por María Hidalgo
05 Noviembre 2016
del Sitio Web
Muhimu
Sabían que cuando
Einstein daba alguna conferencia en las
numerosas universidades, la
pregunta recurrente que le hacían los estudiantes era:
-¿Cree Ud. en Dios?
Y él siempre respondía:
-Creo en el Dios de
Spinoza.
El que no había leído a
Spinoza se sorprenderá.
Baruch de Spinoza fue un filósofo Holandés
considerado uno de los tres grandes racionalistas de la filosofía
del siglo XVII, junto con el francés Descartes.
El Dios o Naturaleza de Spinoza hubiera dicho:
"Deja ya de estar
rezando y dándote golpes en el pecho!
Lo que quiero que hagas es
que salgas al mundo a disfrutar de tu vida.
Quiero que goces, que cantes, que te diviertas y que disfrutes
de todo lo que he hecho para ti.
¡Deja ya de ir a esos templos lúgubres, obscuros y fríos que tú
mismo construiste y que dices que son mi casa. Mi casa está en
las montañas, en los bosques, los ríos, los lagos, las playas.
Ahí es en donde vivo y ahí expreso mi amor por ti.
Deja ya de culparme de tu vida miserable; yo nunca te dije que
había nada mal en ti o que eras un pecador, o que tu sexualidad
fuera algo malo.
El sexo es un regalo que te he dado y con el que puedes expresar
tu amor, tu éxtasis, tu alegría. Así que no me culpes a mí por
todo lo que te han hecho creer.
Deja ya de estar leyendo supuestas escrituras sagradas que nada
tienen que ver conmigo. Si no puedes leerme en un amanecer, en
un paisaje, en la mirada de tus amigos, en los ojos de tu
hijito…
¡No me encontrarás en ningún libro!
Confía en mí y deja de pedirme. ¿Me vas a decir a mí como hacer
mi trabajo?
Deja de tenerme tanto miedo. Yo no te juzgo, ni te crítico, ni
me enojo, ni me molesto, ni castigo. Yo soy puro amor.
Deja de pedirme perdón, no hay nada que perdonar. Si yo te hice…
yo te llené de pasiones, de limitaciones, de placeres, de
sentimientos, de necesidades, de incoherencias… de libre
albedrío.
¿Cómo puedo culparte si respondes a algo que yo puse en
ti?
¿Cómo puedo castigarte por ser como eres, si yo soy el que
te hice? ¿Crees que podría yo crear un lugar para quemar a todos
mis hijos que se porten mal, por el resto de la eternidad? ¿Qué
clase de dios puede hacer eso?
Olvídate de cualquier tipo de mandamientos, de cualquier tipo de
leyes; esas son artimañas para manipularte, para controlarte,
que sólo crean culpa en ti.
Respeta a tus semejantes y no hagas lo que no quieras para ti.
Lo único que te pido es que pongas atención en tu vida, que tu
estado de alerta sea tu guía.
Amado mío, esta vida no es una prueba, ni un escalón, ni un paso
en el camino, ni un ensayo, ni un preludio hacia el paraíso.
Esta vida es lo único que hay aquí y ahora y lo único que
necesitas.
Te he hecho absolutamente libre, no hay premios ni castigos, no
hay pecados ni virtudes, nadie lleva un marcador, nadie lleva un
registro.
Eres absolutamente libre para crear en tu vida un cielo o un
infierno.
No te podría decir si hay algo después de esta vida, pero te
puedo dar un consejo. Vive como si no lo hubiera. Como si esta
fuera tu única oportunidad de disfrutar, de amar, de existir.
Así, si no hay nada, pues habrás disfrutado de la oportunidad
que te di. Y si lo hay, ten por seguro que no te voy a preguntar
si te portaste bien o mal, te voy a preguntar,
¿Te gustó?… ¿Te
divertiste? ¿Qué fue lo que más disfrutaste? ¿Qué aprendiste?…
Deja de creer en mí; creer es suponer, adivinar, imaginar. Yo no
quiero que creas en mí, quiero que me sientas en ti. Quiero que
me sientas en ti cuando besas a tu amada, cuando arropas a tu
hijita, cuando acaricias a tu perro, cuando te bañas en el mar.
Deja de alabarme, ¿Qué clase de Dios ególatra crees que soy?
Me aburre que me alaben, me harta que me agradezcan. ¿Te sientes
agradecido? Demuéstralo cuidando de ti, de tu salud, de tus
relaciones, del mundo. ¿Te sientes mirado, sobrecogido?…
¡Expresa tu alegría! Esa es la forma de alabarme.
Deja de complicarte las cosas y de repetir como un loro lo que
te han enseñado acerca de mí.
Lo único seguro es que estás aquí, que estás vivo, que este
mundo está lleno de maravillas. ¿Para qué necesitas más
milagros? ¿Para qué tantas explicaciones?
No me busques afuera, no me encontrarás. Búscame dentro… ahí
estoy, latiendo en ti".
Anand Dilvar
Todo empezó cuando Albert
Einstein fue interrogado vía telegrama por el rabino Herbert S. Goldstein sobre si creía o no en la existencia de Dios.
Einstein respondió:
"Creo en el Dios de
Spinoza, quien se revela así mismo en una armonía de lo
existente, no en un Dios que se interesa por el destino y las
acciones de los seres humanos".
En una entrevista de 1930
publicada en el libro
Glimpses of the Great de G. S. Viereck,
Einstein amplia su explicación aún más:
"Tu pregunta es la
más difícil del mundo. No es algo que pueda responder con un
simple sí o no.
No soy ateo. No sé si pueda definirme como un
panteísta. El problema en cuestión es demasiado vasto para
nuestras mentes limitadas.
¿Puedo contestar con una parábola?
La
mente humana, no importa que tan entrenada esté, no puede
abarcar el universo.
Estamos en la posición del niño pequeño que
entra a una inmensa biblioteca con cientos de libros de
diferentes lenguas. El niño sabe que alguien debe de haber
escrito esos libros. No sabe cómo o quién.
No entiende los
idiomas en los que esos libros fueron escritos.
El niño percibe
un plan definido en el arreglo de los libros, un orden
misterioso, el cual no comprende, sólo sospecha. Esa, me parece,
es la actitud de la mente humana, incluso la más grande y culta,
en torno a Dios.
Vemos un universo maravillosamente arreglado,
que obedece ciertas leyes, pero apenas entendemos esas leyes.
Nuestras mentes limitadas no pueden aprehender la fuerza
misteriosa que mueve a las constelaciones.
Me fascina el
panteísmo de Spinoza, porque él es el primer filósofo que trata
al alma y al cuerpo como si fueran uno mismo, no dos cosas
separadas"
¿Cómo es el Dios de Spinoza al que Einstein se refiere?
Baruch Spinoza, nacido un 24 de noviembre de 1642 como Benedito de
Espinosa, fue un filósofo neerlandés, de origen judío sefardí,
considerado junto con Descartes y Leibniz uno de los filósofos
racionalistas más importantes de la ilustración, cuya repercusión
fue reconocida después de su muerte, acaecida el 21 de febrero de
1677 a la edad de 44 años.
Su obra más sobresaliente
es la Ética demostrada según el orden geométrico, publicada
póstumamente por sus amistades más cercanas y que pronto fue
censurado por
la Iglesia Católica al incluirlo en su
Index Librorum Prohibitorum.
En su magnum opus, Spinoza trató de definir la Naturaleza de Dios y
de las pasiones humanas.
Para Spinoza no hay un dualismo, sino un
monismo intermedio, esto es, no existen dos substancias, sino una
con distintos atributos como el del pensamiento y/o la extensión.
Consideró además que Dios
era una red extensa, esta concepción asume a Dios no como
metafísico, sino como la totalidad de lo físico o material.
Dios es Naturaleza Naturante que presenta afecciones y modos
de ser, que a su vez tienen como origen necesario a Dios, estos son
considerados como naturaleza naturada, así Dios es aquel ser en el
que se concibe y es todo cuando existe, y que sin él o fuera de él
nada es o puede ser concebido.
A este perspectiva se le
consideró como Panteísta, lo que significa Todo en Dios.
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