
	
	por Manuel Freytas
	19 Diciembre 2012
	del Sitio Web 
	IARNoticias
 
	
		
			
				
					
						
						
						Todos los días, 
						durante las 24 horas, hay un ejército invisible que 
						apunta a tu cerebro: no utiliza tanques, aviones ni 
						misiles, sino información direccionada y manipulada por 
						medio de imágenes y titulares.
						
						 
						
						No lo sabes, ni siquiera lo 
						sospechas, pero estás metido dentro de una guerra. 
						Invisible, cruenta, devastadora, silenciosa, que todos 
						los días te convierte en víctima y en victimario de un 
						sistema que ya no necesita matar físicamente para 
						dominar.
						
 
						
						 
						
						 
					
				
			
		
	
	
	
	
	 
	
	 
	
	 
	
	Te vigilan, tu conducta está siendo chequeada, monitoreada, y controlada por 
	expertos. 
	
	 
	Te bombardean, a diario, no para matarte sino para colonizar tus 
	pensamientos y tus emociones.
	
	
	No lo sabes, pero eres el nuevo soldado, y a su vez el blanco táctico de las 
	operaciones psicológicas pensadas para vender productos, eres el 
	individuo-masa de la ideología consumista nivelada planetariamente como 
	estrategia de mercado por las trasnacionales capitalistas.
	
	Te vigilan, manejan tus emociones por control remoto, te venden desde 
	adrenalina y pensamiento positivo hasta productos y entretenimiento por la 
	pantalla de TV. Te hacen sentir libre robando tu libertad.
	
	
	Eres un blanco móvil, quieren exterminar tu cerebro, quieren castrar tu 
	capacidad reflexiva, quieren matar tu pensamiento crítico, quieren blindar 
	tu libertad de elegir, convertirte en un consumidor mutante.
	
	No lo sabes, pero estás en guerra, y las batallas ya no se desarrollan en 
	espacios lejanos, sino en tu propia cabeza. El objetivo ya no es matarte, 
	sino controlarte para convertirte en un zombie de la sociedad de consumo.
	
	 
	
	Las balas ya no apuntan a tu cuerpo, sino a tus contradicciones y 
	vulnerabilidades psicológicas.
	
	Los titulares, las imágenes direccionadas, la información manipulada, son 
	los misiles de última generación que las grandes cadenas mediáticas y la 
	publicidad disparan con demoledora precisión sobre tu cerebro convertido en 
	teatro de operaciones de la sociedad de consumo.
	
	Buscamos protección, buscamos información, "ellos" controlan, manejan 
	satélites, tecnología informática, manejan la imagen, manejan el poder, 
	imponen su visión como si fuera la del conjunto, venden su realidad como si 
	fuera la tuya, el mundo es éste, tus percepciones son falsas, consume, la 
	tecnología te ama.
	
	Eres rastreado y espiado a diario, buscan tus huellas para conocerte, 
	exploran tus emociones, tus miedos, buscan puntos débiles, quieren 
	implantarte su mundo como si fuera el tuyo, convertirte en un cobayo 
	domesticado de su sociedad de consumo.
	
	Te espían, te rastrean, son los vigilantes del ciberespacio, te pueden hacer 
	una foto por satélite a dos mil kilómetros como si estuvieran a un metro tuyo. 
	
	 
	
	 
	
	
	
	 
	
	 
	
	El planeta es una gran prisión controlada por sus computadoras, tu vida no 
	tiene secretos, deben saber como piensas, para convertirte en un ciudadano 
	políticamente correcto, en un pacifista tolerante que solo relata y consume 
	la verdad oficial.
	
	No lo sabes, pero cuando consumes sociedad de consumo por coacción 
	psicológica te conviertes en individuo-masa, te conviertes en un "soldado 
	cooperante" de los planes de dominio y control social establecidos por el 
	capitalismo trasnacional que se inventó una "civilización" solo para vender 
	productos.
	
	No lo sabes, pero eres el blanco de operaciones psicológicas extremas que 
	buscan convertirte en un alienado programado (AP), cuyo cerebro no está 
	diseñado para pensar sino para consumir. 
	
	 
	Compra, compra, ellos necesitan vender para seguir dominando, compra, compra, 
	si tu no compras, si tu no consumes ellos no existen. En el capitalismo todo 
	se compra y se vende, incluso tu cerebro, que tiene un valor de mercado en 
	las estadísticas del control mental. 
	
	Estás en medio de una guerra y eres el blanco principal, pero no lo sabes. 
	Las operaciones ya no se trazan a partir de la colonización militar para 
	controlar un territorio, sino a partir de la colonización mental para 
	controlar tus emociones y direccionar tu conducta.
	
	 
	
	Los objetivos ya no son militares: 
	
		
		En la guerra en que estás metido, ya no 
	se se pelea por territorios sino por mercados. Tu cerebro es la materia 
	prima. Y quien se apodera de los cerebros, se apodera de los mercados. El 
	planeta ya no se divide por fronteras territoriales, sino por fronteras 
	comerciales.
	
	
	 
	
	
	
	 
	
	 
	
	Compra, compra, te controlan para que consumas, mientras el sistema engorda, 
	se nutre de lo que tu consumes.
	
	Si tu no compras, si tu no votas periódicamente, si tu no legitimas su 
	sociedad de consumo, se derrumba su imperio, se derrumban sus bancos, 
	estallan sus corporaciones, se quedan sin gasolina sus tanques, aviones y 
	submarinos, se paralizan sus metrópolis, colapsan sus sociedades de consumo, 
	se derrumba su decadente civilización de la compra y venta.
	
	Consume, consume, tu cerebro no está programado para pensar sino para 
	consumir.
	
	
	Los dueños del manicomio capitalista te vigilan, te adoctrinan sin que te 
	des cuenta, imponen sus objetivos como si fueran los tuyos, su supervivencia 
	depende de que estés adoctrinado, con tu cerebro lavado, que compres 
	seguridad y adrenalina como si fueran tu alimento diario.
	
	Te controlan, compra, compra, ellos venden y tu compras, desde productos 
	hasta su visión macrocósmica del mundo que luces como si fuera tuya.
	
	Eres un blanco móvil de la sociedad de consumo, de la sobredosis de 
	información y entretenimiento orientados a reducir cerebros y a engordar la 
	rentabilidad de las grandes corporaciones que a diario te convierten en un 
	nicho de oferta y demanda, en un segmento más del mercado.
	
	La ecuación es simple, tu compras y ellos venden. Para ello deben 
	sobreimprimir su programa en tu mente, deben rediseñar tu psicología, tus 
	creencias, tus emociones, deben convertirte en un zombie saturado de 
	tecnología digital.
	
	No debes pensar, solo consumir, consumir, programas, música fashion, 
	presidentes, jabones, ídolos mediáticos que te adoctrinen, que te reafirmen 
	en la manada, eres un zombie, tu libertad no existe, estás bajo control. 
	
	Compra, compra, esa es la idea fuerza que la "sociedad de la información" 
	imprimió en tu psicología al nacer.
	
	Ellos no te necesitan para que pienses sino para que consumas, 
	
		
	
	
	...necesitan tu 
	cerebro, para consumir a tiempo completo, hasta que te 
	
	reemplacen 
	definitivamente por un microchip.
	
	No lo sabes, ni siquiera lo sospechas, pero estás metido dentro de una 
	guerra. Invisible, cruenta, devastadora, silenciosa, que todos los días te 
	convierte en víctima y en victimario de un sistema que ya no necesita matar 
	físicamente para dominar.
	
	La máxima conspiración histórica se ha hecho realidad: 
	
		
		El dominador 
	desapareció de escena, puedes hacer lo que quieras, tu prisión es tu propia 
		libertad.
	
	
	No lo sabes, pero estás metido dentro de la Guerra de Cuarta Generación.
	
	
	 
	
	Bienvenido al mundo Orwell...