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  por Manuel Freytas
 18 Mayo 2013
 del Sitio Web 
			IARNoticias
 
			  
			  
			  
			Están Escaneando Tu Cerebro 
			para 
			Convertirte en Una
			
			Góndola de Supermercado
 
			  
				
					
						
							
								
								Las técnicas 
								científicas de exploración de cerebros, con su 
								capacidad de medir y estudiar la reacción 
								conductual frente a determinados mensajes, son 
								una herramienta que utilizan las grandes 
								empresas concentradoras del mercado para imponer 
								y vender sus productos a escala masiva.
   
								Pero así como estas 
								técnicas permiten potenciar el consumismo de 
								productos, también (aplicadas en otras áreas) 
								sirven para potenciar a escala masiva candidatos 
								electorales, proyectos políticos, reglas de 
								conductas y normas sociales impuestas por el 
								sistema sobre la base del deseo de aceptación o 
								el temor al rechazo.
 
 
			  
			En su definición más clásica, el 'neuromarketing' 
			consiste en la "aplicación de técnicas pertenecientes a las 
			neurociencias, en el ámbito de la mercadotecnia", estudiando y 
			experimentado los efectos interactivos que la comunicación produce 
			en el cerebro humano con el objetivo de predecir y/o condicionar la 
			conducta del consumidor.
 También se denomina neuromarketing al estudio de los efectos que 
			produce la publicidad en el cerebro, y en qué medida ésta afecta la 
			conducta de los posibles consumidores masivos de productos.
 
 
			  
			 
			  
			
			Se trata, de un tipo especializado de investigación de mercados 
			adoptado por las grandes corporaciones trasnacionales, que utiliza 
			mediciones biométricas (actividad cerebral, ritmo cardíaco, 
			respuesta galvánica de la piel...) de los sujetos estudiados para 
			obtener conclusiones, y sobre la base de esas comprobaciones 
			planificar campañas publicitarias para imponer consumo de productos 
			a escala masiva.
 
 El principal instrumento que se utiliza en el campo de 
			experimentación en esta disciplina son las 
			
			Imágenes por Resonancia 
			Magnética Funcional (FMRI, por sus siglas en inglés).
 
 Valiéndose de estas imágenes, que cada día ganan en resolución y 
			precisión, los científicos pudieron establecer principios de 
			acción-reacción que experimenta el público frente a un hecho 
			comunicacional que las grandes agencias, concentradoras de la 
			mayoría de la torta del mercado publicitario, comenzaron a utilizar 
			en sus campañas para imponer masivamente marcas y productos.
 
 En primer lugar, las investigaciones revelaron que la decisión de 
			comprar o no un producto determinado no es racional, sino que deriva 
			de fuerzas inconscientes.
 
 De acuerdo con un conjunto de especialistas, la resonancia magnética 
			funcional (FMRI) da una indicación más clara de lo que sucede en la 
			mente del consumidor y qué reacciones pueden producir ciertos 
			mensajes, a partir de su activación en determinadas áreas del 
			cerebro.
 
 Según la directora del 
			
			Grupo Omnicom, en Stuttgart, el 
			neuromarketing es una herramienta que,
 
				
				"planifica las campañas de 
			publicidad basándose en los principios de organización mental de los 
			seres humanos. Cada objetivo de comunicación provoca la activación de determinadas 
			zonas del cerebro", señala. 
			Los resultados de los tests de activación se introducen en un 
			software de planificación, al que han llamado "etna", en el que son 
			sistematizados en función de los distintos objetivos de comunicación.
 Las grandes agencias que utilizan estas técnicas tienen 
			identificados varios modelos de comunicación que se relacionan con 
			determinadas zonas del cerebro humano. A la hora de planificar las 
			campañas en medios hay que cuidar que para cada objetivo 
			comunicativo se estimule la parte adecuada del cerebro, señalan los 
			expertos.
 
 Por medio de escáneres cerebrales (los experimentos que nutren las 
			conclusiones) las megas empresas intentan determinar qué parte del 
			cerebro se activa frente a qué publicidad y mediante qué mensajes se 
			activa la decisión de compra frente a determinado producto.
 
 En este tipo de investigación de mercado, que se realiza en el nivel 
			neurológico, los participantes deben colocarse una gorra provista de 
			sensores que registran la actividad cerebral, al tiempo que la 
			persona observa publicidades de diferentes productos.
 
 El estudio intenta medir la respuesta emocional, la atención y la 
			memoria del participante.
 
 La 
			
			electroencefalografía (EEG) - una exploración neurofisiológica que 
			no es dolorosa y se basa en el registro de la actividad cerebral - 
			les permite a los investigadores observar los impulsos eléctricos en 
			la corteza cerebral.
 
 La EEG ha sido utilizada durante aproximadamente 90 años y se emplea 
			frecuentemente en el diagnóstico de la epilepsia.
 
 En las últimas dos décadas, esta tecnología avanzó notoriamente. La 
			actividad cerebral solía ser registrada utilizando bolígrafos sobre 
			una faja de papel en movimiento, pero ahora puede ser digitalizada e 
			instantáneamente representada en gráficos.
 
 Los críticos y detractores de estas técnicas, afirman que están 
			orientadas a generar y controlar necesidades de consumo a escala 
			masiva, creando, por medio de efectos subliminales, dependencia 
			emocional a productos ofertados por las empresas concentradoras del 
			mercado.
 
 Según el diario Le Monde, las técnicas del neuromarketing son la 
			última versión de la venta de productos por la percepción 
			subliminal, que,
 
				
				"impregna un cerebro de publicidad 
				sin que la 
			persona pueda darse cuenta". 
			Pero las técnicas de exploración y de escaneo de cerebros, con su 
			capacidad de medir la reacción conductual frente a determinados 
			mensajes, con sus sistemas de detección de temores y deseos 
			inconscientes, es una herramienta que trasciende el mercado 
			publicitario. 
			  
			  
			 
 
			  
			  
			La extensión 
			del uso
 
 Los experimentos utilizados en la experimentación de las Imágenes 
			por Resonancia Magnética Funcional, también son aplicados en el 
			campo de la información orientada al control de la conducta social 
			con fines políticos.
 
 Pero hay que aclarar que estas técnicas de exploración y 
			manipulación mental (orientadas a promover el consumo) no inventan 
			contenidos sino que simplemente detectan y potencian tendencias 
			consumistas que el individuo tiene incorporadas como esquema 
			referencial de su existencia en sociedad.
 
 Las técnicas exploratorias indagan en las reacciones emocionales, en 
			los miedos y deseos, que los individuos tienen registrados en sus 
			contenidos mentales y psicológicos, de un sistema social (el 
			capitalismo) que hace del consumo de productos la principal vía de 
			aceptación y realización social.
 
 Pero así como estas técnicas permiten potenciar el consumismo de 
			productos, también (aplicadas en otras áreas) sirven para potenciar 
			a escala masiva candidatos electorales, proyectos políticos, reglas 
			de conductas y normas sociales impuestas por el sistema sobre la 
			base del deseo de aceptación o el temor al rechazo.
 
 Después de los atentados en Londres las cadenas televisivas y los 
			grandes diarios titulaban en molde "catástrofe":
 
				
				"Los ataques 
			terroristas en Londres desatan el temor mundial", o el "El 
			terrorismo amenaza al mundo", rezaban algunos de esos titulares. 
			Los titulares iban acompañados de imágenes catastróficas, con caos y 
			terror reflejados en los rostros de los que lograron escapar de los 
			atentados en el metro de Londres.
 Esas imágenes y titulares fueron repetidos hasta el infinito durante 
			las primeras veinticuatro horas, con las grandes cadenas 
			trasmitiendo en vivo, mientras los conductores y analistas recreaban 
			sin cesar las consignas de "miedo al terrorismo".
 
 Distintos experimentos con técnicas de exploración cerebral en 
			EE.UU., 
			demostraron que la recreación en imágenes, titulares y sonidos de 
			los actos terroristas producía reacciones de miedo y rechazo 
			paralizante en el cerebro de los participantes.
 
 Sobre la base de estos experimentos, se elaboraron luego la 
			estrategia y las consignas de la "guerra contraterrorista" 
			impuesta a escala masiva como un recurso aceptado y masivo para terminar con 
			la "amenaza terrorista".
 
 O sea que, sobre la base de la detección del "miedo", se elaboró 
			luego el producto "deseado", la "guerra contraterrorista" vendida 
			masivamente como la "solución".
 
 
			  
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