del Sitio Web
LaBrujulaVerde
foto Shutterstock
Si encima no hay
datos concretos y se trata de una cuestión intangible, la cosa se
vuelve algo peliaguda. Un buen ejemplo es el caso de las emisoras de
números, de las que, a buen seguro, muy pocos habrán oído hablar.
Esos misteriosos
mensajes, a menudo dictados por un locutor/a, aunque de un tiempo a
esta parte la digitalización de la tecnología ha permitido
introducir mensajes mecánicos parecidos al morse, se pueden captar
en horario más o menos fijo, si bien algunos parecen transmitidos
sin regla alguna.
De hecho, este sistema se usa desde la Primera Guerra Mundial - incluso se apunta al archiduque Herzog Anton de Austria como el primer receptor de un mensaje en morse de este tipo - y aunque evidentemente fue la Guerra Fría la que supuso su eclosión, al parecer tan peculiar medio sigue en activo, experimentando una subida desde la década de los noventa.
el día de su boda Foto: Bundersarchiv, Bild
en Wikimedia Commons
Es más, el modelo clásico de estación era británico, se llamaba E03 Lincolnshire Poacher y emitía para el MI6 a mediados de los setenta desde Bletchey Park (en Buckinghamshire, donde se ubicaban los Government Communications Headquarters, cuarteles de comunicaciones y criptografía durante la Segunda Guerra Mundial) hasta que pasó a hacerlo la RAF Akrotiri (una estación de la Royal Air Force de la Western Sovereign Base Area de Chipre).
Imagen: Oona Räisänen en Wikimedia Commons
El FBI arrestó a cinco ciudadanos de ese país acusándoles de espionaje tras detectar que recibían mensajes de su país mediante estaciones de números, decodificando luego la información mediante un ordenador.
No fue un caso
aislado, ya que otros cubanos o estadounidenses con origen isleño
pasaron por situaciones parecidas a lo largo de toda esa década,
alguno de ellos hasta formaba parte de
la
mismísima CIA en un doble juego.
exigiendo libertad para los cinco cubanos detenidos Foto: dominio público en Wikimedia Commons
Por ahora se trata de mera especulación, por supuesto, y en cualquier caso sería en una proporción mucho menor a la de los gobiernos, dada su complejidad:
Y es que si bien las transmisiones más grandes pueden alcanzar los quinientos mil vatios, lo que garantiza que pueden llegar hasta cualquier rincón de la Tierra y hasta el escondite más profundo, eso que sería útil para un espía no resultaría igual para un contrabandista que tiene que trasladarse a menudo.
De todas formas, la
mayor parte de los emisores/receptores que suelen usarse son más
modestos, de baja potencia, y necesitan condiciones idóneas para
trabajar, operando entre diez y cien kilovatios.
En primer lugar una identificación previa que advierte a los destinatarios de la inminente emisión de un mensaje:
A continuación se emite el mensaje propiamente dicho, que suele ser un código de cinco caracteres combinando números y letras; también se repite para asegurarse de que es recibido adecuadamente y a veces hay más de un mensaje.
Eso sí, siempre en formato de libreta de un solo uso, es decir, con un encriptamiento cuya clave de cifrado únicamente vale para esa ocasión.
Por último, es el turno de la despedida que, al igual que en los casos anteriores, reviste formas diversas según el emisor:
video:
Inri en Wikimedia Commons
Algunas emiten durante un tiempo y luego guardan silencio durante años hasta que vuelven a revivir. Esto dificulta encontrarlas, no sólo por parte del contraespionaje sino por los radioaficionados mismos, que a veces se entretienen en ello.
En ocasiones, los
agentes son descubiertos por errores insospechados, como pasó en
1998 en EE.UU. con una emisora cubana llamada Atención, que
metió la pata al transmitir en la misma frecuencia que Radio Habana
Cuba, una emisora pública creada por Fidel Castro tras el
intento de
invasión de Bahía de Cochinos.
Pero lo mejor fue cuando en 1997 otro grupo editó un montón de emisiones en un pack de cuatro CD bajo el título The Conet Project.
Los hay en múltiples idiomas y formatos (voces secuenciando, morse, politonos e incluso una lengua que no ha sido identificada).
Si alguien tiene
curiosidad o ya no aguanta más el penoso panorama musical, puede
descargarlos gratuitamente en
este otro link; una alternativa es
escucharlos en el vídeo arriba adjunto.
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