07 Junio 2016
del Sitio Web
GazzettaDelApocalipsis
Debe saber que, en estos momentos, mientras usted está leyendo estas
palabras con toda tranquilidad, "ahí fuera" hay un grupo de dementes
peligrosos que conspiran por destruir todo aquello que usted debería
considerar sagrado e inviolable.
No, no estamos hablando de malvados terroristas que ponen
bombas o tratan de destruir los pilares de la "democracia
occidental".
Dejaremos esa tarea propagandística a
los medios de masas al servicio del poder;
al fin y al cabo, para eso les pagan.
Aquí estamos hablando de un grupo de gente muy diferente:
personas cultas, formadas, y
extremadamente inteligentes que trabajan ardua y obsesivamente
por introducirse en nuestra mente y reventarnos desde dentro.
A pesar de ser unos locos inconscientes,
incapaces de percatarse de las terribles consecuencias que tendrán
sus actos para el futuro de la humanidad, la sociedad les tiene un
enorme respeto y admiración y comúnmente los llamamos "científicos"
y en este caso más concreto, "neurocientíficos".
En un reciente artículo, que a continuación traducimos parcialmente,
hemos podido saber de uno de ellos y de sus maravillosas
investigaciones y proyectos.
Se trata del doctor Moran Cerf, profesor de neurociencia y
negocios de la Universidad Northwestern, que este pasado febrero
realizó una charla en la conferencia TED con las siguientes
palabras:
"Pasamos la doceava parte de nuestra
vida soñando. Y la mayor parte de ella está olvidada ¿Y si
pudiéramos mirar dentro de nuestro cerebro y ver nuestros
sueños? Tal vez incluso darles forma…".
"Soy neurólogo", continuó el Dr. Cerf, "y estudio cómo funciona
el pensamiento dentro del cerebro".
Cabe destacar que Cerf es una persona
con una enorme inteligencia.
Se licenció a los 24 años en Física y
Filosofía por la Universidad de Tel Aviv. Luego sacó un doctorado en
neurociencia en la Caltech, a los 31 años.
Al año siguiente, Cerf y un equipo de científicos publicaron un
estudio sin precedentes que demuestra que es posible que los seres
humanos puedan controlar su propia actividad neuronal en el lóbulo
temporal.
Pero debido a la naturaleza de la investigación y a cierta confusión
en las declaraciones, muchos se preguntaron inmediatamente si Cerf y
su equipo podrían grabar los sueños.
"Para ser claros", explicó Cerf en
su charla en
TED, "mi trabajo no tiene nada
que ver con grabar los sueños de la gente"
Sin embargo, las investigaciones de Cerf
podrían ir en una dirección aún peor que esa.
Moran Cerf
"Yo estudio el cerebro de una manera
poco tradicional", afirmó Cerf durante su charla.
"Estoy parcialmente inspirado por mis antecedentes. Antes de ser
neurólogo, era hacker informático. Solía entrar en bancos e
instituciones gubernamentales, para probar su seguridad".
Según Cerf, él y un equipo de 3
compañeros se dedicaban a robar pequeñas cantidades de dinero de los
bancos (entre 1000 y 10000 dólares por semana) y posteriormente se
presentaban en las oficinas bancarias para demostrarles que habían
violado su seguridad y ofrecerles sus servicios para protegerse de
otros hackers.
A primera vista, podría parecer que Cerf era un tipo rebelde que
atacaba a los grandes bancos y se aprovechaba de ellos, una especie
de Robin Hood… pero en realidad lo que pretendía era convertirse en
un mercenario muy bien pagado por las grandes corporaciones cuya
seguridad conseguía violar.
Esto ya habla muy claramente del tipo de persona que es este Cerf y
de cuáles son sus valores morales.
La cuestión es que durante el resto de la presentación, Cerf explicó
cómo utiliza las técnicas que aprendió como hacker para,
"espiar en los cerebros de los
pacientes mientras están despiertos".
Para ello, Cerf se asoció con
neurocirujanos de todo el mundo, en busca de pacientes sometidos a
un tipo específico de cirugía cerebral.
Necesitaba sujetos cuyos cráneos
estuvieran abiertos, con el cerebro expuesto y conectado a
electrodos, y con el paciente consciente y comunicativo.
Sin embargo, parece que las investigaciones de Cerf y de su equipo,
que en principio tienen una apariencia de pura investigación
científica, están más próximas a la búsqueda de una manipulación
cerebral que a otra cosa.
No en vano, durante su charla en la TED, Cerf describió uno de los
logros de su equipo, que consistió en conseguir que alguien soñara
una secuencia de imágenes, de la misma manera como se le había
mostrado anteriormente mientras estaba despierto.
En uno de los últimos apuntes de su conferencia, Cerf explica cómo
él y su equipo consiguieron enseñar con éxito a una computadora a
traducir razonablemente los sueños de alguien en una secuencia
lineal:
"y esto nos llevó a pensar en la
posibilidad contraria: a cambiar los sueños mientras estás
dormido".
Es decir, en estudiar la manera de
manipular los sueños de la gente, algo sobre lo que Moran Cerf y su
equipo están trabajando.
Para alcanzar todos estos objetivos y ganar gran cantidad de dinero
con ello, Cerf dispone de su propia empresa privada de consultoría e
investigación,
llamada C-LAB.
Algunos de los proyectos de investigación en curso en C-LAB (de los
que hablan públicamente), incluyen,
"influir en las decisiones que
tomamos durante el sueño".
De hecho, en su conferencia en el TED,
Cerf advirtió que:
"Principalmente, podemos influir en
los sueños de la gente mientras duermen, haciéndoles recordar
mejor cosas durante el sueño, o incluso inyectando contenido en
sus sueños y recuerdos".
Sí, suena terrorífico, como sacado de
una novela de Philip K.Dick:
inyectar contenido en nuestros
sueños, algo parecido a lo que hemos visto en películas como
Total Recall o
Inception y que en su momento nos
parecieron una fantasía irrealizable.
Bien, pues "ahí fuera" hay gente trabajando seriamente en ello.
Otro proyecto de C-LAB, lleva el nombre de,
"Regulación emocional en los seres
humanos" y pretende "probar la capacidad de los seres humanos
para controlar sus emociones".
Para ello, los investigadores,
"usan electrodos incrustados en el
interior de los centros de control de las emociones del cerebro
de personas sometidas a neurocirugía y ponen a prueba su
capacidad para controlar sus emociones observando profundamente
en el interior de las sensaciones de su cerebro".
Los chicos
jóvenes, geniales y tope de informales
que trabajan en el
C-LAB… no pueden hacer nada malo,
porque no llevan
corbata
Otro de los proyectos impulsados por C-LAB, es presentado bajo el
nombre de,
"decisiones voluntarias y libre
albedrío".
El estudio utiliza,
"electrodos incrustados en el
cerebro de los pacientes sometidos a neurocirugía para probar su
toma de decisiones y predecir las decisiones que van a tomar
antes de que ellos mismos sean conscientes de la decisión".
Si a estas alturas a ustedes todo esto
no les da escalofríos, es que quizás les encanta la idea de que
alguien se introduzca en sus mentes y les convierta en marionetas
biológicas.
En enero, la revista Fortune
publicó un artículo titulado "Por
qué ya has tomado una decisión acerca de Donald Trump", en el que
Cerf opinaba sobre el asunto.
En ella, Cerf venía a explicar cómo la
neurociencia demuestra que la gente realmente no cambia de opinión
sobre los candidatos políticos una vez que ya ha tomado la decisión
de a quién votar.
Pero el meollo del asunto estaba en los párrafos finales de sus
comentarios en el artículo.
Hablando sobre el uso de la neurociencia como método de
investigación de mercados, Cerf decía lo siguiente:
"Ciertamente, la recolección y el
análisis de la actividad cerebral, como hemos hecho en
investigaciones sobre trailers cinematográficos y anuncios, es
caro y requiere conocimientos de neurociencia.
Sin embargo, es fácil ver por qué
razón recolectar los datos directamente del cerebro podría
resultar especialmente eficaz, si lo comparamos con la
recolección de opiniones subjetivas mediante encuestas.
Los datos obtenidos directamente del
cerebro podrían mostrarnos qué mensajes son más efectivos y en
qué momento lo son más.
Eso, a su vez, podría servir para
informar a los candidatos, a los vendedores de un producto o a
otras personas que traten de influir en los votantes o
consumidores, para que aprendieran a presentar la información de
manera que cause un mayor impacto e influencia sobre ellos".
"Para cualquier 'campaña' política o comercial, en la que hay
una gran inversión (como por ejemplo, en un anuncio en la
próximo Super Bowl, donde cada segundo extra aumenta el precio
por millones de dólares), los datos obtenidos directamente de la
lectura cerebral podrían resultar mucho más útiles que
cualquiera de los obtenidos por métodos de encuesta
tradicionales"
De hecho, toda una subdivisión de C-LAB está investigando en el
floreciente campo del neuro-marketing y en la inmensa cantidad de
dinero que se puede obtener de ello.
Sin embargo, y tal y como Cerf admite abiertamente en su artículo en
Fortune,
"la recopilación y el análisis de la
actividad cerebral resulta cara", lo que lleva a preguntarse:
"¿quién está financiando las investigaciones de Cerf?"
Pues bien, da la casualidad que uno de
los seis patrocinadores de C-LAB es
DARPA, la Agencia de Proyectos Avanzados de
Investigación de Defensa del Pentágono, cuyo historial de
investigación experimental y asistencia a los mejores proyectos
militares secretos está más que documentada.
De hecho, podríamos calificar a DARPA como el monstruo en la sombra
que está alimentando las principales investigaciones que se realizan
en el mundo para decodificar el funcionamiento del cerebro y sentar
las bases del control mental del futuro.
Parece ser uno de los principales objetivos de DARPA, sino el
principal:
aprender a controlar nuestras mentes
desde dentro.
Así pues, quedan claras las conexiones, por si a alguien aún le
quedaba alguna duda: ya saben quién financia las investigaciones de
C-LAB orientadas a manipular nuestros cerebros e introducirse en
nuestros sueños.
Hay un buen número de científicos, dotados de generosos fondos, que
en estos momentos están trabajando a destajo para conseguir entrar
en nuestros cerebros y manipularnos desde el interior de nuestra
propia mente.
De hecho, están literalmente obsesionados con ello.
Y por su culpa, empieza a atisbarse un futuro infernal, en el que ya
no sabremos distinguir qué pensamientos han sido generados por
nuestra propia mente y cuáles han sido inducidos desde el exterior.
No hace falta ser demasiado fantasioso para ver que pronto (si es
que no lo pueden hacer ya), podrán introducirnos ideas o conceptos
en la cabeza sin que nos demos cuenta, e inducirnos con ello a tomar
decisiones determinadas o a realizar cualquier tipo de acción:
desde comprar un determinado
producto o votar a un candidato concreto, hasta cometer crímenes
o suicidios.
Viendo los avances que se hacen públicos
al respecto (y por lo tanto, intuyendo los que se ocultan),
¿alguien es capaz de negar la
posibilidad de que algunas personas no sean utilizadas como
conejillos de indias y se les induzca a cometer determinados
actos sin que ni ellas mismas sepan por qué lo han hecho?
James Holmes,
autor de
La Masacre
de Aurora
Si los primeros casos no se están produciendo en estos momentos, al
menos sabemos que hay gente que públicamente, nos dice que están
trabajando en conseguir algo muy parecido.
Quizás no tardemos demasiados años en ser bombardeados mientras
dormimos con anuncios de productos, que a modo de Product
Placement, se incorporen en nuestros sueños, quizás
induciéndonos a sentir sabores de productos como bebidas o galletas,
o olores de perfumes, para que al despertar corramos a la tienda a
comprarlos.
Hasta podemos imaginarnos comprando sueños antes de ir a dormir,
como quien compra una película de pago, con el fin de garantizarnos
que aquella noche seremos protagonistas de una gran aventura
mientras estamos dormidos, lejos de esos confusos, aburridos y
aleatorios sueños que tenemos de forma natural.
Por una noche podremos ser héroes de acción, ganar la final de la
Champions League, embutidos en el cuerpo de un jugador de
leyenda o convertirnos en máquinas sexuales que cumplen todas sus
fantasías irrealizables.
Y para aquellos que no se lo puedan pagar, sueños aleatorios
manchados de anuncios incrustados y alguna que otra pesadilla
inducida, para generar el miedo necesario entre la población y que
al despertar supliquen un poco más de protección y control a las
compañías de seguridad privadas, contratadas por los
correspondientes gobiernos.
Sí, hace años nos habría parecido una idea propia de una pesadilla
distópica, pero es una realidad:
en la actualidad hay gente que está
investigando la manera de meterse en nuestros propios sueños y
manipularlos.
Pero los sueños tienen una función en el mantenimiento de nuestra
salud mental, dejando que nuestro inconsciente se manifieste.
Cuando la libre expresión de nuestro inconsciente quede taponada por
una influencia externa, (como parecen pretender gente como Cerf con
el desarrollo de estas tecnologías invasivas de la mente), castrarán
con ello la capacidad de autocuración de nuestra psique, impedirán
el pleno desarrollo de nuestro propio YO y nos convertirán así en
seres más manipulables y planos, y posiblemente, nos harán más
propensos a la enfermedad mental.
Pero nadie debe alarmarse, podemos estar muy tranquilos:
podremos
atiborrarnos con los mejores medicamentos psiquiátricos para tratar
todos nuestros trastornos.
Y todos serán indiscutiblemente buenos y saludables, porque los
habrán fabricado señores vestidos con batas blancas.
Lo que queda claro es que durante mucho tiempo, los más poderosos,
ávidos como siempre han estado por obtener un control total sobre la
población, han tratado de manipular nuestra mente desde el exterior,
intentando derribar los gruesos muros de nuestra psique como quien
asalta un castillo.
Pero ahora, gracias a tipejos inconscientes como Cerf y toda una
amplia colección de neurocientíficos, que trabajan obsesivamente por
dinamitar esos muros desde dentro, sus estimados amos podrán
penetrar en el castillo de nuestras mentes sin esfuerzo y podrán
apropiarse de aquello que tiene más valor, hasta convertirnos en
unos esclavos psíquicos que ni tan solo seremos dueños de nuestros
pensamientos y sensaciones.
Otro paso más hacia la completa destrucción de la conciencia
individual.
Lo peor del asunto, sin embargo, es que para las personas nacidas en
el momento actual y para aquellos que nazcan en el futuro inmediato
y sucesivo, todo esto no significará ningún trastorno, sino una
normalidad.
Los únicos que lo veremos como una monstruosidad, seremos todos los
que hayamos nacido o crecido en el viejo mundo analógico… ese lugar
"primitivo y bárbaro" donde las personas aún tenían que hacer el
ejercicio de imaginar o visualizar por sí mismas (incluso cuando se
masturbaban) y en el que los "pobres" niños jugaban con muñequitos y
convertían en el interior de sus mentes una caja de cartón en un
rascacielos.
Pero no seremos ningún problema para la "máquina": al fin y al cabo
seremos el último aliento de un mundo moribundo, seres obsoletos sin
importancia ni futuro.
Y en todo caso, ante la remota
posibilidad de que llegáramos a rebelarnos, probablemente estarán
planeando para nosotros algún tipo de "tratamiento" especial
preventivo.
El nuevo paradigma que está naciendo no puede permitirse que
sobrevivan los viejos gérmenes y contaminen los nuevos cultivos,
libres ya del peligroso patógeno de la expresión de la conciencia
individual.
Todo esto puede parecer muy exagerado o paranoico, pero es una
realidad que poco a poco se va haciendo tangible a nuestro alrededor
y que cualquier persona puede descubrir en cualquier revista de
divulgación científica o tecnológica.
Sin embargo, la gran mayoría de personas, incluso muchas de aquellas
que pomposamente se autocalifican como "despiertas", aún no se da
cuenta de que estamos asistiendo a los últimos días del ser humano,
tal y como lo hemos conocido hasta ahora.
Está naciendo algo diferente… y no tiene nada de bueno, por más que
traten de hipnotizarnos con la vieja cantinela del supuesto,
"progreso tecnológico" y la
"imparable evolución humana".
Pero lo peor de todo, no es que pueda
llegar a desaparecer lo que somos en la actualidad a nivel humano.
Lo realmente triste es que desaparecerá lo que podríamos haber
llegado a ser…
Fuentes
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