Mayo 21, 2013
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ElLibroDeThot
AVISO TOTALMENTE IMPRESCINDIBLE
Lo que voy a proceder a exponer es complejo y requiere de una gran atención
a todos los detalles.
Es fútil tratar de sesgar el asunto y criticar partes
sin ensamblar e interiorizar el conjunto. Hay que leerlo todo hasta el final
para comprenderlo y juzgarlo con rigor.
El texto es diferenciable en dos
calidades: por una parte en calidad subjetiva con mis propios juicios de
valor, la cual ha de ser respetada pues es pura opinión personal
inalienable; la otra se basa enteramente en el análisis racional, objetivo,
y lógico, a través del método de investigación periodística-revisionismo
histórico.
La objetividad investigativa llega un momento en el que sienta
unas conclusiones, y es a partir de ellas de donde surge el juicio de valor
que expongo ante los hallazgos puramente documentales que realizo: se tiende
así un puente entre la objetividad de mi investigación y la subjetividad de
mis posturas. Sin embargo, si bien ambas se ven sumamente ligadas, éstas no
deben a pesar de ello ser confundidas, ni debe juzgarse en base a esto mis
hallazgos en virtud de mi propia postura ante los mismos.
Aun así, resulta
indudable que de alguna manera, la esencia de mis opiniones viene
contextualmente respaldada por mis descubrimientos.
He sido concienzudamente
metódico en mi análisis, y por ello exijo al lector atender con máximo grado
de comprensión a todos los detalles y razonamientos, así como a ser lo
suficientemente inteligente como para discernir mis propios juicios
realizados en torno a mis demostraciones, de éstas mismas, del mismo modo
que para entender también que eso no es excusa para tratar de barruntar que
mis demostraciones sean meras opiniones, puesto que a pesar de que hay
muchas opiniones aquí, la objetividad del tema central es propiamente
identificable, en vista de lo cual constituiría todo un acto de cinismo
negar el contenido principal alegando que mi trabajo sea subjetivo, puesto
que la revelación fundamental que en él tiene lugar no lo es.
Les pido a
ustedes que revisen y verifiquen los contenidos de mis pruebas y mis fuentes
para cerciorarse de su realidad, y que corrijan de haberlo cualquier error
menor de juicio que pudiera haber cometido.
Encomiendo a todos los que estén
de acuerdo con lo que comunico en este texto a denunciar insistentemente de
todas las maneras posibles a los que intenten sacar de contexto lo que he
expresado en él, y si así sucediese, pueden citar incluso estas mismas
líneas. El presente texto debería ser leído sin prejuicios, con máxima
atención para evitar cometer errores de juicio estúpidos, y sobre todo, con
imparcialidad y rigor.
La naturaleza de lo que me dispongo a relatar con
toda seguridad levantará ampollas en muchas sensibilidades condicionadas por
el adoctrinamiento que el sistema manipulado les ha impuesto invisiblemente.
A ellos les digo: yo no soy culpable de la realidad de lo que expongo, ni de
que ésta les resulte incómoda, así que no lo paguen con el mensajero.
Sobre el Sionismo y el
Antisemitismo
En primer lugar, me gustaría aclarar que según se dice los hasta ahora
desacreditados “Protocolos de los Sabios de Sion” estarían retratando una
mal llamada “conspiración judía contra la humanidad”, lo cual no entabla una
definición precisa.
Hablamos de sionismo. El sistema manipulado se ha
encargado de pervertir el lenguaje para hacer ver a todo el que defienda la
realidad de los Protocolos como un “antisemita”, cosa que no tiene nada por
qué tener nada que ver, siendo esto algo deliberadamente inducido para
continuar ocultando (aunque ellos mismos no lo sepan) la conspiración
sionista (no judía).
Pero Ellos (los sionistas) han tornado los conceptos y
dado a cada significante precisamente el significado opuesto al que le
correspondería, pues lo cierto es que tal como se sabe el Mal consigue
enturbiarlo todo, logrando con esto ponerlo todo del revés pudiendo pasar
así justo por lo contrario de lo que son consiguiendo asociar todo aquello
que se les oponga al mal que realmente Ellos encarnan.
Así pues, los
sionistas se han encargado de manipular tan bien el lenguaje que muchos
honestos investigadores que descubren el complot, dado que parten del mismo
léxico contradictorio que el sistema manipulado les ha inculcado, tienden a
decir “judío” cuando en realidad lo que parecen querer decir es “sionista”,
haciendo gala con ello precisamente de la misma falacia que los propios
sionistas se han encargado de elaborar para que de esta manera sea
extremadamente fácil desacreditar a los buscadores de la verdad tachándoles prejuiciosamente de “antisemitas”.
Quiero remarcarlo lo suficiente: yo no
soy antisemita, soy antisionista… ¿Queda claro? Repitan conmigo:
antisionismo no es lo mismo que antisemitismo…
El antisemitismo es una
postura delirante basada en una construcción falsa explotada específicamente
por el complot sionista para así crear el fantasma antisemita consiguiendo
de esta forma hacer que todo el mundo tenga miedo de acercarse a destapar el
mismo con tal de evitar ser acusado por ello de monstruo a favor del
antisemitismo.
Los sionistas manipulan precisamente el antisemitismo,
siempre quedando ellos mismos fuera de las diversas persecuciones a los
judíos, claro, para luego asociar engañosamente sionismo a semitismo y
ponerse así la piel de cordero.
Pocos saben que la élite sionista es en
realidad, por delirante que suene al desinformado, verdaderamente antisemita,
y el que quiera saber por qué podrá comprobarlo en mis futuros trabajos o
también en los del investigador
David Icke.
Por ejemplo,
-
Jacob Frank, amigo
de
los Rothschild sionistas, confesó
haber puesto el antisemitismo al servicio del sionismo
-
Théodor Jertzl, fundador del sionismo moderno,
confesó también en su diario haber tramado una farsa para que el
antisemitismo infundiese temor con el propósito de recoger esos frutos con
el fin de justificar el sionismo: a esto
se lo llama “Bandera Falsa”, una
técnica universal del poder desde tiempos arcaicos muy a menudo empleada por
los sionistas
-
Esta técnica de los sionistas para que todo aquél que se
les oponga parezca un miembro del antisemitismo que ellos justamente
representan en secreto, que ellos fundaron en realidad, y que ellos
alimentaron para sus propios planes, es también reconocida en los propios
Protocolos
Me gustaría dejar claro también que resulta sumamente ofensivo
que muchos se refieran a este tipo de testimonio como “delirante negacionismo
del holocausto”, pues con tales afirmaciones, dichas personas
en su sesgo demuestran su ignorancia, puesto que los que malinterpretan
estas declaraciones sosteniendo que son “negadoras de la evidencia del
holocausto” suponen precisamente sin saberlo el principal obstáculo a la
información por los sionistas con su estrechez de miras, pues como ya se ha
visto, yo por ejemplo, no niego el holocausto, ya que reconozco que éste
está ahí y es muy real.
Lo que niego es precisamente la versión oficial
establecida en cuanto al mismo basándome para ello en mi propia idea de la
verdadera naturaleza y el propósito ocultos con los que entiendo que el
holocausto fue tramado, y voy más allá de lo convencional en asignar la
autoría del mismo, pues considero que hay suficientes pruebas de que éste
fue en realidad una trama urdida por los sionistas para masacrar a judíos
inocentes mientras ellos, que en sus verdaderos círculos internos no guardan
ni tan siquiera relación doctrinal ni étnica alguna con los verdaderos
judíos, se libraron del holocausto para luego asignarse el papel de
proscritos pasando así por mártires, logrando asociar con ello por tanto
judaísmo con sionismo para de ese modo legitimar su horrendo imperialismo,
en contra del cual, se han mostrado justamente muchos judíos.
No niego la
autoría nazi, ni niego el hecho del holocausto, sino que afirmo que el hecho
fue realizado con un propósito oculto más allá del aparente así como que la
autoría de los antisemitas estaba en realidad al servicio de una autoría
mayor de los sionistas que lo urdieron clandestinamente, y que ellos fueron
realmente los que organizaron todo, pues tal como muchos han demostrado, los
propios antisemitas, por asombroso que parezca, eran en realidad sionistas
en secreto, y el sionismo, es en realidad en secreto todo lo contrario de lo
que dice ser.
Por lo tanto, repito: no “niego” el holocausto (como los
ignorantes programados declararán), el cual sí, es claramente un hecho
incuestionable (claro, pues en eso consiste de hecho su importancia en el
plan sionista), y además no sólo no lo niego sino que también lo condeno, de
manera que no soy antisemita para nada, pues la razón precisamente por la
cual me sitúo contra los sionistas es porque les acuso de haber urdido a
hurtadillas el llamado “exterminio ario”, por lo que debido a esto
resultaría absurdo que se me acusase de “antisemita”, puesto que la causa
por la que denomino “monstruos” a los sionistas consiste en que es
exactamente a ellos a quienes culpo de haber exterminado judíos
criminalmente.
Los sionistas crean el monstruo para luego identificarse con
el papel de la víctima, cuando lo que ese monstruo en realidad representa es
el verdadero rostro de lo que ellos mismos esconden públicamente, pues de
hecho han empleado la imagen de dicho monstruo creado por ellos para saciar
su sed de sangre judía mientras que al mismo tiempo condenan y demonizan por
otro lado a esa bestia que en realidad les representa a ellos para pasar
después por las víctimas camuflándose de esta manera entre las mismas (pura
“contra-inteligencia”), y humillando con esto a las que de verdad lo son.
Esto se llama, repito, “Bandera Falsa”, y consiste en dar lugar una trama
ficticia encabezada por falsos jefes de un supuesto movimiento enemigo que
en realidad estarán a nuestro servicio engañando con propaganda a todos los
que participarán en ese bando para provocar que éstos nos ataquen
haciéndoles creer que luchan contra nosotros cuando en realidad nosotros,
que somos quienes manejamos realmente dicho movimiento, lo habremos
dispuesto todo para quedar prácticamente indemnes, valiéndonos así de que
sus jefes, que son nuestros aliados, les habrán envenenado contra nuestra
gente, para que de esta forma nosotros logremos masacrar desde este falso
bando enemigo manipulado por nuestros cómplices en el papel de aparentes
rivales a nuestra propia “gente” (supuestamente “nuestra gente”).
De este modo nos identificamos después con ella y con su sufrimiento, logrando justificar
con ello nuestros propios fines, los cuales nada tienen que ver en realidad
con el servicio a los intereses de los inocentes a los que hemos logrado que
se persiga, fines entre los cuales se incluye precisamente exterminarlos a
ellos mismos en un futuro, cosa que nunca confesaremos haciendo parecer que
se trata de todo lo contrario (por supuesto), de manera que de este modo
parecerá que hay dos bandos, cuando en realidad nosotros, los poderosos de
ambos, jamás nos habremos “tocado” entre nosotros, dado que el verdadero
hecho consistirá en que nosotros en secreto fuéramos aliados y que nos
regimos en privado por los mismos principios oscuros mientras nos protegemos
mutuamente a la vez que ocultamos el rastro de este complot, pues lo cierto
es que en el fondo trabajábamos juntos: no hay dos bandos, sólo uno.
Así
pues, que nadie se asombre ante esta afirmación, pues es absolutamente
correcta: los sionistas son Nazis.
“¿¡Qué!?”, dirán muchos. “Pero si los
sionistas… ¡son judíos!”.
No, son imperialistas segregacionistas de una
élite de origen caucásico regidos en el fondo por principios paganos, pero
ellos disfrazan todo eso de léxico judío con la doble finalidad tanto de
confundir al público puertas afuera cuando hace falta, como de humillar en
secreto a los propios judíos (a los cuales ellos tanto odian en realidad) al
ligar el nombre de éstos al suyo a modo de poética maldición, hábito el cual
les permite también cuando éste se extiende a la vida pública, usar a los
judíos además como parapeto para servir de chivo expiatorio cuando ellos lo
creen conveniente, incendiando para ello la opinión pública con tal de
culpar a ojos de la gente a dichos judíos de aquello que ellos son quienes
lo hacen en realidad (invirtiendo con esto las tornas de una manera
sumamente cínica).
Para así justificar el masacrarlos y matar con ello dos
pájaros de un tiro, pues lo dicho sirve a los sionistas para pasar en el
futuro por parte de las víctimas mientras que al mismo tiempo hayan
conseguido irónicamente martirizar a quienes ellos más odian, que son los
judíos, si bien entre los altos iniciados de sus círculos internos el
verdadero significado velado de su doctrina deviene diametralmente opuesto a
ese léxico judío del que ellos tanto la envuelven al corresponderse éste en
realidad de manera inesperada justo con el de la propia doctrina nazi,
mientras que estos mismos por el otro lado utilizan tanto a los iniciados de
los círculos externos de sus sociedades secretas (los “masones azules” de
bajo grado totalmente inofensivos a los cuales la gente culpa ignorantemente
de los complots que ellos por su propia estructura no están capacitados para
realizar, lo cual sirve a los conspiradores para escudarse tras esta cortina
de humo tan fácil de desacreditar para así ahogar las teorías conspirativas).
Como igualmente a los judíos comunes (a los cuales ellos se refieren como
“Hermanos Menores”, o sea, los judíos genuinos a los que ellos tratan como a
ganado), para que ambos lleven a cabo para ellos sin poder tener elección ni
tampoco saberlo, políticas genocidas y racistas propias de los mismísimos
Nazis, que son con las que ellos en realidad se identifican, habiendo
empleado irónicamente para ello como ya se ve a los propios judíos (así de
perversos son estos dementes), para luego poder volver a ejercer en el
futuro justo esa política genocida contra los mismos judíos a los que han
manipulado (pues esto forma parte de su verdadero plan, ya que como ya he
dicho, ellos en realidad odian a los judíos), consiguiéndolo todo a través
de sus hilos de inteligencia secretos (actualmente el Mosad, el grupo más
maligno de la tierra).
Muchos ignorantes me acusarán de infantil por lo que
voy a decir, pero lo hago porque soy un gran admirador del cine, y porque el
ejemplo resulta sumamente didáctico para aclararme y que a nadie le dé por
malentenderme y acusarme al haber incomprendido la sutileza de mis
argumentos, de ser un monstruo.
Sea como sea, cabe destacar que me gustaría
recomendar para entender todo esto de una manera sencilla, ver la última
trilogía de “La Guerra de las Galaxias” de George Lucas, puesto que en el
Episodio II los separatistas atacan a la República comandados por el Conde
Dooku, y este ataque produce la necesidad de crear un Ejército de la
República, y la guerra justifica le concesión de cada vez mayor poder al
humilde y bondadoso Canciller Palpatine, cosa que da lugar a la progresiva
restricción de libertades, mientras que Dooku le confiesa en una ocasión al
protagonista Obi-Wan que la República está manipulada por el Lord Oscuro
Sith Darth Sirius, testimonio que Obi-Wan aprende a rechazar por venir de la
boca de aquél a quien le han adoctrinado para considerar “el enemigo”.
Algo
tras lo cual descubrimos que Dooku era en realidad quien trabajaba para
Darth Sirius, quien realmente manipula el senado en secreto mientras que a
la vez dirige, también secretamente, el bando “enemigo”, a través de su
testaferro Dooku, lo cual resulta muy ilustrativo, pues así justo es como
funciona precisamente el sionismo, que pone en boca de los ficticios
“enemigos” que ellos mismos inventan y manipulan, aquello que realmente es
verdad, para que todo aquél que se acerque a esa verdad sea considerado
partícipe de la doctrina del supuesto “enemigo”, el cual ha sido entre otras
cosas, deliberadamente creado para desacreditar esos pensamientos al poner
los mismos en su discurso, utilizando de este modo la verdad para poder así
negar la propia verdad.
Mientras que mezclan lo cierto con conceptos que no
han de guardar necesaria relación con ello, de tal modo que pensamientos
como “hay una élite de individuos ‘judíos’ que controlan el mundo” vengan a
ser rechazados por el público por tratarse precisamente de lo que los
sionistas hicieron decir a los Nazis mezclando todo ello con odio irracional
que no guarda necesaria relación con lo dicho para que así esa fusión manipulativa y turbia de conceptos provoque el miedo en la gente a pensar
ese tipo de cosas puesto que considerarán que eso inevitablemente ha de
llevarles por al mismo puerto que el de los Nazis cuando en realidad no
tiene para nada por qué ser así, lo cual es justamente la retorcida manera
en que piensan los sofistas del Mal.
George Orwell, célebre escritor,
llamaba a esto “doble-pensar”, algo de lo que los sionistas se han servido
precisamente al utilizar el discurso del propio Adolph Hitler (quien en
realidad trabajara en secreto para ellos, tal como demuestra el trabajo del
Sr. Icke, pues pertenecía a sus mismas familias y contaba con su
financiación), para que éste mencionase los propios Protocolos, dando lugar
a que desde entonces todo aquél que los mencione sea exactamente comparado
con “el monstruo de Hitler”, el cual sí, era un monstruo, pero eso no quiere
decir que su supuesto “antisionismo” fuera un sinónimo de “antisemitismo”.
Es así como le utilizaron para luego hacernos pensar de esa manera,
algo también apreciable en el caso de Mahmud Ahmadineyad, a quien se ha
hecho decir un tipo de cosas determinado para que los occidentales
consideren así la profesión de tales ideas como “ponerse de parte del
enemigo”. Pero volviendo al tema de “La Guerra de las Galaxias”, finalmente,
en el Episodio III, resulta que el humilde y bondadoso Canciller Supremo
Palpatine, que ahora había sido secuestrado por Dooku, es rescatado por los
héroes de la saga, tras lo cual el Canciller manda ejecutar a Dooku para que,
tras ciertos combates, la República gane la falsa guerra urdida por “el lado
oscuro”, pero para entonces ya es demasiado tarde, puesto que los héroes
Jedi descubren que Palpatine era en realidad el Lord Oscuro, y que el
“humilde y bondadoso” Canciller, resultaba ser de manera inesperada, todo lo
contrario.
De manera que las extrañas casualidades que le dieron a él tanto
pode, no se trataban de coincidencias accidentales sino de un plan que había
sido preparado por él mismo en secreto mientras en público se hacía pasar
por genuino protector de la libertad, cuando no era sino él precisamente el
único interesado en , por lo cual los Jedi deciden impedir que Palpatine
tome el control, e intentan asesinarlo.
Pero en ese momento, Palpatine, que
para entonces ya lo tenía todo planeado, es quien les asesina a ellos y
utiliza sus poderes supremos incontrolables que ha conseguido gracias a la
guerra sobre el ejército, para utilizar éste con el fin de imponer un
régimen dictatorial basado en el miedo en nombre de la “libertad” y de la “paz”,
pues acusa a los Jedi, que no eran sino los “buenos” que querían salvar la
República del Mal, de haber intentado dar un golpe de estado, haciendo de
esta manera que los buenos pasen a ser proscritos convirtiéndose
oficialmente en “los malos”, lo cual justifica que el ejército se haga con
el control para “proteger la democracia”.
Y así Palpatine ordena a su
nuevo siervo Darth Vader acabar con los miembros del bando enemigo que
luchaban bajo las órdenes de quien creían de su bando y que en realidad
trabajaba con Palpatine, creyendo ellos mismos que luchaban contra la
República, para finalmente ser asesinados en el encuentro en el que el Lord
Oscuro les había prometido recompensarles por sus servicios (pues ellos no
sabían que en realidad sin darse cuenta estaban cumpliendo con su papel para
justificar la tiranía de Palpatine sobre la República), un asesinato tras el
cual el Canciller se convertirá en el malvado Emperador Darth Sirius…
¡Sorpresa!
Nadie en la República podría haberse imaginado que la guerra estuviera
siendo urdida para justificar un régimen, y que los que controlaban el
“bando bueno” también estuvieran fabricando en secreto el “falso bando malo”,
para que así ese problema justificase la perversa “solución”, ni tampoco
nadie podía imaginarse que el conflicto fuera una estafa y que los célebres
“enemigos”, sin saberlo ellos mismos, estuvieran siendo una “pantalla” para
hacer que el poder del estado se incrementase cada vez más (cosa que refleja
perfectamente la realidad del supuesto conflicto CIA-Al Quaeda).
¡Nadie
podía imaginarse que el Canciller estuviese detrás de la mismísima guerra,
detrás de la revolución, detrás de todo! ¡Ni mucho menos que él fuera el
único detrás de la concentración del poder que él en público fingía rechazar
y considerar “una carga”!
¡Decir lo contrario implicaría haber sido tachado
de loco! Esto es justo lo que nos pasa a nosotros, que jamás creeríamos que
los “malos”, que efectivamente lo son (lo que digo no debe ser
malinterpretado como una apología a favor de Al Quaeda o Corea del Norte,
por ejemplo), puedan estar siendo dirigidos encubiertamente por quienes
consideramos “buenos” a través de falsos jefes cómplices de “los de aquí”
que se dediquen a engañar a los propios enemigos para que trabajen para
ellos, y quienes no sirven sino a la conspiración de aquellos a quienes
nosotros consideramos “buenos”, los cuales serían en realidad los peores “malos”,
y si alguien osa insinuar algo así, toda la sociedad manipulada por la
propaganda acusará al que diga eso de “loco”, o de ser un “traidor a favor
del enemigo”, sin darse cuenta de que sin saberlo ellos mismos son quienes
están cumpliendo con el plan perverso.
¿Cómo iba a estar yo del lado de los
“monstruos”, si la razón por la que considero “malos” a “los de aquí” es
porque les acuso a ellos precisamente de las maldades que esos monstruos, sí,
realizaron, pero según opino, precisamente por obra suya? ¿Y si la
democracia que con tanta pasión defendemos se ha convertido justo en lo
contrario de lo que debería ser, y somos nosotros quienes estamos en “el
bando equivocado”?
Lo peor, es que ni siquiera hay “un bando acertado”: lo
tienen todo. Tras mi “discurso de ‘La Guerra de las Galaxias’”, muchos
podrán decir que a santo de qué viene toda esta perorata tan “infantil”.
Pues viene a que, como muy pocos saben, George Lucas tenía al parecer en su
vida privada una estrecha relación con la NSA, la principal agencia de
inteligencia del mundo occidental, con lo cual, dicen “las malas lenguas”
que Lucas realizó estas películas para denunciar en realidad ante el
inconsciente del público la venida del Nuevo Orden Mundial.
Si he usado este
ejemplo, no es sino para mostrar de manera ingenua lo sumamente plausible
que es todo esto que digo a pesar de cómo nos han sugestionado mediante el
control de la información, pues exactamente así, como Lucas expone, es como
los sionistas han provocado el sufrimiento de judíos inocentes a los que
ellos nunca han representado mientras ellos quedaron siempre impunes de
dicho sufrimiento para popularizar sus intereses, hecho que se han dedicado
a desfigurar mediante propaganda infundada, haciendo pasar así por víctima a
quien precisamente es el verdugo, y ofendiendo con ello por tanto
precisamente a la memoria de los verdaderos millones de judíos inocentes que
murieron en el holocausto, por ejemplo, explotando así a través de su
control de los medios la publicidad sionista usando ésta para justificar sus
tesis nacionalistas y racistas en base a su “sufrimiento histórico como
pueblo” e invadir bajo semejante pretexto la tierra de Israel que ellos ya
habían comprado.
Tras lo que una vez allí volvieran a causar desde su
control de dicho estado nuevos estragos genocidas que continúan en la línea
de los propios Nazis (quienes fueron utilizados por ellos mismos
secretamente), equiparando de esta forma en la opinión pública “sionismo” a
“judaísmo” cuando el sionismo no es en realidad ni un movimiento cultural ni
una expresión natural, como sí lo es el verdadero judaísmo, sino por el
contrario una doctrina filosófica sumamente siniestra que aunque se disfraza
de judía, en su trastienda es pura iconodulía pagana, idólatra de seres
“satánicos” (malignos) que son exactamente las mismas entidades adoradas
encubiertamente por los antisemitas (Jacob Frank, uno de los fundadores del
sionismo moderno junto a los Rothschild, fue también el fundador del
antisemitismo alemán, como pocos saben), tal como el Conde Dooku y el
Canciller Palpatine, aparentes enemigos, eran en realidad ambos siervos
secretos del mismo culto al “lado oscuro de la fuerza” (si bien obviamente
me refiero a la élite, no a los descerebrados a los que ellos manipulan, por
supuesto).
Por tanto, Ellos (tanto sionistas como Nazis) son también en
realidad pertenecientes al mismo culto pagano ancestral relanzado por Jacob
Frank, así como herederos de la nueva tradición fundada por éste: el sabateanismo.
Sus ídolos comunes que les caracterizan como sabateanos son
deidades mesopotámicas arcaicas como Baal o Moloch. De hecho pocos saben que
la estrella de 6 puntas no es un verdadero símbolo judío original, pues su
procedencia se remonta al mundo fenicio y se remonta en realidad al culto a
Moloch; muy pocos saben también que el número 11 es el número astral de
aquél, y que por eso estos individuos organizan muchas de sus “Banderas
Falsas” justo en los días “11”.
Igualmente el famoso símbolo del hexagrama,
a pesar de que efectivamente sea un símbolo esotérico asociado a muchas
corrientes de tradición (incluyendo los propios concilios de la tradición
mística judía), aparece por primera vez de manera destacada en el mundo
occidental en la puerta de la casa de los banqueros Bauer en Frankfurt,
sentando esto precisamente el propio origen del nombre “Rothschild”, puesto
que éste en alemán significa “Escudo Rojo”, el cual fuera el apodo que
aquéllos adquirieran en Alemania y que posteriormente convirtieran en su
apellido en honor a su emblema, ya que dicho símbolo aparecía justo con un
color rojo, no tratándose en realidad más que del famoso hexagrama, el cual
dependiendo de la lectura aplicada puede tan pronto como de manera
espiritual, ser entendido como un símbolo satánico (cosa que de hecho es
para los Illuminati de grado elevado).
Por esta razón y no por otra es por
lo que la bandera de Israel (estado perteneciente a los Rothschild décadas
antes a su colonización por haberlo comprado mediante la Mesa Redonda a Lord
Balfour tras la liberación de Palestina), en lugar del símbolo de la
ortodoxia judía, que es el candelabro (cosa que parecería razonable),
presenta por el contrario el de los propios Rothschild, que es el mencionado
hexagrama (pues de hecho el hexagrama israelí es el famoso Roth-Schild que
dio origen al apellido de aquéllos).
Con ello los Rothschild buscan de
manera encubierta y velada humillar definitivamente a los judíos al
apoderarse de su nombre sustituyendo sus símbolos por los de la maldad que
ellos en el fondo representan, algo que también hicieran igualmente durante
el holocausto que ellos urdieron encargándose de que sus títeres antisemitas
obligasen a marcar con ese símbolo a los desdichados judíos (“mirad, ésta es
vuestra maldición, que nosotros os hemos elegido para ser quienes nos
representen”).
También sobre todo porque los Illuminati están obsesionados
con colocar sus símbolos en todas partes por motivos esotéricos, dado que
según el ocultismo, el símbolo (el pentaclo) comparte la fuerza de aquello
que representa, tal como los famosos “amuletos cabalísticos” (algo que
filosóficamente se puede relacionar con lo que Wittguen-STEIN- destaco en
este caso la desinencia típica de los apellidos judíos para remarcar que
aprecio a este pensador independientemente de sus orígenes- llamaba la
“forma lógica”, la cual según él era de naturaleza extralingüística y
transmitía de manera misteriosa una forma designativa invisible común a
todos los símbolos que de manera inexpresable algo comparten internamente
con aquello que representan y viceversa), con lo cual lejos de ser
superstición, esta postura tiene cierto sentido filosófico en una suerte de
clave metafísica borgiana.
Por eso los Illuminati hacen que todas las
compañías de seguros, empresas financiadas con su dinero, bancos y
corporaciones, de manera velada, compartan siempre los mismos símbolos
esotéricos de sus Misterios (como el emblema del Banco Santander, el cual,
digan lo que digan, está claro que representa en realidad crípticamente la
conocida llama de Semíramis-Ishtar, otro ídolo pagano mesopotámico adorado
por los Illuminati representado también por la mal llamada Estatua de la
Libertad), puesto que estos Illuminati están convencidos (algo que como ya
hemos visto tiene más sentido de lo que parece), de que los símbolos les dan
poder.
El ritualismo es algo muy satánico. Por otro lado, volviendo al hilo
principal, he de remarcar que estos seres anteriormente descritos (Baal,
Moloch, Ishtar, etc…) son precisamente los ídolos secretos de los grados
ocultos que manipulan la red de sociedades secretas que controlan el mundo
de los Altos Iniciados en el Ocultismo Negro al servicio de la trama urdida
por poderes fácticos cuyo mayor representante es como ya hemos visto la
infame familia Rothschild.
De hecho, hay lugares del sur de España donde
testigos de atrocidades paganas cometidas en secreto por la Iglesia Católica
me han hablado de haber oído menciones o descubierto rituales relacionados
con Moloch, Baal, o Ishtar, nombres que estas personas campesinas, de pobres
estudios, y de cultura notablemente baja, reconocen de manera sorprendente
como algo absolutamente familiar, lo cual (para mí, claro, puesto que no
puedo delatar a nadie) prueba la realidad de este tema. Ustedes investiguen
por su cuenta y descubrirán que no miento.
Asimismo, resulta algo bastante
desconocido que el verdadero trasfondo de la doctrina de los supuestos
“judíos” de la élite sionista (los sabateanos que antes desenmascaré y que
sientan la cúpula de esta corriente que lo maneja todo elípticamente) está
en realidad totalmente escindido de la ortodoxia judía tradicional, y que
éste realmente no tiene nada que ver con el judaísmo ordinario: sus
motivaciones son el humor ofensivo e impropio, la perversión, la
banalización del arte y la música, la sensualización de los jóvenes, la
promoción del morbo y de la abulia, la escatología decadente, la
contaminación de la cultura, el envenenamiento de la publicidad, la búsqueda
del control del Capital, la desviación sexual, la tortura, e incluso en
ocasiones, el derramamiento de sangre humana (mediante las guerras que
alimentan, por ejemplo, o actualmente con su propuesta estrella: el aborto,
el cual le ofrece a Moloch, como antaño sucediese en Cartago, una gran
afluencia de sangre de niños inocentes).
A eso es a lo que muchos
antisemitas confundidos se referían cuando decían que,
“los judíos están
contaminando las nobles tradiciones y apoderándose de la banca”.
En realidad
eso es lo que hacen los sabateanos, que son una rama podrida dentro de lo
que oficialmente es considerado como judaísmo (“judíos malos”, por así
decirlo, diferentes de los “judíos buenos”; aunque en realidad los “judíos
malos” no son sino “pseudo-judíos”, falsos judíos infiltrados y mezclados en
el judaísmo y que buscan malversarlo; esto ha sido denunciado incluso por
rabinos ortodoxos, y repito que espero que esta explicación sirva para
demostrar que yo no soy antisemita).
Pero curiosamente los propios líderes
de los círculos superiores de los movimientos antisemitas también comparten
precisamente el culto sabateano.
De este modo los jefes antisemitas que en
secreto son sabateanos (y que en ocasiones, como Goebbels, guardan vínculos
familiares con los propios pseudo-judíos) utilizan enmascaradamente a sus
partidarios para hacerles decir lo que en realidad es la pura verdad, pero
en este caso de manera desfigurada, haciendo así que acusen precisamente a
los judíos en sí de esos males, buscando generar con ello el efecto de
“doblepensar” de manera que todo aquél que se acerque a descubrir el vínculo
entre “judíos” y “perversión de la cultura”, sea automáticamente
desacreditado como un antisemita (a pesar de que este vínculo sí existe,
pero sólo con los pseudo-judíos “malos”, nunca con los judíos en sí).
De
esta forma se aseguran de que nadie les descubra, y para ello precisamente
los sabateanos han fundado el antisemitismo (del cual en el fondo participan),
para distorsionar la realidad, lo cual explica por qué los antisemitas
serían en realidad sionistas, puesto que sirven al plan sabateano,
aclarándose con esto igualmente el problema que ha hecho que muchos
investigadores se devanen los sesos en vano.
“¿Por qué los judíos? ¿Por qué
en Alemania?”
Porque al sionismo que controla el mundo le convenía una
cabeza de turco con la cual pudieran identificarse, porque ésta encarna los
valores tradicionales que ellos denostan, porque Alemania fue la cuna de la
cúpula financiera sionista que hoy domina el planeta.
Esta gentuza no tiene
reparo, por cierto, y por eso mencioné aquello, en traicionar a sus propios
cómplices con tal de poder continuar con su plan, cosa que sus cómplices
asumen perfectamente como algo aceptable, de la misma manera en que sucedía
cuando Palpatine-Sirius decide usar su poder de Canciller para mandar
ejecutar al Conde Dooku desde su autoridad pública en la película de Lucas,
pues lo más importante para los siervos del “lado oscuro”, no es tanto el
beneficio personal (que por otro lado resulta la propia base de la doctrina
del “lado oscuro”), como el mero hecho de que el “lado oscuro” en sí
sobreviva.
Me gusta ilustrar este ejemplo con una magistral escena de “El
Padrino II” (por citar una verdadera obra maestra), cuando el tío de Michael
Corleone, tras haberle traicionado, pensando que Michael le había
traicionado a él, a pesar de que, como buen mafioso, lo que busca es poder a
través de la violencia, acaba suicidándose y sacrificándose cuando descubre
que la investigación policial con la que él ha colaborado está a punto de
acabar con la “amada ‘famiglia’”, la “amada ‘famiglia’” a la que él mismo
como buen mafioso intentó traicionar, pero no es lo mismo eso a que
desaparezca de la faz de la tierra la mafia en sí misma.
Por esto me encanta
esa escena, porque refleja a la perfección la naturaleza de la filosofía de
los que buscan preservar el poder, puesto que nos enseña cómo los mafiosos
aspiran al poder y al control, pero no por el mero hecho de obtenerlos, sino
porque parecen rendir una especie de culto casi religioso a la doctrina de
la búsqueda del poder y el control en sí misma:
por extraño que parezca, los
controladores no buscan simplemente controlar, sino que tienen una
estimación prácticamente “mística” del concepto mismo del control, que es
por lo que el tío de Michael se suicida en la bañera, dado que en la
filosofía mafiosa hay algo más importante que beneficiarse del crimen, y es
que el crimen en sí mismo perdure.
Esto explica la posible duda de mucha
gente:
“¿si según dices los sionistas manipularon a los Nazis y también
manipulan occidente, qué me dices de los juicios de Nuremberg realizados por
los americanos y los británicos, los cuales acabaron con muchos Nazis, por
ejemplo?”
Pues que lo que sucede en realidad es que estos individuos se
traicionan entre ellos constantemente para proseguir con el plan de que
triunfe la propia “búsqueda del poder”, algo que prefieren incluso al poder
mismo, por paradójico que suene.
Con lo que de esta manera aceptan la
traición y el mal entre ellos como algo legítimo para la continuación del
plan, puesto que la traición y el mal son precisamente aquello a lo que
ellos rinden culto, y si bien buscan matarse entre ellos por esa misma
filosofía, al mismo tiempo asumen sacrificarse en manos de sus enemigos
internos/cómplices cuando esto sea necesario para que ese mismo culto, y el
“plan mayor”, salgan adelante, siendo justo esto lo que hicieron los Nazis
de Nuremberg al morir en los juicios organizados por el bando controlado por
los mismos para los que ellos trabajaban, pues tenían muy asumido este pacto
de las sombras.
Aún así quiero hacer constar que el verdadero aparato Nazi
no desapareció en realidad, puesto que la estructura que en la práctica
diseñara el holocausto fue “reciclada” por el bando occidental mediante la
ya desclasificada “Operación Paperclip”, con lo cual mi tesis sigue quedando
respaldada.
En cuanto a lo expuesto acerca del funcionamiento del Poder, he
de decirles a quienes les “suene extraño”, que no es tan inverosímil;
piensen con lógica: si la filosofía del bien radical deontológico es el amor
y la fraternidad entre todos, así como la anteposición del servicio a los
demás, estando incluso dispuesto a denunciar el Mal siempre, aun cuando el
malvado sea tu propio amigo, pues has de ser desapegado.
La sofística y
perversa filosofía del mal sádico es justo la contraria, es decir, la
doctrina del odio y la enemistad entre todos debe perdurar (incluso, o sobre
todo, entre los propios profesantes de dicha doctrina), y la búsqueda del
poder personal ha de ser siempre lo más importante, con lo que si para ello
hay que renunciar precisamente al poder personal para que la búsqueda del
poder personal nunca deje de ser lo que predomine, entonces esto se hace sin
problemas.
Así de enfermos y retorcidos son los que dominan este mundo (los
sionistas).
Pero es hora de tirarles de su trono corrupto y borrar su mal de
la tierra con la Luz de la Verdad.
“LOS PROTOCOLOS DE LOS SABIOS DE SION”
VALIDADOS AL FIN
UN HALLAZGO SIN
PRECEDENTES - ALLEN DULLES MINTIÓ
“Los Protocolos de los Sabios de Sion”
El documento cuya validación
conllevaría la deslegitimación y dinamitación total del sistema occidental
“Los Protocolos de los Sabios de Sion” son un documento aparecido en la
prensa rusa manipulada por el zarismo a principios del siglo XX, y que en
teoría, según se ha interpretado, retrataba una conspiración tramada por una
élite de altos iniciados secretos pertenecientes a una oscura orden
talmúdica con pleno dominio a través de sus sociedades secretas, tanto de la
banca, como de la comunicación, como de los estados, así como por tanto, de
la sociedad occidental (y prácticamente del mundo) en su conjunto.
Esto
sentaría la prueba definitiva e irrefutable de todo lo que dije arriba.
Sin
embargo el paradigma actual, la tesis aceptada y aparentemente demostrada,
es que los Protocolos fueron un artificio zarista para demonizar a los
“judíos” y con ello justificar el “Antiguo Régimen” y toda la filosofía que
respaldaba el poder del Zar, para lo cual el texto de los Protocolos tal
como fueron publicados en prensa ofrecía una sospechosa legitimación,
habiendo podido constituir un tramposo y oportuno espaldarazo del modelo que
entonces reinaba en Rusia y se sentía amenazado por el cambio contemporáneo
que los Protocolos en parte reflejan.
¿Pero qué contenían aquellos textos?
Hagamos memoria.
El contenido de los Protocolos es todo un monólogo que a
muchos se les antoja bastante poco realista, pues se maneja además de manera
constante en un tono genérico, ya que no explica cómo ni por qué medios
habrá de desempeñarse lo que en él se anuncia, dando con ello por sentado
que aquella gente habría de gozar de un poder casi ilimitado reflejando así
en él un discurso que habría de venir siendo recitado probablemente de
manera exaltada ante un púlpito que al mismo tiempo podría pertenecer a la
misma asociación, el cual expresa un plan para apoderarse del mundo y
corromper el alma de la humanidad.
Se ha argumentado que seguramente se
trate de una farsa, en primer lugar, porque nunca antes se había oído hablar
del susodicho colectivo en él referido (aunque de ser así, entonces no se
trataría de un poder total prácticamente absoluto mantenido en la sombra,
tal como supuestamente aquél documento en teoría habría de dar a revelar,
con lo cual esta primera crítica resulta un poco ingenua).
Por otra parte el
orador generaliza a menudo y se maneja en un lenguaje bastante maniqueo así
como tendente a lo absoluto, resultando según parece muy simple y en teoría
poco elaborado (o eso dicen), mientras que todo ello no deja de suponer una
mera declaración que no aparenta tener demasiado sentido pues ésta estaría
siendo realizada supuestamente ante su propia gente, con lo cual lo propio
deviene más bien similar a una ficción literaria en su aire y estilo.
El
monólogo se presenta bastante generalista y fraseológico manifestándose
constantemente en la primera persona del plural, sin que haya réplica ni
espera de la misma.
Pero también se critica además el hecho de que según
este documento, dicha se valdría para sus propios fines de elementos tan
aparentemente inconciliables como el dogmatismo religioso y el materialismo
científico, el fascismo y el comunismo, el colectivismo y el monarquismo, o
el consenso y el totalitarismo, simultáneamente, algo que a la gente común
se le antoja contradictorio e insólito.
Sin embargo esto no lo es si se
entiende la tesis que postula que quizá lo que sucede consista en que todas
estas polarizaciones de la realidad no sean más que formas filtradas y
justificadas de manera compleja, de la opresión del espíritu humano y de las
aspiraciones de trascendencia, así como del individualismo y el pensamiento
crítico, de la justicia, de la libertad, y en definitiva, de aquello que
sensatamente podemos denominar “el bien”.
En otras palabras, estos
Protocolos vendrían a significar lo que muchos idealistas y espiritualistas
pensamos: que el mundo está siendo manipulado a través de determinadas
posturas fabricadas para adaptarse a aparentes demandas naturales de la
sociedad, siendo en realidad al mismo tiempo todas ellas grandes
perversiones del concepto que dicen representar, de manera que por tanto
esta forma de llevarlo todo al extremo significaría que la alternativa a una
injusticia siempre será, de manera intencionada, otra injusticia igual pero
basada en los valores supuestamente opuestos (a los cuales obviamente no
serviría realmente, sino que los estaría traicionando, siendo esto así
siempre).
Con lo cual, en definitiva, toda la sociedad estaría siendo
manipulada para engañar al ser humano y hacerle creer que vive en un mundo
real, mientras que la humanidad entera estaría verdaderamente al servicio
del mal en sí mismo, en su sentido más puro y metafísico, como si estos
tipos estuvieran al servicio del demonio “en persona”, dictando para
justificar todo ello mediante sus redes manipulación de la información, un
entorno esencialmente falso y constantemente cambiante para así generar
prejuicios y confusión y por ello permanecer ocultos y de ese modo poder
seguir controlándonos fingiendo estar apoyados por una historia y un
paradigma naturales (tal como sucedía en la película “Dark City”, después
imitada por “Matrix”, donde creo que los autores pretendían denunciar
fantásticamente esto mismo).
De todos modos esta crítica antes mencionada
sigue partiendo en cualquier caso de la base errónea de asumir previamente
que los que fabrican las ideas que medran en la sociedad realmente sienten y
viven las mismas, y no que en cambio hayan creado éstas hipócritamente para
servir encubiertamente al mal en su sentido más absoluto, mientras que para
asegurarse de ello procurasen tratar de defender fingidamente esos supuestos
ideales mediante un pendenciero doble lenguaje con el fin de lograr apoyos
cuyas bases serían en realidad opuestas a sus verdaderos propósitos
consiguiendo así gracias a éstos (irónicamente) el triunfo del plan que en
realidad incluiría traicionar los mismos.
Dado que ellos estarían
verdaderamente al servicio de la gran Hermandad exactamente como cuando
Lenin (testaferro teledirigido, como se ha demostrado, por la red Rothschild) ocupó el Palacio de Invierno y reclamó “todo el poder para los
soviets” ganándose así el apoyo de los revolucionarios idealistas de
Kronstadt, cuando lo que realmente quiso decir en el uso dado por él a ese
significante era que desde ahora todo el poder quedaría en manos de los
bolcheviques totalitarios, con lo cual Lenin garantizó de este modo el apoyo
de los liberales idealistas para la instauración de un régimen despótico
destinado precisamente a traicionarlos, lo cual sienta todo un ejemplo del
marco propuesto por los Protocolos.
El problema es que los que critican que
el texto hable de “darwinismo” y de “nietzschenianismo”, de existencialismo
y de nihilismo, al mismo tiempo, como si esto se tratase de una
contradicción, parten justamente del modelo de doctrina que el sistema ya
les ha inculcado (y de ahí lo vicioso y redundante de su error) al pensar
que todas esas corrientes de pensamiento fueron creadas o por lo menos son
usadas para satisfacer sus propios principios y no para en el fondo
engañarnos a todos haciéndonos pensar que existen diferentes bandos pero en
realidad dominarnos a través de todos ellos usando además cada uno
igualmente de manera independiente para, a través de él, perpetrar de nuevo
el plan maligno oculto por medio del doble uso de los propios principios de
aquél (es decir, que en realidad todas las posturas opuestas estuviesen
siendo, tal como podemos intuir, diferentes versiones del mismo mal).
Esto es algo
que desde dentro de cada mecanismo ideológico será negado (por supuesto) por
haber sido todos ellos diseñados específicamente para eso, pero que no
estaría en realidad sino siendo todo el rato así de una manera muy bien
elaborada para que la gran mayoría de los partícipes ni lo sepan, actuando
simplemente “porque el sistema es así”, y haciéndoles con ello sin saberlo
vender su alma, de manera que todos los caminos acabarían por conducir
finalmente siempre a un mismo lugar.
El sionismo, razón por la cual todos
los poderes e influencias sociales, por contradictorios que parezcan,
vendrían estando por tanto realmente siervos de un mismo mal del que cada
uno encarnaría una parte, de modo que por tanto todos los poderes sociales
beberían en realidad, por paradójico que parezca, de las mismas fuentes,
mientras que todos ellos se encargasen al mismo tiempo (algo que desde
dentro del sistema siempre será negado, por supuesto, pues el mismo fue
ingeniado justamente para proscribir semejante tipo de conocimiento), de
llevar a cabo el plan perverso del mal a través de cada expresión del ámbito
social, logrando mientras hacer parecer en ello que cada elemento no
estuviese obedeciendo sino a su propia pretensión independiente y espontánea
de manera bienintencionada y justificada, de representar unos conceptos
determinados perfectamente legítimos en un principio.
Y buscando de esta forma
hacer que parezca que éstos se basan por su parte en una expresión natural
representativa de la vida social, cuando todo ello no estaría siendo sino
más que una ficción muy bien tramada para conseguir con ella también que
todos los integrantes comunes de la sociedad combatan entre ellos a todos
los niveles para así generar un grado de perturbación y desasosiego del que
estos psicópatas se alimentan para rendir culto a sus ídolos por ser esto la
consumación de su doctrina de culto metafísico a la pura perversidad, al
mismo tiempo que esto deteriora a la humanidad justificando la paulatina
implantación de una forma absoluta de Poder (el Nuevo Orden Mundial), sin
que nadie entretanto se dé cuenta.
Todos estarían siendo
completamente cegados por la defensa de cada uno de sus subterfugios
particulares, los cuales habrían sido oportunamente creados con ese
auténtico propósito y disfrazados oficialmente de posturas fundadas, con el
fin así de intentar anular los ánimos de la humanidad de “liberarse a sí
misma”, o que quizá pudieran ser en algunos casos, simplemente desvirtuados
y explotados a partir de iniciativas populares originales inicialmente
honestas, eso sí, siempre aprovechado todo ello de manera secreta por los
propios sionistas, con lo que de esta forma los conspiradores estarían
inventando o apoderándose de todo lo que tiene lugar en el mundo para lograr
con ello la perpetración del mal por partida cuádruple: cada uno de los
sistemas que la gente defienda serán de por sí falaces y corruptos, con lo
que de esta forma se estará alimentando el mal (Moloch-Baal).
Lo cual
provocará que las personas peleen entre ellas desatando aún mayor injusticia
(más energía para Moloch-Baal), para que así ellos puedan finalmente llegar
al poder total, lo cual sienta definitivamente una atroz injusticia (algo
que colma a Moloch-Baal), si bien en realidad este poder absoluto será
empleado realmente para servir deliberadamente al mal con plena dedicación y
toda la intensidad (encumbrando a Moloch-Baal a la altura de lo más supremo).
Es decir, el plan sionista consistiría en que cada parte del modelo sea en
sí mismo un instrumento para tomar el poder, aunque al mismo tiempo cada uno
de estas divisiones hubiera de resultar por su parte también un fin en sí
mismo para lograr de por sí la perpetración del mal, con lo que de este modo
habría “maldades dentro de maldades”, aumentando en proporción cada vez, si
bien finalmente, una vez alcanzado dicho poder buscado, el verdadero fin
sería de nuevo definitivamente la consumación del mal y no otra cosa (sin
aparentar, sin disfraces: será entonces cuando descubramos el verdadero
rostro horrendo de los poderosos).
Como dijo Julio César: “divide y vencerás”.
Una vez más, así de retorcidos serían estos sionistas hijos del infierno.
Claro que en este documento tan “dudoso” que son los Protocolos, hay quien
ha alegado que se puede igualmente apreciar el operismo, la teatralidad, el
dramatismo, el tremendismo, el discurso artificioso y aparentemente hueco,
el infantilismo del texto, su forzado subtexto, la vulgaridad de su formato
de soliloquio narrativo (tan recurrente por cierto en las fantasías
paranoicas y en diversas obras literarias), su incorrección formal, el hecho
de que es un “clásico ejemplo de literatura conspirativa”, y por supuesto la
apariencia delirante, forzada, ad hoc, oportunamente indemostrable, y
cercana a lo fantástico y lo ficticio que desprende todo el texto, así como
su “peste a falsificación”. Sí. Estoy plenamente de acuerdo.
Pero esto
únicamente se trata de argumentos psicológicos, y contra hechos no valen
argumentos. Si el documento fuera verdaderamente legítimo, deberíamos asumir
su realidad “suene como suene”, pues la racionalidad no consiste en juzgar
las cosas por cómo suenan, sino por su base.
Lo importante es centrarse en
el estudio científico, epigráfico, de los Protocolos, lo importante, es
determinar si los Protocolos son, bien documental, bien temáticamente,
legítimos: averiguar su grado de correspondencia con la realidad, y trazar
el rastro de su procedencia, para lograr esclarecer si éstos son al menos en
su contenido auténticos.
Supuestamente no lo son, ya que las diferentes
versiones publicadas se notan objetivamente manipuladas, y también está el
hecho de que las fuentes de su emisión corresponden a la prensa al servicio
del régimen del Zar, de claros prejuicios contra el “judaísmo” (en realidad,
aunque puede que ellos en su desinformación tampoco lo supieran
conscientemente, yo pienso que no estaban en contra de otra cosa que del
sionismo, al menos en la mayor medida, aunque también es cierto que había
cierta confusión irracionalmente antisemita).
Pero ahora, en esta
maravillosa época, los cielos se descubren y el universo se abre en canal
para rasgar el velo de Isis y que la Luz de la Conciencia alumbre esta
tierra de una vez por todas.
Ahora el Despertar Cósmico es inminente,
llegando así, justo en este momento, por primera vez tras 110 años, la
validación del contenido de los “Protocolos de los Sabios de Sion”, la
demostración de la Conspiración del Nuevo Orden Mundial Sionista-Satánico, y
el comienzo de la Revolución, a la cual, tras esta demostración, yo incito a
todos los “Jedi” del mundo.
El Comienzo de los
Protocolos
“Los Protocolos de los Sabios de Sion” aparecieron impresos por primera vez
en el Imperio de Rusia en 1903.
El tratado fue publicado en Znamya, un
periódico perteneciente a “Siglo Negro”, propiedad de Pavel Krushevan, en la
forma de una serie de artículos.
El documento apareció de nuevo en 1905,
esta vez reeditado bajo la forma de un capítulo final (capítulo XII) de la
segunda edición del “Velikoe v Malom i Antikhrist” (Lo Grande en lo Pequeño
y el Anticristo),
de Sergei Nilus.
En 1906 los Protocolos volvieron a
aparecer en un folleto editado por G. Butmi.
Es destacable que uno de los
elementos fundamentales a las críticas de estos Protocolos, es que las
diferentes copias publicadas de los mismos revelan claras diferencias de
estilo, detalles, e incluso algunos contenidos entre sí, a pesar de
compartir todas ellas una estructura y esencia común, así como unos
contenidos generales casi idénticos y un mismo “tono”.
Esto ha llevado a
muchos a pensar que los Protocolos han de ser claramente una manipulación.
Antecedentes en Referencias Ficcionales,
y la Teoría de la Falsificación
En 1920-1921 se hizo pública la “revelación” de que el rastro de la historia
de los conceptos encontrables en los célebres Protocolos se remonta a
fuentes de la literatura muy anteriores, tales como las obras “El Collar de
la Reina”, de Alejandro Dumas (1859), “Diálogo de Maquiavelo y Montesquieu
en el Infierno”, de Maurice Joly (1864), y “Biarritz”, de Hermann Goedsche
(1868), por lo que esto llevó a pensar que los Protocolos se trataban
obviamente una burda falsificación.
Después de esto, el periodista judío de
Inglaterra, Lucien Wolf, publicó en agosto de 1921 en Londres, otra
revelación añadida, si bien ésta venía a ser más de lo mismo, remarcando
cómo este tipo de contenidos ya habían sido repetidos de nuevo
posteriormente en la obra del autor Jacques Cretinau-Joly.
Pero también se
encuentra el caso de una serie de artículos publicados en el diario “The
Times” por su reportero en Constantinopla, Phill Graves, quien descubriera
que la obra de Maurice Joly había sido plagiada por un tal François Bournand,
en su obra “Les Juifs et nos Contemporains” (1896), la cual parecía
reproducir el mismo contenido en esta ocasión como si éste supuestamente se
tratase del soliloquio de un tal “gran rabino John Readcliffe”.
Sin embargo,
lo que dotó de relevancia a la versión sobre la fraudulencia de los
Protocolos fue el influyente y tan sumamente reiterado artículo del escritor
Peter Grose, donde se narraba la supuesta historia del pretendido hallazgo
de Allen Dulles, (partidario de Hitler en su día y mentiroso profesional que
comandara la ya citada “Operación Paperclip” al servicio de los sionistas,
curiosamente), quien en aquel momento se encontrara en Constantinopla
llevando a cabo la reestructuración política post-otomana (es decir,
preparando el terreno para la grotesca invasión de Israel por los sionistas).
Este fue presentado como el aparente descubridor de “la fuente” de los
documentos presentados por el Times, los cuales consistían de los célebres
ejemplares de las referencias previas en la literatura a los contenidos
manifestados en los Protocolos, una fuente que según se dijo era un
emigrante ruso exiliado que se negó a ser identificado, y que consiguió
obtener un préstamo del Times sin intención de devolverlo.
El sujeto declaró
que toda la historia de los Protocolos era falsa, pues supuestamente
acreditó ser un miembro de la inteligencia rusa que supo de la fabricación
por parte de la cúpula del servicio secreto (donde se hallaba gente como
Piotr Rachkovsky), y que fue según él la única que, en conjunción con la
prensa sometida al régimen del Zar, decidió fabricar “desde cero” una farsa
en base a los documentos adjuntados, con el fin de justificar los principios
del régimen de Rusia.
Posteriormente, Colin Holmes, profesor de historia
económica de la Universidad de Sheffield, declaró haber identificado al
emigrante como un tal Mikhael Raslovleff. Al año siguiente, un libro
analítico completo ofreciendo argumentos a favor de la teoría de la
falsificación fue publicado en Estados Unidos por Herman Bernstein.
Hasta
ahora, el relato y las aportaciones de Allen Dulles han constituido la
principal y más famosa prueba de la alegada falsedad de los Protocolos,
siendo la referencia constantemente citada para su desacreditación por todos
los defensores de la línea oficial de pensamiento.
En 1921 la princesa Catherine Radziwill dio una conferencia privada en Nueva
York afirmando que los Protocolos eran una falsificación configurada en
1904-1905 por el escritor ruso Golovinski en colaboración con los
periodistas Matvei y Manasevich Manuilov, siendo dirigidos por el jefe de
los servicios secretos rusos en París, el ya comentado Piotr Rachkovsky.
De
esta manera, en 1944, el escritor alemán Conrad Hayden identificó en un
estudio personal realizado por él a Golovinski como quien según él hubo de
haber sido el “verdadero” autor de los Protocolos en función del estilo
literario apreciado.
El relato de la princesa Radziwill, se vio por otro
lado apoyado por el trabajo del historiador ruso Mikhail Lepekhine, que
publicó sus conclusiones en noviembre de 1999 en el semanario francés “L’expreso”.
Por su parte, el erudito ucraniano Vadim Skuratovsky (Reino Unido) ofrece un
amplio análisis literario, histórico y lingüístico del texto original de los
Protocolos, pudiendo detectar en ellos, según asegura, las influencias del
estilo de Fiodor Dostoyevsky (en particular, de “El Gran Inquisidor” y “El
Poseído”) en los escritos de Golovinski, algo a su juicio trazable también
en los propios Protocolos, por lo que a su parecer, éstos debían ser
efectivamente obra de Golovinski.
La Edición de Sergei
Nilus
En 1905, el esoterista iniciado en misterios secretos del ocultismo y
colaborador del servicio de inteligencia ruso, Sergei Nilus, publicó el
texto completo de los Protocolos en el capítulo XII (el último capítulo-
páginas 305-417-), de la segunda edición (o quizá la tercera) de su libro
“Lo Grande en lo Pequeño: La Venida del Anticristo y el Imperio de Satanás
en la Tierra”.
Esta nueva versión se mostraba más estilizada, presentando
añadiduras y correcciones no apreciadas con anterioridad, lo cual ha
conducido a muchos a pensar que probablemente ésta se trate de una
adaptación a posteriori de lo ya habido del autor, de una nueva manipulación
por parte de Nilus, si bien esto sigue resultando verdaderamente irrelevante
a la hora de determinar la autenticidad original de los Protocolos en sí
mismos.
En aquel registro, Nilus afirmó que los Protocolos procedían de la
celebración del Primer Congreso Sionista en 1897 en Basilea, Suiza, el cual
fuera presidido por el ya citado Theodor Hertzl, fundador del sionismo
moderno y asentador de las estructuras intelectuales sobre las cuales se
asienta el poder financiero internacional así como la política actual del
moderno estado de Israel, quien fuera por su parte un apadrinado (nada menos
que otro testaferro), de nuevo, de los Rothschild (la familia fundadora y
controladora directa o indirectamente de toda la red de Sociedades Secretas
bajo el control de la infiltración de los Illuminati sionistas, institución
que ellos financiaron).
Sin embargo, volviendo al tema que aquí nos ocupa,
cuando Nilus se enteró por un periodista de que el Primer Congreso Sionista
se había celebrado abierto al público así como que éste contó con la
presencia de muchos participantes no judíos, Nilus cambió entonces su
historia declarando ahora que los Protocolos procedían de las reuniones de
1902-1903 de los ancianos dirigentes del poder sionista,
Sin
embargo esto contradecía su propia versión sobre la forma en que adquirió los
documentos, pues según él, la copia de éstos había llegado a sus manos en el
año 1901:
"En 1901, conseguí a través de un conocido mío (el difunto mariscal Alexéi
Nikolayevich, de la Corte de Sukotin en Chernigov) un manuscrito que expone
con claridad y perfección inusual el curso y desarrollo de la
conspiración secreta masónica judía, la cual traería a este mundo
malvado su inevitable final.
La persona que me dio este manuscrito
garantiza que se trata de una traducción fiel de los documentos
originales que fueron robados por una mujer a uno de los más altos
líderes masónicos de mayor influencia, en una reunión secreta celebrada
en algún lugar de Francia, el nido de la amada conspiración masónica."
El Verdadero Origen de los
Protocolos
En su libro “El Manuscrito que no Existió” (curioso, puesto que sin saberlo,
él es uno de los principales contribuyentes a demostrar que sí lo hizo), el
académico italiano Cesare G. De Michelis confeccionó un inusual estudio
sumamente diferente de los demás, dedicado en este caso a las primeras y más
raras publicaciones rusas de los Protocolos.
Resulta que tal como acredita
con pruebas De Michelis, los Protocolos fueron (en contra de lo que se
piensa) mencionados por primera vez en la prensa rusa mucho antes de que
éstos se dieran a conocer oficialmente (dato sumamente intrigante), un año
antes de lo que se viene diciendo, en abril de 1902, por parte de un diario
de San Petersburgo, el “Novoye Vremya”, el “Diario Nuevo”.
Este inquietante
artículo fue escrito por un famoso publicista conservador, Mikhail Menshikov,
como parte de su serie “Cartas a los Vecinos”, bajo el título de “Plan
contra la Humanidad”.
En éste el autor describe su encuentro con una señora
conocida ahora como Yuliana Glinka, que afirmó tener poderes psíquicos y ser
médium. En aquel encuentro con Madame Glinka, ésta le habló a Menshikov de
su capacidad de averiguar secretos mediante “Revelaciones Místicas”.
En
aquella conversación, Glinka instó a Menshikov a echar un vistazo a unos
documentos, que resultaron ser precisamente lo que más tarde se daría a
conocer como los célebres “Protocolos de los Sabios de Sion”, los cuales
supuestamente eran de origen masónico.
Sin embargo, Menshikov, tras haber
leído algunos extractos, comenzó a alumbrar un notable escepticismo acerca
de su origen, con lo cual decidió no publicarlos.
La Investigación
Secreta del Zar
Resulta que antes de la publicación de los Protocolos, el gobierno ruso
abrió una investigación secreta ordenada por Piotr Stolypin, el recién
nombrado presidente del Consejo de Ministros. Ahora el informe de Stolypin
como final de la investigación está desclasificado.
Ésta llegó a la
conclusión de que los Protocolos procedían en realidad de los rumores de los
círculos antisemitas parisinos alrededor de 1897-1898 (precisamente cuando
se celebró el Primer Congreso Sionista de Basilea en Suiza).
Esto llevó a Stolypin a desmerecer la autenticidad de los textos y a considerarlos
apócrifos, algo a lo que el Zar hizo caso omiso, con lo cual decidió seguir
adelante con la operación de divulgación de estos documentos, desde luego
manipulándolos para su beneficio. Han acusado al Zar de irracional
antisemita, pero yo pienso que él en realidad no se fiaba de Stolypin.
Demostración a través de la deducción racional de la validez de los
“Protocolos de los Sabios de Sion” en base a las pruebas incontestables, el
fin de la hipocresía occidental, la venida de la revolución, y el hallazgo
cultural más importante del Siglo XXI.
Aun así, a pesar de todo, continua persistiendo hoy en día el eco de la
sospecha de que los Protocolos han venido desde entonces resultando
demasiado premonitorios respecto de muchas prospecciones que en su día
hubieron de ser consideradas especulativas y que han ido sin embargo más
adelante convirtiéndose en realidades concretas y tangibles en el mundo
actual, como para pensar que éstos a pesar de todo deban ser netamente
falsos.
De esta manera surge la sospecha sobre si no habrá habido un complot
por parte del poder para intentar desacreditarlos. Ahora, por primera vez en
110 años, los “Protocolos de los Sabios de Sion” vuelven a ver la luz, y su
autenticidad queda al fin demostrada.
Existen pruebas circunstanciales que
demuestran que la teoría del complot es la más probable. Estas pruebas
residen precisamente en el testimonio, tan reiterado por los medios de
comunicación oficiales, de las propias fuentes occidentales (británicas y
americanas), cuyo contenido gira en torno a “la prueba clave” de la versión
fundamental de que los Protocolos no son sino un fraude realizado por el
gobierno ruso.
Es cierto que en las versiones publicadas de los Protocolos
se aprecian indicios claros de tergiversación con cada versión, así como de
diferencias de estilo y algunos contenidos, que claramente apuntan a la
intervención de la inteligencia rusa en su edición, pero eso no significa
que los Protocolos deban ser obra de la inteligencia rusa.
De hecho no lo
son. ¿Por qué? Porque si lo fueran éstos hubieran sido publicados
directamente en los medios de comunicación, pues habrían sido mostrados al
gran público gracias a la competencia de la que el estado entonces disponía
para tal cosa por su control directo de la prensa.
De hecho, eso mismo es lo
que la inteligencia occidental ha declarado que sucedió: la versión oficial
es que el gobierno ruso fabricó los Protocolos y utilizó a la prensa para
divulgarlos, algo a lo que muchos me responderán “¿acaso insinúas que no fue
así?"
Pues la verdad es que sí, dado que tal como ya sabemos gracias a la
crucial investigación científica del italiano De Michelis, resulta que
recientemente se ha descubierto que la verdadera primera noticia que jamás
se tuvo de los Protocolos fue a través de Menshikov.
Como buen
periodista, se encargó de mencionar su fuente, no resultando consistir ésta
más que en una ciudadana privada que, a título personal, fuera la primera en
comunicarle esto a los medios de comunicación, por lo cual, la conclusión
definitiva es que la primera fuente de la información fue la esposa de Rachkovsky:
Yuliana Glinka fue la fuente original.
La prueba definitiva de
que tal como vengo diciendo los Protocolos hallaron su primer contacto con
la vida pública por medio de un particular y no del gobierno ruso viene dada
por el hecho de que tal como acredita De Michelis en su trabajo, el
periodista Menshikov se negó a publicar el documento, lo cual pudo hacerlo
libremente sin ningún tipo de presión estatal.
Esto significa que ya se
sabía de la existencia de los Protocolos antes de su aparición oficial, y no
sólo eso, sino que el periodista que los descubrió declaró además que la
fuente que los reveló hizo esto de manera personal, o sea, de manera casual,
por su cuenta.
Pero sin embargo, lo más importante sin duda es que este
periodista se negó a publicarlos con total libertad sin ningún tipo de
coacción, lo cual demuestra tajantemente que la motivación original de
publicar los Protocolos fue totalmente independiente del estado y previa a
su utilización por parte de éste, resultando así un hecho científicamente
demostrado que los “Protocolos de los Sabios de Sion” no pudieron ser en su
origen una fabricación del gobierno ruso.
Muchos dirán sin embargo que al
ser Glinka la esposa de Rachkovsky, el líder de la inteligencia rusa, esto
la hace precisamente la más sospechosa de un fraude, a lo cual yo responderé
que de hecho es justo al contrario, puesto que tal como ya se ha señalado
esta señora era nada menos que una ocultista teosófica. ¡Una supuesta médium!
“¿A qué tanto entusiasmo?”, replicarán algunos.
Simple: decir que uno es
médium es ponerse un cartel de “sospechoso de ser un charlatán”, algo que
hace sumamente dudosa la fuente a ojos de un periodista.
Que una mujer, por
muy esposa del jefe de inteligencia que sea, a título personal, le sugiera
de manera privada a un periodista que divulgue un documento habiéndole
confesado previamente ser una supuesta médium haciéndose así ver con ello
como una “mujer excéntrica y loca”, cosa sumamente mal vista en la época, es
una maniobra que no se corresponde con el proceder del estado, mucho menos
si se contempla que a tenor del pensamiento de la época alguien como Glinka
ni tan siquiera hubiera sido considerado como un buen aval en calidad de
enviado pues cabe recordar el hecho de que en la Rusia zarista el ocultismo
sufría una muy mala prensa (casi tanto como el comunismo), pero sobre todo
por la competencia de la que disponía el estado por entonces para publicar
directamente lo que le viniese en gana.
En última instancia, el hecho de que Menshikov contase con plena libertad para negarse a publicarlos prueba
además definitivamente la ausencia de involucración del estado en la
confección y aparición de los mismos.
En cualquier caso, es precisamente
utilizando el propio argumento escéptico como se demuestra la validez del
origen de los Protocolos:
siendo la mujer del jefe de inteligencia, Glinka
podría haberse valido perfectamente de esto para que fuese su marido a
través de su poder quien se encargase de difundirlos directamente desde el
principio, y sin embargo, aunque más adelante fuera exactamente esto lo que
hizo, Glinka optó primero por tomar la decisión personal de intentar
divulgarlos previamente de manera totalmente particular y al margen del
estado, lo cual confirma como ya se ha dicho que los Protocolos no fueron
desde su verdadero origen (que es lo que nos importa aquí) ningún fraude
originalmente confeccionado por la inteligencia del Zar.
Muchos responderán por el contrario a esto último también que lo dicho sigue
sin probar nada.
Falso, pues lo que importa es que lo que esto implica
contiene la clave de todo: que el testimonio de los americanos es falso.
A
pesar de todo muchos tratarán de nuevo de rebatirme alegando que el hecho de
que la historia sobre la falsedad de los Protocolos sea por su parte falsa,
no hace que los Protocolos sean verdaderos, pero sin embargo, no es eso en
lo que yo trato de hacer hincapié.
Lo fundamental es que la historia que fue
aparentemente acreditada por la inteligencia occidental supuestamente con
fuentes implicadas en la operación rusa, fue que los Protocolos fueron un
fraude que según estas supuestas filtraciones nunca confirmadas había sido
elaborado in situ, de la nada, por el propio gobierno ruso en colaboración
con la prensa por éste controlada cuando en el momento de su edición para su
publicación en 1903.
En cambio, este testimonio es absolutamente erróneo
pues ha sido desmentido por las pruebas de que los Protocolos ya se habían
dado a conocer previamente por un particular de pedigrí claramente
inconveniente para una hipotética farsa zarista un año antes de su
publicación oficial, además de con la libre negativa del periodista que los
descubrió para censurarlos sin ningún tipo, por tanto, de presión oficial.
Con lo cual, lo que sucede es que la historia oficial de la desacreditación
de los Protocolos no sólo es falsa, sino que dado que ésta alegaba proceder
de una fuente interna que había “revelado la verdadera procedencia original”
de los mismos, confesando la supuesta procedencia netamente fraudulenta de
los Protocolos, dicha historia no es ni siquiera posible.
Por lo tanto, la
conclusión es que la historia sobre la falsedad de los Protocolos no es
simplemente falsa, sino que (y esto es lo más importante), es una completa
fabricación.
¿Lo entienden?
¡Esto es lo que prueba la autenticidad de los
Protocolos! ¡Que la inteligencia occidental empleó mentiras deliberadamente
creadas para desacreditar a toda costa los Protocolos! ¿Para qué tanto
interés en emplear historias completamente falsas para desacreditar algo?
La
lógica exige que si alguien intenta convencerte de algo con mentiras, esto
constituya una prueba deductiva de que lo que esa persona está tratando es
de desviarte a propósito, conscientemente, de que profeses dicha idea, por
lo que cuando algo se hace así (con mentiras), ello se debe obviamente a que
dicha historia, ha de ser a todas luces verdadera, puesto que lo que tenemos
es pruebas de que alguien simplemente ha querido ocultarlo.
Resulta
innegable en cambio, tal como inmediatamente espetarán muchos, la clara
presencia del estilo de Golovinsky en los Protocolos, si bien esto es algo
totalmente engañoso, puesto que tales pruebas fueron extraídas de las
ediciones publicadas posteriores al encuentro de Glinka con Menshikov en
1902, con lo cual, podría seguir dándose aquí el caso de que el gobierno
ruso hubiera tratado de tergiversar los mismos añadiendo o transformando
determinados contenidos a través de sus agentes con el fin de sacar provecho
del tema.
Es decir, que el hecho de que los “Protocolos de los Sabios de Sion” no sean ninguna fabricación de la inteligencia rusa, eso no implica
que ésta no los manipulase para sus propios fines. Es enormemente probable
por ello que las muestras del estilo de Golovinsky correspondientes a
ediciones posteriores no estuvieran presentes en el documento original
inédito de Madame Glinka.
Pero a pesar de todo, parece ser que Glinka acabó
optando, tan sólo al final y ante la frustración de su intento de divulgarlo
de manera normal, por tomar el peligroso camino fácil recurriendo para ello
a su marido, Piotr Rachkovsky, con tal de que éste se valiera de su
influencia aumentar el interés por los mismos.
Esto facilita pensar que la
inteligencia rusa, tras haber tratado Glinka de difundir el texto por su
cuenta sin éxito en la prensa, decidiese tomarle la idea modificando en esta
ocasión el contenido para poder “vender” una versión adulterada que se
adaptara a las modas y a la demanda popular de la época tratando también con
ello de beneficiar a sus propias ideas políticas, publicando así una edición
más comercial y mediatizada del documento con el propósito de dar lugar a
una mayor conmoción pública así como a una mayor publicidad, esta vez sí,
imponiéndole su publicación a la prensa a través de la autoridad del estado.
Por así decirlo, el gobierno pudo haber explotado el concepto original para
que éste resultase más sonoro, manteniendo la estructura y el contenido de
lo expuesto en el documento de Glinka que en parte fuera mencionado por Menshikov, pero acentuando su contundencia para así aprovecharse de ello y
emplearlo con fines propagandísticos, lo cual explicaría las probadas
manipulaciones conciliando las pruebas.
En cualquier caso, habrá aún quien
me critique esgrimiendo la evidencia obvia de que los Protocolos han de ser
una falsificación, como es el hecho de que éstos resulten prácticamente
idénticos a muchos textos anteriormente publicados en la literatura de
ficción, incluso en algunos casos por parte de fuentes supuestamente
prejuiciosas contra los judíos, queriendo desacreditarme.
Por contra he de
decir que lo dicho queda anulado efectivamente al caber una explicación
alternativa para esto sumamente relevante pero que sin embargo ha sido
tenida en cuenta, para las increíbles semejanzas de los Protocolos con las
obras literarias de Alejandro Dumas, Maurice Joly, François Bournand, y
Jacques Cretinau-Joly.
Ésta parte de la posibilidad de que quizá fuera
realmente al contrario, pudiendo ser los testimonios aportados por los
artistas los que se estuviesen basando en los Protocolos.
Para evitar malos
entendidos, habré de aclarar que la teoría alternativa es que dado que lo
que los Protocolos dicen expresar es un plan general obedecido a través de
épocas y lugares, éste plan pudiera haberse reflejado de igual modo
previamente en cualquier otra referencia de la cúpula del secretismo
sentando la fuente común tanto del contenido expresado en los Protocolos
como de la propia literatura de ficción por parte de quienes quizá hubieran
sabido de dicho plan debido a su conocimiento interno.
Es decir, que lo que
quizá los artistas hubieran tratado de plasmar a través de su ficción fuera
aquello que sabían por sociedades secretas y que no pudieran haber
denunciado de ningún otro modo. Lo dicho no resulta tan inverosímil como se
querría hacer ver pues es algo sabido que los grandes artistas casi siempre
han sido iniciados esotéricos, gente con “conocimiento prohibido” o
“información interna” sobre los secretos del mundo, bien por capacidades
nacidas de su intuición artística, o bien (y esto resultará más contundente
para el que exija una tesis materialista), porque tal como se sabe de sobra,
muchos de ellos, incluyendo el propio Alejandro Dumas (quien fuese
precisamente la más temprana fuente publicada donde se puede hallar el
contenido de los Protocolos), disponían precisamente de manera oficial, de
contactos o iniciación en sociedades secretas.
Que Alejandro Dumas, un
iniciado rosacruz y amigo del fundador de la Orden de Eulis del mismo grupo,
quien como muchos rosacruces y miembros de sociedades secretas esotéricas
han reconocido oficialmente, filtró muchas de las enseñanzas de sus
Misterios en su literatura, fuera la primera fuente genuina que reveló el
mensaje luego reflejado en el documento de los Protocolos, es muy revelador.
Esto mismo puede aplicarse a todos los autores que han emitido textos
similares en sus contenidos a los Protocolos, anterior o posteriormente,
mediante sus obras de “ficción”, de los cuales muchos eran oficialmente
ingresados en órdenes (cuando no fuera simplemente que contasen con vínculos
de algún tipo en ellas) como la francmasonería o los rosacruz, o bien en
la
red Illuminati en general.
Éste es un caso similar al de Aldous Huxley y
George Orwell, y su rumoreado espanto ante las revelaciones del plan de la
Sociedad Fabiana del sionismo Rothschild, razón por la cual se entendería
que acabaron escribiendo sus libros conspirativos para denunciar las
maniobras del poder.
Así pues, no son sino los artistas, tal como se puede
apreciar de manera constante en la historia del arte, quienes han venido
desde siempre filtrando el conocimiento oculto a través de sus obras (en el
caso de la literatura a través de gente como Johann Goethe, Julio Verne,
Edgar Allan Poe, Jorge Luis Borges, y tantos otros), algo muy notorio en el
mundo del cine actual, por ejemplo.
Esto se debe la posibilidad de que
simplemente hubiera unas actas ultrasecretas del círculo interno de los
altos señores secretos de los Illuminati, o quizá unas constituciones
sionistas, que hayan sentado precisamente el patrón genérico del plan que
éstos buscan imponer habiendo sido éste recitado en numerosas reuniones
privadas, con la excepción de que la reunión de Basilea no lo fue, y de ahí
el estallido de testimonios que coincidieron en atestiguar el escándalo.
Puede que éste fuera el motivo de que los artistas iniciados, enterados de
las atrocidades planeadas para el futuro, tratasen de avisar al público a
través de su ficción acerca de dicho plan, ya que quizá, al no tener acceso
a los documentos o verse coaccionados por posibles represalias, no pudieran
estar capacitados para demostrar documentalmente esta realidad, decidiendo
por ello valerse de sus obras para alarmar el inconsciente del público, tal
como ya hemos visto con anterioridad que suele ser tan frecuente entre los
que pertenecen al mundo del arte.
Esto es como decir, que puede que en lugar
de tratarse de un plagio de obras literarias anteriores, lo mencionado en
los Protocolos y atribuido al Congreso de Basilea se ciñese en realidad a lo
que las actas secretas o constituciones internas de los linajes Illuminati
emparentados con la orden sionista (conocidas ya por los artistas iniciados)
dictaran, pudiendo haber sido éstos recitados triunfalmente a modo de
inauguración de la nueva versión de la antigua y filtrada orden sionista de
manera explícita como una descarada señal de agresividad en celebración de
su poder.
Puede que sí hubiera incluso una redacción taquigráfica
clasificada que reflejase algo que no apareciese en informes oficiales
acerca del Congreso de Basilea.
Así pues, es prácticamente seguro que esta
mujer, Yuliana Glinka, debió efectivamente haber tenido acceso a la misma
fuente de información de la cual aquellos artistas extrajeron su literatura,
lo cual anula la réplica sobre la evidente falsedad de los Protocolos basada
en la presencia de fuentes previas de cara a la demostración de su
procedencia original que prueba la clara fabricación de la versión de la
inteligencia occidental, así como por tanto su culpabilidad, y con ello
entonces, la propia veracidad del contenido de los Protocolos.
En cualquier caso, existe aún un detalle que contradice la versión oficial
al punto de refutarla, probándose así una vez más cómo ésta no es más que
una burda patraña, y validando por tanto filosóficamente el contenido de los
Protocolos.
Se trata de la ya mencionada investigación de Stolypin, la cual
estaba clasificada como secreta, no pudiendo entonces formar parte del “bulo”.
La existencia de esta investigación demuestra una vez más que la verdadera
fuente de los Protocolos no era el gobierno de Rusia, en tanto que según
acredita el “Informe Stolypin”, el propio gobierno de Rusia hubo abierto una
investigación con tal de averiguar el verdadero origen de los Protocolos,
con lo cual, dado que esto revela que el bando occidental mintió, cabe decir
que si nos fijamos en el interés de éste por mentir al respecto, esto nos
lleva a concluir que éstos no pueden ser sino obviamente verdaderos (en su
contenido al menos), si bien los propios rusos, los consideraran también por
su parte, curiosamente, como un bulo.
La razón de tomar dichos Protocolos
como apócrifos por parte de la investigación rusa, fue determinar que éstos
hubieran sido divulgados por primera vez en realidad entre los llamados
círculos “antisemitas” franceses. Sin embargo, hay aquí un error de
razonamiento (falacia) subyacente, pues el hecho de que los mismos hubiesen
sido por primera vez divulgados por antisemitas no significa que éstos
tuvieran que ser falsos, una afirmación por la cual se me criticará, si bien
quisiera poder explicarme.
Lo que hace los Protocolos alarmantemente
sospechosos de ser verdaderos (verdaderos, que no necesariamente “legítimos epigráficamente”), es el hecho de que el periodo en que éstos fueran
comentados por primera vez por los “antisemitas” (tal como ya remarqué
antes), coincidiese precisamente con la misma fecha en la que los Protocolos,
según la versión basada en sus propias fuentes de Sergei Nilus, habrían sido
por primera vez emitidos.
Una mente crítica habría de hallar ello como un
indicio importantísimo, ya que se trata de algo difícilmente atribuible a la
casualidad, a pesar de que también surgirán contra esto numerosas críticas
que me aventuro en seguida a anular.
Aun así, a pesar de lo expuesto, muchos
me responderán señalando el hecho de que Sergei Nilus desdijo dicha versión
posteriormente, cosa que me dispongo a aclarar, puesto que éste rectificó,
según cabe señalar, tras haber sido informado capciosamente por un
periodista de que la reunión del Congreso Sionista de Basilea había sido
celebrada a puertas abiertas incluyendo la asistencia de muchos “no-judíos”.
Sin embargo, por otro lado contamos con un testimonio que se ajusta a lo
dicho por Nilus procedente según se ha dicho de los círculos franceses
considerados “antisemitas” por los poderes estatales que, según la propia
teoría expuesta?, estarían controlados por los propios sionistas, con lo
cual quizá entre aquellos “antisemitas”, además de haber locos violentos y
peligrosos, pudieran hallarse también simples buscadores de la verdad a los
que se ha querido deslegitimar calumniosamente asociándolos desde el poder
sionista con el “antisemitismo” buscando relacionar de esta manera la
presente historia con el antisemitismo buscando desacreditarla (tal como
normalmente pasa hoy día, de hecho).
Tal vez aquellos rumores sí fueran
fundados, dado que resulta demasiada coincidencia que en un mismo año se
celebre el Primer Congreso Sionista, y al momento comiencen a divulgarse en
Francia (tal como atestigua el “Informe Stolypin”), los célebres “Protocolos
de los Sabios de Sion”.
Quizá precisamente, la fuente de la información
acerca del contenido de los Protocolos fuera originalmente esa numerosa
cantidad de “no-judíos” presentes en la reunión aquel día (o por lo menos,
algunos de ellos).
¿Es que nadie se da cuenta de que esos dos eventos
aparentemente refutados e inconexos, se explican en cambio mutuamente de
manera que las piezas encajan atestiguando lo sucedido? Conviene atar cabos:
por un lado tenemos una reunión abierta a muchos “no-judíos” que según se
dice oficialmente no emitió ningún plan maligno a pesar de que fuentes
alternativas dijeran que sí, y por el otro lado, tenemos también muchos
“no-judíos” quejándose de que hubo una reunión donde efectivamente se emitió
un plan maligno.
¿No serán estos “no-judíos” tachados de “antisemitas” y que
difundieran el rumor del recital de los Protocolos en Basilea, o por lo
menos (repito), algunos de ellos, los mismos “no-judíos” que hubieran
asistido al famoso Congreso?
Parece increíble que nadie haya asociado piezas
que encajan de una manera tan perfecta que incluso se puede decir que
prueban en el plano deductivo que eso es obviamente lo que debió suceder.
Los “no-judíos” presentes que negaran lo sucedido podrían también haber sido
sionistas (dado que el sionismo es en realidad como se sabe un movimiento
político), o bien personas secretamente extorsionadas por ellos, de la misma
manera que aún cuando pudiera haber algunos de los que negaran que ahí se
emitiesen los Protocolos que “oficialmente” fueran antisemitas, si nos
atenemos a la propia teoría expuesta, éstos podrían ser igualmente falsos “antisemitas”,
meras pantallas de los sionistas.
No es rebuscado: así funciona la contra-inteligencia
y la desinformación. Así pues, el hecho de que los círculos “antisemitas”
fuesen quienes inicialmente proclamasen la realidad de los Protocolos no
hace que éstos resulten sospechosos de ser falsos, en primer lugar porque
simplemente porque a lo mejor partimos de una base errónea.
A lo mejor esos
“antisemitas” (al menos los divulgadores originales), no eran tales, y quizá
“antisemita” (y de hecho así es) no sea más que un término empleado por el
poder sionista para desacreditar el testimonio de aquellos que descubran sus
planes, y con esto no niego que los verdaderos antisemitas hubieran de
aprovechar la divulgación de los Protocolos para su propaganda incendiaria,
si bien esto no tiene por qué desacreditar la legitimidad de la fuente
original, aun cuando dicha legitimidad no habría de verse en entredicho ni
tan siquiera en el caso de que esta fuente se tratase de los propios
antisemitas, pues esto supondría una falacia “al hombre”.
Por insólito que
parezca, los “Sabios de Sion” podrían realmente haberse lucido en público,
sí, llegando incluso en aquel Congreso de Basilea a destapar públicamente su
plan con tal de realizar una agresiva exhibición de poder, así como también
para intimidar a todo curioso presente mediante su bochornosa conciencia de
impunidad.
Los pocos disidentes presentes que hubiesen contemplado el
descaro y la maldad con que los sionistas revelaran sus intenciones habrían
sido autorizados libremente puesto que a pesar de todo, si éstos no contaban
con una genuina fuente escrita que acreditase lo que había pasado, entonces,
si los informes oficiales censurados por coacción lo negaban, la prensa
“no-judía” común comprada lo negaba, las actas oficiales de los informadores
legales lo negaban, y los “no-judíos” implicados y participantes del
Congreso, también negaban todo lo sucedido, entonces… ¿quién iba a creer a
los disidentes?
Esta clase de humillación pública hace disfrutar a los
satánicos.
Por otra parte, si los sionistas (tal como de hecho sabemos
gracias a la luz que
arrojan investigaciones como las del Sr. Icke) son tan
poderosos que controlan la prensa, el comercio, los estados, y la sociedad
en general, podrían entonces haber perfectamente manipulado la información
para emitir una versión falsa en torno a los hechos del Congreso, y así
lograr que nadie diese crédito a lo acontecido, con que todo aquél que a
partir de 1897 mencionase el suceso sería proscrito y vilipendiado, acusado
de ser un difamador “antisemita” logrando así ocultarse la verdad a pesar de
que ésta ya se hubiera filtrado de forma escandalosa incluso anteriormente a
la publicación en prensa de los célebres Protocolos (algo constatado por el
informe de Stolypin y que dota a la historia de mayor credibilidad).
Así
pues, tal como ya he expuesto, probablemente entre aquellos “no-judíos”
pudiera haber un índice de personas de acuerdo con el plan sionista bien por
profesar el sionismo en secreto, o bien por estar siendo chantajeados, y que
por eso negasen que hubiese tenido lugar nada raro, junto con otro índice de
los “no-judíos” presentes que estuvieran en contra de esto y no se dejaran
dominar por el miedo habiéndose dedicado después a denunciarlo y extender el
rumor que habría medrado únicamente entre los círculos “antisemitas”,
viéndose con ello la noticia desvirtuada hasta llegar a ser desacreditada
públicamente como una leyenda urbana, acabando por tanto por alcanzar los
oídos del propio Nilus de tal manera que esto sería por lo que el testimonio
de Nilus coincidiese tan exactamente con el de los círculos franceses, dado
que de ahí sería precisamente de donde Nilus extrajera la fuente de la que
sacó la idea de que los Protocolos se habían presentado por primera vez en
Basilea en 1897.
Esto es obviamente lo único que explica la coincidencia del
testimonio de Nilus con el de aquellos círculos que Stolypin investigó, algo
a lo que muchos dirán “¿y qué?”.
Pues que esto mismo es lo que explica
también la contradicción posterior de Nilus en base a la cual antes preví
que se me podría criticar al validar la primera versión de Nilus sobre el
origen de los Protocolos.
Nilus habría dado por sentado que esa información
era cierta, dado que él realmente ya sabría que los Protocolos eran
verdaderos gracias a su amigo, el mariscal Alexei Nikolayevich (tal como
Nilus declarase en su primera versión de la historia, que es a todas luces
la buena, y ahora demostraré por qué), siendo esto lo que supondría la
auténtica razón de que Nilus diese sentado, como decía, la veracidad de esa
misma historia que otras fuentes menos fidedignas (estos “dudosos” círculos
franceses antisemitas) le hubieran confesado antes que Nikolayevich acerca
del documento, por lo que, al coincidir el testimonio de aquéllos con lo que
su amigo cercano posteriormente le revelase, Nilus habría acabado por ello
por atar cabos así como por asumir que la historia francesa debía de ser
también verdad, aun sin disponer para ello de pruebas, a pesar de seguir
sabiendo en el fondo sin embargo que en este último caso la fuente fuera más
dudosa.
Eso habría de pesar en su inconsciente, aun cuando Nilus se
aventurase a afirmar que los Protocolos procedían efectivamente del Congreso
de 1897 (tal como esa “dudosa” fuente habría dicho), demostrando esto por
otro lado que si él lo dijo, es porque dado que Nilus también menciona la
otra fuente de la información (el mariscal Nikolayevich) en su libro, éste
habría dado crédito a aquellos rumores en base a su correspondencia con el
contenido del testimonio por parte de su amigo Nikolayevich, puesto que de
ser cierto esto probaría que la historia de Nilus sobre la filtración de la
información por parte del mariscal era correcta, y que realmente los
Protocolos eran legítimos, con lo cual, dado que esto encaja perfectamente
de manera que sienta una prueba evidente de la realidad de los Protocolos,
con el testimonio de los círculos tachados de “antisemitas” de Francia, todo
ello en conjunto demuestra que tuvo que ser efectivamente en Basilea, en
1897, donde se emitiera históricamente por primera vez el discurso retratado
en los Protocolos.
He de aclarar que extraigo esta conclusión lógica, y
descarto el posterior desmentido de Nilus, con motivo de que esto
precisamente (la procedencia de tal información por parte de estos círculos)
sería la causa que hubiera provocado que cuando aquel periodista informara a
Nilus de que el Congreso de Basilea fue celebrado en público, dando a
entender en ello que era obvio que no había habido ningún anuncio de los
Protocolos entonces, Nilus hubiera buscado remodelar su versión al pensar
que sus fuentes dudosas (las que le comunicaron la fecha de emisión de los
Protocolos) efectivamente estaban equivocadas, por su mentado inconsciente
sentimiento de culpa de no haber contrastado la fuente de aquella historia,
de modo que para no quedar en evidencia y así además explicar mejor las
diferencias del contenido de esta nueva versión.
Nilus habría recurrido a
una nueva versión ficticia sobre el origen de los mismos, que aclarase las
discrepancias internas del documento mediante la idea de que se trató de un
conjunto plural de fuentes (que fue lo que dijo en esta nueva versión), aún
a pesar de que esto le llevó tal como se averigua, sin pretenderlo, a
contradecirse con la propia historia original (la que hablaba de Nikolayevich), que obviamente sí era la buena, si bien este desmentido sí
que sería lo verdaderamente falso, y lo válido, debido a todos los
aplastantes motivos antes retratados, sería lo que Nilus dijo en su primer
testimonio, pues esto es además, lo único que de verdad encaja
históricamente con la fecha en la que él declaró haber recibido el texto por
parte de su amigo Nikolayevich.
Esta fue la razón por la cual, estos razonamientos que
acabo de emplear son para mí la clave para desdeñar lo de que Nilus
“rectificase” a posteriori, ya que esto sólo se podría deber a que él no
terminase de fiarse de su fuente para la afirmación de la procedencia de los
mismos (una fuente que ya había sido tachada como “dudosa”, precisamente),
lo cual demuestra que efectivamente ésta fue la misma que fuera citada
paralelamente en el “Informe Stolypin”, una coincidencia que valida la
objetividad del discurso inicial de Nilus.
Esto me hace por tanto
acreditar su primer testimonio como “el bueno”, y verificándose así por
tanto el hecho de que fue efectivamente en Basilea en 1897 donde se llevara
a cabo el enunciado de los Protocolos, dado que la coincidencia del discurso
de Nilus y lo referido en el “Informe Stolypin” no deja lugar a dudas, y
esta coincidencia viene de por sí validada como legítima precisamente por el
hecho de que tanto lo dicho en el discurso original de Nilus como lo
expresado en el “Informe Stolypin” se explican mutuamente.
El resultado de
esto es la confirmación definitiva del hecho de que ya se tenía constancia
de los “Protocolos de los Sabios de Sion” por fuentes independientes, mucho
antes de que el gobierno ruso decidiese divulgarlos y tergiversarlos para
dramatizarlos más, cosa que refuta definitivamente la versión oficial sobre
la fabricación rusa de la historia y descubre a los servicios de
inteligencia americanos y británicos, como corruptos monstruos y
desinformadores al servicio de este complot.
Además, esto también demuestra
que la primera historia de la procedencia de los Protocolos por parte de
Nilus debía ser evidentemente real, independientemente de lo que dijera
después.
Todo lo anterior me lleva a esta conclusión: los razonamientos se
trenzan configurando un dibujo exacto que atestigua la realidad del
contenido de los “Protocolos de los Sabios de Sion”.
Aún así muchos dudan de
la veracidad de la primera afirmación de que Nilus recibió los Protocolos de
parte del mariscal Nikolayevich, y que éstos realmente le hubieran sido
filtrados desde la inteligencia rusa y que realmente procediesen, tal como
se incluía en aquella primera versión de Nilus sobre su adquisición del
documento, de una intercepción realizada a las redes secretas masónicas.
Para refutar estas dudas definitivamente, huelga decir que existe una nueva
prueba absoluta que consolida toda esta revisión con la que estoy volcando
la versión oficial, y termina de corroborar lo que ya he dicho de que la
primera versión de los hechos que dio Nilus obviamente era verdadera.
Esta
es una prueba que ya ha sido expuesta con anterioridad, si bien ésta
conviene ser destacada con tal de encontrar la nueva relación que esto
guarda con la demostración de la realidad de los Protocolos, y es que Sergei
Nilus afirmara que la fuente primaria de su información fuese, de nuevo, una
mujer.
¿Una mujer con vínculos en los estamentos de la inteligencia rusa? ¿Una
mujer que adquirió los Protocolos “por su cuenta”? Está claro que Sergei
Nilus estaba de nuevo refiriéndose a, claro… Madame Glinka.
Esto acredita la
historia de Nilus acerca de que realmente hubo de ser una fuente militar (el
mariscal de la corte de Sukotin en Chernigov, nada menos), quien le
confesase a él en primicia, que los Protocolos eran en realidad de origen
judeomasónico (mejor dicho, para que nadie piense que soy “antisemita”, de
origen sionista Rothschild).
La premisa de que la fuente es eminentemente
masónica se ve verificada por que efectivamente, las investigaciones más de
cien años posteriores del académico De Michelis que revelaron la historia
del encuentro de Menshikov con Glinka, prueban científicamente que la fuente
original de los protocolos fue de hecho una mujer, algo que coincide de una
manera tan exacta con lo que se dijera en el propio relato a parte del
esoterista Sergei Nilus, que el testimonio de éste sobre el origen masónico
confirmado por fuentes militares de los Protocolos resulta con ello
inquietantemente validado.
Existen pruebas sin embargo de que el documento
emitido por Sergei Nilus era obviamente distinto en su contenido en diversos
aspectos notables, con detalles añadidos a previas versiones periodísticas,
pudiendo apreciarse en él variaciones que parecen querer acentuarlo más.
Aquella versión, según se ha alegado, daba la impresión de buscar adaptarse
más a la “moda” manipulativa de su época cargando aparentemente las tintas y
dando lugar con ello a una versión más “sensacionalista” de los Protocolos,
lo cual ha levantado sospechas sobre si no fuera tal vez el propio Nilus en
persona quien se encargase de nuevo de alterar la versión original por
enésima vez, cosa que de ser así no alteraría para nada lo dicho, dado que
las pruebas que validan el testimonio de Nilus en torno al origen de los
Protocolos continúan estando, a pesar de que si decidimos ser indulgentes
con él también en esto, cabe pensar que quizá la traducción que el servicio
de inteligencia le entregara a su contacto no fuera “tan fiel” como el
gobierno había hecho creer al mariscal, cosa probable.
Aunque tal vez fuese
al revés, y hubiera sido ésta por el contrario la edición más fiel y
acertada (al menos en gran medida), siendo las otras en cambio versiones
sesgadas y adulteradas del documento original, pudiendo la última por tanto
albergar la más completa y rigurosa.
En cualquier caso esto no desdice, como
antes aclaré, lo que ya han demostrado las evidencias: que la historia del
origen de los Protocolos es indudablemente real, pues el relato de Nilus
sobre la procedencia francmasónica de los mismos ha sido validado por las
pruebas de De Michelis.
Pero lo cierto es que además, las nuevas investigaciones de De Michelis
sobre la historia de Glinka y Menshikov, vienen a acreditar de nuevo que la
versión oficial acerca de los Protocolos sigue siendo completamente falsa.
Tal como ya se ha visto, en aquella conferencia de Nueva York en 1921 la
princesa Catherine Radziwill declaró que los Protocolos no eran en realidad
más que una falsificación, una invención, y que dicho engaño había sido
llevado a cabo por el servicio de inteligencia ruso entre 1904 y 1905.
Para
empezar, baste decir que esto se trata de un flagrante anacronismo, ya que
la primera edición de los Protocolos, tal como destaqué antes, vio la luz en
el periódico “Znamya” de “Siglo Negro” en el año 1903 (¡fallaste Cate!).
Aunque no se trata sólo de esto, pues resulta también que según la versión
antes expuesta, que Radziwill dijera en aquella conferencia acerca de los
Protocolos que la falsificación había sido llevada a cabo por Golovinski y
los Manuilov bajo la supervisión de Rachkovsky, es algo que como ya se ha
visto queda tumbado por las investigaciones científicas de De Michelis, dado
que, según repito, la verdadera primera mención a los Protocolos se da en
1902 a través de la “infiable” médium Glinka, habiendo ésta sido incluso
censurada por la prensa, cosa que se muestra diametralmente opuesta a una
farsa periodística del gobierno.
Ésta fue precisamente la razón que llevó a
Glinka a dirigirse a su marido Rachkovsky para la divulgación de los
Protocolos.
Muchos criticarán esto también, esgrimiendo que, tal como yo
mismo he citado antes, existen investigaciones también científicas que
validan la historia de Radziwill, algo respecto a lo cual deberé matizar a
continuación.
Existen pruebas que verifican que efectivamente hubo una
fabricación periodística de los Protocolos tal y como los conocemos para su
difusión por prensa, tanto como que en ella intervinieron Golovinski y los
Manuilov, habiendo incluso fuentes arriba mencionadas que acreditan muestras
del estilo del primero en el texto (Hayden, Lepekhine, o Skuratovsky), aun
cuando lo cierto sea que dicha historia resulta obviamente una verdad a
medias, incompleta, y sesgada (una mentira a todos los efectos).
En tanto
que éstos, sí, fueron quienes llevaron a cabo la operación de diseño y
divulgación de la versión publicada de los Protocolos, si bien ese mismo
documento, de estructura similar y contenidos parejos, ya existía antes de
la operación de tergiversación y divulgación con Golovinski al frente,
existiendo un intento particular completamente independiente de divulgarlo
por parte de Glinka, sin contar en ello para nada con la autoridad del
estado, de manera totalmente personal y exponiéndose con ello a ser
ridiculizada, tratando de difundir el documento a través de los medios
comunes aun cuando su reputación la hacía fácilmente desdeñable y censurable
(tal como prueba la ya trillada historia de Menshikov exhumada por De
Michelis).
Este documento fue precisamente aquél a partir del cual Golovinski y sus hombres llevaron a cabo su versión del documento, con lo
que el testimonio de Radziwill sobre que éste se trataba de una fabricación
del gobierno ruso deviene una vulgar patraña.
Por último, el archivo
desclasificado del “Informe Stolypin” sobre la investigación secreta de los
rusos en torno al verdadero origen de los Protocolos demuestra que éstos
jamás pudieron haber sido “inventados” por dicho gobierno, terminando así
por dejar a Radziwill como una mentirosa.
Estos tres detalles por tanto, el
anacronismo, la contradicción, y la manipulación, prueban definitivamente
que Radziwill era una agente de la élite para la desinformación (no en vano
había sido pretendiente del infame Cecil Rhodes), además de que aplicando el
razonamiento de antes, mentir deliberadamente para negar algo descubre lo
negado como probablemente cierto.
A pesar de todo, muchos aún podrán decir:
“sin embargo lo único que hizo la
inteligencia occidental fue exponer los antecedentes literarios de los
Protocolos que hacían éstos sospechosos de ser una falsificación, exponiendo
sin más mediante el uso de ‘pruebas’ que los Protocolos han de ser un plagio.”
En primer lugar, huelga decir que esto entraña una falacia, puesto que como
ya se ha visto existen explicaciones alternativas para la presencia de
antecedentes literarios.
En segundo lugar, se ha de destacar cómo tal
postura no se corresponde en realidad con el caso, ya que conviene recordar
qué fue exactamente lo que hicieron las fuentes occidentales, dado que éstas
no se limitaron tan sólo a “exponer las ‘pruebas’”, pues eso, tal como bien
pudieran apuntar los propios escépticos, cabría ser atribuido a la mera
creencia de la propia inteligencia anglosajona en la historia del “bulo” y a
su intento de exponer la misma tal como ellos “inocentemente” la
interpretasen.
“Decir que los occidentales mintieron, y que por lo tanto su
mentira descubre que lo que éstos pretendían era apartar la vista del
público de los Protocolos cínicamente, lo cual en cierto modo ‘verifica’ la
realidad de su contenido, resulta una declaración malintencionada, pues los
occidentales simplemente se dedicaron a aportar aquello que ellos
honestamente consideraban como ‘pruebas reales’ de la fraudulencia de los
Protocolos”, dirían los escépticos.
Esto es rotundamente falso.
Hagan
memoria, ¿a qué se dedicó realmente el célebre Allen Dulles en su exposición?
El testimonio de Dulles, si éste se repasa con atención (y ahí la mentira),
se basaba precisamente en el contundente alegato supuestamente definitivo
(tan mediáticamente explotado por “The Times”, ese periódico Rothschild) de
que “la fuente” de la información había estado implicada también
supuestamente en el proceso de falsificación de los Protocolos por parte del
gobierno ruso, con que, lo que Dulles habría hecho por tanto no sería más
que recibir todos los textos con referencias previas al contenido de los
Protocolos por parte de ese misterioso contacto cuya identidad jamás fue
revelada.
Esto lo torna aún más dudoso e infiable su relato, resultando así
(y esto hace sorprendente que se diera tanto bombo mediático a su testimonio,
puesto que él era un espía que se ganaba la vida engañando a la vez que la
única fuente de su historia) que lo que el americano habría logrado sería
acreditar que los Protocolos habían sido redactados por la prensa rusa en
conjunción con la inteligencia del Zar, basándose para ello específicamente
en unos libros que ahora obraban en su poder.
Tal como ya se ha visto, está
claro que lo de que los Protocolos tuviesen antecedentes literarios no
“demuestra” necesariamente la invalidez su invalidez, de modo que aunque los
medios oficiales manipulados hayan hecho particularmente hincapié en ello,
esto resulta precisamente lo menos importante de todo. Por el contrario,
aquello que supuestamente supuso la verdadera “prueba definitiva de la
invalidez de los Protocolos”, fue el hecho de que Allen Dulles afirmase que
el contacto que le entregara dichas referencias literarias era un miembro
del aparato de inteligencia ruso, ahora disidente, que declaró que los
Protocolos eran un puro artificio de la cúpula de la inteligencia rusa (a
través de Rachkovsky, Golovinski, y los Manuilov).
Dicho contacto, por tanto,
que había sido citado como la fuente de la prueba de la falsificación
otorgada por Dulles, decía según parece haber estado directamente implicado
en la fabricación del bulo.
Este individuo, nunca identificado, y cuya
historia por tanto nunca pudo ser comprobada, lo cual ya hace esta
“información” ilegítima desde el punto de vista empírico, confesó tener al
parecer conocimiento directo de que de hecho fueron esos libros exactamente
(aquellos ejemplares en concreto) que él le entregó a Dulles justamente los
que habían sido empleados por la inteligencia rusa para fabricar el texto de
los Protocolos cuyo origen según él aparentemente confesó era absolutamente
inventado, unos Protocolos inexistentes y que hubieron de haber sido en
teoría falsariamente confeccionados por la inteligencia rusa, o sea, que la
inteligencia rusa, según esta historia, había sido la que “partiendo de
cero” elaborara los Protocolos, los cuales, parece ser, nunca existieron.
Esta historia sobre la hipotética fabricación de los Protocolos fue, tal
como ya se mencionara antes, oportunamente divulgada apenas un año después
en un libro de gran tirada mediática que ha habido de ser recitado hasta la
saciedad, por un tal Herman Bernstein (Bern-STEIN).
Es aquí donde surge la
refutación de ciertas alegaciones que antes augurase por parte de los
escépticos, ya que en primer lugar, lo cierto es que Dulles no hizo nada más
que proporcionar un conjunto de pruebas meramente circunstanciales que no
demuestran definitivamente nada por sí mismas (los libros), puesto que tal
como ya se ha visto existen aun explicaciones alternativas para lo de las
correspondencias literarias.
En segundo lugar, el único respaldo con el cual
pudiera contar la historia de Dulles vendría dada por el aparente hecho de
que un contacto disidente de la inteligencia rusa fue supuestamente la
“fuente” de su relato, si bien Dulles se preocupó de mantener dicha “fuente”
en secreto, con lo que el contenido de su información permanece
periodísticamente indemostrable, un detalle desatendido en su día puesto que
el mero hecho de que Dulles ofreciera una batería de antecedentes “calcados”
a los Protocolos causaría tal impacto en el público que nadie cuestionaría
desde entonces la historia sobre el fraude de Dulles, todo ello a pesar de
que la célebre “fuente” de ésta fuera de origen incierto y por tanto
ilegítima desde el punto de vista científico.
Por último es cuando viene el
punto más demoledor, dado que la historia indemostrable de Dulles consistía
en que un miembro de la inteligencia rusa confesó que los Protocolos fueron
fabricados ex-nihilo partiendo concretamente de los libros que aportara
Dulles, pues lo que esta “fuente” supuestamente confesó fue su participación
en el fraude, de manera que según este testimonio la historia de los
Protocolos habría sido al parecer originalmente falsificada, lo cual
aparentemente acreditaba que jamás hubieron existido los Protocolos antes de
eso.
Sin embargo, tal como ya se ha visto, la historia de Menshikov y Glinka
recientemente revelada por De Michelis ha acreditado la previa aparición
particular y censurada en prensa del documento, probándose así que la
historia de Dulles es absolutamente falsa, o mejor dicho, no que sea
meramente falsa, sino que sencillamente, ninguna fuente pudo jamás haberle
confesado a Dulles la fabricación de los Protocolos por el gobierno ruso en
el momento de su publicación.
Básicamente porque hay pruebas de que los
Protocolos ya existían antes de eso, así como de que la aparición original
de éstos fue de manera particular e independiente, a través de una extraña
mujer que pudiendo precisamente haber contado con el gobierno ruso en su día,
trató en cambio de divulgar los Protocolos por su cuenta de manera
completamente marginal, una mujer cuya aportación fue además libremente
censurada por la prensa, algo a lo que también hay que sumar el informe de Stolypin, dado que éste demuestra que los Protocolos sí existían ya desde
antes de su publicación en prensa.
En tanto que el propio gobierno ruso
llevó a cabo su propia investigación secreta para determinar su origen, con
lo que el gobierno ruso no pudo habérselos “inventado”, lo cual desmonta por
completo el relato de la “confesión” por parte de la fuente incomprobable de
Dulles, si bien por último contamos igualmente con el testimonio de Sergei
Nilus, quien reconociera haberlos obtenido por parte de un contacto
altamente fiable que además era su bien conocido amigo, el mariscal Alexei
Nikolayevich, que fue quien informó a Nilus del legítimo origen masónico de
los Protocolos.
Este es un testimonio por su parte validado por el hecho de que la
historia en la que dice basarse atestigua la obtención de los mismos gracias
a una mujer, un hecho cuya veracidad ha sido muy posteriormente de
confirmada una vez más por la historia desvelada por De Michelis sobre
Yuliana Glinka, quedando comprobado como ya se mostró antes, el legítimo
origen masónico de los “Protocolos de los Sabios de Sion”, demostrándose así
de manera implacable con todo ello, que la única fabricación aquí es la
propia historia de Dulles.
Así pues sabemos bien que lo que Dulles dice es
falso, si bien esto no es lo verdaderamente importante, puesto que tal como
dije antes, según podrían rebatir los escépticos, cabe la posibilidad de que
uno llegara a emitir una historia falsa basándose en pruebas aparentemente
fiables (cosa que también dije que iba a refutar, y ahora refuto), no
debiéndose ello más que a un simple error de juicio, pues lo verdaderamente
importante aquí es que dado que la historia de Dulles decía proceder de un
testimonio interno de la inteligencia rusa que supuestamente confesaba que
los Protocolos habían sido inventados in situ por el gobierno ruso y los
periodistas que lo divulgaron oficialmente por primera vez.
Lo que
resulta en realidad a la luz de las pruebas definitivas es que esto es algo
del todo imposible, desmintiendo de este modo la mera posibilidad de existir
apenas un miembro acreditado de la inteligencia rusa capaz de declararse
culpable de falsificación alguna y confesárselo a Dulles, dado que dicha
falsificación jamás pudo siquiera haber tenido lugar, queda con ello por
tanto definitivamente demostrado que Dulles tuvo obviamente que haber
inventado su historia de principio a fin.
Esto supone un cambio drástico en
la percepción histórica de los Protocolos, pues la única “prueba sólida” que
había para demostrar la supuesta falsedad de los mismos había sido la
historia de Dulles, la cual, a la luz de las pruebas, ha quedado
completamente desacreditada.
Por esta razón, la afirmación antes mencionada,
de que “decir que los occidentales mintieron, y que por lo tanto sus
mentiras descubren que pretendían falsamente apartar la vista del público de
los Protocolos, lo cual en cierto modo ‘verifica’ la segura realidad de su
contenido, es una afirmación malintencionada, porque los occidentales
simplemente dieron lo que no eran más que ‘pruebas reales’”, es un error de
razonamiento inaceptable.
Por tanto, a la luz de todo esto, repito, ha
quedado demostrado lo más importante, que no es sino que Dulles inventó su
fuente, e inventó su “demostración científica a través de la inteligencia”,
y eso significa que Dulles fabricó conscientemente falsas pruebas para
desacreditar los Protocolos, y esto sirve para, de nuevo, validar mi
argumento, con lo cual, concluyo volviendo a él por última vez, esta vez
habiendo demostrado su acierto:
Dulles fabricó falsas pruebas, y si Dulles
fabricó falsas pruebas, eso es porque occidente quería desacreditar a toda
costa los Protocolos, a lo cual se aplica lo que ya dije al principio y que
es la clave de mi demostración de la validez de los Protocolos, que es que
si alguien emplea mentiras para negar algo (y aquí se ha demostrado que
occidente ha empleado auténticas mentiras para desacreditar falsamente los
Protocolos), entonces esto ha de ser prueba psicológica de que aquello que
se pretende negar es precisamente verdadero.
Finalmente muchos podrán contestar a esto último que tal como yo mismo
remarqué antes, Holmes (Colin, no Sherlock), el historiador de Sheffield
mencionado al principio que publicó su trabajo en torno al caso, declaró
basándose en sus propias pesquisas haber identificado al famoso “contacto
secreto” de Dulles como el emigrante Michael Raslovleff.
Baste
señalar que para cuando éste declarase haber dado con semejante hallazgo ya
hubieron pasado para entonces varias décadas desde el suceso, con lo cual la
“demostración” de Holmes estaba claramente condicionada por su previo
conocimiento de la versión oficial, pues el hecho de haber encontrado el
contacto de Dulles no confirma que éste emitiese aquel testimonio, con lo
que, por tanto, Holmes no demostró en realidad absolutamente nada, dado que
la única interpretación que encaja con el amplio marco de los hechos que he
presentado es que Raslovleff no fue para nada quien ofreciera realmente
testimonio alguno basado en su conocimiento interno de la inteligencia rusa
que desacreditara los Protocolos.
Éste hubo de ser ciertamente un
peón empleado por Dulles para encontrar las fuentes literarias que éste con
su cultura de espía ya habría designado cuidadosamente en una operación de
contra-inteligencia para desacreditar el documento, explotando de ese modo a
este individuo y usándole como contrabandista de aquellos materiales ya
pensados por Dulles para vestir la farsa habiendo comprado a Raslovleff con
la prebenda del famoso “préstamo” del Times para que Dulles pudiera así
obtener los dichosos libros en los que se fijaría todo el mundo, con el fin
de envolverlo todo ello en la astuta historia de una filtración rusa que de
ser cierta sí hubiera constituido la auténtica prueba del fraude.
Si bien
ésta es obviamente falsa ya que la supuesta fuente de dicha información fue
ocultada para que nadie pudiera contrastarlo, algo que se ve demostrado
porque la historia de Dulles simplemente no encaja con las evidencias de la
primera aparición periodística original de los Protocolos aportadas por De
Michelis, razón en vista de la cual todo sigue exactamente igual, con lo
cual todo lo que he venido diciendo permanece vigente debido a que la
historia indemostrable de Dulles sobre el supuesto testimonio de Raslovleff,
nunca pudo haber pasado.
Esto debido a que si éste fuera cierto los Protocolos
deberían haber sido (pues en esto consistía dicho testimonio) una invención
confeccionada en prensa desde que fueron publicados, cosa desmentida como
digo por el trabajo de De Michelis así como por la existencia de una
investigación interna del Zar para averiguar la procedencia de los mismos
atestiguada en el informe de Stolypin, pues si fuera cierta la historia
inconfirmable aportada por Dulles sobre la confesión de uno de los
perpetradores de la farsa originalmente urdida por el gobierno ruso para
crear según este supuesto relato probatorio un bulo de la nada, ¿entonces
como es posible que el gobierno ruso llevara a cabo, tal como sabemos
gracias a las pruebas de que disponemos, una investigación para determinar
sus verdaderos orígenes?
La historia de Dulles no se sostiene ante las
nuevas evidencias, quedando demostrado así con ello que Dulles no era
efectivamente más que un charlatán.
Por tanto:
la inteligencia occidental
miente, los “Protocolos de los Sabios de Sion” son verdaderos en su esencia,
y todo esto, tanto la demostración de la autenticidad de éstos, como la de
las mentiras empleadas para desacreditarlos, al mismo tiempo, demuestran que
el mundo occidental está dominado bajo el influjo de la conspiración
sionista, una conspiración con la que debemos acabar.
Definitivamente, tal como atestigua el estudio que acredita la independencia
de la iniciativa de Madame Glinka, el cual por tanto, valida el testimonio
del mariscal Alexei Nikolayevich a Sergei Nilus sobre el origen del
documento, queda también así definitivamente demostrado lo más importante:
que los “Protocolos de los Sabios de Sion” son originales e independientes,
y que éstos son de origen verdaderamente secreto masónico, y pertenecen a la
“Red Illuminati”, por lo que éstos son verdaderos y legítimos en su
contenido.
Por lo tanto, de la demostración de la legitimidad de su origen y
el empleo de mentiras por parte de la inteligencia occidental para
vilipendiarlos, en conjunción con la manera indiscutible en que los
Protocolos han logrado describir exactamente el curso de los acontecimientos
sociales durante los últimos 110 años, no se puede sino llegar a la
conclusión de que los “Protocolos de los Sabios de Sion” son
incuestionablemente auténticos.
Por esta razón, ha quedado prácticamente
demostrada de manera científica la realidad de la Conspiración Sionista para
implantar el Nuevo Orden Mundial, y que de manera innegable, el mundo
occidental está sometido bajo su influjo (dado que las fuerzas de su aparato
de inteligencia han operado para ocultar esta historia).
Es debido a esto
que por causa de esta demostración ineludible, ha quedado totalmente
evidenciada la acuciante necesidad de acabar con el sistema vigente.
¡Debemos
acabar con el poder puesto que ha quedado al descubierto su plan para la
tiranía mundial! Es por esta misma razón que debemos alzarnos contra esta
conspiración sionista que está envenenando nuestras vidas. Por ello yo
incito a la ¡subversión! ¡Revolución ya! ¡Revolución contra la tiranía
encubierta del sionismo nazi y genocida! ¡Revolución contra este sistema
corrupto!
Revolución mediante la conciencia, la paz, la serenidad, y sobre
todo, la demanda pública, ¡enunciemos sin miedo ante Ellos la Verdad
suprimida en público! Rebelión ciudadana, desobediencia civil, y denuncia
social, ¡alto y claro! Rebeldía pacífica, pero rebeldía fiera en su
legitimidad, ¡reclamemos nuestra dignidad!
Somos sus cobayas y pretenden
esclavizarnos y exterminarnos: estallemos con un furor energético inusitado
y borremos de la tierra la hipocresía y la oscuridad que reina en este
sistema podrido para siempre, para que la Luz radie de nuevo como no había
pasado en más de 5000 años.
Algunos han dicho que los “Protocolos de los
Sabios de Sion” son la mayor falsificación de todos los tiempos; yo coincido,
pero en otro sentido: la imagen que se ha dado de los Protocolos como una
falsificación, es la que se descubre a todas luces como la mayor
falsificación cometida en la historia.
Muchos manipulados me odiarán y
querrán enterrar mi discurso con falacias y acusaciones necias, y tengo un
mensaje para ellos.
El hecho de que logren crear un subterfugio para seguir
convenciéndose a sí mismos de que no hay un complot, no hace que éste, de
ser real, desaparezca, cosa que sea o no el caso, desde luego siempre será
posible, con lo cual, he de aclarar mediante la razón que ellos dicen usar
mejor que nadie, que las actitudes que seguramente muchos de ellos querrán
esgrimir están inmediatamente deslegitimadas, debido al siguiente axioma:
negarse a aceptar la mera posibilidad de vivir en una conspiración, equivale
filosóficamente a formar parte de la misma.
APÉNDICE
Guardo mis sospechas acerca del responsable del informe de inteligencia
secreto del Zar que atestiguaba la previa existencia de los Protocolos antes
de la manipulación zarista que también se dio (eso está claro) sobre los
mismos: hablo de Piotr Stolypin.
¿Por qué? La voz de mi intuición, la cual
sigo a menudo llegando a buen puerto, me dice que el informe negativo de
éste tratando de hacer, él también por su parte, que los Protocolos se
viesen como una fabricación “antisemita”, quizá se debía a que Stolypin
estuviera al servicio del complot y pretendiese engañar al propio Zar (aunque
éste no le hizo caso y aún así decidió extender los Protocolos oportunamente
estilizados para justificar las ideas del “Antiguo Régimen”).
Esto no es tan
raro entre los que aparentemente son subordinados o “consejeros” de los
poderosos (al igual que según se dice Sir Robert Cecil hubiera manipulado a
la reina Isabel I de Inglaterra).
Intuyo que Stolypin podría ser,
literalmente, un Rothschild, posible descendiente bastardo de la familia. Si
usted se fija en las fotos de Stolypin encontrará un gran parecido físico
con Lord Walter Rothschild. Stolypin fue el responsable de muchas de las
políticas que durante el tiempo del Zar condujeron a Rusia a un desastre
inexplicable y artificial: políticas de infiltración Rothschild para
derrotar a su enemigo, Rusia, por ser anti-sionista, para así justificar el
auge del comunismo.
Además, se sabe que Stolypin era nieto por parte materna
del Gobernador General de Varsovia, feudo “judío” (o sea, Rothschild), lo
cual podría sentar algún tipo de nexo vía materna, como en el caso del padre
de Hitler, aunque esto es una mera especulación mía. Curiosamente Stolypin
acabó siendo asesinado supuestamente por un “radical de izquierdas”, y se
dice que murió “orgulloso de servir al Zar” (lo cual podría ser una críptica
ironía por su parte, por la forma tan teatral en la que se dice que murió:
la hipocresía Rothschild, como se sabe, no tiene límites).
Después el Zar le
susurró al oído en el hospital “perdóname”, inquietantes palabras.
Curiosamente, el Zar paralizó sin embargo la investigación judicial sobre el
asesinato de Stolypin, con lo cual se ha sospechado de que en realidad fuera
el propio Zar el que se hubiera vengado de Stolypin por sus medidas
radicales.
Yo sospecho que el Zar quizá se enteró de para quién trabajaba
realmente su Primer Ministro.
Esto pasó en 1911, poco antes de que los Rothschild envenenasen el país e instaurasen el régimen soviético (posible
venganza por sacar a la luz los Protocolos y acabar con su “agente” Stolypin,
entre otras cosas).
“LOS PROTOCOLOS DE LOS SABIOS DE SION”
TAL COMO FUERON PRESENTADOS EN EL
LIBRO “LO GRANDE EN LO PEQUEÑO Y LA VENIDA DEL ANTICRISTO”
Aclaración:
El término “Goyim” refiere a los “Gentiles”, o sea, a todo aquél
que no sea “judío” (lo cual en su doble lenguaje probablemente haya de
leerse por todos los “no-sionistas”). De igual modo en el texto ha de
entenderse que “Israel” hace alusión esotéricamente a los “linajes Illuminati” (véase mi otra entrada “¿Antisemita o antisemita?”, donde
demuestro esto último), y que en él “judío” en realidad va por “sionista”.
Con “sangre de Sion” se debería entender que a lo que se están refiriendo es
en realidad, metafísicamente, a la tradición pagana sionista y a los linajes
Illuminati. Puede notarse cómo las menciones a su “religión” en realidad
refieren al culto a Moloch-Baal (el satanismo), y que cuando hablan de Dios
en realidad se entiende que se están refiriendo al Ojo Que Todo lo Ve
Illuminati (Lucifer).
Resulta obvio que las referencias a “su pueblo” o “su
raza” están mencionando en realidad a su linaje elitista concreto, y no a
los judíos en general.
Todo esto lo han disfrazado en el lenguaje para
confundirse perversamente con el propio judaísmo: así todo aquél que pudiera
descubrir sus pretensiones y los denunciase por ello acabaría pareciendo un
horrible “antisemita” a los ojos de los “imbéciles Goyim”, que por cierto
somos todos nosotros, la gente común.
Tanto “respeto” nos tienen estos
canallas.
Nota:
Traten de discernir lo que pudiera tratarse de “pura propaganda
antisemita” y “en favor del Antiguo Régimen” de aquello que de manera
misteriosa refleja a la perfección cómo funciona el mundo y que encaja
perfectamente con la manera en que los sionistas están cumpliendo con su
plan.
A la luz de este texto, se averigua que vivimos en un momento muy
avanzado de su plan milenario; puede que en el más avanzado de la historia:
el Gobierno Mundial es inminente y es preciso que nos alcemos para hacer
algo. Resulta aterrador pensar que esto salió a la luz en 1903 cuando se
tiene en cuenta todo lo que ha pasado desde entonces.
En mi opinión, los
Protocolos son instrucciones para adoctrinar a los Illuminati para realizar
el plan sionista, y probablemente se recitan de vez en cuando como en las
reuniones de clubes privados donde los miembros recuerdan su código al
principio, o cuando hay nuevos iniciados, cosa que aclara muchas cosas sobre
su estilo literario.
También pienso que existe una explicación añadida para
sus disparidades, que es la posibilidad de que a modo de glosa o comentario,
los Protocolos se hayan ido edificando mediante una tradición “filosófica” a
partir de diversas añadiduras a lo largo del tiempo, y también por la
intervención de varios testimonios dentro de una misma reunión, hasta puede
que en diferentes ocasiones, de manera que los Protocolos podrían
representar más la corriente de una doctrina, si bien todos ellos podrían
haber sido conjuntados para unificarse definitivamente todas las directrices
en un mismo sistema demencial y delirante, de ahí lo de “Protocolos”,
conformando un “compendio” de sabiduría maligna, finalmente manifestado en
la forma de un informe por parte de la comandancia de la voz de la
administración representativa.
El empleo de la primera persona del plural
sin identificar a nadie, se debe según entiendo a que en la doctrina de
estos individuos, los sujetos concretos no cuentan, sino el plan que está
por encima de todos ellos.
Ellos serían instrumentos de una causa mayor. Son
idealistas del Mal. Lo que importa no es quien lo haga, sino que se haga.
Para ellos la personalidad es una aberración: habrá un poderoso absoluto, sí,
y detentará el mayor poder posible, sí, pero tal como exponen los Protocolos,
él será precisamente el mayor esclavo del plan colectivo.
Conseguir que
alguien consiga el mayor poder, que ese poder esté al servicio del Mal, y
que ese alguien pertenezca a su élite, son elementos clave: pero ese alguien
será de hecho anónimo, porque ese alguien también será su “nosotros”. La
filosofía del “Anticristo” viene precisamente perfectamente reflejada en el
Evangelio según San Juan: “Mi Nombre es Legión”.
Algunos se quejan de
algunas contradicciones en sus conceptos de doctrina, pero ¿es que a nadie
se le ha ocurrido que quizá la doctrina de estos tipos, por ser puramente
malvada, es absurda? De ahí vendría la contradicción: de que el Mal por su
propia constitución, es contradictorio, porque es estúpido; sólo el Bien es
luminoso y claro.
Muchos dicen: “lo que se dice en los Protocolos es
generalista, auto-negativo, y delirante…” y tratan de esgrimir esto contra
los que proclaman la veracidad de los Protocolos.
¿Es que nadie ha podido
pensar, que a lo mejor esos Protocolos son reales, mas que sin embargo, los
que los compusieron son realmente los que son unos dementes delirantes?
La
doctrina de los Nazis, sin ir más lejos, era precisamente demencial, auto-negativa,
fraseológica, e igualmente delirante, tal como se averigua de su estudio
profundo. Sin embargo ahí estuvo y fue perfectamente real, y había gente que
profesaba esa doctrina.
Es cierto que en el documento también se habla de
cosas que al parecer ya Ellos ya habían conseguido por aquel entonces, pero
creo que eso es porque efectivamente estos Protocolos proceden de la versión
actualizada que se declaró abiertamente en Basilea en 1897. Aparte de todo
esto, se muestra bastante evidente para mí, que de la lectura de estos
Protocolos se extrae inmediatamente la conclusión de que una nueva crítica
frecuente acerca de ellos no es correcta: esta crítica se basa en que dado
que se está usando todo el tiempo un lenguaje genérico, y no se aclaran las
vías por las que este plan se llevará a cabo, supuestamente “está claro que
es un bulo para culpar un chivo expiatorio, los judíos, con el fin de hacer
propaganda contra ellos”.
Bien, a parte de que no es cierto eso de que no se
explique cómo planean los conspiradores llevar a cabo su plan, pues si lo
hacen con bastante detalle, y además tampoco es cierto que no concreten,
porque hay apartados muy elaborado dirigidos a cada ámbito concreto y cada
función del poder que planean tomar, dando datos muy claros, definitivamente
está el hecho revelador y fundamental, de que en el texto, tal como se ve en
su lectura, la cual recomiendo inmediatamente después de acabar esta nota
explicativa, se puede apreciar cómo el autor, por enfermizo que sea lo que
dice, da argumentos muy razonados y minuciosos, y todo un sistema de
doctrina desarrollada y aunque maligna, sumamente interesante, tratando de
justificar la legitimidad de lo que se planea, e incluso, a pesar de que
todo es atroz, tratando de argumentar que eso es legítimo.
En un texto
fraudulento para inculpar a alguien, esto sería mucho más infantil, y en el
texto, de ser una ficción antisemita, diría cosas como “nosotros los judíos,
desde el primero hasta el último, estamos comprometidos con asesinar a los
gentiles mientras duermen para adorar al diablo mientras les robamos sus
tierras”; y aunque parezca que el texto “dice eso”, en realidad no es así
exactamente, pues tiene muchos matices y es muy sofisticado en su
argumentación (demasiado para ser fraudulento), y aunque en última instancia,
es de naturaleza puramente perversa, lo importante, es que el comunicador
trata de convencer de la legitimidad de esa perversión con argumentos
razonados, cosa que jamás se hace en una burda falsificación panfletaria e
incendiaria: realmente son Protocolos.
Pero claro, con los Protocolos ha
sucedido lo que sucede con casi todas las pruebas literarias de la historia
que han revelado planes ocultos, conspiraciones, o crímenes de estado: el
sistema de manipulación ha logrado que leamos más sobre los Protocolos, que
de los Protocolos directamente, para que no nos demos de la flagrante
realidad de su contenido, la cual es obvia. Por eso insto al lector, como
dijo David Icke, a leerlos por sí mismos y sacar sus propias conclusiones,
pues ustedes tienen ese derecho (y ese deber) de revisar las cosas y extraer
sus propias opiniones, no dejándose condicionar por juicios ajenos.
Por
cierto, me he tomado la molestia de glosar los contenidos: no lean la glosa
si no quieren (son libres de no hacerlo, ya que además no quiero que parezca
que intento condicionar a nadie, sino que simplemente me pareció oportuno
dar mi propia opinión), si bien aun así recomendaría que lo hicieran, sólo
para contrastar mis juicios con los suyos: ustedes eligen.
Finalmente, sólo
he de decir que convendría que se observase la naturaleza intrínsecamente
maligna del texto: tal como mi exposición y el autodefinido contenido del
mismo revelan, es innegable que así funciona el mundo, y por tanto
tristemente, que quien nos gobierna es el mal en sí mismo.
PROTOCOLO I
Dejemos de lado toda fraseología; estudiemos en sí misma cada idea e
ilustremos la situación por medio de comparaciones y deducciones. Voy, pues,
a formular nuestro sistema desde el punto de vista nuestro y desde el punto
de vista de los Gentiles (Goyim).
Hay que hacer notar ante todo que los hombres dotados de malos instintos
abundan más que los de buenos sentimientos. Por esta razón hay que esperar
mejores resultados cuando se gobierna a los hombres por medio de la
violencia y el terror, que cuando se trata de gobernarles por medio de las
discusiones académicas.
Todo hombre aspira al poder; cada uno quisiera
convertirse en dictador; si esto fuera posible al mismo tiempo, muy poco
faltaría para que no estuvieran todos prontos a sacrificar el bien de los
demás, a trueque de conseguir cada uno su propio provecho.
¿Qué es, pues, lo que ha reprimido hasta ahora a esa bestia feroz que se
llama hombre? ¿Qué es lo que ha podido dirigirle hasta el presente?
Al
iniciarse el orden social, el hombre se ha sometido a la fuerza bruta y
ciega; más tarde, a la Ley, que no es más que esa misma fuerza, pero
disfrazada. De donde yo saco la conclusión que, según la Ley Natural, el
derecho radica en la fuerza.
La Libertad Política es una idea y no un hecho.
Se necesita saber aplicar esta idea cuando es necesario atraer las masas
populares a un partido con el cebo de una idea, si ese partido ha resuelto
aplastar al contrario que se halla en el poder.
Este problema resulta de fácil solución si el adversario se mantiene en el
poder en virtud de la idea de libertad, de eso que se llama Liberalismo, y
sacrifica un poco de su fuerza en obsequio de esa idea: Libertad.
Y he aquí
por dónde ha de llegar el triunfo de nuestra teoría: una vez que se aflojan
las riendas del poder, inmediatamente son recogidas por otras manos, en
virtud del instinto de conservación, porque la fuerza ciega del pueblo no
puede quedar un solo día sin tener quien la dirija, y el nuevo poder no hace
otra cosa sino reemplazar al anterior debilitado por el Liberalismo.
En nuestros días, el poder del oro ha reemplazado al poder de los gobiernos
liberales. Hubo un tiempo en que la fe gobernaba. La idea de libertad es
irrealizable, porque nadie hay que sepa usar de ella en su justa medida.
Basta dejar al pueblo que por algún tiempo se gobierne a sí mismo, para que
inmediatamente esta autonomía degenere en libertinaje. Surgen al punto las
discusiones, que se transforman luego en luchas sociales, en las que los
Estados se destruyen, quedando su grandeza reducida a cenizas.
Sea que el Estado se debilite en virtud de sus propios trastornos, sea que
sus disensiones interiores lo ponen a merced de sus enemigos de fuera, desde
ese momento, ya puede considerarse como irremediablemente perdido; ha caído
bajo nuestro poder. El despotismo del Capital, tal como está en nuestras
manos, se le presenta como una tabla de salvación y a la que, de grado o por
fuerza, tiene que asirse, si no quiere naufragar.
A quien su alma noble y generosa induzca a considerar estos discursos como
inmorales, yo le preguntaría: Si todo Estado tiene dos enemigos y contra el
enemigo exterior le es permitido, sin tacharlo de inmoral, usar todos los
ardides de guerra, como ocultarle sus planes, tanto de ataque como de
defensa; sorprenderlo de noche o con fuerzas superiores, ¿por qué estos
mismos ardides empleados contra un enemigo más peligroso que arruinaría el
orden social y la propiedad, han de reputarse como ilícitos e inmorales?
¿Puede
un espíritu equilibrado esperar dirigir con éxito las turbas por medio de
prudentes exhortaciones o por la persuasión, cuando el camino queda expedito
a la réplica, aun la más irracional, si se tiene en cuenta que ésta parece
reducir al pueblo que todo lo entiende superficialmente?
Los hombres, sean de la plebe o no, se guían casi exclusivamente por sus
pasiones, por sus supersticiones, por sus costumbres, sus tradiciones y sus
teorías sentimentales; son esclavos de la división de partidos que se oponen
aun a la más razonable avenencia. Toda decisión de las multitudes depende,
en su mayor parte, de la casualidad, y cualquier resolución suya es
superficial y adoptada con ligereza.
En su ignorancia de los secretos políticos, las multitudes toman
resoluciones absurdas y la anarquía arruina a los gobiernos.
La política nada tiene que ver con la moral. El gobierno que toma por guía
la moral no es político, y en consecuencia es débil. El que quiera dominar
debe recurrir a la astucia y a la hipocresía. Esas grandes cualidades
populares, franqueza y honradez, son vicios en política, porque derriban de
sus tronos a los reyes mejor que el más poderoso enemigo.
Estas virtudes
deben ser atributos de los príncipes Gentiles; pero nunca debemos tomarlas
por guías de nuestra política.
Nuestro objeto es apoderarse de la fuerza. La palabra Derecho es un concepto
abstracto, al que nada corresponde en el orden real y con nada se justifica.
Esta palabra simplemente significa: Dame esto que yo quiero, para probar que
yo soy más fuerte que tú… ¿Dónde empieza y dónde acaba el derecho?
En un estado en el que el poder está mal organizado, en el que las leyes y
el gobierno se han convertido en algo impersonal, como efectivamente sucede
con los innumerables derechos que el Liberalismo ha creado, yo veo un nuevo
derecho: el de echarme en virtud de la ley del más fuerte, sobre el orden,
sobre todos los reglamentos y leyes establecidos, y trastornarlos; el de
poner mano sobre la ley, el de reconstruir a mi antojo todas las
instituciones y constituirme amo y señor de los que nos abandonan los
derechos que su propia fuerza les había dado, y a los que han renunciado
voluntariamente, liberalmente…
Gracias a la debilidad actual de todos los gobiernos, el nuestro será más
duradero que cualquier otro, porque será invencible hasta el último momento,
y quedará tan profundamente arraigado que no habrá astucia que pueda causar
su ruina…
De todos los males más o menos transitorios que hasta hoy nos hemos visto
obligados a causar, nacerá el bien de un gobierno inconmovible que
restablecerá la marcha normal del mecanismo de la existencia nacional,
perturbada por el Liberalismo. El éxito justifica los medios. Pongamos la
atención en nuestros proyectos, pero fijándonos menos en lo bueno y lo moral
que en lo necesario y en lo útil.
Tenemos delante de nosotros un plan en el que están estratégicamente
expuestos los lineamientos de los que no podemos desviarnos sin peligro de
ver destruido el trabajo de muchos siglos.
Para encontrar los medios que
conducen a este fin, debemos tomar en cuenta la cobardía, la volubilidad, la
inconstancia de las multitudes; su incapacidad para comprender y valorizar
las condiciones de su vida y de su bienestar.
Es necesario no perder de
vista que la fuerza de las multitudes es ciega e insensata; que no discurren,
que oyen lo mismo de un lado que del otro. Un ciego no puede guiar a otro
sin caer ambos al precipicio.
Pues de igual manera los hombres de las turbas, salidos del pueblo, aunque
estén dotados de un genio singular, les hace falta comprender la política y
no pueden intentar con éxito dirigir a los demás sin causar la ruina de una
nación. Sólo un individuo preparado desde su niñez a la autocracia puede
conocer el lenguaje y la realidad políticas. Un pueblo abandonado a sí mismo,
es decir, puesto en manos de un advenedizo, se arruina por las discordias de
los partidos que excitan la sed del mando y por los desórdenes que de esto
se originan.
¿Pueden por ventura las turbas populares razonar serenamente, sin
rivalidades intestinas y dirigir los asuntos del Estado, que no pueden ni
deben confundirse con los intereses personales? ¿Pueden defenderse contra
los enemigos de fuera?. Esto es imposible. Cualquier plan dividido entre
tantas cabezas como son las de las multitudes, resulta ininteligible e
irrealizable.
Sólo un autócrata puede elaborar planes vastos y claros; dar a cada cosa el
lugar que le corresponde en el mecanismo de la máquina del gobierno.
Digamos,
pues, en conclusión, que para que un gobierno pueda ser útil al pueblo y
alcanzar el fin que se propone, debe estar centralizado en las manos de un
individuo responsable. Sin el despotismo absoluto, la civilización es
imposible; la civilización no es obra de las masas, sino del que las dirige,
sea éste el que fuere. La multitud es un bárbaro que en todas las ocasiones
demuestra su barbarie.
Tan pronto como las turbas arrebatan su libertad,
ésta degenera en anarquía, que es el más alto grado de barbarie.
¡Ved esos animales ebrios de aguardiente, embrutecidos por el vino, esos
hombres a quienes al mismo tiempo que se les ha dado la libertad se les ha
concedido el derecho de beber hasta ahogarse! Nosotros no podemos permitir
que los
Los pueblos Gentiles están idiotizados por el alcohol y los licores; su
juventud embrutecida por los estudios clásicos y el libertinaje precoz al
que la han empujado nuestros agentes-maestros [hoy en día los profesores
juegan un triste papel a la hora de consentir "talleres" donde se adoctrina
a los jóvenes en la amoralidad y se hace morbosa apología sutil del vicio;
vivimos en la cultura del "botellón"], criados, gobernantes, en las casas
ricas; otros agentes nuestros, nuestras mujeres, en los centros de diversión
de los Gentiles.
A estas últimas hay que sumar las que se llaman mujeres de
mundo, imitadoras voluntarias del libertinaje de aquéllas y de su lujo.
Nuestra palabra de orden es la fuerza y la hipocresía. Sólo la fuerza puede
triunfar en política, principalmente si permanece velada por el talento y
demás cualidades necesarias a los hombres de Estado.
La violencia ha de ser un principio: la hipocresía y la astucia una regla
para los gobernantes que no quieran dejar caer su corona en las manos de una
fuerza nueva. Este mal es el medio único de llegar al fin: el bien.
Por lo mismo, no debemos detenernos como espantados delante de la corrupción,
del engaño, de la traición, siempre que ellos sean medios para llegar a
nuestros fines. En política se necesita saber echarse sin vacilaciones sobre
la propiedad ajena, si por este medio podemos obtener la sumisión de los
pueblos y el poder.
Nuestro Estado, en esta conquista pacífica, tiene el derecho de reemplazar y
sustituir los horrores de la guerra por las sentencias de muerte, menos
ostensibles, pero más provechosas para mantener vivo este terror que hace a
los pueblos que obedezcan ciegamente.
Una severidad justa, pero inflexible,
es el principal factor de la fuerza de un Estado, y esto constituye no sólo
una ventaja nuestra, sino también un deber, el deber que tenemos de
adaptarnos a este programa de violencia y de hipocresía, para alcanzar el
triunfo.
Tal doctrina basada sobre el cálculo es tan eficaz como los medios de que se
sirve. No es, pues, solamente por estos medios, sino también por esta
doctrina de la severidad como someteremos todos los gobiernos a nuestro
Super-Gobierno. Bastará que se sepa que somos inflexibles para reprimir todo
conato de insubordinación.
Somos los primeros que en los tiempos que se llaman antiguos echamos a volar
entre el pueblo las palabras: LIBERTAD, IGUALDAD, FRATERNIDAD; palabras
tantas veces repetidas en el correr de los años por cotorras inconscientes
que, atraídas de todas partes por este cebo, no han hecho uso de él sino
para destruir la prosperidad del mundo, la verdadera libertad del individuo,
en otras épocas tan bien garantizada contra las violencias de las turbas.
Hombres que se juzgan inteligentes, no han sido capaces de desentrañar el
sentido oculto de estas palabras, ni han visto la contradicción que ellas
encierran, ni han comprendido que no puede haber igualdad en la naturaleza,
ni puede haber libertad, y que la naturaleza misma ha establecido la
desigualdad de espíritus, de caracteres, de inteligencias tan estrictamente
sometidos a sus leyes.
Tampoco han comprendido que las turbas, son una
fuerza ciega; que los advenedizos que ellas escogen para que las gobiernen
no son menos ciegos ni más entendidos en política que ellas mismas; que el
iniciado en estos secretos, así sea un ignorante, será apto para el gobierno,
mientras que las multitudes de los no iniciados, aunque sean grandes
talentos, nada entienden de política.
Todas estas consideraciones no están al alcance de las inteligencias de los
Gentiles; sin embargo, en ellas descansa el principio de los gobiernos
dinásticos: el padre transmitía a su hijo los secretos de la política,
desconocidos a cualquier otro que no fuera de la familia reinante, a fin de
que esos secretos no fueran traicionados.
Más tarde, el sentido de la
transmisión hereditaria y de los verdaderos principios de la política se
perdió. El éxito de la obra fue en aumento.
Sin embargo, en el mundo las palabras Igualdad, Libertad y Fraternidad, con
la intervención de nuestros agentes incondicionales, incorporaron a nuestras
filas verdaderas legiones de hombres que tremolaron con entusiasmo nuestras
banderas. Pero estas palabras son la carcoma que roe y destruye la
prosperidad de todos los Gentiles, destruyendo por completo la paz, la
tranquilidad, la unión, minando todos los fundamentos de sus Estados.
Vosotros veréis en seguida que esto contribuye a vuestro triunfo: nos da,
entre otras cosas, la posibilidad de obtener la victoria más importante: es
decir, la abolición de los privilegios de la aristocracia de los Gentiles y
del único medio de defensa que tenían contra nosotros los pueblos y las
naciones. Sobre las ruinas de la aristocracia natural y hereditaria, hemos
alzado nuestra aristocracia de la inteligencia y del dinero.
Hemos tomado
por criterio de esta aristocracia la riqueza, que depende de nosotros, y la
ciencia que está dirigida por nuestros sabios.
Nuestra victoria ha sido tanto más fácil cuanto que nosotros, en las
relaciones que tenemos con los hombres de que necesitamos para nuestro fin,
sabemos siempre herir las fibras más sensibles del espíritu humano: el
cálculo, la codicia, la insaciabilidad de las necesidades materiales de los
hombres; cada una de estas debilidades explotada separadamente es capaz de
ahogar el espíritu de iniciativa, poniendo la voluntad de los hombres a la
disposición del que compra su actividad.
El concepto abstracto de la libertad ha hecho posible el persuadir a las
multitudes de que un gobierno no es más que un gerente del propietario del
país, es decir, del pueblo, y que se le puede cambiar como se cambia un par
de guantes usados.
La amovilidad de los representantes del pueblo los pone a
nuestro arbitrio; ellos dependen de nuestra elección.
PROTOCOLO II
Nos es de todo punto necesario que las guerras, a ser posible, no confieran
ninguna ventaja territorial a los beligerantes.
La guerra queda así
transportada al terreno económico, con lo que las naciones verán la fuerza
de nuestra supremacía y esta situación pondrá a los dos adversarios a la
disposición de nuestros agentes internacionales que tienen millares de ojos,
a cuya mirada no sirve de obstáculo frontera alguna.
Entonces nuestros derechos internacionales crearán los derechos nacionales,
en el verdadero sentido de la palabra, y gobernarán a los pueblos de la
misma manera que el derecho civil de los Estados normaliza las relaciones de
sus súbditos entre sí.
Los gobernantes, elegidos de entre el pueblo por nosotros mismos, en razón
de sus aptitudes serviles, serán individuos no preparados para el gobierno
del país.
Así, por este camino, vendrán a ser los peones de nuestro juego de
ajedrez fácilmente manejables por las manos de nuestros sabios y geniales
consejeros, de nuestros especialistas educados y formados desde su tierna
edad para el manejo de los negocios de todo el mundo.
No ignoráis que estos
nuestros especialistas han sacado sus conocimientos de gobierno de nuestros
planes políticos, de las experiencias de la historia y del estudio de todos
los acontecimientos notables.
Los Gentiles no se guían en la práctica de observaciones imparciales sacadas
de la historia sino por una rutina meramente teórica insuficiente para poder
esperar de ella un resultado práctico. Por eso nosotros no hemos de tomarlo
en cuenta. Dejadlos que se diviertan todavía por algún tiempo; que vivan de
esperanzas o de nuevas diversiones o del recuerdo de las que ya pasaron.
Dejémoslos creer en la importancia que nosotros mismos les hemos inspirado
de las leyes científicas y sus teorías. Precisamente con ese designio hemos
fomentado constantemente por medio de nuestra prensa su confianza ciega en
esas leyes.
La clase pensante de los Gentiles se ufanará orgullosa de sus
conocimientos, y sin examinarlos a la luz de la lógica pondrá en acción
todas las enseñanzas de la ciencia acumuladas por nuestros agentes para
guiar sus inteligencias en el sentido que a nosotros nos conviene.
No penséis que carecen de fundamento nuestras afirmaciones. Fijaos solamente
en el éxito que hemos obtenido creando el darwinismo o el marxismo o el
nietzschenianismo [en mi opinión la mención al "nietzschenianismo" como
creación sionista podría ser propaganda zarista, aunque esto es una mera
conjetura mía, si bien es cierto que se lo han tratado de apoderar y han
procurado tergiversarlo para corromper a la adolescencia].
Para nosotros, al
menos, la influencia deletérea de esas doctrinas debe ser del todo evidente.
Es necesario que tengamos en cuenta las ideas, los caracteres, las
tendencias modernas de los pueblos, para no incurrir en errores en política
y en el manejo de los negocios. Nuestro sistema, cuyas partes pueden estar
dispuestas diferentemente, según son los pueblos con que tropezamos en
nuestro camino, no puede tener éxito, si su aplicación práctica no está
fundada en los resultados obtenidos en el tiempo pasado comparado con el
presente.
Los Estados modernos tienen en sus manos una gran fuerza creadora: la Prensa.
Su papel es el de expresar las reivindicaciones que se dicen necesarias,
indispensables; hacer conocer las quejas de los pueblos; crear el
descontento y darle una voz con que expresarlo.
En la Prensa está encarnada la libertad de palabra. Pero los Estados no han
sabido utilizar esta fuerza que ha caído ya en nuestras manos.
Por la Prensa
hemos conquistado toda la influencia, quedando nosotros ocultos en la sombra,
y gracias a ella hemos podido amasar el oro con nuestras manos como precio
de los torrentes de lágrimas y de sangre, en medio de los cuales hemos
podido arrebatarlo…
Pero nos hemos rescatado a nosotros mismos mediante el
sacrificio de muchísimos de los nuestros.
CADA UNO DE LOS NUESTROS QUE HA SIDO SACRIFICADO VALE DELANTE DE DIOS POR
MILLARES DE GENTILES.
PROTOCOLO III
Hoy puedo anunciaros que nos encontramos ya cerca del fin.
Nos queda por
recorrer un poco de camino y el círculo de la Serpiente Simbólica,
representación de nuestro pueblo, quedará cerrado [se refiere al círculo precesional de cada 13000 años aprox., el cual concluyó el 21 de Diciembre
del 2012: ahora es su momento, según su calendario, la Era de Moloch, y es
cuando vamos a comenzar a ver como instauran su Plan repentinamente, y como
muestran su verdadera cara; esta serpiente es el Ouroboros, un símbolo
alquímico].
Cuando esto se verifique, los Estados de Europa quedarán
aprisionados como con un fuerte tornillo [para eso se hizo la UE]. Muy
pronto quedará destruido el equilibrio constitucional, pues lo hemos
falseado para que no cese de inclinarse ya a un lado, ya al otro hasta que
por fin la balanza se desgaste.
Los Gentiles creían haber establecido ese equilibrio sólidamente y siempre
estaban esperando que los platillos de la balanza se igualaran. Pero los
gobernantes, es decir, el fiel de la balanza, están protegidos por sus
representantes que hacen mil tonterías y se dejan arrastrar por su poder sin
control y sin responsabilidad. Este poder lo deben al terror que reina en
los palacios.
Los gobernantes no pueden siquiera acercarse a su pueblo, ni
ponerse de acuerdo con él para defenderse contra los que aspiran al poder.
La fuerza clarividente de los gobernantes y la fuerza ciega del pueblo
divididas por nosotros, han perdido toda su importancia; separadas como
están, son tan impotentes como el ciego sin su bastón.
Para azuzar a los ambiciosos a abusar del poder, hemos enfrentado todas las
fuerzas desarrollando sus tendencias liberales hacia la independencia. Hemos
estimulado todo instinto tendente a este objeto; hemos armado a todos los
partidos; hemos hecho del poder el blanco de todas las ambiciones. Hemos
transformado todos los Estados en arenas en que se desarrollan todas las
luchas. Un poco más de tiempo, y los desórdenes y las bancarrotas aparecerán
por dondequiera.
Charlatanes inagotables han transformado las sesiones de los parlamentos y
las asambleas gubernativas en torneos oratorios. Periodistas audaces,
panfletistas sin pizca de vergüenza, atacan todos los días a los gobernantes.
Los abusos del poder prepararán finalmente el derrumbamiento de todas las
instituciones y todo caerá destruido a los golpes de las turbas enloquecidas.
Los pueblos están encadenados a un rudo trabajo, más fuertemente de lo que
podrían encadenarlos la servidumbre y la esclavitud.
Sería posible entrar en arreglos con ellos; pero de su miseria nadie puede
librarlos. Los derechos que hemos consignado en las Constituciones son
ficticios para las masas, no son reales. Todos estos llamados Derechos del
pueblo no pueden existir sino en la imaginación, pero nunca en la realidad.
¿Qué puede significar para el proletario, para el obrero que vive encorvado
sobre su rudo trabajo, agobiado por su miseria, el derecho que se concede al
charlatán incansable, al periodista que escribe toda clase de necedades aun
de asuntos serios que no conoce, desde el momento que el proletario no saca
otra ventaja de la Constitución que las miserables migajas que dejamos caer
de nuestra mesa como precio de un voto emitido conforme nuestra consigna en
favor de nuestros agentes e intermediarios?.
Los derechos republicanos, para el pobre diablo no son sino una amarga
ironía; la necesidad de un trabajo diario no le permite gozar; pero en
cambio, esos derechos le privan de la garantía de una ganancia constante y
segura, y lo entregan atado de pies y manos a las huelgas, a los patronos o
a los compañeros.
Bajo nuestra dirección ha destruido el pueblo la aristocracia, que era su
protectora, su bienhechora natural, porque sus intereses estaban
inseparablemente unidos a la prosperidad del pueblo. Una vez destruida la
aristocracia, el pueblo ha caído bajo el yugo de los acaparadores, de los
ladrones enriquecidos que lo oprimen de manera despiadada y cruel.
Nosotros
debemos aparecer como libertadores del obrero de ese yugo que lo oprime,
proponiéndole que se aliste en las filas de ese ejército de Socialistas,
Anarquistas y Comunistas, que siempre mantenemos en pie, con el pretexto de
solidaridad entre los miembros de nuestra Francmasonería social.
La Aristocracia que disfrutaba, antes, enteramente del derecho al trabajo de
los obreros, tenía interés en que éstos vivieran bien alimentados, sanos y
fuertes. A nosotros, por lo contrario, lo que nos interesa es que los
Gentiles degeneren. Nuestra fuerza radica en el hambre crónica, en la
debilidad del obrero, porque éstas lo subyugan a nuestro capricho, y porque
así carecerá en su impotencia de la energía y la fuerza necesarias para
oponerse a ese capricho.
El hambre dará al Capital más derechos sobre el
obrero que los que jamás otorgaron a la Aristocracia la ley y el poder de
los monarcas.
Mediante la miseria, el odio y la envidia que ella produce, manejaremos y
utilizaremos sus manos para aplastar a los que se oponen a nuestros
designios. Cuando llegue el tiempo de que nuestro rey universal sea coronado,
esas mismas manos barrerán todo obstáculo que pudiera atravesarse en el
camino a nuestro soberano.
Los Gentiles han perdido la costumbre de pensar
por sí mismos algo que sea distinto de lo que nuestros consejeros
científicos les inspiran.
Esta es la razón de que no vean la necesidad urgente de hacer ahora lo que
nosotros haremos al advenimiento de nuestro reinado, esto es, enseñar en las
escuelas primarias la única ciencia verdadera y la primera de todas, la
ciencia del orden social, de la vida humana, de la existencia de las
sociedades, que exige imperiosamente la división del trabajo, y por
consecuencia la distinción de los hombres en clases y condiciones.
Es preciso que todos sepan que en virtud de las diferentes actividades a que
cada uno está destinado, la igualdad es imposible, pues no todos pueden ser
igualmente responsables ante la ley. No es la misma, por ejemplo, la
responsabilidad del que con sus actos puede comprometer a toda una clase,
que la del que solamente compromete su propio honor.
La verdadera ciencia
del orden social, en cuyos secretos no tenemos costumbre de iniciar a los
Gentiles, enseñará a todos que el lugar y el trabajo de cada uno deben ser
diferentes, como una consecuencia de la necesidad de relación que hay entre
la educación y el mismo trabajo [convertir la educación en una simple
preparación del trabajo es el plan europeo actual].
Una vez que los pueblos estudien y aprendan esta ciencia, obedecerán
gustosos a los gobiernos y al orden establecido por ellos en los Estados
[muchos han acusado al plan europeo actual de tratar subliminalmente de
adoctrinar a los alumnos], y al contrario, en el actual estado de la
ciencia, tal como nosotros la hemos hecho, el pueblo, creyendo ciegamente la
palabra impresa, se alimenta de los errores que en su ignorancia, se le van
insinuando por los iniciados en nuestros secretos, contra las otras clases
sociales, que él cree superiores, porque no comprende la importancia de cada
una de ellas.
Cuando el pueblo ve que en nombre de la libertad, se le hacen tantas
concesiones, y se tienen con él tantas complacencias, se imagina que es
dueño y señor, y se echa sobre el poder; pero, naturalmente, tropieza como
un ciego con una multitud de obstáculos; entonces se echa a buscar quien lo
conduzca a través de esos obstáculos, y no encontrándolo, acoge la idea de
volver a lo pasado y depone todos sus poderes a nuestros pies.
Acordaos, si no, de la Revolución Francesa, a la que nosotros hemos dado el
calificativo de grande; los secretos de su preparación no son demasiado
conocidos, porque esa revolución, tal como fue, es obra de nuestras manos.
Desde entonces vamos llevando al pueblo de un desengaño a otro, para que, al
fin, abdique en nosotros su poder, en provecho del Rey Déspota de la sangre
de Israel, que venimos preparando al mundo. En la actualidad, como fuerza
internacional, somos invulnerables, porque, cuando se nos ataca en un
Estado, en otros se nos defiende.
Es la cobardía inmensa de los pueblos
Gentiles, que se arrastran ante la fuerza, que no tienen piedad para con la
debilidad, ni misericordia para las faltas ligeras, pero sí indulgencia para
el crimen; que no quisieran tolerar las contradicciones de la libertad, pero
son sufridos hasta el martirio, ante la violencia de un audaz déspota; todo
esto, favorece nuestra independencia.
Toleran y sufren a los primeros ministros de estos tiempos con abusos, por
el menor de los cuales harían rodar ensangrentadas las cabezas de veinte
reyes.
¿Cómo explicar este fenómeno, esta inconsecuencia de las masas
populares en presencia de hechos que parecen de la misma naturaleza?
Este
fenómeno se explica por el hecho de que estos dictadores- los primeros
ministros- hacen, por medio de sus agentes, decir a sotto voce al pueblo,
que si ellos causan tantos males a los Estados, es con el fin inmediato y
último de alcanzar la felicidad de los pueblos, la fraternidad
internacional, la solidaridad, la igualdad de derechos para todos.
Naturalmente que no se les dice que esta unidad debe hacerse bajo nuestra
autoridad. Y aquí tenéis al pueblo condenando a los justos y absolviendo a
los culpables y cada vez más persuadido de que puede hacer cuanto le plazca.
En estas condiciones, el pueblo destruye toda cosa estable y crea el
desorden a cada paso.
La palabra Libertad conduce a las sociedades humanas a la lucha constante
contra toda fuerza, contra todo poder, aunque sea el de Dios y el de la
Naturaleza.
Aquí tenéis también por qué a nuestro advenimiento será
necesario suprimir del vocabulario humano esta palabra, como principio de la
brutalidad que transforma a las multitudes en bestias feroces. Es verdad que
las fieras se adormecen cuando se las harta de sangre y que así puede
encadenárselas fácilmente.
Pero si no se les da sangre, no se adormecen y sus instintos de lucha se
despiertan.
PROTOCOLO IV
Toda República pasa por distintas etapas.
La primera comprende los primeros
días de locura de un ciego que va dando tumbos a diestra y siniestra.
La
segunda es la de la demagogia que da origen a la anarquía; después viene
infaliblemente el despotismo; pero no un despotismo legal y declarado, y por
consiguiente, responsable; sino desconocido, invisible, que, sin embargo, se
hace sentir; un despotismo ejercido por una organización secreta que obra
con tanto menor escrúpulo cuanto que lo hace amparado y cubierto por
distintos agentes, cuyo cambio, lejos de perjudicarlo, lo sostiene más,
dispensándole de gastar sus recursos, en recompensar largos servicios.
¿Quién puede destruir una fuerza invisible? Pues tal es la nuestra.
La Franc-Masonería
exterior no sirve más que para encubrir nuestros designios; el plan de
acción de esta fuerza, el punto mismo en que se apoya, quedarán siempre para
el pueblo en el más absoluto misterio. Aun la libertad podría ser inofensiva
y existir en el Estado, sin dañar a la prosperidad de los pueblos, siempre
que descansara sobre el principio de la creencia de Dios, y de la verdadera
fraternidad humana, excluyendo la idea de igualdad, a la que aun las leyes
mismas de la creación son contrarias, supuesto que éstas establecen la
subordinación necesaria.
Con esa fe, el pueblo se dejaría gobernar bajo la tutela de sus pastores
espirituales, y caminaría sumiso y tranquilo bajo la mano de su párroco,
resignado con la distribución que Dios ha hecho de los bienes de la tierra.
He aquí por qué es necesario que nosotros arruinemos la fe y arranquemos de
los espíritus Gentiles el principio mismo de la Divinidad sustituyéndolo por
los cálculos y las necesidades materiales.
Así, pues, para que los espíritus Gentiles no tengan tiempo para pensar y
reflexionar, es necesario distraerlos por medio de la industria y del
comercio. De esta suerte todos los pueblos buscarán su provecho material, y
luchando cada uno por sus propias ventajas, no darán ninguna importancia al
enemigo común.
Pero para que la libertad pueda de esa manera disolver y destruir
completamente las Sociedades Cristianas, se necesita hacer de la
especulación la base de la industria, de tal manera que toda la riqueza que
la industria extraiga de la tierra, no quede en manos de los industriales,
que se emplee en especulaciones, es decir, venga a parar a nuestras cajas.
La lucha encarnizada por la supremacía, los choques de la vida económica
crearán, mejor dicho, han creado ya, sociedades sin ideales, frías y
carentes de sentimientos.
Estas sociedades sentirán repugnancia por la política noble y elevada y por
la Religión. Su único culto, su única guía será el cálculo, o lo que es lo
mismo, el oro, al que se tributará una verdadera adoración, por razón de los
bienes materiales que proporciona.
Entonces, las clases humildes de los Gentiles nos seguirán en nuestra lucha
contra las clases elevadas y pensantes que están en el poder y son nuestros
competidores, y nos seguirán, no ya para hacer el bien, ni aun siquiera por
adquirir riquezas, sino solamente para satisfacer su odio a los
privilegiados.
PROTOCOLO V
¿Qué forma de gobierno puede dárseles a sociedades en las que la corrupción
ha penetrado hasta lo más íntimo, en las que no se llega a la riqueza sino
por medio de sorprendentes y hábiles combinaciones que pueden ser juzgadas
como fraudes o robos disimulados; en las que reina la licencia de
costumbres, en las que la moralidad sólo se mantiene por medio de penas y
severos reglamentos y no por principios voluntariamente aceptados, en las
que los sentimientos de Religión y Patria apenas viven, ahogados por las
creencias cosmopolitas?
¿Qué forma de gobierno dar a esas sociedades sino la forma despótica que
describiré más adelante?.
Nosotros arreglaremos mecánicamente todos los actos de la vida política de
nuestros súbditos por medio de leyes nuevas. Estas leyes reprimirán una por
una todas las complacencias y las más grandes libertades que fueron
decretadas por los Gentiles, y nuestra dominación se distinguirá por un
despotismo tan manifiesto y tan grandioso que estará en condiciones en
cualquier tiempo y lugar de hacer callar a los Gentiles que intenten
oponérsenos y vivan descontentos de nuestro gobierno.
Pero se nos podrá objetar que este despotismo de que hablo no está en
armonía con los progresos modernos. Yo demostraré lo contrario.
Cuando los
pueblos veían las personas de los reyes y gobernantes como una verdadera
emanación de la Voluntad Divina, se sometían sin murmuraciones al
absolutismo de los reyes; pero hoy, que nosotros les hemos sugerido la idea
de sus propios derechos, los gobernantes son considerados como unos simples
mortales.
La unción divina ha caído de la frente de los reyes, después que nosotros
arrebatamos al pueblo su creencia en Dios; su autoridad ha rodado por las
calles, esto es, por los lugares que son de pública propiedad, y nosotros la
hemos recogido y nos hemos adueñado de ella.
Además, el arte de gobernar a
las masas y a los individuos, por medio de una teoría, de una fraseología
hábilmente combinada, por reglamentaciones de la vida social y por toda
clase de medios ingeniosos, de los que los Gentiles no entienden una
palabra, forma también parte de nuestro talento de gobierno, educado por el
análisis, en la observación, en tales sutilezas de conceptos en los que
nadie puede igualarnos, así como tampoco en concebir planes de acción
política y de solidaridad.
Únicamente los jesuitas podrían igualarnos en este respecto [la mención a su
desacreditación por los poderes fácticos debe ser propaganda zarista, puesto
que
los Jesuitas son una orden que ellos poseen en los círculos superiores
desde el principio:
el nuevo Papa, que al ser testaferro de la Curia
corrupta, y líder de un Vaticano poseído por las finanzas Rothschild, no es
sino cómplice de esta basura, rezuma hipocresía por los cuatro costados.
Si
tan humilde es, que transparente
el Vaticano, que obligue a la Curia a
asumir el Voto de Humildad, que abra los cónclaves, y que exhume el
conocimiento ocultado bajo las catacumbas vaticanas, el cual podría cambiar
el paradigma de la historia religiosa occidental para siempre, cosa que no
les interesa porque sacaría a la luz el Conocimiento Esotérico liberador del
mundo, y también porque revelaría el gran complot.
Si es tan puro, que se
atreva a sacar a la luz el Vatileaks; Papa sucesor
de Ratzinger, antiguo
miembro de las juventudes hitlerianas, y procedente de Argentina, ese país
al cual las redes Rothschild lograron mandar a muchos de los responsables
del aparato Nazi, algo que no es "conspiranoia" puesto que es algo consabido
y aceptado por muchos historiadores incluso del mundo oficialista.
Además que algunos
de esos privilegiados monstruos que fueron enviados a aquél país, como Josef
Mengele, tal como sospechan algunos eruditos de la historia, lo hicieron
seguramente gracias a salvoconductos del Vaticano: ¡todo queda siempre entre
los mismos], pero ya hemos tenido buen cuidado de desacreditarlos a los ojos
de las multitudes estúpidas.
Porque ellos forman una organización visible,
en tanto que nosotros permanecemos en la sombra con nuestra organización
secreta.
Por lo demás, ¿qué importa al mundo quién será su amo? ¿Qué le
importa que sea el Jefe del Catolicismo o nuestro Déspota de la sangre de Sion?. Pero para nosotros, que formamos el pueblo elegido, la cuestión está
muy lejos de sernos indiferente.
Una alianza universal de los Gentiles podría, tal vez, dominarnos por algún
tiempo; pero nos hemos precavido contra este peligro por medio de los
gérmenes de profunda discordia que hemos procurado sembrar en sus corazones
y que nadie puede ya desarraigar [sólo cuando todas las personas de a pie,
de izquierdas o derechas, católicas y protestantes, creyentes o ateas, nos
unamos y nos enfrentemos a ellos, lograremos vencerles].
Hemos enfrentado
unos a otros los cálculos individuales y nacionales de los Gentiles; sus
odios religiosos y radicales que venimos fomentando y cultivando desde hace
veinte siglos. Por esto, ningún gobierno encontrará auxilio en parte alguna.
Cada uno pensará que una alianza contra nosotros es desfavorable a sus
intereses.
Somos muy fuertes. Es necesario que se nos tome en cuenta. Las Potencias no
pueden concluir el más insignificante tratado sin que nosotros también
tomemos parte en él.
Per me reges regnant, “por mí reinan los reyes”, han dicho nuestros
profetas, y que somos los elegidos por Dios mismo, para dominar toda la
tierra. Dios nos ha dado el genio para que podamos llegar hasta el fin de
este problema.
Hubo un caudillo y guía que hubiera podido luchar contra
nosotros con éxito; pero el recién llegado siguió un camino distinto del que
llevaba el viejo habitante; la lucha contra nosotros habría sido a muerte y
tal como el mundo jamás la habría visto. Luego… esos hombres de genio
llegarían demasiado tarde.
Todas las ruedas del mecanismo de los gobiernos dependen de un motor que
está en nuestras manos: este motor es el oro.
La ciencia de la Economía Política, inventada por nuestros Sabios, nos ha
dado a conocer, después de mucho tiempo, el prestigio y valor del oro. El
capital, para tener libertad de acción necesita obtener el monopolio de la
industria y del comercio, lo que ya está en vías de realizarse, mediante una
mano que opera en todo el mundo, pero que es invisible.
Esta libertad dará
más importante desarmar a los pueblos, que empujarlos a la guerra; utilizar
sus pasiones enardecidas para nuestro provecho mejor que calmarlas; importa
más adueñarse de las ideas de otros y comentarlas, mejor que suprimirlas.
El problema capital de nuestro gobierno está en debilitar el espíritu
público por la crítica; en hacerle perder la costumbre de pensar, pues la
reflexión da origen muchas veces a la oposición; en distraer las actividades
de los espíritus con banales escaramuzas y torneos de oratoria. Los pueblos,
lo mismo que los individuos, siempre han tomado como hechos las palabras,
pues, contentándose con la apariencia de las cosas, raras veces se toman el
trabajo de examinar si las promesas que se les hacen, relativas a la vida
social, siguen su cumplimiento efectivo.
Por esta razón nuestras instituciones deberán presentar una hermosa fachada
que demuestre elocuentemente los beneficios que puede reportar el progreso a
todos los hombres. Debemos apropiarnos la fisonomía de todos los partidos,
de todas las distintas tendencias y enseñar a nuestros oradores a hablar
tanto, que el mundo se canse de oírlos.
Para adueñarse de la opinión pública es necesario tenerla siempre suspensa y
vacilante, expresando por todos lados y por largo tiempo tantas opiniones
contradictorias, que los Gentiles acaben por perderse en este laberinto de
ideas y por persuadirse que es mejor para ellos no tener opinión ninguna en
política.
Cuestiones son éstas que la Sociedad no debe conocer. Este es el primer
secreto.
El segundo, necesario también para gobernar con éxito, consiste en
multiplicar de tal manera los defectos del pueblo, las malas costumbres, las
pasiones, los reglamentos de la vida común, que no haya nadie capaz de
desenmarañar este caos y que los hombres acaben por no entenderse entre sí.
Esta táctica nos dará también por resultado sembrar la discordia en todas
partes y disgregar todas las fuerzas colectivas que no hayan querido
sometérsenos; desalentará toda iniciativa personal, aun la más ingeniosa, y
será más poderosa y eficaz que los mismos millones de hombres en cuyo seno
hemos sembrado la discordia.
Necesitamos dirigir la educación de las sociedades cristianas en tal forma,
que sus manos caigan abatidas en un gesto de desesperada impotencia ante
cualquier negocio que exija iniciativa.
El esfuerzo que se ejerce sobre el régimen de una libertad sin límites es
impotente, porque tropieza con los esfuerzos libres de otros. De aquí se
originan molestos y enojosos conflictos morales, decepciones y fracasos.
NOSOTROS CANSAREMOS DE TAL MANERA A LOS GENTILES CON ESTA LIBERTAD, QUE LES
OBLIGAREMOS A QUE NOS OFREZCAN UN PODER INTERNACIONAL CUYA DISPOSICIÓN SERÁ
TAL QUE SIN ROMPERLAS, PUEDA ENGLOBAR LAS FUERZAS DE TODAS LAS NACIONES DEL
MUNDO Y FORMAR EL SUPER-GOBIERNO UNIVERSAL.
En lugar de los actuales
Gobiernos, estableceremos uno verdaderamente terrible que se llamará
ADMINISTRACIÓN DEL SUPER-GOBIERNO.
Sus manos alcanzarán a todas partes, a manera de unas enormes tenazas, y su
organización será tan colosal que ningún pueblo podrá dejar de sometérsenos.
PROTOCOLO VI
Muy pronto constituiremos enormes monopolios, verdaderos almacenes de
riquezas colosales, a los que los capitales de los Gentiles, aun los más
grandes, defenderán de tal manera que al final serán absorbidos, así como el
crédito de los Estados en vísperas de una catástrofe política.
Señores
economistas que estáis aquí presentes, ¡Considerad la importancia de esta
combinación!…
Necesitamos por todos los medios posibles tratar de explicar
y desarrollar la importancia de nuestro Super-Gobierno, representándolo como
el protector y remunerador de todos los que voluntariamente se le sometan.
La aristocracia de los Gentiles como fuerza política ha desaparecido y ya no
tenemos que tomarla en cuenta; pero como propietaria de bienes
territoriales, puede perjudicarnos en proporción de la independencia que
pueden proporcionarle esos recursos. Es, pues, absolutamente necesario
despojarla totalmente de sus tierras.
El medio más eficaz para conseguirlo
es el de aumentar los impuestos sobre la propiedad territorial a fin de
gravar la tierra.
Esta medida mantendrá la propiedad territorial en una
dependencia absoluta. Los aristócratas Gentiles, al pasar la propiedad de
padres a hijos, no sabiendo contentarse con menos de lo que tenían, quedarán
arruinados. Al mismo tiempo hay que proteger eficazmente el comercio y la
industria, y más todavía, la especulación, cuyo papel es servir de
contrapeso a la industria.
Sin la especulación, la industria aumentaría los capitales particulares,
mejoraría la agricultura, librando las tierras de los gravámenes asignados
por los préstamos de los bancos hipotecarios de crédito territorial.
Es necesario que la industria prive a la tierra del fruto, tanto del capital
como del trabajo, y que ponga en nuestras manos para la especulación todo el
oro del mundo, obligados en fuerza de estas combinaciones a quedar relegados
a las filas del proletariado, todos los Gentiles se inclinarán ante nosotros
para tener como único derecho el de existir.
Para arruinar la industria de
los Gentiles daremos un gran impulso a la especulación y al gusto por el
lujo, ese lujo que todo lo devora.
Haremos subir los salarios, pero de tal manera que esta alza no reporte
ningún provecho a los obreros, porque al mismo tiempo habremos provocado el
encarecimiento de todos los artículos de primera necesidad, haciendo creer
que ese encarecimiento es debido a la decadencia y postración de la
agricultura y a la misma elevación de los jornales, y minaremos además
profundamente las fuentes de producción habituando al obrero a la anarquía y
a la embriaguez, y tomaremos también todas las medidas posibles para quitar
la tierra de las manos de los Gentiles inteligentes.
Para impedir que
esta situación sea conocida antes de tiempo bajo su verdadero aspecto,
disfrazaremos nuestros verdaderos designios con el aparente deseo de
servir y ser útiles a los obreros y de propagar los grandes principios
económicos que enseñamos en los tiempos actuales.
PROTOCOLO VII
El aumento de los Ejércitos y de la Policía es complemento necesario del
plan que hemos expuesto.
Es necesario que en todos los Estados no queden
fuera de nosotros sino las masas de proletarios, algunos millonarios que nos
sean adictos, policías y soldados. En toda Europa, lo mismo que en los otros
continentes, tenemos que suscitar la discordia, el odio y el desorden.
El provecho de estos disturbios es doble.
Por un lado, el respeto de todos los países que así sabrán que podemos,
cuando queramos, provocar el desorden o restablecer el orden, por otro,
todos los Estados se acostumbrarán de este modo a considerarnos como una
carga necesaria.
En segundo lugar, nuestras intrigas enredarán todos los hilos que tenemos
tendidos en los Gabinetes de las Naciones, y esto por medio de la política,
de convenios económicos y arreglos financieros.
Para llegar a nuestros fines
necesitaremos desplegar una astucia muy grande en el curso de los arreglos y
conferencias; pero, en lo que se llama lenguaje oficial, seguiremos una
táctica opuesta apareciendo siempre como honrados y conciliadores [justo
como en el caso del Tribunal Europeo, por ejemplo, que de manera hipócrita
ha declarado “abusivos e inmorales” los tratos de la banca en España.
Hipócrita pues esa banca a la que critican está controlada por los
testaferros de los mismos poderes fácticos que desde la sombra tienen
arrendadas las entidades que controlan agazapadamente el BCE y que por tanto
dictan la política y leyes europeas: esta maravillosa sentencia que les ha
valido ganarse la confianza del público, que ahora les ve como salvadores y
se tiende en sus brazos, ha sido efectuada en realidad astutamente para que
la instrucción del proceso en el que está envuelta la entidad Bankia,
super-estructura de la que dependen la mitad de las cajas y del poder
bancario españoles, acepte las acusaciones de la gente a la que ellos,
agentes del mismo poder al que sirve la UE, han engañado con sus
“participaciones preferentes”.
Esto es algo que provocará el hundimiento financiero
español y que el Gobierno pida un rescate a la UE, con lo cual el Gobierno
de España habrá sido absorbido por los burócratas autocráticos de la
Comisión Europea no elegidos democráticamente, que trabajan al servicio de
los mismos poderes fácticos que han inventado el engaño de las
"preferentes":
¡han logrado presentar a la gente como si fuera un acto de
generosidad una declaración aparentemente humanista, que en realidad está
destinada a justificar su control de nuestro país! ¡Y la gente les aplaude!
Por supuesto, los que llevaban Bankia serán rescatados y “colocados” de
nuevo en sitios de poder, y los que se arruinarán serán como siempre tan
sólo "los de abajo".
Entre esa cúpula se encuentran Rodrigo Rato y
Miguel
Ángel Acebes, vicepresidente y ministro del interior en tiempos de Aznar
respectivamente, encargados de tapar la autoría del 11-M, por lo cual fueron
recompensados llegando a lo más relevante del FMI y el BFA, entidades a
través de las cuales ellos han vuelto a contribuir al Plan hundiendo la
economía a propósito y luego conduciendo a que Europa imponga un régimen
absoluto].
De esta suerte, los pueblos y los gobiernos de los Gentiles, a quienes
tenemos ya acostumbrados a no ser más que la apariencia de las cosas que les
presentamos, nos tendrán una vez más por los bienhechores y salvadores del
género humano.
A cualquier oposición que surja deberemos estar en aptitud de hacer declarar
la guerra por la Nación vecina a los que se atreven a enfrentársenos; y si
esta Nación vecina tuviera el atrevimiento de formar una alianza contra
nosotros, deberemos rechazarla por una guerra general. El camino que más
seguramente lleva al éxito en política es el secreto en todo lo que se
emprende: la palabra del diplomático nunca debe estar de acuerdo con sus
actos.
Debemos obligar con eficacia a los gobiernos Gentiles a obrar según el plan
que hemos concebido con amplitud y que toca ya a su fin. La opinión pública
nos ayudará; esta opinión pública, que es la gran potencia, la prensa,
secretamente ha venido también a caer en nuestras manos.
Con pocas excepciones, sin importancia que es inútil tener en cuenta, la
prensa toda depende de nosotros.
En una palabra, para abreviar: he aquí nuestro sistema de coerción de los
gobiernos Gentiles en Europa. A uno, le haremos ver nuestra fuerza por medio
de los atentados, esto es, del terror [como el 11-S, el 7-J, el 11-M..., ¡o
los atentados de Boston!
¿Pero quiénes fueron los verdaderos responsables de
este último? ¡Vaya! Sólo dos hermanos cuyo principal instigador que se
"radicalizó" misteriosamente al islamismo de la noche a la mañana, era nada
menos que... ¡el marido de la heredera de una familia adinerada del
"Establishment" americano!
Ella se islamizó y renunció a su previa vida
según dicen, pero esto presenta la estructura de la típica estratagema
urdida en secreto por los linajes para mutar en una nueva apariencia
camuflándose como algo diferente.
Ellos son siempre quienes lo organizan
todo. Lo mismo sucede con la familia que rige Arabia Saudí, que según
recientes investigaciones resulta que en realidad fueron de origen judío y
se hizo pasar por musulmana para controlar esa zona y de nuevo crear un
régimen de terror mientras sirven de marioneta para dar miedo.
¿Por qué no
interviene Arabia Saudí a favor de sus hermanos palestinos o iraníes?
Porque
pertenecen al "Establishment", al igual que la familia de Bin Laden. Algunos
dirán: ¡pero si ellos entrenaron a Hizbulá y a los grupos talibanes que
atentan contra Israel! Pero eso también es falso.
Archivos desclasificados
prueban sobradamente que esos grupos fueron financiados y entrenados
originalmente... ¡por USA! Se nos ha hecho creer que fueron los saudíes para
"vestir el muñeco". ¿No se ha percatado nadie? Las revoluciones, los
atentados, los aparentes cambios sociales, políticos, y geográficos, y
absolutamente cualquier cambio de relevancia en el mundo... ¡proceden
siempre, casualmente, de las mismas familias!
¡Los protagonistas no cambian,
sólo su disfraz!
Obviamente lo de Boston fue un plan de los linajes con esta
mujer como mano agazapada para inducir a los Tsarnaev con su adoctrinamiento
a confeccionar
una nueva Bandera Falsa que justifique la limitación de los
derechos civiles y más guerras.
¡Los terroristas no venían del desierto!
¡Eran familia de los ricos que manejan el gobierno americano!]; a todos, si
es que todos se revuelven contra nosotros, contestaremos con los cañones
americanos, chinos o japoneses [¿Pearl Harbour? ¿La inminente guerra absurda
con Corea?]
PROTOCOLO VIII
Debemos apropiarnos todos los instrumentos que nuestros contrarios pudieran
utilizar contra nosotros.
Debemos encontrar en las sutilezas y minucias del
lenguaje jurídico una justificación para aquellos casos en que nos veamos en
la necesidad de pronunciar sentencias que pudieran parecer demasiado
atrevidas o injustas; pues importa mucho al formular tales sentencias
hacerlo en términos que revistan la apariencia de máximas morales muy
elevadas y un aspecto netamente legal [todo parecerá lo contrario de lo que
es, al más puro estilo orwelliano].
Nuestro gobierno debe rodearse de todas las fuerzas de la civilización, en
medio de la que tiene que operar. Conforme a esto, se rodeará de
publicistas, de jurisconsultos experimentados, de hacendistas, de
diplomáticos, en una palabra, de hombres preparados por una educación
superior especial en escuelas también especiales.
Estos hombres deberán conocer los secretos de la existencia social, todos
los idiomas formados de letras y de palabras políticas; deberán tener
conocimiento de las inclinaciones y costumbres de la naturaleza humana, de
sus cuerdas sensibles que deben saber tocar con acierto. Estas cuerdas son:
la ternura del alma de los Gentiles, sus inclinaciones, sus debilidades, sus
vicios y sus cualidades, sus particularidades de clase y condición.
Ya se sobreentiende que esos colaboradores de nuestro gobierno no serán
sacados de entre los Gentiles acostumbrados a desempeñar el trabajo
administrativo sin preocuparse del resultado feliz.
Los gobernantes Gentiles firman los papeles sin leerlos; sirven por interés
personal o por ambición. Rodearemos asimismo nuestro gobierno de todo un
mundo de economistas. He aquí por qué las ciencias económicas son las más
útiles y por qué importa tanto que se enseñen a los judíos [a los sionistas
de la élite, claro].
Estaremos rodeados de una pléyade de banqueros, industriales, capitalistas y
más que todo esto, de millonarios, supuesto que, en último término los
guarismos son los que todo lo deciden.
Por algún tiempo, mientras llega el momento de confiar sin peligro los
puestos de responsabilidad en los gobiernos de las naciones a nuestros
hermanos judíos, los encomendaremos a individuos cuyo pasado y carácter sean
tales que en caso de desobediencia a nuestros mandatos no les quede otra
cosa que esperar sino el destierro o la muerte; así ellos defenderán
nuestros intereses hasta el último aliento.
PROTOCOLO IX
En la aplicación de nuestros principios debéis atender al carácter del
pueblo en medio del que vivís y tenéis que operar: una aplicación general y
uniforme de estos principios, antes que hayamos reeducado al pueblo, no
puede dar buenos resultados.
Pero aplicándolos prudentemente veréis que no
pasarán diez años sin que el carácter más obstinado no haya sufrido
transformación y que no contemos con un pueblo más, bajo nuestra
dependencia.
Cuando llegue nuestro reinado, sustituiremos nuestras palabras de orden
liberal LIBERTAD, IGUALDAD, FRATERNIDAD no por otras palabras de orden, sino
por las mismas trasladadas a su rango de meros conceptos abstractos;
nosotros diremos: el derecho a la libertad; el deber de la igualdad; el
ideal de la fraternidad.
Cogeremos al toro por los cuernos, sin tapujos ni reticencias: hemos
destruido ya todos los gobiernos excepto el nuestro; más aún, en muchas
partes el nuestro es ya un gobierno de jure.
En la actualidad, si hay
algunas naciones que levantan protestas contra nosotros, es por mera
fórmula, u obedeciendo a nuestros deseos o mandatos, porque el antisemitismo
nos es en cierto modo necesario para gobernar a nuestros hermanos menores
[se refiere a los judíos inocentes que hoy en día el Estado de Israel
dominado por los Rothschild-Illuminati explota despiadadamente a través del
sionismo nazi; obsérvese también como se quitan aquí la careta: han
reconocido que el sionismo no se corresponde con el verdadero pueblo judío
común en sí mismo].
No os explicaré esto con mayor claridad, pues es punto que más de una vez ha
sido tratado en nuestras reuniones.
En realidad, no hay ya más obstáculos que nos detengan en nuestro camino.
Nuestro Super-Gobierno se halla en las condiciones extralegales que se ha
convenido en llamar con una palabra demasiado enérgica: DICTADURA.
En conciencia, puedo afirmar que actualmente somos los legisladores los que
dictamos sentencias en materia de justicia, los que condenamos a muerte y
otorgamos gracia: somos como el jefe de un gran ejército y marchamos a su
frente, jinetes en el brioso corcel de su general supremo.
Gobernaremos con mano firme, pues tenemos en ella las riendas de un partido
que fue fuerte en otro tiempo, hoy sometido a nosotros. Tenemos en nuestras
manos ambiciones desmedidas, avideces ardientes, venganzas despiadadas,
odios rencorosos. De nosotros proviene ese terror que todo lo ha invadido.
Bajo nuestras órdenes militan hombres de todas las opiniones, de todas las
creencias; restauradores de la monarquía, demagogos, socialistas,
comunistas, y todo género de utopías; a todo el mundo hemos enganchado en
nuestra empresa, y cada uno de ellos va minando las ruinas de poder y se
afana por acabar de derribar lo que aún queda en pie.
Todas las naciones experimentan convulsiones y reclaman tranquilidad; están
prontas a sacrificarlo todo a cambio de un poco de paz; pero esa paz
anhelada no se la daremos mientras no reconozcan nuestro Super-Gobierno
abiertamente y con completa sumisión.
El pueblo todos los días está gritando
que es necesario dar una solución a la cuestión social por medio de un
acuerdo internacional en la materia.
La división del pueblo en partidos lo
ha puesto en nuestras manos, pues para sostener una lucha es indispensable
dinero, y el dinero somos nosotros los que lo tenemos en nuestro poder.
Podríamos temer una alianza de la fuerza inteligente de los gobernantes con
la fuerza ciega de los pueblos, pero hemos tomado todas las medidas que
dicta la prudencia para conjurar este peligro: entre esas dos fuerzas hemos
levantado una muralla, esto es un terror recíproco. De esta suerte la fuerza
ciega del pueblo nos sirve de apoyo y sólo nosotros la podremos dirigir con
toda precisión hacia nuestros fines.
Y para que las manos de ese ciego, el
pueblo, no puedan rechazar nuestra dirección, necesitamos de tiempo en
tiempo ponernos en contacto directo con él, si no personalmente, al menos
con la intervención de nuestros hermanos más fieles.
Cuando ya seamos un gobierno reconocido, conversaremos nosotros mismos con
el pueblo en las plazas públicas; lo instruiremos respecto de las cuestiones
políticas en el sentido que nosotros necesitamos. Cómo verificar lo que se
enseña en las escuelas del pueblo?
Lo que diga el comisionado del gobierno
o el mismo gobernante, no puede dejar de conocerse luego en todo el Estado,
porque se difundirá inmediatamente por la voz del pueblo.
Para no destruir prematuramente las instituciones de los Gentiles, hemos
movido por medio de una mano inteligente todos los resortes de su mecanismo.
Estos resortes estaban dispuestos en un orden severo, pero justo; nosotros
los hemos reemplazado por una arbitrariedad desordenada.
Hemos desarreglado
la jurisdicción, las elecciones, la prensa, la libertad individual, y más
que nada, la educación y la instrucción, que son las piedras angulares en
las que la existencia libre debe descansar.
Hemos corrompido, embrutecido y prostituido la juventud cristiana por una
educación cimentada en principios y teorías que sabemos son falsos y que no
obstante han sido inspirados por nosotros [hoy en España las niñas pierden
la virginidad tan pronto tienen el periodo, el condón ha pasado de ser un
tabú a un tópico, tener un lenguaje culto es algo parodiado en ciertas
series de TV, los jóvenes consumen marihuana y alimentos alucinógenos con
una frecuencia atroz, etc...].
A más de esto, las leyes existentes, sin
mudarlas en su esencia, las hemos desfigurado con interpretaciones
contradictorias, obteniendo resultados admirables [describe exactamente el
sistema legal actual].
Estos se manifiestan desde luego en esas glosas y comentarios, disfrazando
las leyes, han sido ocultadas discretamente a los ojos de los gobernantes y
las han dejado imposibles de reconocer en medio de una legislación por demás
embrollada. De aquí procede la teoría del tribunal de la conciencia [como en
España, donde las leyes de manera enrevesada han provocado que los tres
poderes acaben en mano del Gobierno].
Y vosotros diréis que si los pueblos se dan cuenta antes de tiempo de estas
maniobras, se revolverán contra nosotros con las armas en la mano; pero si
llegara este caso, en todos los países de Occidente tenemos preparada una
maniobra tan terrible, que aún los ánimos más esforzados temblarán:
en todas
las grandes capitales se irán estableciendo los metropolitanos (tranvías
subterráneos) [esto se dijo antes de que existieran] y nosotros los
volaremos por medio de la dinamita con todas las organizaciones y todos los
documentos del país [como el 11-M en Madrid].
PROTOCOLO X
Empiezo hoy por repetir lo que ya os he dicho, rogándoos recordéis que los
gobiernos y los pueblos no ven sino la apariencia de las cosas, y ¿cómo
podrían desentrañar su sentido íntimo cuando sus representantes no sueñan
sino en divertirse?
Mucho importa para nuestra plática conocer este detalle,
pues, nos servirá de mucho cuando lleguemos a tratar y discutir sobre la
división del poder, la libertad de palabra, de prensa, de conciencia, el
derecho de asociación, de la igualdad ante la ley, la inviolabilidad de la
propiedad y domicilio, los impuestos y la retroactividad.
Todas estas cuestiones son tales que nunca es necesario tratarlas ante el
pueblo directamente y abiertamente.
En los casos en que sea preciso tocarlas, no hay que enumerarlas, sino
declarar en globo que los principios del derecho moderno son reconocidos por
nosotros. La importancia de esta reticencia consiste en que un principio que
no se nombre, nos deja en libertad de excluir esto o aquello, sin que nadie
lo advierta, mientras que si los enumeramos tenemos que aceptarlos sin
reservas.
El pueblo siente un amor particular y una grande estimación por los genios
políticos y responde a todos sus actos de violencia con estas o parecidas
palabras:
“¡Es un canalla, pero qué listo!…; ¡esto es el colmo de la
habilidad!. Qué golpe más bien dado. ¡Pero qué bribón!”.
Nosotros contamos con atraer a todas las naciones para la construcción de un
nuevo edificio fundamental del que tenemos ya proyectado el plan.
He aquí
por qué, ante todo, tenemos necesidad de hacer provisión de esta audacia y
fuerza de espíritu que en la persona de nuestros actores han de destruir
todos los obstáculos que se oponen a nuestro paso.
Una vez dado nuestro golpe de estado diremos a los pueblos: todo iba
horriblemente mal; todos hemos tenido que sufrir por una causa o por otra;
esto era ya insoportable. Hemos destruido las causas de vuestros
sufrimientos, las nacionalidades, las fronteras, la diversidad de monedas
[la UE, la OEA, y
la ONU, son las principales conspiradoras por el futuro
Nuevo Orden Mundial, con sus propuestas para comisiones internacionales
autocráticas y privatizadas, y la unificación de múltiples países bajo una
misma moneda]. Indudablemente que sois muy libres de jurarnos obediencia o
no.
¿Pero podéis hacerlo con justicia si lo hacéis antes de experimentar lo
que os hemos dado?… Entonces nos exaltarán y llevarán en triunfo con un
entusiasmo unánime, y lleno de esperanzas.
El sufragio universal, del que hemos hecho el instrumento de nuestra
entronización, y al que hemos acostumbrado a los más insignificantes
iniciados que forman parte de la colectividad humana, por medio de
reuniones, de grupos y de alianzas, representará por última vez su papel
expresando el voto unánime de la humanidad de conocernos antes de juzgarnos.
Para esto es necesario arrastrar a todo el mundo hacia el sufragio
universal, sin distinción de clases y sin censos electorales, para
establecer así el absolutismo de las mayorías que no se puede obtener de las
clases de contribuyentes y pensantes.
Una vez acostumbrado el mundo de esta manera a la idea de su propio valer,
queda destruida la importancia de la familia cristiana y las trascendencias
que tiene en la educación y no permitiremos que surjan personalidades a las
que las turbas, dirigidas por nosotros, no permitirán que se destaquen, ni
siquiera que levanten la voz; las multitudes están acostumbradas a no
escuchar sino a nosotros, que les pagamos su obediencia y su atención.
De esta suerte haremos del pueblo una fuerza tan ciega, que no habrá en el
Estado ninguno que esté dispuesto a hacer cualquier movimiento sino bajo la
dirección de los agentes que nosotros pongamos para que los dirijan como
jefes.
El pueblo se someterá a esta dirección, pues sabe bien que de esos nuevos
jefes dependen las ganancias, las gratuitas recompensas y toda clase de
bienes. Un plan de gobierno debe ser proyectado por un solo hombre, pues
resultaría incoherente si muchos talentos se distribuyen la tarea de
formarlo.
Así, nosotros podemos conocer un plan de acción; pero no debemos
discutirlo para no romper su carácter peculiar, la trabazón de sus partes,
la fuerza práctica y la significación oculta de cada uno de sus puntos.
Que el sufragio universal lo discuta y lo manosee, por decirlo así, y esto
sólo bastará para que adquiera el carácter de todas las falsas concepciones
de inteligencias que no penetran la profundidad y el enlace de los
pensamientos.
Sean nuestros planes sólidos y bien concebidos como es necesario. Por eso no
debemos arrojar las producciones de talento de nuestros jefes a los pies de
las multitudes, ni abandonarlas tampoco en manos de sociedades de cortos
alcances. Estos planes no destruirán por lo pronto las instituciones
modernas.
Solamente modificarán su economía, y en consecuencia, todo su
desarrollo que se orientará de conformidad con nuestros proyectos. Casi en
todas las naciones existen las mismas cosas, aunque tal vez con distintos
nombres: la Representación, los Ministerios, el Senado, el Consejo de
Estado, el Cuerpo Legislativo y el Cuerpo Ejecutivo.
No tengo necesidad de explicaros el mecanismo de las relaciones de estas
instituciones entre sí, porque os es bien conocido; notad solamente que cada
una de estas instituciones corresponde a una función importante del Estado,
y os ruego que toméis también en consideración que es la función y no la
institución la que yo llamo importante, no son, pues, las instituciones las
que son de importancia, sino sus funciones.
Las instituciones se han
distribuido entre sí todas las funciones del gobierno: funciones
administrativas, legislativas y ejecutivas. De esta manera, las instituciones desempeñan en el organismo del Estado un
papel semejante al de los órganos en el cuerpo humano.
Si nosotros trastornamos una parte de la máquina del Estado, éste caerá
enfermo como el cuerpo humano, y morirá.
Después de haber inoculado en el
organismo del Estado el veneno del Liberalismo, toda su constitución se ha
trastornado; los estados están enfermos de una enfermedad mortal, la
descomposición de la sangre; no queda ya más que esperar que el término de
su agonía.
Del Liberalismo han nacido los gobiernos constitucionales que han
reemplazado entre los Gentiles a una saludable autocracia, y la
constitución, como sabéis vosotros, no es más que una escuela de desórdenes,
de malas inteligencias, de discusiones, de disputas, de agitaciones
estériles de partidos; en una palabra, es la escuela de todo aquello que
hace a un Estado perder su personalidad e individualidad.
La tribuna lo
mismo que la prensa, ha condenado a los gobiernos a la inacción y a la
debilidad y los han hecho poco necesarios, inútiles, lo que fácilmente
explica que sean derribados.
La era republicana ha llegado así a ser posible; hemos reemplazado el
gobierno por una caricatura de gobierno, por un presidente que sacamos de la
multitud, de entre los miles de hechuras y esclavos nuestros. Allí está el
fondo de la mina cavada por nosotros bajo el suelo de los pueblos Gentiles.
En porvenir no lejano, crearemos la responsabilidad de los presidentes.
Entonces, sin molestarnos, provocaremos acontecimientos de los que nuestra
creación impersonal tendrá que responder.
¿Qué nos importa si las filas de
los que aspiran al poder se van aclarando, si surgen dificultades capaces de
desorganizar completamente una nación?
En previsión de este resultado,
fraguaremos la elección de presidentes que tengan en su pasado alguna mancha
infamante oculta, algún Panamá.
El temor a las revelaciones y al escándalo y
el deseo de todo hombre que llega al poder de conservar sus privilegios y
los honores que consigo lleva el puesto, los convertirán en fieles
ejecutores de nuestras órdenes [exactamente esto es lo que está haciendo
Luis Bárcenas, ex-tesorero del PP español, y agente del complot de la red
Rothschild.
Estos tienen chantajeado al gobierno con destapar la corrupción
de su cúpula, la cual fue en realidad alimentada a propósito por la
Hermandad para luego sacarla a la luz a través de los medios que controlan,
y de ahí la extraña jugada de que la noticia apareciese primero en un
periódico de derechas como El Mundo, y después en su "rival ideológico", El
País, cosa absolutamente inconcebible en condiciones normales.
Los
derechistas dicen que los papeles de Bárcenas son un intento de dar un golpe
de estado, algo que los izquierdistas han criticado porque alegan que la
realidad de la corrupción es innegable por las pruebas, a lo que yo
respondo:
en realidad los de derechas tienen razón en parte, pues los
papeles sí son un intento de dar un golpe de estado, pero eso no quiere
decir que los papeles sean falsos.
La corrupción es real, sí, pero resulta
que los que la han provocado son los mismos que ahora la han destapado
haciendo caer a los que la han llevado a cabo por ellos, para conseguir así,
"con la otra mano", proponer desde la UE la solución a la corrupción e
imponernos el Nuevo Orden.
Efectivamente el escándalo de la corrupción
ha sido explotado para dar un golpe de estado, pero esto lo están
haciendo los mismos que han provocado esa corrupción (cuya existencia no
niego, señores de izquierdas). Recuerdo a una señora escandalizada por
el caso en la TV pidiendo que viniesen "los suecos" a gobernarnos,
¡señora, eso es justo lo que los causantes de la corrupción quieren que
diga!
La Cámara de Diputados encubrirá, defenderá, elegirá a los presidentes; pero
le quitaremos el derecho de iniciar leyes y de modificarlas: este derecho se
le adjudicará al presidente, que no será sino un juguete en nuestras manos.
El poder del gobierno vendrá a ser blanco de todos los ataques.
Nosotros le
daremos el derecho de apelar a la decisión del pueblo, sin tener que acudir
a la intervención de sus representantes, la Cámara; es decir: el derecho de
recurrir a nuestro servidor ciego e incondicional: la mayoría. Además,
daremos al presidente el derecho de declarar la guerra.
Fundaremos este último derecho alegando que el presidente, como jefe de todo
el ejército de la nación, debe tenerlo a su disposición para defender la
nueva constitución republicana, de la que él, el presidente, es el
representante responsable.
En estas condiciones el Jefe del Santuario (la
llave de la situación) estará en nuestras manos y nadie, excepto nosotros,
podrá encauzar la fuerza legislativa.
Retiraremos además a la Cámara, al
implantar la nueva Constitución, el derecho de interpelación, bajo el
pretexto de que ese derecho es contrario a la salvaguardia del secreto
político. Igualmente restringiremos por la nueva Constitución el número de
representantes al mínimo lo que producirá el efecto de disminuir un tanto
las pasiones políticas y la pasión por la política.
Si, contra lo que esperamos, esas pasiones políticas se despertaran aún en
ese corto número de representantes, lo reduciremos a nada, por medio de un
llamamiento a la mayoría del pueblo. Dependerán del Presidente los
nombramientos de presidente y vicepresidente de la Cámara y del Senado [tal
como ya sucede en España].
En lugar de sesiones parlamentarias permanentes, limitaremos las sesiones a
unos meses. Además el Presidente, como jefe del poder ejecutivo, tendrá el
derecho de convocar o disolver el parlamento, y en este último caso, el de
aplazar el momento para una nueva convocación. Pero, para que las
consecuencias de todos estos actos, realmente ilegales, no recaigan sobre la
responsabilidad establecida por nosotros del Presidente, en lo relativo a
nuestros planes, sugeriremos a los ministros y demás funcionarios que rodean
al Presidente la idea de sobrepasar las disposiciones de éste, con sus
propias medidas, de tal manera que ellos (los ministros) vengan a resultar
los responsables.
Aconsejamos encomendar esta actuación, principalmente, al
Senado o al Consejo de Estado o de Ministros, más bien que a un solo
individuo.
El Presidente interpretará conforme a nuestros deseos las leyes
existentes que sean susceptibles de distintas interpretaciones; las anulará
cuando le demostremos la necesidad de hacerlo; tendrá derecho de proponer
leyes provisionales, y aun nuevo cambio de Constitución, con pretexto del
bien supremo del Estado.
Estas medidas nos darían el medio de destruir poco
a poco y paso a paso todo aquello que en el momento de posesionarnos del
poder nos hayamos visto obligados a incluir en las Constituciones de los
pueblos; por este medio pasaremos insensiblemente a la supresión de toda
Constitución cuando llegue la ocasión y el momento de agrupar todos los
gobiernos bajo nuestra autocracia.
El reconocimiento de ella puede llegar antes de la supresión de la
Constitución, si los pueblos, cansados de tantos desórdenes y de la
frivolidad de sus gobernantes dan en gritar:
“Echadlos y dadnos un rey
universal que pueda unirnos y acabar con las causas de nuestras discordias:
las fronteras internacionales, las religiones, los cálculos e intereses de
Estado: un rey que nos dé esta paz, esta tranquilidad que no podemos
alcanzar con nuestros gobernantes y representantes.”
Sabéis muy bien vosotros que para que estos deseos se realicen es necesario
perturbar constantemente en todos los pueblos las relaciones entre ellos y
sus gobiernos, con el propósito de cansar a todo el mundo con la desunión,
la enemistad, el odio, y aun con el martirio, el hambre, la propagación de
enfermedades y la miseria para que los Gentiles no encuentren otra salvación
que la de recurrir a nuestra plena y absoluta soberanía.
Si damos a los
pueblos una tregua para respirar, tal vez el momento favorable no llegará
jamás.
PROTOCOLO XI
El Consejo de Estado tiene por objeto hacer destacar el poder del gobierno:
bajo la apariencia de un cuerpo legislativo, será en realidad un comité de
redacción de las leyes y de los decretos del gobierno.
He aquí el Programa de la nueva Constitución que preparamos: Crearemos la
Ley, el derecho y el tribunal…
-
bajo la forma de proposiciones al Cuerpo Legislativo
-
por medio de decretos presidenciales, por actas del Senado y por
resoluciones del Consejo de Estado, bajo la forma de órdenes ministeriales
-
en caso de que se juzgue oportuno, por medio del golpe de estado
Una vez que de manera aproximada dejamos establecido este modus vivendi,
tratemos algo más detalladamente de las medidas que nos servirán para acabar
la transformación del Estado en el sentido de que ya hemos hablado.
Pretendo
hablar de la libertad de la prensa, del derecho de asociación, de la
libertad de conciencia, del principio electivo, y de otras muchas cosas que
deberán desaparecer del repertorio humano, o al menos alterarse
radicalmente, tan luego como la nueva Constitución se haya promulgado.
Entonces será cuando nos sea posible promulgar todas nuestras leyes al mismo
tiempo.
Después, cualquier cambio sensible sería perjudicial por esta razón: si la
modificación se opera en el sentido de la severidad y del rigor, puede
causar la desesperación provocada por el temor de nuevos cambios en el mismo
sentido; si, por el contrario, es en el sentido de mayores complacencias, se
dirá que hemos reconocido nuestros errores, y esto debilitará el prestigio
de la infalibilidad de nuestro gobierno, o bien se dirá que hemos tenido
temor y nos vimos obligados a hacer concesiones, que nadie nos agradecerá ni
a nadie obligarán con nosotros.
Ambas cosas perjudican el prestigio de la
nueva Constitución.
Queremos que desde el día de su promulgación, cuando los pueblos estén aún
estupefactos por el golpe de estado que hemos de dar, cuando estén aún
invadidos por el terror y perplejos, en ese preciso momento reconozcan que
somos tan fuertes, tan invulnerables, tan poderosos, que no contaremos con
ellos para nada.
Que no solamente no atenderemos sus opiniones y pareceres,
sino que estamos dispuestos y a punto de reprimir toda expresión, toda
manifestación de estos deseos y de estas opiniones, con una autoridad
indiscutible.
Que de un solo golpe nos hemos adueñado de todo lo que nos era
necesario y que en ningún caso estamos dispuestos a compartir nuestro poder
con ellos… [tampoco se lo hemos pedido, sólo que no nos amarguen la vida]
Entonces cerrarán los ojos y dejarán venir los acontecimientos…
Los Gentiles son un rebaño de carneros y nosotros somos para ellos los
lobos.
Y ¿ya sabéis lo que sucede a los corderos cuando el lobo llega a
penetrar en el redil? Cerrarán aún los ojos, sobre todo, por las promesas
que les haremos de volverles todas las libertades que les hemos arrebatado,
cuando los enemigos de la paz se hayan calmado y los partidos queden
reducidos a la impotencia.
¡Por supuesto que los Gentiles podrán esperar
sentados la vuelta del pasado!…
¿Para qué habíamos de inventar e inspirar a los Gentiles toda esta política
sin darles los medios de conocerla a fondo, sino para poder emprender en
secreto lo que nuestra raza dispersa no podía intentar directa y
abiertamente?.
Esto nos ha servido de base para nuestra organización de la
Francmasonería secreta [una francmasonería por encima de la francmasonería
oficial, o sea, los “grados rojos” o Illuminati], que no es conocida y cuyos
designios ni aun siquiera sospechan los imbéciles Gentiles, alistados por
nosotros en el ejército visible de las logias para distraer las miradas de
los hermanos.
Dios nos ha dado a nosotros, su pueblo elegido, la dispersión, y en esta
debilidad de nuestra raza radica nuestra fuerza que hoy nos conduce al solio
de un reino universal.
Poco es lo que nos falta edificar sobre estos cimientos.
PROTOCOLO XII
La palabra Libertad, que se puede definir de distintas maneras, nosotros la
definiremos así:
Libertad es el derecho que cada uno tiene de hacer lo que
permite la ley.
Tal interpretación de esta palabra en estos tiempos hará que
toda la libertad esté en nuestras manos, porque las leyes destruirán o
crearán lo que nos agrade, conforme al programa expuesto más arriba.
Con la prensa obraremos de la manera siguiente: ¿Qué papel desempeña la
prensa en la actualidad?
Ella sirve para encender las pasiones o mantener
el egoísmo de los partidos. La prensa es banal, injusta, aduladora, y los
hombres, en su gran mayoría, no comprenden bien para qué sirve.
Nosotros la
domaremos y la enfrenaremos con fuertes riendas, y otro tanto haremos con
las demás obras impresas, porque ¿de qué nos serviría desembarazarnos de la
prensa y del periódico si hemos de ser el blanco de los ataques del libro y
del folleto?
Transformaremos la publicidad, que bastante caro nos ha costado hasta ahora,
censurando los periódicos y convirtiéndolos en una fuente de ingresos para
el Estado [como en la Rusia comunista posterior a este documento].
Crearemos un impuesto especial para la prensa. Al fundarse un periódico, o
al establecerse una imprenta, exigiremos una participación. Con esta medida
quedará garantizado nuestro gobierno de todo ataque por parte de la prensa.
En ocasiones, aun sin mérito para ello, impondremos multas.
Estampillas, participaciones y multas producirán un buen ingreso al Estado.
Es verdad que los periódicos de los partidos podrían soportar estas pérdidas
pecuniarias, pero los suprimiremos a la segunda vez que nos ataquen. Nadie
osará tocar impunemente la aureola de nuestra infalibilidad gubernamental.
El pretexto para suprimir un periódico podrá ser, por ejemplo, que el órgano
en cuestión agita los ánimos sin razón ni motivo.
Fijaos bien, os ruego, en
que entre aquellos periódicos que nos atacarán, habrá algunos creados por
nosotros mismos; pero éstos dirigirán sus tiros exclusivamente a aquellos
puntos en los que nosotros deseamos algún cambio [puro “doblepensar” orwelliano, que fue justo lo que sembró el mal-llamado “holocausto”, y digo
mal-llamado, no porque sea antisemita, sino porque me parece una forma
ilegítima de apropiarse el sufrimiento de los inocentes por parte de los
verdaderos verdugos, precisamente.
Llamarlo holocausto es “sionizar” el
sufrimiento, y eso es una falacia, pues el sufrimiento no es “judío” sino
humano, y adueñarse el sufrimiento es precisamente la conducta de los que no
sufrieron, que son los sionistas que manipularon el holocausto para dañar a
“su propia gente” y así justificar sus fines, todo un ejercicio de
“doblepensar”.
Por esto yo prefiero llamarlo “exterminio atroz e
imperdonable” que es lo que se merece ser llamado; el exterminio nazi fue
uno de los mayores ejercicios de “doblepensar” de la historia; los
historiadores aún hoy se preguntan el “por qué” del exterminio nazi, y lo
tachan de irracional, y quizá la clave esté en cambiar de enfoque, porque su
problema quizá venga de haber partido de los prejuicios oficiales, por lo
que yo les pregunto:
¿no les parece la naturaleza inexplicable del
exterminio nazi, lo que precisamente lo revela como una gran farsa para
masacrar a inocentes responsabilizando a un enemigo ficticio creado “ad hoc”, los nazis, que perpetraron esta matanza para justificar el sionismo, y
que en realidad no eran sino los sirvientes de los mismos que crearon el
conflicto disfrazándose de “monstruos” (a pesar de que ese disfraz,
irónicamente, al mismo tiempo revelaba su verdadera cara de monstruos
precisamente) hacia los cuales la gente pudiera proyectar su odio, mientras
sus jefes sionistas ocultos han manipulado la opinión pública para hacerse
pasar por parte de las víctimas y así justificar su ideología criminal que
no teme en explotar a los propios judíos inocentes?
La cuestión que deberían
plantearse los supuestos “eruditos” es: dado lo insólito e inexplicable del
exterminio de Hitler... ¿no será que la actitud pública de los Nazis quizá
fuera un papel en el guión escrito en secreto por los sionistas para los que
ellos, de nuevo secretamente, trabajaban?
Pocos saben que Hitler de hecho
era un actor autodidacta, y que imitaba sus movimientos de óperas
wagnerianas que había visto en sus intervenciones para ser más teatral ¡toda
su actitud pública era una fachada!: se burlaba de nosotros, él interpretaba
el papel del “monstruo”, y sí, era un monstruo, pero no el que nos han
pintado, sino otro mucho peor: un monstruo frío y calculador que interpretó
cuidadosamente un papel al servicio del plan sionista nazi (aplíquese esto
para todos los miembros de la camarilla nazi que instigaron el odio entre
los imbéciles a los que manipularon).
Y mientras Hitler interpretaba “al
monstruo” sus jefes ocultos se disfrazaron para parecer parte de las
“víctimas” a las que ellos mismos planearon masacrar, para luego utilizar a
los supervivientes y cometer más atrocidades en Palestina, en la misma línea
nazi.
Pocos saben también que Hitler era en secreto un vástago bastardo por
parte de padre de la familia... ¡Rothschild!, algo demostrado por un informe
del presidente de Austria, Engelbert Dolfuss, y publicado por Hansjurguen
Koehl, de la Gestapo, en su obra, donde habla del informe de Weitzmann el
director de los servicios secretos alemanes, que era lo que demostraba
aquella sorprendente noticia... para ver las pruebas lean a David Icke.
Pero
volvamos al contenido de los Protocolos.
Nada se dará a conocer a las sociedades fuera de nuestro control. Ya desde
ahora hemos obtenido este resultado por el hecho de que todas las noticias
se reciben por nuestras agencias, en las que esas noticias de todo el mundo
vienen a centralizarse. Estas agencias entonces serán exclusivamente
nuestras y no publicarán sino lo que nosotros les ordenemos.
Si ya desde ahora nos hemos podido adueñar de las inteligencias en las
sociedades cristianas, a tal grado que casi todos los hombres ven los
acontecimientos mundiales solamente a través de las lentes de color que
ponemos delante de los ojos; si desde ahora no hay ya para nosotros
cerradura que nos impida apoderarnos de lo que los Gentiles torpemente
llaman Secreto de Estado,
¿qué será cuando seamos los dueños reconocidos
como tales del mundo, en la persona de nuestro rey universal? [el Gran
Hermano orwelliano, el mismísimo Anticristo en la Tierra].
Cualquiera que desee ser editor, librero, bibliotecario, publicista o
impresor, tendrá la obligación de obtener un diploma o credencial que, en
caso de que su dueño llegara a hacerse reo de cualquier delito, será
inmediatamente recogida [probablemente “microchips” implantados en un futuro
bastante cercano].
Con estas medidas, el instrumento del pensamiento y de
las ideas vendrá a ser un medio educativo en manos de nuestro gobierno, que
no permitirá a las masas populares fantasear acerca de los beneficios del
progreso.
¿Quién de nosotros ignora que estos beneficios ilusorios conducen
a absurdos desvaríos?.
Estos desvaríos han dado origen a las relaciones anárquicas de los hombres
entre sí y con el poder, porque el progreso ha traído las ideas de toda
clase de libertades desenfrenadas- todos aquellos a quienes damos el nombre
de liberales son anarquistas, si no de hecho, a lo menos de pensamiento.
Todos y cada uno de ellos van persiguiendo la libertad y caen en la
anarquía, protestando por el simple placer de protestar.
Volvamos a la prensa. La abrumaremos, lo mismo que a los demás impresos, con
impuestos en sellos o estampillas a tanto por hoja, y con fianzas: los
libros que tengan menos de treinta hojas, pagarán doble impuesto.
A éstos,
los registraremos en la categoría de folletos; por una parte, a fin de
reducir el número de revistas, que son el veneno más peligroso, y por otra,
porque esta medida obligará a los escritores a producir obras extensas que
serán poco leídas, principalmente por su alto precio.
Por el contrario, lo
que nosotros editemos para el bien moral, dentro de las tendencias que
estableceremos, se venderá barato y será leído por todos.
Los impuestos acallarán el vano deseo de escribir, y el temor del castigo
someterá a los literatos bajo nuestra autoridad. Si hay personas que
intenten escribir contra nosotros, no se encontrará quien quiera imprimir
sus obras. Antes de aceptar alguna para su impresión, el editor o impresor
tendrá que dirigirse a las autoridades para obtener el permiso respectivo.
De este modo nosotros conoceremos anticipadamente los lazos que se nos
tiendan y los destruiremos con las explicaciones previas que hagan el caso.
La literatura y el periodismo son dos fuerzas educadoras de la mayor
importancia; por esto nuestro gobierno será el propietario del mayor número
de periódicos. Por esta misma razón, también, la influencia nociva de la
prensa privada será neutralizada y adquiriremos una influencia moral enorme.
Si autorizamos diez periódicos privados, fundaremos treinta de los nuestros.
Todos los periódicos editados por nosotros serán aparentemente de tendencias
y opiniones las más opuestas, lo que despertará la confianza en ellos y les
atraerá a nuestros adversarios sin recelos; caerán en el lazo y resultarán
inofensivos [así funciona el sistema de hoy en día:
vivimos en “Matrix”].
-
Los órganos de carácter oficial estarán en primera línea. Vigilarán siempre
nuestros intereses y esta razón hace que su influencia sea casi nula.
-
En la segunda fila estarán los oficiosos, cuyo papel será atraer a los
indiferentes y a los tibios.
-
En tercera fila colocaremos a nuestra pretendida oposición.
Un órgano, cuando menos, será la antípoda de nuestras ideas.
Nuestros
contrarios tomarán a este pseudo-opositor por un aliado suyo y nos
descubrirá su juego [así está manipulada la falsa izquierda parlamentaria,
hipócrita, al servicio del sistema].
Representarán nuestros periódicos todas
las tendencias: las aristocráticas unos, las republicanas otros, igualmente
las revolucionarias y aún las anarquistas [así se dan paradojas como que los
mismos grupos financieros posean periódicos conservadores y religiosos, y
revistas pornográficas y diarios de izquierdas al mismo tiempo, hoy en día
en España (como el Grupo Planeta, tan hipócrita como Atresmedia, o
Mediaset).
Esto también se ve en la manipulación de causas como el 15-M, de
la plataforma “Stop-Desahucios” (cuya consigna es perfectamente legítima,
pero pocos saben que por otro lado esta organización colabora en la apología
de los grupos políticos testaferros de los terroristas de ETA en
manifestaciones del País Vasco).
Esta es la iniciativa “Anonymous” que aparenta
diversas proclamas anti-Illuminati pero que casi nunca concreta sus planes,
la primavera árabe, que fue en realidad instigada por la CIA-Mosad, y
finalmente el “Occupy Wall Street”, que fue desvirtuado desde el comienzo,
los cuales son grandes ejemplos de este tipo de infiltración para corromper
desde dentro incluso las causas más “nobles” y que no haya escapatoria al
Mal]; pero esto, naturalmente se entiende, mientras esté en vigor la
Constitución.
Como el dios Vishnu de cien manos, cada una de ellas acelerará el cambio de
la sociedad; esas manos guiarán la opinión en el sentido que convenga a
nuestros intereses, porque un hombre que vive en un medio demasiado agitado,
pierde la facultad de razonar y se abandona fácilmente a la sugestión.
Los
imbéciles que creerán repetir la opinión del periódico de su partido, no
harán otra cosa que repetir y expresar nuestra opinión o aquello que nos
agrade. Se harán la ilusión de seguir las opiniones del periódico de su
partido, y en realidad seguirán la bandera que nosotros enarbolaremos para
que vayan tras ella.
Para dirigir en este sentido nuestro ejército de periodistas desarrollaremos
un cuidado especial en la organización de esta obra. Bajo el nombre de
Oficina central de la prensa organizaremos reuniones literarias en las que
nuestros agentes, sin dejarlo conocer, darán la palabra de orden y las
señales.
Discutiendo y objetando nuestras iniciativas de una manera superficial, y
sin llegar al fondo de las cuestiones, nuestros órganos entablarán polémica
con los periódicos oficiales para proporcionarnos el medio de hacer
declaraciones más francas sobre puntos en los que no hayamos podido ser más
explícitos en nuestras primeras declaraciones oficiales [así manipulan la
prensa hoy en día].
Estos ataques tendrán, además, otro fin muy importante: nuestros súbditos se
creerán con las necesarias garantías para poder hablar libremente y esto,
por otra parte, dará a nuestros agentes ocasión para afirmar que los órganos
que se declaran contra nosotros no hacen otra cosa que charlar, supuesto que
no pueden presentar razones de peso para refutar seriamente nuestras medidas
y disposiciones.
Estos procedimientos inadvertidos por la opinión pública,
pero seguros, nos atraerán seguramente la atención y la confianza del
público.
Merced a ellos encenderemos o calmaremos los ánimos en las cuestiones
políticas; los persuadiremos o los desconcertaremos publicando unas veces la
verdad, otras la mentira; ya confirmando los hechos o rectificándolos, según
la impresión que sea necesario provocar en el público, pero siempre
tanteando el terreno antes de asentar en él el pie. Venceremos a nuestros
adversarios infaliblemente, porque ellos no tendrán a su disposición
periódicos en los que puedan emitir sus ideas hasta llegar al fin de una
polémica, en virtud de las providencias tomadas por nosotros, de las que ya
antes tratamos.
En cambio, nosotros no tendremos necesidad de refutarlos seriamente. En
nuestros periódicos oficiales refutaremos enérgicamente los artículos que,
como globos exploradores, lanzaremos en nuestros órganos clasificados en la
tercera categoría, cuando sea necesario.
Ya desde ahora, en las filas del periodismo francés, por lo menos, existe
una solidaridad Francmasónica. Todos los órganos de la prensa están ligados
entre sí por el secreto profesional: a semejanza de los antiguos augures,
ninguno de sus miembros dejará escapar el secreto de sus conocimientos, a
menos que reciba la orden de quien puede dársela.
Ningún periodista se resolverá a traicionar este secreto, porque nadie es
admitido a este gremio si no tiene en su vida pasada alguna tacha vergonzosa
e infamante; y estas notas infamantes, al punto que se cometa la traición,
serían reveladas. Mientras que esas infamias ocultas son el secreto de
algunos, la aureola del periodista atrae la opinión de la mayoría del
pueblo, que los sigue con entusiasmo.
Nuestros cálculos y proyectos se extienden no sólo a las grandes capitales,
sino también a las provincias. Es necesario que también en ellas excitemos
esperanzas y aspiraciones opuestas a las que excitemos en la capital, a la
que inspiraremos las esperanzas y aspiraciones espontáneas de las
provincias. Claro es que la fuente de unas y de otras será siempre la misma,
es decir, nosotros.
Mientras no tengamos por completo el poder en nuestras manos, muchas veces
tendremos necesidad de que las capitales sean arrolladas por la opinión de
las provincias, esto es, de las mayorías manejadas por nuestros agentes [las
constantes manifestaciones congregadas por los sindicalistas para tomar las
calles, que luego no terminan en nada].
Es preciso que las capitales, en el momento psicológico, no discutan los
acontecimientos por el solo hecho de haberlos aceptado la mayoría de las
provincias [el gobierno del PP en España denegó en primer lugar la propuesta
contra los desahucios].
Al entrar en el nuevo régimen que preparará nuestro
reinado, no podemos admitir que la prensa haga pública la criminalidad:
precisa hacer creer que el nuevo régimen tiene a todos de tal manera
satisfechos, que aun los crímenes han desaparecido [publicidad hipócrita y
cínica, que aliena al espectador diciendo lo contrario de la realidad; el
anuncio del Banco Santander dice que España tiene un gran futuro en medio de
la mayor crisis de la historia financiera del país, en gran medida producida
por ellos].
Los casos que puedan poner de manifiesto esa criminalidad, quedarán
ignorados de todos, si no es de sus víctimas, de sus autores y de los
testigos accidentales.
PROTOCOLO XIII
La necesidad del pan de cada día hace a los Goyim (los Gentiles) callar, y
los convierte en nuestros humildes servidores.
Los agentes, sacados de entre
ellos por nuestra prensa, discutirán bajo nuestras órdenes todo aquello que
nos sería molesto publicar directamente en documentos oficiales, y nosotros,
entretanto, aprovechando el ruido provocado por estas discusiones, tomaremos
las medidas que juzguemos convenientes y las presentaremos al público como
un hecho consumado.
Nadie tendrá el atrevimiento de reclamar la anulación de lo que se haya
decidido, tanto más que esto será presentado como un progreso. La prensa,
por otra parte, llamará la atención hacia otras nuevas cuestiones; ya hemos
acostumbrado a los hombres a esto, como sabéis, a buscar siempre novedades
[grandes injusticias, hoy en día, son omitidas por las siguientes noticias
que salen].
Algunos imbéciles, creyéndose instrumentos del DESTINO, se lanzarán sobre
estas nuevas cuestiones, en las que no entienden palabra de lo que intentan
discutir.
Las cuestiones políticas no son asequibles a nadie, sino a los que han
creado la misma política y desde hace siglos la vienen dirigiendo.
Por aquí
veréis que sondeando la opinión de las multitudes no hacemos más que
facilitar la realización de nuestros designios y podéis notar que simulamos
buscar la aprobación no de nuestras acciones, sino de nuestras palabras
pronunciadas en tal o cual ocasión [los políticos actuales buscan “hacerse
la foto” o grandes discursos, y la gente les aplaude por ello].
Continuamente estamos proclamando que en todas nuestras providencias y
disposiciones no tenemos más norte ni más guía que la esperanza unida a la
certeza de ser útiles al bien común. Para distraer a los hombres demasiado
inquietos de las cuestiones políticas les pondremos delante las pretendidas
nuevas cuestiones industriales. Que desahoguen sus furias sobre estos nuevos
temas.
Las masas consentirán en permanecer inactivas y en descansar de su
pretendida actividad política (a que nosotros mismos las hemos acostumbrado
para luchar por medio de sus intermediarios con los gobiernos de los
Gentiles) bajo la condición de tener nueva ocupación; nosotros les
señalaremos casi la misma dirección política.
Con el objeto de que no
lleguen a nada por medio de la reflexión, les distraeremos de pensar en
cosas serias por medio de las diversiones, de los juegos, de los
pasatiempos, de las satisfacciones de las pasiones, de las casas públicas…
[la sociedad occidental actual vive hipnotizada por el ocio, por los
espectáculos deportivos, etc.]
Muy pronto propondremos por medio de la prensa concursos de arte, de
belleza, de deportes…, de todo [todo esto antes de que existiesen]. Estas
futilidades alejarán definitivamente los ánimos de ciertas cuestiones en las
que nos sería molesto entrar en lucha con ellas.
Los hombres cada día pierden más la costumbre de pensar por sí mismos y
acabarán por hablar haciendo coro a nuestras ideas, porque seremos los
únicos que fijemos rumbos al pensamiento… por mediación de personas tales
que, ya se comprende, no se creerá que somos solidarios de ellas.
El papel de los utopistas liberales acabará definitivamente cuando nuestro
gobierno sea reconocido. Hasta entonces nos prestarán un buen servicio.
Por eso todavía ahora seguimos impulsando y estimulando a las inteligencias
a inventar toda clase de teorías fantásticas, nuevas y que dan en llamar
progresistas, porque hemos trastornado la cabeza a esos imbéciles Gentiles
con éxito completo por medio de esa palabreja:
PROGRESO, y no existe entre
ellos uno solo que vea que tras de esta palabra se oculta un error en todos
los casos en que se trate de inventos materiales, pues LA VERDAD ES UNA Y NO
SABE NI PUEDE PROGRESAR [aplíquese a la Iglesia, que siendo un organismo
conservador, siempre que ha tenido un nuevo Papa éste ha sólido decir que la
Iglesia debía “progresar”.
Así han desvirtuado los valores clásicos, por
ejemplo:
cada vez se anuncian más condones y se hace más publicidad de las
desviaciones sexuales porque estamos “progresando”...].
EL PROGRESO, COMO
UNA IDEA FALSA, SIRVE PARA OSCURECER LA VERDAD A FIN DE QUE NADIE LA CONOZCA
FUERA DE NOSOTROS, LOS ELEGIDOS POR DIOS, LOS DEPOSITARIOS DE LA VERDAD [si
su Dios es el Demonio, entonces su “Verdad” es la “Mentira”].
Cuando llegue nuestro reinado, nuestros oradores disertarán acerca de los
grandes problemas que han conmovido a la humanidad para traerla finalmente
bajo nuestro dominio.
¿Quién podrá entonces poner en duda que todos esos grandes problemas fueron
planteados por nosotros, siguiendo un plan político que nadie pudo adivinar
ni sospechar siquiera en el transcurso de tantos siglos?
Atención aquí,
pues ha dicho “siglos”. De ahí que aún teniendo cien años de antigüedad el
documento declarase que el plan estaba tocando a su fin, y que siga
resultando sin embargo de viva actualidad, pues la escala manejada por estos
individuos sería colosal.
PROTOCOLO XIV
Al advenimiento de nuestro reinado no reconoceremos la existencia de ninguna
religión fuera de la de nuestro Dios único, con el que nuestros destinos
están ligados íntimamente, porque somos el Pueblo Escogido, por el cual este
mismo destino está unido a los de todo el mundo.
Por esto tenemos que
destruir todas las creencias.
Si éstas han podido dar origen al Ateísmo
contemporáneo, este estado transitorio no perjudica nuestros objetivos, sino
que servirá de ejemplo a las generaciones que oirán nuestras predicaciones
sobre la Religión Mosaica [seguramente su versión talmúdica ashkenazí
sabateana y sionista de la misma, claro; es necesario observar que ya
preparan el terreno en este sentido, pues ahora se ha estrenado mundialmente
una serie de gran éxito sobre la Biblia, que hace propaganda sionista sobre
la falsa historia que justifica el pueblo de Israel: curioso, que en ella el
Demonio es moreno-negruzco ¿como un palestino?; algunos dicen que se parece
a Obama, y eso puede ser una manera de comenzar subliminalmente lo que ya se
decía en los Protocolos: demonizar a los gobernantes anteriores al Nuevo
Orden Mundial, a los cuales se pretende responsabilizar en el futuro por la
crisis actual para justificar la tiranía sionista], cuyo sistema estoico y
perfectamente concebido nos ha dado por resultado la conquista de todos los
pueblos de la tierra.
Haremos ver así su verdad mística en la que podemos decir descansa toda su
fuerza educadora. Publicaremos entonces en todas las ocasiones artículos en
los que haremos comparación de nuestro benéfico gobierno con los del pasado.
Los errores de los gobiernos de los Gentiles serán pintados con los más
vivos colores.
Tanto horror y repugnancia hacia ellos provocaremos, que los
pueblos preferirán el descanso de la esclavitud a los famosos derechos de la
Libertad que por tanto tiempo los trajeron atormentados y los privaron hasta
de los medios necesarios de subsistencia; que los hicieron ser explotados
por una turba de aventureros, sin poder siquiera saber qué era lo que
hacían…
Los cambios inútiles de gobierno, a los que continuamente empujábamos a los
Gentiles, mientras minábamos sus instituciones, dejarán de tal manera
cansados a los pueblos en esta época, que más querrán soportar cualquier
cosa de nuestra parte que correr de nuevo el riesgo de nuevas agitaciones.
Haremos notar especialmente los errores de los gobernantes que figuran en la
historia, que sin haber producido un verdadero bien a la humanidad,
torturaron durante tantos siglos a los pueblos para correr en pos de
ilusorios bienes sociales, sin darse cuenta de que sus proyectos en vez de
mejorar las relaciones de la vida humana las empeoraban.
Nuestros filósofos discutirán todas las deficiencias de las creencias
cristianas; pero nadie jamás podrá discutir nuestra religión desde su
verdadero punto de vista, porque nadie la conocerá en su fondo, a excepción
de nuestros sabios [los sionistas que en secreto no obedecen a Moisés sino a
Moloch], que nunca ni por nada osarán revelar sus secretos.
En los pueblos
que se tienen por adelantados, crearemos una literatura obscena, lúbrica,
abominable [más o menos como la prensa de hoy en día; sin ir más lejos, la
revista "Muy Interesante", perteneciente al Grupo Bertelsmann (responsable
de la propaganda de las SS, el cual está bajo el control del Club de Roma de
los Rothschild), y que es una supuesta revista de "divulgación científica",
no deja de arremeter contra las terapias alternativas, los testimonios de
sucesos paranormales, y en definitiva todo lo esotérico, ocultista, e
idealista en general, y además no hace más que envenenar al público con
obscenidad, explicitud sexual, y fomento sutil de la fornicación y de las
bajas pasiones con pretextos "científicos".
Casi todos los medios de la
Europa actual pertenecen en realidad a Bertelsmann; como dijo Losantos:
"mucho 'splash' y mucho 'splosh' pero aquí nadie denuncia las injusticias".
Los Bertelsmann son sionistas que financian públicamente a Israel, aunque
poca gente corriente lo sabe. Hace relativamente pocos años, salió a la luz
evidencia periodística de que estos mismos tipos habían empleado esclavos
judíos en las SS, y resulta que ahora se disfrazan de "pro-judíos", y hasta
se les hace homenajes en Israel.
Esto es clara muestra de la sugestión
absurda y contradictoria a la que nos han sometido los sionistas, cosa que
viene a respaldar lo que ya he dicho con anterioridad. La revista "Quo" está
cortada por el mismo patrón que "Muy". "Quo" (que pertenece al grupo
"Hachette Filipacchi", con participación e influencia de los Rothschild), no
para de arremeter contra las teorías conspirativas (qué casualidad).
Ambas
revistas fueron fundadas por el infame Juan Caño.
Juan Caño ha tenido
contactos e influencia en "EFE" y "Reuters" (que tal como se sabe se hallan
bajo el influjo de los Rothschild). En 2005, Caño pasó a trabajar bajo la
presidencia de Edouard de Rothschild en la junta directiva del diario
Libération.
En 2011 Caño presentó su candidatura para la presidencia de la
versión española de la agencia "Associated Press", la cual, como se sabe,
pertenece en realidad a los Rothschild.
Obviamente, Juan Caño es un
testaferro de éstos, cuyo "éxito" es presumible como no más que el pago por
unos determinados servicios a una agenda oculta al crear estas dos
"escuelas" de adoctrinamiento que son "Muy" y "Quo" así como dedicarse a
manipular la realidad desde otros medios variados].
La fomentaremos todavía
por algún tiempo antes de nuestra llegada al poder, para hacer resaltar el
contraste entre nuestros discursos y programas y aquellas torpezas y
obscenidades.
Nuestros sabios [”sabio” puede ser otra forma de decir “ilustrado”, es
decir, “iluminado”, con lo cual surge una nueva lectura de eso de “Sabios”
de Sion: dado que “Ilustrados” es lo mismo que “Illuminati”, y dado que
“sionismo” es lo mismo que Rothschild, entonces los “Sabios de Sion” serían
los “Illuminati Rothschild”], educados para gobernar a los Gentiles,
compondrán discursos, memorias, proyectos que nos darán el necesario influjo
sobre las inteligencias y nos permitirán encauzar sus actividades hacia las
ideas y conocimientos que queramos imponerles.
Esto es, reescribir la historia, tal y
como han venido haciendo al hacer parecer a los occidentales de la
antigüedad temprana como los descubridores de la ciencia y la filosofía,
negando la realidad, que es que fueron los orientales ancestrales,
justificando así el corrupto complejo de superioridad de occidente.
PROTOCOLO XV
Cuando al fin comencemos a reinar con la ayuda de golpes de estado
preparados en todas partes para el mismo día, después de la confesión
definitiva de la nulidad de todos los gobiernos existentes (y para que esto
llegue pasará todavía algún tiempo, tal vez un siglo) [atención, caballeros:
¡eso significa “ahora”!], impediremos que se conspire contra nosotros.
Para
ello condenaremos a muerte a todos aquellos que acojan nuestro advenimiento
al poder con las armas en la mano [debemos impedirlo antes de que lo hagan:
¡hay que darse prisa!].
Toda creación de una nueva sociedad secreta, sea la que fuere, será
castigada con la pena de muerte. Las que existen ahora y que nos son
conocidas, quedarán igualmente abolidas, no obstante que nos han servido y
tienen aún que servirnos, y serán desterradas a los continentes más lejanos
de Europa.
Esta es la conducta que habremos de seguir con los Francmasones
Gentiles que saben demasiado; a los que perdonemos por cualquier razón, los
mantendremos bajo un perpetuo terror del destierro.
Promulgaremos una ley, según la cual, todos los antiguos miembros de
sociedades secretas deberán abandonar a Europa, centro de nuestro gobierno
[como dije antes: aceptan la traición de sí mismos para continuar con el
plan].
Las resoluciones de nuestro gobierno serán definitivas y sin que
quepa apelación contra ellas.
En las sociedades cristianas en las que hemos
sembrado tan profundas raíces de discusiones y protestas, no se puede
restablecer el orden, sino por medidas muy severas y que manifiesten un
poder inflexible; es inútil tomar en cuenta el número de víctimas que caigan
en vista del bien que de tales castigos ha de resultar.
El deber de todo gobierno que tiene conciencia de su personalidad y de su
ser es no solamente gozar de los privilegios, sino cumplir los deberes que
como gobierno tiene y procurar el bien común, aunque sea a costa de enormes
sacrificios.
Para que un gobierno sea verdaderamente fuerte, inconmovible,
es necesario que haga brillar el prestigio de su poder, lo que no se obtiene
sino por la inflexibilidad majestuosa de su fuerza, que ha de llevar consigo
las señales de la inviolabilidad mística de la elección divina [ellos mismos
se contradicen, puesto que aunque mantienen que es inevitable que esto sea
así porque es lo que tiene que suceder, al mismo tiempo afirman en muchas
ocasiones que una serie de sucesos podrían evitar que sea así, y que estos
deben ser evitados: no hacen el mal “por que no queda más remedio”, sino que
quieren hacer el mal].
Tal era hasta hace poco tiempo la autocracia rusa, que constituía nuestro
único enemigo serio en el mundo con el Pontificado de la Iglesia Católica
[supongo que esto es propaganda zarista, porque el Vaticano también está
poseído por ellos].
Recordad el ejemplo de Italia inundada de sangre, que no
tocó, sin embargo, un solo cabello de la cabeza de Sila que tanta de esa
sangre había derramado [exactamente como los sionistas han hecho tras el
exterminio nazi].
Sila, a los ojos del pueblo, era como un Dios por su
poder; y, a su audaz regreso a Italia, ese pueblo martirizado por él, lo
deificó, lo hizo intocable… Así el pueblo no se atreve a tocar a quien ha
sabido hipnotizarlo por su valor y su fuerza de voluntad.
Mientras llega el tiempo de nuestra dominación, crearemos y multiplicaremos
las logias masónicas en todos los países del mundo, atraeremos a ellas a
todos los que son y pueden ser agentes aptos. Estas logias formarán nuestro
principal centro de enseñanzas y el medio mejor de nuestra influencia y
difusión de nuestras actividades.
Concentraremos todas esas logias en un
gobierno solamente conocido por nuestros sabios. Las logias tendrán su
representante, detrás del cual quedará oculto el gobierno de que hablamos
[tal como los Róthschild financiaron realmente los Illuminati, pero se
escudaron detrás de un testaferro que es el que siempre aparece en los
libros y no ellos, el famoso Adam Weishaupt], y ese representante será el
que dé la palabra de orden y el programa.
Formaremos en esas logias el
núcleo de todos los elementos revolucionarios y liberales.
En su composición caben como elementos todas las clases sociales. Los
proyectos políticos más secretos nos serán conocidos y caerán bajo nuestra
dirección aun antes que aparezcan.
En el número de miembros de esas logias
estarán casi todos los agentes de policía nacional e internacional (como
sucedió en el asunto Azeff), pues sus servicios son insustituibles para
nosotros; la policía puede no solamente tomar providencias contra los
recalcitrantes, sino también encubrir y solapar nuestros actos, crear
pretextos de descontento, etc..
Los que ingresan en las sociedades secretas,
de ordinario son los ambiciosos, los aventureros, y en general, hombres
ligeros en su mayor parte, con los cuales no tendremos dificultad para
ponernos de acuerdo para la realización de nuestros proyectos.
Si se producen desórdenes, esto será indicio de que tenemos necesidad de
provocarlos para destruir una solidaridad excesiva. Si surge algún complot
en su seno, al que hay que señalar como verdadero autor no hay que ir a
buscarlo sino entre nuestros más fieles servidores.
Es natural que sea
alguno de nosotros, pues nadie más que nosotros manejamos los asuntos de la
masonería, porque sabemos a dónde vamos, conocemos el objetivo final de toda
acción, mientras que los Gentiles nada saben, ni aun del resultado
inmediato; ordinariamente se contentan con un éxito momentáneo de amor
propio en la ejecución de sus planes, sin fijarse siquiera en que esos
planes no se deben a su iniciativa, sino que les fueron sugeridos por
nosotros.
Los Gentiles entran en las logias por curiosidad, o si no, con la esperanza
de que ello les sirva para poder obtener un puesto en el banquete del
presupuesto público; algunos, para tener oportunidad de poder expresar
públicamente sus sueños irrealizables que no pasan de desvaríos; están
sedientos de la emoción que produce el éxito, y acarrean los aplausos, cosas
de que nunca nos mostramos parcos ni avaros.
También les proporcionamos
éxitos, para aprovecharnos de la satisfacción que sienten de sí mismos, la
que a la vez nos proporciona la facilidad de que estos hombres acepten
nuestras sugestiones sin recelo ni precaución alguna y enteramente
convencidos de que expresan sus propias ideas y de que son incapaces de
apropiarse las de otros…
No podéis imaginaros cómo se puede llevar a los Gentiles más inteligentes
hasta la más inconsciente simplicidad a condición de dejarlos satisfechos de
sí mismos y al mismo tiempo, cuan fácil es desanimarlos con el más
insignificante fracaso, aunque no sea sino negándoles el aplauso, y lo fácil
que es someterlos a la más servil obediencia a fin de obtener un nuevo
éxito…
(Yo he sufrido este tipo de abuso psicótico por parte de alguien que
luego descubrí que era un Iluminati pro-Nuevo Orden Mundial; también lo
sufrí por parte de una persona "judía" casada con una figura relevante del
mundo de las finanzas, en cuya conversación me dijo que el sufrimiento de
los inocentes no debía atormentarme, que debía "aceptar el Mal", y que "la
Conciencia es basura"... poco después me endiñó un librucho de propaganda
sionista - supongo que sobra decir que obviamente se trata de una persona sabateana
colaboradora de la Cruz Roja, que está llena de infiltraciones de estos
poderes).
Mientras los nuestros tienen en poco el éxito con tal que logren realizar
sus designios, los Gentiles están prontos a sacrificar todos sus proyectos a
cambio de un éxito ruidoso [su cómica manera de infravalorarnos es lo que
hará que les venzamos, amigos Goyim].
Esta psicología nos facilita
notablemente el trabajo de dirigirlos.
Tigres en apariencia, tienen almas de
cordero y sus cabezas están completamente vacías [aquí está el Tigre Goy
cuya mente ha descifrado vuestro galimatías epigráfico dándoos
dentelladas... ¿quién es el siguiente?].
Les hemos dado como distintivo bufonesco el sueño o desvarío de la absorción
de la individualidad humana por la unidad simbólica del colectivismo; y
ellos no han comprendido, ni comprenderán en mucho tiempo, que esta bufonada
es una violación evidente de la más importante de las leyes de la
naturaleza, que creó después del primer día de la creación, cada ser
distinto de los demás, precisamente para que su distinción afirmara su
individualidad.
El que nosotros hayamos podido inducirlos a aceptar ciegamente esta necedad
¿no prueba con evidencia palpable hasta qué punto su inteligencia es
inferior a la nuestra? Esta circunstancia es la principal garantía de
nuestros éxitos.
¡Con qué claridad vieron las cosas nuestros sabios al decir
que para llegar a nuestro fin no debíamos detenernos ante los medios ni
contar el número de víctimas sacrificadas!
¡NOSOTROS NO HEMOS CONTADO A LOS IMBÉCILES GENTILES Y AUNQUE HAYAMOS
SACRIFICADO A MUCHOS DE LOS NUESTROS [como antes dije, todos ellos aceptan
el sacrificio como algo natural para llevar a cabo el plan, disfrazando así
la cara del poder, pero siempre es la misma], HEMOS DADO SOBRE ESTA TIERRA A
NUESTRO PUEBLO [”sobre esta tierra a nuestro pueblo”... Mmm, suenan "como si
fueran extraterrestres"...] UN PODER QUE JAMÁS SE HABRÍA ATREVIDO A SOÑAR!
Las víctimas, relativamente pocas de los nuestros, lo han salvado de su
ruina [aquí está la gran prueba: a lo largo de la historia el pueblo judío
es el que más gente ha visto siendo masacrada, y sin embargo estos supuestos
“judíos” dicen contar con pocas bajas, luego no son verdaderos “judíos”,
aquí lo acaban de reconocer... ¡se les escapó!].
La muerte es el fin
inevitable de todos. Mejor es acelerar el fin de aquellos que ponen
obstáculos a nuestra obra, que no el de nosotros que somos los que a esa
obra hemos dado el ser.
A los Francmasones les damos muerte de manera que nadie, excepto sus
hermanos, ni aun las mismas víctimas, pueden sospechar de su condenación.
Todos mueren, cuando es necesario, como de una enfermedad natural… [tengo un
familiar masón que murió en un supuesto “accidente”, precisamente; fíjense
en Kirchner, Castro, Chávez, Morales, todos ellos 'miembros o testaferros de
la hermandad', padeciendo cáncer o enfermedades graves simultáneamente cuando
son obstáculos para la siguiente etapa del Plan]
Sabiendo esto, ni la
hermandad misma se atreve a protestar. Estas medidas han desterrado y
extirpado de la masonería todo germen de protesta.
A pesar de que a los Gentiles predicamos el liberalismo, a nuestro pueblo y
a nuestros agentes los tenemos bajo una obediencia absoluta. Gracias a
nuestra influencia, la ejecución de las leyes de los Gentiles ha quedado
reducida al minimum. El prestigio de la ley está minado por las
interpretaciones liberales que nosotros hemos introducido.
En las causas y
cuestiones políticas v de principios, los tribunales deciden como nosotros
les ordenamos; ven las cosas a la luz que nosotros les presentamos.
Para
todo esto nos servimos, como intermediarios, de personas con las que nadie
cree que tenemos nada de común; nos servimos de la opinión, de la prensa y
de otros medios [testaferros, como Icke suele demostrar].
Los senadores mismos y la administración superior aceptan ciegamente
nuestros consejos. La inteligencia netamente animal de los Gentiles es
incapaz de análisis y observación, y más todavía, de prever hasta dónde
puede llegar una cierta manera de presentar las cuestiones [sí los hay: esos
que somos llamados “conspiranoicos” y a los que nos consideran “enfermos”.
Enfermos, sí... de la lucidez que quieren robarnos].
En esta diferencia de
aptitudes que hay entre nosotros y los Gentiles para pensar, se puede ver
claramente el sello de nuestra elección y la marca de nuestra humanidad
[cierto, pues este documento es en sí mismo, sobre todo, “humano”,
seguro...].
La inteligencia de los Gentiles es instintiva, animal. Ellos ven, mas no
prevén ni inventan (excepto cosas materiales).
Por aquí se ve claramente que
la naturaleza misma nos tiene destinados a dirigir y gobernar el mundo
[acaso se consideran... ¿de otra especie?]. Llegado el tiempo que gobernemos
abiertamente y que mostremos al pueblo los beneficios de nuestro gobierno,
compraremos todas las legislaciones: nuestras leyes serán breves, claras,
sólidas, sin comentarios y tales que todos las pueden conocer.
La nota sobresaliente de ellas será la obediencia a las autoridades llevada
a un grado sumo.
Entonces desaparecerán todos los abusos como consecuencia
de la responsabilidad de todos, hasta el último, ante la autoridad superior
del representante del poder. Los abusos de autoridad de los funcionarios
inferiores serán castigados con tal severidad, que a nadie le quedarán
deseos de ensayar sus propias fuerzas [al vivo modo de la “República” de
Platón, que según he descubierto es una obra de culto para los
“Illuminati”].
Seguiremos con ojo vigilante cada acto de la administración de que depende
el mecanismo de la máquina de gobierno, pues el libertinaje en el gobierno
produce el libertinaje en todas las clases. Todo caso de ilegalidad y todo
abuso será castigado de manera ejemplar. El encubrimiento, la complicidad
solidaria entre los funcionarios, desaparecerán con los primeros ejemplos de
un castigo riguroso.
El prestigio de nuestro gobierno exige castigos eficaces, es decir, crueles,
por la menor infracción de las leyes, pues toda infracción es un atentado al
alto prestigio de la autoridad.
El que resulte condenado será
indefectiblemente castigado por su delito; será como el soldado caído en el
campo de batalla gubernativo, por la autoridad, los principios y las leyes
que no toleran que los intereses privados especulen con los cargos públicos,
ni aun tratándose de los que guían el carro de la Sociedad.
Nuestros jueces sabrán que si buscan el elogio de una imprudente blandura,
violan la ley de la Justicia que ha sido instituida para ordenar a los
hombres por medio del castigo de los delitos, y no para que el juez haga
ostentación de la bondad de su alma [ni siquiera el Marqués de Sade lo
hubiera expresado mejor].
Es permitido hacer esas manifestaciones de bondad y de estas cualidades en
la vida privada, pero no en el campo de la vida pública, que es como la base
y fundamento de la educación de la vida humana.
Nuestro personal judicial no
prestará servicios pasados los cincuenta años de edad, pues los ancianos son
más obstinados en sostener sus opiniones preconcebidas y están menos
dispuestos a obedecer las nuevas ordenanzas, y en segundo lugar, porque esto
nos permitirá más fácilmente renovar el personal, que así nos será más
sumiso: quien quiera conservar su empleo, deberá obedecer ciegamente para
merecer este favor.
Generalmente, nuestros jueces serán escogidos exclusivamente por nosotros
entre aquellos que comprendan que su papel es el de castigar y aplicar leyes
[léase entre líneas: fascismo]; no el de hacer ostentación de liberalismo
con detrimento del Estado, como lo hacen al presente los Gentiles.
Los
cambios de personal servirán también para afirmar la solidaridad de los
colegas y los tendrán a todos más estrechamente ligados a los intereses del
gobierno del que depende su suerte. La nueva generación de jueces será
educada de tal manera que considerará inadmisibles los abusos que puedan
atacar el orden establecido en las relaciones de nuestros súbditos entre sí.
Hoy, los jueces Gentiles, no teniendo una idea exacta de su deber, se
manifiestan indulgentes con todos los crímenes, porque los actuales
gobernantes, al nombrar para este cargo a los jueces, no tienen cuidado de
inspirarles el sentimiento de ese deber y la conciencia de la labor que su
cargo exige [hoy día cualquiera sale libre: es el extremo opuesto].
Así como los animales hacen salir a su prole en busca de la presa, los
Gentiles confían a sus súbditos estos puestos proporcionándoles una buena
renta, sin preocuparse de hacerles comprender el fin para que tales cargos
han sido establecidos. Por eso los gobiernos se destruyen a sí mismos con
sus propias fuerzas y con los actos de su administración.
Saquemos, pues,
del resultado ya conocido de estos actos una lección más para nuestro
gobierno.
Desterraremos el liberalismo de todos los cargos importantes de nuestra
administración; de esto dependerá la educación de nuestros subordinados con
relación al orden social. A esos cargos serán admitidos solamente los que
hayan sido educados para ellos por nosotros. Se nos podrá objetar que el
retiro de los funcionarios ocasionará fuertes gastos al Erario.
Respondemos
desde luego que previamente se les proporcionará un empleo particular para
compensarlos del que se les quita en la administración pública; y en segundo
lugar, que estando en manos de nuestro gobierno todo el dinero del mundo,
éste no teme los gastos excesivos.
Nuestro absolutismo será consecuente en todo. Por esta razón nuestra
poderosa voluntad será respetada y ejecutada sin objeción alguna siempre que
ordenemos. No tendrá ella en cuenta murmuraciones ni descontentos; cualquier
rebeldía será reprimida con castigos ejemplares.
El derecho de casación
quedará abolido, sin que nadie, sino nosotros, los gobernantes, pueda
recurrir a él, porque no debemos permitir que nazca en el pueblo la idea de
que haya podido dictarse una sentencia injusta por jueces que han sido
nombrados por nosotros.
Si algo de esto llegase alguna vez a suceder,
nosotros mismos casaremos la sentencia; pero aplicando al mismo tiempo al
juez un castigo tan ejemplar, por no haber sabido comprender su deber y su
cargo, que semejantes casos no se repetirán.
Una vez más insisto en que nosotros tendremos conocimiento de todos los
pasos de nuestra administración, que basta vigilar para que el pueblo esté
contento de nosotros, porque hay derecho de exigir a un buen gobierno buenos
funcionarios. Nuestro gobierno tendrá, por su parte, cierta semejanza con
una tutela patriarcal o paternal. Nuestro pueblo y nuestros súbditos verán
en él un padre que conoce a fondo todas las necesidades, todos los actos,
todas las relaciones de sus súbditos entre sí y con el gobierno.
Con esto, los súbditos se penetrarán de tal manera del pensamiento de que es
imposible evadir esta tutela y dirección, si quieren gozar de paz y de
tranquilidad, que reconocerán la autocracia de nuestro gobierno con un
respeto que toque en adoración, principalmente cuando se convenzan de que
nuestros funcionarios no deben al pueblo el cargo que desempeñan y en
desempeñarlo no hacen más que cumplir ciegamente las leyes.
Quedarán contentos nuestros súbditos de que hayamos reglamentado todo en su
vida social, como lo hacen los padres prudentes que quieren educar a sus
hijos en el sentimiento del deber y de la obediencia.
Pues, los pueblos con
relación a nuestra política, y sus secretos, son hijos menores eternamente,
como ahora lo son los actuales gobiernos.
Como veis, yo establezco como base de nuestro despotismo el derecho y el
deber: el derecho de exigir el cumplimiento del deber, es el primer deber de
un gobierno, que es un padre para sus súbditos.
Él tiene el derecho del más
fuerte, y debe usar de él para dirigir a la humanidad hacia el orden
establecido por la naturaleza, hacia la obediencia. En el mundo todo
obedece, excepto el hombre, a lo menos a las circunstancias, o a su propia
naturaleza, o al más fuerte en todo caso.
Seamos, pues, EL MAS FUERTE en atención al bien [yo, que soy un excéntrico,
lo llamo “el Mal”].
Debemos saber sacrificar sin vacilaciones a los individuos aislados,
violadores del orden establecido, porque hay una gran fuerza educadora en el
castigo ejemplar del mal. Si el rey de Israel pone sobre su frente la corona
que le ofrecerá Europa, él será el patriarca del mundo [la viva imagen de
hoy día, con la relación entre la UE controlada por el BCE controlado
veladamente por los Róthschild, y el Israel en su aplastante mayoría
financiado por ellos, haciendo que el mundo occidental se postre a los pies
de Israel].
Las víctimas necesariamente sacrificadas por él para que pudiera
llegar a este trono [notable referencia velada al entonces futuro exterminio
nazi], no igualarán jamás en número, a los sacrificados durante tantos
siglos de locura y de grandezas por la rivalidad de los príncipes y
gobiernos Gentiles.
Nuestro rey estará en contacto constante con el pueblo; le dirigirá la
palabra desde la tribuna, y la ya citada oficina central de noticias
difundirá simultáneamente su palabra por todo el mundo [al más puro estilo
del Gran Hermano de Orwell; adivinen señores sionistas: no queremos a su
falso rey, ni toleraremos que lo impongan].
PROTOCOLO XVI
Con el fin de destruir todas las fuerzas colectivas, excepto las nuestras,
suprimiremos las universidades, primera etapa del colectivismo, y fundaremos
otras con un espíritu nuevo.
Sus jefes y profesores serán preparados
secretamente en su labor, por programas de acción secretos y minuciosos, sin
poder apartarse de ellos en ningún punto. Serán nombrados con especial
prudencia y en todo dependerán del gobierno. Excluiremos de la enseñanza el
Derecho Cívico, así como todo lo demás que tenga relación con las cuestiones
políticas.
Estas materias serán enseñadas a unas cuantas decenas de individuos
seleccionados en virtud de sus aptitudes sobresalientes. Las universidades
no deben dejar salir de sus aulas a esos picos de oro forjadores de
constituciones como si compusieran comedias o tragedias y que se ocupan en
cuestiones políticas de las que ni sus padres comprendieron jamás una
palabra.
El falso conocimiento que tienen los hombres de esta materia [”los
hombres”... ¿es que acaso Ellos no son hombres?], las más veces ha dado
origen a los utopistas y a los malos ciudadanos: a vuestra vista está lo que
la educación general de hoy ha hecho de los Gentiles [de nuevo muestran su
cinismo: primero reconocen que ellos han envenenado todo, y luego dicen
“¿veis como todo esta envenenado? ¡Hay que gobernar el mundo!”..., este tipo
de auto-sugestión necia, engreída, y auto-indulgente es propia de los satanistas].
Hemos tenido necesidad de inyectar en su educación todos esos principios que
tan brillantemente nos han servido para debilitar su orden social [¿ven
ustedes lo que decía antes?]
Pero una vez que nos hayamos adueñado del
poder, proscribiremos de la educación todas las materias de enseñanza que
pueden traer el desorden, y haremos de los jóvenes, niños obedientes a las
autoridades y amantes de los que gobiernan, como un apoyo y una esperanza de
paz y de tranquilidad [eso ya está pasando].
Reemplazaremos el Clasicismo, haciendo otro tanto con el estudio de la
historia antigua que presenta más ejemplos malos que buenos para el estudio
del programa del porvenir.
Borraremos de la memoria de los hombres todos los
acontecimientos de los siglos pasados que no nos son gratos, no conservando
sino los que dan a conocer las faltas de los gobiernos Gentiles [que conste
que esto salió a la luz décadas antes que la novela de Yorch Órwel, pero
resulta que es idéntico].
La vida práctica, el orden social natural, las relaciones de los hombres
entre sí, la obligación de evitar los malos ejemplos del egoísmo, que
siembran la semilla del mal [eso lo dicen los que reconocen que quieren
instaurar un rey absoluto del mundo para nutrirse del mayor poder posible
mientras corrompen la sociedad], y otras cuestiones semejantes de carácter
pedagógico quedarán en la primera línea del programa del porvenir, en la
enseñanza de cada profesión, que según ella sea, será distinto, y que no
generalizará la enseñanza bajo cualquier pretexto.
Esta forma de plantear la cuestión tiene una importancia particular. Cada
clase social debe ser educada dentro de los límites precisos, de conformidad
con el destino y el trabajo que le son propios.
Los genios potentes siempre
han sabido y sabrán deslizarse entre las otras clases; pero dejar entrar en
clase extraña a los que pueden considerarse como valores negativos,
permitirles usurpar el lugar que correspondería a otros por el nacimiento y
la profesión al igual que a esos mismos genios excepcionales, es una
verdadera locura [así que el éxito del que se lo merece por su propio
talento natural es una locura, pero dominar el mundo porque “somos el pueblo
elegido” no lo es... interesante mamarrachada].
Vosotros sabéis qué consecuencias ha tenido para los Gentiles este absurdo
manifiesto.
Para que el gobierno tenga el lugar que le corresponde en los
corazones y el ánimo de sus súbditos, es necesario que mientras dure se le
enseñe al pueblo en las escuelas y en las plazas públicas la importancia del
gobierno y cuáles son sus deberes [como la infame asignatura adoctrinadora
de España, “Educación para la Ciudadanía”, que debería haberse llamado
“Adoctrinamiento para el Conformismo”], y en qué cosas su actividad puede
contribuir al bienestar del mismo pueblo.
Aboliremos toda enseñanza libre
[ya está pasando].
Los estudiantes tendrán el derecho de unirse con sus padres en los
establecimientos escolares, como se acostumbra hacerlo en los clubes y en
los días de fiesta, los profesores darán conferencias, de las llamadas
libres, acerca de las relaciones de los hombres entre sí; sobre las leyes de
la imitación; sobre los malos resultados de la competencia ilimitada; en
fin, sobre filosofía de las nuevas teorías que el mundo todavía no conoce
[el “Plan Bolonia” de la universidad actual va en esa dirección].
Haremos de estas teorías un dogma y nos serviremos de ellas para atraer a
los hombres a nuestra fe.
Al terminar la exposición de nuestro programa de acción en el presente y en
lo futuro, os expondré las bases de esas teorías. En una palabra, sabiendo
por la experiencia de muchos siglos, que los hombres viven y se dirigen por
las ideas; que éstas no les son inculcadas sino por la educación impartida
con igual resultado a todas las edades con procedimientos diferentes,
entiéndase bien: nosotros adoptaremos y nos asimilaremos en provecho nuestro
los últimos resplandores o destellos del pensamiento independiente que desde
tiempo atrás venimos dirigiendo hacia las materias e ideas que nos son
necesarias.
El sistema de represión del pensamiento ya está en vigor en el método
llamado Enseñanza por medio de la imagen, que debe transformar a los
Gentiles en animales dóciles, que no piensen, que necesiten la
representación por las imágenes para comprenderlas…
(Actualmente los libros de texto están
llenos de dibujos idiotas; los profesores hacen dibujos idiotas en las
pizarras; se ven películas en lugar de libros (si pueden ser de dibujos
animados y cortas, mejor); se hacen conferencias representándolo todo
innecesariamente con dibujos idiotas en las presentaciones; los
profesores tratan de proyectar imágenes para cosas que podrían explicar
mediante la inteligencia; no hacen más que medrar las carreras de
“imagen”, etc...)
En Francia, uno de nuestros mejores agentes, Burshoa, ha divulgado el nuevo
programa de educación por medio de la imagen.
PROTOCOLO XVII
El Foro ha producido hombres crueles, fríos, testarudos, sin principios, que
se colocan siempre en un terreno impersonal netamente legal [no como estos
“buenazos”, ¿verdad?].
Se proponen a todo trance la defensa y no el bien
social. De ordinario no rehúsan defensa alguna tratando de obtener la más
alta recompensa por su labor y aferrándose a las argucias de la
jurisprudencia: esto es lo que ha desmoralizado a los tribunales [¡pero si
ésa es justo la doctrina de Ellos! Como se ve, el cinismo a veces no conoce
límites].
Por todo esto, permitiendo esta profesión dentro de ciertos
límites, haremos a sus miembros funcionarios ejecutivos.
A los abogados, lo mismo que a los jueces, se les privará del derecho de
comunicarse con los litigantes: recibirán las causas del tribunal; las
estudiarán según las memorias y los documentos de los relatos judiciales,
defendiendo a sus clientes conforme a los interrogatorios del tribunal, una
vez que esté terminado el esclarecimiento de los hechos [he tenido que
defenderme en procesos, que gracias a la nueva ley de “juicios rápidos” ni
siquiera me han permitido una entrevista en privado para hablar a gusto con
mi abogado].
Los honorarios que percibirán serán independientes de la
calidad de la defensa [como el abogado de oficio que es al único que pude
recurrir por la rapidez del proceso]. De esta manera tendremos una defensa
honesta e imparcial, dirigida no por el interés, sino por la convicción [si
Ellos lo dicen...].
Esto suprimirá también la corrupción actual de los asesores, a los que no
consentiremos más que en el caso que aquel que pague sea el que gane una
causa. Hemos tenido buen cuidado de desacreditar la clase de los sacerdotes
Gentiles y de desorganizar por este medio su ministerio, que mucho podría en
la actualidad perjudicarnos.
Su influencia sobre los pueblos decrece más cada día. La libertad de
conciencia está hoy proclamada en todas partes. Por lo tanto, sólo algunos
años tendremos que esperar para ver la ruina completa de la religión
Cristiana; lograremos aún más fácilmente la completa extinción de las demás
religiones; pero es demasiado pronto para hablar de ello.
Al clericalismo y a los clericales los meteremos dentro de marcos tan
estrechos, que su influencia será casi nula en relación con la que tuvieron
en épocas pasadas. Pero, cuando los pueblos se echen encima de ellos
asumiremos el papel de defensores para evitar el derramamiento de sangre.
Por esta línea curva, penetraremos dentro de la fortaleza, y por nada la
abandonaremos hasta arruinarla completamente.
El rey de los judíos será el verdadero papa del universo, el patriarca de la
Iglesia internacional.
Pero mientras no hayamos educado a la juventud en las
nuevas creencias de transición, y después en las nuestras, no tocaremos de
una manera manifiesta a las iglesias cristianas existentes; pero lucharemos
contra ellas por medio de la crítica, provocando las disensiones.
En general, nuestra prensa contemporánea revelará los negocios de estado, de
las religiones, la ineptitud de los Gentiles, todo ello en términos lo más
indecentes para infamarlos de todas maneras, COMO EXCLUSIVAMENTE SABE
HACERLO EL GENIO DE NUESTRA RAZA [ya saben, se refiere a los linajes
sionistas Illuminati, no a los propios judíos].
Nuestro reinado será la apología del reinado de Vishnu, que es su símbolo:
de nuestras cien manos cada una tendrá un resorte de la máquina social ["Los
Simpson", serie hecha por "judíos" (o sea, sabateanos sionistas de la red
Rothschild), para corromper a la juventud, presentaba un episodio donde se
veía a Vishnu controlando máquinas que controlaban el mundo desde el centro
de la tierra].
Todo lo veremos sin la ayuda de la policía oficial, que tal
como la hemos formado, en la actualidad no deja a los gobiernos Gentiles que
vean todo lo que sería necesario [la famosa "bofia"].
Conforme a nuestro programa un grupo de terceras personas vigilará a los
demás, y esto no por otro móvil que el sentimiento del deber y por servir al
Estado voluntariamente. Entonces no se considerará deshonroso servir de
espía y delator, sino algo digno de alabanza y premio; pero las delaciones
mal fundadas serán cruelmente castigadas, para que no haya abusos en este
sentido.
Nuestros agentes serán sacados lo mismo de las altas clases
sociales que de las bajas; de la burocracia que se divierte; de entre los
editores, libreros, impresores, dependientes de comercio, obreros, cocheros,
lacayos, etc.
Esta policía desprovista de derechos, sin autorización para obrar por sí
misma, y por lo tanto, sin poderes, no hará otra cosa sino servir de testigo
y presentar sus denuncias: la comprobación de las denuncias y las
aprehensiones dependerán de un grupo de Directores de los asuntos
policíacos, las aprehensiones serán efectuadas por el cuerpo de gendarmes y
por la policía municipal.
El que no presente su informe o denuncia de lo que
haya visto u oído, sobre cuestiones políticas, será considerado igualmente
como culpable del delito de encubridor o como cómplice, lo mismo que si
hubiera cometido ambos delitos.
Del mismo modo que hoy nuestros hermanos están obligados bajo su
responsabilidad, a denunciar ante la comunidad a los renegados o a toda
persona que emprenda cualquier acción contraria a esa misma comunidad
[Kennedies tiroteados, por ejemplo], así en nuestro reino universal será
obligatorio para todos nuestros súbditos servir al Estado en esa misma forma
[como los judíos pertenecientes a la policía del Judenrat vigilando los
campos donde los nazis masacraban a su propia gente].
Esta organización
destruirá los abusos de la fuerza, de la corrupción y todo aquello que
nuestros consejos y nuestras teorías de los derechos del hombre han
introducido en las costumbres de los Gentiles [crean el problema y venden la
solución].
Pero ¿cómo si no hubiéramos podido obtener que se multiplicaran los motivos
de desorden en sus gobiernos? ¿Por qué otros medios más aptos? Ciertamente,
uno de los más importantes son los agentes a cuyo cargo está la conservación
y el restablecimiento del orden.
A éstos hay que dejarlos en condiciones de que puedan manifestar y
desarrollar sus malas inclinaciones y caprichos, de que abusen, en fin, de
sus poderes, y al primer Jefe, aún de que pueda aceptar de vez en cuando sus
vasos de vino.
PROTOCOLO XVIII
Cuando sea necesario aumentar las medidas de precaución por medio de la
policía (que tanto desprestigian a los gobiernos), simularemos desórdenes y
manifestaciones de descontento valiéndonos para ello de buenos oradores
[”Banderas Falsas”].
Las personas que efectivamente alimenten sentimientos contrarios a nosotros,
se unirán a aquellos que van desempeñando el papel que nosotros les hemos
encomendado.
Esto nos dará pie para autorizar pesquisas, cacheos y
vigilancias especiales, para las que nos valdremos, como agentes, de los
servidores que hayamos entresacado de la policía de los Gentiles.
Como la
mayoría de los conspiradores lo son por amor al arte, y por fanfarronada, no
les causaremos daño alguno mientras no lleguen a vías de hecho; lo único que
haremos será tenerlos bien vigilados [esto debería responder a los que dicen
“si esta teoría de la conspiración es verdad y hay un complot del gobierno
para taparlo, ¿porque no matan al que ha hecho el documental que
supuestamente lo demuestra?” Ahí lo tienen].
No hay que olvidar que el prestigio del poder se menoscaba si con frecuencia
se descubren conspiraciones; esto implica una confesión de la impotencia del
gobierno, o lo que es todavía peor, de la injusticia de su propia causa.
Vosotros no ignoráis que el prestigio de los reyes y gobernantes Gentiles lo
hemos destruido nosotros por medio de frecuentes atentados cometidos por
nuestros agentes, que no son sino estúpidos borregos de nuestro rebaño; es
cosa agradable impulsar al crimen por medio de unas cuantas frases de sabor
liberal, con un tinte político [¡es un placer!].
Obligaremos a los gobernantes a reconocer su impotencia por las medidas de
seguridad que se verán obligados a tomar manifiestamente, y por este medio,
aminoraremos el prestigio.
Nuestro gobierno será custodiado por una guardia secreta, que casi nadie
advertirá, porque no admitimos ni siquiera la idea de que pueda existir un
partido o facción contrarios, que no esté en condiciones de combatir y que
tuviera que cuidarse de ellos.
Si admitimos esta idea, como lo hacen todavía
los Gentiles, habríamos firmado una sentencia de muerte, si no la del
soberano mismo, la de su dinastía en un porvenir no lejano [dado que yo he
descubierto su complot y he dejado sus planes al aire, incluyendo éste,
digamos que esa “sentencia de muerte” ya acaba de ser firmada, ¿qué os
parece este Goy, desgraciados?].
Según las apariencias rigurosamente observadas, nuestro gobierno no se
servirá del poder sino para bien del pueblo, y no para provecho personal ni
de su dinastía.
Así, guardando esta conducta honrada y decorosa, su poder
será honrado y respetado y defendido por sus mismos súbditos; se le adorará
bajo la idea de que el bienestar de cada uno de los súbditos depende del
orden y de la economía social… [así que reconocen que en realidad no depende
de ello... al fin una verdad entre tanto cinismo]
Cuidar al rey de una manera manifiesta y visible sería reconocer la
debilidad de la organización del gobierno. Nuestro rey, cuando se encuentre
en medio de sus súbditos, estará siempre rodeado de una multitud de hombres
y mujeres que parecerán curiosos que ocupan las primeras filas cerca de él,
por mera casualidad, y que detendrán las filas de los demás, como para
evitar el desorden.
Esto será un ejemplo de moderación.
Si entre la multitud hubiere algún
pretendiente que se empeñe en hacer llegar al soberano su petición,
esforzándose por abrirse paso a través del pueblo, los que se encuentren en
las primeras filas deberán tomar la solicitud del peticionario de sus manos
y a su vista hacerlo llegar a las del soberano, para que todos sepan que
llegó a su destino y para que al mismo tiempo comprendan que hay un control,
algo que impide que cualquiera pueda llegar hasta él.
Con la institución de una guardia oficial desaparece el prestigio místico
del poder. Cualquier hombre dotado de cierta audacia se cree dueño del
poder, el faccioso no desconoce su fuerza y acecha la ocasión de acometer
cualquier atentado contra el poder. Cosa muy distinta decimos a los Gentiles
en nuestro discurso.
Pero bien vemos cuáles han sido las consecuencias de las precauciones
manifiestas y visibles.
Arrestaremos a los criminales a la primera sospecha
más o menos fundada: el temor de padecer un error, no debe ser motivo para
darles facilidades de huida a individuos sospechosos de un delito o de un
crimen político, crímenes y delitos para los que no tendremos consideración
y debemos ser despiadados [matar gente si éstos les dan mala espina... a eso
lo llaman “el Bien”].
Si se puede, forzando un poco el sentido de las cosas, aceptar el examen de
motivos en los crímenes ordinarios, no puede haber excusa ninguna para
tolerar que alguien se ocupe en cuestiones políticas que nadie, fuera del
gobierno, puede entender.
Ni aun todos los gobiernos actuales son capaces de entender la verdadera
política.
PROTOCOLO XIX
Si no admitimos que nadie se ocupe directamente en política, en cambio,
estimularemos todo informe o toda iniciativa que invite al gobierno a
mejorar la condición del pueblo; lo que nos dará oportunidad de ver los
defectos o fantasías e ilusiones de nuestros súbditos, a los que
responderemos o con la ejecución del proyecto de que se trate, o con una
refutación sensata que ponga de manifiesto la capacidad de sus autores.
Los partidos no son otra cosa que el ladrido de un perrito contra un
elefante [muy didáctico].
Para un gobierno bien organizado, no desde el punto de vista policial, sino
social, el perrillo ladra al elefante porque ignora el lugar que le
corresponde y su valor. Basta demostrar con un buen ejemplo la importancia
de cada uno, para que los perrillos dejen de ladrar y se dediquen a menear
el rabo tan pronto como ven a los elefantes.
Para despojar al crimen político del prestigio y la aureola del valor,
llevaremos a los acusados por estos delitos al banquillo de los delincuentes
vulgares, lo mismo que se lleva al ladrón, al asesino y a cualquier criminal
despreciable.
Entonces la opinión pública confundirá en su interior esta
categoría de criminales políticos en la ignominia y vergüenza de los demás,
y los castigará con igual menosprecio y repugnancia [reconocen con ello
entonces que en realidad no lo son].
Nos hemos propuesto, y creo que lo conseguiremos, impedir a los Gentiles el
que puedan ellos combatir los crímenes políticos de esta manera.
Con este
propósito, por medio de la prensa, en discursos públicos y por los manuales
de historia escritos conforme a nuestras miras, hemos hecho LA PUBLICIDAD
DEL MARTIRIO, lo que será aceptado por los facciosos a causa del bien común
[actualmente los presos etarras en España gozan de calidad de presos
políticos y tienen todo tipo de honores, salen libres inmediatamente y
celebran conferencias, y además los medios los ponen como sufridores de
tortura policial, a pesar de que la gran mayoría son despreciables asesinos
de civiles inocentes y hasta de niños que gozan de privilegios asombrosos:
es el mundo al revés, y se está llevando a cabo ahora mismo].
Tal reclamo ha aumentado los contingentes de liberales y a miles de Gentiles
los ha alistado en nuestro ejército [todos los que tragan el chantaje
terrorista].
PROTOCOLO XX
Hablaremos hoy del programa financiero, que he reservado para final de mi
informe como el punto más difícil, culminante y decisivo de nuestros planes.
Al tratar este punto, os recordaré lo que ya se dijo en otra ocasión: que el
conjunto de nuestros actos se resuelve por una cuestión de cifras.
Llegado el tiempo de nuestra dominación, nuestro gobierno, por su propia
seguridad y conservación, evitará a toda costa sobrecargar a las masas
populares con impuestos y no olvidará que su papel es el de padre y
protector del pueblo.
Pero, como la organización de un gobierno tiene un
costo elevado, es necesario encontrar los medios adecuados para sostenerlo.
Para esto es preciso ir buscando con todo cuidado el equilibrio financiero.
En nuestro gobierno el rey tendrá el goce aparente de la propiedad legal de
todo cuanto hay en su Estado (lo que es fácil ejecutar) y podrá, por lo
tanto, recurrir a la confiscación de cualquier suma de dinero que juzgue
necesaria para regularizar la circulación de moneda en su Estado [puro
comunismo (fascismo y comunismo se unen en este documento para dar lugar al
peor régimen imaginable)].
Por donde se ve que las contribuciones deberán
consistir principalmente en un impuesto progresivo sobre la propiedad. De
esta suerte, los impuestos serán aumentados sin molestia y sin arruinar, en
una proporción de tanto por ciento en relación a la propiedad, y a lo que
cada cual posea.
Los ricos tendrán que comprender que su deber es poner a la disposición del
Estado una parte de sus sobrantes, ya que él les da garantías y seguridades
sobre el resto y el derecho de una ganancia honesta, y digo ganancia
honesta, porque el control de la propiedad suprimirá todo robo legal.
Esta
reforma social debe venir de arriba y su tiempo ha llegado ya, pues se
necesita como garantía de paz [sí, paz... la famosa "paz romana"].
La contribución que se exige a un pobre diablo es una semilla de revolución
y es perjudicial para el Estado que pierde un provecho de consideración por
ir en pos de ruines ingresos y beneficios. Sin tener esto en cuenta, todavía
hay algo más: el impuesto a los capitalistas disminuirá el acrecentamiento
de riquezas en manos de particulares, en las que han estado concentradas
actualmente por nosotros, para contrarrestar la fuerza de los gobiernos de
los Gentiles, a saber, las finanzas del Estado.
Un impuesto progresivo producirá una renta mejor que el impuesto
proporcional de la actualidad, que no nos sirve sino para provocar
agitaciones y descontento entre los pueblos Gentiles. La fuerza que debe
servir de base a nuestro rey ha de ser el equilibrio y estabilidad de la
paz.
Es necesario que los capitalistas sacrifiquen una pequeña parte de sus
rentas para asegurar el funcionamiento de la máquina del gobierno. Las
necesidades del Estado, ellos son los que deben cubrirlas, pues sus riquezas
les permiten hacerlo sin grave molestia.
Esta medida destruirá el odio del
pobre contra el rico, en el que aquél verá una fuerza financiera Útil al
Estado, sostén de la paz y prosperidad, porque no podrá menos de ver que es
el rico el que sufraga los gastos necesarios para obtener estos bienes.
Para que los contribuyentes de la clase pensante no reciban mayor disgusto
por estos impuestos, se les dará cuenta del destino de esas sumas,
exceptuando las que se distribuyan para las necesidades del trono y de las
instituciones administrativas.
La persona reinante no tendrá propiedad
personal, puesto que todo lo que es del reino es de él, y habría una
contradicción entre una y otra cosa: los recursos personales anularían el
derecho de propiedad sobre las posesiones de todos [¿lo ven?, el que vive en
la mayor tiranía es el propio tirano, algo digno de Satanás, que siembra el
Mal y la desgracia, y con ello causa sufrimiento y desgracia en los propios
malvados, que son probablemente los que más ayuda espiritual necesitan: los
demonios necesitan afecto y compasión para ser liberados de ellos mismos].
Los parientes de la persona real, excepto sus herederos, a quienes sostendrá
el Estado, deben colocarse como servidores del mismo o trabajar para
adquirir el derecho de propiedad: el privilegio de pertenecer a la familia
real no debe servirles de pretexto para saquear el Tesoro público.
La adquisición de una propiedad, la aceptación de una herencia, serán
gravadas con un derecho progresivo de sellos o estampillas.
La transmisión
de una propiedad en dinero o de otra manera no declarada necesariamente
nominal, será afectada de un impuesto de tanto por ciento, a cargo del
anterior propietario desde el día de la transmisión hasta el día en que el
fraude sea descubierto.
Los títulos de traslación de dominio deberán ser
presentados cada semana al fisco del lugar donde radique la propiedad, con
la designación del nombre y apellidos de la familia y de los domicilios del
nuevo y antiguo propietario.
Este registro no se exigirá sino cuando se trate de excedentes de una
determinada cantidad: los gastos ordinarios de compraventa de artículos
necesarios, no serán gravados más que con un derecho mínimo por cada unidad.
¡Calculad cuánto sobrepasarán los productos de estas impuestos a las
actuales rentas de los estados Gentiles!
La caja de fondo del Estado deberá
guardar cierto capital de reserva, y todo el sobrante de este capital deberá
ser puesto en circulación. Con las reservas se organizarán trabajos públicos
[un estado capitalista, dentro de un estado comunista, dentro de un estado
socialista, dentro de un estado fascista, dentro de una república, dentro de
una oligarquía elitista, dentro de una autocracia, dentro de un régimen
teocrático, dentro de un imperio..., ¡marchando una camisa de fuerza!].
Como éstos son pagados de los recursos del Estado, de allí provendrá que la
clase obrera se sentirá fuertemente adherida a los intereses del Estado y a
las personas reinantes. Una parte de esas reservas también se destinará al
pago de primas por inventos y producción de artículos.
Entonces, sobre esas cantidades fijadas y determinadas, ya no es necesario
guardar una sola moneda en las cajas del Estado, pues el dinero se ha hecho
para circular y todo estancamiento de dinero repercute en forma perjudicial
sobre el funcionamiento del mecanismo del Estado; la falta de lubricación
puede entorpecer la marcha normal de ese mecanismo.
La situación de una
parte del dinero en valores en papel ha producido justamente tal
estancamiento.
Las consecuencias de este hecho se han dejado sentir bastante.
Tendremos también un tribunal de cuentas, en el que el gobierno, en
cualquier tiempo, tendrá a su disposición el estado detallado de los
ingresos y pagos de la nación, excepto el correspondiente al mes en curso no
terminado y el del mes precedente, no expedido aún. El único individuo que
no tiene interés en saquear las cajas del Estado es su dueño, el gobernante.
Por esto su control hará imposibles las pérdidas, las filtraciones y los
desfalcos.
La representación que roba un tiempo precioso a los gobernantes en
recepciones y otros actos que exige la etiqueta, será suprimida, para que
tenga tiempo para otros asuntos a fin de reflexionar sobre ellos y
dominarlos. Su poder no quedará a merced de los favoritos que rodean el
trono para darle mayor pompa y esplendor, pero que atienden más a sus
propios intereses que a los del Estado.
Las crisis económicas entre los
Gentiles han sido promovidas por nosotros con el único fin de retirar la
moneda de la circulación.
Capitales enormes quedaban estancados sustrayendo la plata y el oro de los
Estados, que se veían obligados a dirigirse a estos mismos que sustraían
esos capitales para obtener oro y plata. Estos empréstitos gravaban las
finanzas de las naciones por el pago de los intereses, los que esclavizaban
al capital.
La concentración de la industria en manos de los capitalistas que han dado
muerte a la pequeña industria ha absorbido todas las fuerzas del pueblo y al
mismo tiempo las del Estado. La emisión de moneda actualmente no está en
general en proporción con el consumo por cabeza, y no puede, por lo mismo,
satisfacer todas las necesidades de los obreros.
La emisión de moneda debe
estar en relación con el aumento de población, y es necesario que se tome en
consideración a los niños, que consumen y cuestan desde que nacen.
La revisión de la acuñación de moneda es una cuestión esencial para el mundo
entero. Vosotros sabéis que el patrón oro fue perjudicial para los Estados
que lo adoptaron, pues éste no puede dar abasto al consumo o gasto de moneda
de plata, mucho menos, cuando nosotros retiramos de la circulación la mayor
cantidad posible de oro.
Debemos introducir una moneda creada sobre el
trabajo, que sea de papel o de madera.
Haremos una emisión de plata de acuerdo con las necesidades normales de cada
individuo, aumentando esta cantidad a cada nacimiento y disminuyéndola a
cada defunción. Todo departamento, todo distrito llevará sus cuentas con
este objeto. Y para que no haya demoras en este envío de moneda argentífera
para las necesidades del Estado, las cantidades y la fecha de su remisión
deberán fijarse por medio de un decreto del gobierno, con lo que quedará
anulada la protección del Ministerio de Hacienda, que no podrá favorecer a
una región con perjuicio de otras.
Estas reformas que proyectamos, las presentaremos de manera que no provoquen
alarma. Demostraremos la necesidad que hay de ellas como consecuencia del
fango en que han caído los desórdenes de los Gentiles en materia hacendaría.
El primer desorden, diremos, consiste en que empiezan por establecer un
simple presupuesto que va aumentando año por año; por esta sencilla razón se
formula el presupuesto hasta la mitad del año; después se pide un
presupuesto reformado que en tres meses es derrochado y todo acaba con un
presupuesto de liquidación, y como el presupuesto del año siguiente es
votado con arreglo al total del presupuesto general, y el déficit normal
anual es de 50 por 100, el presupuesto anual se triplica cada diez años.
Merced a estos procedimientos aceptados por la inconsciencia de los Estados
Gentiles, sus cajas se encuentran siempre vacías. Los empréstitos
subsiguientes devoran el resto y llevan esos gobiernos a la bancarrota.
Todo
empréstito demuestra la debilidad del Estado y la incomprensión de sus
derechos.
Los empréstitos, como la espada de Damocles, están amenazando
sobre la cabeza de los gobiernos, que en vez de tomar los que son únicamente
necesarios de entre sus propios súbditos, mediante un impuesto provisional,
acuden como mendigos con la mano extendida a implorar limosna a nuestros
banqueros.
Los empréstitos exteriores son las sanguijuelas que nunca pueden ya
despegarse del cuerpo del Estado y que están chupando, si no caen por sí
solas o si el Estado no las arroja radicalmente. Pero los Estados Gentiles,
lejos de arrancárselas, siguen aplicándoselas, aunque tengan que perecer a
consecuencia de estas sangrías voluntarias.
En realidad, ¿qué es por otra parte lo que representa un empréstito,
especialmente si éste es exterior? El empréstito es la emisión de letras de
cambio del gobierno conteniendo una obligación a cierto interés proporcional
al monto del capital por el que se hace el empréstito.
Si el empréstito está
tasado al 50 por 100, en veinte años el Estado ha pagado sin utilidad
ninguna un interés igual al empréstito; en cuarenta años, una suma doble; a
los setenta, una triple, y la deuda queda siempre sin amortizar.
Por aquí se verá que bajo la forma de un empréstito individual, el Estado
toma hasta los últimos céntimos del pobre, invirtiéndolos en pagar a los
ricos extranjeros de los que ha tomado prestado el dinero, en vez de ir
acumulando sus riquezas para sus necesidades, sin pagar intereses. Si los
empréstitos son interiores, los Gentiles no hacen otra cosa que traspasar el
dinero de la bolsa del pobre a la caja de los ricos.
Pero una vez que
nosotros nos hemos ganado a las personas que nos eran necesarias para hacer
que los empréstitos se traspasaran al exterior, todas las riquezas de los
Estados pasaron a nuestras capas y todos los Gentiles quedaron reducidos a
pagarnos este tributo de vasallaje.
Si la ligereza de los gobernantes Gentiles, en lo relativo a los negocios de
Estado, si la corrupción de los ministros, o la ignorancia en materia
hacendaría de otros gobiernos han abrumado a sus pueblos de deudas que no
pueden reembolsar a nuestras cajas, debéis saber que esto también nos ha
costado mucho dinero y grandes esfuerzos…
Nosotros no permitiremos el estancamiento de la moneda, y así no habrá
obligaciones sobre el Estado a excepción de una serie de obligaciones al 1
por 100, a fin de que el pago de intereses no entregue el poder del Estado a
las sanguijuelas que lo chupan.
El derecho de emisión de valores quedará
reservado exclusivamente a las compañías industriales que pagarán sin
dificultad los intereses con sus utilidades; mientras que el Estado no saca
ningún provecho del dinero que se le presta, aunque el préstamo sea para
gastar y no para hacer inversión alguna con él.
Los papeles industriales serán comprados por el mismo gobierno,
transformándose así de recaudador de impuestos en prestamista por cálculo.
Esta providencia hará cesar el estancamiento del dinero, el parasitismo y la
prensa que nos eran útiles, mientras los Gentiles eran independientes; pero
que no son deseables una vez establecido nuestro gobierno.
¡Es evidente qué escasos de reflexión son los cerebros puramente animales de
los Gentiles!
Nos tomaban empréstitos con interés, sin reflexionar que
debieran haber tomado ese dinero, aun con mayor interés, de las cajas de sus
Estados para pagarnos a nosotros. ¿Qué cosa había más fácil que tomar el
dinero que necesitaban de sus contribuyentes? Esto demuestra la absoluta
superioridad de nuestra inteligencia que supo presentarles el negocio de los
empréstitos bajo el aspecto de que eran ventajosos para ellos.
Los cálculos que nosotros presentamos, esclarecidos a su tiempo con la
enseñanza de la experiencia de muchos siglos, que los estados Gentiles nos
han dado en la materia, se distinguirán por su claridad y certeza, y
demostrarán a todos hasta la evidencia la utilidad de nuestras reformas e
innovaciones.
Pondrán fin a los abusos, merced a los que hemos tenido bajo
nuestro poder a los Gentiles, abusos que ya no podrán admitirse en nuestro
gobierno.
Estableceremos también nuestro sistema de contabilidad, por el que ni el más
insignificante funcionario podrá distraer de su objeto la más pequeña suma,
sin que ello sea advertido, ni aun darle siquiera otro destino del que tiene
indicado siempre en nuestro plan de acción.
Es imposible gobernar sin un plan definido. Hasta los héroes, que siguen un
camino determinado pero sin ciertas reservas, al fin perecen en él. Los
gobernantes Gentiles, a los que en otras ocasiones hemos aconsejado que se
distrajeran de los negocios de Estado, por medio de las recepciones
diplomáticas y de etiqueta y demás diversiones, no eran más que biombos y
pantallas tras de los cuales actuaba nuestro gobierno.
Los informes de los favoritos que los reemplazaban en el despacho de los
negocios les eran suministrados por nuestros agentes y dejaban siempre
satisfechas sus obtusas inteligencias con las promesas para el porvenir de
economías y mejoramientos. Pero, economías ¿de qué?, ¿de nuevos
empréstitos?. Esto hubieran podido preguntar y no lo preguntaban a aquellos
que leían nuestras cuentas y nuestros proyectos.
Bien sabéis hasta dónde los ha conducido semejante apatía y a qué
desbarajuste económico han llegado, a cambio de la admirable actividad de
sus pueblos.
PROTOCOLO XXI
Agregaremos a lo que tratamos en la reunión precedente una explicación
detallada de los empréstitos interiores.
Sobre el empréstito interior nada
nos queda por decir, sino que ellos llenaron nuestras arcas con el dinero de
las naciones cristianas; pero para nuestro gobierno ya no habrá ningún
extranjero, supuesto que todo el mundo será nuestro dominio, y por lo tanto,
nada habrá que sea extraño a nuestro gobierno.
La corrupción de los administradores y la desidia de los gobernantes las
hemos aprovechado para recibir sumas dobles, triples y aun mayores,
prestando a los gobiernos Gentiles más de lo que sus Estados necesitan.
¿Quién podría decir cosa igual respecto de nosotros? Por esto voy a exponer
detalladamente el punto relativo a los empréstitos interiores.
Cuando se lanza un empréstito, los Estados abren una suscripción para la
compra de las obligaciones o bonos del mismo. Para que estas obligaciones
estén al alcance de todas las fortunas, se emiten cupones de 100 a 1.000
monedas; al mismo tiempo se hace una rebaja a los primeros suscriptores.
Al
día siguiente hay un alza de precio artificial, motivada, según dicen, por
el exceso de demanda de los bonos, pues todo el mundo se echa a buscarlos.
Pocos días después se corre la voz de que las cajas del tesoro están
atestadas de dinero y no se sabe ya dónde guardarlo (¿por qué, pues, seguir
tomándolo?). La suscripción excede muchas veces la emisión del empréstito:
¡tan grande es la confianza que hay en las letras de cambio del gobierno!
Pero cuando la comedia ha terminado, nos encontramos delante de un pasivo
que acaba de contraerse, pasivo demasiado gravoso.
Para el pago de los intereses es necesario recurrir a nuevos empréstitos que
no absorben sino que aumentan la deuda principal. Una vez agotado el
crédito, se necesita recurrir a nuevos impuestos, y éstos sirven no para
cubrir el empréstito, es decir la deuda contraída, sino sólo para pagar los
intereses del mismo.
Resultando que estos impuestos son un pasivo empleado
en cubrir el pasivo anterior…
Viene después el tiempo de las conversiones que disminuyen solamente el pago
de (o mejor dicho el monto) los intereses, pero sin amortizar la deuda,
conversiones que, además, no pueden hacerse sin el consentimiento de los que
cubrieron el empréstito, o sea los prestamistas. Al anunciarse una
conversión, se ofrece devolver el dinero a los que no estén dispuestos a
aceptarla.
Si todos expresan su deseo de recobrar su dinero, el gobierno
queda preso en sus propias redes y se encuentra imposibilitado de cumplir su
oferta.
Afortunadamente, los súbditos de los gobiernos Gentiles, poco versados en
negocios financieros, siempre han optado por sufrir la pérdida consiguiente
a la baja de interés mejor que correr el riesgo de nuevas inversiones de su
dinero, con lo que muchas veces han dado a los gobiernos las facilidades
necesarias para poder descargarse de un pasivo de muchos millones.
En la actualidad, con las deudas exteriores, los Gentiles no piensan en
hacer nada semejante, sabiendo, como saben, que nosotros exigiremos todo
nuestro dinero. Así una bancarrota manifiesta demostrará a las naciones la
falta absoluta de unión entre los intereses de los pueblos y los gobiernos.
Reclamo toda vuestra atención sobre este hecho y los que a continuación
mencionaré. Hoy todos los empréstitos interiores están consolidados por las
deudas llamadas flotantes, esto es, por deudas cuyo pago es más o menos
cercano. Estas deudas están constituidas por el dinero colocado en las cajas
de ahorro y en las cajas de reserva.
Como estos fondos quedan por largo
tiempo en manos de los gobiernos, se evaporan en el pago de intereses de los
empréstitos exteriores, y en su lugar entra en las cajas una suma
equivalente de depósito de la renta.
Estos últimos son los que tapan los
agujeros de las cajas del Estado entre los Gentiles [descripción
terroríficamente precisa de la crisis económica actual. ¡Esto demuestra que
el Nuevo Orden Mundial se está preparando ahora mismo! ¡Urge que hagamos
algo inmediatamente para impedirlo!].
Cuando nosotros lleguemos al poder, ocupando el trono del mundo, todos estos
agujeros en la hacienda y las finanzas quedarán cubiertos, sin que quede de
ellos ni el recuerdo, pues no es cosa que convenga a nuestros intereses;
suprimiremos igualmente las Bolsas de Fondos Públicos, pues no consentiremos
que el prestigio de nuestro poder se resienta por la fluctuación de precios
de nuestros valores.
Estos serán declarados por ley al precio de su valor
completo sin fluctuación posible (el alza trae consigo la baja y así es como
desde el principio de nuestra campaña hemos jugado nosotros con los valores
de los Gentiles) [Ellos son quienes manipulan nuestra economía y nos
consideran ganado].
Sustituiremos las Bolsas por grandes establecimientos de crédito especial
cuyo objeto será tasar o cotizar los valores industriales según las miras
del gobierno. Estos establecimientos estarán en condiciones de lanzar sobre
el mercado quinientos millones de valores industriales por día.
De esta
manera todas las empresas industriales quedarán bajo nuestra dependencia
[¡están usando el capitalismo para justificar la imposición en el futuro de
un régimen comunista totalitario!].
¡Ya podéis imaginar el poder que conquistaremos por este medio!.
PROTOCOLO XXII
Con todo lo que hasta hoy llevo expuesto me he esforzado para mostraros el
secreto de los acontecimientos pasados y presentes: ellos anuncian un
porvenir próximo ya a realizarse.
Os mostré el secreto de nuestras
relaciones con los Gentiles y el de nuestras operaciones financieras. Poco
queda que decir sobre este particular.
Tenemos en nuestras manos la más grande fuerza moderna: el oro [algunos
citan esto como si el texto se refiriese efectivamente a un “supuesto
depósito de oro”, como lo llaman, pero yo pienso que se refiere simplemente
al “poder del dinero”]; podemos en dos días retirar nuestros depósitos en la
proporción y cantidad que sea de nuestro agrado.
¿Será, pues, necesario
todavía demostrar que nuestro gobierno está predestinado por Dios?
(Deberíamos entender que estos tipos hablan de Dios en un sentido
filosófico-psicológico, refiriéndose al “orden de la naturaleza y del alma
humana”, tal y como ellos lo entienden, claro, que es al revés de como los
“buenos” lo entendemos]. Lo que no podremos probar por medio de esta enorme
riqueza es que todo el mal que nos hemos visto obligados a causar durante
tantos siglos ha servido finalmente al verdadero bien, a poner todo en
orden… ¡He aquí la confusión de nociones de bien y de mal! El orden se
restablecerá, en parte, por medio de la violencia, pero se restablecerá al
fin [a éste no le suena eso de la "Ética").
Sabemos probar que somos bienhechores de la humanidad; nosotros que hemos
hecho al mundo torturado el verdadero bien de darle la libertad al
individuo, que podrá gozar de descanso.
La paz, la dignidad en las
relaciones, a condición, entiéndase bien, de observar las leyes establecidas
por nosotros [tan retorcidos y perversos son estos chiflados, que llaman a
la sumisión “libertad”, y que cometen el agravio de denominar como
“individuo” a la masa controlada; a todo le dan la vuelta, puro
“doblepensar” orwelliano: “la libertad es la esclavitud”, “la paz es la
guerra”, “la verdad es la mentira”, decía él irónicamente para expresar esta
injusticia.
Yo les pregunto a los Sabihondos de Sion: ¿si tan legítimo y
justo es esto que planean, porque no nos lo cuentan y lo firmamos? ¿Porque
lo mantienen en secreto y nos obligan a matarnos para luego imponernos su
“autocracia”? Sospechoso, ¿no?].
Explicaremos de paso que la libertad no es el libertinaje ni el derecho a la
licencia; ni tampoco consiste la dignidad ni la fuerza, en el derecho de
cada uno a proclamar principios subversivos y destructores, como el derecho
de libertad de conciencia, de igualdad y otros semejantes, ni en modo alguno
tampoco el derecho del individuo consiste en excitarse a sí mismo o excitar
a otros haciendo alarde de talentos oratorios en asambleas tumultuosas.
La verdadera libertad consiste en la inviolabilidad de la persona que
observa honrada y exactamente todas las leyes de la vida en común [las que
ellos quieren dictar sin contar con nosotros, tal como antes han reconocido,
¡bravo!].
La dignidad en la conciencia de sus derechos y juntamente de sus
deberes y de los derechos de que carece, y no sólo en el desarrollo ilusorio
y fantástico del tema de su YO [¿pero no quedamos en que Ellos defendían al
"individuo"? Cinismo a la enésima potencia]
Nuestro poder será glorioso porque será pujante; porque gobernará y dirigirá
y no irá remolcado, por decirlo así, por líderes y oradores de los que a
gritos lanzan palabras huecas y carentes de sentido que enfáticamente llaman
grandes principios, y que no son otra cosa en realidad sino utopías [tal
como este texto reconoce, si son “utopías” es sólo porque estos malnacidos
quieren].
Nuestro poder será el árbitro del orden, que es el único que hace la
felicidad de los pueblos, y de los hombres.
PROTOCOLO XXIII
Para que los pueblos se acostumbren a la obediencia es necesario que se
acostumbren a la modestia y disminuir, por consiguiente, los objetos de lujo
disminuyendo su producción.
Restableceremos la pequeña industria que dará el
golpe a los capitales particulares de los fabricantes [ahora estamos viendo
una disminución de la producción y del consumo por la crisis económica].
Esto es aún necesario, porque los grandes industriales dirigen todavía,
muchas veces sin saberlo, es cierto, el espíritu de las masas contra el
gobierno.
Un pueblo que fomenta las pequeñas industrias no sabe de huelgas; sino que
vive apegado al orden establecido, y por lo mismo, también a la fuerza del
poder. La huelga es algo muy perjudicial para un gobierno.
Para nosotros su
papel terminará tan pronto como el poder esté en nuestras manos. La
embriaguez será igualmente prohibida por la ley y castigada como un crimen
de lesa humanidad, pues los hombres que se embriagan se transforman en
brutos bajo la influencia del alcohol [Zapatero pretendía prohibir el vino
en España].
Los súbditos, lo repito una vez más, no obedecen ciegamente sino a una mano
firme, completamente independiente de ellos en la que ven una espada para
defenderlos y una defensa contra las calamidades sociales [¿quién te ha dado
permiso para llamarme “súbdito”, insolente?].
¿Qué necesidad tienen los súbditos de ver en su soberano un alma angelical?
Lo que importa que vean en él es la personificación de la fuerza y del poder
[o quizá que no haya un soberano siquiera, ¿habéis probado eso? ¿A dejarnos
vivir? Ah no, que los Protocolos van justo de lo contrario...].
El soberano que sustituya a los Gobiernos actuales que han venido
arrastrando su existencia en medio de sociedades desmoralizadas por nosotros
y que han arruinado aun el mismo poder de origen divino, y en cuyo seno por
todos lados se levanta el fuego de la anarquía; este soberano, antes que
nada, tendrá que extinguir esta llama devoradora [había una solución más
práctica, amigo: no encenderla].
He aquí la razón que le obligará a condenar
a muerte esas sociedades: tendrá que ahogarlas en sangre para hacerlas luego
resucitar bajo la forma de un ejército bien organizado que sepa luchar y
combatir conscientemente contra toda infección que pudiera invadir el
organismo del Estado [un régimen militar mundial, eso quieren].
Este elegido de Dios es nombrado de lo alto para sujetar las fuerzas locas y
desatinadas movidas por el instinto, no por la razón, por la bestialidad y
no por la parte noble de la humanidad [éstos llaman “noble” a la
intimidación y el totalitarismo, a las falacias autocráticas y a la
represión mediante el exterminio que antes Ellos mismos han descrito].
Esas
fuerzas triunfan ahora, roban, cometen toda clase de atentados, toda suerte
de violencias, bajo el pretexto de la libertad y de los derechos. Ellas han
destruido todo orden en la sociedad para levantar sobre estas ruinas el
trono del rey de Israel.
Pero su papel terminará en el momento en que ese
rey ascienda a su trono [tengamos en cuenta que por aquél entonces, cuando
estos protocolos salieron a la luz, ni tan siquiera existía dicho estado, y
hoy, un siglo después, esta aparente falsificación ahora autentificada ha
resultado terroríficamente profética pues actualmente Israel es una realidad
tangible que resulta haber llegado a convertirse en el estado más influyente
del mundo, lo cual hace que estos Protocolos asusten...].
Entonces hay que alejarlas de su camino en el que no debe quedar el menor
obstáculo.
Entonces podremos decir a los pueblos: Dad gracias a Dios y
prosternaos delante del que lleva en su frente el sello de la predestinación
hacia la que Dios mismo ha guiado su estrella para que nadie, excepto ese
predestinado, pueda libraros de todas las fuerzas y de todos los males
[¿cómo iba esto a ser un bulo si es exactamente el lenguaje de los déspotas
bíblicos, que es justo el que los sionistas imitan?].
PROTOCOLO XXIV
Pasaremos ahora a tratar de los medios de asegurar las raíces dinásticas del
rey.
En esta obra nos guiarán los mismos principios que hasta ahora nos han
suministrado nuestros sabios para la dirección de todos los negocios
mundiales.
Dirigiremos el pensamiento de toda la humanidad. Muchos miembros
de la estirpe de David prepararán los reyes y sus herederos, escogiendo
estos últimos, no según el derecho hereditario, sino teniendo en
consideración sus cualidades sobresalientes; los iniciarán en los más
ocultos secretos de la política; en los planes de gobierno, siempre bajo la
condición de que nadie llegue a penetrar esos secretos.
El objeto de esta manera de proceder es que todo el mundo sepa que el
gobierno no puede ser puesto en otras manos sino en las de aquellos que
están iniciados en los misterios del arte de gobernar.
Sólo a estas personas
se les enseñará la aplicación de los planes políticos, las enseñanzas de la
experiencia de los siglos; todas nuestras observaciones sobre las leyes
político-económicas y sobre ciencias sociales ; en una palabra, todo el
espíritu de estas leyes que la naturaleza misma ha establecido como
infalible para normalizar por ellas las relaciones de los hombres.
Muchas veces los herederos directos serán excluidos del trono, si en el
tiempo de sus estudios dan pruebas de ligereza, de dulzura de carácter y de
otras de esas cualidades o defectos que son perjudiciales en el poder y que
hacen ineptos a los hombres para gobernar y dañan la actuación propia de un
jefe de Estado.
Sólo a estas personas se les enseñará la aplicación de los
fines firme e inflexiblemente, hasta cruelmente, si es necesario, y
recibirán de manos de nuestros sabios las riendas del poder.
En caso de alguna enfermedad que pudiera ser causa del debilitamiento de la
voluntad, los reyes deberán, conforme a la ley, abdicar en otras manos que
sean capaces de sostener con la firmeza necesaria las riendas del gobierno.
Los planes de acción del rey, planes inmediatos que haya de trazar por
razones imperativas de inmediata necesidad, sus planes más remotos todos
quedarán ignorados aun de aquellos que se le asignen como primeros
consejeros.
Sólo el rey y sus tres mentores conocerán lo por venir. En la persona del
rey, dueño de sí mismo y de la humanidad, gracias a una voluntad
inquebrantable, todos creerán ver el destino con sus caminos desconocidos.
Nadie sabrá qué es lo que el rey pretende como objeto de sus mandatos, y así
tampoco nadie se atreverá a atravesársele en un camino que es para todos
desconocido.
Es necesario sobreentender que la inteligencia del soberano ha de
corresponder al plan de gobierno que tiene encomendado. Por esto es que no
subirá al trono sino después de haber dado pruebas satisfactorias de su
capacidad a nuestros sabios de que ya hemos hablado. Para que el pueblo
conozca y ame a su soberano, es necesario que trate al pueblo y se comunique
con él en los lugares públicos.
Esto producirá la unión necesaria entre las dos fuerzas que hasta hoy
nosotros hemos conservado distanciadas por el mutuo terror.
Este terror nos
era absolutamente necesario en otro tiempo, para que estas dos fuerzas,
separadamente, cayeran bajo nuestro poder e influencia.
El rey de Israel no
debe estar bajo el dominio de sus pasiones, especialmente bajo el de la
voluptuosidad, ni debe, por alguna flaqueza de su carácter, dar lugar a que
sus instintos animales se sobrepongan a su razón.
La sensualidad obra de manera demasiado nociva sobre las facultades
intelectuales y la clarividencia de las cosas, inclinándose hacia el lado
peor y más bestial de la actividad humana. La columna de la humanidad en la
persona de la semilla santa de David, debe sacrificar a su pueblo y por su
bien, todos sus gustos personales. Nuestro soberano tiene que ser de una
irreprochabilidad ejemplar. La fuerza ciega del pueblo no puede quedar un
solo día sin tener quien la dirija, y el nuevo poder no hace otra cosa sino
reemplazar al anterior debilitado por el Liberalismo.
En nuestros días, el poder del oro ha reemplazado al poder de los gobiernos
liberales. Hubo un tiempo en que la fe gobernaba. La idea de libertad es
irrealizable, porque nadie hay que sepa usar de ella en su justa medida.
Basta dejar al pueblo que por algún tiempo se gobierne a sí mismo, para que
inmediatamente esta autonomía degenere en libertinaje.
Surgen al punto las discusiones, que se transforman luego en lujos de buenos
sentimientos.
Por esta razón hay que esperar mejores resultados cuando se
gobierna a los hombres por medio de la violencia y el terror, que cuando se
trata de gobernarles por medio de las discusiones académicas. Todo hombre
aspira al poder; cada uno quisiera convertirse en dictador; si esto fuera
posible al mismo tiempo, muy poco faltaría para que no estuvieran todos
prontos a sacrificar el bien de los demás, a trueque de conseguir cada uno
su propio provecho.
¿Qué es, pues, lo que ha reprimido hasta ahora a esa bestia feroz que se
llama hombre? ¿Qué es lo que ha podido dirigirle hasta el presente?
Al
iniciarse el orden social, el hombre se ha sometido a la fuerza bruta y
ciega; más tarde, a la Ley, que no es más que esa misma fuerza, pero
disfrazada.
De donde yo saco la conclusión que, según la Ley Natural, el derecho radica
en la fuerza. La Libertad Política es una idea y no un hecho. Se necesita
saber aplicar esta idea cuando es necesario atraer las masas populares a un
partido con el cebo de una idea, si ese partido ha resuelto aplastar al
contrario que se halla en el poder.
Este problema resulta de fácil solución
si el adversario se mantiene en el poder en virtud de la idea de libertad,
de eso que se llama Liberalismo, y sacrifica un poco de su fuerza en
obsequio de esa idea: Libertad.
Y he aquí por dónde ha de llegar el triunfo de nuestra teoría: una vez que
se aflojan las riendas del poder, inmediatamente son recogidas por otras
manos, en virtud del instinto de conservación, porque la fuerza ciega del
pueblo no puede quedar un solo día sin tener quien la dirija, y el nuevo
poder no hace otra cosa sino reemplazar al anterior debilitado por el
Liberalismo.
En nuestros días, el poder del oro ha reemplazado al poder de
los gobiernos liberales [¿y qué tal si eliminamos el capital? Ah no, pues
fuisteis vosotros quienes lo creasteis para justificar esta perversidad.
Despierte, lector, pues esta gente no hace el mal para un fin, pues su poder
es absoluto, y cuando el poder es absoluto, el mal es en sí mismo un fin y
no un medio: si el mundo es como es, eso sucede porque ellos lo quieren así.
Ésa es la verdad].
Hubo un tiempo en que la fe gobernaba. La idea de libertad es irrealizable,
porque nadie hay que sepa usar de ella en su justa medida. Basta dejar al
pueblo que por algún tiempo se gobierne a sí mismo, para que inmediatamente
esta autonomía degenere en libertinaje.
Surgen al punto las discusiones, que
se transforman luego en luce pararán los reyes y sus herederos, escogiendo
estos últimos, no según el derecho hereditario, sino teniendo en
consideración sus cualidades sobresalientes; los iniciarán en los más
ocultos secretos de la política; en los planes de gobierno, siempre bajo la
condición de que nadie llegue a penetrar esos secretos.
El objeto de esta manera de proceder es que todo el mundo sepa que el
gobierno no puede ser puesto en otras manos sino en las de aquellos que
están iniciados en los misterios del arte de gobernar.
Sólo a estas personas
se les enseñará la aplicación de los planes políticos, las enseñanzas de la
experiencia de los siglos; todas nuestras observaciones sobre las leyes
político-económicas y sobre ciencias sociales ; en una palabra, todo el
espíritu de estas leyes que la naturaleza misma ha establecido como
infalible para normalizar por ellas las relaciones de los hombres.
Muchas veces los herederos directos serán excluidos del trono, si en el
tiempo de sus estudios dan pruebas de ligereza, de dulzura de carácter y de
otras de esas cualidades o defectos que son perjudiciales en el poder y que
hacen ineptos a los hombres para gobernar y dañan la actuación propia de un
jefe de Estado [como le pasó a Kennedy].
Sólo a estas personas se les enseñará la aplicación de los fines firme e
inflexiblemente, hasta cruelmente, si es necesario, y recibirán de manos de
nuestros sabios las riendas del poder. En caso de alguna enfermedad que
pudiera ser causa del debilitamiento de la voluntad, los reyes deberán,
conforme a la ley, abdicar en otras manos que sean capaces de sostener con
la firmeza necesaria las riendas del gobierno.
Los planes de acción del rey, planes inmediatos que haya de trazar por
razones imperativas de inmediata necesidad, sus planes más remotos todos
quedarán ignorados aun de aquellos que se le asignen como primeros
consejeros. Sólo el rey y sus tres mentores conocerán lo por venir.
En la persona del rey, dueño de sí mismo y de la humanidad, gracias a una
voluntad inquebrantable, todos creerán ver el destino con sus caminos
desconocidos. Nadie sabrá qué es lo que el rey pretende como objeto de sus
mandatos, y así tampoco nadie se atreverá a atravesársele en un camino que
es para todos desconocido.
Es necesario sobreentender que la inteligencia
del soberano ha de corresponder al plan de gobierno que tiene encomendado.
Por esto es que no subirá al trono sino después de haber dado pruebas
satisfactorias de su capacidad a nuestros sabios de que ya hemos hablado.
Para que el pueblo conozca y ame a su soberano, es necesario que trate al
pueblo y se comunique con él en los lugares públicos. Esto producirá la
unión necesaria entre las dos fuerzas que hasta hoy nosotros hemos
conservado distanciadas por el mutuo terror.
Este terror nos era
absolutamente necesario en otro tiempo, para que estas dos fuerzas,
separadamente, cayeran bajo nuestro poder e influencia.
El rey de Israel no debe estar bajo el dominio de sus pasiones,
especialmente bajo el de la voluptuosidad, ni debe, por alguna flaqueza de
su carácter, dar lugar a que sus instintos animales se sobrepongan a su
razón.
La sensualidad obra de manera demasiado nociva sobre las facultades
intelectuales y la clarividencia de las cosas, inclinándose hacia el lado
peor y más bestial de la actividad humana. La columna de la humanidad en la
persona de la semilla santa de David, debe sacrificar a su pueblo y por su
bien, todos sus gustos personales.
Nuestro soberano tiene que ser de una irreprochabilidad ejemplar.
El actual
Príncipe de Asturias, que es el heredero oficial al trono de Jerusalén, está
además considerado como el príncipe mejor preparado del mundo. Todos están
encantados con él.
Es por así decirlo "un modelo ejemplar". Lo cual
constituye suficiente prueba para mí de que el futuro Felipe VI de Borbón-
nombre real que equivale al "6" del "6" del "6"- será de hecho el
Anticristo.
APOTEOSIS - EL TRIUNFO DEL
IDEALISMO
Sí amigo, frótese los ojos.
Éstos son quienes manipulan nuestro mundo, tal
como he probado al acreditar que la inteligencia anglosajona empleó mentiras
deliberadamente construidas para desacreditar los Protocolos, lo cual
demuestra que el sistema vigente de occidente está realmente al servicio de
los que pretenden dar lugar a esta monstruosidad.
Éstos son los enfermos
mentales que dirigen nuestro destino (o eso creen ellos), los psicópatas que
planean aniquilar tu voluntad y posiblemente exterminarte: a ti, sí, a ti
que lees esto ahora. Ellos dirigen el FMI, el BCE, el Banco Mundial, la ONU,
la OTAN, las dictaduras de oriente medio, y se han infiltrado en los
círculos superiores de cuerpos como CIA-MI6-MOSAD, la Interpol, el Estado
Mayor americano y las administraciones europeas.
No son sino Ellos quienes
dominan la oligarquía financiera de los que tienen arrendada por una red de
filiales la Reserva Federal americana; también son Ellos quienes controlan
la Comisión Europea, que es el organismo burocrático dictatorial no elegido
democráticamente que toma las decisiones en Europa imponiéndolas por
decretos al más puro estilo soviético, mientras que el Parlamento Europeo no
es más que una farsa, pero atención:
Ellos también controlan los partidos de
izquierdas que supuestamente denuncian esto, a los socialistas, a los
sindicalistas, y también las fundaciones supuestamente comprometidas y
filantrópicas que en realidad no hacen otra cosa que blanquear dinero negro,
para así aparentar pluralidad pero desvirtuar en realidad los valores de la
izquierda noble, igual que también han desvirtuado los valores conservadores
inventando las rancias derechas utilitarias: si estamos divididos es porque
Ellos nos han hipnotizado para que eso sea así, no porque eso deba ser así.
Ellos son los que controlan la prensa mediante las agencias, como Reuters o Associated Press, etc, y ellos son los que controlan los supuestos
organismos científicos que no dejan de consignar falacias creadas a
propósito para justificar este sistema, pues tal como los Protocolos
muestran, por ejemplo, el darwinismo fue fabricado ad hoc para justificar el
conflicto social y la lucha de egos, así como la sumisión a la Fuerza y el
materialismo filosófico, valores decadentes que han conducido al capitalismo
que les da tanto poder.
Pero igualmente, aunque sorprenda, tal como los
Protocolos vuelven a hacer ver, Ellos también crearon el marxismo ex profeso
para que los individuos de nobles aspiraciones izquierdistas sólo cuenten
como alternativa sistematizada con otra nueva opción corrupta al servicio
del Mal.
Ellos controlan también las policías y los ejércitos, junto con la
mayor parte de la prensa, siempre por supuesto desde círculos muy superiores
y desapercibidos, además de los lobbies de presión a los gobiernos y los
consejos docentes que llevan a cabo el adoctrinamiento de la juventud para
que acaben siendo borregos consumidores explotados y conformistas, animales
entregados a la ligereza, cosa que consiguen adoctrinando primero a los
“maestros”.
También son Ellos quienes controlan mediante sus redes entidades
como Goldman Sachs, Chase Manhattan, Harriman, Kuhn & Loeb, Rothschild,
HSBC, Citigroup, Rockefeller, Vanderbilt, Payseur , Carnegie, etc,
conglomerado del cual surgen filiales al servicio de sus perversos fines
como el Bank of America, el Bundesbank, el Deutsche Bank, el Zurich F. S.,
BBWA, Citibank, BBK, Barclays, o la infame Bankia con el Banco Santander en
España, más un largo etc (hablamos de la élite financiera).
Fueron
igualmente los agentes de este mismo conciliábulo (entre quienes uno puede
encontrar personajes como Benjamin Franklin, Isaac Newton, Thomas Edison, o
Albert Ein-STEIN), los que vilipendiaron, asesinaron, apresaron, y robaron
(respectivamente) a los doctores Mesmer, Tesla, Reich, y Lakhovsky, por casi
haber destruido el paradigma materialista con su trabajo científico,
paradigma con el cual estos demonios buscan atrapar nuestras almas.
Ellos
fueron igualmente los responsables de difamar al Marqués de Sade puesto que
lo que éste hizo en realidad fue mostrar con ironía la verdadera filosofía
de quienes dirigen la sociedad y lo que el poder trama entre bastidores.
Según se sabe la verdad es que todos los problemas de Sade comenzaron por
haber hurtado un manuscrito perteneciente a la élite francesa (¿los
Protocolos quizá?).
Los Rothschild controlan casi toda la banca, pero lo
hacen de una manera tan intrincada y ofuscada, a través de filiales y
testaferros, fondos fiduciarios, fundaciones y plataformas, sociedades y
clubes privados, y de un modo tan sutil, que eso, junto a su control
cabildero de la enseñanza para reescribir la historia y hacernos pensar que
ha habido grandes fortunas que llegaron a lo más alto y luego expiraron de
manera natural, cuando en realidad los del poder nunca dejaron de ser Ellos
pues siempre han ostentado un control monolítico de los recursos, ha
devenido que de esta manera, tal como exponen los Protocolos.
Ellos han
logrado perdernos en su laberinto haciendo que parezca que el mundo cambia
cuando lo cierto es que sólo hay un poder: el sionismo corrupto. Creen que
no podemos resolver el laberinto, pero este Goy, como muchos antes que él,
lo hizo incluso antes de leer los Protocolos. Somos más fuertes de lo que
piensan.
Por eso Ellos fueron también los verdaderos responsables de
asesinar a Líncoln y Kénnedy, presidentes americanos que promovieron medidas
que refinanciaban USA haciendo que el arrendamiento de las cuentas públicas
por parte del conciliábulo desapareciese, medidas que se esfumaron
oportunamente con el asesinato de aquellos presidentes.
Ellos son también
quienes conspiraron para apresar y difamar a Mario Conde por ser la rara
excepción de un individuo corriente capaz de jugar a su juego, un “’Goy’
brillante” (como ellos dirían, “una aberración”), toda una amenaza para su
control monolítico, una posible brecha en el sistema que ellos anularon
inventando la excusa que justificó la intervención de Banesto para luego
manipular la opinión pública y así vilipendiar a Conde, algo que me consta
por fuentes internas.
Así taparon “la brecha”. En España gentuza como
Rodrigo Rato, Emilio Botín, P. J. Ramírez, Rubalcaba, Acebes, Wert, Aznar,
los marqueses Urquijo, los duques de Alba, la Casa Real al completo, Felipe
González, Juan Caño, Luis Roldán, el infame Alberto Cortina, Luis Polanco,
Luis Bárcenas, Gallardón, Toxo y Méndez, Luis María Ansón, Baltasar Garzón,
el hipócrita César Vidal, y un largo etc, pertenecen (o han pertenecido), o
son (o han sido) consciente o inconscientemente testaferros de este
conciliábulo.
La responsable del deterioro (tan propicio para preparar el
golpe de estado) que ha sufrido la monarquía española (la cual también ha
pertenecido siempre a la red dinástica sionista, pues entre los títulos del
rey de España, sin ir más lejos, encontramos el de “Rey de Jerusalem”), es
la célebre infiltrada de inteligencia, la asaltapalacios a la que llaman
“princesa” Corinna. Resulta que su apellido heredado es Sayn-Witgenstein
(Wittgen-STEIN): ella es un buen ejemplo de cómo funciona esto.
Por cierto,
su casa en España fue íntegramente financiada con dinero público, trato de
favor digno de la pura mafia (lo cual nos da pistas en torno a su nivel de
corrupción), y del todo inaceptable en un país decente.
Otro ejemplo de como
beneficiarse del sistema es Ana Botella. Botella ha llegado a la alcaldía de
la capital del país sin merecerlo por puro nepotismo, y ella, en un clásico
ejercicio de hipocresía, se ha metido con aquellos que no se merecen lo que
tienen (¿y que hay de “vuestra excelencia”?).
Se sabe que Botella ha
colocado a muchos de sus familiares (los cuales se parecen más a la “Cosa
Nostra” que a nada), sin venir a cuento, en puestos relevantes de la
administración. Esta señora, si es que merece ser llamada así, ha llegado a
soltar prendas del tipo “los mendigos son un estorbo para la limpieza” o “la
Cenicienta es un buen ejemplo, porque asume el maltrato sin chistar”.
Tal
como dicen los Protocolos, no importa lo inepto que seas: si estás lo
suficientemente adoctrinado y comprendes el Plan psicótico nazi a la
perfección, y eres además capaz de llevarlo a último término, entonces eres
“ideal”. Ana Botella es un buen ejemplo: es tan ignorante como para decir
“bacalado” en lugar de “bacalao”, pero sin embargo se ciñe a la perfección a
la hoja de ruta planeada por los linajes, y tiene un absoluto desprecio por
la bondad y la justicia social.
A través de mi propia investigación
particular, he llegado a saber con pruebas irrefutables que Ana Botella
pertenece a lo peorcito del conciliábulo, pues su linaje está ligado a este
poder (ella era la que gobernaba realmente a través de su marido Aznar, una
técnica de agazaparse citada en los Protocolos, y que es algo de lo cual
tuvimos un atisbo por parte de una entrevista a una sobrina de la familia),
y lo sucedido la noche de Halloween del año pasado (noche satánica
predilecta), bajo la tutela de esta infame señora, no fue sino un sacrificio
ritual preprogramado, tal como muestra el estudio del sumario, puesto que no
hay manera de explicar cómo la administración dejó que sucediesen tantas
barbaridades en una misma noche.
¿O es que “los de arriba” pertenecían a una
trama oculta cuyos eslabones clave fueron manipulados para tejer aquella
desgracia, pues Ellos pretendían que sucediera justo aquello, y utilizaron
para ello individuos que ni siquiera sabían de qué iba el asunto, para que
pasara exactamente lo que pasó?
Botella celebraba un banquete mientras las
niñas morían en los hospitales (gran alcaldesa), ¡porque era su aniversario!
Gran coincidencia.
¿Preparó el colapso del Madrid Arena para celebrarlo con
sangre? Muchos de los que trabajan para estas tramas no saben ni para qué lo
hacen, sólo que les han utilizado para ello y a veces ni eso: por eso
aparentes “accidentes” como el del Arena salen tan bien.
Todos los
figurantes de este entramado fingen llevarse mal entre ellos, pero esto es
pura comedia: están escribiendo el guión de lo que está por llegar, mientras
que sus polarizaciones nos dividen a nosotros, si bien ellos luego se van de
picos pardos juntos (como Rajoy y Rubalcaba, menuda farsa). Como decía
Pérez-Reverte: “siempre acabamos matándonos entre nosotros…”, pero Ellos
siempre permanecen ahí para continuar la obra. Hay que despertar de su sueño
o nos comerán vivos.
Ellos, este mismo poder de las sombras, usan el
capitalismo para corromper y el comunismo para imponer; el fascismo, el
extremismo, el islamismo, y el antisemitismo, para adoctrinarnos y que así
temamos tener cierto tipo de ideas porque han logrado asociar éstas con “lo
inaceptable” (puro y duro “doblepensar”), a la vez que mediante dichos
agentes manipulados de nuevo a través de líderes que en secreto pertenecen a
sus élites, logran provocar el miedo social que justifica que la gente pida
mayor control del conciliábulo.
Si para ello hace falta sacrificar a sus
propios terratenientes, como Bin Laden, Gaddafi, o Eichmann, aquéllos lo
asumen de buen grado e interpretan su papel hasta el final. Lo mismo con las
crisis económicas:
han manipulado la educación para hacernos creer que nadie
ostenta el poder absoluto de las finanzas, con lo cual esconden que Ellos
son los que ostentan ese control, puesto que si se supiese que sólo hay un
poder, se sabría que no hay pérdidas y ganancias, pues todo sale del mismo
lugar al que va a parar mientras que el flujo que ellos generan ex nihilo no
hace sino volvernos a los demás cada vez más dependientes de su “juego de
mesa” de modo que cada vez seamos más desgraciados.
Esto significa que los
auges y declives están específicamente diseñados para que la especulación
lleve a la miseria, y que ésta justifique una igualmente el futuro Nuevo
Orden Mundial para imponer el control.
Ellos están dirigiendo las sociedades
secretas que nos están masacrando, pero en el futuro las prohibirán
sacrificando a los círculos bajos (algo similar a su uso del nazismo para
luego sacrificar gran parte del aparato del propio movimiento nazi que ellos
mismos habían financiado usando para ello las cacerías ilegales del Mosad),
pretendiendo hacer parecer con esto que Ellos no tuvieron nada que ver con
nuestra decadencia para así de nuevo vestirse de lo contrario de lo que son
y quedar como los libertadores del mundo de todas las conspiraciones, cuando
en realidad son justo lo contrario.
Ellos controlan esta red de sociedades
secretas a través de las cuales llevan financiaciones sucias con las que
controlan los estados mediante su red de corporaciones que han privatizado
el servicio público soterradamente, las cuales han sido identificadas por
filtraciones de Wikileaks.
Como decía, Ellos se dedican a colocar a los
individuos oportunos en los lugares concretos, habiéndoles adoctrinado a
través de escuelas y universidades que controlan, como la LSE y Oxford en
Inglaterra, Princeton y Harvard en América, o selectos colegios privados
europeos fundados o controlados por órdenes clericales que protegen a la
mafia, tal como la Orden de los Jerónimos en España - lo cual fue por cierto
expuesto en “Más se Perdió en Cuba”- (una orden que también causa estragos
pederastas y paganos allá donde va, tal como víctimas me han reportado
personalmente, y responsable de la consagración del actual Rey de España),
para que así esos individuos adoctrinados no sepan ni para qué hacen lo que
hacen, pues sólo saben que esta mega-mafia les compensará con poder.
Ellos,
los urdidores en las tinieblas, son los que planearon el 11-S, el 7-J, y el
11-M, para justificar sus guerras y también la toma de unas medidas de
seguridad cada vez más fascistas: tal como Lucas mostraba en su saga, ¡el
objetivo somos nosotros!
En el caso concreto del 11-M, el atentado fue
realizado con un propósito diferente: hacer que la gente creyese que éste se
debía a la participación de Aznar en Irak, y con ello preparar un cambio de
gobierno programado y pactado previamente tanto por derechas como por
izquierdas (de la cúpula parlamentaria, claro), debido a que la bonanza de
Aznar reportaba demasiados buenos sondeos al PP antes de las elecciones de
lo que la Hermandad había convenido.
Por lo cual era necesario un golpe de
efecto para cambiar el gobierno, un cambio que lograría hacer estallar la
crisis a través de otro partido de políticas diferentes al PP (que fue el
que infló la burbuja con su especulación mafiosa), para que el nuevo actor
de la obra que fue introducido gracias al 11-M, los gastones y demagogos
socialistas, detonase la crisis que los del primer gobierno que trabajaba
para el mismo Plan ya habían dejado latente, algo que provocaría una enorme
miseria tras la cual la derecha, tal y como ambas partes de nuevo habían
pactado, volviese al poder en esta ocasión con mayoría absoluta para así
justificar la cesión ante las políticas injustas de Bruselas.
También algo tras lo
cual surgiría el escándalo Bárcenas (corrupción alimentada precisamente por
la red de empresas que la propia Hermandad controla “desde atrás”), nueva
traición de la Hermandad a sus propios agentes, lo cual preparó el terreno
para que cuando Bankia se hunda y España se arruine del todo gracias a la
labor de los que taparon el 11-M (Rato y Acebes), quede justificado de esta
forma que Ellos luego puedan vendernos a través de la UE su solución
fascista a la crisis económica e institucional de la que Ellos son los
verdaderos responsables.
Piensen, ¿quién es la cabeza de turco del caso Bankia ahora? Miguel Ángel Blesa, ¿por la compra de qué banco? ¡Del City
National Bank de la red Rothschild!
Blesa es otro socio y testaferro de
aquéllos y forma parte del plan para destruir España y que se necesiten
medidas que devuelvan las Cajas a su función original ¡las cuales serán
impuestas dictatorialmente por la Comisión Europea a la que nadie ha votado!
Piensen: todo es por la compra dudosa del banco, pero para realizar
semejante operación… se necesita un intermediario.
¿Por qué nadie mira en
esa dirección entonces?
Porque los medios manipulados quieren influir
nuestro juicio dirigiéndonos a donde les conviene. La crisis consumada por
la caída del fideicomiso de los activos de las Cajas justificará que sea el
Banco Central Europeo el que tenga que intervenirnos y por ello perderemos
nuestra soberanía ante un nuevo orden autocrático, ¡lo cual era el verdadero
plan desde el principio!
Por eso Rajoy no hace nada, por eso nadie hace
nada. Es parte del Plan para que nosotros pidamos la dictadura europea ante
el colapso de este sistema de falsa democracia que ellos hipócritamente
dirán resolver con su dictadura. ¡La administración debe jugar el papel de
incompetente y los cómplices capitalistas de la Hermandad el de los
malhechores!
Así agitarán una revolución comunista que ellos aplacarán con
sus decisiones burocráticas dignas de la Unión Soviética desde la CE.
Nick
Rockefeller, del clan Rockefeller testaferro de los Rothschild,
le reconoció
al investigador Aaron Russo que aunque manejan el capitalismo, ellos se
rigen puertas adentro por el manifiesto comunista, para cuya imposición
buscan instaurar un régimen injusto capitalista cuya injusticia ellos
explotarán para así justificar en el futuro el régimen que por la otra mano
ya tenían preparado para nosotros desde el principio (el cual será comunista
desde el punto de vista estructural).
Por cierto, por si a alguien le suena
absurdo pensar en la derecha e izquierda parlamentarias trabajando en
realidad para el mismo Plan repartiéndose los papeles, que piense: ¿cómo es
posible que ZP llevase a cabo políticas de derechas como las de hacer
sangrar a las clases medias con impuestos excesivos y medidas que no
alteraban la estructura económica, y que gastase monstruosas cantidades en
salvar a la élite financiera mientras congelaba las pensiones?
¿Cómo es
posible que el PP no haya cercenado las labores sociales del PSOE en cuanto
a la cesión a los terroristas y la apología del aborto y de la desviación
sexual, aun contando con mayoría absoluta, siendo cosas que venían en su
programa? ¿Cómo es posible que Sánchez-Camacho recibiese noticias que
atestiguaban la corrupción del partido contrario, oportunidad política donde
las haya, y que sin embargo no se personase por ello ante la justicia?
¡Se
tapan mutuamente y se reparten el trabajo! ¡Todo es teatro, una gran broma!
¡Todo es parte del Plan!
Los líderes de las sombras lo consiguen todo
mediante su telaraña de sociedades privadas o secretas, a través de grupos
como,
...y sí, también
dominan y tienen pervertido
el mismísimo Vaticano, pues el poder bancario
Rothschild es el que controlan agazapadamente su Banco, aunque también
poseen encubiertamente muchas sociedades más.
¿Que de dónde me saco que todo
esto sea así? He demostrado que los Protocolos son auténticos, y además
resulta que se está cumpliendo todo lo que anuncian.
¡Aten cabos! ¡La crisis
y la guerra son tapaderas para un golpe de estado encubierto aquí mismo! ¡El
enemigo está dentro! ¡Son los que aconsejan y financian a nuestros
administradores! ¡Tenemos que impedirlo cuanto antes!
La educación ha sido
secuestrada secretamente para adoctrinar a la humanidad y preparar el
terreno, y ésta ha sido rediseñada para limitar nuestra percepción y
hacernos materialistas y/o dependientes, alejándonos de la espiritualidad y
las aspiraciones que nos permitirían confiar en nosotros mismos y renunciar
a su Plan, pues estaríamos realizados y libres de la necesidad de que
controlen nuestras vidas, la cual utilizan para convertirnos en
inconscientes siervos del Mal.
Sin embargo su tesis sólo será válida si
nosotros seguimos dejándonos corromper.
Pero tranquilos, a pesar de que
Ellos en su infinita soberbia (cosa que hace que no sean tan “sabios” como
Ellos piensan) crean lo contrario por la forma en que han logrado apoderarse
del alma de muchos débiles de entre los nuestros, nosotros somos realmente
los que tenemos la Fuerza (como dicen ellos), pues nuestra “Fuerza” es la de
la Consciencia Cósmica Infinita:
nosotros hacemos de la Fuerza Vital, nuestra
propia fuerza, y con ella podemos curar nuestro mundo, y sanar el tumor
sionista que a tantos judíos, precisamente, y también a todos los demás
seres humanos, les ha costado la vida. Nosotros podemos salvar el mundo.