por Ruben Torres del Sitio Web LaCosechaDeAlmas
Soy consciente de lo mucho que cuesta desprenderse de nuestros iconos religiosos y más cuando son 'fechas de pasión'.
Son tradiciones heredadas que trascienden lo institucional y lo cultural. Depositamos en estos iconos toda nuestra fe, toda nuestra esperanza y toda nuestra voluntad.
Volcamos intencionalmente en esas imágenes, una gran cantidad de poder, menospreciando nuestra propia capacidad, que sin duda, es la que es capaz de obrar auténticos milagros.
Estos símbolos terminan
representando todo lo que somos capaces, catalizan todas nuestras
capacidades, nuestras energías y obran aquello, que en realidad es
obra nuestra.
Nos venden la imagen de dios como la de un padre, ese padre benévolo, comprensivo y cariñoso que es capaz de perdonar incluso in extremis, cualquier "error" que hayamos cometido.
También nos venden la
imagen de la madre, quien no adora a esa madre, esa madre ardorosa y
amantísima, que nos quiere tal cual somos y vela por nosotros, y
como no, nos venden la imagen del hijo, ese hijo que es para
nosotros un hermano mayor, que nos aconseja, nos muestra el buen
camino y nos apoya. La iglesia potencia la imagen del Jesús doliente
para alimentar el sentimiento de culpa.
Estas imágenes desvirtúan nuestra capacidad, nos resta y nos minusvalora, esa 'sagrada' familia, no es la verdadera divinidad y no son mas que becerros dorados, iconos falsos, que nos permite poner rostros a un concepto que para entenderlo, precisa un trabajo de auto conocimiento que muy pocos están dispuestos a hacer, porque son necios, absolutos ignorantes descreídos, que piensan que su opinión es escritura sagrada, y obtusamente niegan lo verdaderamente sagrado que vive en su interior, porque son incapaces de abrir sus cerradas miras y ampliar su encajonado horizonte.
Esas imágenes representan antiquísimas deidades que poco tienen que ver con lo que la iglesia nos vende:
Evidentemente no, esos
rostros y esos nombres ha ido mutando con el paso de los siglos,
pero siempre han estado ahí, parasitando la conciencia humana.
Existen trabajos más
exhaustivos de lo que yo pueda aportar e invito a que se indague en
caso de duda.
Un Dios verdadero, quiere que te sinceres y abras tu corazón, no sientas miedo, vergüenza o culpa, que exista una comunicación, no una comunión, que hables desde el corazón y no con rezos repetitivos y vacíos.
Basta ya de adorar imágenes, rendir cultos, hacer sacrificios y encender velas en oscuros templos.
La única luz que
deberíamos encender, es la luz de
nuestra alma, y a partir de ahí, la luz llegará a nuestra
inteligencia, que aun hoy, palpa la realidad en absoluta oscuridad.
potencia el dolor, la culpa y el sufrimiento,
Al día siguiente de su 'crucifixión', nada cambio en la conciencia humana y tras siglos de adoctrinamiento, diría que de haberse producido este hecho, ha sido el sacrificio mas inútil que ha visto la humanidad, ya que solo ha traído,
...y dos mil años después, incomprensiblemente seguimos odiándonos lo mismo...
Seguimos mirando al cielo esperando un milagro, un milagro que nunca llegará volando a nosotros, y de producirse, no sería mas que una argucia rastrera que nos entramparía aun mas, a los que aun se encuentran atrapados en estas redes, que aun temen saltar la cerca que pusieron otros a su mente.
Si aun guardas alguna creencia en 'Jesús' solo decirte que ese Jesús que las distintas iglesias cristianas te ofrecen, jamás existió...
Podéis buscar al Jesús histórico o al
Jesús gnóstico y sus
enseñanzas, si estas os sirven, pero esa vida heroica y ejemplar que
tanto os han inculcado, no es más que un arquetipo prefabricado.
Esto va para los que aun tienen dentro ese poso de temor, ese miedo a desprenderse de la tradición y esas imágenes que son parte de su cultura y su forma de entender la fe, que está presente en sus fiestas y sus costumbres; pero no podemos esperar más, y hay que empezar soltar ese lastre.
Ninguna representación divina ha de ser considerada o tomada en cuenta, máxime si se sitúa por encima de nuestra conciencia.
Toca trabajarnos a nosotros mismos y desprendernos del miedo y la culpa, entender que somos inocentes, porque las decisiones que tomaste aquí, no tienen ningún peso espiritual, ya que tu libre albedrío se encuentra coartado.
Eliges, si, pero entre opciones incorrectas:
Al ofrecérsete únicamente opciones erróneas, no se te da a elegir entre algo completamente polarizado, bueno o malo, correcto o incorrecto, si no entre lo malo y lo peor.
Así únicamente burlan y estiran como un
chicle la ley universal de causa y efecto; esta no es respetada, por
tanto no hay culpa, y solo existe la inocencia del Ser, que a sido
engañado. Las imágenes cristianas continúan cultos anteriores a dioses
que poco tienen que ver con el 'ideal' cristiano.
Mientras continuemos bajo tutela religiosa, no seremos plenamente libres y conscientes de las implicaciones del uso de nuestro libre albedrío, esto es solo una simulación por lo tanto no hay opción al error; el pecado es solo una ilusión y la culpa un engaño.
Finalmente esa imaginería, ese culto y esas divinidades, no son mas que excusas para no tomar conciencia, excusas para seguir eludiendo nuestra responsabilidad y apoderarnos de nuestro Ser.
Mientras sigamos
tutelados por esos demiurgos, esos falsos profetas y esas falsas
divinidades paternales, continuaremos alimentando esa ansia de ser
tutelados, guiados o pastoreados.
Todas esas imágenes son adoptadas como parte de la identidad socio cultural y supone un gran esfuerzo desprenderse de ellas, porque no apartan una falsa deidad, sino que apartan una parte de su legado social y eso es lo que mas cuesta soltar.
La iglesia fue muy inteligente y dio a esas falsas imágenes un cariz territorial, para asegurarse la filiación eterna de sus feligreses.
Pero lo que esas pobres gentes desconocen, es la
realidad que hay detrás de toda esa parafernalia. Por eso nunca es
poco todo lo que se haga por concienciar en la necesidad de soltar
esa idolatría inservible.
El vino, dio un mensaje, un patrón tan valido como cualquier otro para lograr que despertaras, pero preferiste volverte un fan(-atico) y sacaste lo que crees (o te han dicho) que es su imagen sangrante en procesión y así alimentar tu propio vía crucis egocéntrico en el que tu tienes la culpa del derramamiento de una sangre que solo está en la conciencia de aquellos que no quieren que logres tu verdadero propósito, que no es otro que liberarte de este yugo.
Te dieron un
contenido y te quedaste con el continente, la iglesia se afano en
hacerte creer que él no era un hombre sino un dios y a partir de
ahí, el ser humano fue de cabeza y contra el viento; se podría decir
que Jesús vino a echar perlas a los cerdos y que el plan de su
"padre" no sirvió de mucho, visto lo visto.
Por eso la mayoría sigue
esperando, en una perpetua
rueda de vidas y muertes llenas de
esperanza, esperando un regreso que nunca se producirá, por que
cristo somos todos y la segunda venida será cuando todos hagamos
relucir nuestro cristo...
|