del Sitio Web Editorial-Streicher
- Banqueros para el Nuevo
Orden Mundial -
Dicho proyecto de ley finalmente fue
aprobado por la Casa de Representantes en 2012, pero el Senado no la
promulgó.
El ex-presidente de ella, Bernanke, ha sostenido que las auditorías de aquellas actividades amenazarían la independencia del Consejo de la Reserva Federal.
O bien ello podría ser visto como evidencia de cuán impenetrable es la Reserva Federal a cualquier influencia del Congreso con respecto a cuántos dólares federales ella gasta o dónde los gasta.
En 2008, por ejemplo, el Congreso autorizó el gasto de 700.000 millones de dólares para rescatar a las fallidas instituciones financieras estadounidenses bajo el Programa de Ayuda a Bienes en Problemas [TARP - Troubled Assets Relief Program].
Sin embargo, una auditoría hecha por la GAO de las compras TARP hechas por la Reserva Federal mostró que se gastaron 16.200 billones de dólares - una cantidad mayor que el Producto Nacional Bruto anual estadounidense - para rescatar a los bancos en,
El suministro de dinero, y por consiguiente los precios al consumidor, se duplicaron durante la guerra para facilitar el financiamiento de los esfuerzos de guerra de los Aliados y, finalmente, los nuestros propios.
Si bien Estados Unidos era oficialmente neutral, los bancos estadounidenses prestaron miles de millones a Inglaterra y Francia, creando un poderoso interés en Estados Unidos por una victoria de los Aliados.
La entrada estadounidense en la guerra en 1917 ayudó a asegurar aquel resultado.
Mientras los principales banqueros y fabricantes de armas hicieron enormes fortunas, las cargas de la guerra fueron llevadas por los soldados en los campos de batalla de Europa y por los consumidores que enfrentaron precios más altos por los bienes esenciales.
La "guerra para terminar todas las guerras" de Woodrow Wilson fue hecha posible por la enorme expansión de la oferta de dinero de la nación.
Pero la Reserva Federal, en efecto, vio mejorada su reputación gracias a la guerra, como el economista y escritor Lester Chandler señaló:
La Reserva Federal todavía tiene su mandato original para conservar el valor del dólar.
Su éxito en aquella misión puede ser medido por el hecho de que se necesitarían 23 dólares de hoy para comprar lo que un dólar compraba en 1913. Sin embargo, el Congreso en 1977 creó lo que a menudo es descrito como el "mandato dual", añadiendo la creación de trabajo a las responsabilidades de la Reserva Federal.
Los congresistas pudieron haber tenido en mente que el dinero que debía ser protegido o los empleos que debían ser creados fueran el dólar y los empleos estadounidenses.
Pero la Reserva Federal tiene una larga
historia de actuar de manera contraria a aquella misión.
La inflación había debilitado la moneda estadounidense también, pero no tanto como había devastado a la Libra esterlina. Y la reserva de oro en Estados Unidos era todavía grande y en aumento. Los precios más altos de los bienes británicos los hicieron menos competitivos que los productos estadounidenses en los mercados mundiales.
Cuando la libra se debilitó, los precios que la gente en el Reino Unido tenía que pagar por bienes importados subieron aún más, mientras que los pagos recibidos por sus exportaciones bajaron.
Los poderes bancarios de ambos países
idearon una cura para la aflicción británica, y ella sería a costa
de los consumidores estadounidenses.
El Banco de Inglaterra proporcionó a Strong una oficina privada y un secretario durante sus frecuentes visitas a Londres.
Los jefes de los bancos centrales de Francia y Alemania eran a veces incluidos en las reuniones, que el biógrafo de Norman, John Hargrave, describió como,
El 1º de Julio de 1927, el barco británico Mauretania recaló en Nueva York, con dos pasajeros significativos a bordo.
Montagu Norman estaba acompañado por Hjalmar Schacht, jefe del Reichsbank alemán.
A ellos se les unió en Nueva York Charles Rist, vice-gobernador del Banque de France. Los tres conferenciaron con Strong para hablar de la débil posición de la reserva del Banco de Inglaterra.
Como Galbraith relató,
Dicho en palabras simples, la Reserva Federal engendraría la inflación en Estados Unidos para hacer que los productos hechos por los estadounidenses fueran menos competitivos que los de Inglaterra en los mercados mundiales.
Y al bajar las tasas de interés, el banco central estaba animando a los inversionistas a tomar prestado el dinero aquí a una tasa más baja e invertirlo donde rindiera un retorno más alto.
Los dólares y el oro fluirían a Londres.
El Banco de Nueva York era el miembro clave del Sistema de la Reserva Federal, debido a la presencia allí de muchos de los principales financieros de la nación.
El más poderoso de todos los banqueros era J.P. Morgan Jr., cuyo Imperio financiero estaba arraigado en Londres. Su negocio de familia había sido salvado por el Banco de Inglaterra. Él insistió en que sus socios menores demostraran una "lealtad a Inglaterra".
Morgan fue también un miembro prominente en el Consejo de Relaciones Exteriores (CFR).
Y Benjamin Strong era en gran medida un
hombre de Morgan, habiendo sido el jefe de la Banker's Trust
Company de Morgan y uno de la media docena de hombres que
participó en la reunión secreta efectuada en la Isla Jekyll donde
fueron incubados los planes para la creación de la Reserva Federal.
Como dijo Rothbard:
Antes de que sirviera en el consejo de la Compañía J.P. Morgan y más tarde se convirtiera en el presidente de la Reserva Federal, Alan Greenspan era un campeón descarado del patrón oro y un crítico frecuente de las políticas del banco central.
En 1966 él escribió acerca de la contribución de la Reserva Federal al colapso de la Bolsa de Comercio de 1929 y la depresión subsecuente:
De hecho, como Griffin señaló,
El Nuevo Trato de Roosevelt trajo más de lo mismo.
La Reserva Federal intentó tomar medidas para estimular el crecimiento con infusiones frescas de nuevos dólares, pero una economía cargada por nuevas burocracias y más regulaciones, subvenciones e impuestos, permaneció en una sequía.
No fue sino hasta fines de los años '30
y el comienzo de otra guerra en Europa que la industria
estadounidense se preparó para una producción de guerra y que la
depresión llegó a su final.
En 1931 un consorcio de bancos estadounidenses, preocupados por sus inversiones en Alemania, persuadió al Gobierno alemán para que aceptara un préstamo de casi 500 millones de dólares para prevenir una cesación de pagos.
Los dólares estadounidenses siguieron fluyendo hacia Alemania después de que el Partido Nacionalsocialista de Hitler subió al poder.
Las nuevas fórmulas concebidas en conferencias sobre deudas en Berlín hicieron más fácil para las compañías alemanas tomar prestado de los bancos estadounidenses. De parte de sus clientes banqueros, Sullivan y Cromwell, el más grande bufete de abogados estadounidense, puso en circulación los primeros bonos estadounidenses emitidos por el gigantesco productor alemán de acero Krupp A.G.
Cuando Alemania dejó de pagar sus deudas
a mitad de camino durante la década, los inversionistas
estadounidenses perdieron miles de millones de dólares.
La prohibición no fue levantada sino hasta el 1º de Enero de 1975, por cuya medida los dólares de papel habían sido devaluados hasta el punto de que pocos estadounidenses tenían bastantes de ellos para comprar una cantidad apreciable de oro.
Además, después de más de 40 años de su
prohibición, la gente estaba acostumbrada a la prohibición del oro y
había llegado a pensar en el dinero sólo como las Notas de la
Reserva Federal (dólares), respaldadas sólo por la "completa fe
y el crédito de Estados Unidos".
Los financieros y los políticos que asistieron a la Conferencia concordaron reglas y procedimientos para regular el sistema monetario internacional y crearon dos nuevas agencias de Naciones Unidas:
Los delegados también estuvieron de
acuerdo en mantener un tipo de cambio unificado acoplando sus
divisas al dólar.
Perloff señaló la observación del autor británico A.K. Chesterton de que las nuevas agencias,
El economista socialista John Maynard
Keynes de Inglaterra, una figura principal en la conferencia,
propuso una moneda mundial, pero la idea fue rechazada en ese
entonces.
Esto hizo del dólar un dinero totalmente creado de la nada, y terminó efectivamente con el sistema creado en Bretton Woods. Pero una sola divisa mundial ha seguido siendo un objetivo a largo plazo de los planificadores económicos mundiales.
Johannes Witteveen, un ex-jefe del Fondo Monetario Internacional, dijo en 1975 que dicho organismo debería llegar a convertirse en,
En la edición del otoño de 1984 de la publicación insignia del CFR, Foreign Affairs, Richard N. Cooper escribió:
Cooper, que había sido el subsecretario de Estado para asuntos económicos en la administración de Carter, reconoció que el público estadounidense probablemente no aceptaría la idea de que los países con regímenes autocráticos opresivos debieran tener algo que ver en la determinación de las condiciones monetarias de Estados Unidos.
Pero quizá con el tiempo los estadounidenses podrían vencer su aversión a la autocracia y la opresión.
La idea de una divisa mundial fue incluso respaldada en los años '80 por el icono conservador Ronald Reagan.
En una cumbre económica realizada en Williamsburg, Virginia, en 1983, Reagan declaró:
Un rasgo esencial de la soberanía nacional es la capacidad de una nación para controlar su propio dinero.
Una moneda mundial golpearía en el núcleo de aquella soberanía, como deben saberlo los Estados miembros de la Unión Europea, y como el ex-gobernador del Consejo de la Reserva Federal Mariner Eccles dijo hace mucho:
En 1939, un destacado abogado estadounidense y miembro fundador del Consejo de Relaciones Exteriores expreso el deseo del,
Mirando aquella declaración, uno podría pensar que provino de un apasionado liberal, si es que no de un marxista absoluto.
Pero esto fue dicho por un hombre que se
hizo conocido como un anti-comunista que respiraba fuego, durante su
período como ministro de Asuntos Exteriores en los años '50, ni más
ni menos que John Foster Dulles.
Como Griffin observó en La Criatura de la Isla Jekyll,
Dos de las más grandes plantas de camiones del mundo, por ejemplo, las plantas Kama River y Zil, estaban produciendo camiones, transportes blindados para personal, y portadores de misiles, en la Unión Soviética durante la guerra de Vietnam.
El 45% del dinero para el proyecto llegaba en la forma de un préstamo del estadounidense Export-Import Bank (Eximbank), una agencia del Gobierno federal. Otro 45% provino del Chase Manhattan Bank de David Rockefeller, dejando sólo el 10% para ser financiado por los soviéticos mismos.
El Banco Export-Import estaba entonces bajo la dirección de William Casey.
Dirigiéndose al curso que se graduaba en Annapolis en 1983, John Lehman, en ese entonces secretario de Marina, dijo:
Hoy los combatientes estadounidenses se están enfrentando a luchadores talibanes armados con armas suministradas por Estados Unidos cuando los talibanes luchaban contra la Unión Soviética.
Como nuestra nación gasta tanto o casi tanto en sus militares como el resto de las naciones del mundo juntas, la continua expansión del suministro de dinero por la Reserva Federal hace posible para Estados Unidos seguir manteniendo bases y compromisos militares por todo el planeta, aparentemente para mantener seguros a Estados Unidos y a nuestros aliados.
Sin embargo, existe también una conciencia creciente de la amenaza que representa para nuestra economía nacional una deuda pública de aproximadamente 17.000 billones de dólares.
Hace dos años, el almirante Mike Mullen, presidente del Estado Mayor Conjunto, reconoció aquella amenaza.
Queda por verse si el pueblo
estadounidenses estará lo suficientemente despierto para
eliminar aquella amenaza antes de que los banqueros y los
planificadores
del Nuevo Orden Mundial eliminen la
soberanía de nuestra nación.
|