Mayo 21, 2013

del Sitio Web ElLibroDeThot
 

 

 


AVISO TOTALMENTE IMPRESCINDIBLE

Lo que voy a proceder a exponer es complejo y requiere de una gran atención a todos los detalles.

 

Es fútil tratar de sesgar el asunto y criticar partes sin ensamblar e interiorizar el conjunto. Hay que leerlo todo hasta el final para comprenderlo y juzgarlo con rigor.

 

El texto es diferenciable en dos calidades: por una parte en calidad subjetiva con mis propios juicios de valor, la cual ha de ser respetada pues es pura opinión personal inalienable; la otra se basa enteramente en el análisis racional, objetivo, y lógico, a través del método de investigación periodística-revisionismo histórico.

 

La objetividad investigativa llega un momento en el que sienta unas conclusiones, y es a partir de ellas de donde surge el juicio de valor que expongo ante los hallazgos puramente documentales que realizo: se tiende así un puente entre la objetividad de mi investigación y la subjetividad de mis posturas. Sin embargo, si bien ambas se ven sumamente ligadas, éstas no deben a pesar de ello ser confundidas, ni debe juzgarse en base a esto mis hallazgos en virtud de mi propia postura ante los mismos.

 

Aun así, resulta indudable que de alguna manera, la esencia de mis opiniones viene contextualmente respaldada por mis descubrimientos.

 

He sido concienzudamente metódico en mi análisis, y por ello exijo al lector atender con máximo grado de comprensión a todos los detalles y razonamientos, así como a ser lo suficientemente inteligente como para discernir mis propios juicios realizados en torno a mis demostraciones, de éstas mismas, del mismo modo que para entender también que eso no es excusa para tratar de barruntar que mis demostraciones sean meras opiniones, puesto que a pesar de que hay muchas opiniones aquí, la objetividad del tema central es propiamente identificable, en vista de lo cual constituiría todo un acto de cinismo negar el contenido principal alegando que mi trabajo sea subjetivo, puesto que la revelación fundamental que en él tiene lugar no lo es.

 

Les pido a ustedes que revisen y verifiquen los contenidos de mis pruebas y mis fuentes para cerciorarse de su realidad, y que corrijan de haberlo cualquier error menor de juicio que pudiera haber cometido.

 

Encomiendo a todos los que estén de acuerdo con lo que comunico en este texto a denunciar insistentemente de todas las maneras posibles a los que intenten sacar de contexto lo que he expresado en él, y si así sucediese, pueden citar incluso estas mismas líneas. El presente texto debería ser leído sin prejuicios, con máxima atención para evitar cometer errores de juicio estúpidos, y sobre todo, con imparcialidad y rigor.

 

La naturaleza de lo que me dispongo a relatar con toda seguridad levantará ampollas en muchas sensibilidades condicionadas por el adoctrinamiento que el sistema manipulado les ha impuesto invisiblemente.

 

A ellos les digo: yo no soy culpable de la realidad de lo que expongo, ni de que ésta les resulte incómoda, así que no lo paguen con el mensajero.

 



Sobre el Sionismo y el Antisemitismo

En primer lugar, me gustaría aclarar que según se dice los hasta ahora desacreditados “Protocolos de los Sabios de Sion” estarían retratando una mal llamada “conspiración judía contra la humanidad”, lo cual no entabla una definición precisa.

 

Hablamos de sionismo. El sistema manipulado se ha encargado de pervertir el lenguaje para hacer ver a todo el que defienda la realidad de los Protocolos como un “antisemita”, cosa que no tiene nada por qué tener nada que ver, siendo esto algo deliberadamente inducido para continuar ocultando (aunque ellos mismos no lo sepan) la conspiración sionista (no judía).

 

Pero Ellos (los sionistas) han tornado los conceptos y dado a cada significante precisamente el significado opuesto al que le correspondería, pues lo cierto es que tal como se sabe el Mal consigue enturbiarlo todo, logrando con esto ponerlo todo del revés pudiendo pasar así justo por lo contrario de lo que son consiguiendo asociar todo aquello que se les oponga al mal que realmente Ellos encarnan.

 

Así pues, los sionistas se han encargado de manipular tan bien el lenguaje que muchos honestos investigadores que descubren el complot, dado que parten del mismo léxico contradictorio que el sistema manipulado les ha inculcado, tienden a decir “judío” cuando en realidad lo que parecen querer decir es “sionista”, haciendo gala con ello precisamente de la misma falacia que los propios sionistas se han encargado de elaborar para que de esta manera sea extremadamente fácil desacreditar a los buscadores de la verdad tachándoles prejuiciosamente de “antisemitas”.

 

Quiero remarcarlo lo suficiente: yo no soy antisemita, soy antisionista… ¿Queda claro? Repitan conmigo: antisionismo no es lo mismo que antisemitismo…

 

El antisemitismo es una postura delirante basada en una construcción falsa explotada específicamente por el complot sionista para así crear el fantasma antisemita consiguiendo de esta forma hacer que todo el mundo tenga miedo de acercarse a destapar el mismo con tal de evitar ser acusado por ello de monstruo a favor del antisemitismo.

 

Los sionistas manipulan precisamente el antisemitismo, siempre quedando ellos mismos fuera de las diversas persecuciones a los judíos, claro, para luego asociar engañosamente sionismo a semitismo y ponerse así la piel de cordero.

 

Pocos saben que la élite sionista es en realidad, por delirante que suene al desinformado, verdaderamente antisemita, y el que quiera saber por qué podrá comprobarlo en mis futuros trabajos o también en los del investigador David Icke.

 

Por ejemplo,

  • Jacob Frank, amigo de los Rothschild sionistas, confesó haber puesto el antisemitismo al servicio del sionismo

     

  • Théodor Jertzl, fundador del sionismo moderno, confesó también en su diario haber tramado una farsa para que el antisemitismo infundiese temor con el propósito de recoger esos frutos con el fin de justificar el sionismo: a esto se lo llama “Bandera Falsa, una técnica universal del poder desde tiempos arcaicos muy a menudo empleada por los sionistas

     

  • Esta técnica de los sionistas para que todo aquél que se les oponga parezca un miembro del antisemitismo que ellos justamente representan en secreto, que ellos fundaron en realidad, y que ellos alimentaron para sus propios planes, es también reconocida en los propios Protocolos

Me gustaría dejar claro también que resulta sumamente ofensivo que muchos se refieran a este tipo de testimonio como “delirante negacionismo del holocausto”, pues con tales afirmaciones, dichas personas en su sesgo demuestran su ignorancia, puesto que los que malinterpretan estas declaraciones sosteniendo que son “negadoras de la evidencia del holocausto” suponen precisamente sin saberlo el principal obstáculo a la información por los sionistas con su estrechez de miras, pues como ya se ha visto, yo por ejemplo, no niego el holocausto, ya que reconozco que éste está ahí y es muy real.

 

Lo que niego es precisamente la versión oficial establecida en cuanto al mismo basándome para ello en mi propia idea de la verdadera naturaleza y el propósito ocultos con los que entiendo que el holocausto fue tramado, y voy más allá de lo convencional en asignar la autoría del mismo, pues considero que hay suficientes pruebas de que éste fue en realidad una trama urdida por los sionistas para masacrar a judíos inocentes mientras ellos, que en sus verdaderos círculos internos no guardan ni tan siquiera relación doctrinal ni étnica alguna con los verdaderos judíos, se libraron del holocausto para luego asignarse el papel de proscritos pasando así por mártires, logrando asociar con ello por tanto judaísmo con sionismo para de ese modo legitimar su horrendo imperialismo, en contra del cual, se han mostrado justamente muchos judíos.

 

No niego la autoría nazi, ni niego el hecho del holocausto, sino que afirmo que el hecho fue realizado con un propósito oculto más allá del aparente así como que la autoría de los antisemitas estaba en realidad al servicio de una autoría mayor de los sionistas que lo urdieron clandestinamente, y que ellos fueron realmente los que organizaron todo, pues tal como muchos han demostrado, los propios antisemitas, por asombroso que parezca, eran en realidad sionistas en secreto, y el sionismo, es en realidad en secreto todo lo contrario de lo que dice ser.

 

Por lo tanto, repito: no “niego” el holocausto (como los ignorantes programados declararán), el cual sí, es claramente un hecho incuestionable (claro, pues en eso consiste de hecho su importancia en el plan sionista), y además no sólo no lo niego sino que también lo condeno, de manera que no soy antisemita para nada, pues la razón precisamente por la cual me sitúo contra los sionistas es porque les acuso de haber urdido a hurtadillas el llamado “exterminio ario”, por lo que debido a esto resultaría absurdo que se me acusase de “antisemita”, puesto que la causa por la que denomino “monstruos” a los sionistas consiste en que es exactamente a ellos a quienes culpo de haber exterminado judíos criminalmente.

 

Los sionistas crean el monstruo para luego identificarse con el papel de la víctima, cuando lo que ese monstruo en realidad representa es el verdadero rostro de lo que ellos mismos esconden públicamente, pues de hecho han empleado la imagen de dicho monstruo creado por ellos para saciar su sed de sangre judía mientras que al mismo tiempo condenan y demonizan por otro lado a esa bestia que en realidad les representa a ellos para pasar después por las víctimas camuflándose de esta manera entre las mismas (pura “contra-inteligencia”), y humillando con esto a las que de verdad lo son.

 

Esto se llama, repito, “Bandera Falsa”, y consiste en dar lugar una trama ficticia encabezada por falsos jefes de un supuesto movimiento enemigo que en realidad estarán a nuestro servicio engañando con propaganda a todos los que participarán en ese bando para provocar que éstos nos ataquen haciéndoles creer que luchan contra nosotros cuando en realidad nosotros, que somos quienes manejamos realmente dicho movimiento, lo habremos dispuesto todo para quedar prácticamente indemnes, valiéndonos así de que sus jefes, que son nuestros aliados, les habrán envenenado contra nuestra gente, para que de esta forma nosotros logremos masacrar desde este falso bando enemigo manipulado por nuestros cómplices en el papel de aparentes rivales a nuestra propia “gente” (supuestamente “nuestra gente”).

 

De este modo nos identificamos después con ella y con su sufrimiento, logrando justificar con ello nuestros propios fines, los cuales nada tienen que ver en realidad con el servicio a los intereses de los inocentes a los que hemos logrado que se persiga, fines entre los cuales se incluye precisamente exterminarlos a ellos mismos en un futuro, cosa que nunca confesaremos haciendo parecer que se trata de todo lo contrario (por supuesto), de manera que de este modo parecerá que hay dos bandos, cuando en realidad nosotros, los poderosos de ambos, jamás nos habremos “tocado” entre nosotros, dado que el verdadero hecho consistirá en que nosotros en secreto fuéramos aliados y que nos regimos en privado por los mismos principios oscuros mientras nos protegemos mutuamente a la vez que ocultamos el rastro de este complot, pues lo cierto es que en el fondo trabajábamos juntos: no hay dos bandos, sólo uno.

 

Así pues, que nadie se asombre ante esta afirmación, pues es absolutamente correcta: los sionistas son Nazis.

“¿¡Qué!?”, dirán muchos. “Pero si los sionistas… ¡son judíos!”.

No, son imperialistas segregacionistas de una élite de origen caucásico regidos en el fondo por principios paganos, pero ellos disfrazan todo eso de léxico judío con la doble finalidad tanto de confundir al público puertas afuera cuando hace falta, como de humillar en secreto a los propios judíos (a los cuales ellos tanto odian en realidad) al ligar el nombre de éstos al suyo a modo de poética maldición, hábito el cual les permite también cuando éste se extiende a la vida pública, usar a los judíos además como parapeto para servir de chivo expiatorio cuando ellos lo creen conveniente, incendiando para ello la opinión pública con tal de culpar a ojos de la gente a dichos judíos de aquello que ellos son quienes lo hacen en realidad (invirtiendo con esto las tornas de una manera sumamente cínica).

 

Para así justificar el masacrarlos y matar con ello dos pájaros de un tiro, pues lo dicho sirve a los sionistas para pasar en el futuro por parte de las víctimas mientras que al mismo tiempo hayan conseguido irónicamente martirizar a quienes ellos más odian, que son los judíos, si bien entre los altos iniciados de sus círculos internos el verdadero significado velado de su doctrina deviene diametralmente opuesto a ese léxico judío del que ellos tanto la envuelven al corresponderse éste en realidad de manera inesperada justo con el de la propia doctrina nazi, mientras que estos mismos por el otro lado utilizan tanto a los iniciados de los círculos externos de sus sociedades secretas (los “masones azules” de bajo grado totalmente inofensivos a los cuales la gente culpa ignorantemente de los complots que ellos por su propia estructura no están capacitados para realizar, lo cual sirve a los conspiradores para escudarse tras esta cortina de humo tan fácil de desacreditar para así ahogar las teorías conspirativas).

 

Como igualmente a los judíos comunes (a los cuales ellos se refieren como “Hermanos Menores”, o sea, los judíos genuinos a los que ellos tratan como a ganado), para que ambos lleven a cabo para ellos sin poder tener elección ni tampoco saberlo, políticas genocidas y racistas propias de los mismísimos Nazis, que son con las que ellos en realidad se identifican, habiendo empleado irónicamente para ello como ya se ve a los propios judíos (así de perversos son estos dementes), para luego poder volver a ejercer en el futuro justo esa política genocida contra los mismos judíos a los que han manipulado (pues esto forma parte de su verdadero plan, ya que como ya he dicho, ellos en realidad odian a los judíos), consiguiéndolo todo a través de sus hilos de inteligencia secretos (actualmente el Mosad, el grupo más maligno de la tierra).

 

Muchos ignorantes me acusarán de infantil por lo que voy a decir, pero lo hago porque soy un gran admirador del cine, y porque el ejemplo resulta sumamente didáctico para aclararme y que a nadie le dé por malentenderme y acusarme al haber incomprendido la sutileza de mis argumentos, de ser un monstruo.

 

Sea como sea, cabe destacar que me gustaría recomendar para entender todo esto de una manera sencilla, ver la última trilogía de “La Guerra de las Galaxias” de George Lucas, puesto que en el Episodio II los separatistas atacan a la República comandados por el Conde Dooku, y este ataque produce la necesidad de crear un Ejército de la República, y la guerra justifica le concesión de cada vez mayor poder al humilde y bondadoso Canciller Palpatine, cosa que da lugar a la progresiva restricción de libertades, mientras que Dooku le confiesa en una ocasión al protagonista Obi-Wan que la República está manipulada por el Lord Oscuro Sith Darth Sirius, testimonio que Obi-Wan aprende a rechazar por venir de la boca de aquél a quien le han adoctrinado para considerar “el enemigo”.

 

Algo tras lo cual descubrimos que Dooku era en realidad quien trabajaba para Darth Sirius, quien realmente manipula el senado en secreto mientras que a la vez dirige, también secretamente, el bando “enemigo”, a través de su testaferro Dooku, lo cual resulta muy ilustrativo, pues así justo es como funciona precisamente el sionismo, que pone en boca de los ficticios “enemigos” que ellos mismos inventan y manipulan, aquello que realmente es verdad, para que todo aquél que se acerque a esa verdad sea considerado partícipe de la doctrina del supuesto “enemigo”, el cual ha sido entre otras cosas, deliberadamente creado para desacreditar esos pensamientos al poner los mismos en su discurso, utilizando de este modo la verdad para poder así negar la propia verdad.

 

Mientras que mezclan lo cierto con conceptos que no han de guardar necesaria relación con ello, de tal modo que pensamientos como “hay una élite de individuos ‘judíos’ que controlan el mundo” vengan a ser rechazados por el público por tratarse precisamente de lo que los sionistas hicieron decir a los Nazis mezclando todo ello con odio irracional que no guarda necesaria relación con lo dicho para que así esa fusión manipulativa y turbia de conceptos provoque el miedo en la gente a pensar ese tipo de cosas puesto que considerarán que eso inevitablemente ha de llevarles por al mismo puerto que el de los Nazis cuando en realidad no tiene para nada por qué ser así, lo cual es justamente la retorcida manera en que piensan los sofistas del Mal.

 

George Orwell, célebre escritor, llamaba a esto “doble-pensar”, algo de lo que los sionistas se han servido precisamente al utilizar el discurso del propio Adolph Hitler (quien en realidad trabajara en secreto para ellos, tal como demuestra el trabajo del Sr. Icke, pues pertenecía a sus mismas familias y contaba con su financiación), para que éste mencionase los propios Protocolos, dando lugar a que desde entonces todo aquél que los mencione sea exactamente comparado con “el monstruo de Hitler”, el cual sí, era un monstruo, pero eso no quiere decir que su supuesto “antisionismo” fuera un sinónimo de “antisemitismo”.

 

Es así como le utilizaron para luego hacernos pensar de esa manera, algo también apreciable en el caso de Mahmud Ahmadineyad, a quien se ha hecho decir un tipo de cosas determinado para que los occidentales consideren así la profesión de tales ideas como “ponerse de parte del enemigo”. Pero volviendo al tema de “La Guerra de las Galaxias”, finalmente, en el Episodio III, resulta que el humilde y bondadoso Canciller Supremo Palpatine, que ahora había sido secuestrado por Dooku, es rescatado por los héroes de la saga, tras lo cual el Canciller manda ejecutar a Dooku para que, tras ciertos combates, la República gane la falsa guerra urdida por “el lado oscuro”, pero para entonces ya es demasiado tarde, puesto que los héroes Jedi descubren que Palpatine era en realidad el Lord Oscuro, y que el “humilde y bondadoso” Canciller, resultaba ser de manera inesperada, todo lo contrario.

 

De manera que las extrañas casualidades que le dieron a él tanto pode, no se trataban de coincidencias accidentales sino de un plan que había sido preparado por él mismo en secreto mientras en público se hacía pasar por genuino protector de la libertad, cuando no era sino él precisamente el único interesado en , por lo cual los Jedi deciden impedir que Palpatine tome el control, e intentan asesinarlo.

 

Pero en ese momento, Palpatine, que para entonces ya lo tenía todo planeado, es quien les asesina a ellos y utiliza sus poderes supremos incontrolables que ha conseguido gracias a la guerra sobre el ejército, para utilizar éste con el fin de imponer un régimen dictatorial basado en el miedo en nombre de la “libertad” y de la “paz”, pues acusa a los Jedi, que no eran sino los “buenos” que querían salvar la República del Mal, de haber intentado dar un golpe de estado, haciendo de esta manera que los buenos pasen a ser proscritos convirtiéndose oficialmente en “los malos”, lo cual justifica que el ejército se haga con el control para “proteger la democracia”.

 

Y así Palpatine ordena a su nuevo siervo Darth Vader acabar con los miembros del bando enemigo que luchaban bajo las órdenes de quien creían de su bando y que en realidad trabajaba con Palpatine, creyendo ellos mismos que luchaban contra la República, para finalmente ser asesinados en el encuentro en el que el Lord Oscuro les había prometido recompensarles por sus servicios (pues ellos no sabían que en realidad sin darse cuenta estaban cumpliendo con su papel para justificar la tiranía de Palpatine sobre la República), un asesinato tras el cual el Canciller se convertirá en el malvado Emperador Darth Sirius…

 

¡Sorpresa! Nadie en la República podría haberse imaginado que la guerra estuviera siendo urdida para justificar un régimen, y que los que controlaban el “bando bueno” también estuvieran fabricando en secreto el “falso bando malo”, para que así ese problema justificase la perversa “solución”, ni tampoco nadie podía imaginarse que el conflicto fuera una estafa y que los célebres “enemigos”, sin saberlo ellos mismos, estuvieran siendo una “pantalla” para hacer que el poder del estado se incrementase cada vez más (cosa que refleja perfectamente la realidad del supuesto conflicto CIA-Al Quaeda).

 

¡Nadie podía imaginarse que el Canciller estuviese detrás de la mismísima guerra, detrás de la revolución, detrás de todo! ¡Ni mucho menos que él fuera el único detrás de la concentración del poder que él en público fingía rechazar y considerar “una carga”!

 

¡Decir lo contrario implicaría haber sido tachado de loco! Esto es justo lo que nos pasa a nosotros, que jamás creeríamos que los “malos”, que efectivamente lo son (lo que digo no debe ser malinterpretado como una apología a favor de Al Quaeda o Corea del Norte, por ejemplo), puedan estar siendo dirigidos encubiertamente por quienes consideramos “buenos” a través de falsos jefes cómplices de “los de aquí” que se dediquen a engañar a los propios enemigos para que trabajen para ellos, y quienes no sirven sino a la conspiración de aquellos a quienes nosotros consideramos “buenos”, los cuales serían en realidad los peores “malos”, y si alguien osa insinuar algo así, toda la sociedad manipulada por la propaganda acusará al que diga eso de “loco”, o de ser un “traidor a favor del enemigo”, sin darse cuenta de que sin saberlo ellos mismos son quienes están cumpliendo con el plan perverso.

 

¿Cómo iba a estar yo del lado de los “monstruos”, si la razón por la que considero “malos” a “los de aquí” es porque les acuso a ellos precisamente de las maldades que esos monstruos, sí, realizaron, pero según opino, precisamente por obra suya? ¿Y si la democracia que con tanta pasión defendemos se ha convertido justo en lo contrario de lo que debería ser, y somos nosotros quienes estamos en “el bando equivocado”?

 

Lo peor, es que ni siquiera hay “un bando acertado”: lo tienen todo. Tras mi “discurso de ‘La Guerra de las Galaxias’”, muchos podrán decir que a santo de qué viene toda esta perorata tan “infantil”.

 

Pues viene a que, como muy pocos saben, George Lucas tenía al parecer en su vida privada una estrecha relación con la NSA, la principal agencia de inteligencia del mundo occidental, con lo cual, dicen “las malas lenguas” que Lucas realizó estas películas para denunciar en realidad ante el inconsciente del público la venida del Nuevo Orden Mundial.

 

Si he usado este ejemplo, no es sino para mostrar de manera ingenua lo sumamente plausible que es todo esto que digo a pesar de cómo nos han sugestionado mediante el control de la información, pues exactamente así, como Lucas expone, es como los sionistas han provocado el sufrimiento de judíos inocentes a los que ellos nunca han representado mientras ellos quedaron siempre impunes de dicho sufrimiento para popularizar sus intereses, hecho que se han dedicado a desfigurar mediante propaganda infundada, haciendo pasar así por víctima a quien precisamente es el verdugo, y ofendiendo con ello por tanto precisamente a la memoria de los verdaderos millones de judíos inocentes que murieron en el holocausto, por ejemplo, explotando así a través de su control de los medios la publicidad sionista usando ésta para justificar sus tesis nacionalistas y racistas en base a su “sufrimiento histórico como pueblo” e invadir bajo semejante pretexto la tierra de Israel que ellos ya habían comprado.

 

Tras lo que una vez allí volvieran a causar desde su control de dicho estado nuevos estragos genocidas que continúan en la línea de los propios Nazis (quienes fueron utilizados por ellos mismos secretamente), equiparando de esta forma en la opinión pública “sionismo” a “judaísmo” cuando el sionismo no es en realidad ni un movimiento cultural ni una expresión natural, como sí lo es el verdadero judaísmo, sino por el contrario una doctrina filosófica sumamente siniestra que aunque se disfraza de judía, en su trastienda es pura iconodulía pagana, idólatra de seres “satánicos” (malignos) que son exactamente las mismas entidades adoradas encubiertamente por los antisemitas (Jacob Frank, uno de los fundadores del sionismo moderno junto a los Rothschild, fue también el fundador del antisemitismo alemán, como pocos saben), tal como el Conde Dooku y el Canciller Palpatine, aparentes enemigos, eran en realidad ambos siervos secretos del mismo culto al “lado oscuro de la fuerza” (si bien obviamente me refiero a la élite, no a los descerebrados a los que ellos manipulan, por supuesto).

 

Por tanto, Ellos (tanto sionistas como Nazis) son también en realidad pertenecientes al mismo culto pagano ancestral relanzado por Jacob Frank, así como herederos de la nueva tradición fundada por éste: el sabateanismo.

 

Sus ídolos comunes que les caracterizan como sabateanos son deidades mesopotámicas arcaicas como Baal o Moloch. De hecho pocos saben que la estrella de 6 puntas no es un verdadero símbolo judío original, pues su procedencia se remonta al mundo fenicio y se remonta en realidad al culto a Moloch; muy pocos saben también que el número 11 es el número astral de aquél, y que por eso estos individuos organizan muchas de sus “Banderas Falsas” justo en los días “11”.

 

Igualmente el famoso símbolo del hexagrama, a pesar de que efectivamente sea un símbolo esotérico asociado a muchas corrientes de tradición (incluyendo los propios concilios de la tradición mística judía), aparece por primera vez de manera destacada en el mundo occidental en la puerta de la casa de los banqueros Bauer en Frankfurt, sentando esto precisamente el propio origen del nombre “Rothschild”, puesto que éste en alemán significa “Escudo Rojo”, el cual fuera el apodo que aquéllos adquirieran en Alemania y que posteriormente convirtieran en su apellido en honor a su emblema, ya que dicho símbolo aparecía justo con un color rojo, no tratándose en realidad más que del famoso hexagrama, el cual dependiendo de la lectura aplicada puede tan pronto como de manera espiritual, ser entendido como un símbolo satánico (cosa que de hecho es para los Illuminati de grado elevado).

 

Por esta razón y no por otra es por lo que la bandera de Israel (estado perteneciente a los Rothschild décadas antes a su colonización por haberlo comprado mediante la Mesa Redonda a Lord Balfour tras la liberación de Palestina), en lugar del símbolo de la ortodoxia judía, que es el candelabro (cosa que parecería razonable), presenta por el contrario el de los propios Rothschild, que es el mencionado hexagrama (pues de hecho el hexagrama israelí es el famoso Roth-Schild que dio origen al apellido de aquéllos).

 

Con ello los Rothschild buscan de manera encubierta y velada humillar definitivamente a los judíos al apoderarse de su nombre sustituyendo sus símbolos por los de la maldad que ellos en el fondo representan, algo que también hicieran igualmente durante el holocausto que ellos urdieron encargándose de que sus títeres antisemitas obligasen a marcar con ese símbolo a los desdichados judíos (“mirad, ésta es vuestra maldición, que nosotros os hemos elegido para ser quienes nos representen”).

 

También sobre todo porque los Illuminati están obsesionados con colocar sus símbolos en todas partes por motivos esotéricos, dado que según el ocultismo, el símbolo (el pentaclo) comparte la fuerza de aquello que representa, tal como los famosos “amuletos cabalísticos” (algo que filosóficamente se puede relacionar con lo que Wittguen-STEIN- destaco en este caso la desinencia típica de los apellidos judíos para remarcar que aprecio a este pensador independientemente de sus orígenes- llamaba la “forma lógica”, la cual según él era de naturaleza extralingüística y transmitía de manera misteriosa una forma designativa invisible común a todos los símbolos que de manera inexpresable algo comparten internamente con aquello que representan y viceversa), con lo cual lejos de ser superstición, esta postura tiene cierto sentido filosófico en una suerte de clave metafísica borgiana.

 

Por eso los Illuminati hacen que todas las compañías de seguros, empresas financiadas con su dinero, bancos y corporaciones, de manera velada, compartan siempre los mismos símbolos esotéricos de sus Misterios (como el emblema del Banco Santander, el cual, digan lo que digan, está claro que representa en realidad crípticamente la conocida llama de Semíramis-Ishtar, otro ídolo pagano mesopotámico adorado por los Illuminati representado también por la mal llamada Estatua de la Libertad), puesto que estos Illuminati están convencidos (algo que como ya hemos visto tiene más sentido de lo que parece), de que los símbolos les dan poder.

 

El ritualismo es algo muy satánico. Por otro lado, volviendo al hilo principal, he de remarcar que estos seres anteriormente descritos (Baal, Moloch, Ishtar, etc…) son precisamente los ídolos secretos de los grados ocultos que manipulan la red de sociedades secretas que controlan el mundo de los Altos Iniciados en el Ocultismo Negro al servicio de la trama urdida por poderes fácticos cuyo mayor representante es como ya hemos visto la infame familia Rothschild.

 

De hecho, hay lugares del sur de España donde testigos de atrocidades paganas cometidas en secreto por la Iglesia Católica me han hablado de haber oído menciones o descubierto rituales relacionados con Moloch, Baal, o Ishtar, nombres que estas personas campesinas, de pobres estudios, y de cultura notablemente baja, reconocen de manera sorprendente como algo absolutamente familiar, lo cual (para mí, claro, puesto que no puedo delatar a nadie) prueba la realidad de este tema. Ustedes investiguen por su cuenta y descubrirán que no miento.

 

Asimismo, resulta algo bastante desconocido que el verdadero trasfondo de la doctrina de los supuestos “judíos” de la élite sionista (los sabateanos que antes desenmascaré y que sientan la cúpula de esta corriente que lo maneja todo elípticamente) está en realidad totalmente escindido de la ortodoxia judía tradicional, y que éste realmente no tiene nada que ver con el judaísmo ordinario: sus motivaciones son el humor ofensivo e impropio, la perversión, la banalización del arte y la música, la sensualización de los jóvenes, la promoción del morbo y de la abulia, la escatología decadente, la contaminación de la cultura, el envenenamiento de la publicidad, la búsqueda del control del Capital, la desviación sexual, la tortura, e incluso en ocasiones, el derramamiento de sangre humana (mediante las guerras que alimentan, por ejemplo, o actualmente con su propuesta estrella: el aborto, el cual le ofrece a Moloch, como antaño sucediese en Cartago, una gran afluencia de sangre de niños inocentes).

 

A eso es a lo que muchos antisemitas confundidos se referían cuando decían que,

“los judíos están contaminando las nobles tradiciones y apoderándose de la banca”.

En realidad eso es lo que hacen los sabateanos, que son una rama podrida dentro de lo que oficialmente es considerado como judaísmo (“judíos malos”, por así decirlo, diferentes de los “judíos buenos”; aunque en realidad los “judíos malos” no son sino “pseudo-judíos”, falsos judíos infiltrados y mezclados en el judaísmo y que buscan malversarlo; esto ha sido denunciado incluso por rabinos ortodoxos, y repito que espero que esta explicación sirva para demostrar que yo no soy antisemita).

 

Pero curiosamente los propios líderes de los círculos superiores de los movimientos antisemitas también comparten precisamente el culto sabateano.

 

De este modo los jefes antisemitas que en secreto son sabateanos (y que en ocasiones, como Goebbels, guardan vínculos familiares con los propios pseudo-judíos) utilizan enmascaradamente a sus partidarios para hacerles decir lo que en realidad es la pura verdad, pero en este caso de manera desfigurada, haciendo así que acusen precisamente a los judíos en sí de esos males, buscando generar con ello el efecto de “doblepensar” de manera que todo aquél que se acerque a descubrir el vínculo entre “judíos” y “perversión de la cultura”, sea automáticamente desacreditado como un antisemita (a pesar de que este vínculo sí existe, pero sólo con los pseudo-judíos “malos”, nunca con los judíos en sí).

 

De esta forma se aseguran de que nadie les descubra, y para ello precisamente los sabateanos han fundado el antisemitismo (del cual en el fondo participan), para distorsionar la realidad, lo cual explica por qué los antisemitas serían en realidad sionistas, puesto que sirven al plan sabateano, aclarándose con esto igualmente el problema que ha hecho que muchos investigadores se devanen los sesos en vano.

“¿Por qué los judíos? ¿Por qué en Alemania?”

Porque al sionismo que controla el mundo le convenía una cabeza de turco con la cual pudieran identificarse, porque ésta encarna los valores tradicionales que ellos denostan, porque Alemania fue la cuna de la cúpula financiera sionista que hoy domina el planeta.

 

Esta gentuza no tiene reparo, por cierto, y por eso mencioné aquello, en traicionar a sus propios cómplices con tal de poder continuar con su plan, cosa que sus cómplices asumen perfectamente como algo aceptable, de la misma manera en que sucedía cuando Palpatine-Sirius decide usar su poder de Canciller para mandar ejecutar al Conde Dooku desde su autoridad pública en la película de Lucas, pues lo más importante para los siervos del “lado oscuro”, no es tanto el beneficio personal (que por otro lado resulta la propia base de la doctrina del “lado oscuro”), como el mero hecho de que el “lado oscuro” en sí sobreviva.

 

Me gusta ilustrar este ejemplo con una magistral escena de “El Padrino II” (por citar una verdadera obra maestra), cuando el tío de Michael Corleone, tras haberle traicionado, pensando que Michael le había traicionado a él, a pesar de que, como buen mafioso, lo que busca es poder a través de la violencia, acaba suicidándose y sacrificándose cuando descubre que la investigación policial con la que él ha colaborado está a punto de acabar con la “amada ‘famiglia’”, la “amada ‘famiglia’” a la que él mismo como buen mafioso intentó traicionar, pero no es lo mismo eso a que desaparezca de la faz de la tierra la mafia en sí misma.

 

Por esto me encanta esa escena, porque refleja a la perfección la naturaleza de la filosofía de los que buscan preservar el poder, puesto que nos enseña cómo los mafiosos aspiran al poder y al control, pero no por el mero hecho de obtenerlos, sino porque parecen rendir una especie de culto casi religioso a la doctrina de la búsqueda del poder y el control en sí misma:

por extraño que parezca, los controladores no buscan simplemente controlar, sino que tienen una estimación prácticamente “mística” del concepto mismo del control, que es por lo que el tío de Michael se suicida en la bañera, dado que en la filosofía mafiosa hay algo más importante que beneficiarse del crimen, y es que el crimen en sí mismo perdure.

Esto explica la posible duda de mucha gente:

“¿si según dices los sionistas manipularon a los Nazis y también manipulan occidente, qué me dices de los juicios de Nuremberg realizados por los americanos y los británicos, los cuales acabaron con muchos Nazis, por ejemplo?”

Pues que lo que sucede en realidad es que estos individuos se traicionan entre ellos constantemente para proseguir con el plan de que triunfe la propia “búsqueda del poder”, algo que prefieren incluso al poder mismo, por paradójico que suene.

 

Con lo que de esta manera aceptan la traición y el mal entre ellos como algo legítimo para la continuación del plan, puesto que la traición y el mal son precisamente aquello a lo que ellos rinden culto, y si bien buscan matarse entre ellos por esa misma filosofía, al mismo tiempo asumen sacrificarse en manos de sus enemigos internos/cómplices cuando esto sea necesario para que ese mismo culto, y el “plan mayor”, salgan adelante, siendo justo esto lo que hicieron los Nazis de Nuremberg al morir en los juicios organizados por el bando controlado por los mismos para los que ellos trabajaban, pues tenían muy asumido este pacto de las sombras.

 

Aún así quiero hacer constar que el verdadero aparato Nazi no desapareció en realidad, puesto que la estructura que en la práctica diseñara el holocausto fue “reciclada” por el bando occidental mediante la ya desclasificada “Operación Paperclip”, con lo cual mi tesis sigue quedando respaldada.

 

En cuanto a lo expuesto acerca del funcionamiento del Poder, he de decirles a quienes les “suene extraño”, que no es tan inverosímil; piensen con lógica: si la filosofía del bien radical deontológico es el amor y la fraternidad entre todos, así como la anteposición del servicio a los demás, estando incluso dispuesto a denunciar el Mal siempre, aun cuando el malvado sea tu propio amigo, pues has de ser desapegado.

 

La sofística y perversa filosofía del mal sádico es justo la contraria, es decir, la doctrina del odio y la enemistad entre todos debe perdurar (incluso, o sobre todo, entre los propios profesantes de dicha doctrina), y la búsqueda del poder personal ha de ser siempre lo más importante, con lo que si para ello hay que renunciar precisamente al poder personal para que la búsqueda del poder personal nunca deje de ser lo que predomine, entonces esto se hace sin problemas.

 

Así de enfermos y retorcidos son los que dominan este mundo (los sionistas).

 

Pero es hora de tirarles de su trono corrupto y borrar su mal de la tierra con la Luz de la Verdad.



 

 



“LOS PROTOCOLOS DE LOS SABIOS DE SION”

VALIDADOS AL FIN

UN HALLAZGO SIN PRECEDENTES - ALLEN DULLES MINTIÓ
 

 


“Los Protocolos de los Sabios de Sion”

El documento cuya validación conllevaría la deslegitimación y dinamitación total del sistema occidental

Los Protocolos de los Sabios de Sion” son un documento aparecido en la prensa rusa manipulada por el zarismo a principios del siglo XX, y que en teoría, según se ha interpretado, retrataba una conspiración tramada por una élite de altos iniciados secretos pertenecientes a una oscura orden talmúdica con pleno dominio a través de sus sociedades secretas, tanto de la banca, como de la comunicación, como de los estados, así como por tanto, de la sociedad occidental (y prácticamente del mundo) en su conjunto.

 

Esto sentaría la prueba definitiva e irrefutable de todo lo que dije arriba.

 

Sin embargo el paradigma actual, la tesis aceptada y aparentemente demostrada, es que los Protocolos fueron un artificio zarista para demonizar a los “judíos” y con ello justificar el “Antiguo Régimen” y toda la filosofía que respaldaba el poder del Zar, para lo cual el texto de los Protocolos tal como fueron publicados en prensa ofrecía una sospechosa legitimación, habiendo podido constituir un tramposo y oportuno espaldarazo del modelo que entonces reinaba en Rusia y se sentía amenazado por el cambio contemporáneo que los Protocolos en parte reflejan.

 

¿Pero qué contenían aquellos textos? Hagamos memoria.

 

El contenido de los Protocolos es todo un monólogo que a muchos se les antoja bastante poco realista, pues se maneja además de manera constante en un tono genérico, ya que no explica cómo ni por qué medios habrá de desempeñarse lo que en él se anuncia, dando con ello por sentado que aquella gente habría de gozar de un poder casi ilimitado reflejando así en él un discurso que habría de venir siendo recitado probablemente de manera exaltada ante un púlpito que al mismo tiempo podría pertenecer a la misma asociación, el cual expresa un plan para apoderarse del mundo y corromper el alma de la humanidad.

 

Se ha argumentado que seguramente se trate de una farsa, en primer lugar, porque nunca antes se había oído hablar del susodicho colectivo en él referido (aunque de ser así, entonces no se trataría de un poder total prácticamente absoluto mantenido en la sombra, tal como supuestamente aquél documento en teoría habría de dar a revelar, con lo cual esta primera crítica resulta un poco ingenua).

 

Por otra parte el orador generaliza a menudo y se maneja en un lenguaje bastante maniqueo así como tendente a lo absoluto, resultando según parece muy simple y en teoría poco elaborado (o eso dicen), mientras que todo ello no deja de suponer una mera declaración que no aparenta tener demasiado sentido pues ésta estaría siendo realizada supuestamente ante su propia gente, con lo cual lo propio deviene más bien similar a una ficción literaria en su aire y estilo.

 

El monólogo se presenta bastante generalista y fraseológico manifestándose constantemente en la primera persona del plural, sin que haya réplica ni espera de la misma.

 

Pero también se critica además el hecho de que según este documento, dicha se valdría para sus propios fines de elementos tan aparentemente inconciliables como el dogmatismo religioso y el materialismo científico, el fascismo y el comunismo, el colectivismo y el monarquismo, o el consenso y el totalitarismo, simultáneamente, algo que a la gente común se le antoja contradictorio e insólito.

 

Sin embargo esto no lo es si se entiende la tesis que postula que quizá lo que sucede consista en que todas estas polarizaciones de la realidad no sean más que formas filtradas y justificadas de manera compleja, de la opresión del espíritu humano y de las aspiraciones de trascendencia, así como del individualismo y el pensamiento crítico, de la justicia, de la libertad, y en definitiva, de aquello que sensatamente podemos denominar “el bien”.

 

En otras palabras, estos Protocolos vendrían a significar lo que muchos idealistas y espiritualistas pensamos: que el mundo está siendo manipulado a través de determinadas posturas fabricadas para adaptarse a aparentes demandas naturales de la sociedad, siendo en realidad al mismo tiempo todas ellas grandes perversiones del concepto que dicen representar, de manera que por tanto esta forma de llevarlo todo al extremo significaría que la alternativa a una injusticia siempre será, de manera intencionada, otra injusticia igual pero basada en los valores supuestamente opuestos (a los cuales obviamente no serviría realmente, sino que los estaría traicionando, siendo esto así siempre).

 

Con lo cual, en definitiva, toda la sociedad estaría siendo manipulada para engañar al ser humano y hacerle creer que vive en un mundo real, mientras que la humanidad entera estaría verdaderamente al servicio del mal en sí mismo, en su sentido más puro y metafísico, como si estos tipos estuvieran al servicio del demonio “en persona”, dictando para justificar todo ello mediante sus redes manipulación de la información, un entorno esencialmente falso y constantemente cambiante para así generar prejuicios y confusión y por ello permanecer ocultos y de ese modo poder seguir controlándonos fingiendo estar apoyados por una historia y un paradigma naturales (tal como sucedía en la película “Dark City”, después imitada por “Matrix”, donde creo que los autores pretendían denunciar fantásticamente esto mismo).

 

De todos modos esta crítica antes mencionada sigue partiendo en cualquier caso de la base errónea de asumir previamente que los que fabrican las ideas que medran en la sociedad realmente sienten y viven las mismas, y no que en cambio hayan creado éstas hipócritamente para servir encubiertamente al mal en su sentido más absoluto, mientras que para asegurarse de ello procurasen tratar de defender fingidamente esos supuestos ideales mediante un pendenciero doble lenguaje con el fin de lograr apoyos cuyas bases serían en realidad opuestas a sus verdaderos propósitos consiguiendo así gracias a éstos (irónicamente) el triunfo del plan que en realidad incluiría traicionar los mismos.

 

Dado que ellos estarían verdaderamente al servicio de la gran Hermandad exactamente como cuando Lenin (testaferro teledirigido, como se ha demostrado, por la red Rothschild) ocupó el Palacio de Invierno y reclamó “todo el poder para los soviets” ganándose así el apoyo de los revolucionarios idealistas de Kronstadt, cuando lo que realmente quiso decir en el uso dado por él a ese significante era que desde ahora todo el poder quedaría en manos de los bolcheviques totalitarios, con lo cual Lenin garantizó de este modo el apoyo de los liberales idealistas para la instauración de un régimen despótico destinado precisamente a traicionarlos, lo cual sienta todo un ejemplo del marco propuesto por los Protocolos.

 

El problema es que los que critican que el texto hable de “darwinismo” y de “nietzschenianismo”, de existencialismo y de nihilismo, al mismo tiempo, como si esto se tratase de una contradicción, parten justamente del modelo de doctrina que el sistema ya les ha inculcado (y de ahí lo vicioso y redundante de su error) al pensar que todas esas corrientes de pensamiento fueron creadas o por lo menos son usadas para satisfacer sus propios principios y no para en el fondo engañarnos a todos haciéndonos pensar que existen diferentes bandos pero en realidad dominarnos a través de todos ellos usando además cada uno igualmente de manera independiente para, a través de él, perpetrar de nuevo el plan maligno oculto por medio del doble uso de los propios principios de aquél (es decir, que en realidad todas las posturas opuestas estuviesen siendo, tal como podemos intuir, diferentes versiones del mismo mal).

 

Esto es algo que desde dentro de cada mecanismo ideológico será negado (por supuesto) por haber sido todos ellos diseñados específicamente para eso, pero que no estaría en realidad sino siendo todo el rato así de una manera muy bien elaborada para que la gran mayoría de los partícipes ni lo sepan, actuando simplemente “porque el sistema es así”, y haciéndoles con ello sin saberlo vender su alma, de manera que todos los caminos acabarían por conducir finalmente siempre a un mismo lugar.

 

El sionismo, razón por la cual todos los poderes e influencias sociales, por contradictorios que parezcan, vendrían estando por tanto realmente siervos de un mismo mal del que cada uno encarnaría una parte, de modo que por tanto todos los poderes sociales beberían en realidad, por paradójico que parezca, de las mismas fuentes, mientras que todos ellos se encargasen al mismo tiempo (algo que desde dentro del sistema siempre será negado, por supuesto, pues el mismo fue ingeniado justamente para proscribir semejante tipo de conocimiento), de llevar a cabo el plan perverso del mal a través de cada expresión del ámbito social, logrando mientras hacer parecer en ello que cada elemento no estuviese obedeciendo sino a su propia pretensión independiente y espontánea de manera bienintencionada y justificada, de representar unos conceptos determinados perfectamente legítimos en un principio.

 

Y buscando de esta forma hacer que parezca que éstos se basan por su parte en una expresión natural representativa de la vida social, cuando todo ello no estaría siendo sino más que una ficción muy bien tramada para conseguir con ella también que todos los integrantes comunes de la sociedad combatan entre ellos a todos los niveles para así generar un grado de perturbación y desasosiego del que estos psicópatas se alimentan para rendir culto a sus ídolos por ser esto la consumación de su doctrina de culto metafísico a la pura perversidad, al mismo tiempo que esto deteriora a la humanidad justificando la paulatina implantación de una forma absoluta de Poder (el Nuevo Orden Mundial), sin que nadie entretanto se dé cuenta.

 

Todos estarían siendo completamente cegados por la defensa de cada uno de sus subterfugios particulares, los cuales habrían sido oportunamente creados con ese auténtico propósito y disfrazados oficialmente de posturas fundadas, con el fin así de intentar anular los ánimos de la humanidad de “liberarse a sí misma”, o que quizá pudieran ser en algunos casos, simplemente desvirtuados y explotados a partir de iniciativas populares originales inicialmente honestas, eso sí, siempre aprovechado todo ello de manera secreta por los propios sionistas, con lo que de esta forma los conspiradores estarían inventando o apoderándose de todo lo que tiene lugar en el mundo para lograr con ello la perpetración del mal por partida cuádruple: cada uno de los sistemas que la gente defienda serán de por sí falaces y corruptos, con lo que de esta forma se estará alimentando el mal (Moloch-Baal).

 

Lo cual provocará que las personas peleen entre ellas desatando aún mayor injusticia (más energía para Moloch-Baal), para que así ellos puedan finalmente llegar al poder total, lo cual sienta definitivamente una atroz injusticia (algo que colma a Moloch-Baal), si bien en realidad este poder absoluto será empleado realmente para servir deliberadamente al mal con plena dedicación y toda la intensidad (encumbrando a Moloch-Baal a la altura de lo más supremo).

 

Es decir, el plan sionista consistiría en que cada parte del modelo sea en sí mismo un instrumento para tomar el poder, aunque al mismo tiempo cada uno de estas divisiones hubiera de resultar por su parte también un fin en sí mismo para lograr de por sí la perpetración del mal, con lo que de este modo habría “maldades dentro de maldades”, aumentando en proporción cada vez, si bien finalmente, una vez alcanzado dicho poder buscado, el verdadero fin sería de nuevo definitivamente la consumación del mal y no otra cosa (sin aparentar, sin disfraces: será entonces cuando descubramos el verdadero rostro horrendo de los poderosos).

 

Como dijo Julio César: “divide y vencerás”.

 

Una vez más, así de retorcidos serían estos sionistas hijos del infierno.

 

Claro que en este documento tan “dudoso” que son los Protocolos, hay quien ha alegado que se puede igualmente apreciar el operismo, la teatralidad, el dramatismo, el tremendismo, el discurso artificioso y aparentemente hueco, el infantilismo del texto, su forzado subtexto, la vulgaridad de su formato de soliloquio narrativo (tan recurrente por cierto en las fantasías paranoicas y en diversas obras literarias), su incorrección formal, el hecho de que es un “clásico ejemplo de literatura conspirativa”, y por supuesto la apariencia delirante, forzada, ad hoc, oportunamente indemostrable, y cercana a lo fantástico y lo ficticio que desprende todo el texto, así como su “peste a falsificación”. Sí. Estoy plenamente de acuerdo.

 

Pero esto únicamente se trata de argumentos psicológicos, y contra hechos no valen argumentos. Si el documento fuera verdaderamente legítimo, deberíamos asumir su realidad “suene como suene”, pues la racionalidad no consiste en juzgar las cosas por cómo suenan, sino por su base.

 

Lo importante es centrarse en el estudio científico, epigráfico, de los Protocolos, lo importante, es determinar si los Protocolos son, bien documental, bien temáticamente, legítimos: averiguar su grado de correspondencia con la realidad, y trazar el rastro de su procedencia, para lograr esclarecer si éstos son al menos en su contenido auténticos.

 

Supuestamente no lo son, ya que las diferentes versiones publicadas se notan objetivamente manipuladas, y también está el hecho de que las fuentes de su emisión corresponden a la prensa al servicio del régimen del Zar, de claros prejuicios contra el “judaísmo” (en realidad, aunque puede que ellos en su desinformación tampoco lo supieran conscientemente, yo pienso que no estaban en contra de otra cosa que del sionismo, al menos en la mayor medida, aunque también es cierto que había cierta confusión irracionalmente antisemita).

 

Pero ahora, en esta maravillosa época, los cielos se descubren y el universo se abre en canal para rasgar el velo de Isis y que la Luz de la Conciencia alumbre esta tierra de una vez por todas.

 

Ahora el Despertar Cósmico es inminente, llegando así, justo en este momento, por primera vez tras 110 años, la validación del contenido de los “Protocolos de los Sabios de Sion”, la demostración de la Conspiración del Nuevo Orden Mundial Sionista-Satánico, y el comienzo de la Revolución, a la cual, tras esta demostración, yo incito a todos los “Jedi” del mundo.
 

 

 


El Comienzo de los Protocolos

“Los Protocolos de los Sabios de Sion” aparecieron impresos por primera vez en el Imperio de Rusia en 1903.

 

El tratado fue publicado en Znamya, un periódico perteneciente a “Siglo Negro”, propiedad de Pavel Krushevan, en la forma de una serie de artículos.

 

El documento apareció de nuevo en 1905, esta vez reeditado bajo la forma de un capítulo final (capítulo XII) de la segunda edición del “Velikoe v Malom i Antikhrist” (Lo Grande en lo Pequeño y el Anticristo), de Sergei Nilus.

 

En 1906 los Protocolos volvieron a aparecer en un folleto editado por G. Butmi.

 

Es destacable que uno de los elementos fundamentales a las críticas de estos Protocolos, es que las diferentes copias publicadas de los mismos revelan claras diferencias de estilo, detalles, e incluso algunos contenidos entre sí, a pesar de compartir todas ellas una estructura y esencia común, así como unos contenidos generales casi idénticos y un mismo “tono”.

 

Esto ha llevado a muchos a pensar que los Protocolos han de ser claramente una manipulación.
 

 

 


Antecedentes en Referencias Ficcionales, y la Teoría de la Falsificación

En 1920-1921 se hizo pública la “revelación” de que el rastro de la historia de los conceptos encontrables en los célebres Protocolos se remonta a fuentes de la literatura muy anteriores, tales como las obras “El Collar de la Reina”, de Alejandro Dumas (1859), “Diálogo de Maquiavelo y Montesquieu en el Infierno”, de Maurice Joly (1864), y “Biarritz”, de Hermann Goedsche (1868), por lo que esto llevó a pensar que los Protocolos se trataban obviamente una burda falsificación.

 

Después de esto, el periodista judío de Inglaterra, Lucien Wolf, publicó en agosto de 1921 en Londres, otra revelación añadida, si bien ésta venía a ser más de lo mismo, remarcando cómo este tipo de contenidos ya habían sido repetidos de nuevo posteriormente en la obra del autor Jacques Cretinau-Joly.

 

Pero también se encuentra el caso de una serie de artículos publicados en el diario “The Times” por su reportero en Constantinopla, Phill Graves, quien descubriera que la obra de Maurice Joly había sido plagiada por un tal François Bournand, en su obra “Les Juifs et nos Contemporains” (1896), la cual parecía reproducir el mismo contenido en esta ocasión como si éste supuestamente se tratase del soliloquio de un tal “gran rabino John Readcliffe”.

 

Sin embargo, lo que dotó de relevancia a la versión sobre la fraudulencia de los Protocolos fue el influyente y tan sumamente reiterado artículo del escritor Peter Grose, donde se narraba la supuesta historia del pretendido hallazgo de Allen Dulles, (partidario de Hitler en su día y mentiroso profesional que comandara la ya citada “Operación Paperclip” al servicio de los sionistas, curiosamente), quien en aquel momento se encontrara en Constantinopla llevando a cabo la reestructuración política post-otomana (es decir, preparando el terreno para la grotesca invasión de Israel por los sionistas).

 

Este fue presentado como el aparente descubridor de “la fuente” de los documentos presentados por el Times, los cuales consistían de los célebres ejemplares de las referencias previas en la literatura a los contenidos manifestados en los Protocolos, una fuente que según se dijo era un emigrante ruso exiliado que se negó a ser identificado, y que consiguió obtener un préstamo del Times sin intención de devolverlo.

 

El sujeto declaró que toda la historia de los Protocolos era falsa, pues supuestamente acreditó ser un miembro de la inteligencia rusa que supo de la fabricación por parte de la cúpula del servicio secreto (donde se hallaba gente como Piotr Rachkovsky), y que fue según él la única que, en conjunción con la prensa sometida al régimen del Zar, decidió fabricar “desde cero” una farsa en base a los documentos adjuntados, con el fin de justificar los principios del régimen de Rusia.

 

Posteriormente, Colin Holmes, profesor de historia económica de la Universidad de Sheffield, declaró haber identificado al emigrante como un tal Mikhael Raslovleff. Al año siguiente, un libro analítico completo ofreciendo argumentos a favor de la teoría de la falsificación fue publicado en Estados Unidos por Herman Bernstein.

 

Hasta ahora, el relato y las aportaciones de Allen Dulles han constituido la principal y más famosa prueba de la alegada falsedad de los Protocolos, siendo la referencia constantemente citada para su desacreditación por todos los defensores de la línea oficial de pensamiento.

En 1921 la princesa Catherine Radziwill dio una conferencia privada en Nueva York afirmando que los Protocolos eran una falsificación configurada en 1904-1905 por el escritor ruso Golovinski en colaboración con los periodistas Matvei y Manasevich Manuilov, siendo dirigidos por el jefe de los servicios secretos rusos en París, el ya comentado Piotr Rachkovsky.

 

De esta manera, en 1944, el escritor alemán Conrad Hayden identificó en un estudio personal realizado por él a Golovinski como quien según él hubo de haber sido el “verdadero” autor de los Protocolos en función del estilo literario apreciado.

 

El relato de la princesa Radziwill, se vio por otro lado apoyado por el trabajo del historiador ruso Mikhail Lepekhine, que publicó sus conclusiones en noviembre de 1999 en el semanario francés “L’expreso”.

 

Por su parte, el erudito ucraniano Vadim Skuratovsky (Reino Unido) ofrece un amplio análisis literario, histórico y lingüístico del texto original de los Protocolos, pudiendo detectar en ellos, según asegura, las influencias del estilo de Fiodor Dostoyevsky (en particular, de “El Gran Inquisidor” y “El Poseído”) en los escritos de Golovinski, algo a su juicio trazable también en los propios Protocolos, por lo que a su parecer, éstos debían ser efectivamente obra de Golovinski.
 

 

 


La Edición de Sergei Nilus

En 1905, el esoterista iniciado en misterios secretos del ocultismo y colaborador del servicio de inteligencia ruso, Sergei Nilus, publicó el texto completo de los Protocolos en el capítulo XII (el último capítulo- páginas 305-417-), de la segunda edición (o quizá la tercera) de su libro “Lo Grande en lo Pequeño: La Venida del Anticristo y el Imperio de Satanás en la Tierra”.

 

Esta nueva versión se mostraba más estilizada, presentando añadiduras y correcciones no apreciadas con anterioridad, lo cual ha conducido a muchos a pensar que probablemente ésta se trate de una adaptación a posteriori de lo ya habido del autor, de una nueva manipulación por parte de Nilus, si bien esto sigue resultando verdaderamente irrelevante a la hora de determinar la autenticidad original de los Protocolos en sí mismos.

 

En aquel registro, Nilus afirmó que los Protocolos procedían de la celebración del Primer Congreso Sionista en 1897 en Basilea, Suiza, el cual fuera presidido por el ya citado Theodor Hertzl, fundador del sionismo moderno y asentador de las estructuras intelectuales sobre las cuales se asienta el poder financiero internacional así como la política actual del moderno estado de Israel, quien fuera por su parte un apadrinado (nada menos que otro testaferro), de nuevo, de los Rothschild (la familia fundadora y controladora directa o indirectamente de toda la red de Sociedades Secretas bajo el control de la infiltración de los Illuminati sionistas, institución que ellos financiaron).

 

Sin embargo, volviendo al tema que aquí nos ocupa, cuando Nilus se enteró por un periodista de que el Primer Congreso Sionista se había celebrado abierto al público así como que éste contó con la presencia de muchos participantes no judíos, Nilus cambió entonces su historia declarando ahora que los Protocolos procedían de las reuniones de 1902-1903 de los ancianos dirigentes del poder sionista,

 

Sin embargo esto contradecía su propia versión sobre la forma en que adquirió los documentos, pues según él, la copia de éstos había llegado a sus manos en el año 1901:

"En 1901, conseguí a través de un conocido mío (el difunto mariscal Alexéi Nikolayevich, de la Corte de Sukotin en Chernigov) un manuscrito que expone con claridad y perfección inusual el curso y desarrollo de la conspiración secreta masónica judía, la cual traería a este mundo malvado su inevitable final.

 

La persona que me dio este manuscrito garantiza que se trata de una traducción fiel de los documentos originales que fueron robados por una mujer a uno de los más altos líderes masónicos de mayor influencia, en una reunión secreta celebrada en algún lugar de Francia, el nido de la amada conspiración masónica."


 

 

El Verdadero Origen de los Protocolos

En su libro “El Manuscrito que no Existió” (curioso, puesto que sin saberlo, él es uno de los principales contribuyentes a demostrar que sí lo hizo), el académico italiano Cesare G. De Michelis confeccionó un inusual estudio sumamente diferente de los demás, dedicado en este caso a las primeras y más raras publicaciones rusas de los Protocolos.

 

Resulta que tal como acredita con pruebas De Michelis, los Protocolos fueron (en contra de lo que se piensa) mencionados por primera vez en la prensa rusa mucho antes de que éstos se dieran a conocer oficialmente (dato sumamente intrigante), un año antes de lo que se viene diciendo, en abril de 1902, por parte de un diario de San Petersburgo, el “Novoye Vremya”, el “Diario Nuevo”.

 

Este inquietante artículo fue escrito por un famoso publicista conservador, Mikhail Menshikov, como parte de su serie “Cartas a los Vecinos”, bajo el título de “Plan contra la Humanidad”.

 

En éste el autor describe su encuentro con una señora conocida ahora como Yuliana Glinka, que afirmó tener poderes psíquicos y ser médium. En aquel encuentro con Madame Glinka, ésta le habló a Menshikov de su capacidad de averiguar secretos mediante “Revelaciones Místicas”.

 

 En aquella conversación, Glinka instó a Menshikov a echar un vistazo a unos documentos, que resultaron ser precisamente lo que más tarde se daría a conocer como los célebres “Protocolos de los Sabios de Sion”, los cuales supuestamente eran de origen masónico.

 

Sin embargo, Menshikov, tras haber leído algunos extractos, comenzó a alumbrar un notable escepticismo acerca de su origen, con lo cual decidió no publicarlos.
 

 

 


La Investigación Secreta del Zar

Resulta que antes de la publicación de los Protocolos, el gobierno ruso abrió una investigación secreta ordenada por Piotr Stolypin, el recién nombrado presidente del Consejo de Ministros. Ahora el informe de Stolypin como final de la investigación está desclasificado.

 

Ésta llegó a la conclusión de que los Protocolos procedían en realidad de los rumores de los círculos antisemitas parisinos alrededor de 1897-1898 (precisamente cuando se celebró el Primer Congreso Sionista de Basilea en Suiza).

 

Esto llevó a Stolypin a desmerecer la autenticidad de los textos y a considerarlos apócrifos, algo a lo que el Zar hizo caso omiso, con lo cual decidió seguir adelante con la operación de divulgación de estos documentos, desde luego manipulándolos para su beneficio. Han acusado al Zar de irracional antisemita, pero yo pienso que él en realidad no se fiaba de Stolypin.

Demostración a través de la deducción racional de la validez de los “Protocolos de los Sabios de Sion” en base a las pruebas incontestables, el fin de la hipocresía occidental, la venida de la revolución, y el hallazgo cultural más importante del Siglo XXI.


Aun así, a pesar de todo, continua persistiendo hoy en día el eco de la sospecha de que los Protocolos han venido desde entonces resultando demasiado premonitorios respecto de muchas prospecciones que en su día hubieron de ser consideradas especulativas y que han ido sin embargo más adelante convirtiéndose en realidades concretas y tangibles en el mundo actual, como para pensar que éstos a pesar de todo deban ser netamente falsos.

 

De esta manera surge la sospecha sobre si no habrá habido un complot por parte del poder para intentar desacreditarlos. Ahora, por primera vez en 110 años, los “Protocolos de los Sabios de Sion” vuelven a ver la luz, y su autenticidad queda al fin demostrada.

 

Existen pruebas circunstanciales que demuestran que la teoría del complot es la más probable. Estas pruebas residen precisamente en el testimonio, tan reiterado por los medios de comunicación oficiales, de las propias fuentes occidentales (británicas y americanas), cuyo contenido gira en torno a “la prueba clave” de la versión fundamental de que los Protocolos no son sino un fraude realizado por el gobierno ruso.

 

Es cierto que en las versiones publicadas de los Protocolos se aprecian indicios claros de tergiversación con cada versión, así como de diferencias de estilo y algunos contenidos, que claramente apuntan a la intervención de la inteligencia rusa en su edición, pero eso no significa que los Protocolos deban ser obra de la inteligencia rusa.

 

De hecho no lo son. ¿Por qué? Porque si lo fueran éstos hubieran sido publicados directamente en los medios de comunicación, pues habrían sido mostrados al gran público gracias a la competencia de la que el estado entonces disponía para tal cosa por su control directo de la prensa.

 

De hecho, eso mismo es lo que la inteligencia occidental ha declarado que sucedió: la versión oficial es que el gobierno ruso fabricó los Protocolos y utilizó a la prensa para divulgarlos, algo a lo que muchos me responderán “¿acaso insinúas que no fue así?"

 

Pues la verdad es que sí, dado que tal como ya sabemos gracias a la crucial investigación científica del italiano De Michelis, resulta que recientemente se ha descubierto que la verdadera primera noticia que jamás se tuvo de los Protocolos fue a través de Menshikov.

 

Como buen periodista, se encargó de mencionar su fuente, no resultando consistir ésta más que en una ciudadana privada que, a título personal, fuera la primera en comunicarle esto a los medios de comunicación, por lo cual, la conclusión definitiva es que la primera fuente de la información fue la esposa de Rachkovsky: Yuliana Glinka fue la fuente original.

 

La prueba definitiva de que tal como vengo diciendo los Protocolos hallaron su primer contacto con la vida pública por medio de un particular y no del gobierno ruso viene dada por el hecho de que tal como acredita De Michelis en su trabajo, el periodista Menshikov se negó a publicar el documento, lo cual pudo hacerlo libremente sin ningún tipo de presión estatal.

 

Esto significa que ya se sabía de la existencia de los Protocolos antes de su aparición oficial, y no sólo eso, sino que el periodista que los descubrió declaró además que la fuente que los reveló hizo esto de manera personal, o sea, de manera casual, por su cuenta.

 

Pero sin embargo, lo más importante sin duda es que este periodista se negó a publicarlos con total libertad sin ningún tipo de coacción, lo cual demuestra tajantemente que la motivación original de publicar los Protocolos fue totalmente independiente del estado y previa a su utilización por parte de éste, resultando así un hecho científicamente demostrado que los “Protocolos de los Sabios de Sion” no pudieron ser en su origen una fabricación del gobierno ruso.

 

Muchos dirán sin embargo que al ser Glinka la esposa de Rachkovsky, el líder de la inteligencia rusa, esto la hace precisamente la más sospechosa de un fraude, a lo cual yo responderé que de hecho es justo al contrario, puesto que tal como ya se ha señalado esta señora era nada menos que una ocultista teosófica. ¡Una supuesta médium!

“¿A qué tanto entusiasmo?”, replicarán algunos.

Simple: decir que uno es médium es ponerse un cartel de “sospechoso de ser un charlatán”, algo que hace sumamente dudosa la fuente a ojos de un periodista.

 

Que una mujer, por muy esposa del jefe de inteligencia que sea, a título personal, le sugiera de manera privada a un periodista que divulgue un documento habiéndole confesado previamente ser una supuesta médium haciéndose así ver con ello como una “mujer excéntrica y loca”, cosa sumamente mal vista en la época, es una maniobra que no se corresponde con el proceder del estado, mucho menos si se contempla que a tenor del pensamiento de la época alguien como Glinka ni tan siquiera hubiera sido considerado como un buen aval en calidad de enviado pues cabe recordar el hecho de que en la Rusia zarista el ocultismo sufría una muy mala prensa (casi tanto como el comunismo), pero sobre todo por la competencia de la que disponía el estado por entonces para publicar directamente lo que le viniese en gana.

 

En última instancia, el hecho de que Menshikov contase con plena libertad para negarse a publicarlos prueba además definitivamente la ausencia de involucración del estado en la confección y aparición de los mismos.

 

En cualquier caso, es precisamente utilizando el propio argumento escéptico como se demuestra la validez del origen de los Protocolos:

siendo la mujer del jefe de inteligencia, Glinka podría haberse valido perfectamente de esto para que fuese su marido a través de su poder quien se encargase de difundirlos directamente desde el principio, y sin embargo, aunque más adelante fuera exactamente esto lo que hizo, Glinka optó primero por tomar la decisión personal de intentar divulgarlos previamente de manera totalmente particular y al margen del estado, lo cual confirma como ya se ha dicho que los Protocolos no fueron desde su verdadero origen (que es lo que nos importa aquí) ningún fraude originalmente confeccionado por la inteligencia del Zar.

Muchos responderán por el contrario a esto último también que lo dicho sigue sin probar nada.

 

Falso, pues lo que importa es que lo que esto implica contiene la clave de todo: que el testimonio de los americanos es falso.

 

A pesar de todo muchos tratarán de nuevo de rebatirme alegando que el hecho de que la historia sobre la falsedad de los Protocolos sea por su parte falsa, no hace que los Protocolos sean verdaderos, pero sin embargo, no es eso en lo que yo trato de hacer hincapié.

 

Lo fundamental es que la historia que fue aparentemente acreditada por la inteligencia occidental supuestamente con fuentes implicadas en la operación rusa, fue que los Protocolos fueron un fraude que según estas supuestas filtraciones nunca confirmadas había sido elaborado in situ, de la nada, por el propio gobierno ruso en colaboración con la prensa por éste controlada cuando en el momento de su edición para su publicación en 1903.

 

En cambio, este testimonio es absolutamente erróneo pues ha sido desmentido por las pruebas de que los Protocolos ya se habían dado a conocer previamente por un particular de pedigrí claramente inconveniente para una hipotética farsa zarista un año antes de su publicación oficial, además de con la libre negativa del periodista que los descubrió para censurarlos sin ningún tipo, por tanto, de presión oficial.

 

Con lo cual, lo que sucede es que la historia oficial de la desacreditación de los Protocolos no sólo es falsa, sino que dado que ésta alegaba proceder de una fuente interna que había “revelado la verdadera procedencia original” de los mismos, confesando la supuesta procedencia netamente fraudulenta de los Protocolos, dicha historia no es ni siquiera posible.

 

Por lo tanto, la conclusión es que la historia sobre la falsedad de los Protocolos no es simplemente falsa, sino que (y esto es lo más importante), es una completa fabricación.

 

¿Lo entienden?

 

¡Esto es lo que prueba la autenticidad de los Protocolos! ¡Que la inteligencia occidental empleó mentiras deliberadamente creadas para desacreditar a toda costa los Protocolos! ¿Para qué tanto interés en emplear historias completamente falsas para desacreditar algo?

 

La lógica exige que si alguien intenta convencerte de algo con mentiras, esto constituya una prueba deductiva de que lo que esa persona está tratando es de desviarte a propósito, conscientemente, de que profeses dicha idea, por lo que cuando algo se hace así (con mentiras), ello se debe obviamente a que dicha historia, ha de ser a todas luces verdadera, puesto que lo que tenemos es pruebas de que alguien simplemente ha querido ocultarlo.

 

Resulta innegable en cambio, tal como inmediatamente espetarán muchos, la clara presencia del estilo de Golovinsky en los Protocolos, si bien esto es algo totalmente engañoso, puesto que tales pruebas fueron extraídas de las ediciones publicadas posteriores al encuentro de Glinka con Menshikov en 1902, con lo cual, podría seguir dándose aquí el caso de que el gobierno ruso hubiera tratado de tergiversar los mismos añadiendo o transformando determinados contenidos a través de sus agentes con el fin de sacar provecho del tema.

 

Es decir, que el hecho de que los “Protocolos de los Sabios de Sion” no sean ninguna fabricación de la inteligencia rusa, eso no implica que ésta no los manipulase para sus propios fines. Es enormemente probable por ello que las muestras del estilo de Golovinsky correspondientes a ediciones posteriores no estuvieran presentes en el documento original inédito de Madame Glinka.

 

Pero a pesar de todo, parece ser que Glinka acabó optando, tan sólo al final y ante la frustración de su intento de divulgarlo de manera normal, por tomar el peligroso camino fácil recurriendo para ello a su marido, Piotr Rachkovsky, con tal de que éste se valiera de su influencia aumentar el interés por los mismos.

 

Esto facilita pensar que la inteligencia rusa, tras haber tratado Glinka de difundir el texto por su cuenta sin éxito en la prensa, decidiese tomarle la idea modificando en esta ocasión el contenido para poder “vender” una versión adulterada que se adaptara a las modas y a la demanda popular de la época tratando también con ello de beneficiar a sus propias ideas políticas, publicando así una edición más comercial y mediatizada del documento con el propósito de dar lugar a una mayor conmoción pública así como a una mayor publicidad, esta vez sí, imponiéndole su publicación a la prensa a través de la autoridad del estado.

 

Por así decirlo, el gobierno pudo haber explotado el concepto original para que éste resultase más sonoro, manteniendo la estructura y el contenido de lo expuesto en el documento de Glinka que en parte fuera mencionado por Menshikov, pero acentuando su contundencia para así aprovecharse de ello y emplearlo con fines propagandísticos, lo cual explicaría las probadas manipulaciones conciliando las pruebas.

 

En cualquier caso, habrá aún quien me critique esgrimiendo la evidencia obvia de que los Protocolos han de ser una falsificación, como es el hecho de que éstos resulten prácticamente idénticos a muchos textos anteriormente publicados en la literatura de ficción, incluso en algunos casos por parte de fuentes supuestamente prejuiciosas contra los judíos, queriendo desacreditarme.

 

Por contra he de decir que lo dicho queda anulado efectivamente al caber una explicación alternativa para esto sumamente relevante pero que sin embargo ha sido tenida en cuenta, para las increíbles semejanzas de los Protocolos con las obras literarias de Alejandro Dumas, Maurice Joly, François Bournand, y Jacques Cretinau-Joly.

 

Ésta parte de la posibilidad de que quizá fuera realmente al contrario, pudiendo ser los testimonios aportados por los artistas los que se estuviesen basando en los Protocolos.

 

Para evitar malos entendidos, habré de aclarar que la teoría alternativa es que dado que lo que los Protocolos dicen expresar es un plan general obedecido a través de épocas y lugares, éste plan pudiera haberse reflejado de igual modo previamente en cualquier otra referencia de la cúpula del secretismo sentando la fuente común tanto del contenido expresado en los Protocolos como de la propia literatura de ficción por parte de quienes quizá hubieran sabido de dicho plan debido a su conocimiento interno.

 

Es decir, que lo que quizá los artistas hubieran tratado de plasmar a través de su ficción fuera aquello que sabían por sociedades secretas y que no pudieran haber denunciado de ningún otro modo. Lo dicho no resulta tan inverosímil como se querría hacer ver pues es algo sabido que los grandes artistas casi siempre han sido iniciados esotéricos, gente con “conocimiento prohibido” o “información interna” sobre los secretos del mundo, bien por capacidades nacidas de su intuición artística, o bien (y esto resultará más contundente para el que exija una tesis materialista), porque tal como se sabe de sobra, muchos de ellos, incluyendo el propio Alejandro Dumas (quien fuese precisamente la más temprana fuente publicada donde se puede hallar el contenido de los Protocolos), disponían precisamente de manera oficial, de contactos o iniciación en sociedades secretas.

 

Que Alejandro Dumas, un iniciado rosacruz y amigo del fundador de la Orden de Eulis del mismo grupo, quien como muchos rosacruces y miembros de sociedades secretas esotéricas han reconocido oficialmente, filtró muchas de las enseñanzas de sus Misterios en su literatura, fuera la primera fuente genuina que reveló el mensaje luego reflejado en el documento de los Protocolos, es muy revelador.

 

Esto mismo puede aplicarse a todos los autores que han emitido textos similares en sus contenidos a los Protocolos, anterior o posteriormente, mediante sus obras de “ficción”, de los cuales muchos eran oficialmente ingresados en órdenes (cuando no fuera simplemente que contasen con vínculos de algún tipo en ellas) como la francmasonería o los rosacruz, o bien en la red Illuminati en general.

 

Éste es un caso similar al de Aldous Huxley y George Orwell, y su rumoreado espanto ante las revelaciones del plan de la Sociedad Fabiana del sionismo Rothschild, razón por la cual se entendería que acabaron escribiendo sus libros conspirativos para denunciar las maniobras del poder.

 

Así pues, no son sino los artistas, tal como se puede apreciar de manera constante en la historia del arte, quienes han venido desde siempre filtrando el conocimiento oculto a través de sus obras (en el caso de la literatura a través de gente como Johann Goethe, Julio Verne, Edgar Allan Poe, Jorge Luis Borges, y tantos otros), algo muy notorio en el mundo del cine actual, por ejemplo.

 

Esto se debe la posibilidad de que simplemente hubiera unas actas ultrasecretas del círculo interno de los altos señores secretos de los Illuminati, o quizá unas constituciones sionistas, que hayan sentado precisamente el patrón genérico del plan que éstos buscan imponer habiendo sido éste recitado en numerosas reuniones privadas, con la excepción de que la reunión de Basilea no lo fue, y de ahí el estallido de testimonios que coincidieron en atestiguar el escándalo.

 

Puede que éste fuera el motivo de que los artistas iniciados, enterados de las atrocidades planeadas para el futuro, tratasen de avisar al público a través de su ficción acerca de dicho plan, ya que quizá, al no tener acceso a los documentos o verse coaccionados por posibles represalias, no pudieran estar capacitados para demostrar documentalmente esta realidad, decidiendo por ello valerse de sus obras para alarmar el inconsciente del público, tal como ya hemos visto con anterioridad que suele ser tan frecuente entre los que pertenecen al mundo del arte.

 

Esto es como decir, que puede que en lugar de tratarse de un plagio de obras literarias anteriores, lo mencionado en los Protocolos y atribuido al Congreso de Basilea se ciñese en realidad a lo que las actas secretas o constituciones internas de los linajes Illuminati emparentados con la orden sionista (conocidas ya por los artistas iniciados) dictaran, pudiendo haber sido éstos recitados triunfalmente a modo de inauguración de la nueva versión de la antigua y filtrada orden sionista de manera explícita como una descarada señal de agresividad en celebración de su poder.

 

Puede que sí hubiera incluso una redacción taquigráfica clasificada que reflejase algo que no apareciese en informes oficiales acerca del Congreso de Basilea.

 

Así pues, es prácticamente seguro que esta mujer, Yuliana Glinka, debió efectivamente haber tenido acceso a la misma fuente de información de la cual aquellos artistas extrajeron su literatura, lo cual anula la réplica sobre la evidente falsedad de los Protocolos basada en la presencia de fuentes previas de cara a la demostración de su procedencia original que prueba la clara fabricación de la versión de la inteligencia occidental, así como por tanto su culpabilidad, y con ello entonces, la propia veracidad del contenido de los Protocolos.

En cualquier caso, existe aún un detalle que contradice la versión oficial al punto de refutarla, probándose así una vez más cómo ésta no es más que una burda patraña, y validando por tanto filosóficamente el contenido de los Protocolos.

 

Se trata de la ya mencionada investigación de Stolypin, la cual estaba clasificada como secreta, no pudiendo entonces formar parte del “bulo”.

 

La existencia de esta investigación demuestra una vez más que la verdadera fuente de los Protocolos no era el gobierno de Rusia, en tanto que según acredita el “Informe Stolypin”, el propio gobierno de Rusia hubo abierto una investigación con tal de averiguar el verdadero origen de los Protocolos, con lo cual, dado que esto revela que el bando occidental mintió, cabe decir que si nos fijamos en el interés de éste por mentir al respecto, esto nos lleva a concluir que éstos no pueden ser sino obviamente verdaderos (en su contenido al menos), si bien los propios rusos, los consideraran también por su parte, curiosamente, como un bulo.

 

La razón de tomar dichos Protocolos como apócrifos por parte de la investigación rusa, fue determinar que éstos hubieran sido divulgados por primera vez en realidad entre los llamados círculos “antisemitas” franceses. Sin embargo, hay aquí un error de razonamiento (falacia) subyacente, pues el hecho de que los mismos hubiesen sido por primera vez divulgados por antisemitas no significa que éstos tuvieran que ser falsos, una afirmación por la cual se me criticará, si bien quisiera poder explicarme.

 

Lo que hace los Protocolos alarmantemente sospechosos de ser verdaderos (verdaderos, que no necesariamente “legítimos epigráficamente”), es el hecho de que el periodo en que éstos fueran comentados por primera vez por los “antisemitas” (tal como ya remarqué antes), coincidiese precisamente con la misma fecha en la que los Protocolos, según la versión basada en sus propias fuentes de Sergei Nilus, habrían sido por primera vez emitidos.

 

Una mente crítica habría de hallar ello como un indicio importantísimo, ya que se trata de algo difícilmente atribuible a la casualidad, a pesar de que también surgirán contra esto numerosas críticas que me aventuro en seguida a anular.

 

Aun así, a pesar de lo expuesto, muchos me responderán señalando el hecho de que Sergei Nilus desdijo dicha versión posteriormente, cosa que me dispongo a aclarar, puesto que éste rectificó, según cabe señalar, tras haber sido informado capciosamente por un periodista de que la reunión del Congreso Sionista de Basilea había sido celebrada a puertas abiertas incluyendo la asistencia de muchos “no-judíos”.

 

Sin embargo, por otro lado contamos con un testimonio que se ajusta a lo dicho por Nilus procedente según se ha dicho de los círculos franceses considerados “antisemitas” por los poderes estatales que, según la propia teoría expuesta?, estarían controlados por los propios sionistas, con lo cual quizá entre aquellos “antisemitas”, además de haber locos violentos y peligrosos, pudieran hallarse también simples buscadores de la verdad a los que se ha querido deslegitimar calumniosamente asociándolos desde el poder sionista con el “antisemitismo” buscando relacionar de esta manera la presente historia con el antisemitismo buscando desacreditarla (tal como normalmente pasa hoy día, de hecho).

 

Tal vez aquellos rumores sí fueran fundados, dado que resulta demasiada coincidencia que en un mismo año se celebre el Primer Congreso Sionista, y al momento comiencen a divulgarse en Francia (tal como atestigua el “Informe Stolypin”), los célebres “Protocolos de los Sabios de Sion”.

 

Quizá precisamente, la fuente de la información acerca del contenido de los Protocolos fuera originalmente esa numerosa cantidad de “no-judíos” presentes en la reunión aquel día (o por lo menos, algunos de ellos).

 

¿Es que nadie se da cuenta de que esos dos eventos aparentemente refutados e inconexos, se explican en cambio mutuamente de manera que las piezas encajan atestiguando lo sucedido? Conviene atar cabos: por un lado tenemos una reunión abierta a muchos “no-judíos” que según se dice oficialmente no emitió ningún plan maligno a pesar de que fuentes alternativas dijeran que sí, y por el otro lado, tenemos también muchos “no-judíos” quejándose de que hubo una reunión donde efectivamente se emitió un plan maligno.

 

¿No serán estos “no-judíos” tachados de “antisemitas” y que difundieran el rumor del recital de los Protocolos en Basilea, o por lo menos (repito), algunos de ellos, los mismos “no-judíos” que hubieran asistido al famoso Congreso?

 

Parece increíble que nadie haya asociado piezas que encajan de una manera tan perfecta que incluso se puede decir que prueban en el plano deductivo que eso es obviamente lo que debió suceder. Los “no-judíos” presentes que negaran lo sucedido podrían también haber sido sionistas (dado que el sionismo es en realidad como se sabe un movimiento político), o bien personas secretamente extorsionadas por ellos, de la misma manera que aún cuando pudiera haber algunos de los que negaran que ahí se emitiesen los Protocolos que “oficialmente” fueran antisemitas, si nos atenemos a la propia teoría expuesta, éstos podrían ser igualmente falsos “antisemitas”, meras pantallas de los sionistas.

 

No es rebuscado: así funciona la contra-inteligencia y la desinformación. Así pues, el hecho de que los círculos “antisemitas” fuesen quienes inicialmente proclamasen la realidad de los Protocolos no hace que éstos resulten sospechosos de ser falsos, en primer lugar porque simplemente porque a lo mejor partimos de una base errónea.

 

A lo mejor esos “antisemitas” (al menos los divulgadores originales), no eran tales, y quizá “antisemita” (y de hecho así es) no sea más que un término empleado por el poder sionista para desacreditar el testimonio de aquellos que descubran sus planes, y con esto no niego que los verdaderos antisemitas hubieran de aprovechar la divulgación de los Protocolos para su propaganda incendiaria, si bien esto no tiene por qué desacreditar la legitimidad de la fuente original, aun cuando dicha legitimidad no habría de verse en entredicho ni tan siquiera en el caso de que esta fuente se tratase de los propios antisemitas, pues esto supondría una falacia “al hombre”.

 

Por insólito que parezca, los “Sabios de Sion” podrían realmente haberse lucido en público, sí, llegando incluso en aquel Congreso de Basilea a destapar públicamente su plan con tal de realizar una agresiva exhibición de poder, así como también para intimidar a todo curioso presente mediante su bochornosa conciencia de impunidad.

 

Los pocos disidentes presentes que hubiesen contemplado el descaro y la maldad con que los sionistas revelaran sus intenciones habrían sido autorizados libremente puesto que a pesar de todo, si éstos no contaban con una genuina fuente escrita que acreditase lo que había pasado, entonces, si los informes oficiales censurados por coacción lo negaban, la prensa “no-judía” común comprada lo negaba, las actas oficiales de los informadores legales lo negaban, y los “no-judíos” implicados y participantes del Congreso, también negaban todo lo sucedido, entonces… ¿quién iba a creer a los disidentes?

 

Esta clase de humillación pública hace disfrutar a los satánicos.

 

Por otra parte, si los sionistas (tal como de hecho sabemos gracias a la luz que arrojan investigaciones como las del Sr. Icke) son tan poderosos que controlan la prensa, el comercio, los estados, y la sociedad en general, podrían entonces haber perfectamente manipulado la información para emitir una versión falsa en torno a los hechos del Congreso, y así lograr que nadie diese crédito a lo acontecido, con que todo aquél que a partir de 1897 mencionase el suceso sería proscrito y vilipendiado, acusado de ser un difamador “antisemita” logrando así ocultarse la verdad a pesar de que ésta ya se hubiera filtrado de forma escandalosa incluso anteriormente a la publicación en prensa de los célebres Protocolos (algo constatado por el informe de Stolypin y que dota a la historia de mayor credibilidad).

 

Así pues, tal como ya he expuesto, probablemente entre aquellos “no-judíos” pudiera haber un índice de personas de acuerdo con el plan sionista bien por profesar el sionismo en secreto, o bien por estar siendo chantajeados, y que por eso negasen que hubiese tenido lugar nada raro, junto con otro índice de los “no-judíos” presentes que estuvieran en contra de esto y no se dejaran dominar por el miedo habiéndose dedicado después a denunciarlo y extender el rumor que habría medrado únicamente entre los círculos “antisemitas”, viéndose con ello la noticia desvirtuada hasta llegar a ser desacreditada públicamente como una leyenda urbana, acabando por tanto por alcanzar los oídos del propio Nilus de tal manera que esto sería por lo que el testimonio de Nilus coincidiese tan exactamente con el de los círculos franceses, dado que de ahí sería precisamente de donde Nilus extrajera la fuente de la que sacó la idea de que los Protocolos se habían presentado por primera vez en Basilea en 1897.

 

Esto es obviamente lo único que explica la coincidencia del testimonio de Nilus con el de aquellos círculos que Stolypin investigó, algo a lo que muchos dirán “¿y qué?”.

 

Pues que esto mismo es lo que explica también la contradicción posterior de Nilus en base a la cual antes preví que se me podría criticar al validar la primera versión de Nilus sobre el origen de los Protocolos.

 

Nilus habría dado por sentado que esa información era cierta, dado que él realmente ya sabría que los Protocolos eran verdaderos gracias a su amigo, el mariscal Alexei Nikolayevich (tal como Nilus declarase en su primera versión de la historia, que es a todas luces la buena, y ahora demostraré por qué), siendo esto lo que supondría la auténtica razón de que Nilus diese sentado, como decía, la veracidad de esa misma historia que otras fuentes menos fidedignas (estos “dudosos” círculos franceses antisemitas) le hubieran confesado antes que Nikolayevich acerca del documento, por lo que, al coincidir el testimonio de aquéllos con lo que su amigo cercano posteriormente le revelase, Nilus habría acabado por ello por atar cabos así como por asumir que la historia francesa debía de ser también verdad, aun sin disponer para ello de pruebas, a pesar de seguir sabiendo en el fondo sin embargo que en este último caso la fuente fuera más dudosa.

 

Eso habría de pesar en su inconsciente, aun cuando Nilus se aventurase a afirmar que los Protocolos procedían efectivamente del Congreso de 1897 (tal como esa “dudosa” fuente habría dicho), demostrando esto por otro lado que si él lo dijo, es porque dado que Nilus también menciona la otra fuente de la información (el mariscal Nikolayevich) en su libro, éste habría dado crédito a aquellos rumores en base a su correspondencia con el contenido del testimonio por parte de su amigo Nikolayevich, puesto que de ser cierto esto probaría que la historia de Nilus sobre la filtración de la información por parte del mariscal era correcta, y que realmente los Protocolos eran legítimos, con lo cual, dado que esto encaja perfectamente de manera que sienta una prueba evidente de la realidad de los Protocolos, con el testimonio de los círculos tachados de “antisemitas” de Francia, todo ello en conjunto demuestra que tuvo que ser efectivamente en Basilea, en 1897, donde se emitiera históricamente por primera vez el discurso retratado en los Protocolos.

 

He de aclarar que extraigo esta conclusión lógica, y descarto el posterior desmentido de Nilus, con motivo de que esto precisamente (la procedencia de tal información por parte de estos círculos) sería la causa que hubiera provocado que cuando aquel periodista informara a Nilus de que el Congreso de Basilea fue celebrado en público, dando a entender en ello que era obvio que no había habido ningún anuncio de los Protocolos entonces, Nilus hubiera buscado remodelar su versión al pensar que sus fuentes dudosas (las que le comunicaron la fecha de emisión de los Protocolos) efectivamente estaban equivocadas, por su mentado inconsciente sentimiento de culpa de no haber contrastado la fuente de aquella historia, de modo que para no quedar en evidencia y así además explicar mejor las diferencias del contenido de esta nueva versión.

 

Nilus habría recurrido a una nueva versión ficticia sobre el origen de los mismos, que aclarase las discrepancias internas del documento mediante la idea de que se trató de un conjunto plural de fuentes (que fue lo que dijo en esta nueva versión), aún a pesar de que esto le llevó tal como se averigua, sin pretenderlo, a contradecirse con la propia historia original (la que hablaba de Nikolayevich), que obviamente sí era la buena, si bien este desmentido sí que sería lo verdaderamente falso, y lo válido, debido a todos los aplastantes motivos antes retratados, sería lo que Nilus dijo en su primer testimonio, pues esto es además, lo único que de verdad encaja históricamente con la fecha en la que él declaró haber recibido el texto por parte de su amigo Nikolayevich.

 

Esta fue la razón por la cual, estos razonamientos que acabo de emplear son para mí la clave para desdeñar lo de que Nilus “rectificase” a posteriori, ya que esto sólo se podría deber a que él no terminase de fiarse de su fuente para la afirmación de la procedencia de los mismos (una fuente que ya había sido tachada como “dudosa”, precisamente), lo cual demuestra que efectivamente ésta fue la misma que fuera citada paralelamente en el “Informe Stolypin”, una coincidencia que valida la objetividad del discurso inicial de Nilus.

 

Esto me hace por tanto acreditar su primer testimonio como “el bueno”, y verificándose así por tanto el hecho de que fue efectivamente en Basilea en 1897 donde se llevara a cabo el enunciado de los Protocolos, dado que la coincidencia del discurso de Nilus y lo referido en el “Informe Stolypin” no deja lugar a dudas, y esta coincidencia viene de por sí validada como legítima precisamente por el hecho de que tanto lo dicho en el discurso original de Nilus como lo expresado en el “Informe Stolypin” se explican mutuamente.

 

El resultado de esto es la confirmación definitiva del hecho de que ya se tenía constancia de los “Protocolos de los Sabios de Sion” por fuentes independientes, mucho antes de que el gobierno ruso decidiese divulgarlos y tergiversarlos para dramatizarlos más, cosa que refuta definitivamente la versión oficial sobre la fabricación rusa de la historia y descubre a los servicios de inteligencia americanos y británicos, como corruptos monstruos y desinformadores al servicio de este complot.

 

Además, esto también demuestra que la primera historia de la procedencia de los Protocolos por parte de Nilus debía ser evidentemente real, independientemente de lo que dijera después.

 

Todo lo anterior me lleva a esta conclusión: los razonamientos se trenzan configurando un dibujo exacto que atestigua la realidad del contenido de los “Protocolos de los Sabios de Sion”.

 

Aún así muchos dudan de la veracidad de la primera afirmación de que Nilus recibió los Protocolos de parte del mariscal Nikolayevich, y que éstos realmente le hubieran sido filtrados desde la inteligencia rusa y que realmente procediesen, tal como se incluía en aquella primera versión de Nilus sobre su adquisición del documento, de una intercepción realizada a las redes secretas masónicas.

 

Para refutar estas dudas definitivamente, huelga decir que existe una nueva prueba absoluta que consolida toda esta revisión con la que estoy volcando la versión oficial, y termina de corroborar lo que ya he dicho de que la primera versión de los hechos que dio Nilus obviamente era verdadera.

 

Esta es una prueba que ya ha sido expuesta con anterioridad, si bien ésta conviene ser destacada con tal de encontrar la nueva relación que esto guarda con la demostración de la realidad de los Protocolos, y es que Sergei Nilus afirmara que la fuente primaria de su información fuese, de nuevo, una mujer.

 

¿Una mujer con vínculos en los estamentos de la inteligencia rusa? ¿Una mujer que adquirió los Protocolos “por su cuenta”? Está claro que Sergei Nilus estaba de nuevo refiriéndose a, claro… Madame Glinka.

 

Esto acredita la historia de Nilus acerca de que realmente hubo de ser una fuente militar (el mariscal de la corte de Sukotin en Chernigov, nada menos), quien le confesase a él en primicia, que los Protocolos eran en realidad de origen judeomasónico (mejor dicho, para que nadie piense que soy “antisemita”, de origen sionista Rothschild).

 

La premisa de que la fuente es eminentemente masónica se ve verificada por que efectivamente, las investigaciones más de cien años posteriores del académico De Michelis que revelaron la historia del encuentro de Menshikov con Glinka, prueban científicamente que la fuente original de los protocolos fue de hecho una mujer, algo que coincide de una manera tan exacta con lo que se dijera en el propio relato a parte del esoterista Sergei Nilus, que el testimonio de éste sobre el origen masónico confirmado por fuentes militares de los Protocolos resulta con ello inquietantemente validado.

 

Existen pruebas sin embargo de que el documento emitido por Sergei Nilus era obviamente distinto en su contenido en diversos aspectos notables, con detalles añadidos a previas versiones periodísticas, pudiendo apreciarse en él variaciones que parecen querer acentuarlo más.

 

Aquella versión, según se ha alegado, daba la impresión de buscar adaptarse más a la “moda” manipulativa de su época cargando aparentemente las tintas y dando lugar con ello a una versión más “sensacionalista” de los Protocolos, lo cual ha levantado sospechas sobre si no fuera tal vez el propio Nilus en persona quien se encargase de nuevo de alterar la versión original por enésima vez, cosa que de ser así no alteraría para nada lo dicho, dado que las pruebas que validan el testimonio de Nilus en torno al origen de los Protocolos continúan estando, a pesar de que si decidimos ser indulgentes con él también en esto, cabe pensar que quizá la traducción que el servicio de inteligencia le entregara a su contacto no fuera “tan fiel” como el gobierno había hecho creer al mariscal, cosa probable.

 

Aunque tal vez fuese al revés, y hubiera sido ésta por el contrario la edición más fiel y acertada (al menos en gran medida), siendo las otras en cambio versiones sesgadas y adulteradas del documento original, pudiendo la última por tanto albergar la más completa y rigurosa.

 

En cualquier caso esto no desdice, como antes aclaré, lo que ya han demostrado las evidencias: que la historia del origen de los Protocolos es indudablemente real, pues el relato de Nilus sobre la procedencia francmasónica de los mismos ha sido validado por las pruebas de De Michelis.

Pero lo cierto es que además, las nuevas investigaciones de De Michelis sobre la historia de Glinka y Menshikov, vienen a acreditar de nuevo que la versión oficial acerca de los Protocolos sigue siendo completamente falsa. Tal como ya se ha visto, en aquella conferencia de Nueva York en 1921 la princesa Catherine Radziwill declaró que los Protocolos no eran en realidad más que una falsificación, una invención, y que dicho engaño había sido llevado a cabo por el servicio de inteligencia ruso entre 1904 y 1905.

 

Para empezar, baste decir que esto se trata de un flagrante anacronismo, ya que la primera edición de los Protocolos, tal como destaqué antes, vio la luz en el periódico “Znamya” de “Siglo Negro” en el año 1903 (¡fallaste Cate!).

 

Aunque no se trata sólo de esto, pues resulta también que según la versión antes expuesta, que Radziwill dijera en aquella conferencia acerca de los Protocolos que la falsificación había sido llevada a cabo por Golovinski y los Manuilov bajo la supervisión de Rachkovsky, es algo que como ya se ha visto queda tumbado por las investigaciones científicas de De Michelis, dado que, según repito, la verdadera primera mención a los Protocolos se da en 1902 a través de la “infiable” médium Glinka, habiendo ésta sido incluso censurada por la prensa, cosa que se muestra diametralmente opuesta a una farsa periodística del gobierno.

 

Ésta fue precisamente la razón que llevó a Glinka a dirigirse a su marido Rachkovsky para la divulgación de los Protocolos.

 

Muchos criticarán esto también, esgrimiendo que, tal como yo mismo he citado antes, existen investigaciones también científicas que validan la historia de Radziwill, algo respecto a lo cual deberé matizar a continuación.

 

Existen pruebas que verifican que efectivamente hubo una fabricación periodística de los Protocolos tal y como los conocemos para su difusión por prensa, tanto como que en ella intervinieron Golovinski y los Manuilov, habiendo incluso fuentes arriba mencionadas que acreditan muestras del estilo del primero en el texto (Hayden, Lepekhine, o Skuratovsky), aun cuando lo cierto sea que dicha historia resulta obviamente una verdad a medias, incompleta, y sesgada (una mentira a todos los efectos).

 

En tanto que éstos, sí, fueron quienes llevaron a cabo la operación de diseño y divulgación de la versión publicada de los Protocolos, si bien ese mismo documento, de estructura similar y contenidos parejos, ya existía antes de la operación de tergiversación y divulgación con Golovinski al frente, existiendo un intento particular completamente independiente de divulgarlo por parte de Glinka, sin contar en ello para nada con la autoridad del estado, de manera totalmente personal y exponiéndose con ello a ser ridiculizada, tratando de difundir el documento a través de los medios comunes aun cuando su reputación la hacía fácilmente desdeñable y censurable (tal como prueba la ya trillada historia de Menshikov exhumada por De Michelis).

 

Este documento fue precisamente aquél a partir del cual Golovinski y sus hombres llevaron a cabo su versión del documento, con lo que el testimonio de Radziwill sobre que éste se trataba de una fabricación del gobierno ruso deviene una vulgar patraña.

 

Por último, el archivo desclasificado del “Informe Stolypin” sobre la investigación secreta de los rusos en torno al verdadero origen de los Protocolos demuestra que éstos jamás pudieron haber sido “inventados” por dicho gobierno, terminando así por dejar a Radziwill como una mentirosa.

 

Estos tres detalles por tanto, el anacronismo, la contradicción, y la manipulación, prueban definitivamente que Radziwill era una agente de la élite para la desinformación (no en vano había sido pretendiente del infame Cecil Rhodes), además de que aplicando el razonamiento de antes, mentir deliberadamente para negar algo descubre lo negado como probablemente cierto.

A pesar de todo, muchos aún podrán decir:

“sin embargo lo único que hizo la inteligencia occidental fue exponer los antecedentes literarios de los Protocolos que hacían éstos sospechosos de ser una falsificación, exponiendo sin más mediante el uso de ‘pruebas’ que los Protocolos han de ser un plagio.”

En primer lugar, huelga decir que esto entraña una falacia, puesto que como ya se ha visto existen explicaciones alternativas para la presencia de antecedentes literarios.

 

En segundo lugar, se ha de destacar cómo tal postura no se corresponde en realidad con el caso, ya que conviene recordar qué fue exactamente lo que hicieron las fuentes occidentales, dado que éstas no se limitaron tan sólo a “exponer las ‘pruebas’”, pues eso, tal como bien pudieran apuntar los propios escépticos, cabría ser atribuido a la mera creencia de la propia inteligencia anglosajona en la historia del “bulo” y a su intento de exponer la misma tal como ellos “inocentemente” la interpretasen.

“Decir que los occidentales mintieron, y que por lo tanto su mentira descubre que lo que éstos pretendían era apartar la vista del público de los Protocolos cínicamente, lo cual en cierto modo ‘verifica’ la realidad de su contenido, resulta una declaración malintencionada, pues los occidentales simplemente se dedicaron a aportar aquello que ellos honestamente consideraban como ‘pruebas reales’ de la fraudulencia de los Protocolos”, dirían los escépticos.

Esto es rotundamente falso.

 

Hagan memoria, ¿a qué se dedicó realmente el célebre Allen Dulles en su exposición?

 

El testimonio de Dulles, si éste se repasa con atención (y ahí la mentira), se basaba precisamente en el contundente alegato supuestamente definitivo (tan mediáticamente explotado por “The Times”, ese periódico Rothschild) de que “la fuente” de la información había estado implicada también supuestamente en el proceso de falsificación de los Protocolos por parte del gobierno ruso, con que, lo que Dulles habría hecho por tanto no sería más que recibir todos los textos con referencias previas al contenido de los Protocolos por parte de ese misterioso contacto cuya identidad jamás fue revelada.

 

Esto lo torna aún más dudoso e infiable su relato, resultando así (y esto hace sorprendente que se diera tanto bombo mediático a su testimonio, puesto que él era un espía que se ganaba la vida engañando a la vez que la única fuente de su historia) que lo que el americano habría logrado sería acreditar que los Protocolos habían sido redactados por la prensa rusa en conjunción con la inteligencia del Zar, basándose para ello específicamente en unos libros que ahora obraban en su poder.

 

Tal como ya se ha visto, está claro que lo de que los Protocolos tuviesen antecedentes literarios no “demuestra” necesariamente la invalidez su invalidez, de modo que aunque los medios oficiales manipulados hayan hecho particularmente hincapié en ello, esto resulta precisamente lo menos importante de todo. Por el contrario, aquello que supuestamente supuso la verdadera “prueba definitiva de la invalidez de los Protocolos”, fue el hecho de que Allen Dulles afirmase que el contacto que le entregara dichas referencias literarias era un miembro del aparato de inteligencia ruso, ahora disidente, que declaró que los Protocolos eran un puro artificio de la cúpula de la inteligencia rusa (a través de Rachkovsky, Golovinski, y los Manuilov).

 

Dicho contacto, por tanto, que había sido citado como la fuente de la prueba de la falsificación otorgada por Dulles, decía según parece haber estado directamente implicado en la fabricación del bulo.

 

Este individuo, nunca identificado, y cuya historia por tanto nunca pudo ser comprobada, lo cual ya hace esta “información” ilegítima desde el punto de vista empírico, confesó tener al parecer conocimiento directo de que de hecho fueron esos libros exactamente (aquellos ejemplares en concreto) que él le entregó a Dulles justamente los que habían sido empleados por la inteligencia rusa para fabricar el texto de los Protocolos cuyo origen según él aparentemente confesó era absolutamente inventado, unos Protocolos inexistentes y que hubieron de haber sido en teoría falsariamente confeccionados por la inteligencia rusa, o sea, que la inteligencia rusa, según esta historia, había sido la que “partiendo de cero” elaborara los Protocolos, los cuales, parece ser, nunca existieron.

 

Esta historia sobre la hipotética fabricación de los Protocolos fue, tal como ya se mencionara antes, oportunamente divulgada apenas un año después en un libro de gran tirada mediática que ha habido de ser recitado hasta la saciedad, por un tal Herman Bernstein (Bern-STEIN).

 

Es aquí donde surge la refutación de ciertas alegaciones que antes augurase por parte de los escépticos, ya que en primer lugar, lo cierto es que Dulles no hizo nada más que proporcionar un conjunto de pruebas meramente circunstanciales que no demuestran definitivamente nada por sí mismas (los libros), puesto que tal como ya se ha visto existen aun explicaciones alternativas para lo de las correspondencias literarias.

 

En segundo lugar, el único respaldo con el cual pudiera contar la historia de Dulles vendría dada por el aparente hecho de que un contacto disidente de la inteligencia rusa fue supuestamente la “fuente” de su relato, si bien Dulles se preocupó de mantener dicha “fuente” en secreto, con lo que el contenido de su información permanece periodísticamente indemostrable, un detalle desatendido en su día puesto que el mero hecho de que Dulles ofreciera una batería de antecedentes “calcados” a los Protocolos causaría tal impacto en el público que nadie cuestionaría desde entonces la historia sobre el fraude de Dulles, todo ello a pesar de que la célebre “fuente” de ésta fuera de origen incierto y por tanto ilegítima desde el punto de vista científico.

 

Por último es cuando viene el punto más demoledor, dado que la historia indemostrable de Dulles consistía en que un miembro de la inteligencia rusa confesó que los Protocolos fueron fabricados ex-nihilo partiendo concretamente de los libros que aportara Dulles, pues lo que esta “fuente” supuestamente confesó fue su participación en el fraude, de manera que según este testimonio la historia de los Protocolos habría sido al parecer originalmente falsificada, lo cual aparentemente acreditaba que jamás hubieron existido los Protocolos antes de eso.

 

Sin embargo, tal como ya se ha visto, la historia de Menshikov y Glinka recientemente revelada por De Michelis ha acreditado la previa aparición particular y censurada en prensa del documento, probándose así que la historia de Dulles es absolutamente falsa, o mejor dicho, no que sea meramente falsa, sino que sencillamente, ninguna fuente pudo jamás haberle confesado a Dulles la fabricación de los Protocolos por el gobierno ruso en el momento de su publicación.

 

Básicamente porque hay pruebas de que los Protocolos ya existían antes de eso, así como de que la aparición original de éstos fue de manera particular e independiente, a través de una extraña mujer que pudiendo precisamente haber contado con el gobierno ruso en su día, trató en cambio de divulgar los Protocolos por su cuenta de manera completamente marginal, una mujer cuya aportación fue además libremente censurada por la prensa, algo a lo que también hay que sumar el informe de Stolypin, dado que éste demuestra que los Protocolos sí existían ya desde antes de su publicación en prensa.

 

En tanto que el propio gobierno ruso llevó a cabo su propia investigación secreta para determinar su origen, con lo que el gobierno ruso no pudo habérselos “inventado”, lo cual desmonta por completo el relato de la “confesión” por parte de la fuente incomprobable de Dulles, si bien por último contamos igualmente con el testimonio de Sergei Nilus, quien reconociera haberlos obtenido por parte de un contacto altamente fiable que además era su bien conocido amigo, el mariscal Alexei Nikolayevich, que fue quien informó a Nilus del legítimo origen masónico de los Protocolos.

 

Este es un testimonio por su parte validado por el hecho de que la historia en la que dice basarse atestigua la obtención de los mismos gracias a una mujer, un hecho cuya veracidad ha sido muy posteriormente de confirmada una vez más por la historia desvelada por De Michelis sobre Yuliana Glinka, quedando comprobado como ya se mostró antes, el legítimo origen masónico de los “Protocolos de los Sabios de Sion”, demostrándose así de manera implacable con todo ello, que la única fabricación aquí es la propia historia de Dulles.

 

Así pues sabemos bien que lo que Dulles dice es falso, si bien esto no es lo verdaderamente importante, puesto que tal como dije antes, según podrían rebatir los escépticos, cabe la posibilidad de que uno llegara a emitir una historia falsa basándose en pruebas aparentemente fiables (cosa que también dije que iba a refutar, y ahora refuto), no debiéndose ello más que a un simple error de juicio, pues lo verdaderamente importante aquí es que dado que la historia de Dulles decía proceder de un testimonio interno de la inteligencia rusa que supuestamente confesaba que los Protocolos habían sido inventados in situ por el gobierno ruso y los periodistas que lo divulgaron oficialmente por primera vez.

 

Lo que resulta en realidad a la luz de las pruebas definitivas es que esto es algo del todo imposible, desmintiendo de este modo la mera posibilidad de existir apenas un miembro acreditado de la inteligencia rusa capaz de declararse culpable de falsificación alguna y confesárselo a Dulles, dado que dicha falsificación jamás pudo siquiera haber tenido lugar, queda con ello por tanto definitivamente demostrado que Dulles tuvo obviamente que haber inventado su historia de principio a fin.

 

Esto supone un cambio drástico en la percepción histórica de los Protocolos, pues la única “prueba sólida” que había para demostrar la supuesta falsedad de los mismos había sido la historia de Dulles, la cual, a la luz de las pruebas, ha quedado completamente desacreditada.

 

Por esta razón, la afirmación antes mencionada, de que “decir que los occidentales mintieron, y que por lo tanto sus mentiras descubren que pretendían falsamente apartar la vista del público de los Protocolos, lo cual en cierto modo ‘verifica’ la segura realidad de su contenido, es una afirmación malintencionada, porque los occidentales simplemente dieron lo que no eran más que ‘pruebas reales’”, es un error de razonamiento inaceptable.

 

Por tanto, a la luz de todo esto, repito, ha quedado demostrado lo más importante, que no es sino que Dulles inventó su fuente, e inventó su “demostración científica a través de la inteligencia”, y eso significa que Dulles fabricó conscientemente falsas pruebas para desacreditar los Protocolos, y esto sirve para, de nuevo, validar mi argumento, con lo cual, concluyo volviendo a él por última vez, esta vez habiendo demostrado su acierto:

Dulles fabricó falsas pruebas, y si Dulles fabricó falsas pruebas, eso es porque occidente quería desacreditar a toda costa los Protocolos, a lo cual se aplica lo que ya dije al principio y que es la clave de mi demostración de la validez de los Protocolos, que es que si alguien emplea mentiras para negar algo (y aquí se ha demostrado que occidente ha empleado auténticas mentiras para desacreditar falsamente los Protocolos), entonces esto ha de ser prueba psicológica de que aquello que se pretende negar es precisamente verdadero.

Finalmente muchos podrán contestar a esto último que tal como yo mismo remarqué antes, Holmes (Colin, no Sherlock), el historiador de Sheffield mencionado al principio que publicó su trabajo en torno al caso, declaró basándose en sus propias pesquisas haber identificado al famoso “contacto secreto” de Dulles como el emigrante Michael Raslovleff.

 

Baste señalar que para cuando éste declarase haber dado con semejante hallazgo ya hubieron pasado para entonces varias décadas desde el suceso, con lo cual la “demostración” de Holmes estaba claramente condicionada por su previo conocimiento de la versión oficial, pues el hecho de haber encontrado el contacto de Dulles no confirma que éste emitiese aquel testimonio, con lo que, por tanto, Holmes no demostró en realidad absolutamente nada, dado que la única interpretación que encaja con el amplio marco de los hechos que he presentado es que Raslovleff no fue para nada quien ofreciera realmente testimonio alguno basado en su conocimiento interno de la inteligencia rusa que desacreditara los Protocolos.

 

Éste hubo de ser ciertamente un peón empleado por Dulles para encontrar las fuentes literarias que éste con su cultura de espía ya habría designado cuidadosamente en una operación de contra-inteligencia para desacreditar el documento, explotando de ese modo a este individuo y usándole como contrabandista de aquellos materiales ya pensados por Dulles para vestir la farsa habiendo comprado a Raslovleff con la prebenda del famoso “préstamo” del Times para que Dulles pudiera así obtener los dichosos libros en los que se fijaría todo el mundo, con el fin de envolverlo todo ello en la astuta historia de una filtración rusa que de ser cierta sí hubiera constituido la auténtica prueba del fraude.

 

Si bien ésta es obviamente falsa ya que la supuesta fuente de dicha información fue ocultada para que nadie pudiera contrastarlo, algo que se ve demostrado porque la historia de Dulles simplemente no encaja con las evidencias de la primera aparición periodística original de los Protocolos aportadas por De Michelis, razón en vista de la cual todo sigue exactamente igual, con lo cual todo lo que he venido diciendo permanece vigente debido a que la historia indemostrable de Dulles sobre el supuesto testimonio de Raslovleff, nunca pudo haber pasado.

 

Esto debido a que si éste fuera cierto los Protocolos deberían haber sido (pues en esto consistía dicho testimonio) una invención confeccionada en prensa desde que fueron publicados, cosa desmentida como digo por el trabajo de De Michelis así como por la existencia de una investigación interna del Zar para averiguar la procedencia de los mismos atestiguada en el informe de Stolypin, pues si fuera cierta la historia inconfirmable aportada por Dulles sobre la confesión de uno de los perpetradores de la farsa originalmente urdida por el gobierno ruso para crear según este supuesto relato probatorio un bulo de la nada, ¿entonces como es posible que el gobierno ruso llevara a cabo, tal como sabemos gracias a las pruebas de que disponemos, una investigación para determinar sus verdaderos orígenes?

 

La historia de Dulles no se sostiene ante las nuevas evidencias, quedando demostrado así con ello que Dulles no era efectivamente más que un charlatán.

 

Por tanto:

la inteligencia occidental miente, los “Protocolos de los Sabios de Sion” son verdaderos en su esencia, y todo esto, tanto la demostración de la autenticidad de éstos, como la de las mentiras empleadas para desacreditarlos, al mismo tiempo, demuestran que el mundo occidental está dominado bajo el influjo de la conspiración sionista, una conspiración con la que debemos acabar.

Definitivamente, tal como atestigua el estudio que acredita la independencia de la iniciativa de Madame Glinka, el cual por tanto, valida el testimonio del mariscal Alexei Nikolayevich a Sergei Nilus sobre el origen del documento, queda también así definitivamente demostrado lo más importante:

que los “Protocolos de los Sabios de Sion” son originales e independientes, y que éstos son de origen verdaderamente secreto masónico, y pertenecen a la “Red Illuminati”, por lo que éstos son verdaderos y legítimos en su contenido.

Por lo tanto, de la demostración de la legitimidad de su origen y el empleo de mentiras por parte de la inteligencia occidental para vilipendiarlos, en conjunción con la manera indiscutible en que los Protocolos han logrado describir exactamente el curso de los acontecimientos sociales durante los últimos 110 años, no se puede sino llegar a la conclusión de que los “Protocolos de los Sabios de Sion” son incuestionablemente auténticos.

 

Por esta razón, ha quedado prácticamente demostrada de manera científica la realidad de la Conspiración Sionista para implantar el Nuevo Orden Mundial, y que de manera innegable, el mundo occidental está sometido bajo su influjo (dado que las fuerzas de su aparato de inteligencia han operado para ocultar esta historia).

 

Es debido a esto que por causa de esta demostración ineludible, ha quedado totalmente evidenciada la acuciante necesidad de acabar con el sistema vigente.

 

¡Debemos acabar con el poder puesto que ha quedado al descubierto su plan para la tiranía mundial! Es por esta misma razón que debemos alzarnos contra esta conspiración sionista que está envenenando nuestras vidas. Por ello yo incito a la ¡subversión! ¡Revolución ya! ¡Revolución contra la tiranía encubierta del sionismo nazi y genocida! ¡Revolución contra este sistema corrupto!

 

Revolución mediante la conciencia, la paz, la serenidad, y sobre todo, la demanda pública, ¡enunciemos sin miedo ante Ellos la Verdad suprimida en público! Rebelión ciudadana, desobediencia civil, y denuncia social, ¡alto y claro! Rebeldía pacífica, pero rebeldía fiera en su legitimidad, ¡reclamemos nuestra dignidad!

 

Somos sus cobayas y pretenden esclavizarnos y exterminarnos: estallemos con un furor energético inusitado y borremos de la tierra la hipocresía y la oscuridad que reina en este sistema podrido para siempre, para que la Luz radie de nuevo como no había pasado en más de 5000 años.

 

Algunos han dicho que los “Protocolos de los Sabios de Sion” son la mayor falsificación de todos los tiempos; yo coincido, pero en otro sentido: la imagen que se ha dado de los Protocolos como una falsificación, es la que se descubre a todas luces como la mayor falsificación cometida en la historia.

 

Muchos manipulados me odiarán y querrán enterrar mi discurso con falacias y acusaciones necias, y tengo un mensaje para ellos.

 

El hecho de que logren crear un subterfugio para seguir convenciéndose a sí mismos de que no hay un complot, no hace que éste, de ser real, desaparezca, cosa que sea o no el caso, desde luego siempre será posible, con lo cual, he de aclarar mediante la razón que ellos dicen usar mejor que nadie, que las actitudes que seguramente muchos de ellos querrán esgrimir están inmediatamente deslegitimadas, debido al siguiente axioma:

negarse a aceptar la mera posibilidad de vivir en una conspiración, equivale filosóficamente a formar parte de la misma.




APÉNDICE

Guardo mis sospechas acerca del responsable del informe de inteligencia secreto del Zar que atestiguaba la previa existencia de los Protocolos antes de la manipulación zarista que también se dio (eso está claro) sobre los mismos: hablo de Piotr Stolypin.

 

¿Por qué? La voz de mi intuición, la cual sigo a menudo llegando a buen puerto, me dice que el informe negativo de éste tratando de hacer, él también por su parte, que los Protocolos se viesen como una fabricación “antisemita”, quizá se debía a que Stolypin estuviera al servicio del complot y pretendiese engañar al propio Zar (aunque éste no le hizo caso y aún así decidió extender los Protocolos oportunamente estilizados para justificar las ideas del “Antiguo Régimen”).

 

Esto no es tan raro entre los que aparentemente son subordinados o “consejeros” de los poderosos (al igual que según se dice Sir Robert Cecil hubiera manipulado a la reina Isabel I de Inglaterra).

 

Intuyo que Stolypin podría ser, literalmente, un Rothschild, posible descendiente bastardo de la familia. Si usted se fija en las fotos de Stolypin encontrará un gran parecido físico con Lord Walter Rothschild. Stolypin fue el responsable de muchas de las políticas que durante el tiempo del Zar condujeron a Rusia a un desastre inexplicable y artificial: políticas de infiltración Rothschild para derrotar a su enemigo, Rusia, por ser anti-sionista, para así justificar el auge del comunismo.

 

Además, se sabe que Stolypin era nieto por parte materna del Gobernador General de Varsovia, feudo “judío” (o sea, Rothschild), lo cual podría sentar algún tipo de nexo vía materna, como en el caso del padre de Hitler, aunque esto es una mera especulación mía. Curiosamente Stolypin acabó siendo asesinado supuestamente por un “radical de izquierdas”, y se dice que murió “orgulloso de servir al Zar” (lo cual podría ser una críptica ironía por su parte, por la forma tan teatral en la que se dice que murió: la hipocresía Rothschild, como se sabe, no tiene límites).

 

Después el Zar le susurró al oído en el hospital “perdóname”, inquietantes palabras. Curiosamente, el Zar paralizó sin embargo la investigación judicial sobre el asesinato de Stolypin, con lo cual se ha sospechado de que en realidad fuera el propio Zar el que se hubiera vengado de Stolypin por sus medidas radicales.

 

Yo sospecho que el Zar quizá se enteró de para quién trabajaba realmente su Primer Ministro.

 

Esto pasó en 1911, poco antes de que los Rothschild envenenasen el país e instaurasen el régimen soviético (posible venganza por sacar a la luz los Protocolos y acabar con su “agente” Stolypin, entre otras cosas).

 




“LOS PROTOCOLOS DE LOS SABIOS DE SION”

TAL COMO FUERON PRESENTADOS EN EL LIBRO “LO GRANDE EN LO PEQUEÑO Y LA VENIDA DEL ANTICRISTO”
 


Aclaración:

El término “Goyim” refiere a los “Gentiles”, o sea, a todo aquél que no sea “judío” (lo cual en su doble lenguaje probablemente haya de leerse por todos los “no-sionistas”). De igual modo en el texto ha de entenderse que “Israel” hace alusión esotéricamente a los “linajes Illuminati” (véase mi otra entrada “¿Antisemita o antisemita?”, donde demuestro esto último), y que en él “judío” en realidad va por “sionista”.

 

Con “sangre de Sion” se debería entender que a lo que se están refiriendo es en realidad, metafísicamente, a la tradición pagana sionista y a los linajes Illuminati. Puede notarse cómo las menciones a su “religión” en realidad refieren al culto a Moloch-Baal (el satanismo), y que cuando hablan de Dios en realidad se entiende que se están refiriendo al Ojo Que Todo lo Ve Illuminati (Lucifer).

 

Resulta obvio que las referencias a “su pueblo” o “su raza” están mencionando en realidad a su linaje elitista concreto, y no a los judíos en general.

 

Todo esto lo han disfrazado en el lenguaje para confundirse perversamente con el propio judaísmo: así todo aquél que pudiera descubrir sus pretensiones y los denunciase por ello acabaría pareciendo un horrible “antisemita” a los ojos de los “imbéciles Goyim”, que por cierto somos todos nosotros, la gente común.

 

Tanto “respeto” nos tienen estos canallas.
 

 


Nota:

Traten de discernir lo que pudiera tratarse de “pura propaganda antisemita” y “en favor del Antiguo Régimen” de aquello que de manera misteriosa refleja a la perfección cómo funciona el mundo y que encaja perfectamente con la manera en que los sionistas están cumpliendo con su plan.

 

A la luz de este texto, se averigua que vivimos en un momento muy avanzado de su plan milenario; puede que en el más avanzado de la historia: el Gobierno Mundial es inminente y es preciso que nos alcemos para hacer algo. Resulta aterrador pensar que esto salió a la luz en 1903 cuando se tiene en cuenta todo lo que ha pasado desde entonces.

 

En mi opinión, los Protocolos son instrucciones para adoctrinar a los Illuminati para realizar el plan sionista, y probablemente se recitan de vez en cuando como en las reuniones de clubes privados donde los miembros recuerdan su código al principio, o cuando hay nuevos iniciados, cosa que aclara muchas cosas sobre su estilo literario.

 

También pienso que existe una explicación añadida para sus disparidades, que es la posibilidad de que a modo de glosa o comentario, los Protocolos se hayan ido edificando mediante una tradición “filosófica” a partir de diversas añadiduras a lo largo del tiempo, y también por la intervención de varios testimonios dentro de una misma reunión, hasta puede que en diferentes ocasiones, de manera que los Protocolos podrían representar más la corriente de una doctrina, si bien todos ellos podrían haber sido conjuntados para unificarse definitivamente todas las directrices en un mismo sistema demencial y delirante, de ahí lo de “Protocolos”, conformando un “compendio” de sabiduría maligna, finalmente manifestado en la forma de un informe por parte de la comandancia de la voz de la administración representativa.

 

El empleo de la primera persona del plural sin identificar a nadie, se debe según entiendo a que en la doctrina de estos individuos, los sujetos concretos no cuentan, sino el plan que está por encima de todos ellos.

 

Ellos serían instrumentos de una causa mayor. Son idealistas del Mal. Lo que importa no es quien lo haga, sino que se haga. Para ellos la personalidad es una aberración: habrá un poderoso absoluto, sí, y detentará el mayor poder posible, sí, pero tal como exponen los Protocolos, él será precisamente el mayor esclavo del plan colectivo.

 

Conseguir que alguien consiga el mayor poder, que ese poder esté al servicio del Mal, y que ese alguien pertenezca a su élite, son elementos clave: pero ese alguien será de hecho anónimo, porque ese alguien también será su “nosotros”. La filosofía del “Anticristo” viene precisamente perfectamente reflejada en el Evangelio según San Juan: “Mi Nombre es Legión”.

 

Algunos se quejan de algunas contradicciones en sus conceptos de doctrina, pero ¿es que a nadie se le ha ocurrido que quizá la doctrina de estos tipos, por ser puramente malvada, es absurda? De ahí vendría la contradicción: de que el Mal por su propia constitución, es contradictorio, porque es estúpido; sólo el Bien es luminoso y claro.

 

Muchos dicen: “lo que se dice en los Protocolos es generalista, auto-negativo, y delirante…” y tratan de esgrimir esto contra los que proclaman la veracidad de los Protocolos.

 

¿Es que nadie ha podido pensar, que a lo mejor esos Protocolos son reales, mas que sin embargo, los que los compusieron son realmente los que son unos dementes delirantes?

 

La doctrina de los Nazis, sin ir más lejos, era precisamente demencial, auto-negativa, fraseológica, e igualmente delirante, tal como se averigua de su estudio profundo. Sin embargo ahí estuvo y fue perfectamente real, y había gente que profesaba esa doctrina.

 

Es cierto que en el documento también se habla de cosas que al parecer ya Ellos ya habían conseguido por aquel entonces, pero creo que eso es porque efectivamente estos Protocolos proceden de la versión actualizada que se declaró abiertamente en Basilea en 1897. Aparte de todo esto, se muestra bastante evidente para mí, que de la lectura de estos Protocolos se extrae inmediatamente la conclusión de que una nueva crítica frecuente acerca de ellos no es correcta: esta crítica se basa en que dado que se está usando todo el tiempo un lenguaje genérico, y no se aclaran las vías por las que este plan se llevará a cabo, supuestamente “está claro que es un bulo para culpar un chivo expiatorio, los judíos, con el fin de hacer propaganda contra ellos”.

 

Bien, a parte de que no es cierto eso de que no se explique cómo planean los conspiradores llevar a cabo su plan, pues si lo hacen con bastante detalle, y además tampoco es cierto que no concreten, porque hay apartados muy elaborado dirigidos a cada ámbito concreto y cada función del poder que planean tomar, dando datos muy claros, definitivamente está el hecho revelador y fundamental, de que en el texto, tal como se ve en su lectura, la cual recomiendo inmediatamente después de acabar esta nota explicativa, se puede apreciar cómo el autor, por enfermizo que sea lo que dice, da argumentos muy razonados y minuciosos, y todo un sistema de doctrina desarrollada y aunque maligna, sumamente interesante, tratando de justificar la legitimidad de lo que se planea, e incluso, a pesar de que todo es atroz, tratando de argumentar que eso es legítimo.

 

En un texto fraudulento para inculpar a alguien, esto sería mucho más infantil, y en el texto, de ser una ficción antisemita, diría cosas como “nosotros los judíos, desde el primero hasta el último, estamos comprometidos con asesinar a los gentiles mientras duermen para adorar al diablo mientras les robamos sus tierras”; y aunque parezca que el texto “dice eso”, en realidad no es así exactamente, pues tiene muchos matices y es muy sofisticado en su argumentación (demasiado para ser fraudulento), y aunque en última instancia, es de naturaleza puramente perversa, lo importante, es que el comunicador trata de convencer de la legitimidad de esa perversión con argumentos razonados, cosa que jamás se hace en una burda falsificación panfletaria e incendiaria: realmente son Protocolos.

 

Pero claro, con los Protocolos ha sucedido lo que sucede con casi todas las pruebas literarias de la historia que han revelado planes ocultos, conspiraciones, o crímenes de estado: el sistema de manipulación ha logrado que leamos más sobre los Protocolos, que de los Protocolos directamente, para que no nos demos de la flagrante realidad de su contenido, la cual es obvia. Por eso insto al lector, como dijo David Icke, a leerlos por sí mismos y sacar sus propias conclusiones, pues ustedes tienen ese derecho (y ese deber) de revisar las cosas y extraer sus propias opiniones, no dejándose condicionar por juicios ajenos.

 

Por cierto, me he tomado la molestia de glosar los contenidos: no lean la glosa si no quieren (son libres de no hacerlo, ya que además no quiero que parezca que intento condicionar a nadie, sino que simplemente me pareció oportuno dar mi propia opinión), si bien aun así recomendaría que lo hicieran, sólo para contrastar mis juicios con los suyos: ustedes eligen.

 

Finalmente, sólo he de decir que convendría que se observase la naturaleza intrínsecamente maligna del texto: tal como mi exposición y el autodefinido contenido del mismo revelan, es innegable que así funciona el mundo, y por tanto tristemente, que quien nos gobierna es el mal en sí mismo.



PROTOCOLO I
Dejemos de lado toda fraseología; estudiemos en sí misma cada idea e ilustremos la situación por medio de comparaciones y deducciones. Voy, pues, a formular nuestro sistema desde el punto de vista nuestro y desde el punto de vista de los Gentiles (Goyim).

Hay que hacer notar ante todo que los hombres dotados de malos instintos abundan más que los de buenos sentimientos. Por esta razón hay que esperar mejores resultados cuando se gobierna a los hombres por medio de la violencia y el terror, que cuando se trata de gobernarles por medio de las discusiones académicas.

 

Todo hombre aspira al poder; cada uno quisiera convertirse en dictador; si esto fuera posible al mismo tiempo, muy poco faltaría para que no estuvieran todos prontos a sacrificar el bien de los demás, a trueque de conseguir cada uno su propio provecho.

¿Qué es, pues, lo que ha reprimido hasta ahora a esa bestia feroz que se llama hombre? ¿Qué es lo que ha podido dirigirle hasta el presente?

 

Al iniciarse el orden social, el hombre se ha sometido a la fuerza bruta y ciega; más tarde, a la Ley, que no es más que esa misma fuerza, pero disfrazada. De donde yo saco la conclusión que, según la Ley Natural, el derecho radica en la fuerza.

 

La Libertad Política es una idea y no un hecho. Se necesita saber aplicar esta idea cuando es necesario atraer las masas populares a un partido con el cebo de una idea, si ese partido ha resuelto aplastar al contrario que se halla en el poder.

Este problema resulta de fácil solución si el adversario se mantiene en el poder en virtud de la idea de libertad, de eso que se llama Liberalismo, y sacrifica un poco de su fuerza en obsequio de esa idea: Libertad.

 

Y he aquí por dónde ha de llegar el triunfo de nuestra teoría: una vez que se aflojan las riendas del poder, inmediatamente son recogidas por otras manos, en virtud del instinto de conservación, porque la fuerza ciega del pueblo no puede quedar un solo día sin tener quien la dirija, y el nuevo poder no hace otra cosa sino reemplazar al anterior debilitado por el Liberalismo.

En nuestros días, el poder del oro ha reemplazado al poder de los gobiernos liberales. Hubo un tiempo en que la fe gobernaba. La idea de libertad es irrealizable, porque nadie hay que sepa usar de ella en su justa medida. Basta dejar al pueblo que por algún tiempo se gobierne a sí mismo, para que inmediatamente esta autonomía degenere en libertinaje. Surgen al punto las discusiones, que se transforman luego en luchas sociales, en las que los Estados se destruyen, quedando su grandeza reducida a cenizas.

Sea que el Estado se debilite en virtud de sus propios trastornos, sea que sus disensiones interiores lo ponen a merced de sus enemigos de fuera, desde ese momento, ya puede considerarse como irremediablemente perdido; ha caído bajo nuestro poder. El despotismo del Capital, tal como está en nuestras manos, se le presenta como una tabla de salvación y a la que, de grado o por fuerza, tiene que asirse, si no quiere naufragar.

A quien su alma noble y generosa induzca a considerar estos discursos como inmorales, yo le preguntaría: Si todo Estado tiene dos enemigos y contra el enemigo exterior le es permitido, sin tacharlo de inmoral, usar todos los ardides de guerra, como ocultarle sus planes, tanto de ataque como de defensa; sorprenderlo de noche o con fuerzas superiores, ¿por qué estos mismos ardides empleados contra un enemigo más peligroso que arruinaría el orden social y la propiedad, han de reputarse como ilícitos e inmorales?

 

¿Puede un espíritu equilibrado esperar dirigir con éxito las turbas por medio de prudentes exhortaciones o por la persuasión, cuando el camino queda expedito a la réplica, aun la más irracional, si se tiene en cuenta que ésta parece reducir al pueblo que todo lo entiende superficialmente?

Los hombres, sean de la plebe o no, se guían casi exclusivamente por sus pasiones, por sus supersticiones, por sus costumbres, sus tradiciones y sus teorías sentimentales; son esclavos de la división de partidos que se oponen aun a la más razonable avenencia. Toda decisión de las multitudes depende, en su mayor parte, de la casualidad, y cualquier resolución suya es superficial y adoptada con ligereza.

En su ignorancia de los secretos políticos, las multitudes toman resoluciones absurdas y la anarquía arruina a los gobiernos.

La política nada tiene que ver con la moral. El gobierno que toma por guía la moral no es político, y en consecuencia es débil. El que quiera dominar debe recurrir a la astucia y a la hipocresía. Esas grandes cualidades populares, franqueza y honradez, son vicios en política, porque derriban de sus tronos a los reyes mejor que el más poderoso enemigo.

 

Estas virtudes deben ser atributos de los príncipes Gentiles; pero nunca debemos tomarlas por guías de nuestra política.

Nuestro objeto es apoderarse de la fuerza. La palabra Derecho es un concepto abstracto, al que nada corresponde en el orden real y con nada se justifica. Esta palabra simplemente significa: Dame esto que yo quiero, para probar que yo soy más fuerte que tú… ¿Dónde empieza y dónde acaba el derecho?

En un estado en el que el poder está mal organizado, en el que las leyes y el gobierno se han convertido en algo impersonal, como efectivamente sucede con los innumerables derechos que el Liberalismo ha creado, yo veo un nuevo derecho: el de echarme en virtud de la ley del más fuerte, sobre el orden, sobre todos los reglamentos y leyes establecidos, y trastornarlos; el de poner mano sobre la ley, el de reconstruir a mi antojo todas las instituciones y constituirme amo y señor de los que nos abandonan los derechos que su propia fuerza les había dado, y a los que han renunciado voluntariamente, liberalmente…

Gracias a la debilidad actual de todos los gobiernos, el nuestro será más duradero que cualquier otro, porque será invencible hasta el último momento, y quedará tan profundamente arraigado que no habrá astucia que pueda causar su ruina…

De todos los males más o menos transitorios que hasta hoy nos hemos visto obligados a causar, nacerá el bien de un gobierno inconmovible que restablecerá la marcha normal del mecanismo de la existencia nacional, perturbada por el Liberalismo. El éxito justifica los medios. Pongamos la atención en nuestros proyectos, pero fijándonos menos en lo bueno y lo moral que en lo necesario y en lo útil.

Tenemos delante de nosotros un plan en el que están estratégicamente expuestos los lineamientos de los que no podemos desviarnos sin peligro de ver destruido el trabajo de muchos siglos.

 

Para encontrar los medios que conducen a este fin, debemos tomar en cuenta la cobardía, la volubilidad, la inconstancia de las multitudes; su incapacidad para comprender y valorizar las condiciones de su vida y de su bienestar.

 

Es necesario no perder de vista que la fuerza de las multitudes es ciega e insensata; que no discurren, que oyen lo mismo de un lado que del otro. Un ciego no puede guiar a otro sin caer ambos al precipicio.

Pues de igual manera los hombres de las turbas, salidos del pueblo, aunque estén dotados de un genio singular, les hace falta comprender la política y no pueden intentar con éxito dirigir a los demás sin causar la ruina de una nación. Sólo un individuo preparado desde su niñez a la autocracia puede conocer el lenguaje y la realidad políticas. Un pueblo abandonado a sí mismo, es decir, puesto en manos de un advenedizo, se arruina por las discordias de los partidos que excitan la sed del mando y por los desórdenes que de esto se originan.

¿Pueden por ventura las turbas populares razonar serenamente, sin rivalidades intestinas y dirigir los asuntos del Estado, que no pueden ni deben confundirse con los intereses personales? ¿Pueden defenderse contra los enemigos de fuera?. Esto es imposible. Cualquier plan dividido entre tantas cabezas como son las de las multitudes, resulta ininteligible e irrealizable.

Sólo un autócrata puede elaborar planes vastos y claros; dar a cada cosa el lugar que le corresponde en el mecanismo de la máquina del gobierno.

 

Digamos, pues, en conclusión, que para que un gobierno pueda ser útil al pueblo y alcanzar el fin que se propone, debe estar centralizado en las manos de un individuo responsable. Sin el despotismo absoluto, la civilización es imposible; la civilización no es obra de las masas, sino del que las dirige, sea éste el que fuere. La multitud es un bárbaro que en todas las ocasiones demuestra su barbarie.

 

Tan pronto como las turbas arrebatan su libertad, ésta degenera en anarquía, que es el más alto grado de barbarie.

¡Ved esos animales ebrios de aguardiente, embrutecidos por el vino, esos hombres a quienes al mismo tiempo que se les ha dado la libertad se les ha concedido el derecho de beber hasta ahogarse! Nosotros no podemos permitir que los

Los pueblos Gentiles están idiotizados por el alcohol y los licores; su juventud embrutecida por los estudios clásicos y el libertinaje precoz al que la han empujado nuestros agentes-maestros [hoy en día los profesores juegan un triste papel a la hora de consentir "talleres" donde se adoctrina a los jóvenes en la amoralidad y se hace morbosa apología sutil del vicio; vivimos en la cultura del "botellón"], criados, gobernantes, en las casas ricas; otros agentes nuestros, nuestras mujeres, en los centros de diversión de los Gentiles.

 

A estas últimas hay que sumar las que se llaman mujeres de mundo, imitadoras voluntarias del libertinaje de aquéllas y de su lujo.

Nuestra palabra de orden es la fuerza y la hipocresía. Sólo la fuerza puede triunfar en política, principalmente si permanece velada por el talento y demás cualidades necesarias a los hombres de Estado.

La violencia ha de ser un principio: la hipocresía y la astucia una regla para los gobernantes que no quieran dejar caer su corona en las manos de una fuerza nueva. Este mal es el medio único de llegar al fin: el bien.

Por lo mismo, no debemos detenernos como espantados delante de la corrupción, del engaño, de la traición, siempre que ellos sean medios para llegar a nuestros fines. En política se necesita saber echarse sin vacilaciones sobre la propiedad ajena, si por este medio podemos obtener la sumisión de los pueblos y el poder.

Nuestro Estado, en esta conquista pacífica, tiene el derecho de reemplazar y sustituir los horrores de la guerra por las sentencias de muerte, menos ostensibles, pero más provechosas para mantener vivo este terror que hace a los pueblos que obedezcan ciegamente.

 

Una severidad justa, pero inflexible, es el principal factor de la fuerza de un Estado, y esto constituye no sólo una ventaja nuestra, sino también un deber, el deber que tenemos de adaptarnos a este programa de violencia y de hipocresía, para alcanzar el triunfo.

Tal doctrina basada sobre el cálculo es tan eficaz como los medios de que se sirve. No es, pues, solamente por estos medios, sino también por esta doctrina de la severidad como someteremos todos los gobiernos a nuestro Super-Gobierno. Bastará que se sepa que somos inflexibles para reprimir todo conato de insubordinación.

Somos los primeros que en los tiempos que se llaman antiguos echamos a volar entre el pueblo las palabras: LIBERTAD, IGUALDAD, FRATERNIDAD; palabras tantas veces repetidas en el correr de los años por cotorras inconscientes que, atraídas de todas partes por este cebo, no han hecho uso de él sino para destruir la prosperidad del mundo, la verdadera libertad del individuo, en otras épocas tan bien garantizada contra las violencias de las turbas.

Hombres que se juzgan inteligentes, no han sido capaces de desentrañar el sentido oculto de estas palabras, ni han visto la contradicción que ellas encierran, ni han comprendido que no puede haber igualdad en la naturaleza, ni puede haber libertad, y que la naturaleza misma ha establecido la desigualdad de espíritus, de caracteres, de inteligencias tan estrictamente sometidos a sus leyes.

 

Tampoco han comprendido que las turbas, son una fuerza ciega; que los advenedizos que ellas escogen para que las gobiernen no son menos ciegos ni más entendidos en política que ellas mismas; que el iniciado en estos secretos, así sea un ignorante, será apto para el gobierno, mientras que las multitudes de los no iniciados, aunque sean grandes talentos, nada entienden de política.

Todas estas consideraciones no están al alcance de las inteligencias de los Gentiles; sin embargo, en ellas descansa el principio de los gobiernos dinásticos: el padre transmitía a su hijo los secretos de la política, desconocidos a cualquier otro que no fuera de la familia reinante, a fin de que esos secretos no fueran traicionados.

 

Más tarde, el sentido de la transmisión hereditaria y de los verdaderos principios de la política se perdió. El éxito de la obra fue en aumento.

Sin embargo, en el mundo las palabras Igualdad, Libertad y Fraternidad, con la intervención de nuestros agentes incondicionales, incorporaron a nuestras filas verdaderas legiones de hombres que tremolaron con entusiasmo nuestras banderas. Pero estas palabras son la carcoma que roe y destruye la prosperidad de todos los Gentiles, destruyendo por completo la paz, la tranquilidad, la unión, minando todos los fundamentos de sus Estados.

Vosotros veréis en seguida que esto contribuye a vuestro triunfo: nos da, entre otras cosas, la posibilidad de obtener la victoria más importante: es decir, la abolición de los privilegios de la aristocracia de los Gentiles y del único medio de defensa que tenían contra nosotros los pueblos y las naciones. Sobre las ruinas de la aristocracia natural y hereditaria, hemos alzado nuestra aristocracia de la inteligencia y del dinero.

 

Hemos tomado por criterio de esta aristocracia la riqueza, que depende de nosotros, y la ciencia que está dirigida por nuestros sabios.

Nuestra victoria ha sido tanto más fácil cuanto que nosotros, en las relaciones que tenemos con los hombres de que necesitamos para nuestro fin, sabemos siempre herir las fibras más sensibles del espíritu humano: el cálculo, la codicia, la insaciabilidad de las necesidades materiales de los hombres; cada una de estas debilidades explotada separadamente es capaz de ahogar el espíritu de iniciativa, poniendo la voluntad de los hombres a la disposición del que compra su actividad.

El concepto abstracto de la libertad ha hecho posible el persuadir a las multitudes de que un gobierno no es más que un gerente del propietario del país, es decir, del pueblo, y que se le puede cambiar como se cambia un par de guantes usados.

 

La amovilidad de los representantes del pueblo los pone a nuestro arbitrio; ellos dependen de nuestra elección.
 

 


PROTOCOLO II
Nos es de todo punto necesario que las guerras, a ser posible, no confieran ninguna ventaja territorial a los beligerantes.

 

La guerra queda así transportada al terreno económico, con lo que las naciones verán la fuerza de nuestra supremacía y esta situación pondrá a los dos adversarios a la disposición de nuestros agentes internacionales que tienen millares de ojos, a cuya mirada no sirve de obstáculo frontera alguna.

Entonces nuestros derechos internacionales crearán los derechos nacionales, en el verdadero sentido de la palabra, y gobernarán a los pueblos de la misma manera que el derecho civil de los Estados normaliza las relaciones de sus súbditos entre sí.

Los gobernantes, elegidos de entre el pueblo por nosotros mismos, en razón de sus aptitudes serviles, serán individuos no preparados para el gobierno del país.

 

Así, por este camino, vendrán a ser los peones de nuestro juego de ajedrez fácilmente manejables por las manos de nuestros sabios y geniales consejeros, de nuestros especialistas educados y formados desde su tierna edad para el manejo de los negocios de todo el mundo.

 

No ignoráis que estos nuestros especialistas han sacado sus conocimientos de gobierno de nuestros planes políticos, de las experiencias de la historia y del estudio de todos los acontecimientos notables.

Los Gentiles no se guían en la práctica de observaciones imparciales sacadas de la historia sino por una rutina meramente teórica insuficiente para poder esperar de ella un resultado práctico. Por eso nosotros no hemos de tomarlo en cuenta. Dejadlos que se diviertan todavía por algún tiempo; que vivan de esperanzas o de nuevas diversiones o del recuerdo de las que ya pasaron.

Dejémoslos creer en la importancia que nosotros mismos les hemos inspirado de las leyes científicas y sus teorías. Precisamente con ese designio hemos fomentado constantemente por medio de nuestra prensa su confianza ciega en esas leyes.

 

La clase pensante de los Gentiles se ufanará orgullosa de sus conocimientos, y sin examinarlos a la luz de la lógica pondrá en acción todas las enseñanzas de la ciencia acumuladas por nuestros agentes para guiar sus inteligencias en el sentido que a nosotros nos conviene.

No penséis que carecen de fundamento nuestras afirmaciones. Fijaos solamente en el éxito que hemos obtenido creando el darwinismo o el marxismo o el nietzschenianismo [en mi opinión la mención al "nietzschenianismo" como creación sionista podría ser propaganda zarista, aunque esto es una mera conjetura mía, si bien es cierto que se lo han tratado de apoderar y han procurado tergiversarlo para corromper a la adolescencia].

 

Para nosotros, al menos, la influencia deletérea de esas doctrinas debe ser del todo evidente.

Es necesario que tengamos en cuenta las ideas, los caracteres, las tendencias modernas de los pueblos, para no incurrir en errores en política y en el manejo de los negocios. Nuestro sistema, cuyas partes pueden estar dispuestas diferentemente, según son los pueblos con que tropezamos en nuestro camino, no puede tener éxito, si su aplicación práctica no está fundada en los resultados obtenidos en el tiempo pasado comparado con el presente.

Los Estados modernos tienen en sus manos una gran fuerza creadora: la Prensa. Su papel es el de expresar las reivindicaciones que se dicen necesarias, indispensables; hacer conocer las quejas de los pueblos; crear el descontento y darle una voz con que expresarlo.

En la Prensa está encarnada la libertad de palabra. Pero los Estados no han sabido utilizar esta fuerza que ha caído ya en nuestras manos.

 

Por la Prensa hemos conquistado toda la influencia, quedando nosotros ocultos en la sombra, y gracias a ella hemos podido amasar el oro con nuestras manos como precio de los torrentes de lágrimas y de sangre, en medio de los cuales hemos podido arrebatarlo…

 

Pero nos hemos rescatado a nosotros mismos mediante el sacrificio de muchísimos de los nuestros.

CADA UNO DE LOS NUESTROS QUE HA SIDO SACRIFICADO VALE DELANTE DE DIOS POR MILLARES DE GENTILES.
 

 


PROTOCOLO III
Hoy puedo anunciaros que nos encontramos ya cerca del fin.

 

Nos queda por recorrer un poco de camino y el círculo de la Serpiente Simbólica, representación de nuestro pueblo, quedará cerrado [se refiere al círculo precesional de cada 13000 años aprox., el cual concluyó el 21 de Diciembre del 2012: ahora es su momento, según su calendario, la Era de Moloch, y es cuando vamos a comenzar a ver como instauran su Plan repentinamente, y como muestran su verdadera cara; esta serpiente es el Ouroboros, un símbolo alquímico].

 

Cuando esto se verifique, los Estados de Europa quedarán aprisionados como con un fuerte tornillo [para eso se hizo la UE]. Muy pronto quedará destruido el equilibrio constitucional, pues lo hemos falseado para que no cese de inclinarse ya a un lado, ya al otro hasta que por fin la balanza se desgaste.

Los Gentiles creían haber establecido ese equilibrio sólidamente y siempre estaban esperando que los platillos de la balanza se igualaran. Pero los gobernantes, es decir, el fiel de la balanza, están protegidos por sus representantes que hacen mil tonterías y se dejan arrastrar por su poder sin control y sin responsabilidad. Este poder lo deben al terror que reina en los palacios.

 

Los gobernantes no pueden siquiera acercarse a su pueblo, ni ponerse de acuerdo con él para defenderse contra los que aspiran al poder.

La fuerza clarividente de los gobernantes y la fuerza ciega del pueblo divididas por nosotros, han perdido toda su importancia; separadas como están, son tan impotentes como el ciego sin su bastón.

Para azuzar a los ambiciosos a abusar del poder, hemos enfrentado todas las fuerzas desarrollando sus tendencias liberales hacia la independencia. Hemos estimulado todo instinto tendente a este objeto; hemos armado a todos los partidos; hemos hecho del poder el blanco de todas las ambiciones. Hemos transformado todos los Estados en arenas en que se desarrollan todas las luchas. Un poco más de tiempo, y los desórdenes y las bancarrotas aparecerán por dondequiera.

Charlatanes inagotables han transformado las sesiones de los parlamentos y las asambleas gubernativas en torneos oratorios. Periodistas audaces, panfletistas sin pizca de vergüenza, atacan todos los días a los gobernantes. Los abusos del poder prepararán finalmente el derrumbamiento de todas las instituciones y todo caerá destruido a los golpes de las turbas enloquecidas.

 

Los pueblos están encadenados a un rudo trabajo, más fuertemente de lo que podrían encadenarlos la servidumbre y la esclavitud.

Sería posible entrar en arreglos con ellos; pero de su miseria nadie puede librarlos. Los derechos que hemos consignado en las Constituciones son ficticios para las masas, no son reales. Todos estos llamados Derechos del pueblo no pueden existir sino en la imaginación, pero nunca en la realidad.

 

¿Qué puede significar para el proletario, para el obrero que vive encorvado sobre su rudo trabajo, agobiado por su miseria, el derecho que se concede al charlatán incansable, al periodista que escribe toda clase de necedades aun de asuntos serios que no conoce, desde el momento que el proletario no saca otra ventaja de la Constitución que las miserables migajas que dejamos caer de nuestra mesa como precio de un voto emitido conforme nuestra consigna en favor de nuestros agentes e intermediarios?.

Los derechos republicanos, para el pobre diablo no son sino una amarga ironía; la necesidad de un trabajo diario no le permite gozar; pero en cambio, esos derechos le privan de la garantía de una ganancia constante y segura, y lo entregan atado de pies y manos a las huelgas, a los patronos o a los compañeros.

Bajo nuestra dirección ha destruido el pueblo la aristocracia, que era su protectora, su bienhechora natural, porque sus intereses estaban inseparablemente unidos a la prosperidad del pueblo. Una vez destruida la aristocracia, el pueblo ha caído bajo el yugo de los acaparadores, de los ladrones enriquecidos que lo oprimen de manera despiadada y cruel.

 

Nosotros debemos aparecer como libertadores del obrero de ese yugo que lo oprime, proponiéndole que se aliste en las filas de ese ejército de Socialistas, Anarquistas y Comunistas, que siempre mantenemos en pie, con el pretexto de solidaridad entre los miembros de nuestra Francmasonería social.

La Aristocracia que disfrutaba, antes, enteramente del derecho al trabajo de los obreros, tenía interés en que éstos vivieran bien alimentados, sanos y fuertes. A nosotros, por lo contrario, lo que nos interesa es que los Gentiles degeneren. Nuestra fuerza radica en el hambre crónica, en la debilidad del obrero, porque éstas lo subyugan a nuestro capricho, y porque así carecerá en su impotencia de la energía y la fuerza necesarias para oponerse a ese capricho.

 

El hambre dará al Capital más derechos sobre el obrero que los que jamás otorgaron a la Aristocracia la ley y el poder de los monarcas.

Mediante la miseria, el odio y la envidia que ella produce, manejaremos y utilizaremos sus manos para aplastar a los que se oponen a nuestros designios. Cuando llegue el tiempo de que nuestro rey universal sea coronado, esas mismas manos barrerán todo obstáculo que pudiera atravesarse en el camino a nuestro soberano.

 

Los Gentiles han perdido la costumbre de pensar por sí mismos algo que sea distinto de lo que nuestros consejeros científicos les inspiran.

Esta es la razón de que no vean la necesidad urgente de hacer ahora lo que nosotros haremos al advenimiento de nuestro reinado, esto es, enseñar en las escuelas primarias la única ciencia verdadera y la primera de todas, la ciencia del orden social, de la vida humana, de la existencia de las sociedades, que exige imperiosamente la división del trabajo, y por consecuencia la distinción de los hombres en clases y condiciones.

Es preciso que todos sepan que en virtud de las diferentes actividades a que cada uno está destinado, la igualdad es imposible, pues no todos pueden ser igualmente responsables ante la ley. No es la misma, por ejemplo, la responsabilidad del que con sus actos puede comprometer a toda una clase, que la del que solamente compromete su propio honor.

 

La verdadera ciencia del orden social, en cuyos secretos no tenemos costumbre de iniciar a los Gentiles, enseñará a todos que el lugar y el trabajo de cada uno deben ser diferentes, como una consecuencia de la necesidad de relación que hay entre la educación y el mismo trabajo [convertir la educación en una simple preparación del trabajo es el plan europeo actual].

Una vez que los pueblos estudien y aprendan esta ciencia, obedecerán gustosos a los gobiernos y al orden establecido por ellos en los Estados [muchos han acusado al plan europeo actual de tratar subliminalmente de adoctrinar a los alumnos], y al contrario, en el actual estado de la ciencia, tal como nosotros la hemos hecho, el pueblo, creyendo ciegamente la palabra impresa, se alimenta de los errores que en su ignorancia, se le van insinuando por los iniciados en nuestros secretos, contra las otras clases sociales, que él cree superiores, porque no comprende la importancia de cada una de ellas.

Cuando el pueblo ve que en nombre de la libertad, se le hacen tantas concesiones, y se tienen con él tantas complacencias, se imagina que es dueño y señor, y se echa sobre el poder; pero, naturalmente, tropieza como un ciego con una multitud de obstáculos; entonces se echa a buscar quien lo conduzca a través de esos obstáculos, y no encontrándolo, acoge la idea de volver a lo pasado y depone todos sus poderes a nuestros pies.

Acordaos, si no, de la Revolución Francesa, a la que nosotros hemos dado el calificativo de grande; los secretos de su preparación no son demasiado conocidos, porque esa revolución, tal como fue, es obra de nuestras manos.

Desde entonces vamos llevando al pueblo de un desengaño a otro, para que, al fin, abdique en nosotros su poder, en provecho del Rey Déspota de la sangre de Israel, que venimos preparando al mundo. En la actualidad, como fuerza internacional, somos invulnerables, porque, cuando se nos ataca en un Estado, en otros se nos defiende.

 

Es la cobardía inmensa de los pueblos Gentiles, que se arrastran ante la fuerza, que no tienen piedad para con la debilidad, ni misericordia para las faltas ligeras, pero sí indulgencia para el crimen; que no quisieran tolerar las contradicciones de la libertad, pero son sufridos hasta el martirio, ante la violencia de un audaz déspota; todo esto, favorece nuestra independencia.

Toleran y sufren a los primeros ministros de estos tiempos con abusos, por el menor de los cuales harían rodar ensangrentadas las cabezas de veinte reyes.

 

¿Cómo explicar este fenómeno, esta inconsecuencia de las masas populares en presencia de hechos que parecen de la misma naturaleza?

 

Este fenómeno se explica por el hecho de que estos dictadores- los primeros ministros- hacen, por medio de sus agentes, decir a sotto voce al pueblo, que si ellos causan tantos males a los Estados, es con el fin inmediato y último de alcanzar la felicidad de los pueblos, la fraternidad internacional, la solidaridad, la igualdad de derechos para todos.

Naturalmente que no se les dice que esta unidad debe hacerse bajo nuestra autoridad. Y aquí tenéis al pueblo condenando a los justos y absolviendo a los culpables y cada vez más persuadido de que puede hacer cuanto le plazca. En estas condiciones, el pueblo destruye toda cosa estable y crea el desorden a cada paso.

La palabra Libertad conduce a las sociedades humanas a la lucha constante contra toda fuerza, contra todo poder, aunque sea el de Dios y el de la Naturaleza.

 

Aquí tenéis también por qué a nuestro advenimiento será necesario suprimir del vocabulario humano esta palabra, como principio de la brutalidad que transforma a las multitudes en bestias feroces. Es verdad que las fieras se adormecen cuando se las harta de sangre y que así puede encadenárselas fácilmente.

Pero si no se les da sangre, no se adormecen y sus instintos de lucha se despiertan.
 

 


PROTOCOLO IV
Toda República pasa por distintas etapas.

 

La primera comprende los primeros días de locura de un ciego que va dando tumbos a diestra y siniestra.

 

La segunda es la de la demagogia que da origen a la anarquía; después viene infaliblemente el despotismo; pero no un despotismo legal y declarado, y por consiguiente, responsable; sino desconocido, invisible, que, sin embargo, se hace sentir; un despotismo ejercido por una organización secreta que obra con tanto menor escrúpulo cuanto que lo hace amparado y cubierto por distintos agentes, cuyo cambio, lejos de perjudicarlo, lo sostiene más, dispensándole de gastar sus recursos, en recompensar largos servicios.

¿Quién puede destruir una fuerza invisible? Pues tal es la nuestra.

 

La Franc-Masonería exterior no sirve más que para encubrir nuestros designios; el plan de acción de esta fuerza, el punto mismo en que se apoya, quedarán siempre para el pueblo en el más absoluto misterio. Aun la libertad podría ser inofensiva y existir en el Estado, sin dañar a la prosperidad de los pueblos, siempre que descansara sobre el principio de la creencia de Dios, y de la verdadera fraternidad humana, excluyendo la idea de igualdad, a la que aun las leyes mismas de la creación son contrarias, supuesto que éstas establecen la subordinación necesaria.

Con esa fe, el pueblo se dejaría gobernar bajo la tutela de sus pastores espirituales, y caminaría sumiso y tranquilo bajo la mano de su párroco, resignado con la distribución que Dios ha hecho de los bienes de la tierra. He aquí por qué es necesario que nosotros arruinemos la fe y arranquemos de los espíritus Gentiles el principio mismo de la Divinidad sustituyéndolo por los cálculos y las necesidades materiales.

Así, pues, para que los espíritus Gentiles no tengan tiempo para pensar y reflexionar, es necesario distraerlos por medio de la industria y del comercio. De esta suerte todos los pueblos buscarán su provecho material, y luchando cada uno por sus propias ventajas, no darán ninguna importancia al enemigo común.

Pero para que la libertad pueda de esa manera disolver y destruir completamente las Sociedades Cristianas, se necesita hacer de la especulación la base de la industria, de tal manera que toda la riqueza que la industria extraiga de la tierra, no quede en manos de los industriales, que se emplee en especulaciones, es decir, venga a parar a nuestras cajas.

 

La lucha encarnizada por la supremacía, los choques de la vida económica crearán, mejor dicho, han creado ya, sociedades sin ideales, frías y carentes de sentimientos.

Estas sociedades sentirán repugnancia por la política noble y elevada y por la Religión. Su único culto, su única guía será el cálculo, o lo que es lo mismo, el oro, al que se tributará una verdadera adoración, por razón de los bienes materiales que proporciona.

Entonces, las clases humildes de los Gentiles nos seguirán en nuestra lucha contra las clases elevadas y pensantes que están en el poder y son nuestros competidores, y nos seguirán, no ya para hacer el bien, ni aun siquiera por adquirir riquezas, sino solamente para satisfacer su odio a los privilegiados.
 

 


PROTOCOLO V
¿Qué forma de gobierno puede dárseles a sociedades en las que la corrupción ha penetrado hasta lo más íntimo, en las que no se llega a la riqueza sino por medio de sorprendentes y hábiles combinaciones que pueden ser juzgadas como fraudes o robos disimulados; en las que reina la licencia de costumbres, en las que la moralidad sólo se mantiene por medio de penas y severos reglamentos y no por principios voluntariamente aceptados, en las que los sentimientos de Religión y Patria apenas viven, ahogados por las creencias cosmopolitas?

¿Qué forma de gobierno dar a esas sociedades sino la forma despótica que describiré más adelante?.

Nosotros arreglaremos mecánicamente todos los actos de la vida política de nuestros súbditos por medio de leyes nuevas. Estas leyes reprimirán una por una todas las complacencias y las más grandes libertades que fueron decretadas por los Gentiles, y nuestra dominación se distinguirá por un despotismo tan manifiesto y tan grandioso que estará en condiciones en cualquier tiempo y lugar de hacer callar a los Gentiles que intenten oponérsenos y vivan descontentos de nuestro gobierno.

Pero se nos podrá objetar que este despotismo de que hablo no está en armonía con los progresos modernos. Yo demostraré lo contrario.

 

Cuando los pueblos veían las personas de los reyes y gobernantes como una verdadera emanación de la Voluntad Divina, se sometían sin murmuraciones al absolutismo de los reyes; pero hoy, que nosotros les hemos sugerido la idea de sus propios derechos, los gobernantes son considerados como unos simples mortales.

La unción divina ha caído de la frente de los reyes, después que nosotros arrebatamos al pueblo su creencia en Dios; su autoridad ha rodado por las calles, esto es, por los lugares que son de pública propiedad, y nosotros la hemos recogido y nos hemos adueñado de ella.

 

Además, el arte de gobernar a las masas y a los individuos, por medio de una teoría, de una fraseología hábilmente combinada, por reglamentaciones de la vida social y por toda clase de medios ingeniosos, de los que los Gentiles no entienden una palabra, forma también parte de nuestro talento de gobierno, educado por el análisis, en la observación, en tales sutilezas de conceptos en los que nadie puede igualarnos, así como tampoco en concebir planes de acción política y de solidaridad.

Únicamente los jesuitas podrían igualarnos en este respecto [la mención a su desacreditación por los poderes fácticos debe ser propaganda zarista, puesto que los Jesuitas son una orden que ellos poseen en los círculos superiores desde el principio: el nuevo Papa, que al ser testaferro de la Curia corrupta, y líder de un Vaticano poseído por las finanzas Rothschild, no es sino cómplice de esta basura, rezuma hipocresía por los cuatro costados.

 

Si tan humilde es, que transparente el Vaticano, que obligue a la Curia a asumir el Voto de Humildad, que abra los cónclaves, y que exhume el conocimiento ocultado bajo las catacumbas vaticanas, el cual podría cambiar el paradigma de la historia religiosa occidental para siempre, cosa que no les interesa porque sacaría a la luz el Conocimiento Esotérico liberador del mundo, y también porque revelaría el gran complot.

 

Si es tan puro, que se atreva a sacar a la luz el Vatileaks; Papa sucesor de Ratzinger, antiguo miembro de las juventudes hitlerianas, y procedente de Argentina, ese país al cual las redes Rothschild lograron mandar a muchos de los responsables del aparato Nazi, algo que no es "conspiranoia" puesto que es algo consabido y aceptado por muchos historiadores incluso del mundo oficialista.

 

Además que algunos de esos privilegiados monstruos que fueron enviados a aquél país, como Josef Mengele, tal como sospechan algunos eruditos de la historia, lo hicieron seguramente gracias a salvoconductos del Vaticano: ¡todo queda siempre entre los mismos], pero ya hemos tenido buen cuidado de desacreditarlos a los ojos de las multitudes estúpidas.

 

Porque ellos forman una organización visible, en tanto que nosotros permanecemos en la sombra con nuestra organización secreta.

 

Por lo demás, ¿qué importa al mundo quién será su amo? ¿Qué le importa que sea el Jefe del Catolicismo o nuestro Déspota de la sangre de Sion?. Pero para nosotros, que formamos el pueblo elegido, la cuestión está muy lejos de sernos indiferente.

Una alianza universal de los Gentiles podría, tal vez, dominarnos por algún tiempo; pero nos hemos precavido contra este peligro por medio de los gérmenes de profunda discordia que hemos procurado sembrar en sus corazones y que nadie puede ya desarraigar [sólo cuando todas las personas de a pie, de izquierdas o derechas, católicas y protestantes, creyentes o ateas, nos unamos y nos enfrentemos a ellos, lograremos vencerles].

 

Hemos enfrentado unos a otros los cálculos individuales y nacionales de los Gentiles; sus odios religiosos y radicales que venimos fomentando y cultivando desde hace veinte siglos. Por esto, ningún gobierno encontrará auxilio en parte alguna.

Cada uno pensará que una alianza contra nosotros es desfavorable a sus intereses.

Somos muy fuertes. Es necesario que se nos tome en cuenta. Las Potencias no pueden concluir el más insignificante tratado sin que nosotros también tomemos parte en él.

Per me reges regnant, “por mí reinan los reyes”, han dicho nuestros profetas, y que somos los elegidos por Dios mismo, para dominar toda la tierra. Dios nos ha dado el genio para que podamos llegar hasta el fin de este problema.

 

Hubo un caudillo y guía que hubiera podido luchar contra nosotros con éxito; pero el recién llegado siguió un camino distinto del que llevaba el viejo habitante; la lucha contra nosotros habría sido a muerte y tal como el mundo jamás la habría visto. Luego… esos hombres de genio llegarían demasiado tarde.

Todas las ruedas del mecanismo de los gobiernos dependen de un motor que está en nuestras manos: este motor es el oro.

La ciencia de la Economía Política, inventada por nuestros Sabios, nos ha dado a conocer, después de mucho tiempo, el prestigio y valor del oro. El capital, para tener libertad de acción necesita obtener el monopolio de la industria y del comercio, lo que ya está en vías de realizarse, mediante una mano que opera en todo el mundo, pero que es invisible.

 

Esta libertad dará más importante desarmar a los pueblos, que empujarlos a la guerra; utilizar sus pasiones enardecidas para nuestro provecho mejor que calmarlas; importa más adueñarse de las ideas de otros y comentarlas, mejor que suprimirlas.

El problema capital de nuestro gobierno está en debilitar el espíritu público por la crítica; en hacerle perder la costumbre de pensar, pues la reflexión da origen muchas veces a la oposición; en distraer las actividades de los espíritus con banales escaramuzas y torneos de oratoria. Los pueblos, lo mismo que los individuos, siempre han tomado como hechos las palabras, pues, contentándose con la apariencia de las cosas, raras veces se toman el trabajo de examinar si las promesas que se les hacen, relativas a la vida social, siguen su cumplimiento efectivo.

Por esta razón nuestras instituciones deberán presentar una hermosa fachada que demuestre elocuentemente los beneficios que puede reportar el progreso a todos los hombres. Debemos apropiarnos la fisonomía de todos los partidos, de todas las distintas tendencias y enseñar a nuestros oradores a hablar tanto, que el mundo se canse de oírlos.

Para adueñarse de la opinión pública es necesario tenerla siempre suspensa y vacilante, expresando por todos lados y por largo tiempo tantas opiniones contradictorias, que los Gentiles acaben por perderse en este laberinto de ideas y por persuadirse que es mejor para ellos no tener opinión ninguna en política.

Cuestiones son éstas que la Sociedad no debe conocer. Este es el primer secreto.

 

El segundo, necesario también para gobernar con éxito, consiste en multiplicar de tal manera los defectos del pueblo, las malas costumbres, las pasiones, los reglamentos de la vida común, que no haya nadie capaz de desenmarañar este caos y que los hombres acaben por no entenderse entre sí.

 

Esta táctica nos dará también por resultado sembrar la discordia en todas partes y disgregar todas las fuerzas colectivas que no hayan querido sometérsenos; desalentará toda iniciativa personal, aun la más ingeniosa, y será más poderosa y eficaz que los mismos millones de hombres en cuyo seno hemos sembrado la discordia.

Necesitamos dirigir la educación de las sociedades cristianas en tal forma, que sus manos caigan abatidas en un gesto de desesperada impotencia ante cualquier negocio que exija iniciativa.

El esfuerzo que se ejerce sobre el régimen de una libertad sin límites es impotente, porque tropieza con los esfuerzos libres de otros. De aquí se originan molestos y enojosos conflictos morales, decepciones y fracasos.

NOSOTROS CANSAREMOS DE TAL MANERA A LOS GENTILES CON ESTA LIBERTAD, QUE LES OBLIGAREMOS A QUE NOS OFREZCAN UN PODER INTERNACIONAL CUYA DISPOSICIÓN SERÁ TAL QUE SIN ROMPERLAS, PUEDA ENGLOBAR LAS FUERZAS DE TODAS LAS NACIONES DEL MUNDO Y FORMAR EL SUPER-GOBIERNO UNIVERSAL.

 

En lugar de los actuales Gobiernos, estableceremos uno verdaderamente terrible que se llamará ADMINISTRACIÓN DEL SUPER-GOBIERNO.

Sus manos alcanzarán a todas partes, a manera de unas enormes tenazas, y su organización será tan colosal que ningún pueblo podrá dejar de sometérsenos.
 

 


PROTOCOLO VI
Muy pronto constituiremos enormes monopolios, verdaderos almacenes de riquezas colosales, a los que los capitales de los Gentiles, aun los más grandes, defenderán de tal manera que al final serán absorbidos, así como el crédito de los Estados en vísperas de una catástrofe política.

 

Señores economistas que estáis aquí presentes, ¡Considerad la importancia de esta combinación!…

 

Necesitamos por todos los medios posibles tratar de explicar y desarrollar la importancia de nuestro Super-Gobierno, representándolo como el protector y remunerador de todos los que voluntariamente se le sometan.

La aristocracia de los Gentiles como fuerza política ha desaparecido y ya no tenemos que tomarla en cuenta; pero como propietaria de bienes territoriales, puede perjudicarnos en proporción de la independencia que pueden proporcionarle esos recursos. Es, pues, absolutamente necesario despojarla totalmente de sus tierras.

 

El medio más eficaz para conseguirlo es el de aumentar los impuestos sobre la propiedad territorial a fin de gravar la tierra.

 

Esta medida mantendrá la propiedad territorial en una dependencia absoluta. Los aristócratas Gentiles, al pasar la propiedad de padres a hijos, no sabiendo contentarse con menos de lo que tenían, quedarán arruinados. Al mismo tiempo hay que proteger eficazmente el comercio y la industria, y más todavía, la especulación, cuyo papel es servir de contrapeso a la industria.

Sin la especulación, la industria aumentaría los capitales particulares, mejoraría la agricultura, librando las tierras de los gravámenes asignados por los préstamos de los bancos hipotecarios de crédito territorial.

Es necesario que la industria prive a la tierra del fruto, tanto del capital como del trabajo, y que ponga en nuestras manos para la especulación todo el oro del mundo, obligados en fuerza de estas combinaciones a quedar relegados a las filas del proletariado, todos los Gentiles se inclinarán ante nosotros para tener como único derecho el de existir.

 

Para arruinar la industria de los Gentiles daremos un gran impulso a la especulación y al gusto por el lujo, ese lujo que todo lo devora.

Haremos subir los salarios, pero de tal manera que esta alza no reporte ningún provecho a los obreros, porque al mismo tiempo habremos provocado el encarecimiento de todos los artículos de primera necesidad, haciendo creer que ese encarecimiento es debido a la decadencia y postración de la agricultura y a la misma elevación de los jornales, y minaremos además profundamente las fuentes de producción habituando al obrero a la anarquía y a la embriaguez, y tomaremos también todas las medidas posibles para quitar la tierra de las manos de los Gentiles inteligentes.

Para impedir que esta situación sea conocida antes de tiempo bajo su verdadero aspecto, disfrazaremos nuestros verdaderos designios con el aparente deseo de servir y ser útiles a los obreros y de propagar los grandes principios económicos que enseñamos en los tiempos actuales.

 

 


PROTOCOLO VII
El aumento de los Ejércitos y de la Policía es complemento necesario del plan que hemos expuesto.

 

Es necesario que en todos los Estados no queden fuera de nosotros sino las masas de proletarios, algunos millonarios que nos sean adictos, policías y soldados. En toda Europa, lo mismo que en los otros continentes, tenemos que suscitar la discordia, el odio y el desorden.

El provecho de estos disturbios es doble.

Por un lado, el respeto de todos los países que así sabrán que podemos, cuando queramos, provocar el desorden o restablecer el orden, por otro, todos los Estados se acostumbrarán de este modo a considerarnos como una carga necesaria.

En segundo lugar, nuestras intrigas enredarán todos los hilos que tenemos tendidos en los Gabinetes de las Naciones, y esto por medio de la política, de convenios económicos y arreglos financieros.

 

Para llegar a nuestros fines necesitaremos desplegar una astucia muy grande en el curso de los arreglos y conferencias; pero, en lo que se llama lenguaje oficial, seguiremos una táctica opuesta apareciendo siempre como honrados y conciliadores [justo como en el caso del Tribunal Europeo, por ejemplo, que de manera hipócrita ha declarado “abusivos e inmorales” los tratos de la banca en España.

 

Hipócrita pues esa banca a la que critican está controlada por los testaferros de los mismos poderes fácticos que desde la sombra tienen arrendadas las entidades que controlan agazapadamente el BCE y que por tanto dictan la política y leyes europeas: esta maravillosa sentencia que les ha valido ganarse la confianza del público, que ahora les ve como salvadores y se tiende en sus brazos, ha sido efectuada en realidad astutamente para que la instrucción del proceso en el que está envuelta la entidad Bankia, super-estructura de la que dependen la mitad de las cajas y del poder bancario españoles, acepte las acusaciones de la gente a la que ellos, agentes del mismo poder al que sirve la UE, han engañado con sus “participaciones preferentes”.

 

Esto es algo que provocará el hundimiento financiero español y que el Gobierno pida un rescate a la UE, con lo cual el Gobierno de España habrá sido absorbido por los burócratas autocráticos de la Comisión Europea no elegidos democráticamente, que trabajan al servicio de los mismos poderes fácticos que han inventado el engaño de las "preferentes":

¡han logrado presentar a la gente como si fuera un acto de generosidad una declaración aparentemente humanista, que en realidad está destinada a justificar su control de nuestro país! ¡Y la gente les aplaude!

Por supuesto, los que llevaban Bankia serán rescatados y “colocados” de nuevo en sitios de poder, y los que se arruinarán serán como siempre tan sólo "los de abajo".

 

Entre esa cúpula se encuentran Rodrigo Rato y Miguel Ángel Acebes, vicepresidente y ministro del interior en tiempos de Aznar respectivamente, encargados de tapar la autoría del 11-M, por lo cual fueron recompensados llegando a lo más relevante del FMI y el BFA, entidades a través de las cuales ellos han vuelto a contribuir al Plan hundiendo la economía a propósito y luego conduciendo a que Europa imponga un régimen absoluto].

De esta suerte, los pueblos y los gobiernos de los Gentiles, a quienes tenemos ya acostumbrados a no ser más que la apariencia de las cosas que les presentamos, nos tendrán una vez más por los bienhechores y salvadores del género humano.

A cualquier oposición que surja deberemos estar en aptitud de hacer declarar la guerra por la Nación vecina a los que se atreven a enfrentársenos; y si esta Nación vecina tuviera el atrevimiento de formar una alianza contra nosotros, deberemos rechazarla por una guerra general. El camino que más seguramente lleva al éxito en política es el secreto en todo lo que se emprende: la palabra del diplomático nunca debe estar de acuerdo con sus actos.

Debemos obligar con eficacia a los gobiernos Gentiles a obrar según el plan que hemos concebido con amplitud y que toca ya a su fin. La opinión pública nos ayudará; esta opinión pública, que es la gran potencia, la prensa, secretamente ha venido también a caer en nuestras manos.

Con pocas excepciones, sin importancia que es inútil tener en cuenta, la prensa toda depende de nosotros.

En una palabra, para abreviar: he aquí nuestro sistema de coerción de los gobiernos Gentiles en Europa. A uno, le haremos ver nuestra fuerza por medio de los atentados, esto es, del terror [como el 11-S, el 7-J, el 11-M..., ¡o los atentados de Boston!

 

¿Pero quiénes fueron los verdaderos responsables de este último? ¡Vaya! Sólo dos hermanos cuyo principal instigador que se "radicalizó" misteriosamente al islamismo de la noche a la mañana, era nada menos que... ¡el marido de la heredera de una familia adinerada del "Establishment" americano!

 

Ella se islamizó y renunció a su previa vida según dicen, pero esto presenta la estructura de la típica estratagema urdida en secreto por los linajes para mutar en una nueva apariencia camuflándose como algo diferente.

 

Ellos son siempre quienes lo organizan todo. Lo mismo sucede con la familia que rige Arabia Saudí, que según recientes investigaciones resulta que en realidad fueron de origen judío y se hizo pasar por musulmana para controlar esa zona y de nuevo crear un régimen de terror mientras sirven de marioneta para dar miedo.

 

¿Por qué no interviene Arabia Saudí a favor de sus hermanos palestinos o iraníes?

 

Porque pertenecen al "Establishment", al igual que la familia de Bin Laden. Algunos dirán: ¡pero si ellos entrenaron a Hizbulá y a los grupos talibanes que atentan contra Israel! Pero eso también es falso.

 

Archivos desclasificados prueban sobradamente que esos grupos fueron financiados y entrenados originalmente... ¡por USA! Se nos ha hecho creer que fueron los saudíes para "vestir el muñeco". ¿No se ha percatado nadie? Las revoluciones, los atentados, los aparentes cambios sociales, políticos, y geográficos, y absolutamente cualquier cambio de relevancia en el mundo... ¡proceden siempre, casualmente, de las mismas familias!

 

¡Los protagonistas no cambian, sólo su disfraz!

 

Obviamente lo de Boston fue un plan de los linajes con esta mujer como mano agazapada para inducir a los Tsarnaev con su adoctrinamiento a confeccionar una nueva Bandera Falsa que justifique la limitación de los derechos civiles y más guerras.

 

¡Los terroristas no venían del desierto! ¡Eran familia de los ricos que manejan el gobierno americano!]; a todos, si es que todos se revuelven contra nosotros, contestaremos con los cañones americanos, chinos o japoneses [¿Pearl Harbour? ¿La inminente guerra absurda con Corea?]
 

 


PROTOCOLO VIII
Debemos apropiarnos todos los instrumentos que nuestros contrarios pudieran utilizar contra nosotros.

 

Debemos encontrar en las sutilezas y minucias del lenguaje jurídico una justificación para aquellos casos en que nos veamos en la necesidad de pronunciar sentencias que pudieran parecer demasiado atrevidas o injustas; pues importa mucho al formular tales sentencias hacerlo en términos que revistan la apariencia de máximas morales muy elevadas y un aspecto netamente legal [todo parecerá lo contrario de lo que es, al más puro estilo orwelliano].

Nuestro gobierno debe rodearse de todas las fuerzas de la civilización, en medio de la que tiene que operar. Conforme a esto, se rodeará de publicistas, de jurisconsultos experimentados, de hacendistas, de diplomáticos, en una palabra, de hombres preparados por una educación superior especial en escuelas también especiales.

Estos hombres deberán conocer los secretos de la existencia social, todos los idiomas formados de letras y de palabras políticas; deberán tener conocimiento de las inclinaciones y costumbres de la naturaleza humana, de sus cuerdas sensibles que deben saber tocar con acierto. Estas cuerdas son: la ternura del alma de los Gentiles, sus inclinaciones, sus debilidades, sus vicios y sus cualidades, sus particularidades de clase y condición.

Ya se sobreentiende que esos colaboradores de nuestro gobierno no serán sacados de entre los Gentiles acostumbrados a desempeñar el trabajo administrativo sin preocuparse del resultado feliz.

Los gobernantes Gentiles firman los papeles sin leerlos; sirven por interés personal o por ambición. Rodearemos asimismo nuestro gobierno de todo un mundo de economistas. He aquí por qué las ciencias económicas son las más útiles y por qué importa tanto que se enseñen a los judíos [a los sionistas de la élite, claro].

Estaremos rodeados de una pléyade de banqueros, industriales, capitalistas y más que todo esto, de millonarios, supuesto que, en último término los guarismos son los que todo lo deciden.

Por algún tiempo, mientras llega el momento de confiar sin peligro los puestos de responsabilidad en los gobiernos de las naciones a nuestros hermanos judíos, los encomendaremos a individuos cuyo pasado y carácter sean tales que en caso de desobediencia a nuestros mandatos no les quede otra cosa que esperar sino el destierro o la muerte; así ellos defenderán nuestros intereses hasta el último aliento.
 

 


PROTOCOLO IX
En la aplicación de nuestros principios debéis atender al carácter del pueblo en medio del que vivís y tenéis que operar: una aplicación general y uniforme de estos principios, antes que hayamos reeducado al pueblo, no puede dar buenos resultados.

 

Pero aplicándolos prudentemente veréis que no pasarán diez años sin que el carácter más obstinado no haya sufrido transformación y que no contemos con un pueblo más, bajo nuestra dependencia.

Cuando llegue nuestro reinado, sustituiremos nuestras palabras de orden liberal LIBERTAD, IGUALDAD, FRATERNIDAD no por otras palabras de orden, sino por las mismas trasladadas a su rango de meros conceptos abstractos; nosotros diremos: el derecho a la libertad; el deber de la igualdad; el ideal de la fraternidad.

Cogeremos al toro por los cuernos, sin tapujos ni reticencias: hemos destruido ya todos los gobiernos excepto el nuestro; más aún, en muchas partes el nuestro es ya un gobierno de jure.

 

En la actualidad, si hay algunas naciones que levantan protestas contra nosotros, es por mera fórmula, u obedeciendo a nuestros deseos o mandatos, porque el antisemitismo nos es en cierto modo necesario para gobernar a nuestros hermanos menores [se refiere a los judíos inocentes que hoy en día el Estado de Israel dominado por los Rothschild-Illuminati explota despiadadamente a través del sionismo nazi; obsérvese también como se quitan aquí la careta: han reconocido que el sionismo no se corresponde con el verdadero pueblo judío común en sí mismo].

No os explicaré esto con mayor claridad, pues es punto que más de una vez ha sido tratado en nuestras reuniones.

En realidad, no hay ya más obstáculos que nos detengan en nuestro camino. Nuestro Super-Gobierno se halla en las condiciones extralegales que se ha convenido en llamar con una palabra demasiado enérgica: DICTADURA.

En conciencia, puedo afirmar que actualmente somos los legisladores los que dictamos sentencias en materia de justicia, los que condenamos a muerte y otorgamos gracia: somos como el jefe de un gran ejército y marchamos a su frente, jinetes en el brioso corcel de su general supremo.

Gobernaremos con mano firme, pues tenemos en ella las riendas de un partido que fue fuerte en otro tiempo, hoy sometido a nosotros. Tenemos en nuestras manos ambiciones desmedidas, avideces ardientes, venganzas despiadadas, odios rencorosos. De nosotros proviene ese terror que todo lo ha invadido.

 

Bajo nuestras órdenes militan hombres de todas las opiniones, de todas las creencias; restauradores de la monarquía, demagogos, socialistas, comunistas, y todo género de utopías; a todo el mundo hemos enganchado en nuestra empresa, y cada uno de ellos va minando las ruinas de poder y se afana por acabar de derribar lo que aún queda en pie.

Todas las naciones experimentan convulsiones y reclaman tranquilidad; están prontas a sacrificarlo todo a cambio de un poco de paz; pero esa paz anhelada no se la daremos mientras no reconozcan nuestro Super-Gobierno abiertamente y con completa sumisión.

 

El pueblo todos los días está gritando que es necesario dar una solución a la cuestión social por medio de un acuerdo internacional en la materia.

 

La división del pueblo en partidos lo ha puesto en nuestras manos, pues para sostener una lucha es indispensable dinero, y el dinero somos nosotros los que lo tenemos en nuestro poder.

Podríamos temer una alianza de la fuerza inteligente de los gobernantes con la fuerza ciega de los pueblos, pero hemos tomado todas las medidas que dicta la prudencia para conjurar este peligro: entre esas dos fuerzas hemos levantado una muralla, esto es un terror recíproco. De esta suerte la fuerza ciega del pueblo nos sirve de apoyo y sólo nosotros la podremos dirigir con toda precisión hacia nuestros fines.

 

Y para que las manos de ese ciego, el pueblo, no puedan rechazar nuestra dirección, necesitamos de tiempo en tiempo ponernos en contacto directo con él, si no personalmente, al menos con la intervención de nuestros hermanos más fieles.

Cuando ya seamos un gobierno reconocido, conversaremos nosotros mismos con el pueblo en las plazas públicas; lo instruiremos respecto de las cuestiones políticas en el sentido que nosotros necesitamos. Cómo verificar lo que se enseña en las escuelas del pueblo?

 

Lo que diga el comisionado del gobierno o el mismo gobernante, no puede dejar de conocerse luego en todo el Estado, porque se difundirá inmediatamente por la voz del pueblo.

Para no destruir prematuramente las instituciones de los Gentiles, hemos movido por medio de una mano inteligente todos los resortes de su mecanismo. Estos resortes estaban dispuestos en un orden severo, pero justo; nosotros los hemos reemplazado por una arbitrariedad desordenada.

 

Hemos desarreglado la jurisdicción, las elecciones, la prensa, la libertad individual, y más que nada, la educación y la instrucción, que son las piedras angulares en las que la existencia libre debe descansar.

Hemos corrompido, embrutecido y prostituido la juventud cristiana por una educación cimentada en principios y teorías que sabemos son falsos y que no obstante han sido inspirados por nosotros [hoy en España las niñas pierden la virginidad tan pronto tienen el periodo, el condón ha pasado de ser un tabú a un tópico, tener un lenguaje culto es algo parodiado en ciertas series de TV, los jóvenes consumen marihuana y alimentos alucinógenos con una frecuencia atroz, etc...].

 

A más de esto, las leyes existentes, sin mudarlas en su esencia, las hemos desfigurado con interpretaciones contradictorias, obteniendo resultados admirables [describe exactamente el sistema legal actual].

Estos se manifiestan desde luego en esas glosas y comentarios, disfrazando las leyes, han sido ocultadas discretamente a los ojos de los gobernantes y las han dejado imposibles de reconocer en medio de una legislación por demás embrollada. De aquí procede la teoría del tribunal de la conciencia [como en España, donde las leyes de manera enrevesada han provocado que los tres poderes acaben en mano del Gobierno].

Y vosotros diréis que si los pueblos se dan cuenta antes de tiempo de estas maniobras, se revolverán contra nosotros con las armas en la mano; pero si llegara este caso, en todos los países de Occidente tenemos preparada una maniobra tan terrible, que aún los ánimos más esforzados temblarán:

en todas las grandes capitales se irán estableciendo los metropolitanos (tranvías subterráneos) [esto se dijo antes de que existieran] y nosotros los volaremos por medio de la dinamita con todas las organizaciones y todos los documentos del país [como el 11-M en Madrid].

 


PROTOCOLO X
Empiezo hoy por repetir lo que ya os he dicho, rogándoos recordéis que los gobiernos y los pueblos no ven sino la apariencia de las cosas, y ¿cómo podrían desentrañar su sentido íntimo cuando sus representantes no sueñan sino en divertirse?

 

Mucho importa para nuestra plática conocer este detalle, pues, nos servirá de mucho cuando lleguemos a tratar y discutir sobre la división del poder, la libertad de palabra, de prensa, de conciencia, el derecho de asociación, de la igualdad ante la ley, la inviolabilidad de la propiedad y domicilio, los impuestos y la retroactividad.

Todas estas cuestiones son tales que nunca es necesario tratarlas ante el pueblo directamente y abiertamente.

En los casos en que sea preciso tocarlas, no hay que enumerarlas, sino declarar en globo que los principios del derecho moderno son reconocidos por nosotros. La importancia de esta reticencia consiste en que un principio que no se nombre, nos deja en libertad de excluir esto o aquello, sin que nadie lo advierta, mientras que si los enumeramos tenemos que aceptarlos sin reservas.

El pueblo siente un amor particular y una grande estimación por los genios políticos y responde a todos sus actos de violencia con estas o parecidas palabras:

“¡Es un canalla, pero qué listo!…; ¡esto es el colmo de la habilidad!. Qué golpe más bien dado. ¡Pero qué bribón!”.

Nosotros contamos con atraer a todas las naciones para la construcción de un nuevo edificio fundamental del que tenemos ya proyectado el plan.

 

He aquí por qué, ante todo, tenemos necesidad de hacer provisión de esta audacia y fuerza de espíritu que en la persona de nuestros actores han de destruir todos los obstáculos que se oponen a nuestro paso.

Una vez dado nuestro golpe de estado diremos a los pueblos: todo iba horriblemente mal; todos hemos tenido que sufrir por una causa o por otra; esto era ya insoportable. Hemos destruido las causas de vuestros sufrimientos, las nacionalidades, las fronteras, la diversidad de monedas [la UE, la OEA, y la ONU, son las principales conspiradoras por el futuro Nuevo Orden Mundial, con sus propuestas para comisiones internacionales autocráticas y privatizadas, y la unificación de múltiples países bajo una misma moneda]. Indudablemente que sois muy libres de jurarnos obediencia o no.

 

¿Pero podéis hacerlo con justicia si lo hacéis antes de experimentar lo que os hemos dado?… Entonces nos exaltarán y llevarán en triunfo con un entusiasmo unánime, y lleno de esperanzas.

El sufragio universal, del que hemos hecho el instrumento de nuestra entronización, y al que hemos acostumbrado a los más insignificantes iniciados que forman parte de la colectividad humana, por medio de reuniones, de grupos y de alianzas, representará por última vez su papel expresando el voto unánime de la humanidad de conocernos antes de juzgarnos.

 

Para esto es necesario arrastrar a todo el mundo hacia el sufragio universal, sin distinción de clases y sin censos electorales, para establecer así el absolutismo de las mayorías que no se puede obtener de las clases de contribuyentes y pensantes.

Una vez acostumbrado el mundo de esta manera a la idea de su propio valer, queda destruida la importancia de la familia cristiana y las trascendencias que tiene en la educación y no permitiremos que surjan personalidades a las que las turbas, dirigidas por nosotros, no permitirán que se destaquen, ni siquiera que levanten la voz; las multitudes están acostumbradas a no escuchar sino a nosotros, que les pagamos su obediencia y su atención.

De esta suerte haremos del pueblo una fuerza tan ciega, que no habrá en el Estado ninguno que esté dispuesto a hacer cualquier movimiento sino bajo la dirección de los agentes que nosotros pongamos para que los dirijan como jefes.

El pueblo se someterá a esta dirección, pues sabe bien que de esos nuevos jefes dependen las ganancias, las gratuitas recompensas y toda clase de bienes. Un plan de gobierno debe ser proyectado por un solo hombre, pues resultaría incoherente si muchos talentos se distribuyen la tarea de formarlo.

 

Así, nosotros podemos conocer un plan de acción; pero no debemos discutirlo para no romper su carácter peculiar, la trabazón de sus partes, la fuerza práctica y la significación oculta de cada uno de sus puntos.

Que el sufragio universal lo discuta y lo manosee, por decirlo así, y esto sólo bastará para que adquiera el carácter de todas las falsas concepciones de inteligencias que no penetran la profundidad y el enlace de los pensamientos.

Sean nuestros planes sólidos y bien concebidos como es necesario. Por eso no debemos arrojar las producciones de talento de nuestros jefes a los pies de las multitudes, ni abandonarlas tampoco en manos de sociedades de cortos alcances. Estos planes no destruirán por lo pronto las instituciones modernas.

 

Solamente modificarán su economía, y en consecuencia, todo su desarrollo que se orientará de conformidad con nuestros proyectos. Casi en todas las naciones existen las mismas cosas, aunque tal vez con distintos nombres: la Representación, los Ministerios, el Senado, el Consejo de Estado, el Cuerpo Legislativo y el Cuerpo Ejecutivo.

No tengo necesidad de explicaros el mecanismo de las relaciones de estas instituciones entre sí, porque os es bien conocido; notad solamente que cada una de estas instituciones corresponde a una función importante del Estado, y os ruego que toméis también en consideración que es la función y no la institución la que yo llamo importante, no son, pues, las instituciones las que son de importancia, sino sus funciones.

 

Las instituciones se han distribuido entre sí todas las funciones del gobierno: funciones administrativas, legislativas y ejecutivas. De esta manera, las instituciones desempeñan en el organismo del Estado un papel semejante al de los órganos en el cuerpo humano.

Si nosotros trastornamos una parte de la máquina del Estado, éste caerá enfermo como el cuerpo humano, y morirá.

 

Después de haber inoculado en el organismo del Estado el veneno del Liberalismo, toda su constitución se ha trastornado; los estados están enfermos de una enfermedad mortal, la descomposición de la sangre; no queda ya más que esperar que el término de su agonía.

Del Liberalismo han nacido los gobiernos constitucionales que han reemplazado entre los Gentiles a una saludable autocracia, y la constitución, como sabéis vosotros, no es más que una escuela de desórdenes, de malas inteligencias, de discusiones, de disputas, de agitaciones estériles de partidos; en una palabra, es la escuela de todo aquello que hace a un Estado perder su personalidad e individualidad.

 

La tribuna lo mismo que la prensa, ha condenado a los gobiernos a la inacción y a la debilidad y los han hecho poco necesarios, inútiles, lo que fácilmente explica que sean derribados.

La era republicana ha llegado así a ser posible; hemos reemplazado el gobierno por una caricatura de gobierno, por un presidente que sacamos de la multitud, de entre los miles de hechuras y esclavos nuestros. Allí está el fondo de la mina cavada por nosotros bajo el suelo de los pueblos Gentiles.

En porvenir no lejano, crearemos la responsabilidad de los presidentes. Entonces, sin molestarnos, provocaremos acontecimientos de los que nuestra creación impersonal tendrá que responder.

 

¿Qué nos importa si las filas de los que aspiran al poder se van aclarando, si surgen dificultades capaces de desorganizar completamente una nación?

 

En previsión de este resultado, fraguaremos la elección de presidentes que tengan en su pasado alguna mancha infamante oculta, algún Panamá.

 

El temor a las revelaciones y al escándalo y el deseo de todo hombre que llega al poder de conservar sus privilegios y los honores que consigo lleva el puesto, los convertirán en fieles ejecutores de nuestras órdenes [exactamente esto es lo que está haciendo Luis Bárcenas, ex-tesorero del PP español, y agente del complot de la red Rothschild.

 

Estos tienen chantajeado al gobierno con destapar la corrupción de su cúpula, la cual fue en realidad alimentada a propósito por la Hermandad para luego sacarla a la luz a través de los medios que controlan, y de ahí la extraña jugada de que la noticia apareciese primero en un periódico de derechas como El Mundo, y después en su "rival ideológico", El País, cosa absolutamente inconcebible en condiciones normales.

 

Los derechistas dicen que los papeles de Bárcenas son un intento de dar un golpe de estado, algo que los izquierdistas han criticado porque alegan que la realidad de la corrupción es innegable por las pruebas, a lo que yo respondo:

en realidad los de derechas tienen razón en parte, pues los papeles sí son un intento de dar un golpe de estado, pero eso no quiere decir que los papeles sean falsos.

La corrupción es real, sí, pero resulta que los que la han provocado son los mismos que ahora la han destapado haciendo caer a los que la han llevado a cabo por ellos, para conseguir así, "con la otra mano", proponer desde la UE la solución a la corrupción e imponernos el Nuevo Orden.

 

Efectivamente el escándalo de la corrupción ha sido explotado para dar un golpe de estado, pero esto lo están haciendo los mismos que han provocado esa corrupción (cuya existencia no niego, señores de izquierdas). Recuerdo a una señora escandalizada por el caso en la TV pidiendo que viniesen "los suecos" a gobernarnos, ¡señora, eso es justo lo que los causantes de la corrupción quieren que diga!

La Cámara de Diputados encubrirá, defenderá, elegirá a los presidentes; pero le quitaremos el derecho de iniciar leyes y de modificarlas: este derecho se le adjudicará al presidente, que no será sino un juguete en nuestras manos. El poder del gobierno vendrá a ser blanco de todos los ataques.

 

Nosotros le daremos el derecho de apelar a la decisión del pueblo, sin tener que acudir a la intervención de sus representantes, la Cámara; es decir: el derecho de recurrir a nuestro servidor ciego e incondicional: la mayoría. Además, daremos al presidente el derecho de declarar la guerra.

Fundaremos este último derecho alegando que el presidente, como jefe de todo el ejército de la nación, debe tenerlo a su disposición para defender la nueva constitución republicana, de la que él, el presidente, es el representante responsable.

 

En estas condiciones el Jefe del Santuario (la llave de la situación) estará en nuestras manos y nadie, excepto nosotros, podrá encauzar la fuerza legislativa.

 

Retiraremos además a la Cámara, al implantar la nueva Constitución, el derecho de interpelación, bajo el pretexto de que ese derecho es contrario a la salvaguardia del secreto político. Igualmente restringiremos por la nueva Constitución el número de representantes al mínimo lo que producirá el efecto de disminuir un tanto las pasiones políticas y la pasión por la política.

Si, contra lo que esperamos, esas pasiones políticas se despertaran aún en ese corto número de representantes, lo reduciremos a nada, por medio de un llamamiento a la mayoría del pueblo. Dependerán del Presidente los nombramientos de presidente y vicepresidente de la Cámara y del Senado [tal como ya sucede en España].

En lugar de sesiones parlamentarias permanentes, limitaremos las sesiones a unos meses. Además el Presidente, como jefe del poder ejecutivo, tendrá el derecho de convocar o disolver el parlamento, y en este último caso, el de aplazar el momento para una nueva convocación. Pero, para que las consecuencias de todos estos actos, realmente ilegales, no recaigan sobre la responsabilidad establecida por nosotros del Presidente, en lo relativo a nuestros planes, sugeriremos a los ministros y demás funcionarios que rodean al Presidente la idea de sobrepasar las disposiciones de éste, con sus propias medidas, de tal manera que ellos (los ministros) vengan a resultar los responsables.

 

Aconsejamos encomendar esta actuación, principalmente, al Senado o al Consejo de Estado o de Ministros, más bien que a un solo individuo.

 

El Presidente interpretará conforme a nuestros deseos las leyes existentes que sean susceptibles de distintas interpretaciones; las anulará cuando le demostremos la necesidad de hacerlo; tendrá derecho de proponer leyes provisionales, y aun nuevo cambio de Constitución, con pretexto del bien supremo del Estado.

 

Estas medidas nos darían el medio de destruir poco a poco y paso a paso todo aquello que en el momento de posesionarnos del poder nos hayamos visto obligados a incluir en las Constituciones de los pueblos; por este medio pasaremos insensiblemente a la supresión de toda Constitución cuando llegue la ocasión y el momento de agrupar todos los gobiernos bajo nuestra autocracia.

El reconocimiento de ella puede llegar antes de la supresión de la Constitución, si los pueblos, cansados de tantos desórdenes y de la frivolidad de sus gobernantes dan en gritar:

“Echadlos y dadnos un rey universal que pueda unirnos y acabar con las causas de nuestras discordias: las fronteras internacionales, las religiones, los cálculos e intereses de Estado: un rey que nos dé esta paz, esta tranquilidad que no podemos alcanzar con nuestros gobernantes y representantes.”

Sabéis muy bien vosotros que para que estos deseos se realicen es necesario perturbar constantemente en todos los pueblos las relaciones entre ellos y sus gobiernos, con el propósito de cansar a todo el mundo con la desunión, la enemistad, el odio, y aun con el martirio, el hambre, la propagación de enfermedades y la miseria para que los Gentiles no encuentren otra salvación que la de recurrir a nuestra plena y absoluta soberanía.

 

Si damos a los pueblos una tregua para respirar, tal vez el momento favorable no llegará jamás.
 

 


PROTOCOLO XI
El Consejo de Estado tiene por objeto hacer destacar el poder del gobierno: bajo la apariencia de un cuerpo legislativo, será en realidad un comité de redacción de las leyes y de los decretos del gobierno.

He aquí el Programa de la nueva Constitución que preparamos: Crearemos la Ley, el derecho y el tribunal…

  1. bajo la forma de proposiciones al Cuerpo Legislativo
     

  2. por medio de decretos presidenciales, por actas del Senado y por resoluciones del Consejo de Estado, bajo la forma de órdenes ministeriales
     

  3. en caso de que se juzgue oportuno, por medio del golpe de estado

Una vez que de manera aproximada dejamos establecido este modus vivendi, tratemos algo más detalladamente de las medidas que nos servirán para acabar la transformación del Estado en el sentido de que ya hemos hablado.

 

Pretendo hablar de la libertad de la prensa, del derecho de asociación, de la libertad de conciencia, del principio electivo, y de otras muchas cosas que deberán desaparecer del repertorio humano, o al menos alterarse radicalmente, tan luego como la nueva Constitución se haya promulgado.

Entonces será cuando nos sea posible promulgar todas nuestras leyes al mismo tiempo.

Después, cualquier cambio sensible sería perjudicial por esta razón: si la modificación se opera en el sentido de la severidad y del rigor, puede causar la desesperación provocada por el temor de nuevos cambios en el mismo sentido; si, por el contrario, es en el sentido de mayores complacencias, se dirá que hemos reconocido nuestros errores, y esto debilitará el prestigio de la infalibilidad de nuestro gobierno, o bien se dirá que hemos tenido temor y nos vimos obligados a hacer concesiones, que nadie nos agradecerá ni a nadie obligarán con nosotros.

 

Ambas cosas perjudican el prestigio de la nueva Constitución.

Queremos que desde el día de su promulgación, cuando los pueblos estén aún estupefactos por el golpe de estado que hemos de dar, cuando estén aún invadidos por el terror y perplejos, en ese preciso momento reconozcan que somos tan fuertes, tan invulnerables, tan poderosos, que no contaremos con ellos para nada.

 

Que no solamente no atenderemos sus opiniones y pareceres, sino que estamos dispuestos y a punto de reprimir toda expresión, toda manifestación de estos deseos y de estas opiniones, con una autoridad indiscutible.

 

Que de un solo golpe nos hemos adueñado de todo lo que nos era necesario y que en ningún caso estamos dispuestos a compartir nuestro poder con ellos… [tampoco se lo hemos pedido, sólo que no nos amarguen la vida]

Entonces cerrarán los ojos y dejarán venir los acontecimientos…

Los Gentiles son un rebaño de carneros y nosotros somos para ellos los lobos.

 

Y ¿ya sabéis lo que sucede a los corderos cuando el lobo llega a penetrar en el redil? Cerrarán aún los ojos, sobre todo, por las promesas que les haremos de volverles todas las libertades que les hemos arrebatado, cuando los enemigos de la paz se hayan calmado y los partidos queden reducidos a la impotencia.

 

¡Por supuesto que los Gentiles podrán esperar sentados la vuelta del pasado!…

¿Para qué habíamos de inventar e inspirar a los Gentiles toda esta política sin darles los medios de conocerla a fondo, sino para poder emprender en secreto lo que nuestra raza dispersa no podía intentar directa y abiertamente?.

 

Esto nos ha servido de base para nuestra organización de la Francmasonería secreta [una francmasonería por encima de la francmasonería oficial, o sea, los “grados rojos” o Illuminati], que no es conocida y cuyos designios ni aun siquiera sospechan los imbéciles Gentiles, alistados por nosotros en el ejército visible de las logias para distraer las miradas de los hermanos.

Dios nos ha dado a nosotros, su pueblo elegido, la dispersión, y en esta debilidad de nuestra raza radica nuestra fuerza que hoy nos conduce al solio de un reino universal.

Poco es lo que nos falta edificar sobre estos cimientos.
 

 


PROTOCOLO XII
La palabra Libertad, que se puede definir de distintas maneras, nosotros la definiremos así:

Libertad es el derecho que cada uno tiene de hacer lo que permite la ley.

Tal interpretación de esta palabra en estos tiempos hará que toda la libertad esté en nuestras manos, porque las leyes destruirán o crearán lo que nos agrade, conforme al programa expuesto más arriba.

Con la prensa obraremos de la manera siguiente: ¿Qué papel desempeña la prensa en la actualidad?

 

Ella sirve para encender las pasiones o mantener el egoísmo de los partidos. La prensa es banal, injusta, aduladora, y los hombres, en su gran mayoría, no comprenden bien para qué sirve.

 

Nosotros la domaremos y la enfrenaremos con fuertes riendas, y otro tanto haremos con las demás obras impresas, porque ¿de qué nos serviría desembarazarnos de la prensa y del periódico si hemos de ser el blanco de los ataques del libro y del folleto?

Transformaremos la publicidad, que bastante caro nos ha costado hasta ahora, censurando los periódicos y convirtiéndolos en una fuente de ingresos para el Estado [como en la Rusia comunista posterior a este documento].

Crearemos un impuesto especial para la prensa. Al fundarse un periódico, o al establecerse una imprenta, exigiremos una participación. Con esta medida quedará garantizado nuestro gobierno de todo ataque por parte de la prensa. En ocasiones, aun sin mérito para ello, impondremos multas.

Estampillas, participaciones y multas producirán un buen ingreso al Estado.

Es verdad que los periódicos de los partidos podrían soportar estas pérdidas pecuniarias, pero los suprimiremos a la segunda vez que nos ataquen. Nadie osará tocar impunemente la aureola de nuestra infalibilidad gubernamental. El pretexto para suprimir un periódico podrá ser, por ejemplo, que el órgano en cuestión agita los ánimos sin razón ni motivo.

 

Fijaos bien, os ruego, en que entre aquellos periódicos que nos atacarán, habrá algunos creados por nosotros mismos; pero éstos dirigirán sus tiros exclusivamente a aquellos puntos en los que nosotros deseamos algún cambio [puro “doblepensar” orwelliano, que fue justo lo que sembró el mal-llamado “holocausto”, y digo mal-llamado, no porque sea antisemita, sino porque me parece una forma ilegítima de apropiarse el sufrimiento de los inocentes por parte de los verdaderos verdugos, precisamente.

 

Llamarlo holocausto es “sionizar” el sufrimiento, y eso es una falacia, pues el sufrimiento no es “judío” sino humano, y adueñarse el sufrimiento es precisamente la conducta de los que no sufrieron, que son los sionistas que manipularon el holocausto para dañar a “su propia gente” y así justificar sus fines, todo un ejercicio de “doblepensar”.

 

Por esto yo prefiero llamarlo “exterminio atroz e imperdonable” que es lo que se merece ser llamado; el exterminio nazi fue uno de los mayores ejercicios de “doblepensar” de la historia; los historiadores aún hoy se preguntan el “por qué” del exterminio nazi, y lo tachan de irracional, y quizá la clave esté en cambiar de enfoque, porque su problema quizá venga de haber partido de los prejuicios oficiales, por lo que yo les pregunto:

¿no les parece la naturaleza inexplicable del exterminio nazi, lo que precisamente lo revela como una gran farsa para masacrar a inocentes responsabilizando a un enemigo ficticio creado “ad hoc”, los nazis, que perpetraron esta matanza para justificar el sionismo, y que en realidad no eran sino los sirvientes de los mismos que crearon el conflicto disfrazándose de “monstruos” (a pesar de que ese disfraz, irónicamente, al mismo tiempo revelaba su verdadera cara de monstruos precisamente) hacia los cuales la gente pudiera proyectar su odio, mientras sus jefes sionistas ocultos han manipulado la opinión pública para hacerse pasar por parte de las víctimas y así justificar su ideología criminal que no teme en explotar a los propios judíos inocentes?

La cuestión que deberían plantearse los supuestos “eruditos” es: dado lo insólito e inexplicable del exterminio de Hitler... ¿no será que la actitud pública de los Nazis quizá fuera un papel en el guión escrito en secreto por los sionistas para los que ellos, de nuevo secretamente, trabajaban?

 

Pocos saben que Hitler de hecho era un actor autodidacta, y que imitaba sus movimientos de óperas wagnerianas que había visto en sus intervenciones para ser más teatral ¡toda su actitud pública era una fachada!: se burlaba de nosotros, él interpretaba el papel del “monstruo”, y sí, era un monstruo, pero no el que nos han pintado, sino otro mucho peor: un monstruo frío y calculador que interpretó cuidadosamente un papel al servicio del plan sionista nazi (aplíquese esto para todos los miembros de la camarilla nazi que instigaron el odio entre los imbéciles a los que manipularon).

 

Y mientras Hitler interpretaba “al monstruo” sus jefes ocultos se disfrazaron para parecer parte de las “víctimas” a las que ellos mismos planearon masacrar, para luego utilizar a los supervivientes y cometer más atrocidades en Palestina, en la misma línea nazi.

 

Pocos saben también que Hitler era en secreto un vástago bastardo por parte de padre de la familia... ¡Rothschild!, algo demostrado por un informe del presidente de Austria, Engelbert Dolfuss, y publicado por Hansjurguen Koehl, de la Gestapo, en su obra, donde habla del informe de Weitzmann el director de los servicios secretos alemanes, que era lo que demostraba aquella sorprendente noticia... para ver las pruebas lean a David Icke.

 

Pero volvamos al contenido de los Protocolos.

Nada se dará a conocer a las sociedades fuera de nuestro control. Ya desde ahora hemos obtenido este resultado por el hecho de que todas las noticias se reciben por nuestras agencias, en las que esas noticias de todo el mundo vienen a centralizarse. Estas agencias entonces serán exclusivamente nuestras y no publicarán sino lo que nosotros les ordenemos.

Si ya desde ahora nos hemos podido adueñar de las inteligencias en las sociedades cristianas, a tal grado que casi todos los hombres ven los acontecimientos mundiales solamente a través de las lentes de color que ponemos delante de los ojos; si desde ahora no hay ya para nosotros cerradura que nos impida apoderarnos de lo que los Gentiles torpemente llaman Secreto de Estado,

¿qué será cuando seamos los dueños reconocidos como tales del mundo, en la persona de nuestro rey universal? [el Gran Hermano orwelliano, el mismísimo Anticristo en la Tierra].

Cualquiera que desee ser editor, librero, bibliotecario, publicista o impresor, tendrá la obligación de obtener un diploma o credencial que, en caso de que su dueño llegara a hacerse reo de cualquier delito, será inmediatamente recogida [probablemente “microchips” implantados en un futuro bastante cercano].

 

Con estas medidas, el instrumento del pensamiento y de las ideas vendrá a ser un medio educativo en manos de nuestro gobierno, que no permitirá a las masas populares fantasear acerca de los beneficios del progreso.

 

¿Quién de nosotros ignora que estos beneficios ilusorios conducen a absurdos desvaríos?.

Estos desvaríos han dado origen a las relaciones anárquicas de los hombres entre sí y con el poder, porque el progreso ha traído las ideas de toda clase de libertades desenfrenadas- todos aquellos a quienes damos el nombre de liberales son anarquistas, si no de hecho, a lo menos de pensamiento.

 

Todos y cada uno de ellos van persiguiendo la libertad y caen en la anarquía, protestando por el simple placer de protestar.

Volvamos a la prensa. La abrumaremos, lo mismo que a los demás impresos, con impuestos en sellos o estampillas a tanto por hoja, y con fianzas: los libros que tengan menos de treinta hojas, pagarán doble impuesto.

 

A éstos, los registraremos en la categoría de folletos; por una parte, a fin de reducir el número de revistas, que son el veneno más peligroso, y por otra, porque esta medida obligará a los escritores a producir obras extensas que serán poco leídas, principalmente por su alto precio.

 

Por el contrario, lo que nosotros editemos para el bien moral, dentro de las tendencias que estableceremos, se venderá barato y será leído por todos.

Los impuestos acallarán el vano deseo de escribir, y el temor del castigo someterá a los literatos bajo nuestra autoridad. Si hay personas que intenten escribir contra nosotros, no se encontrará quien quiera imprimir sus obras. Antes de aceptar alguna para su impresión, el editor o impresor tendrá que dirigirse a las autoridades para obtener el permiso respectivo.

De este modo nosotros conoceremos anticipadamente los lazos que se nos tiendan y los destruiremos con las explicaciones previas que hagan el caso. La literatura y el periodismo son dos fuerzas educadoras de la mayor importancia; por esto nuestro gobierno será el propietario del mayor número de periódicos. Por esta misma razón, también, la influencia nociva de la prensa privada será neutralizada y adquiriremos una influencia moral enorme. Si autorizamos diez periódicos privados, fundaremos treinta de los nuestros.

Todos los periódicos editados por nosotros serán aparentemente de tendencias y opiniones las más opuestas, lo que despertará la confianza en ellos y les atraerá a nuestros adversarios sin recelos; caerán en el lazo y resultarán inofensivos [así funciona el sistema de hoy en día: vivimos en “Matrix].

  • Los órganos de carácter oficial estarán en primera línea. Vigilarán siempre nuestros intereses y esta razón hace que su influencia sea casi nula.

  • En la segunda fila estarán los oficiosos, cuyo papel será atraer a los indiferentes y a los tibios.

  • En tercera fila colocaremos a nuestra pretendida oposición.

Un órgano, cuando menos, será la antípoda de nuestras ideas.

 

Nuestros contrarios tomarán a este pseudo-opositor por un aliado suyo y nos descubrirá su juego [así está manipulada la falsa izquierda parlamentaria, hipócrita, al servicio del sistema].

 

Representarán nuestros periódicos todas las tendencias: las aristocráticas unos, las republicanas otros, igualmente las revolucionarias y aún las anarquistas [así se dan paradojas como que los mismos grupos financieros posean periódicos conservadores y religiosos, y revistas pornográficas y diarios de izquierdas al mismo tiempo, hoy en día en España (como el Grupo Planeta, tan hipócrita como Atresmedia, o Mediaset).

 

Esto también se ve en la manipulación de causas como el 15-M, de la plataforma “Stop-Desahucios” (cuya consigna es perfectamente legítima, pero pocos saben que por otro lado esta organización colabora en la apología de los grupos políticos testaferros de los terroristas de ETA en manifestaciones del País Vasco).

 

Esta es la iniciativa “Anonymous” que aparenta diversas proclamas anti-Illuminati pero que casi nunca concreta sus planes, la primavera árabe, que fue en realidad instigada por la CIA-Mosad, y finalmente el “Occupy Wall Street”, que fue desvirtuado desde el comienzo, los cuales son grandes ejemplos de este tipo de infiltración para corromper desde dentro incluso las causas más “nobles” y que no haya escapatoria al Mal]; pero esto, naturalmente se entiende, mientras esté en vigor la Constitución.

Como el dios Vishnu de cien manos, cada una de ellas acelerará el cambio de la sociedad; esas manos guiarán la opinión en el sentido que convenga a nuestros intereses, porque un hombre que vive en un medio demasiado agitado, pierde la facultad de razonar y se abandona fácilmente a la sugestión.

 

Los imbéciles que creerán repetir la opinión del periódico de su partido, no harán otra cosa que repetir y expresar nuestra opinión o aquello que nos agrade. Se harán la ilusión de seguir las opiniones del periódico de su partido, y en realidad seguirán la bandera que nosotros enarbolaremos para que vayan tras ella.

Para dirigir en este sentido nuestro ejército de periodistas desarrollaremos un cuidado especial en la organización de esta obra. Bajo el nombre de Oficina central de la prensa organizaremos reuniones literarias en las que nuestros agentes, sin dejarlo conocer, darán la palabra de orden y las señales.

Discutiendo y objetando nuestras iniciativas de una manera superficial, y sin llegar al fondo de las cuestiones, nuestros órganos entablarán polémica con los periódicos oficiales para proporcionarnos el medio de hacer declaraciones más francas sobre puntos en los que no hayamos podido ser más explícitos en nuestras primeras declaraciones oficiales [así manipulan la prensa hoy en día].

Estos ataques tendrán, además, otro fin muy importante: nuestros súbditos se creerán con las necesarias garantías para poder hablar libremente y esto, por otra parte, dará a nuestros agentes ocasión para afirmar que los órganos que se declaran contra nosotros no hacen otra cosa que charlar, supuesto que no pueden presentar razones de peso para refutar seriamente nuestras medidas y disposiciones.

 

Estos procedimientos inadvertidos por la opinión pública, pero seguros, nos atraerán seguramente la atención y la confianza del público.

Merced a ellos encenderemos o calmaremos los ánimos en las cuestiones políticas; los persuadiremos o los desconcertaremos publicando unas veces la verdad, otras la mentira; ya confirmando los hechos o rectificándolos, según la impresión que sea necesario provocar en el público, pero siempre tanteando el terreno antes de asentar en él el pie. Venceremos a nuestros adversarios infaliblemente, porque ellos no tendrán a su disposición periódicos en los que puedan emitir sus ideas hasta llegar al fin de una polémica, en virtud de las providencias tomadas por nosotros, de las que ya antes tratamos.

En cambio, nosotros no tendremos necesidad de refutarlos seriamente. En nuestros periódicos oficiales refutaremos enérgicamente los artículos que, como globos exploradores, lanzaremos en nuestros órganos clasificados en la tercera categoría, cuando sea necesario.

Ya desde ahora, en las filas del periodismo francés, por lo menos, existe una solidaridad Francmasónica. Todos los órganos de la prensa están ligados entre sí por el secreto profesional: a semejanza de los antiguos augures, ninguno de sus miembros dejará escapar el secreto de sus conocimientos, a menos que reciba la orden de quien puede dársela.

Ningún periodista se resolverá a traicionar este secreto, porque nadie es admitido a este gremio si no tiene en su vida pasada alguna tacha vergonzosa e infamante; y estas notas infamantes, al punto que se cometa la traición, serían reveladas. Mientras que esas infamias ocultas son el secreto de algunos, la aureola del periodista atrae la opinión de la mayoría del pueblo, que los sigue con entusiasmo.

Nuestros cálculos y proyectos se extienden no sólo a las grandes capitales, sino también a las provincias. Es necesario que también en ellas excitemos esperanzas y aspiraciones opuestas a las que excitemos en la capital, a la que inspiraremos las esperanzas y aspiraciones espontáneas de las provincias. Claro es que la fuente de unas y de otras será siempre la misma, es decir, nosotros.

Mientras no tengamos por completo el poder en nuestras manos, muchas veces tendremos necesidad de que las capitales sean arrolladas por la opinión de las provincias, esto es, de las mayorías manejadas por nuestros agentes [las constantes manifestaciones congregadas por los sindicalistas para tomar las calles, que luego no terminan en nada].

Es preciso que las capitales, en el momento psicológico, no discutan los acontecimientos por el solo hecho de haberlos aceptado la mayoría de las provincias [el gobierno del PP en España denegó en primer lugar la propuesta contra los desahucios].

 

Al entrar en el nuevo régimen que preparará nuestro reinado, no podemos admitir que la prensa haga pública la criminalidad: precisa hacer creer que el nuevo régimen tiene a todos de tal manera satisfechos, que aun los crímenes han desaparecido [publicidad hipócrita y cínica, que aliena al espectador diciendo lo contrario de la realidad; el anuncio del Banco Santander dice que España tiene un gran futuro en medio de la mayor crisis de la historia financiera del país, en gran medida producida por ellos].

Los casos que puedan poner de manifiesto esa criminalidad, quedarán ignorados de todos, si no es de sus víctimas, de sus autores y de los testigos accidentales.
 

 


PROTOCOLO XIII
La necesidad del pan de cada día hace a los Goyim (los Gentiles) callar, y los convierte en nuestros humildes servidores.

 

Los agentes, sacados de entre ellos por nuestra prensa, discutirán bajo nuestras órdenes todo aquello que nos sería molesto publicar directamente en documentos oficiales, y nosotros, entretanto, aprovechando el ruido provocado por estas discusiones, tomaremos las medidas que juzguemos convenientes y las presentaremos al público como un hecho consumado.

Nadie tendrá el atrevimiento de reclamar la anulación de lo que se haya decidido, tanto más que esto será presentado como un progreso. La prensa, por otra parte, llamará la atención hacia otras nuevas cuestiones; ya hemos acostumbrado a los hombres a esto, como sabéis, a buscar siempre novedades [grandes injusticias, hoy en día, son omitidas por las siguientes noticias que salen].

Algunos imbéciles, creyéndose instrumentos del DESTINO, se lanzarán sobre estas nuevas cuestiones, en las que no entienden palabra de lo que intentan discutir.

Las cuestiones políticas no son asequibles a nadie, sino a los que han creado la misma política y desde hace siglos la vienen dirigiendo.

 

Por aquí veréis que sondeando la opinión de las multitudes no hacemos más que facilitar la realización de nuestros designios y podéis notar que simulamos buscar la aprobación no de nuestras acciones, sino de nuestras palabras pronunciadas en tal o cual ocasión [los políticos actuales buscan “hacerse la foto” o grandes discursos, y la gente les aplaude por ello].

Continuamente estamos proclamando que en todas nuestras providencias y disposiciones no tenemos más norte ni más guía que la esperanza unida a la certeza de ser útiles al bien común. Para distraer a los hombres demasiado inquietos de las cuestiones políticas les pondremos delante las pretendidas nuevas cuestiones industriales. Que desahoguen sus furias sobre estos nuevos temas.

Las masas consentirán en permanecer inactivas y en descansar de su pretendida actividad política (a que nosotros mismos las hemos acostumbrado para luchar por medio de sus intermediarios con los gobiernos de los Gentiles) bajo la condición de tener nueva ocupación; nosotros les señalaremos casi la misma dirección política.

 

Con el objeto de que no lleguen a nada por medio de la reflexión, les distraeremos de pensar en cosas serias por medio de las diversiones, de los juegos, de los pasatiempos, de las satisfacciones de las pasiones, de las casas públicas… [la sociedad occidental actual vive hipnotizada por el ocio, por los espectáculos deportivos, etc.]

Muy pronto propondremos por medio de la prensa concursos de arte, de belleza, de deportes…, de todo [todo esto antes de que existiesen]. Estas futilidades alejarán definitivamente los ánimos de ciertas cuestiones en las que nos sería molesto entrar en lucha con ellas.

Los hombres cada día pierden más la costumbre de pensar por sí mismos y acabarán por hablar haciendo coro a nuestras ideas, porque seremos los únicos que fijemos rumbos al pensamiento… por mediación de personas tales que, ya se comprende, no se creerá que somos solidarios de ellas.

El papel de los utopistas liberales acabará definitivamente cuando nuestro gobierno sea reconocido. Hasta entonces nos prestarán un buen servicio.

Por eso todavía ahora seguimos impulsando y estimulando a las inteligencias a inventar toda clase de teorías fantásticas, nuevas y que dan en llamar progresistas, porque hemos trastornado la cabeza a esos imbéciles Gentiles con éxito completo por medio de esa palabreja:

PROGRESO, y no existe entre ellos uno solo que vea que tras de esta palabra se oculta un error en todos los casos en que se trate de inventos materiales, pues LA VERDAD ES UNA Y NO SABE NI PUEDE PROGRESAR [aplíquese a la Iglesia, que siendo un organismo conservador, siempre que ha tenido un nuevo Papa éste ha sólido decir que la Iglesia debía “progresar”.

Así han desvirtuado los valores clásicos, por ejemplo:

cada vez se anuncian más condones y se hace más publicidad de las desviaciones sexuales porque estamos “progresando”...].

EL PROGRESO, COMO UNA IDEA FALSA, SIRVE PARA OSCURECER LA VERDAD A FIN DE QUE NADIE LA CONOZCA FUERA DE NOSOTROS, LOS ELEGIDOS POR DIOS, LOS DEPOSITARIOS DE LA VERDAD [si su Dios es el Demonio, entonces su “Verdad” es la “Mentira”].

Cuando llegue nuestro reinado, nuestros oradores disertarán acerca de los grandes problemas que han conmovido a la humanidad para traerla finalmente bajo nuestro dominio.

¿Quién podrá entonces poner en duda que todos esos grandes problemas fueron planteados por nosotros, siguiendo un plan político que nadie pudo adivinar ni sospechar siquiera en el transcurso de tantos siglos?

 

Atención aquí, pues ha dicho “siglos”. De ahí que aún teniendo cien años de antigüedad el documento declarase que el plan estaba tocando a su fin, y que siga resultando sin embargo de viva actualidad, pues la escala manejada por estos individuos sería colosal.
 

 


PROTOCOLO XIV
Al advenimiento de nuestro reinado no reconoceremos la existencia de ninguna religión fuera de la de nuestro Dios único, con el que nuestros destinos están ligados íntimamente, porque somos el Pueblo Escogido, por el cual este mismo destino está unido a los de todo el mundo.

 

Por esto tenemos que destruir todas las creencias.

 

Si éstas han podido dar origen al Ateísmo contemporáneo, este estado transitorio no perjudica nuestros objetivos, sino que servirá de ejemplo a las generaciones que oirán nuestras predicaciones sobre la Religión Mosaica [seguramente su versión talmúdica ashkenazí sabateana y sionista de la misma, claro; es necesario observar que ya preparan el terreno en este sentido, pues ahora se ha estrenado mundialmente una serie de gran éxito sobre la Biblia, que hace propaganda sionista sobre la falsa historia que justifica el pueblo de Israel: curioso, que en ella el Demonio es moreno-negruzco ¿como un palestino?; algunos dicen que se parece a Obama, y eso puede ser una manera de comenzar subliminalmente lo que ya se decía en los Protocolos: demonizar a los gobernantes anteriores al Nuevo Orden Mundial, a los cuales se pretende responsabilizar en el futuro por la crisis actual para justificar la tiranía sionista], cuyo sistema estoico y perfectamente concebido nos ha dado por resultado la conquista de todos los pueblos de la tierra.

Haremos ver así su verdad mística en la que podemos decir descansa toda su fuerza educadora. Publicaremos entonces en todas las ocasiones artículos en los que haremos comparación de nuestro benéfico gobierno con los del pasado.

 

Los errores de los gobiernos de los Gentiles serán pintados con los más vivos colores.

 

Tanto horror y repugnancia hacia ellos provocaremos, que los pueblos preferirán el descanso de la esclavitud a los famosos derechos de la Libertad que por tanto tiempo los trajeron atormentados y los privaron hasta de los medios necesarios de subsistencia; que los hicieron ser explotados por una turba de aventureros, sin poder siquiera saber qué era lo que hacían…

Los cambios inútiles de gobierno, a los que continuamente empujábamos a los Gentiles, mientras minábamos sus instituciones, dejarán de tal manera cansados a los pueblos en esta época, que más querrán soportar cualquier cosa de nuestra parte que correr de nuevo el riesgo de nuevas agitaciones.

Haremos notar especialmente los errores de los gobernantes que figuran en la historia, que sin haber producido un verdadero bien a la humanidad, torturaron durante tantos siglos a los pueblos para correr en pos de ilusorios bienes sociales, sin darse cuenta de que sus proyectos en vez de mejorar las relaciones de la vida humana las empeoraban.

Nuestros filósofos discutirán todas las deficiencias de las creencias cristianas; pero nadie jamás podrá discutir nuestra religión desde su verdadero punto de vista, porque nadie la conocerá en su fondo, a excepción de nuestros sabios [los sionistas que en secreto no obedecen a Moisés sino a Moloch], que nunca ni por nada osarán revelar sus secretos.

 

En los pueblos que se tienen por adelantados, crearemos una literatura obscena, lúbrica, abominable [más o menos como la prensa de hoy en día; sin ir más lejos, la revista "Muy Interesante", perteneciente al Grupo Bertelsmann (responsable de la propaganda de las SS, el cual está bajo el control del Club de Roma de los Rothschild), y que es una supuesta revista de "divulgación científica", no deja de arremeter contra las terapias alternativas, los testimonios de sucesos paranormales, y en definitiva todo lo esotérico, ocultista, e idealista en general, y además no hace más que envenenar al público con obscenidad, explicitud sexual, y fomento sutil de la fornicación y de las bajas pasiones con pretextos "científicos".

 

Casi todos los medios de la Europa actual pertenecen en realidad a Bertelsmann; como dijo Losantos: "mucho 'splash' y mucho 'splosh' pero aquí nadie denuncia las injusticias".

 

Los Bertelsmann son sionistas que financian públicamente a Israel, aunque poca gente corriente lo sabe. Hace relativamente pocos años, salió a la luz evidencia periodística de que estos mismos tipos habían empleado esclavos judíos en las SS, y resulta que ahora se disfrazan de "pro-judíos", y hasta se les hace homenajes en Israel.

 

Esto es clara muestra de la sugestión absurda y contradictoria a la que nos han sometido los sionistas, cosa que viene a respaldar lo que ya he dicho con anterioridad. La revista "Quo" está cortada por el mismo patrón que "Muy". "Quo" (que pertenece al grupo "Hachette Filipacchi", con participación e influencia de los Rothschild), no para de arremeter contra las teorías conspirativas (qué casualidad).

 

Ambas revistas fueron fundadas por el infame Juan Caño.

 

Juan Caño ha tenido contactos e influencia en "EFE" y "Reuters" (que tal como se sabe se hallan bajo el influjo de los Rothschild). En 2005, Caño pasó a trabajar bajo la presidencia de Edouard de Rothschild en la junta directiva del diario Libération.

 

En 2011 Caño presentó su candidatura para la presidencia de la versión española de la agencia "Associated Press", la cual, como se sabe, pertenece en realidad a los Rothschild.

 

Obviamente, Juan Caño es un testaferro de éstos, cuyo "éxito" es presumible como no más que el pago por unos determinados servicios a una agenda oculta al crear estas dos "escuelas" de adoctrinamiento que son "Muy" y "Quo" así como dedicarse a manipular la realidad desde otros medios variados].

 

La fomentaremos todavía por algún tiempo antes de nuestra llegada al poder, para hacer resaltar el contraste entre nuestros discursos y programas y aquellas torpezas y obscenidades.

Nuestros sabios [”sabio” puede ser otra forma de decir “ilustrado”, es decir, “iluminado”, con lo cual surge una nueva lectura de eso de “Sabios” de Sion: dado que “Ilustrados” es lo mismo que “Illuminati”, y dado que “sionismo” es lo mismo que Rothschild, entonces los “Sabios de Sion” serían los “Illuminati Rothschild”], educados para gobernar a los Gentiles, compondrán discursos, memorias, proyectos que nos darán el necesario influjo sobre las inteligencias y nos permitirán encauzar sus actividades hacia las ideas y conocimientos que queramos imponerles.

 

Esto es, reescribir la historia, tal y como han venido haciendo al hacer parecer a los occidentales de la antigüedad temprana como los descubridores de la ciencia y la filosofía, negando la realidad, que es que fueron los orientales ancestrales, justificando así el corrupto complejo de superioridad de occidente.
 

 


PROTOCOLO XV
Cuando al fin comencemos a reinar con la ayuda de golpes de estado preparados en todas partes para el mismo día, después de la confesión definitiva de la nulidad de todos los gobiernos existentes (y para que esto llegue pasará todavía algún tiempo, tal vez un siglo) [atención, caballeros: ¡eso significa “ahora”!], impediremos que se conspire contra nosotros.

 

Para ello condenaremos a muerte a todos aquellos que acojan nuestro advenimiento al poder con las armas en la mano [debemos impedirlo antes de que lo hagan: ¡hay que darse prisa!].

Toda creación de una nueva sociedad secreta, sea la que fuere, será castigada con la pena de muerte. Las que existen ahora y que nos son conocidas, quedarán igualmente abolidas, no obstante que nos han servido y tienen aún que servirnos, y serán desterradas a los continentes más lejanos de Europa.

 

Esta es la conducta que habremos de seguir con los Francmasones Gentiles que saben demasiado; a los que perdonemos por cualquier razón, los mantendremos bajo un perpetuo terror del destierro.

Promulgaremos una ley, según la cual, todos los antiguos miembros de sociedades secretas deberán abandonar a Europa, centro de nuestro gobierno [como dije antes: aceptan la traición de sí mismos para continuar con el plan].

 

Las resoluciones de nuestro gobierno serán definitivas y sin que quepa apelación contra ellas.

 

En las sociedades cristianas en las que hemos sembrado tan profundas raíces de discusiones y protestas, no se puede restablecer el orden, sino por medidas muy severas y que manifiesten un poder inflexible; es inútil tomar en cuenta el número de víctimas que caigan en vista del bien que de tales castigos ha de resultar.

El deber de todo gobierno que tiene conciencia de su personalidad y de su ser es no solamente gozar de los privilegios, sino cumplir los deberes que como gobierno tiene y procurar el bien común, aunque sea a costa de enormes sacrificios.

 

Para que un gobierno sea verdaderamente fuerte, inconmovible, es necesario que haga brillar el prestigio de su poder, lo que no se obtiene sino por la inflexibilidad majestuosa de su fuerza, que ha de llevar consigo las señales de la inviolabilidad mística de la elección divina [ellos mismos se contradicen, puesto que aunque mantienen que es inevitable que esto sea así porque es lo que tiene que suceder, al mismo tiempo afirman en muchas ocasiones que una serie de sucesos podrían evitar que sea así, y que estos deben ser evitados: no hacen el mal “por que no queda más remedio”, sino que quieren hacer el mal].

Tal era hasta hace poco tiempo la autocracia rusa, que constituía nuestro único enemigo serio en el mundo con el Pontificado de la Iglesia Católica [supongo que esto es propaganda zarista, porque el Vaticano también está poseído por ellos].

 

Recordad el ejemplo de Italia inundada de sangre, que no tocó, sin embargo, un solo cabello de la cabeza de Sila que tanta de esa sangre había derramado [exactamente como los sionistas han hecho tras el exterminio nazi].

 

Sila, a los ojos del pueblo, era como un Dios por su poder; y, a su audaz regreso a Italia, ese pueblo martirizado por él, lo deificó, lo hizo intocable… Así el pueblo no se atreve a tocar a quien ha sabido hipnotizarlo por su valor y su fuerza de voluntad.

Mientras llega el tiempo de nuestra dominación, crearemos y multiplicaremos las logias masónicas en todos los países del mundo, atraeremos a ellas a todos los que son y pueden ser agentes aptos. Estas logias formarán nuestro principal centro de enseñanzas y el medio mejor de nuestra influencia y difusión de nuestras actividades.

 

Concentraremos todas esas logias en un gobierno solamente conocido por nuestros sabios. Las logias tendrán su representante, detrás del cual quedará oculto el gobierno de que hablamos [tal como los Róthschild financiaron realmente los Illuminati, pero se escudaron detrás de un testaferro que es el que siempre aparece en los libros y no ellos, el famoso Adam Weishaupt], y ese representante será el que dé la palabra de orden y el programa.

 

Formaremos en esas logias el núcleo de todos los elementos revolucionarios y liberales.

En su composición caben como elementos todas las clases sociales. Los proyectos políticos más secretos nos serán conocidos y caerán bajo nuestra dirección aun antes que aparezcan.

 

En el número de miembros de esas logias estarán casi todos los agentes de policía nacional e internacional (como sucedió en el asunto Azeff), pues sus servicios son insustituibles para nosotros; la policía puede no solamente tomar providencias contra los recalcitrantes, sino también encubrir y solapar nuestros actos, crear pretextos de descontento, etc..

 

Los que ingresan en las sociedades secretas, de ordinario son los ambiciosos, los aventureros, y en general, hombres ligeros en su mayor parte, con los cuales no tendremos dificultad para ponernos de acuerdo para la realización de nuestros proyectos.

Si se producen desórdenes, esto será indicio de que tenemos necesidad de provocarlos para destruir una solidaridad excesiva. Si surge algún complot en su seno, al que hay que señalar como verdadero autor no hay que ir a buscarlo sino entre nuestros más fieles servidores.

 

Es natural que sea alguno de nosotros, pues nadie más que nosotros manejamos los asuntos de la masonería, porque sabemos a dónde vamos, conocemos el objetivo final de toda acción, mientras que los Gentiles nada saben, ni aun del resultado inmediato; ordinariamente se contentan con un éxito momentáneo de amor propio en la ejecución de sus planes, sin fijarse siquiera en que esos planes no se deben a su iniciativa, sino que les fueron sugeridos por nosotros.

Los Gentiles entran en las logias por curiosidad, o si no, con la esperanza de que ello les sirva para poder obtener un puesto en el banquete del presupuesto público; algunos, para tener oportunidad de poder expresar públicamente sus sueños irrealizables que no pasan de desvaríos; están sedientos de la emoción que produce el éxito, y acarrean los aplausos, cosas de que nunca nos mostramos parcos ni avaros.

 

También les proporcionamos éxitos, para aprovecharnos de la satisfacción que sienten de sí mismos, la que a la vez nos proporciona la facilidad de que estos hombres acepten nuestras sugestiones sin recelo ni precaución alguna y enteramente convencidos de que expresan sus propias ideas y de que son incapaces de apropiarse las de otros…

No podéis imaginaros cómo se puede llevar a los Gentiles más inteligentes hasta la más inconsciente simplicidad a condición de dejarlos satisfechos de sí mismos y al mismo tiempo, cuan fácil es desanimarlos con el más insignificante fracaso, aunque no sea sino negándoles el aplauso, y lo fácil que es someterlos a la más servil obediencia a fin de obtener un nuevo éxito…

 

(Yo he sufrido este tipo de abuso psicótico por parte de alguien que luego descubrí que era un Iluminati pro-Nuevo Orden Mundial; también lo sufrí por parte de una persona "judía" casada con una figura relevante del mundo de las finanzas, en cuya conversación me dijo que el sufrimiento de los inocentes no debía atormentarme, que debía "aceptar el Mal", y que "la Conciencia es basura"... poco después me endiñó un librucho de propaganda sionista - supongo que sobra decir que obviamente se trata de una persona sabateana colaboradora de la Cruz Roja, que está llena de infiltraciones de estos poderes).

Mientras los nuestros tienen en poco el éxito con tal que logren realizar sus designios, los Gentiles están prontos a sacrificar todos sus proyectos a cambio de un éxito ruidoso [su cómica manera de infravalorarnos es lo que hará que les venzamos, amigos Goyim].

 

Esta psicología nos facilita notablemente el trabajo de dirigirlos.

 

Tigres en apariencia, tienen almas de cordero y sus cabezas están completamente vacías [aquí está el Tigre Goy cuya mente ha descifrado vuestro galimatías epigráfico dándoos dentelladas... ¿quién es el siguiente?].

Les hemos dado como distintivo bufonesco el sueño o desvarío de la absorción de la individualidad humana por la unidad simbólica del colectivismo; y ellos no han comprendido, ni comprenderán en mucho tiempo, que esta bufonada es una violación evidente de la más importante de las leyes de la naturaleza, que creó después del primer día de la creación, cada ser distinto de los demás, precisamente para que su distinción afirmara su individualidad.

El que nosotros hayamos podido inducirlos a aceptar ciegamente esta necedad ¿no prueba con evidencia palpable hasta qué punto su inteligencia es inferior a la nuestra? Esta circunstancia es la principal garantía de nuestros éxitos.

 

¡Con qué claridad vieron las cosas nuestros sabios al decir que para llegar a nuestro fin no debíamos detenernos ante los medios ni contar el número de víctimas sacrificadas!

¡NOSOTROS NO HEMOS CONTADO A LOS IMBÉCILES GENTILES Y AUNQUE HAYAMOS SACRIFICADO A MUCHOS DE LOS NUESTROS [como antes dije, todos ellos aceptan el sacrificio como algo natural para llevar a cabo el plan, disfrazando así la cara del poder, pero siempre es la misma], HEMOS DADO SOBRE ESTA TIERRA A NUESTRO PUEBLO [”sobre esta tierra a nuestro pueblo”... Mmm, suenan "como si fueran extraterrestres"...] UN PODER QUE JAMÁS SE HABRÍA ATREVIDO A SOÑAR!

Las víctimas, relativamente pocas de los nuestros, lo han salvado de su ruina [aquí está la gran prueba: a lo largo de la historia el pueblo judío es el que más gente ha visto siendo masacrada, y sin embargo estos supuestos “judíos” dicen contar con pocas bajas, luego no son verdaderos “judíos”, aquí lo acaban de reconocer... ¡se les escapó!].

 

La muerte es el fin inevitable de todos. Mejor es acelerar el fin de aquellos que ponen obstáculos a nuestra obra, que no el de nosotros que somos los que a esa obra hemos dado el ser.

A los Francmasones les damos muerte de manera que nadie, excepto sus hermanos, ni aun las mismas víctimas, pueden sospechar de su condenación.

 

Todos mueren, cuando es necesario, como de una enfermedad natural… [tengo un familiar masón que murió en un supuesto “accidente”, precisamente; fíjense en Kirchner, Castro, Chávez, Morales, todos ellos 'miembros o testaferros de la hermandad', padeciendo cáncer o enfermedades graves simultáneamente cuando son obstáculos para la siguiente etapa del Plan]

 

Sabiendo esto, ni la hermandad misma se atreve a protestar. Estas medidas han desterrado y extirpado de la masonería todo germen de protesta.

A pesar de que a los Gentiles predicamos el liberalismo, a nuestro pueblo y a nuestros agentes los tenemos bajo una obediencia absoluta. Gracias a nuestra influencia, la ejecución de las leyes de los Gentiles ha quedado reducida al minimum. El prestigio de la ley está minado por las interpretaciones liberales que nosotros hemos introducido.

 

En las causas y cuestiones políticas v de principios, los tribunales deciden como nosotros les ordenamos; ven las cosas a la luz que nosotros les presentamos.

 

Para todo esto nos servimos, como intermediarios, de personas con las que nadie cree que tenemos nada de común; nos servimos de la opinión, de la prensa y de otros medios [testaferros, como Icke suele demostrar].

Los senadores mismos y la administración superior aceptan ciegamente nuestros consejos. La inteligencia netamente animal de los Gentiles es incapaz de análisis y observación, y más todavía, de prever hasta dónde puede llegar una cierta manera de presentar las cuestiones [sí los hay: esos que somos llamados “conspiranoicos” y a los que nos consideran “enfermos”. Enfermos, sí... de la lucidez que quieren robarnos].

 

En esta diferencia de aptitudes que hay entre nosotros y los Gentiles para pensar, se puede ver claramente el sello de nuestra elección y la marca de nuestra humanidad [cierto, pues este documento es en sí mismo, sobre todo, “humano”, seguro...].

La inteligencia de los Gentiles es instintiva, animal. Ellos ven, mas no prevén ni inventan (excepto cosas materiales).

 

Por aquí se ve claramente que la naturaleza misma nos tiene destinados a dirigir y gobernar el mundo [acaso se consideran... ¿de otra especie?]. Llegado el tiempo que gobernemos abiertamente y que mostremos al pueblo los beneficios de nuestro gobierno, compraremos todas las legislaciones: nuestras leyes serán breves, claras, sólidas, sin comentarios y tales que todos las pueden conocer.

La nota sobresaliente de ellas será la obediencia a las autoridades llevada a un grado sumo.

 

Entonces desaparecerán todos los abusos como consecuencia de la responsabilidad de todos, hasta el último, ante la autoridad superior del representante del poder. Los abusos de autoridad de los funcionarios inferiores serán castigados con tal severidad, que a nadie le quedarán deseos de ensayar sus propias fuerzas [al vivo modo de la “República” de Platón, que según he descubierto es una obra de culto para los “Illuminati”].

Seguiremos con ojo vigilante cada acto de la administración de que depende el mecanismo de la máquina de gobierno, pues el libertinaje en el gobierno produce el libertinaje en todas las clases. Todo caso de ilegalidad y todo abuso será castigado de manera ejemplar. El encubrimiento, la complicidad solidaria entre los funcionarios, desaparecerán con los primeros ejemplos de un castigo riguroso.

El prestigio de nuestro gobierno exige castigos eficaces, es decir, crueles, por la menor infracción de las leyes, pues toda infracción es un atentado al alto prestigio de la autoridad.

 

El que resulte condenado será indefectiblemente castigado por su delito; será como el soldado caído en el campo de batalla gubernativo, por la autoridad, los principios y las leyes que no toleran que los intereses privados especulen con los cargos públicos, ni aun tratándose de los que guían el carro de la Sociedad.

Nuestros jueces sabrán que si buscan el elogio de una imprudente blandura, violan la ley de la Justicia que ha sido instituida para ordenar a los hombres por medio del castigo de los delitos, y no para que el juez haga ostentación de la bondad de su alma [ni siquiera el Marqués de Sade lo hubiera expresado mejor].

Es permitido hacer esas manifestaciones de bondad y de estas cualidades en la vida privada, pero no en el campo de la vida pública, que es como la base y fundamento de la educación de la vida humana.

 

Nuestro personal judicial no prestará servicios pasados los cincuenta años de edad, pues los ancianos son más obstinados en sostener sus opiniones preconcebidas y están menos dispuestos a obedecer las nuevas ordenanzas, y en segundo lugar, porque esto nos permitirá más fácilmente renovar el personal, que así nos será más sumiso: quien quiera conservar su empleo, deberá obedecer ciegamente para merecer este favor.

Generalmente, nuestros jueces serán escogidos exclusivamente por nosotros entre aquellos que comprendan que su papel es el de castigar y aplicar leyes [léase entre líneas: fascismo]; no el de hacer ostentación de liberalismo con detrimento del Estado, como lo hacen al presente los Gentiles.

 

Los cambios de personal servirán también para afirmar la solidaridad de los colegas y los tendrán a todos más estrechamente ligados a los intereses del gobierno del que depende su suerte. La nueva generación de jueces será educada de tal manera que considerará inadmisibles los abusos que puedan atacar el orden establecido en las relaciones de nuestros súbditos entre sí.

Hoy, los jueces Gentiles, no teniendo una idea exacta de su deber, se manifiestan indulgentes con todos los crímenes, porque los actuales gobernantes, al nombrar para este cargo a los jueces, no tienen cuidado de inspirarles el sentimiento de ese deber y la conciencia de la labor que su cargo exige [hoy día cualquiera sale libre: es el extremo opuesto].

Así como los animales hacen salir a su prole en busca de la presa, los Gentiles confían a sus súbditos estos puestos proporcionándoles una buena renta, sin preocuparse de hacerles comprender el fin para que tales cargos han sido establecidos. Por eso los gobiernos se destruyen a sí mismos con sus propias fuerzas y con los actos de su administración.

 

Saquemos, pues, del resultado ya conocido de estos actos una lección más para nuestro gobierno.

Desterraremos el liberalismo de todos los cargos importantes de nuestra administración; de esto dependerá la educación de nuestros subordinados con relación al orden social. A esos cargos serán admitidos solamente los que hayan sido educados para ellos por nosotros. Se nos podrá objetar que el retiro de los funcionarios ocasionará fuertes gastos al Erario.

 

Respondemos desde luego que previamente se les proporcionará un empleo particular para compensarlos del que se les quita en la administración pública; y en segundo lugar, que estando en manos de nuestro gobierno todo el dinero del mundo, éste no teme los gastos excesivos.

Nuestro absolutismo será consecuente en todo. Por esta razón nuestra poderosa voluntad será respetada y ejecutada sin objeción alguna siempre que ordenemos. No tendrá ella en cuenta murmuraciones ni descontentos; cualquier rebeldía será reprimida con castigos ejemplares.

 

El derecho de casación quedará abolido, sin que nadie, sino nosotros, los gobernantes, pueda recurrir a él, porque no debemos permitir que nazca en el pueblo la idea de que haya podido dictarse una sentencia injusta por jueces que han sido nombrados por nosotros.

 

Si algo de esto llegase alguna vez a suceder, nosotros mismos casaremos la sentencia; pero aplicando al mismo tiempo al juez un castigo tan ejemplar, por no haber sabido comprender su deber y su cargo, que semejantes casos no se repetirán.

Una vez más insisto en que nosotros tendremos conocimiento de todos los pasos de nuestra administración, que basta vigilar para que el pueblo esté contento de nosotros, porque hay derecho de exigir a un buen gobierno buenos funcionarios. Nuestro gobierno tendrá, por su parte, cierta semejanza con una tutela patriarcal o paternal. Nuestro pueblo y nuestros súbditos verán en él un padre que conoce a fondo todas las necesidades, todos los actos, todas las relaciones de sus súbditos entre sí y con el gobierno.

Con esto, los súbditos se penetrarán de tal manera del pensamiento de que es imposible evadir esta tutela y dirección, si quieren gozar de paz y de tranquilidad, que reconocerán la autocracia de nuestro gobierno con un respeto que toque en adoración, principalmente cuando se convenzan de que nuestros funcionarios no deben al pueblo el cargo que desempeñan y en desempeñarlo no hacen más que cumplir ciegamente las leyes.

Quedarán contentos nuestros súbditos de que hayamos reglamentado todo en su vida social, como lo hacen los padres prudentes que quieren educar a sus hijos en el sentimiento del deber y de la obediencia.

 

Pues, los pueblos con relación a nuestra política, y sus secretos, son hijos menores eternamente, como ahora lo son los actuales gobiernos.

Como veis, yo establezco como base de nuestro despotismo el derecho y el deber: el derecho de exigir el cumplimiento del deber, es el primer deber de un gobierno, que es un padre para sus súbditos.

 

Él tiene el derecho del más fuerte, y debe usar de él para dirigir a la humanidad hacia el orden establecido por la naturaleza, hacia la obediencia. En el mundo todo obedece, excepto el hombre, a lo menos a las circunstancias, o a su propia naturaleza, o al más fuerte en todo caso.

Seamos, pues, EL MAS FUERTE en atención al bien [yo, que soy un excéntrico, lo llamo “el Mal”].

Debemos saber sacrificar sin vacilaciones a los individuos aislados, violadores del orden establecido, porque hay una gran fuerza educadora en el castigo ejemplar del mal. Si el rey de Israel pone sobre su frente la corona que le ofrecerá Europa, él será el patriarca del mundo [la viva imagen de hoy día, con la relación entre la UE controlada por el BCE controlado veladamente por los Róthschild, y el Israel en su aplastante mayoría financiado por ellos, haciendo que el mundo occidental se postre a los pies de Israel].

 

Las víctimas necesariamente sacrificadas por él para que pudiera llegar a este trono [notable referencia velada al entonces futuro exterminio nazi], no igualarán jamás en número, a los sacrificados durante tantos siglos de locura y de grandezas por la rivalidad de los príncipes y gobiernos Gentiles.

Nuestro rey estará en contacto constante con el pueblo; le dirigirá la palabra desde la tribuna, y la ya citada oficina central de noticias difundirá simultáneamente su palabra por todo el mundo [al más puro estilo del Gran Hermano de Orwell; adivinen señores sionistas: no queremos a su falso rey, ni toleraremos que lo impongan].
 

 


PROTOCOLO XVI
Con el fin de destruir todas las fuerzas colectivas, excepto las nuestras, suprimiremos las universidades, primera etapa del colectivismo, y fundaremos otras con un espíritu nuevo.

 

Sus jefes y profesores serán preparados secretamente en su labor, por programas de acción secretos y minuciosos, sin poder apartarse de ellos en ningún punto. Serán nombrados con especial prudencia y en todo dependerán del gobierno. Excluiremos de la enseñanza el Derecho Cívico, así como todo lo demás que tenga relación con las cuestiones políticas.

Estas materias serán enseñadas a unas cuantas decenas de individuos seleccionados en virtud de sus aptitudes sobresalientes. Las universidades no deben dejar salir de sus aulas a esos picos de oro forjadores de constituciones como si compusieran comedias o tragedias y que se ocupan en cuestiones políticas de las que ni sus padres comprendieron jamás una palabra.

 

El falso conocimiento que tienen los hombres de esta materia [”los hombres”... ¿es que acaso Ellos no son hombres?], las más veces ha dado origen a los utopistas y a los malos ciudadanos: a vuestra vista está lo que la educación general de hoy ha hecho de los Gentiles [de nuevo muestran su cinismo: primero reconocen que ellos han envenenado todo, y luego dicen “¿veis como todo esta envenenado? ¡Hay que gobernar el mundo!”..., este tipo de auto-sugestión necia, engreída, y auto-indulgente es propia de los satanistas].

Hemos tenido necesidad de inyectar en su educación todos esos principios que tan brillantemente nos han servido para debilitar su orden social [¿ven ustedes lo que decía antes?]

 

Pero una vez que nos hayamos adueñado del poder, proscribiremos de la educación todas las materias de enseñanza que pueden traer el desorden, y haremos de los jóvenes, niños obedientes a las autoridades y amantes de los que gobiernan, como un apoyo y una esperanza de paz y de tranquilidad [eso ya está pasando].

Reemplazaremos el Clasicismo, haciendo otro tanto con el estudio de la historia antigua que presenta más ejemplos malos que buenos para el estudio del programa del porvenir.

 

Borraremos de la memoria de los hombres todos los acontecimientos de los siglos pasados que no nos son gratos, no conservando sino los que dan a conocer las faltas de los gobiernos Gentiles [que conste que esto salió a la luz décadas antes que la novela de Yorch Órwel, pero resulta que es idéntico].

La vida práctica, el orden social natural, las relaciones de los hombres entre sí, la obligación de evitar los malos ejemplos del egoísmo, que siembran la semilla del mal [eso lo dicen los que reconocen que quieren instaurar un rey absoluto del mundo para nutrirse del mayor poder posible mientras corrompen la sociedad], y otras cuestiones semejantes de carácter pedagógico quedarán en la primera línea del programa del porvenir, en la enseñanza de cada profesión, que según ella sea, será distinto, y que no generalizará la enseñanza bajo cualquier pretexto.

Esta forma de plantear la cuestión tiene una importancia particular. Cada clase social debe ser educada dentro de los límites precisos, de conformidad con el destino y el trabajo que le son propios.

 

Los genios potentes siempre han sabido y sabrán deslizarse entre las otras clases; pero dejar entrar en clase extraña a los que pueden considerarse como valores negativos, permitirles usurpar el lugar que correspondería a otros por el nacimiento y la profesión al igual que a esos mismos genios excepcionales, es una verdadera locura [así que el éxito del que se lo merece por su propio talento natural es una locura, pero dominar el mundo porque “somos el pueblo elegido” no lo es... interesante mamarrachada].

Vosotros sabéis qué consecuencias ha tenido para los Gentiles este absurdo manifiesto.

 

Para que el gobierno tenga el lugar que le corresponde en los corazones y el ánimo de sus súbditos, es necesario que mientras dure se le enseñe al pueblo en las escuelas y en las plazas públicas la importancia del gobierno y cuáles son sus deberes [como la infame asignatura adoctrinadora de España, “Educación para la Ciudadanía”, que debería haberse llamado “Adoctrinamiento para el Conformismo”], y en qué cosas su actividad puede contribuir al bienestar del mismo pueblo.

 

Aboliremos toda enseñanza libre [ya está pasando].

Los estudiantes tendrán el derecho de unirse con sus padres en los establecimientos escolares, como se acostumbra hacerlo en los clubes y en los días de fiesta, los profesores darán conferencias, de las llamadas libres, acerca de las relaciones de los hombres entre sí; sobre las leyes de la imitación; sobre los malos resultados de la competencia ilimitada; en fin, sobre filosofía de las nuevas teorías que el mundo todavía no conoce [el “Plan Bolonia” de la universidad actual va en esa dirección].

Haremos de estas teorías un dogma y nos serviremos de ellas para atraer a los hombres a nuestra fe.

Al terminar la exposición de nuestro programa de acción en el presente y en lo futuro, os expondré las bases de esas teorías. En una palabra, sabiendo por la experiencia de muchos siglos, que los hombres viven y se dirigen por las ideas; que éstas no les son inculcadas sino por la educación impartida con igual resultado a todas las edades con procedimientos diferentes, entiéndase bien: nosotros adoptaremos y nos asimilaremos en provecho nuestro los últimos resplandores o destellos del pensamiento independiente que desde tiempo atrás venimos dirigiendo hacia las materias e ideas que nos son necesarias.

El sistema de represión del pensamiento ya está en vigor en el método llamado Enseñanza por medio de la imagen, que debe transformar a los Gentiles en animales dóciles, que no piensen, que necesiten la representación por las imágenes para comprenderlas…

 

(Actualmente los libros de texto están llenos de dibujos idiotas; los profesores hacen dibujos idiotas en las pizarras; se ven películas en lugar de libros (si pueden ser de dibujos animados y cortas, mejor); se hacen conferencias representándolo todo innecesariamente con dibujos idiotas en las presentaciones; los profesores tratan de proyectar imágenes para cosas que podrían explicar mediante la inteligencia; no hacen más que medrar las carreras de “imagen”, etc...)

En Francia, uno de nuestros mejores agentes, Burshoa, ha divulgado el nuevo programa de educación por medio de la imagen.
 

 


PROTOCOLO XVII
El Foro ha producido hombres crueles, fríos, testarudos, sin principios, que se colocan siempre en un terreno impersonal netamente legal [no como estos “buenazos”, ¿verdad?].

 

Se proponen a todo trance la defensa y no el bien social. De ordinario no rehúsan defensa alguna tratando de obtener la más alta recompensa por su labor y aferrándose a las argucias de la jurisprudencia: esto es lo que ha desmoralizado a los tribunales [¡pero si ésa es justo la doctrina de Ellos! Como se ve, el cinismo a veces no conoce límites].

 

Por todo esto, permitiendo esta profesión dentro de ciertos límites, haremos a sus miembros funcionarios ejecutivos.

A los abogados, lo mismo que a los jueces, se les privará del derecho de comunicarse con los litigantes: recibirán las causas del tribunal; las estudiarán según las memorias y los documentos de los relatos judiciales, defendiendo a sus clientes conforme a los interrogatorios del tribunal, una vez que esté terminado el esclarecimiento de los hechos [he tenido que defenderme en procesos, que gracias a la nueva ley de “juicios rápidos” ni siquiera me han permitido una entrevista en privado para hablar a gusto con mi abogado].

 

Los honorarios que percibirán serán independientes de la calidad de la defensa [como el abogado de oficio que es al único que pude recurrir por la rapidez del proceso]. De esta manera tendremos una defensa honesta e imparcial, dirigida no por el interés, sino por la convicción [si Ellos lo dicen...].

Esto suprimirá también la corrupción actual de los asesores, a los que no consentiremos más que en el caso que aquel que pague sea el que gane una causa. Hemos tenido buen cuidado de desacreditar la clase de los sacerdotes Gentiles y de desorganizar por este medio su ministerio, que mucho podría en la actualidad perjudicarnos.

Su influencia sobre los pueblos decrece más cada día. La libertad de conciencia está hoy proclamada en todas partes. Por lo tanto, sólo algunos años tendremos que esperar para ver la ruina completa de la religión Cristiana; lograremos aún más fácilmente la completa extinción de las demás religiones; pero es demasiado pronto para hablar de ello.

Al clericalismo y a los clericales los meteremos dentro de marcos tan estrechos, que su influencia será casi nula en relación con la que tuvieron en épocas pasadas. Pero, cuando los pueblos se echen encima de ellos asumiremos el papel de defensores para evitar el derramamiento de sangre. Por esta línea curva, penetraremos dentro de la fortaleza, y por nada la abandonaremos hasta arruinarla completamente.

El rey de los judíos será el verdadero papa del universo, el patriarca de la Iglesia internacional.

 

Pero mientras no hayamos educado a la juventud en las nuevas creencias de transición, y después en las nuestras, no tocaremos de una manera manifiesta a las iglesias cristianas existentes; pero lucharemos contra ellas por medio de la crítica, provocando las disensiones.

En general, nuestra prensa contemporánea revelará los negocios de estado, de las religiones, la ineptitud de los Gentiles, todo ello en términos lo más indecentes para infamarlos de todas maneras, COMO EXCLUSIVAMENTE SABE HACERLO EL GENIO DE NUESTRA RAZA [ya saben, se refiere a los linajes sionistas Illuminati, no a los propios judíos].

Nuestro reinado será la apología del reinado de Vishnu, que es su símbolo: de nuestras cien manos cada una tendrá un resorte de la máquina social ["Los Simpson", serie hecha por "judíos" (o sea, sabateanos sionistas de la red Rothschild), para corromper a la juventud, presentaba un episodio donde se veía a Vishnu controlando máquinas que controlaban el mundo desde el centro de la tierra].

 

Todo lo veremos sin la ayuda de la policía oficial, que tal como la hemos formado, en la actualidad no deja a los gobiernos Gentiles que vean todo lo que sería necesario [la famosa "bofia"].

Conforme a nuestro programa un grupo de terceras personas vigilará a los demás, y esto no por otro móvil que el sentimiento del deber y por servir al Estado voluntariamente. Entonces no se considerará deshonroso servir de espía y delator, sino algo digno de alabanza y premio; pero las delaciones mal fundadas serán cruelmente castigadas, para que no haya abusos en este sentido.

 

Nuestros agentes serán sacados lo mismo de las altas clases sociales que de las bajas; de la burocracia que se divierte; de entre los editores, libreros, impresores, dependientes de comercio, obreros, cocheros, lacayos, etc.

Esta policía desprovista de derechos, sin autorización para obrar por sí misma, y por lo tanto, sin poderes, no hará otra cosa sino servir de testigo y presentar sus denuncias: la comprobación de las denuncias y las aprehensiones dependerán de un grupo de Directores de los asuntos policíacos, las aprehensiones serán efectuadas por el cuerpo de gendarmes y por la policía municipal.

 

El que no presente su informe o denuncia de lo que haya visto u oído, sobre cuestiones políticas, será considerado igualmente como culpable del delito de encubridor o como cómplice, lo mismo que si hubiera cometido ambos delitos.

Del mismo modo que hoy nuestros hermanos están obligados bajo su responsabilidad, a denunciar ante la comunidad a los renegados o a toda persona que emprenda cualquier acción contraria a esa misma comunidad [Kennedies tiroteados, por ejemplo], así en nuestro reino universal será obligatorio para todos nuestros súbditos servir al Estado en esa misma forma [como los judíos pertenecientes a la policía del Judenrat vigilando los campos donde los nazis masacraban a su propia gente].

 

Esta organización destruirá los abusos de la fuerza, de la corrupción y todo aquello que nuestros consejos y nuestras teorías de los derechos del hombre han introducido en las costumbres de los Gentiles [crean el problema y venden la solución].

Pero ¿cómo si no hubiéramos podido obtener que se multiplicaran los motivos de desorden en sus gobiernos? ¿Por qué otros medios más aptos? Ciertamente, uno de los más importantes son los agentes a cuyo cargo está la conservación y el restablecimiento del orden.

A éstos hay que dejarlos en condiciones de que puedan manifestar y desarrollar sus malas inclinaciones y caprichos, de que abusen, en fin, de sus poderes, y al primer Jefe, aún de que pueda aceptar de vez en cuando sus vasos de vino.
 

 


PROTOCOLO XVIII
Cuando sea necesario aumentar las medidas de precaución por medio de la policía (que tanto desprestigian a los gobiernos), simularemos desórdenes y manifestaciones de descontento valiéndonos para ello de buenos oradores [”Banderas Falsas”].

Las personas que efectivamente alimenten sentimientos contrarios a nosotros, se unirán a aquellos que van desempeñando el papel que nosotros les hemos encomendado.

 

Esto nos dará pie para autorizar pesquisas, cacheos y vigilancias especiales, para las que nos valdremos, como agentes, de los servidores que hayamos entresacado de la policía de los Gentiles.

 

Como la mayoría de los conspiradores lo son por amor al arte, y por fanfarronada, no les causaremos daño alguno mientras no lleguen a vías de hecho; lo único que haremos será tenerlos bien vigilados [esto debería responder a los que dicen “si esta teoría de la conspiración es verdad y hay un complot del gobierno para taparlo, ¿porque no matan al que ha hecho el documental que supuestamente lo demuestra?” Ahí lo tienen].

No hay que olvidar que el prestigio del poder se menoscaba si con frecuencia se descubren conspiraciones; esto implica una confesión de la impotencia del gobierno, o lo que es todavía peor, de la injusticia de su propia causa.

 

Vosotros no ignoráis que el prestigio de los reyes y gobernantes Gentiles lo hemos destruido nosotros por medio de frecuentes atentados cometidos por nuestros agentes, que no son sino estúpidos borregos de nuestro rebaño; es cosa agradable impulsar al crimen por medio de unas cuantas frases de sabor liberal, con un tinte político [¡es un placer!].

Obligaremos a los gobernantes a reconocer su impotencia por las medidas de seguridad que se verán obligados a tomar manifiestamente, y por este medio, aminoraremos el prestigio.

Nuestro gobierno será custodiado por una guardia secreta, que casi nadie advertirá, porque no admitimos ni siquiera la idea de que pueda existir un partido o facción contrarios, que no esté en condiciones de combatir y que tuviera que cuidarse de ellos.

 

Si admitimos esta idea, como lo hacen todavía los Gentiles, habríamos firmado una sentencia de muerte, si no la del soberano mismo, la de su dinastía en un porvenir no lejano [dado que yo he descubierto su complot y he dejado sus planes al aire, incluyendo éste, digamos que esa “sentencia de muerte” ya acaba de ser firmada, ¿qué os parece este Goy, desgraciados?].

Según las apariencias rigurosamente observadas, nuestro gobierno no se servirá del poder sino para bien del pueblo, y no para provecho personal ni de su dinastía.

 

Así, guardando esta conducta honrada y decorosa, su poder será honrado y respetado y defendido por sus mismos súbditos; se le adorará bajo la idea de que el bienestar de cada uno de los súbditos depende del orden y de la economía social… [así que reconocen que en realidad no depende de ello... al fin una verdad entre tanto cinismo]

Cuidar al rey de una manera manifiesta y visible sería reconocer la debilidad de la organización del gobierno. Nuestro rey, cuando se encuentre en medio de sus súbditos, estará siempre rodeado de una multitud de hombres y mujeres que parecerán curiosos que ocupan las primeras filas cerca de él, por mera casualidad, y que detendrán las filas de los demás, como para evitar el desorden.

Esto será un ejemplo de moderación.

 

Si entre la multitud hubiere algún pretendiente que se empeñe en hacer llegar al soberano su petición, esforzándose por abrirse paso a través del pueblo, los que se encuentren en las primeras filas deberán tomar la solicitud del peticionario de sus manos y a su vista hacerlo llegar a las del soberano, para que todos sepan que llegó a su destino y para que al mismo tiempo comprendan que hay un control, algo que impide que cualquiera pueda llegar hasta él.

Con la institución de una guardia oficial desaparece el prestigio místico del poder. Cualquier hombre dotado de cierta audacia se cree dueño del poder, el faccioso no desconoce su fuerza y acecha la ocasión de acometer cualquier atentado contra el poder. Cosa muy distinta decimos a los Gentiles en nuestro discurso.

Pero bien vemos cuáles han sido las consecuencias de las precauciones manifiestas y visibles.

 

Arrestaremos a los criminales a la primera sospecha más o menos fundada: el temor de padecer un error, no debe ser motivo para darles facilidades de huida a individuos sospechosos de un delito o de un crimen político, crímenes y delitos para los que no tendremos consideración y debemos ser despiadados [matar gente si éstos les dan mala espina... a eso lo llaman “el Bien”].

Si se puede, forzando un poco el sentido de las cosas, aceptar el examen de motivos en los crímenes ordinarios, no puede haber excusa ninguna para tolerar que alguien se ocupe en cuestiones políticas que nadie, fuera del gobierno, puede entender.

Ni aun todos los gobiernos actuales son capaces de entender la verdadera política.
 

 


PROTOCOLO XIX
Si no admitimos que nadie se ocupe directamente en política, en cambio, estimularemos todo informe o toda iniciativa que invite al gobierno a mejorar la condición del pueblo; lo que nos dará oportunidad de ver los defectos o fantasías e ilusiones de nuestros súbditos, a los que responderemos o con la ejecución del proyecto de que se trate, o con una refutación sensata que ponga de manifiesto la capacidad de sus autores.

Los partidos no son otra cosa que el ladrido de un perrito contra un elefante [muy didáctico].

Para un gobierno bien organizado, no desde el punto de vista policial, sino social, el perrillo ladra al elefante porque ignora el lugar que le corresponde y su valor. Basta demostrar con un buen ejemplo la importancia de cada uno, para que los perrillos dejen de ladrar y se dediquen a menear el rabo tan pronto como ven a los elefantes.

Para despojar al crimen político del prestigio y la aureola del valor, llevaremos a los acusados por estos delitos al banquillo de los delincuentes vulgares, lo mismo que se lleva al ladrón, al asesino y a cualquier criminal despreciable.

 

Entonces la opinión pública confundirá en su interior esta categoría de criminales políticos en la ignominia y vergüenza de los demás, y los castigará con igual menosprecio y repugnancia [reconocen con ello entonces que en realidad no lo son].

Nos hemos propuesto, y creo que lo conseguiremos, impedir a los Gentiles el que puedan ellos combatir los crímenes políticos de esta manera.

 

Con este propósito, por medio de la prensa, en discursos públicos y por los manuales de historia escritos conforme a nuestras miras, hemos hecho LA PUBLICIDAD DEL MARTIRIO, lo que será aceptado por los facciosos a causa del bien común [actualmente los presos etarras en España gozan de calidad de presos políticos y tienen todo tipo de honores, salen libres inmediatamente y celebran conferencias, y además los medios los ponen como sufridores de tortura policial, a pesar de que la gran mayoría son despreciables asesinos de civiles inocentes y hasta de niños que gozan de privilegios asombrosos: es el mundo al revés, y se está llevando a cabo ahora mismo].

Tal reclamo ha aumentado los contingentes de liberales y a miles de Gentiles los ha alistado en nuestro ejército [todos los que tragan el chantaje terrorista].
 

 


PROTOCOLO XX
Hablaremos hoy del programa financiero, que he reservado para final de mi informe como el punto más difícil, culminante y decisivo de nuestros planes.

 

Al tratar este punto, os recordaré lo que ya se dijo en otra ocasión: que el conjunto de nuestros actos se resuelve por una cuestión de cifras.

Llegado el tiempo de nuestra dominación, nuestro gobierno, por su propia seguridad y conservación, evitará a toda costa sobrecargar a las masas populares con impuestos y no olvidará que su papel es el de padre y protector del pueblo.

 

Pero, como la organización de un gobierno tiene un costo elevado, es necesario encontrar los medios adecuados para sostenerlo.

Para esto es preciso ir buscando con todo cuidado el equilibrio financiero. En nuestro gobierno el rey tendrá el goce aparente de la propiedad legal de todo cuanto hay en su Estado (lo que es fácil ejecutar) y podrá, por lo tanto, recurrir a la confiscación de cualquier suma de dinero que juzgue necesaria para regularizar la circulación de moneda en su Estado [puro comunismo (fascismo y comunismo se unen en este documento para dar lugar al peor régimen imaginable)].

 

Por donde se ve que las contribuciones deberán consistir principalmente en un impuesto progresivo sobre la propiedad. De esta suerte, los impuestos serán aumentados sin molestia y sin arruinar, en una proporción de tanto por ciento en relación a la propiedad, y a lo que cada cual posea.

Los ricos tendrán que comprender que su deber es poner a la disposición del Estado una parte de sus sobrantes, ya que él les da garantías y seguridades sobre el resto y el derecho de una ganancia honesta, y digo ganancia honesta, porque el control de la propiedad suprimirá todo robo legal.

 

Esta reforma social debe venir de arriba y su tiempo ha llegado ya, pues se necesita como garantía de paz [sí, paz... la famosa "paz romana"].

La contribución que se exige a un pobre diablo es una semilla de revolución y es perjudicial para el Estado que pierde un provecho de consideración por ir en pos de ruines ingresos y beneficios. Sin tener esto en cuenta, todavía hay algo más: el impuesto a los capitalistas disminuirá el acrecentamiento de riquezas en manos de particulares, en las que han estado concentradas actualmente por nosotros, para contrarrestar la fuerza de los gobiernos de los Gentiles, a saber, las finanzas del Estado.

Un impuesto progresivo producirá una renta mejor que el impuesto proporcional de la actualidad, que no nos sirve sino para provocar agitaciones y descontento entre los pueblos Gentiles. La fuerza que debe servir de base a nuestro rey ha de ser el equilibrio y estabilidad de la paz.

Es necesario que los capitalistas sacrifiquen una pequeña parte de sus rentas para asegurar el funcionamiento de la máquina del gobierno. Las necesidades del Estado, ellos son los que deben cubrirlas, pues sus riquezas les permiten hacerlo sin grave molestia.

 

Esta medida destruirá el odio del pobre contra el rico, en el que aquél verá una fuerza financiera Útil al Estado, sostén de la paz y prosperidad, porque no podrá menos de ver que es el rico el que sufraga los gastos necesarios para obtener estos bienes.

Para que los contribuyentes de la clase pensante no reciban mayor disgusto por estos impuestos, se les dará cuenta del destino de esas sumas, exceptuando las que se distribuyan para las necesidades del trono y de las instituciones administrativas.

 

La persona reinante no tendrá propiedad personal, puesto que todo lo que es del reino es de él, y habría una contradicción entre una y otra cosa: los recursos personales anularían el derecho de propiedad sobre las posesiones de todos [¿lo ven?, el que vive en la mayor tiranía es el propio tirano, algo digno de Satanás, que siembra el Mal y la desgracia, y con ello causa sufrimiento y desgracia en los propios malvados, que son probablemente los que más ayuda espiritual necesitan: los demonios necesitan afecto y compasión para ser liberados de ellos mismos].

Los parientes de la persona real, excepto sus herederos, a quienes sostendrá el Estado, deben colocarse como servidores del mismo o trabajar para adquirir el derecho de propiedad: el privilegio de pertenecer a la familia real no debe servirles de pretexto para saquear el Tesoro público.

La adquisición de una propiedad, la aceptación de una herencia, serán gravadas con un derecho progresivo de sellos o estampillas.

 

La transmisión de una propiedad en dinero o de otra manera no declarada necesariamente nominal, será afectada de un impuesto de tanto por ciento, a cargo del anterior propietario desde el día de la transmisión hasta el día en que el fraude sea descubierto.

 

Los títulos de traslación de dominio deberán ser presentados cada semana al fisco del lugar donde radique la propiedad, con la designación del nombre y apellidos de la familia y de los domicilios del nuevo y antiguo propietario.

Este registro no se exigirá sino cuando se trate de excedentes de una determinada cantidad: los gastos ordinarios de compraventa de artículos necesarios, no serán gravados más que con un derecho mínimo por cada unidad.

¡Calculad cuánto sobrepasarán los productos de estas impuestos a las actuales rentas de los estados Gentiles!

 

La caja de fondo del Estado deberá guardar cierto capital de reserva, y todo el sobrante de este capital deberá ser puesto en circulación. Con las reservas se organizarán trabajos públicos [un estado capitalista, dentro de un estado comunista, dentro de un estado socialista, dentro de un estado fascista, dentro de una república, dentro de una oligarquía elitista, dentro de una autocracia, dentro de un régimen teocrático, dentro de un imperio..., ¡marchando una camisa de fuerza!].

Como éstos son pagados de los recursos del Estado, de allí provendrá que la clase obrera se sentirá fuertemente adherida a los intereses del Estado y a las personas reinantes. Una parte de esas reservas también se destinará al pago de primas por inventos y producción de artículos.

Entonces, sobre esas cantidades fijadas y determinadas, ya no es necesario guardar una sola moneda en las cajas del Estado, pues el dinero se ha hecho para circular y todo estancamiento de dinero repercute en forma perjudicial sobre el funcionamiento del mecanismo del Estado; la falta de lubricación puede entorpecer la marcha normal de ese mecanismo.

 

La situación de una parte del dinero en valores en papel ha producido justamente tal estancamiento.

Las consecuencias de este hecho se han dejado sentir bastante.

Tendremos también un tribunal de cuentas, en el que el gobierno, en cualquier tiempo, tendrá a su disposición el estado detallado de los ingresos y pagos de la nación, excepto el correspondiente al mes en curso no terminado y el del mes precedente, no expedido aún. El único individuo que no tiene interés en saquear las cajas del Estado es su dueño, el gobernante.

 

Por esto su control hará imposibles las pérdidas, las filtraciones y los desfalcos.

La representación que roba un tiempo precioso a los gobernantes en recepciones y otros actos que exige la etiqueta, será suprimida, para que tenga tiempo para otros asuntos a fin de reflexionar sobre ellos y dominarlos. Su poder no quedará a merced de los favoritos que rodean el trono para darle mayor pompa y esplendor, pero que atienden más a sus propios intereses que a los del Estado.

 

Las crisis económicas entre los Gentiles han sido promovidas por nosotros con el único fin de retirar la moneda de la circulación.

Capitales enormes quedaban estancados sustrayendo la plata y el oro de los Estados, que se veían obligados a dirigirse a estos mismos que sustraían esos capitales para obtener oro y plata. Estos empréstitos gravaban las finanzas de las naciones por el pago de los intereses, los que esclavizaban al capital.

La concentración de la industria en manos de los capitalistas que han dado muerte a la pequeña industria ha absorbido todas las fuerzas del pueblo y al mismo tiempo las del Estado. La emisión de moneda actualmente no está en general en proporción con el consumo por cabeza, y no puede, por lo mismo, satisfacer todas las necesidades de los obreros.

 

La emisión de moneda debe estar en relación con el aumento de población, y es necesario que se tome en consideración a los niños, que consumen y cuestan desde que nacen.

La revisión de la acuñación de moneda es una cuestión esencial para el mundo entero. Vosotros sabéis que el patrón oro fue perjudicial para los Estados que lo adoptaron, pues éste no puede dar abasto al consumo o gasto de moneda de plata, mucho menos, cuando nosotros retiramos de la circulación la mayor cantidad posible de oro.

 

Debemos introducir una moneda creada sobre el trabajo, que sea de papel o de madera.

Haremos una emisión de plata de acuerdo con las necesidades normales de cada individuo, aumentando esta cantidad a cada nacimiento y disminuyéndola a cada defunción. Todo departamento, todo distrito llevará sus cuentas con este objeto. Y para que no haya demoras en este envío de moneda argentífera para las necesidades del Estado, las cantidades y la fecha de su remisión deberán fijarse por medio de un decreto del gobierno, con lo que quedará anulada la protección del Ministerio de Hacienda, que no podrá favorecer a una región con perjuicio de otras.

Estas reformas que proyectamos, las presentaremos de manera que no provoquen alarma. Demostraremos la necesidad que hay de ellas como consecuencia del fango en que han caído los desórdenes de los Gentiles en materia hacendaría.

El primer desorden, diremos, consiste en que empiezan por establecer un simple presupuesto que va aumentando año por año; por esta sencilla razón se formula el presupuesto hasta la mitad del año; después se pide un presupuesto reformado que en tres meses es derrochado y todo acaba con un presupuesto de liquidación, y como el presupuesto del año siguiente es votado con arreglo al total del presupuesto general, y el déficit normal anual es de 50 por 100, el presupuesto anual se triplica cada diez años.

Merced a estos procedimientos aceptados por la inconsciencia de los Estados Gentiles, sus cajas se encuentran siempre vacías. Los empréstitos subsiguientes devoran el resto y llevan esos gobiernos a la bancarrota.

 

Todo empréstito demuestra la debilidad del Estado y la incomprensión de sus derechos.

 

Los empréstitos, como la espada de Damocles, están amenazando sobre la cabeza de los gobiernos, que en vez de tomar los que son únicamente necesarios de entre sus propios súbditos, mediante un impuesto provisional, acuden como mendigos con la mano extendida a implorar limosna a nuestros banqueros.

Los empréstitos exteriores son las sanguijuelas que nunca pueden ya despegarse del cuerpo del Estado y que están chupando, si no caen por sí solas o si el Estado no las arroja radicalmente. Pero los Estados Gentiles, lejos de arrancárselas, siguen aplicándoselas, aunque tengan que perecer a consecuencia de estas sangrías voluntarias.

En realidad, ¿qué es por otra parte lo que representa un empréstito, especialmente si éste es exterior? El empréstito es la emisión de letras de cambio del gobierno conteniendo una obligación a cierto interés proporcional al monto del capital por el que se hace el empréstito.

 

Si el empréstito está tasado al 50 por 100, en veinte años el Estado ha pagado sin utilidad ninguna un interés igual al empréstito; en cuarenta años, una suma doble; a los setenta, una triple, y la deuda queda siempre sin amortizar.

Por aquí se verá que bajo la forma de un empréstito individual, el Estado toma hasta los últimos céntimos del pobre, invirtiéndolos en pagar a los ricos extranjeros de los que ha tomado prestado el dinero, en vez de ir acumulando sus riquezas para sus necesidades, sin pagar intereses. Si los empréstitos son interiores, los Gentiles no hacen otra cosa que traspasar el dinero de la bolsa del pobre a la caja de los ricos.

 

Pero una vez que nosotros nos hemos ganado a las personas que nos eran necesarias para hacer que los empréstitos se traspasaran al exterior, todas las riquezas de los Estados pasaron a nuestras capas y todos los Gentiles quedaron reducidos a pagarnos este tributo de vasallaje.

Si la ligereza de los gobernantes Gentiles, en lo relativo a los negocios de Estado, si la corrupción de los ministros, o la ignorancia en materia hacendaría de otros gobiernos han abrumado a sus pueblos de deudas que no pueden reembolsar a nuestras cajas, debéis saber que esto también nos ha costado mucho dinero y grandes esfuerzos…

Nosotros no permitiremos el estancamiento de la moneda, y así no habrá obligaciones sobre el Estado a excepción de una serie de obligaciones al 1 por 100, a fin de que el pago de intereses no entregue el poder del Estado a las sanguijuelas que lo chupan.

 

El derecho de emisión de valores quedará reservado exclusivamente a las compañías industriales que pagarán sin dificultad los intereses con sus utilidades; mientras que el Estado no saca ningún provecho del dinero que se le presta, aunque el préstamo sea para gastar y no para hacer inversión alguna con él.

Los papeles industriales serán comprados por el mismo gobierno, transformándose así de recaudador de impuestos en prestamista por cálculo. Esta providencia hará cesar el estancamiento del dinero, el parasitismo y la prensa que nos eran útiles, mientras los Gentiles eran independientes; pero que no son deseables una vez establecido nuestro gobierno.

¡Es evidente qué escasos de reflexión son los cerebros puramente animales de los Gentiles!

 

Nos tomaban empréstitos con interés, sin reflexionar que debieran haber tomado ese dinero, aun con mayor interés, de las cajas de sus Estados para pagarnos a nosotros. ¿Qué cosa había más fácil que tomar el dinero que necesitaban de sus contribuyentes? Esto demuestra la absoluta superioridad de nuestra inteligencia que supo presentarles el negocio de los empréstitos bajo el aspecto de que eran ventajosos para ellos.

Los cálculos que nosotros presentamos, esclarecidos a su tiempo con la enseñanza de la experiencia de muchos siglos, que los estados Gentiles nos han dado en la materia, se distinguirán por su claridad y certeza, y demostrarán a todos hasta la evidencia la utilidad de nuestras reformas e innovaciones.

 

Pondrán fin a los abusos, merced a los que hemos tenido bajo nuestro poder a los Gentiles, abusos que ya no podrán admitirse en nuestro gobierno.

Estableceremos también nuestro sistema de contabilidad, por el que ni el más insignificante funcionario podrá distraer de su objeto la más pequeña suma, sin que ello sea advertido, ni aun darle siquiera otro destino del que tiene indicado siempre en nuestro plan de acción.

Es imposible gobernar sin un plan definido. Hasta los héroes, que siguen un camino determinado pero sin ciertas reservas, al fin perecen en él. Los gobernantes Gentiles, a los que en otras ocasiones hemos aconsejado que se distrajeran de los negocios de Estado, por medio de las recepciones diplomáticas y de etiqueta y demás diversiones, no eran más que biombos y pantallas tras de los cuales actuaba nuestro gobierno.

Los informes de los favoritos que los reemplazaban en el despacho de los negocios les eran suministrados por nuestros agentes y dejaban siempre satisfechas sus obtusas inteligencias con las promesas para el porvenir de economías y mejoramientos. Pero, economías ¿de qué?, ¿de nuevos empréstitos?. Esto hubieran podido preguntar y no lo preguntaban a aquellos que leían nuestras cuentas y nuestros proyectos.

Bien sabéis hasta dónde los ha conducido semejante apatía y a qué desbarajuste económico han llegado, a cambio de la admirable actividad de sus pueblos.
 

 


PROTOCOLO XXI
Agregaremos a lo que tratamos en la reunión precedente una explicación detallada de los empréstitos interiores.

 

Sobre el empréstito interior nada nos queda por decir, sino que ellos llenaron nuestras arcas con el dinero de las naciones cristianas; pero para nuestro gobierno ya no habrá ningún extranjero, supuesto que todo el mundo será nuestro dominio, y por lo tanto, nada habrá que sea extraño a nuestro gobierno.

La corrupción de los administradores y la desidia de los gobernantes las hemos aprovechado para recibir sumas dobles, triples y aun mayores, prestando a los gobiernos Gentiles más de lo que sus Estados necesitan. ¿Quién podría decir cosa igual respecto de nosotros? Por esto voy a exponer detalladamente el punto relativo a los empréstitos interiores.

Cuando se lanza un empréstito, los Estados abren una suscripción para la compra de las obligaciones o bonos del mismo. Para que estas obligaciones estén al alcance de todas las fortunas, se emiten cupones de 100 a 1.000 monedas; al mismo tiempo se hace una rebaja a los primeros suscriptores.

 

Al día siguiente hay un alza de precio artificial, motivada, según dicen, por el exceso de demanda de los bonos, pues todo el mundo se echa a buscarlos.

Pocos días después se corre la voz de que las cajas del tesoro están atestadas de dinero y no se sabe ya dónde guardarlo (¿por qué, pues, seguir tomándolo?). La suscripción excede muchas veces la emisión del empréstito: ¡tan grande es la confianza que hay en las letras de cambio del gobierno! Pero cuando la comedia ha terminado, nos encontramos delante de un pasivo que acaba de contraerse, pasivo demasiado gravoso.

Para el pago de los intereses es necesario recurrir a nuevos empréstitos que no absorben sino que aumentan la deuda principal. Una vez agotado el crédito, se necesita recurrir a nuevos impuestos, y éstos sirven no para cubrir el empréstito, es decir la deuda contraída, sino sólo para pagar los intereses del mismo.

 

Resultando que estos impuestos son un pasivo empleado en cubrir el pasivo anterior…

Viene después el tiempo de las conversiones que disminuyen solamente el pago de (o mejor dicho el monto) los intereses, pero sin amortizar la deuda, conversiones que, además, no pueden hacerse sin el consentimiento de los que cubrieron el empréstito, o sea los prestamistas. Al anunciarse una conversión, se ofrece devolver el dinero a los que no estén dispuestos a aceptarla.

 

Si todos expresan su deseo de recobrar su dinero, el gobierno queda preso en sus propias redes y se encuentra imposibilitado de cumplir su oferta.

Afortunadamente, los súbditos de los gobiernos Gentiles, poco versados en negocios financieros, siempre han optado por sufrir la pérdida consiguiente a la baja de interés mejor que correr el riesgo de nuevas inversiones de su dinero, con lo que muchas veces han dado a los gobiernos las facilidades necesarias para poder descargarse de un pasivo de muchos millones.

En la actualidad, con las deudas exteriores, los Gentiles no piensan en hacer nada semejante, sabiendo, como saben, que nosotros exigiremos todo nuestro dinero. Así una bancarrota manifiesta demostrará a las naciones la falta absoluta de unión entre los intereses de los pueblos y los gobiernos.

Reclamo toda vuestra atención sobre este hecho y los que a continuación mencionaré. Hoy todos los empréstitos interiores están consolidados por las deudas llamadas flotantes, esto es, por deudas cuyo pago es más o menos cercano. Estas deudas están constituidas por el dinero colocado en las cajas de ahorro y en las cajas de reserva.

 

Como estos fondos quedan por largo tiempo en manos de los gobiernos, se evaporan en el pago de intereses de los empréstitos exteriores, y en su lugar entra en las cajas una suma equivalente de depósito de la renta.

 

Estos últimos son los que tapan los agujeros de las cajas del Estado entre los Gentiles [descripción terroríficamente precisa de la crisis económica actual. ¡Esto demuestra que el Nuevo Orden Mundial se está preparando ahora mismo! ¡Urge que hagamos algo inmediatamente para impedirlo!].

Cuando nosotros lleguemos al poder, ocupando el trono del mundo, todos estos agujeros en la hacienda y las finanzas quedarán cubiertos, sin que quede de ellos ni el recuerdo, pues no es cosa que convenga a nuestros intereses; suprimiremos igualmente las Bolsas de Fondos Públicos, pues no consentiremos que el prestigio de nuestro poder se resienta por la fluctuación de precios de nuestros valores.

 

Estos serán declarados por ley al precio de su valor completo sin fluctuación posible (el alza trae consigo la baja y así es como desde el principio de nuestra campaña hemos jugado nosotros con los valores de los Gentiles) [Ellos son quienes manipulan nuestra economía y nos consideran ganado].

Sustituiremos las Bolsas por grandes establecimientos de crédito especial cuyo objeto será tasar o cotizar los valores industriales según las miras del gobierno. Estos establecimientos estarán en condiciones de lanzar sobre el mercado quinientos millones de valores industriales por día.

 

De esta manera todas las empresas industriales quedarán bajo nuestra dependencia [¡están usando el capitalismo para justificar la imposición en el futuro de un régimen comunista totalitario!].

¡Ya podéis imaginar el poder que conquistaremos por este medio!.
 

 


PROTOCOLO XXII
Con todo lo que hasta hoy llevo expuesto me he esforzado para mostraros el secreto de los acontecimientos pasados y presentes: ellos anuncian un porvenir próximo ya a realizarse.

 

Os mostré el secreto de nuestras relaciones con los Gentiles y el de nuestras operaciones financieras. Poco queda que decir sobre este particular.

Tenemos en nuestras manos la más grande fuerza moderna: el oro [algunos citan esto como si el texto se refiriese efectivamente a un “supuesto depósito de oro”, como lo llaman, pero yo pienso que se refiere simplemente al “poder del dinero”]; podemos en dos días retirar nuestros depósitos en la proporción y cantidad que sea de nuestro agrado.

 

¿Será, pues, necesario todavía demostrar que nuestro gobierno está predestinado por Dios?

 

(Deberíamos entender que estos tipos hablan de Dios en un sentido filosófico-psicológico, refiriéndose al “orden de la naturaleza y del alma humana”, tal y como ellos lo entienden, claro, que es al revés de como los “buenos” lo entendemos]. Lo que no podremos probar por medio de esta enorme riqueza es que todo el mal que nos hemos visto obligados a causar durante tantos siglos ha servido finalmente al verdadero bien, a poner todo en orden… ¡He aquí la confusión de nociones de bien y de mal! El orden se restablecerá, en parte, por medio de la violencia, pero se restablecerá al fin [a éste no le suena eso de la "Ética").

Sabemos probar que somos bienhechores de la humanidad; nosotros que hemos hecho al mundo torturado el verdadero bien de darle la libertad al individuo, que podrá gozar de descanso.

 

La paz, la dignidad en las relaciones, a condición, entiéndase bien, de observar las leyes establecidas por nosotros [tan retorcidos y perversos son estos chiflados, que llaman a la sumisión “libertad”, y que cometen el agravio de denominar como “individuo” a la masa controlada; a todo le dan la vuelta, puro “doblepensar” orwelliano: “la libertad es la esclavitud”, “la paz es la guerra”, “la verdad es la mentira”, decía él irónicamente para expresar esta injusticia.

 

Yo les pregunto a los Sabihondos de Sion: ¿si tan legítimo y justo es esto que planean, porque no nos lo cuentan y lo firmamos? ¿Porque lo mantienen en secreto y nos obligan a matarnos para luego imponernos su “autocracia”? Sospechoso, ¿no?].

Explicaremos de paso que la libertad no es el libertinaje ni el derecho a la licencia; ni tampoco consiste la dignidad ni la fuerza, en el derecho de cada uno a proclamar principios subversivos y destructores, como el derecho de libertad de conciencia, de igualdad y otros semejantes, ni en modo alguno tampoco el derecho del individuo consiste en excitarse a sí mismo o excitar a otros haciendo alarde de talentos oratorios en asambleas tumultuosas.

La verdadera libertad consiste en la inviolabilidad de la persona que observa honrada y exactamente todas las leyes de la vida en común [las que ellos quieren dictar sin contar con nosotros, tal como antes han reconocido, ¡bravo!].

 

La dignidad en la conciencia de sus derechos y juntamente de sus deberes y de los derechos de que carece, y no sólo en el desarrollo ilusorio y fantástico del tema de su YO [¿pero no quedamos en que Ellos defendían al "individuo"? Cinismo a la enésima potencia]

Nuestro poder será glorioso porque será pujante; porque gobernará y dirigirá y no irá remolcado, por decirlo así, por líderes y oradores de los que a gritos lanzan palabras huecas y carentes de sentido que enfáticamente llaman grandes principios, y que no son otra cosa en realidad sino utopías [tal como este texto reconoce, si son “utopías” es sólo porque estos malnacidos quieren].

Nuestro poder será el árbitro del orden, que es el único que hace la felicidad de los pueblos, y de los hombres.
 

 


PROTOCOLO XXIII
Para que los pueblos se acostumbren a la obediencia es necesario que se acostumbren a la modestia y disminuir, por consiguiente, los objetos de lujo disminuyendo su producción.

 

Restableceremos la pequeña industria que dará el golpe a los capitales particulares de los fabricantes [ahora estamos viendo una disminución de la producción y del consumo por la crisis económica]. Esto es aún necesario, porque los grandes industriales dirigen todavía, muchas veces sin saberlo, es cierto, el espíritu de las masas contra el gobierno.

Un pueblo que fomenta las pequeñas industrias no sabe de huelgas; sino que vive apegado al orden establecido, y por lo mismo, también a la fuerza del poder. La huelga es algo muy perjudicial para un gobierno.

 

Para nosotros su papel terminará tan pronto como el poder esté en nuestras manos. La embriaguez será igualmente prohibida por la ley y castigada como un crimen de lesa humanidad, pues los hombres que se embriagan se transforman en brutos bajo la influencia del alcohol [Zapatero pretendía prohibir el vino en España].

Los súbditos, lo repito una vez más, no obedecen ciegamente sino a una mano firme, completamente independiente de ellos en la que ven una espada para defenderlos y una defensa contra las calamidades sociales [¿quién te ha dado permiso para llamarme “súbdito”, insolente?].

¿Qué necesidad tienen los súbditos de ver en su soberano un alma angelical?

 

Lo que importa que vean en él es la personificación de la fuerza y del poder [o quizá que no haya un soberano siquiera, ¿habéis probado eso? ¿A dejarnos vivir? Ah no, que los Protocolos van justo de lo contrario...].

El soberano que sustituya a los Gobiernos actuales que han venido arrastrando su existencia en medio de sociedades desmoralizadas por nosotros y que han arruinado aun el mismo poder de origen divino, y en cuyo seno por todos lados se levanta el fuego de la anarquía; este soberano, antes que nada, tendrá que extinguir esta llama devoradora [había una solución más práctica, amigo: no encenderla].

 

He aquí la razón que le obligará a condenar a muerte esas sociedades: tendrá que ahogarlas en sangre para hacerlas luego resucitar bajo la forma de un ejército bien organizado que sepa luchar y combatir conscientemente contra toda infección que pudiera invadir el organismo del Estado [un régimen militar mundial, eso quieren].

Este elegido de Dios es nombrado de lo alto para sujetar las fuerzas locas y desatinadas movidas por el instinto, no por la razón, por la bestialidad y no por la parte noble de la humanidad [éstos llaman “noble” a la intimidación y el totalitarismo, a las falacias autocráticas y a la represión mediante el exterminio que antes Ellos mismos han descrito].

 

Esas fuerzas triunfan ahora, roban, cometen toda clase de atentados, toda suerte de violencias, bajo el pretexto de la libertad y de los derechos. Ellas han destruido todo orden en la sociedad para levantar sobre estas ruinas el trono del rey de Israel.

 

Pero su papel terminará en el momento en que ese rey ascienda a su trono [tengamos en cuenta que por aquél entonces, cuando estos protocolos salieron a la luz, ni tan siquiera existía dicho estado, y hoy, un siglo después, esta aparente falsificación ahora autentificada ha resultado terroríficamente profética pues actualmente Israel es una realidad tangible que resulta haber llegado a convertirse en el estado más influyente del mundo, lo cual hace que estos Protocolos asusten...].

Entonces hay que alejarlas de su camino en el que no debe quedar el menor obstáculo.

 

Entonces podremos decir a los pueblos: Dad gracias a Dios y prosternaos delante del que lleva en su frente el sello de la predestinación hacia la que Dios mismo ha guiado su estrella para que nadie, excepto ese predestinado, pueda libraros de todas las fuerzas y de todos los males [¿cómo iba esto a ser un bulo si es exactamente el lenguaje de los déspotas bíblicos, que es justo el que los sionistas imitan?].
 

 


PROTOCOLO XXIV
Pasaremos ahora a tratar de los medios de asegurar las raíces dinásticas del rey.

En esta obra nos guiarán los mismos principios que hasta ahora nos han suministrado nuestros sabios para la dirección de todos los negocios mundiales.

 

Dirigiremos el pensamiento de toda la humanidad. Muchos miembros de la estirpe de David prepararán los reyes y sus herederos, escogiendo estos últimos, no según el derecho hereditario, sino teniendo en consideración sus cualidades sobresalientes; los iniciarán en los más ocultos secretos de la política; en los planes de gobierno, siempre bajo la condición de que nadie llegue a penetrar esos secretos.

El objeto de esta manera de proceder es que todo el mundo sepa que el gobierno no puede ser puesto en otras manos sino en las de aquellos que están iniciados en los misterios del arte de gobernar.

 

Sólo a estas personas se les enseñará la aplicación de los planes políticos, las enseñanzas de la experiencia de los siglos; todas nuestras observaciones sobre las leyes político-económicas y sobre ciencias sociales ; en una palabra, todo el espíritu de estas leyes que la naturaleza misma ha establecido como infalible para normalizar por ellas las relaciones de los hombres.

Muchas veces los herederos directos serán excluidos del trono, si en el tiempo de sus estudios dan pruebas de ligereza, de dulzura de carácter y de otras de esas cualidades o defectos que son perjudiciales en el poder y que hacen ineptos a los hombres para gobernar y dañan la actuación propia de un jefe de Estado.

 

Sólo a estas personas se les enseñará la aplicación de los fines firme e inflexiblemente, hasta cruelmente, si es necesario, y recibirán de manos de nuestros sabios las riendas del poder.

En caso de alguna enfermedad que pudiera ser causa del debilitamiento de la voluntad, los reyes deberán, conforme a la ley, abdicar en otras manos que sean capaces de sostener con la firmeza necesaria las riendas del gobierno. Los planes de acción del rey, planes inmediatos que haya de trazar por razones imperativas de inmediata necesidad, sus planes más remotos todos quedarán ignorados aun de aquellos que se le asignen como primeros consejeros.

Sólo el rey y sus tres mentores conocerán lo por venir. En la persona del rey, dueño de sí mismo y de la humanidad, gracias a una voluntad inquebrantable, todos creerán ver el destino con sus caminos desconocidos. Nadie sabrá qué es lo que el rey pretende como objeto de sus mandatos, y así tampoco nadie se atreverá a atravesársele en un camino que es para todos desconocido.

Es necesario sobreentender que la inteligencia del soberano ha de corresponder al plan de gobierno que tiene encomendado. Por esto es que no subirá al trono sino después de haber dado pruebas satisfactorias de su capacidad a nuestros sabios de que ya hemos hablado. Para que el pueblo conozca y ame a su soberano, es necesario que trate al pueblo y se comunique con él en los lugares públicos.

Esto producirá la unión necesaria entre las dos fuerzas que hasta hoy nosotros hemos conservado distanciadas por el mutuo terror.

 

Este terror nos era absolutamente necesario en otro tiempo, para que estas dos fuerzas, separadamente, cayeran bajo nuestro poder e influencia.

 

El rey de Israel no debe estar bajo el dominio de sus pasiones, especialmente bajo el de la voluptuosidad, ni debe, por alguna flaqueza de su carácter, dar lugar a que sus instintos animales se sobrepongan a su razón.

La sensualidad obra de manera demasiado nociva sobre las facultades intelectuales y la clarividencia de las cosas, inclinándose hacia el lado peor y más bestial de la actividad humana. La columna de la humanidad en la persona de la semilla santa de David, debe sacrificar a su pueblo y por su bien, todos sus gustos personales. Nuestro soberano tiene que ser de una irreprochabilidad ejemplar. La fuerza ciega del pueblo no puede quedar un solo día sin tener quien la dirija, y el nuevo poder no hace otra cosa sino reemplazar al anterior debilitado por el Liberalismo.

En nuestros días, el poder del oro ha reemplazado al poder de los gobiernos liberales. Hubo un tiempo en que la fe gobernaba. La idea de libertad es irrealizable, porque nadie hay que sepa usar de ella en su justa medida. Basta dejar al pueblo que por algún tiempo se gobierne a sí mismo, para que inmediatamente esta autonomía degenere en libertinaje.

Surgen al punto las discusiones, que se transforman luego en lujos de buenos sentimientos.

 

Por esta razón hay que esperar mejores resultados cuando se gobierna a los hombres por medio de la violencia y el terror, que cuando se trata de gobernarles por medio de las discusiones académicas. Todo hombre aspira al poder; cada uno quisiera convertirse en dictador; si esto fuera posible al mismo tiempo, muy poco faltaría para que no estuvieran todos prontos a sacrificar el bien de los demás, a trueque de conseguir cada uno su propio provecho.

¿Qué es, pues, lo que ha reprimido hasta ahora a esa bestia feroz que se llama hombre? ¿Qué es lo que ha podido dirigirle hasta el presente?

 

Al iniciarse el orden social, el hombre se ha sometido a la fuerza bruta y ciega; más tarde, a la Ley, que no es más que esa misma fuerza, pero disfrazada.

De donde yo saco la conclusión que, según la Ley Natural, el derecho radica en la fuerza. La Libertad Política es una idea y no un hecho. Se necesita saber aplicar esta idea cuando es necesario atraer las masas populares a un partido con el cebo de una idea, si ese partido ha resuelto aplastar al contrario que se halla en el poder.

 

Este problema resulta de fácil solución si el adversario se mantiene en el poder en virtud de la idea de libertad, de eso que se llama Liberalismo, y sacrifica un poco de su fuerza en obsequio de esa idea: Libertad.

Y he aquí por dónde ha de llegar el triunfo de nuestra teoría: una vez que se aflojan las riendas del poder, inmediatamente son recogidas por otras manos, en virtud del instinto de conservación, porque la fuerza ciega del pueblo no puede quedar un solo día sin tener quien la dirija, y el nuevo poder no hace otra cosa sino reemplazar al anterior debilitado por el Liberalismo.

 

En nuestros días, el poder del oro ha reemplazado al poder de los gobiernos liberales [¿y qué tal si eliminamos el capital? Ah no, pues fuisteis vosotros quienes lo creasteis para justificar esta perversidad.

 

Despierte, lector, pues esta gente no hace el mal para un fin, pues su poder es absoluto, y cuando el poder es absoluto, el mal es en sí mismo un fin y no un medio: si el mundo es como es, eso sucede porque ellos lo quieren así. Ésa es la verdad].

Hubo un tiempo en que la fe gobernaba. La idea de libertad es irrealizable, porque nadie hay que sepa usar de ella en su justa medida. Basta dejar al pueblo que por algún tiempo se gobierne a sí mismo, para que inmediatamente esta autonomía degenere en libertinaje.

 

Surgen al punto las discusiones, que se transforman luego en luce pararán los reyes y sus herederos, escogiendo estos últimos, no según el derecho hereditario, sino teniendo en consideración sus cualidades sobresalientes; los iniciarán en los más ocultos secretos de la política; en los planes de gobierno, siempre bajo la condición de que nadie llegue a penetrar esos secretos.

El objeto de esta manera de proceder es que todo el mundo sepa que el gobierno no puede ser puesto en otras manos sino en las de aquellos que están iniciados en los misterios del arte de gobernar.

 

Sólo a estas personas se les enseñará la aplicación de los planes políticos, las enseñanzas de la experiencia de los siglos; todas nuestras observaciones sobre las leyes político-económicas y sobre ciencias sociales ; en una palabra, todo el espíritu de estas leyes que la naturaleza misma ha establecido como infalible para normalizar por ellas las relaciones de los hombres.

Muchas veces los herederos directos serán excluidos del trono, si en el tiempo de sus estudios dan pruebas de ligereza, de dulzura de carácter y de otras de esas cualidades o defectos que son perjudiciales en el poder y que hacen ineptos a los hombres para gobernar y dañan la actuación propia de un jefe de Estado [como le pasó a Kennedy].

Sólo a estas personas se les enseñará la aplicación de los fines firme e inflexiblemente, hasta cruelmente, si es necesario, y recibirán de manos de nuestros sabios las riendas del poder. En caso de alguna enfermedad que pudiera ser causa del debilitamiento de la voluntad, los reyes deberán, conforme a la ley, abdicar en otras manos que sean capaces de sostener con la firmeza necesaria las riendas del gobierno.

Los planes de acción del rey, planes inmediatos que haya de trazar por razones imperativas de inmediata necesidad, sus planes más remotos todos quedarán ignorados aun de aquellos que se le asignen como primeros consejeros. Sólo el rey y sus tres mentores conocerán lo por venir.

En la persona del rey, dueño de sí mismo y de la humanidad, gracias a una voluntad inquebrantable, todos creerán ver el destino con sus caminos desconocidos. Nadie sabrá qué es lo que el rey pretende como objeto de sus mandatos, y así tampoco nadie se atreverá a atravesársele en un camino que es para todos desconocido.

 

Es necesario sobreentender que la inteligencia del soberano ha de corresponder al plan de gobierno que tiene encomendado.

Por esto es que no subirá al trono sino después de haber dado pruebas satisfactorias de su capacidad a nuestros sabios de que ya hemos hablado. Para que el pueblo conozca y ame a su soberano, es necesario que trate al pueblo y se comunique con él en los lugares públicos. Esto producirá la unión necesaria entre las dos fuerzas que hasta hoy nosotros hemos conservado distanciadas por el mutuo terror.

 

Este terror nos era absolutamente necesario en otro tiempo, para que estas dos fuerzas, separadamente, cayeran bajo nuestro poder e influencia.

El rey de Israel no debe estar bajo el dominio de sus pasiones, especialmente bajo el de la voluptuosidad, ni debe, por alguna flaqueza de su carácter, dar lugar a que sus instintos animales se sobrepongan a su razón.

La sensualidad obra de manera demasiado nociva sobre las facultades intelectuales y la clarividencia de las cosas, inclinándose hacia el lado peor y más bestial de la actividad humana. La columna de la humanidad en la persona de la semilla santa de David, debe sacrificar a su pueblo y por su bien, todos sus gustos personales.

Nuestro soberano tiene que ser de una irreprochabilidad ejemplar.

 

El actual Príncipe de Asturias, que es el heredero oficial al trono de Jerusalén, está además considerado como el príncipe mejor preparado del mundo. Todos están encantados con él.

 

Es por así decirlo "un modelo ejemplar". Lo cual constituye suficiente prueba para mí de que el futuro Felipe VI de Borbón- nombre real que equivale al "6" del "6" del "6"- será de hecho el Anticristo.





APOTEOSIS - EL TRIUNFO DEL IDEALISMO

Sí amigo, frótese los ojos.

 

Éstos son quienes manipulan nuestro mundo, tal como he probado al acreditar que la inteligencia anglosajona empleó mentiras deliberadamente construidas para desacreditar los Protocolos, lo cual demuestra que el sistema vigente de occidente está realmente al servicio de los que pretenden dar lugar a esta monstruosidad.

 

Éstos son los enfermos mentales que dirigen nuestro destino (o eso creen ellos), los psicópatas que planean aniquilar tu voluntad y posiblemente exterminarte: a ti, sí, a ti que lees esto ahora. Ellos dirigen el FMI, el BCE, el Banco Mundial, la ONU, la OTAN, las dictaduras de oriente medio, y se han infiltrado en los círculos superiores de cuerpos como CIA-MI6-MOSAD, la Interpol, el Estado Mayor americano y las administraciones europeas.

 

No son sino Ellos quienes dominan la oligarquía financiera de los que tienen arrendada por una red de filiales la Reserva Federal americana; también son Ellos quienes controlan la Comisión Europea, que es el organismo burocrático dictatorial no elegido democráticamente que toma las decisiones en Europa imponiéndolas por decretos al más puro estilo soviético, mientras que el Parlamento Europeo no es más que una farsa, pero atención:

Ellos también controlan los partidos de izquierdas que supuestamente denuncian esto, a los socialistas, a los sindicalistas, y también las fundaciones supuestamente comprometidas y filantrópicas que en realidad no hacen otra cosa que blanquear dinero negro, para así aparentar pluralidad pero desvirtuar en realidad los valores de la izquierda noble, igual que también han desvirtuado los valores conservadores inventando las rancias derechas utilitarias: si estamos divididos es porque Ellos nos han hipnotizado para que eso sea así, no porque eso deba ser así.

Ellos son los que controlan la prensa mediante las agencias, como Reuters o Associated Press, etc, y ellos son los que controlan los supuestos organismos científicos que no dejan de consignar falacias creadas a propósito para justificar este sistema, pues tal como los Protocolos muestran, por ejemplo, el darwinismo fue fabricado ad hoc para justificar el conflicto social y la lucha de egos, así como la sumisión a la Fuerza y el materialismo filosófico, valores decadentes que han conducido al capitalismo que les da tanto poder.

 

Pero igualmente, aunque sorprenda, tal como los Protocolos vuelven a hacer ver, Ellos también crearon el marxismo ex profeso para que los individuos de nobles aspiraciones izquierdistas sólo cuenten como alternativa sistematizada con otra nueva opción corrupta al servicio del Mal.

 

Ellos controlan también las policías y los ejércitos, junto con la mayor parte de la prensa, siempre por supuesto desde círculos muy superiores y desapercibidos, además de los lobbies de presión a los gobiernos y los consejos docentes que llevan a cabo el adoctrinamiento de la juventud para que acaben siendo borregos consumidores explotados y conformistas, animales entregados a la ligereza, cosa que consiguen adoctrinando primero a los “maestros”.

 

También son Ellos quienes controlan mediante sus redes entidades como Goldman Sachs, Chase Manhattan, Harriman, Kuhn & Loeb, Rothschild, HSBC, Citigroup, Rockefeller, Vanderbilt, Payseur , Carnegie, etc, conglomerado del cual surgen filiales al servicio de sus perversos fines como el Bank of America, el Bundesbank, el Deutsche Bank, el Zurich F. S., BBWA, Citibank, BBK, Barclays, o la infame Bankia con el Banco Santander en España, más un largo etc (hablamos de la élite financiera).

 

Fueron igualmente los agentes de este mismo conciliábulo (entre quienes uno puede encontrar personajes como Benjamin Franklin, Isaac Newton, Thomas Edison, o Albert Ein-STEIN), los que vilipendiaron, asesinaron, apresaron, y robaron (respectivamente) a los doctores Mesmer, Tesla, Reich, y Lakhovsky, por casi haber destruido el paradigma materialista con su trabajo científico, paradigma con el cual estos demonios buscan atrapar nuestras almas.

 

Ellos fueron igualmente los responsables de difamar al Marqués de Sade puesto que lo que éste hizo en realidad fue mostrar con ironía la verdadera filosofía de quienes dirigen la sociedad y lo que el poder trama entre bastidores. Según se sabe la verdad es que todos los problemas de Sade comenzaron por haber hurtado un manuscrito perteneciente a la élite francesa (¿los Protocolos quizá?).

 

Los Rothschild controlan casi toda la banca, pero lo hacen de una manera tan intrincada y ofuscada, a través de filiales y testaferros, fondos fiduciarios, fundaciones y plataformas, sociedades y clubes privados, y de un modo tan sutil, que eso, junto a su control cabildero de la enseñanza para reescribir la historia y hacernos pensar que ha habido grandes fortunas que llegaron a lo más alto y luego expiraron de manera natural, cuando en realidad los del poder nunca dejaron de ser Ellos pues siempre han ostentado un control monolítico de los recursos, ha devenido que de esta manera, tal como exponen los Protocolos.

 

Ellos han logrado perdernos en su laberinto haciendo que parezca que el mundo cambia cuando lo cierto es que sólo hay un poder: el sionismo corrupto. Creen que no podemos resolver el laberinto, pero este Goy, como muchos antes que él, lo hizo incluso antes de leer los Protocolos. Somos más fuertes de lo que piensan.

 

Por eso Ellos fueron también los verdaderos responsables de asesinar a Líncoln y Kénnedy, presidentes americanos que promovieron medidas que refinanciaban USA haciendo que el arrendamiento de las cuentas públicas por parte del conciliábulo desapareciese, medidas que se esfumaron oportunamente con el asesinato de aquellos presidentes.

 

Ellos son también quienes conspiraron para apresar y difamar a Mario Conde por ser la rara excepción de un individuo corriente capaz de jugar a su juego, un “’Goy’ brillante” (como ellos dirían, “una aberración”), toda una amenaza para su control monolítico, una posible brecha en el sistema que ellos anularon inventando la excusa que justificó la intervención de Banesto para luego manipular la opinión pública y así vilipendiar a Conde, algo que me consta por fuentes internas.

 

Así taparon “la brecha”. En España gentuza como Rodrigo Rato, Emilio Botín, P. J. Ramírez, Rubalcaba, Acebes, Wert, Aznar, los marqueses Urquijo, los duques de Alba, la Casa Real al completo, Felipe González, Juan Caño, Luis Roldán, el infame Alberto Cortina, Luis Polanco, Luis Bárcenas, Gallardón, Toxo y Méndez, Luis María Ansón, Baltasar Garzón, el hipócrita César Vidal, y un largo etc, pertenecen (o han pertenecido), o son (o han sido) consciente o inconscientemente testaferros de este conciliábulo.

 

La responsable del deterioro (tan propicio para preparar el golpe de estado) que ha sufrido la monarquía española (la cual también ha pertenecido siempre a la red dinástica sionista, pues entre los títulos del rey de España, sin ir más lejos, encontramos el de “Rey de Jerusalem”), es la célebre infiltrada de inteligencia, la asaltapalacios a la que llaman “princesa” Corinna. Resulta que su apellido heredado es Sayn-Witgenstein (Wittgen-STEIN): ella es un buen ejemplo de cómo funciona esto.

 

Por cierto, su casa en España fue íntegramente financiada con dinero público, trato de favor digno de la pura mafia (lo cual nos da pistas en torno a su nivel de corrupción), y del todo inaceptable en un país decente.

 

Otro ejemplo de como beneficiarse del sistema es Ana Botella. Botella ha llegado a la alcaldía de la capital del país sin merecerlo por puro nepotismo, y ella, en un clásico ejercicio de hipocresía, se ha metido con aquellos que no se merecen lo que tienen (¿y que hay de “vuestra excelencia”?).

 

Se sabe que Botella ha colocado a muchos de sus familiares (los cuales se parecen más a la “Cosa Nostra” que a nada), sin venir a cuento, en puestos relevantes de la administración. Esta señora, si es que merece ser llamada así, ha llegado a soltar prendas del tipo “los mendigos son un estorbo para la limpieza” o “la Cenicienta es un buen ejemplo, porque asume el maltrato sin chistar”.

 

Tal como dicen los Protocolos, no importa lo inepto que seas: si estás lo suficientemente adoctrinado y comprendes el Plan psicótico nazi a la perfección, y eres además capaz de llevarlo a último término, entonces eres “ideal”. Ana Botella es un buen ejemplo: es tan ignorante como para decir “bacalado” en lugar de “bacalao”, pero sin embargo se ciñe a la perfección a la hoja de ruta planeada por los linajes, y tiene un absoluto desprecio por la bondad y la justicia social.

 

A través de mi propia investigación particular, he llegado a saber con pruebas irrefutables que Ana Botella pertenece a lo peorcito del conciliábulo, pues su linaje está ligado a este poder (ella era la que gobernaba realmente a través de su marido Aznar, una técnica de agazaparse citada en los Protocolos, y que es algo de lo cual tuvimos un atisbo por parte de una entrevista a una sobrina de la familia), y lo sucedido la noche de Halloween del año pasado (noche satánica predilecta), bajo la tutela de esta infame señora, no fue sino un sacrificio ritual preprogramado, tal como muestra el estudio del sumario, puesto que no hay manera de explicar cómo la administración dejó que sucediesen tantas barbaridades en una misma noche.

 

¿O es que “los de arriba” pertenecían a una trama oculta cuyos eslabones clave fueron manipulados para tejer aquella desgracia, pues Ellos pretendían que sucediera justo aquello, y utilizaron para ello individuos que ni siquiera sabían de qué iba el asunto, para que pasara exactamente lo que pasó?

 

Botella celebraba un banquete mientras las niñas morían en los hospitales (gran alcaldesa), ¡porque era su aniversario! Gran coincidencia.

 

¿Preparó el colapso del Madrid Arena para celebrarlo con sangre? Muchos de los que trabajan para estas tramas no saben ni para qué lo hacen, sólo que les han utilizado para ello y a veces ni eso: por eso aparentes “accidentes” como el del Arena salen tan bien.

 

Todos los figurantes de este entramado fingen llevarse mal entre ellos, pero esto es pura comedia: están escribiendo el guión de lo que está por llegar, mientras que sus polarizaciones nos dividen a nosotros, si bien ellos luego se van de picos pardos juntos (como Rajoy y Rubalcaba, menuda farsa). Como decía Pérez-Reverte: “siempre acabamos matándonos entre nosotros…”, pero Ellos siempre permanecen ahí para continuar la obra. Hay que despertar de su sueño o nos comerán vivos.

 

Ellos, este mismo poder de las sombras, usan el capitalismo para corromper y el comunismo para imponer; el fascismo, el extremismo, el islamismo, y el antisemitismo, para adoctrinarnos y que así temamos tener cierto tipo de ideas porque han logrado asociar éstas con “lo inaceptable” (puro y duro “doblepensar”), a la vez que mediante dichos agentes manipulados de nuevo a través de líderes que en secreto pertenecen a sus élites, logran provocar el miedo social que justifica que la gente pida mayor control del conciliábulo.

 

Si para ello hace falta sacrificar a sus propios terratenientes, como Bin Laden, Gaddafi, o Eichmann, aquéllos lo asumen de buen grado e interpretan su papel hasta el final. Lo mismo con las crisis económicas:

han manipulado la educación para hacernos creer que nadie ostenta el poder absoluto de las finanzas, con lo cual esconden que Ellos son los que ostentan ese control, puesto que si se supiese que sólo hay un poder, se sabría que no hay pérdidas y ganancias, pues todo sale del mismo lugar al que va a parar mientras que el flujo que ellos generan ex nihilo no hace sino volvernos a los demás cada vez más dependientes de su “juego de mesa” de modo que cada vez seamos más desgraciados.

Esto significa que los auges y declives están específicamente diseñados para que la especulación lleve a la miseria, y que ésta justifique una igualmente el futuro Nuevo Orden Mundial para imponer el control.

 

Ellos están dirigiendo las sociedades secretas que nos están masacrando, pero en el futuro las prohibirán sacrificando a los círculos bajos (algo similar a su uso del nazismo para luego sacrificar gran parte del aparato del propio movimiento nazi que ellos mismos habían financiado usando para ello las cacerías ilegales del Mosad), pretendiendo hacer parecer con esto que Ellos no tuvieron nada que ver con nuestra decadencia para así de nuevo vestirse de lo contrario de lo que son y quedar como los libertadores del mundo de todas las conspiraciones, cuando en realidad son justo lo contrario.

 

Ellos controlan esta red de sociedades secretas a través de las cuales llevan financiaciones sucias con las que controlan los estados mediante su red de corporaciones que han privatizado el servicio público soterradamente, las cuales han sido identificadas por filtraciones de Wikileaks.

 

Como decía, Ellos se dedican a colocar a los individuos oportunos en los lugares concretos, habiéndoles adoctrinado a través de escuelas y universidades que controlan, como la LSE y Oxford en Inglaterra, Princeton y Harvard en América, o selectos colegios privados europeos fundados o controlados por órdenes clericales que protegen a la mafia, tal como la Orden de los Jerónimos en España - lo cual fue por cierto expuesto en “Más se Perdió en Cuba”- (una orden que también causa estragos pederastas y paganos allá donde va, tal como víctimas me han reportado personalmente, y responsable de la consagración del actual Rey de España), para que así esos individuos adoctrinados no sepan ni para qué hacen lo que hacen, pues sólo saben que esta mega-mafia les compensará con poder.

 

Ellos, los urdidores en las tinieblas, son los que planearon el 11-S, el 7-J, y el 11-M, para justificar sus guerras y también la toma de unas medidas de seguridad cada vez más fascistas: tal como Lucas mostraba en su saga, ¡el objetivo somos nosotros!

 

En el caso concreto del 11-M, el atentado fue realizado con un propósito diferente: hacer que la gente creyese que éste se debía a la participación de Aznar en Irak, y con ello preparar un cambio de gobierno programado y pactado previamente tanto por derechas como por izquierdas (de la cúpula parlamentaria, claro), debido a que la bonanza de Aznar reportaba demasiados buenos sondeos al PP antes de las elecciones de lo que la Hermandad había convenido.

 

Por lo cual era necesario un golpe de efecto para cambiar el gobierno, un cambio que lograría hacer estallar la crisis a través de otro partido de políticas diferentes al PP (que fue el que infló la burbuja con su especulación mafiosa), para que el nuevo actor de la obra que fue introducido gracias al 11-M, los gastones y demagogos socialistas, detonase la crisis que los del primer gobierno que trabajaba para el mismo Plan ya habían dejado latente, algo que provocaría una enorme miseria tras la cual la derecha, tal y como ambas partes de nuevo habían pactado, volviese al poder en esta ocasión con mayoría absoluta para así justificar la cesión ante las políticas injustas de Bruselas.

 

También algo tras lo cual surgiría el escándalo Bárcenas (corrupción alimentada precisamente por la red de empresas que la propia Hermandad controla “desde atrás”), nueva traición de la Hermandad a sus propios agentes, lo cual preparó el terreno para que cuando Bankia se hunda y España se arruine del todo gracias a la labor de los que taparon el 11-M (Rato y Acebes), quede justificado de esta forma que Ellos luego puedan vendernos a través de la UE su solución fascista a la crisis económica e institucional de la que Ellos son los verdaderos responsables.

 

Piensen, ¿quién es la cabeza de turco del caso Bankia ahora? Miguel Ángel Blesa, ¿por la compra de qué banco? ¡Del City National Bank de la red Rothschild!

 

Blesa es otro socio y testaferro de aquéllos y forma parte del plan para destruir España y que se necesiten medidas que devuelvan las Cajas a su función original ¡las cuales serán impuestas dictatorialmente por la Comisión Europea a la que nadie ha votado! Piensen: todo es por la compra dudosa del banco, pero para realizar semejante operación… se necesita un intermediario.

 

¿Por qué nadie mira en esa dirección entonces?

 

Porque los medios manipulados quieren influir nuestro juicio dirigiéndonos a donde les conviene. La crisis consumada por la caída del fideicomiso de los activos de las Cajas justificará que sea el Banco Central Europeo el que tenga que intervenirnos y por ello perderemos nuestra soberanía ante un nuevo orden autocrático, ¡lo cual era el verdadero plan desde el principio!

 

Por eso Rajoy no hace nada, por eso nadie hace nada. Es parte del Plan para que nosotros pidamos la dictadura europea ante el colapso de este sistema de falsa democracia que ellos hipócritamente dirán resolver con su dictadura. ¡La administración debe jugar el papel de incompetente y los cómplices capitalistas de la Hermandad el de los malhechores!

 

Así agitarán una revolución comunista que ellos aplacarán con sus decisiones burocráticas dignas de la Unión Soviética desde la CE.

 

Nick Rockefeller, del clan Rockefeller testaferro de los Rothschild, le reconoció al investigador Aaron Russo que aunque manejan el capitalismo, ellos se rigen puertas adentro por el manifiesto comunista, para cuya imposición buscan instaurar un régimen injusto capitalista cuya injusticia ellos explotarán para así justificar en el futuro el régimen que por la otra mano ya tenían preparado para nosotros desde el principio (el cual será comunista desde el punto de vista estructural).

 

Por cierto, por si a alguien le suena absurdo pensar en la derecha e izquierda parlamentarias trabajando en realidad para el mismo Plan repartiéndose los papeles, que piense: ¿cómo es posible que ZP llevase a cabo políticas de derechas como las de hacer sangrar a las clases medias con impuestos excesivos y medidas que no alteraban la estructura económica, y que gastase monstruosas cantidades en salvar a la élite financiera mientras congelaba las pensiones?

 

¿Cómo es posible que el PP no haya cercenado las labores sociales del PSOE en cuanto a la cesión a los terroristas y la apología del aborto y de la desviación sexual, aun contando con mayoría absoluta, siendo cosas que venían en su programa? ¿Cómo es posible que Sánchez-Camacho recibiese noticias que atestiguaban la corrupción del partido contrario, oportunidad política donde las haya, y que sin embargo no se personase por ello ante la justicia?

 

¡Se tapan mutuamente y se reparten el trabajo! ¡Todo es teatro, una gran broma! ¡Todo es parte del Plan!

 

Los líderes de las sombras lo consiguen todo mediante su telaraña de sociedades privadas o secretas, a través de grupos como,

...y sí, también dominan y tienen pervertido el mismísimo Vaticano, pues el poder bancario Rothschild es el que controlan agazapadamente su Banco, aunque también poseen encubiertamente muchas sociedades más.

 

¿Que de dónde me saco que todo esto sea así? He demostrado que los Protocolos son auténticos, y además resulta que se está cumpliendo todo lo que anuncian.

 

¡Aten cabos! ¡La crisis y la guerra son tapaderas para un golpe de estado encubierto aquí mismo! ¡El enemigo está dentro! ¡Son los que aconsejan y financian a nuestros administradores! ¡Tenemos que impedirlo cuanto antes!

 

La educación ha sido secuestrada secretamente para adoctrinar a la humanidad y preparar el terreno, y ésta ha sido rediseñada para limitar nuestra percepción y hacernos materialistas y/o dependientes, alejándonos de la espiritualidad y las aspiraciones que nos permitirían confiar en nosotros mismos y renunciar a su Plan, pues estaríamos realizados y libres de la necesidad de que controlen nuestras vidas, la cual utilizan para convertirnos en inconscientes siervos del Mal.

 

Sin embargo su tesis sólo será válida si nosotros seguimos dejándonos corromper.

 

Pero tranquilos, a pesar de que Ellos en su infinita soberbia (cosa que hace que no sean tan “sabios” como Ellos piensan) crean lo contrario por la forma en que han logrado apoderarse del alma de muchos débiles de entre los nuestros, nosotros somos realmente los que tenemos la Fuerza (como dicen ellos), pues nuestra “Fuerza” es la de la Consciencia Cósmica Infinita:

nosotros hacemos de la Fuerza Vital, nuestra propia fuerza, y con ella podemos curar nuestro mundo, y sanar el tumor sionista que a tantos judíos, precisamente, y también a todos los demás seres humanos, les ha costado la vida. Nosotros podemos salvar el mundo.