					a mil de ellos' (8:65)"  
				Institute for the Secularisation 
				of Islamic Society
 
			Puesto que el Islam es una de las 
			religiones de más rápido crecimiento en el mundo, por medio de 
			conversiones, pero sobre todo por medio de la reproducción de sus 
			adherentes, hay una necesidad enorme de abordar este asunto, el 
			cual, debido a enloquecidos fanáticos islámicos, produce temor en 
			los corazones de muchos no-musulmanes.  
			  
			Rivalizando con el cristianismo y con 
			aproximadamente 270 millones de personas muertas en su nombre, el 
			Islam representa una de las ideologías más sangrientas y represivas 
			que la especie humana haya presenciado hasta ahora. [1]
 Este asunto es muy importante no sólo debido a la expansión del 
			Islam y a la integración de sus líderes de todo del mundo, sino 
			también porque ciertos líderes musulmanes, preocupados por 
			rectificar la mala reputación del Islam, hacen declaraciones como,
 
				
				"Existen 1.800 millones de 
				musulmanes en el mundo, y el 99,9% es amante de la paz". 
				Haitham Bundakji 
			Si fuese verdadera esta declaración, 
			sería atemorizante por su enormidad como tranquilizadora por su 
			docilidad.  
			  
			Sin embargo, la doctrina islámica es 
			cualquier cosa menos "amante de la paz", ya que constantemente pide 
			la matanza de "idólatras" e "infieles" (p. ej., Q 2:191, 9:5, 9:73), 
			entre otros desagradables comentarios en el Corán así como en otros 
			textos, como los hadiths (hadices).
 Si bien esta cifra de 1.800 millones parece ser alta por el momento, 
			según diversas predicciones y los objetivos islamistas declarados, 
			el Islam barrerá el mundo, pero, contrariamente a los buenos deseos 
			de algunos de sus adherentes, esta invasión no será pacífica.
 
			  
			Sería seguro decir que a pocos 
			no-musulmanes les gustaría ver este mundo a cargo del Islam, el 
			cual, junto con el cristianismo, representa lo peor del despotismo 
			oriental. A muchos futuristas y visionarios les gustaría ver a este 
			planeta libre de religiones, sobre todo de aquellas que están 
			pegadas en la Edad Media.  
			  
			En efecto, para aquellos que disfrutan 
			de la mayor libertad de expresión, estas predicciones y 
			depredaciones son escalofriantes, porque el Islam es una teocracia 
			ferviente con poco espacio para la individualidad, sin mencionar que 
			él denigra completamente el aspecto femenino de la creación.
 
 
			  
			Opresión de 
			las Mujeres e Intolerancia Cultural
 
 Esta represión de la mujer es tristemente irónica cuando uno 
			considera las raíces del Islam, pero no es inesperada en un mundo 
			que, durante los pasados mil años, ha hecho todo lo que ha estado 
			dentro de su poder para subyugar a las mujeres simplemente debido a 
			diferencias físicas, una necesidad de dominación masculina 
			compartida con los monos y otras "bestias menores".
 
			  
			Mientras algunos pueden afirmar que esta 
			subyugación y esclavización de las mujeres es una tradición cultural 
			más bien que una religiosa, aquello no importa, ya que esto viene de 
			la mano con religiones que enseñan que hay un separado dios del 
			espacio exterior que es exclusivamente masculino.  
			  
			En el Islam, este dios es interpretado 
			por las mentes de los musulmanes como que es un hombre árabe o 
			persa, a diferencia del hombre judío de la ideología 
			judeo-cristiana. Esta interpretación racista, etnocéntrica, 
			culturalmente intolerante y sexista de algún dios "infinito" 
			parecería ser un completo absurdo.  
			  
			Sin embargo, en lo que parece ser 
			arrogancia suprema y megalomanía, a muchos individuos les gustaría 
			que el mundo entero creyera que esto es verdadero.
 
			  
			
			 Mujeres en el infierno, quemándose
 
			y atravesados sus 
			pechos con garfios,  
			según visión de 
			Mahoma en su visita al infierno, 
			junto al ángel 
			Gabriel y el caballo mitológico Buraq,  
			según una ilustración 
			persa del siglo XV.  
			  
			  
			Según Mahoma, el infierno estaba poblado 
			en su mayoría por mujeres.
 ¿Cuáles son los orígenes del Islam?
 
			  
			Bien, la religión musulmana está 
			obviamente construida sobre la tradición judeo-cristiana, pero es 
			también una reacción a dicha tradición, que excluyó y vilipendió a 
			las diversas culturas árabes.  
			  
			Tal como sus hermanos y hermanas judíos, 
			los árabes semíticos remontan su linaje hasta el patriarca bíblico 
			Abraham, que es descrito en la Biblia como habiendo copulado con 
			Agar la egipcia, engendrando al progenitor de la raza árabe, Ismael.
			 
			  
			Mientras los judíos interpretan ese 
			cuento para justificar su propia ideología etnocéntrica, los 
			musulmanes lo interpretan para que calce con la suya, afirmando que 
			"Dios" haría del pueblo de Ismael una "gran nación" (Génesis 21:18).
			 
			  
			De manera típica, en vez de buscar la 
			verdad acerca de este cuento, sus defensores lo han convertido en 
			una competencia política para la dominación global.
 
 
			  
			El Patriarca 
			Ficticio
 
 Como numerosos personajes bíblicos, Abraham es evidentemente un 
			constructo mitológico, no una "persona real".
 
			  
			Como la investigadora independiente 
			Barbara G. Walker declara en The Woman's Encyclopedia of 
			Myths and Secrets (pp. 5-6) acerca de Abraham, 
				
				"Este nombre que significa 'Padre 
				Brahm' parece haber sido una versión semítica del patriarcal 
				dios Brahma de la India; él fue también el Abrama islámico, el 
				fundador de La Meca.   
				Pero las leyendas islámicas dicen 
				que Abraham fue un intruso tardío en el santuario de La Kaaba. 
				Él lo compró a las sacerdotisas de su Diosa original. Sara, 'la 
				Reina', era uno de los títulos de la Diosa, que se convirtió en 
				un nombre de la 'esposa' bíblica de Abraham.    
				Los escritores del Antiguo 
				Testamento pretenden que las alianzas de Sara con príncipes 
				egipcios fueron sólo amoríos arreglados por Abraham para su 
				propia ganancia, lo que lamentablemente lo presentó a él como un 
				alcahuete (Génesis 12:16) así como un potencial asesino de su 
				hijo (Génesis 22:10).
 "En el cuento del cuasi-asesinato de Isaac, Abraham asumió el 
				papel del sacerdote de sacrificio al estilo druídico, para lavar 
				los árboles sagrados de Yahvé con la Sangre del Hijo: una 
				antigua costumbre, de la cual el sacrificio de Jesús fue 
				sólo una variante tardía.
   
				
				
				Yahvé primero se apareció a 
				Abraham en el roble sagrado de Siquem, donde Abraham construyó 
				su altar. Más tarde Abraham construyó un altar al roble dios de 
				Mamré en Hebrón.    
				Incluso en el siglo IV d.C., 
				Constantino dijo que la casa de Abraham en el Roble de Mamré 
				era todavía un santuario:  
					
					'Se cuenta que los ídolos más 
					condenables están establecidos al lado de ella, y que un 
					altar está muy cerca, y que sacrificios impuros son 
					constantemente ofrecidos'." 
			  
			
 Alá, Nueva 
			Versión de la Diosa Luna
 
 Esta descripción de los orígenes de Abraham significa que el 
			judaísmo fue construido sobre muy antiguos mitos, de manera que 
			ninguna de sus religiones descendientes, el cristianismo y el Islam, 
			pueden afirmar verdaderamente que son de origen divino o 
			"inspirado".
 
			  
			En cuanto al dios del Islam, Alá, Walker 
			tiene lo siguiente para decir (p. 22): 
				
				"Más tarde ocurrió la 
				masculinización islámica de la Diosa árabe, Al-Lat o Al-Ilat - 
				la Allatu de los babilónicos - anteriormente adorada en La Kaaba 
				en La Meca. Se ha mostrado que 'el Alá del Islam' fue una 
				transformación masculina de 'la primitiva deidad lunar de 
				Arabia'.    
				Su antiguo símbolo, la media luna, 
				todavía aparece en las banderas islámicas, aunque los musulmanes 
				modernos ya no admiten ningún simbolismo femenino relacionado 
				con el Alá totalmente patriarcal". 
			En efecto, el Corán verifica el status 
			de Alá como lunar o del cielo nocturno:  
				
				"Recuerda el nombre de nuestro Señor 
				mañana y tarde; en la noche adóralo: alábalo toda la noche". 
				(Q 76:23) 
			Y en Q 2:189:  
				
				"Ellos te preguntan acerca de las 
				fases de la Luna. Diles: 'Ellas son períodos fijados para la 
				Humanidad y para la peregrinación'." 
			En Pagan Rites in Judaism (p. 
			97), Theodor Reik afirma, en un capítulo llamado "La Antigua 
			Diosa Lunar Semítica": 
				
				"Todos los semitas tuvieron una vez 
				un culto a la Luna como el poder supremo. Cuando Mahoma derrocó 
				la antigua religión de Arabia, él no se atrevió a deshacerse del 
				culto lunar en una manera radical.    
				Sólo mucho más tarde él fue lo 
				suficientemente poderoso para prohibir la postración ante la 
				Luna (Corán, sura 4:37).    
				Antes de los tiempos islámicos la 
				deidad lunar era el objeto más prominente de los cultos en la 
				antigua Arabia. Las mujeres árabes todavía insisten en que la 
				Luna es el padre de la Humanidad.
 "Sir G. Rawlinson remonta el nombre 'caldeos' a la designación 
				de la antigua capital Ur (Chur), a ser traducido como adoradores 
				de la Luna. El semítico dios Luna era 'la deidad especial y el 
				protector de las mujeres'.
   
				Los babilónicos adoraban a
				
				la diosa Ishtar, que es 
				idéntica con la gran diosa árabe y tiene el epíteto de 'Nuestra 
				Señora'... Ella también tiene el título de 'Reina del Cielo', 
				que realmente significa la Reina de las Estrellas.    
				Ella tenía cuernos y era, como todas 
				las diosas lunares, representada por una vaca celestial.
 "Las tribus hebreas, o mejor dicho sus antepasados, fueron la 
				última ola de migrantes desde Arabia. El culto de su dios estaba 
				asociado con el monte Sinaí, la montaña de la Luna. Los expertos 
				suponen que el nombre Sinaí se derivó de Sin, el nombre del 
				babilónico dios Luna.
   
				En el libro del Éxodo (3:1) Sinaí es 
				llamado la 'montaña de los Elohim. Esto sugiere que había sido 
				sagrado durante mucho tiempo'.
 "En el Antiguo Testamento, que es una colección de escritos muy 
				antiguos, a menudo editados, la Luna aparece tanto como un poder 
				del bien (Deut. 33:14) como del mal (Salmo 121:6).
   
				Los rastros de la antigua adoración 
				lunar fueron enérgicamente removidos del texto por redactores 
				posteriores. Unos cuantos permanecieron, sin embargo, y pueden 
				ser reconocidos en las prohibiciones del Deuteronomio.
				   
				En 4:19 los israelitas son 
				advertidos:  
					
					'Y, mirando al cielo, y viendo 
					el Sol, y la Luna, y las estrellas, y todo el ornato del 
					cielo, no te extravíes y los adores y les sirvas', y en 17:3 
					se prescribe el castigo por apedreamiento para la persona 
					que 'hubiere ido y servido a dioses ajenos, y se hubiere 
					inclinado a ellos, ora al Sol, o a la Luna, o a todo el 
					ejército del cielo'.  
				El Señor predice (Jer. 8:2) que los 
				huesos de los reyes y los príncipes de Judá no serán sepultados 
				sino esparcidos, 
					
					'delante del Sol, y la Luna, y 
					todos los ejércitos del cielo, a quienes ellos han amado, y 
					a quienes ellos han servido, y a quienes ellos han 
					adorado'." 
			En The Origin of All Religious 
			Worship (pp. 25-26), acerca de la astro-teología árabe, que era 
			una continuación de esta antigua tradición lunar semítica, 
			Charles Dupuis sostiene: 
				
				"La Luna era la gran divinidad de 
				los árabes.    
				Los sarracenos le dieron el epíteto 
				de Cabar o la Grande; su Media Luna adorna hasta este día los 
				monumentos religiosos de los turcos. Su elevación bajo el signo 
				del Toro, constituyó una de las principales fiestas de los 
				sarracenos y de los árabes sabeos. Cada tribu árabe estaba bajo 
				la invocación de una constelación. Cada una adoraba uno de los 
				cuerpos celestes como su genio tutelar.
 "La Kaaba de los árabes era, antes del tiempo de Mahoma, un 
				templo dedicado a la Luna.
   
				La piedra negra que los musulmanes 
				besan con tanta devoción hasta este día, es, como se pretende, 
				una antigua estatua de Saturnus. Las paredes de la gran mezquita 
				de Kufah, construida sobre los fundamentos del antiguo Pyrea o 
				templo del fuego, están llenas de figuras de planetas 
				artísticamente grabadas.    
				La antigua adoración de los árabes 
				era el Sabeísmo, una religión universalmente extendida por todas 
				partes del Oriente. El cielo y las estrellas eran los 
				principales objetos de ella.
 "Esta religión era la de los antiguos caldeos, y los orientales 
				pretendían que su Ibrahim o Abraham fue criado en aquella 
				doctrina. Aún puede verse en Hella, sobre las ruinas de la 
				antigua Babilonia, una mezquita llamada Mesched Eschams, o 
				mezquita del Sol.
   
				Fue en esta ciudad que existió el 
				antiguo templo de Bel, o el Sol, la gran Divinidad de los 
				babilónicos; éste es el mismo dios a quien los persas erigieron 
				templos y consagraron imágenes bajo el nombre de Mitra". 
			  
			
 Astro-Teología 
			en La Meca
 
 Uno de los sitios para esta adoración árabe de los "ejércitos del 
			cielo" era La Meca.
 
			  
			Acerca de la Kaaba de La Meca, el sitio 
			más sagrado de los musulmanes, Walker (487) escribe: 
				
				"Lugar sagrado de la piedra sagrada 
				en La Meca, anteriormente dedicado a la Triple Diosa pre-islámica 
				Manat, Al-Lat (Alá), y Al-Uzza, la 'Anciana Mujer' adorada por 
				los miembros de la tribu de Mahoma, los coreichitas.    
				La piedra también fue llamada Kubaba, 
				Kuba o Kube, y ha sido vinculada con el nombre de Cibeles (Kybela), 
				la Gran Madre de los Dioses. La piedra llevaba el emblema del 
				yoni [órgano genital femenino], como la Piedra Negra adorada por 
				los devotos de Artemisa.    
				Ahora es considerada como el centro 
				sagrado del Islam patriarcal, y su simbolismo femenino se ha 
				perdido, aunque los sacerdotes de la Kaaba todavía sean 
				conocidos como los Hijos de la Anciana Mujer". 
			  
			
			 
			  
			  
			Y un traductor del Corán, N.J. Dawood, 
			dice: 
				
				"Mucho antes de la vocación de 
				Mahoma, el paganismo árabe estaba mostrando signos de 
				decaimiento.    
				En la Ka'bah los habitantes de La 
				Meca adoraban no sólo a Alá, el supremo dios semítico, sino 
				también a diversas deidades femeninas a quienes ellos 
				consideraban como hijas de Alá.    
				Entre aquéllas estaban Al-Lat, Al-Uzza 
				y Manat, que representaban al Sol, Venus y la Fortuna 
				respectivamente". 
			  
			
 Matriarcado 
			Árabe
 
 En cuanto a la nación de Arabia, Walker afirma que, antes de la 
			invasión del Islam, ella había sido una cultura matriarcal durante 
			más de mil años:
 
				
				"Los Anales de Asurbanipal decían 
				que Arabia fue gobernada por reinas durante tanto tiempo como 
				cualquiera podría recordar...
 "Las leyendas de Mahoma claramente le dieron una formación 
				familiar matriarcal. El matrimonio de sus padres era matrilocal 
				[vivían entre la familia de la esposa]. Su madre permaneció con 
				su propia familia y recibía a su marido como un visitante 
				ocasional...
 
 "La Arabia pre-islámica era dominada por los clanes centrados en 
				la mujer. Los matrimonios eran matrilocales, y la herencia era 
				matrilineal. La poliandria - varios maridos para una sola esposa 
				- era común. Los hombres vivían en las casas de sus mujeres. El 
				divorcio era iniciado por la esposa. Si ella ponía su tienda 
				para que mirara hacia el Este durante tres noches seguidas, el 
				marido era expulsado y se le prohibía entrar en la tienda otra 
				vez.
 
 "Las doctrinas atribuidas a Mahoma simplemente invirtieron el 
				sistema antiguo en favor de los varones. Un marido musulmán 
				podía despedir a su esposa diciendo 'Me divorcio de ti' tres 
				veces. Como en Europa, el cambio desde el matriarcado al 
				patriarcado ocurrió sólo gradualmente y tras una larga lucha.
 
 "Sin embargo, la historia de Arabia de la temprana Edad Media es 
				casi toda leyenda. Al igual que Buda, Confucio, Jesús y otros 
				fundadores de religiones patriarcales, Mahoma carece de una real 
				verificación." [2]
 
			No hay ninguna información 
			confiable acerca de su vida o de sus enseñanzas.  
			  
			La mayoría de las historias sobre él son 
			tan apócrifas como la historia de que su ataúd cuelga para siempre 
			en el aire "entre el cielo y la tierra", como los cuerpos de los 
			antiguos reyes sagrados. 
				
				"Con o sin Mahoma, el Islam tuvo 
				éxito en llegar a ser completamente dominado por los varones, no 
				haciendo ningún lugar para las mujeres excepto en la esclavitud 
				o en la reclusión del harem.    
				Las mezquitas islámicas todavía 
				llevan signos inscriptos que dicen:  
					
					'A mujeres y perros y otros 
					animales impuros no se les permite entrar'. 
				"Sin embargo, los rastros de la 
				Diosa demostraron ser inerradicables.    
				Al igual que la Virgen María, la 
				Reina del Cielo entre los árabes recibió una forma mortal y una 
				posición subordinada como Fátima, la 'hija' de Mahoma. Pero ella 
				no era ninguna hija real.    
				Ella fue conocida como Madre de su 
				Padre, y Fuente del Sol..." 
			  
			
 ¿Quién 
			Escribió el Corán?
 
 En lo que concierne al Corán, el sagrado libro musulmán, Walker dice 
			(p. 513):
 
				
				"Las escrituras mahometanas, a 
				menudo erróneamente se ha creído que fueron escritas por Mahoma. 
				Los musulmanes no creen eso. Pero muchos no saben que el Corán 
				fue una versión revisada y ampliada de la antigua Palabra de la 
				Diosa Kore, reverenciada por la tribu de Mahoma, los coreichitas 
				(Hijos de Kore), quienes protegían su santuario en La Meca.
 "La escritura original fue hecha mucho antes del tiempo de 
				Mahoma por imanes consagrados, una palabra relacionada con el 
				semítico 'ima', 'madre'. Tal como las originales 'mahatmas' o 
				'grandes madres' de la India, los imanes originales eran 
				probablemente sacerdotisas del antiguo matriarcado árabe.
   
				Se decía que ellos tomaron la 
				escritura de un prototipo que existía en el cielo desde el 
				comienzo de la eternidad, la 'Madre del Libro', es decir, la 
				Diosa misma, que llevaba el Libro del Destino en su pecho tal 
				como la Madre Tiamat llevaba las Tablillas del Destino. 
				   
				A veces el Corán celestial era 
				llamado la Tablilla Conservada. Había algún parecido entre este 
				y otros libros legendarios de origen divino, como el texto de Ur, 
				el Libro de Toth, y la Tabla Esmeralda de Hermes.
 "Como en el caso de la Biblia judeo-cristiana, el Corán fue 
				bastantemente reescrito para apoyar las nuevas leyes 
				patriarcales y borrar las figuras de la Diosa y sus 
				sacerdotisas".
 
			En The Great Religious Leaders,
			Charles Frances Potter dice de Mahoma:  
				
				"Es muy dudoso que él leyera algo de 
				la Biblia: en efecto, no ha sido probado que él alguna vez 
				leyera algo, o escribiera algo. Él se llamaba a sí mismo 'el 
				profeta analfabeto'."  
			Por supuesto, la mayor parte del Corán 
			está basada en la Biblia, tanto el Viejo como el Nuevo Testamento, 
			combinado con tradiciones árabes pre-islámicas y otras.  
			  
			En cuanto a la falta de originalidad del 
			Corán, el experto en el Islam el doctor Daniel Pipes dice (Jerusalem 
			Post, 12 de Mayo de 2000): 
				
				"El Corán no es 'un producto de 
				Mahoma o siquiera de Arabia', sino una colección de materiales 
				litúrgicos judeo-cristianos más tempranos hilvanados para 
				satisfacer las necesidades de una época posterior". 
			El investigador bíblico doctor Robert 
			M. Price igualmente concuerda en cuanto a la naturaleza pre-islámica 
			de diversos textos coránicos: 
				
				"El Corán fue reunido a partir de 
				una variedad de textos Hagarenos previos (de ahí las 
				contradicciones en cuanto a la muerte de Jesús) a fin de 
				proporcionar a Mahoma un parecido de tipo Moisés con una Torá 
				propia..." 
			El experto islámico doctor Gerd R. 
			Puin concluye: 
				
				"Mi idea es que el Corán es una 
				especie de cóctel de textos que no fueron todos entendidos ni 
				siquiera en tiempos de Mahoma.    
				Muchos de ellos incluso pueden ser 
				cien años más antiguos que el Islam mismo. Incluso dentro de las 
				tradiciones islámicas hay un enorme cuerpo de información 
				contradictoria, incluyendo un significativo substrato 
				cristiano..." 
			De esta manera, el Corán no fue escrito 
			por Mahoma.
 
			  
			
 El Corán 
			Yemení
 
 Añadiéndose significativamente a estos importantes conocimientos 
			estuvo el descubrimiento de 1972 en Sana'a, Yemen, de miles de 
			fragmentos de pergaminos del Corán, que eran probablemente los 
			manuscritos coránicos existentes más antiguos alguna vez 
			encontrados, que se remontaban a los siglos VII y VIII.
 
			  
			En cuanto a esos fragmentos, el profesor 
			que los fotografió, el doctor Puin, comenta: 
				
				"Muchos musulmanes tienen la 
				creencia de que todo lo que está entre las dos tapas del Corán 
				es simplemente la palabra inalterada de Dios.    
				A ellos les gusta citar el trabajo 
				textual que muestra que la Biblia tiene una historia y que no 
				cayó directamente del cielo, pero hasta ahora el Corán ha estado 
				fuera de esta discusión. El único modo de pasar a través de esa 
				muralla es demostrar que el Corán tiene una historia también.
				   
				Los fragmentos de Sana’a nos 
				ayudarán a hacer eso". 
			Acerca de los textos y las conclusiones 
			de Puin, Toby Lester de The Atlantic Monthly sostiene: 
				
				"...algunos de esos fragmentos 
				revelaron aberraciones pequeñas pero intrigantes del texto 
				coránico que permanece.    
				Tales aberraciones, aunque no 
				sorprendentes para los historiadores textuales, están 
				problemáticamente en desacuerdo con la creencia musulmana 
				ortodoxa de que el Corán como nos ha llegado hasta hoy es muy 
				simplemente la Palabra perfecta, eterna e inalterable de Dios...   
				Lo que los Coranes yemeníes parecen 
				sugerir, comenzó a sentir Puin, es que se trató de un texto 
				evolutivo más bien que simplemente la Palabra de Dios 
				como fue revelada en su totalidad al profeta Mahoma en el siglo 
				séptimo d.C." 
			Entre otros que han sopesado el valor 
			del descubrimiento yemeni se incluye el doctor Andrew Rippin, 
			un profesor de Estudios Islámicos: 
				
				"El impacto de los manuscritos 
				yemeníes todavía debe ser sentido. Sus variantes de lectura y 
				del orden de los versos son todas muy significativas. Todo el 
				mundo está de acuerdo en esto.    
				Estos manuscritos dicen que la 
				historia temprana de los textos coránicos es en gran parte una 
				cuestión sin resolver que muchos han sospechado:  
					
					el texto era menos estable, y 
					por lo tanto tenía menos autoridad, que lo que siempre se ha 
					afirmado". 
			Con respecto a lo mismo, el profesor de 
			historia islámica doctor R. Stephen Humphreys resume la 
			importancia del estudio de cómo fue creado el Corán y el papel de 
			los manuscritos yemeníes en esta búsqueda: 
				
				"Poner en perspectiva histórica el 
				Corán sería en efecto deslegitimar la experiencia histórica 
				entera de la comunidad musulmana.    
				El Corán es la Constitución para la 
				comunidad, el documento que la llamó a la existencia. E 
				idealmente aunque obviamente no siempre en realidad, la historia 
				islámica ha sido el esfuerzo para perseguir y poner en práctica 
				los mandamientos del Corán en la vida humana.    
				Si el Corán es un documento 
				histórico, entonces la lucha islámica entera de catorce siglos 
				es efectivamente carente de sentido". 
			La evidencia revela que el Corán fue 
			creado durante un período de décadas, si no siglos, por diversas 
			manos, más bien que representar una "revelación" singular y divina 
			del Todopoderoso a Mahoma. [3]
 
			  
			  
			¿Quién Era 
			Mahoma?
 
 Tal como ocurre con la historicidad de Buda, Jesús, 
			Moisés y otros, la de Mahoma es cuestionable.
 
			  
			Él parece ser todavía otra figura 
			religiosa de fachada inventada para crear una religión "estatal". Su 
			"historia" está llena de fantásticas leyendas, pero incluso si 
			llegásemos a encontrar una "persona histórica" allí, no sería una de 
			un carácter muy alto o afable.  
			  
			Como dice Potter: 
				
				"En cuanto a mujeres, su gusto 
				estaba en viudas con temperamento... Como recreación, él se 
				deleitaba en fabricar zapatos. Quizás su mayor alegría era 
				cuando él contemplaba las cabezas cortadas de sus enemigos.
 "Sus aversiones eran igualmente variadas. Él detestaba las ropas 
				de seda, el cobro de intereses, los perros, las mentiras de los 
				otros, los judíos y los cristianos. Él odiaba a los poetas, y 
				dijo: 'Cada pintor estará en el infierno'.
 
 "Él era extremadamente vano. Una inteligente mujer poeta lo 
				satirizó. Ella fue asesinada cuando dormía con su niño en su 
				pecho, y el vengativo Mahoma elogió a su asesino. Una vez él 
				torturó a un judío para averiguar la localización de un tesoro 
				escondido y luego lo hizo matar y añadió a la viuda a su propio 
				harem. Extraño en efecto era el carácter del profeta. ¿Cómo 
				podría tal persona inspirar tal reverencia y lealtad? Éste es 
				uno de los rompecabezas de la Historia.
 
 "No fue que él hubiera desarrollado una gran teología, tampoco, 
				porque la poca teología que tiene el Islam, digna de ese nombre, 
				fue elaborada después de que Mahoma llevaba tiempo muerto".
 
			Según los hadiths (hadices) - 
			registros de supuestos dichos y actos de Mahoma y sus compañeros - 
			el profeta era en efecto de un carácter que repugnaría a cualquier 
			ser humano decente.  
			  
			Un hadiz tras otro habla del 
			insaciable apetito sexual de Mahoma, que incluía tener sexo con su 
			"esposa" Aisha, quien tenía 9 años y no había alcanzado siquiera la 
			pubertad.  
			  
			Diversas autoridades islámicas también 
			han afirmado que Mahoma comenzó a "muslear" a Aisha [thighing, 
			frotar su miembro entre los muslos de ella] cuando se casó con ella 
			cuando ésta tenía seis años de edad. [4]
 En cuanto a cómo tal personaje pudo inspirar tal reverencia y 
			devoción, creeríamos que fue porque Mahoma y el Islam fueron 
			creados por todavía otra facción de "la hermandad" para 
			propósitos del competir con el judaísmo, el cristianismo, el 
			Zoroastrismo y otras religiones.
 
			  
			Como dice N.A. Morozov: 
				
				"...hasta las Cruzadas, el Islam era 
				indistinguible del judaísmo y... sólo entonces recibió su 
				carácter independiente, mientras Mahoma y los primeros califas 
				son figuras míticas". 
			Detrás de la creación de tales 
			ideologías están por lo general aquellos que más se benefician, 
			particularmente "terceros" fabricantes de armas, ya que estos credos 
			que dividen ponen para siempre una cultura contra otra.
 
 
			  
			"¡Deja Ir a Mi 
			Pueblo!"
 
 A pesar de las tentativas poco convincentes hechas por individuos 
			bien intencionados para afirmar el pacificismo del Islam, el 
			hecho es que éste es una religión del guerrero del desierto y no fue 
			difundida por medios pacíficos.
 
			  
			Como dice Gerald Berry, en 
			Religions of the World (p. 62): 
				
				"En parte porque él necesitaba 
				fondos y en parte porque sus seguidores no eran expertos en la 
				agricultura como lo eran los naturales de Yathrib, [Mahoma] 
				organizó bandas guerreras para asaltar caravanas.    
				No teniendo ningún lazo con las 
				religiones más antiguas, él las envió incluso en los meses de 
				paz. Esto comenzó la Guerra Santa de Arabia. El movimiento 
				entero de Mahoma tomó el carácter de un militarismo religioso.
				   
				Él hizo de los musulmanes unos 
				luchadores fanáticos enseñando que la admisión en el Paraíso 
				estaba asegurado para todos aquellos que murieran luchando por 
				la causa de Alá". 
			Al final, el Islam, que significa 
			"sumisión", fue construido sobre mitos y tradiciones más antiguos, y 
			fue diseñado para usurpar el poder de cristianos, judíos y mujeres.
			 
			  
			Si bien no tenemos ningún altercado con 
			toda la cultura árabe, realmente tenemos un problema grande con 
			ideologías que están llenas de verdades a medias y mentiras.  
			  
			Por causa de la arrogancia y la 
			intolerancia, las culturas antiguas, junto con su variedad, justicia 
			y belleza, han llegado a ser casi borradas. En efecto, las 
			monolíticas religiones occidentales representan una degradación 
			masiva de la cultura.
 Si los habitantes de este planeta simplemente llegaran a informarse 
			de los orígenes de sus tradiciones en su totalidad, podríamos vivir 
			en un mundo de enorme belleza y conocimiento, a diferencia de 
			ideologías feas, supersticiosas y represivas que son excluyentes e 
			intolerantes.
 
			  
			El Islam surgió debido a la represión 
			por parte del cristianismo y el judaísmo, así como por causa de una 
			desequilibrada cultura femeninamente orientada.  
			  
			Tal como aquellas tradiciones, el Islam 
			está completamente fuera de equilibrio, y podemos sufrir todos por 
			ello, en particular si se cumplen las predicciones de que el Islam 
			será la religión más dominante en el mundo en las próximas décadas.
 Como se declaró antes, hay pocas mujeres u hombres no-musulmanes que 
			desearían vivir en tal mundo.
 
			  
			A causa de esta aversión, esperaríamos 
			ver en el futuro innumerables y espantosas batallas y guerras 
			emprendidas en nombre de un dios u otro, como ha sucedido demasiado 
			a menudo en el pasado, especialmente con estos credos 
			abrahámicos monoteístas del judaísmo, el cristianismo y el 
			Islam.  
			  
			Al final, estos tres son responsables de 
			la muerte de cientos de millones de personas, de manera que, ¿por 
			qué son considerados como "grandes religiones"? La cosa más "grande" 
			con respecto a ellas es su número de víctimas.
 Si este mundo debe sobrevivir en la época que viene, necesitaremos a 
			tantas personas como sea posible para descartar todas
			
			estas doctrinas que dividen.
 
			  
			Lo que necesitamos en este planeta, 
			ahora mismo, son seres humanos honestos, preocupados e íntegros que 
			estén motivados no por potenciales favores y recompensas de
			
			deidades sádicas y etnocéntricas en el 'cielo', 
			sino por una innata decencia e integridad.  
			  
			Sólo de esta manera podremos todos 
			nosotros vivir en paz más bien que en temor, que es el arma manejada 
			por la religión para convertir al "fiel".
 
 
 
			  
			Referencias 
				
					
					
					
					
					
					http://www.politicalislam.com/tears-of-jihad/
					
					
					
					
					http://freethoughtnation.com/forums/viewtopic.php?f=5&t=1735
					
					
					
					
					
					http://ayudamosconocer.com/significados/letra-s/sana-manuscritos.php
					https://en.wikipedia.org/wiki/Sana%27a_manuscript
 http://www.academia.edu/12044248/Guide_for_the_Perplexed_on_the_Sanaa_Manuscripts_its_discovery_...
 http://www.islam-watch.org/home/78-sujit/46-earliest-quranic-manuscripts-of-sanaa-downfall-of-islam.html
					
					
					
					
					http://wikiislam.net/wiki/Qur%27an,_Hadith_and_Scholars:Aisha#.22Thighing.22_Aisha
					 
			  
			
 Fuentes
 
				
					
					
					Berry, Gerald, Religions of the 
					World, Barnes & Noble, 1955
					
					Dawood, N. J., The Koran, 
					Londres, 1995
					
					Dupuis, Charles, The Origins of 
					All Religious Worship
					
					Glazov, Jamie, "The Yemeni Koran", 
					FrontpageMag.com
					
					Potter, Charles Francis, The 
					Great Religious Leaders, Nueva York, 1958
					
					Reik, Theodor, Pagan Rites in 
					Judaism, Nueva York, 1964
					
					Walker, Barbara G., The Woman's 
					Encyclopedia of Myths and Secrets, San Francisco, 1983 
			   
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