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  por Christine Colebeck
 
			traducido por 
			 
			Adela Kaufmann 
			(versión 
			original)9-17-4
 del Sitio Web
	Rense
 
 
			Hoy es el dulce 16avo cumpleaños de mi hija, pero no estaremos 
			celebrando. En cambio, encenderé una vela y cuando la sople pediré 
			un deseo en memoria de mi hija. Mi deseo es para todas las madres en 
			el mundo, que se eduquen a sí mismas y que tomen opciones basadas en 
			información, 
			para quizá prevenir tragedias innecesarias y ahorrarse el dolor que 
			yo siento. 
 
 La Historia de Laura
 
 Después de 41 semanas de embarazo, en el 27 de julio de 1986, hizo 
			su entrada en el mundo Laura Marie, una pequeña, saludable y perfecta 
			bebé. La familia y amigo, que esperaban ansiosamente encontrarse al 
			nuevo miembro familiar, nos dieron la bienvenida en casa. Ellos le 
			regalaron muchos diminutos vestiditos rosados, y nosotros bromeamos 
			con que ella nunca podría ponérselos todos en toda su vida.
 
 Nuestras vidas cambiaron completamente, y ahora todo giraba 
			alrededor de los paseos en coche de niño en el parque, amigos 
			visitantes, cambiar pañales, alimentaciones nocturnas y comprando 
			más pequeños vestiditos rosados. Nosotros éramos padres ahora, 
			teníamos una familia y la vida era completamente perfecta.
 
 Yo llevé a Laura al pediatra, para algunos chequeos médicos. Ella 
			era una mujer mayor, muy amable y agradable. Cuando cumplió 3 meses 
			de edad, la pediatra estaba muy contenta con el desarrollo de Laura 
			y su ganancia de peso, y la vacunó con DPT OPV. Yo ni siquiera la 
			cuestioné, sabía que los bebés de todos mi amigos tuvieron esta 
			misma vacuna y "todas las buenas madres" vacunaban a sus niños para 
			protegerlos. Yo dejé la oficina del pediatra y caminé a casa.
 
 Laura estaba muy melindrosa, lo que era raro. Iba llorando 
			ruidosamente en todo el camino a casa, en el coche de niño. Cuando 
			llegamos a casa, comprendí que ella había orinado tan pesadamente 
			que mojó todo en el coche de niño. Entonces, su lamento se convirtió 
			en gritos desarrollando fiebre a continuación; su pierna estaba muy 
			hinchada y roja, y se sentía caliente. Llamé al pediatra que me dijo 
			esto era "normal " y que le diera su Tempra. Yo le dí Tempra de bebé 
			y me sentí mejor, el pediatra me había asegurado esto era normal.
 
 Laura continuó gritando y yo ya no podía consolarla. Todos mis 
			instintos me decían que esto no era normal pero yo era muy joven, y 
			con mi primer niño, por lo que confié en el doctor. No podía 
			sostener a Laura en mis brazos gritaba más ruidosamente con 
			cualquier movimiento de su pierna, que parecía causarle terrible 
			dolor. Yo la puse en la cuna y ella lloró hasta dormirse. Estaba muy 
			aliviada, porque la Tempra parecía estar funcionando y el doctor 
			parecía haber tenido razón. Comencé a sentirme tonta por todas mis 
			preocupaciones anteriores. Corto tiempo después, Laura se despertó 
			gritando y pasó toda la tarde gritando y durmiéndose y 
			despertándose.
 
 Ella no tenía apetito alguno y nada la lograba hacer que parara de 
			gritar. Finalmente vino la hora de acostarla y ella lloró en su 
			cuna, hasta que se durmió. Nunca había llorado antes de dormirse y 
			yo me sentía muy mal por dejarla llorar, pero si la sostenía, 
			lloraba más fuerte. Mi esposo regresó a casa del trabajo, y le conté 
			todo lo que había pasado ese día. Laura estaba durmiendo 
			ruidosamente en su cuna y los dos estábamos aliviados de que, al 
			parecer, ella estaba sintiéndose bien y decidí no preocuparme... 
			Debería de haberme preocupado.
 
 Por la mañana desperté y me sobresalté al comprender que mi esposo 
			se había dormido para ir al trabajo. Inmediatamente supe que algo 
			andaba mal, y la preocupación de la noche anterior regresó a mí. 
			Corrí rápidamente a su cuna, con un sentimiento de miedo. Ella no se 
			veía bien. Cerré mis ojos firmemente y los abrí de nuevo, y 
			consideré la posibilidad que éste era un sueño, pero cuando abrí mis 
			ojos de nuevo, vi que parecía muerta.
 
 Yo entré en estado de shock, y después de eso, mucho de ese día 
			sigue siendo un borrón. La toqué y estaba muy caliente. Le grité a 
			mi marido que llamara al 911.
 
 Observé cuando él realizó un CPR, mi cuerpo estaba helado y no me 
			podía mover. Él intentó reavivar a nuestra niña sin efecto. Él me 
			estaba gritando que le abriera la puerta a los paramédicos, lo que 
			me trajo de un golpe de vuelta a la realidad, y fui a abrir la 
			puerta. Me podía mover ahora, pero no podía hablar. A puras penas 
			estaba de pie, agitando aturdidamente mi cabeza, sintiéndome 
			completamente desvalida mientras docenas de paramédicos, policías y 
			bomberos se pasaban apresurados más allá de mí, a nuestra casa.
 
 Yo no lloré, y quise gritarles a ellos que la dejaran, pero no podía 
			hablar. Ella estaba en el suelo y ellos estaban sacudiendo su 
			diminuto cuerpo, en la pequeña alcoba con paredes pintadas de 
			amarillo y papel de empapelar de payasos. Yo me quedé parada, orando 
			allí en mi cabeza para que la dejaran tranquila, que salieran de su 
			alcoba y que yo me despertaría de este horrible sueño.
 
 Entonces escuché a alguien decir había un pulso débil y de repente 
			me sentí esperanzada. La llevaron apresuradamente de la casa en una 
			ambulancia. Fue entonces que los detectives de homicidios nos 
			llevaron a otro cuarto y comenzó la interrogación.
 
 Ellos decidieron que mi marido y yo necesitábamos ser cuestionados 
			en cuartos separados. Inmediatamente comprendí que ellos sospechaban 
			que nosotros le habíamos hecho esto a nuestra niña. Todos nosotros 
			sabemos que los niños perfectos no se mueren de repente sin ninguna 
			razón. Yo estaba callada, ya había decidido, en mi mente, que esto 
			era, de alguna forma mi culpa, y aunque yo no estaba muy segura de 
			lo que había hecho para matarla, me convencieron que yo, de algún 
			modo había causado que esto pasara.
 
 Quizás, yo estaba siendo castigada por dios por algún pecado, o 
			quizás pasó porque yo había permitido dejara llorar hasta que se 
			durmiera esa noche. El hecho permanecía que mi niño estaba muerto, y 
			las “buenas madres” no tienen niños muertos.
 
 Mi esposo comenzó a protestar ruidosamente sobre la línea de 
			interrogación y exigió que nos llevaran inmediatamente al hospital a 
			ver a nuestra niña. Los detectives nos llevaron finalmente al 
			hospital y nos pusieron en el "cuarto de las malas noticias”. El 
			doctor vino e insistió que nos sentáramos antes de hablarnos.
 
 Él empezó diciéndonos que ellos habían probado esto y aquello, y 
			entonces, finalmente dijo las palabras que harían eco en mis oídos 
			por toda una vida:
 
				
					
					"Ella está muerta". 
					 
			La pediatra, a quien yo respetaba y adoraba se quebrantó y lloró 
			cuando le di las nuevas por teléfono. Ella iba de un lado al otro 
			defendiendo la vacuna que se dijo, era segura, y culpándola de matar 
			a mi niña y a aquéllos que le dijeron que era segura. 
 Ella me dijo entonces que también tenía otro paciente, un infante, 
			que murió después de esta misma vacunación.
 
 Entonces los detectives nos llevaron a casa para más preguntas, 
			repitiendo a menudo las mismas preguntas varias veces hasta que se 
			cansaron de preguntar. Las preguntas constantemente se centraban 
			alrededor de nuestro involucramiento, luego buscaron en la casa y 
			verificaron si había señales de entrada forzada. Mi esposo 
			repetidamente les dijo que él pensaba que la vacuna había matado a 
			nuestra niña y les contaba una y otra vez sobre su conducta rara 
			desde que fue vacunada.
 
 Todos los que conocemos llegaron a nuestra casa. Yo hice el café y 
			limpié la casa, como si hubiera sido cualquier otro día y como si 
			estábamos teniendo "invitados". El shock es una cosa extraña y 
			maravillosa y, claro, usted no sabe que está en shock.
 
 Mis padres insistieron finalmente en llevarme a su casa durante unos 
			días, mientras mi marido y sus amigos tenían la horrenda tarea de 
			empaquetar el cuarto de la bebé, porque yo no podía más estarlo 
			viendo. El cuarto que había arreglado tan amorosamente estaba ahora 
			vacío y era una fuente de gran dolor.
 
 Varios días después del funeral, con el diminuto ataúd blanco, que 
			era tan pequeño que mi marido lo cargó solo, salí finalmente del shock y me permití llorar a mares. Lloré por todas las cosas que 
			nunca haría con mi hija. Todas las clases de ballet que nunca 
			tomaría, la boda a laque yo nunca asistiría, los nietos nunca 
			conocería y todos los sueños que nunca lograría realizar con ella. 
			Lloré por todo que eran y todo lo que nunca sería. Había un vacío 
			dentro de mí, y eso amenazó tragarme del todo, al sumirme en las 
			profundidades del pesar durante los días más oscuros de mi vida.
 
 Los detectives eventualmente estuvieron satisfechos de que no 
			habíamos dañado a nuestra hija de forma alguna, y la investigación 
			sobre su muerte acabó. Nosotros fuimos dejados, entonces, sin 
			respuestas.
 
 Los doctores no quisieron hablar acerca de que su muerte estuviera, 
			de forma alguna, relacionada a la vacuna y, uno después del otro, se 
			negaron a contestar nuestras muchas preguntas. Me dijeron 
			repetidamente que las vacunas eran "lo mejor". Me dijeron incluso 
			que la pérdida de vida a través de la inmunización era “esperada” en 
			la guerra contra la enfermedad, pero estas pérdidas eran 
			consideradas estar a "niveles aceptables".
 
 Sin embargo, esto no se sentía muy aceptable o bueno para mí, como 
			madre con los brazos vacíos que dolían por la muerte de mi niña. El 
			juez, finalmente nos dijo, después meses, que la causa de la muerte 
			fue determinada ser "SIDS" (síndrome de muerte infantil súbita), 
			significando "ninguna causa conocida," y se negó a soltar una copia 
			del informe de la autopsia para nosotros.
 
 Nos tomó casi un año obtener este informe y para nuestro gran 
			horror, comprendimos que el resumen de la autopsia fue copiado 
			directamente de la monografía del producto de vacuna bajo el titular 
			“Contraindicaciones" de la siguiente manera:
 
				
				”Síndrome de muerte infantil súbita ha sido reportado después de la 
			administración de vacunas que contienen tóxicos de Difteria, tóxicos 
			de tétano, y vacuna contra la pertussis (tosferina). Sin embargo, la 
			importancia de estos informes no es clara. Un factor común es la 
			edad, donde la inmunización primaria se hizo entre la edad de 2 a 6 
			meses, un periodo dónde se ha visto más síndromes de muerte súbitas 
			infantiles ocurrir con una incidencia máxima en la edad de 2 a 4 
			meses". 
			No hubo prueba alguna de toxicología realizada, y el pediatra nunca 
			archivó un reporte adverso de reacción de vacuna con las autoridades 
			de salud. Supe después que la mayoría de las muertes inducidas por 
			vacunas en este país se lista como Síndrome de Muerte Súbita 
			Infantil, y las estadísticas del Síndrome de Muerte Súbita Infantil 
			no se incluyen en la información sobre reacciones adversas, aun si 
			un niño ha muerto solo algunas horas después de recibir la vacuna. 
			Esta información es presentada a los médicos y al público para 
			reasegurarles que las vacunas son seguras.
 La propia literatura del gobierno avisa que se han realizado muy 
			pocas o ninguna prueba en el área de seguridad de vacunas, o 
			eficacia de ellas. Esencialmente, nuestros niños son las pruebas. 
			Según su literatura, la inmunización es la manera "más efectiva en 
			costo" para prevenir la enfermedad. En ninguna parte en su 
			literatura declara ser el más seguro.
 
 Nosotros estamos comerciando con las vidas de nuestros niños para 
			ahorrar el dinero gubernamental. Nos dicen que los beneficios pesan 
			más que los riesgos, pero muchas de las enfermedades para las que 
			nosotros nos vacunamos no son de amenaza a la vida; sin embargo, la 
			vacuna misma tiene el potencial para matar.
 
 Las vacunas matan a una proporción muy más alta de lo que nos llevan 
			a creer. Nosotros tocamos la ruleta de la vacuna con las vidas de 
			nuestros niños y nunca sabemos qué niño será la próxima víctima.
 
 Si las desigualdades están de 1 en 500 mil para la muerte, 1 en 100 
			mil para lesión permanente del cerebro, 1 en 1700 para 
			agarrotamiento y convulsiones o uno en 100 de reacción adversa, 
			¿quisiera usted arriesgarse? ¿Será aceptable cualquier irregularidad 
			como para convencerle de jugar con la vida de su niño?
 
 Yo puedo asegurarle que la muerte por vacunación no es ni rápida ni 
			sin dolor. Yo vi desvalidamente a mi hija sufrir una 
			insoportablemente lenta muerte lenta cuando gritaba y arqueaba su 
			espalda de dolor, mientras la vacuna hizo lo que se pensaba que 
			haría, y asaltó el inmaduro sistema inmunológico. Los venenos usados 
			como preservantes se rezumaron a través de su diminuto cuerpo, 
			agobiando sus órganos vitales, uno por uno, hasta que colapsaron. Es 
			una imagen que me frecuentará para siempre y espero que ningún otro 
			padre, jamás tenga que pasar por esto.
 
 Una pena de muerte considerada demasiado inhumana en este condado, 
			para la mayoría de los criminales violentos se le dio a mi bella, 
			inocente infantil hija: muerte por la inyección letal.
 
 Hoy, en el cumpleaños de mi hija, yo no sólo lamentaré la pérdida de 
			mi propia niña, sino por todos los niños inocentes, para que los 
			beneficios de las vacunas no pesen más que los riesgos y sentencien 
			innecesariamente a la muerte por inyección letal, bajo la guisa de 
			"lo mejor".
 
 La verdadera guerra no es contra la enfermedad; nosotros nos hemos 
			vuelto nuestros propios peores enemigos, de algún modo, poniendo 
			nuestra fe en la ciencia en lugar de la naturaleza. Hoy, yo llamo a 
			todas las madres alrededor del mundo, para que se me unan poniéndole 
			fin a esta insensata matanza de nuestro recurso más precioso, 
			nuestros niños.
 
 
			
			Respuesta de Dawn Richardson
 Presidente
 
			
			
			http://www.vaccineinfo.net/PROVE 
				
				Queridos Miembros de PROVE Members
				
 Estoy remitiendo esto... como un tributo a la bebé, Laura, y a todos 
			los otros niños que han sido dañados o muertos por una vacuna, para 
			que los padres puedan aprender otro lado a la historia de la vacuna.
 
 Cuando yo tenía casi 8 meses de embarazo con una de mis hijas, me 
			ofrecí como voluntaria para ir a la morgue del Condado de Travis con 
			Karin Schumacher quien, años antes de que ella fuera a la escuela de 
			derecho, daba las noticies en el NVIC.
   
				Karin me pidió que le ayudara 
			a echarle un vistazo por los reportes de autopsias en infantes 
			listados como muertes SIDS y que viera también la información de la 
			vacunación. Nunca me olvidaré de la experiencia. Estábamos sentadas 
			allí en este sótano enterradas en reportes de autopsia en infantes, 
			cuando mi propio bebé me dio un puntapié y se movió dentro de mí.
				
 Aquí hay dos de nuestras observaciones:
 
					
					1) Una cantidad altamente desproporcionada de muertes SIDS se agrupó 
			en 2, 4, y 6 meses—que son las puras veces que los infantes fueron 
			vacunados. Si las vacunas no tuvieran nada que ver con éstas, los 
			números deberían de haberse extendido al azar a lo largo de los 
			primeros 6 meses de vida. No es así. Yo desafío a los cínicos que 
			vayan a cualquier depósito de cadáveres en el país y que sean 
			honestos y vean de lo que estoy hablando. 
 2) Era chocante lo raro que era que se grabara información acerca de 
			la vacuna y cuan poca investigación se estaba haciendo, sobre la 
			causa de la muerte de estos bebés. Me echó al suelo el hecho de que, 
			de encontrarse o mencionarse información sobre la vacuna, a menudo 
			estaba muy incompleta. Los examinadores médicos no pidieron esta 
			indispensable información rutinariamente, y no notaron la 
			correlación de la fecha del deceso del niño como para siquiera 
			preguntar.
 
				Una de las cosas que me golpearon al leer la historia de Cristina... 
			es el que así estamos, 16 años más tarde, y muchos doctores todavía 
			están minimizando y negando los riesgos de las vacunas, y bebés 
			saludables todavía están muriendo después de ser vacunados.
 Una de las cosas más ofensivas que el 
				Senador Frist tiene en su 
				enmienda de vacunas, la cual protege a las farmacéuticas de toda 
			obligación cuando una vacuna daña o mata que alguien, es que propone que el gobierno federal incremente la cantidad de dinero 
			que recibe un padre del programa de compensación gubernamental 
			cuando su niño es matado por una vacuna.
 
 Los
			padres no están dispuestos a ser comprados con el dinero de esta 
			sangre. Oficiales elegidos como Frist, que quieren eliminar la 
			responsabilidad financiera de todas las compañías farmacéuticas y 
			tirarles el hueso a los padres, que el gobierno les pagará más, si 
			este decidiera que la vacuna mató a su niño, debe ser votado fuera 
			del Congreso.
 
 ¡Si usted todavía no ha enviado sus notas de correo electrónico a 
			sus senadores, para oponerse a la S 2053 - POR FAVOR hágalo! Si las 
			compañías de droga tienen CERO amenaza de obligación, de lo único de 
			lo que podemos estar seguros de es que historias como la de Laura se 
			volverán más comunes.
 
 La clave para cambiar es la educación. Afortunadamente, 
				la Internet 
			les permite a los padres educar a los padres. Por favor deténganse un 
			momento en silencio después de leer la nota, y recen una oración por 
			todos los bebés cuyas vidas se acabaron antes de que tuvieran la 
			oportunidad, incluso, para realmente empezar... y entonces tómense el 
			tiempo para remitir esto a otros padres.
 
 Atentamente,
 
 Dawn Richardson
 Presidente de PROVE
 http://www.vaccineinfo.net/national_issues/oppose_Frist_bill_s2053.htm
 Factura de Vacunas del SenadorFrist S 2053
 
 
 
				Comentario del Dr. 
				Mercola:
 
 Yo le insto fuertemente que remita esto en particular a todos - 
			padres, padres en espera, mujeres en sus años de maternidad, y 
			cualquiera que pueda conocer a tales individuos - y pídanles que, a 
			su vez, también lo remitan. Uno de los más grandes poderes de la 
			Internet es que podemos extender información importante rápidamente; 
			otro es que no estamos (todavía!) restringidos de hacerlo, por el 
			gobierno o los cuerpos corporativos.
 
 La trágica historia de Laura es, tristemente, cualquier cosa menos 
			nueva. Durante años, como usted puede ver, vía los vínculos abajo o 
			investigando en 
				Mercola.com, yo he advertido contra las vacunas, 
			como lo han hecho también otros médicos con credibilidad.. Lo bueno 
			que puedan hacer es agobiado por el daño que infligen, desde el 
			trauma que estar atrancado con interminables agujas hasta infligir 
			la misma enfermedad que se suponen que deben evitar, como lo muestra 
			esta historia, la muerte. Se supone que resguardan contra el trauma 
			de ser atrancado con las agujas interminables a infligir la misma 
			enfermedad, cuando esta historia muestra, la muerte.
 
 Hay métodos alternativos y mucho más seguros, como comenzando con 
			una dieta verdaderamente saludable, como está perfilada en mi Plan 
			de Comidas; claro, los fabricantes de drogas y el gobierno que ellos 
			han comprado no quieren que usted crea que las comidas que usted 
			consume y los hábitos que usted adopta sean la solución primaria 
			para establecer la inmunidad a las enfermedades y vivir más mucho 
			tiempo. Ellos quieren que usted crea que sus farmacéuticos, incluso 
			las vacunas, son esenciales para su existencia, y la de sus niños.
 
 Su riqueza se basa en su dependencia, por lo que ellos harán todo 
			para aplastar la noción de "natural" – significando que ellos no 
			ganan de ello, y usted toma el control de nuevo - la salud. Ellos 
			gastarán tres mil millones de dólares solamente este año en 
			publicidad para sus farmacéuticos, cazando cuidadosamente en las 
			esperanzas de confiados consumidores y sus miedos con éstas campañas 
			cuidadosamente elaboradas. Al parecer, ellos incluso no pararán de 
			matar a nuestros niños para alimentar su codicia.
 
 De 
			nuevo, los animo a que verifiquen los vínculos abajo, y usen el 
			poderoso motor de búsqueda en
				
				Mercola.com, usando términos como 
			"vacuna" o "fabricante farmacéutico”, para averiguar cómo el 
			establecimiento médico tradicional está poniendo su vida y las vidas 
			de aquéllos que usted ama, en riesgo - y cómo volver a ganar su salud.
 
			La vacunación es una 
			locura.  
			“Usted fue creado para vivir en perfecta salud 
			su vida entera... ¡Naturalmente"!   
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