por Santiago Mayor
21 Agosto
2017
del
Sitio Web
RT
Foto publicada por el investigador Daniel Schavelzon
de un
edificio en ruinas ubicado en el parque Teyu Cuare
de la
provincia de Misiones (Argentina),
el 9 de
marzo de 2015.
DANIEL SCHAVELZON / AFP
El investigador Daniel
Schavelzon,
autor de 'Arqueología de un
refugio nazi en la Argentina',
contó en exclusiva a RT
la historia de esta particular
edificación.
Tras varios años de trabajo
en Teyú Cuaré (Misiones,
Argentina), Daniel Schávelzon y Ana Igareta publicaron
en 2017 el libro 'Arqueología
de un refugio nazi en la Argentina'.
Ambos, investigadores del
Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet),
hallaron una pequeña edificación en medio de la selva al norte del
país sudamericano que les llamó la atención.
Esa casa de 3x3 metros estaba construida de una forma muy distinta a
las ruinas de los jesuitas que se pueden ver en el lugar; más bien
tenía características modernas, del siglo XX.
A esto se sumaba que,
según las historias locales, allí se habían escondido altos jerarcas
del régimen nazi.
"El lugar tenía
'algo' que no me cerraba, no era jesuítico ni muy antiguo, como
me explicaron", contó Schávelzon en diálogo con RT.
El investigador explicó
que la primera vez que vio el refugio fue en 2001,
"cuando se abrió el
parque al público" pero, como en aquel entonces trabajaba en la
"restauración de las ruinas jesuíticas cercanas", solo pudo
"guardarlo en la cabeza como posible trabajo futuro".
Los primeros
hallazgos
El investigador detalló que tardaron "un año, con varias temporadas
de trabajo en el lugar", hasta darse cuenta que se encontraban
frente a un hallazgo muy importante.
No fue hasta dar,
"con el primer grupo
de monedas enterradas debajo de un cimiento" que comprendieron
por qué "era tan moderno, pareciendo tan antiguo; por qué no
había datos, registros ni nada".
Schávelzon apuntó que el
descubrimiento de,
"una lata en medio de
un gruesa pared de piedra con las fotos de Mussolini y Hitler y
el resto de objetos aclaró la situación".
Tal como reseñó
el diario
'Clarín', además aparecieron recortes de diarios donde aparecía un
soldado alemán con una esvástica, una moneda alemana de 1942 de 50 'Reichspfennig',
dos coronas eslovacas de 1940, un dinar yugoslavo de 1938 y una
moneda de un centavo argentino de 1939.
El entrevistado explicó que estaba,
"todo muy escondido,
bajo tierra, entre piedras, nada visible".
Lo que se veía a simple
vista eran,
"ruinas y muros de
piedra que solo con mucho trabajo se puede entender que son del
siglo XX", pero "hasta no encontrar lo escondido fue imposible
entender".
Daniel Schávelzon
es.wikipedia.org
ERodLeir / CC
BY-SA 4.0
Los mitos y
los problemas
Uno de los principales mitos que circulaba entre los lugareños era
que en esa casa había vivido Martín Bornman, el secretario
privado de Adolf Hitler.
Incluso, hay carteles que
señalizan el lugar de esa forma.
También, al comenzar la
investigación los medios locales aseguraron que se había encontrado
un "tesoro nazi".
"La verdad es que
tuvimos problemas.
No tenemos que
exagerar, pero los diarios locales insistieron en tesoros, los
ensayos con humanos de Mengele y otras aberraciones o tonterías
para vender", subrayó Schávelzon.
En un momento,
"llegó la Policía
para llevarse el 'tesoro' haciendo el papel de idiotas,
realmente", agregó el investigador.
Asimismo, reconoce que el
hecho de que circulara el mito de Bormann,
"muestra que la gente
local algo imaginaba o alguien supo algo".
Sin embargo, la decisión
del equipo de investigación fue,
"no hacer caso a
habladurías y buscar evidencia material".
Un lugar único en
América Latina
Finalmente, Schávelzon comentó que,
"todo lo encontrado
apunta a la fecha 1945 o, al menos, para mitad del siglo XX, si
no se puede ser tan preciso".
En ese sentido, consideró
que,
"es probable que haya
sido construido por algún grupo neonazi local como lugar de
refugio para ofrecérselo a alguien, quizás incluso se usó poco
tiempo".
No obstante, puntualizó
que, al menos durante aquellos años,
"los jerarcas
refugiados en el país
vivieron libremente y sin tener que
esconderse".
Al ser consultado sobre
lugares similares, sostuvo que,
"no hay referencia alguna a otro
sitio así en el continente", aunque no descartó que existan y aún no
hayan sido descubiertos.
"Es necesario revisar
los datos de excavación y relevamiento de muchos lugares que,
quizás, tengan historias parecidas".
¿Argentina fue Refugio
de los Nazis?
- ¿Dónde está Hitler? - Hablamos con un
Historiador -
por Santiago Mayor
17 Junio 2017
del
Sitio Web
RT
La
exposición
'El Estado del
engaño: el poder de la propaganda nazi",
en el Museo
Nacional del Holocausto en Washington, EE.UU.
4 febrero 2009
Reuters
La cultura popular ha
instalado la idea
de que el país sudamericano
tuvo una política de
connivencia
con los partidarios de Hitler
fugados de Alemania tras la
guerra.
¿Fue realmente así?
-
¿Argentina fue refugio de los
nazis?
-
¿Hitler estuvo en el país
sudamericano?
-
¿El Gobierno de Juan Domingo
Perón encubrió a los jerarcas del fascismo alemán?
Todas estas preguntas - y más - han
circulado a lo largo de la historia.
La cultura popular,
representada incluso en películas de Hollywood, ha ubicado al país
sudamericano como un territorio amigable al cual migraron muchos
partidarios del nazismo alemán tras perder la Segunda Guerra
Mundial.
Sin embargo, existe una parte de verdad y otra gran parte de mito.
El descubrimiento de
reliquias con simbología nazi en
las afueras de la capital argentina hace algunos días reavivó el
debate.
El historiador de la Universidad de
Buenos Aires (UBA), Damián Finucci, dialogó con RT para
tratar de esclarecer los hechos.
Nazis en Argentina, antes
de la guerra
Finucci comenzó explicando que la presencia de partidarios del
nazismo no se dio solo luego de la caída de Berlín en 1945.
"Durante gran parte de la década
de 1920 y 1930 Argentina recibió 70.000 inmigrantes alemanes",
contó.
Si bien no eran todos partidarios de
Adolfo Hitler,
"hubo una decisión política que
tuvo el partido nazi para lograr el apoyo de ciudadanos alemanes
en el extranjero".
Los nacionalsocialistas buscaron,
"influenciar a la sociedad civil".
Se editaron publicaciones afines y se
construyeron,
"alrededor de 200 escuelas en el
país donde se reproducía directamente la cultura nazi", ya que
eran privadas y "se encontraban al margen de la
institucionalidad oficial argentina".
Como hecho más significativo el
historiador recordó
el acto de 1938 en el estadio Luna
Park de la Ciudad de Buenos Aires,
"donde participaron 15.000
personas para celebrar la anexión de Austria" por parte de
Alemania.
"Dentro de ese evento se llevó a
cabo una liturgia nazi donde hasta el Himno Nacional Argentino
fue saludado con el brazo en alto", remarcó Finucci.
La guerra y los
salvoconductos
El experto recordó que Argentina,
"mantuvo la neutralidad durante la
Segunda Guerra Mundial hasta pocos días antes de que termine".
No obstante, hizo hincapié en que la
relación del país,
"con los jerarcas nazis" hay que
pensarla sin dudas "en relación a la política de apoyo que llevó
a cabo el Partido Nacionalsocialista durante las décadas de 1930
y 1940".
En todo el mundo,
"fue construyendo la posibilidad
de tener salvoconductos".
En distintos países sudamericanos se
formaron antes de la guerra,
"grupos nazis que luego fueron la
base de las operaciones para recibir no solo a jerarcas, sino
también a ciudadanos alemanes en general".
Erich Priebke,
excapitán de las SS,
escoltado por
la Policía argentina,
el 20 de
noviembre de 1995.
Enrique
Marcarian / Reuters
Finucci enumeró los casos más famosos, como el de Adolf Eichmann,
"que llegó al país gracias al
apoyo del Vaticano".
También,
"se cree que Josef Mengele estuvo
en Paraguay y Argentina, pero apareció muerto en Brasil".
Erich Priebke,
"se refugió en Argentina,
particularmente en Bariloche, donde llegó a constituirse como un
ciudadano ilustre del pueblo y fue juzgado muchos años después".
Finalmente, Klaus Barbie,
"que fue jefe de la Gestapo en
Lyon", se instaló en Bolivia, donde "incluso se ha planteado que
participó en los grupos de tareas que terminaron capturando y
asesinando a Ernesto 'Che' Guevara".
¿Nazis o técnicos?
Si bien es un dato objetivo que estos líderes nazis arribaron a la
Argentina, Finucci encuentra una explicación menos conspirativa y
más racional.
En ese sentido, citó a Raanan Rein,
un historiador israelí que plantea que,
"en realidad hubo una política de
todos los países de buscar técnicos, ingenieros y diversos
científicos formados en Alemania".
Sucedió en EE.UU., también la Unión
Soviética y,
"Argentina se sumó a esta
tendencia".
Sin embargo, el historiador remarcó
que,
"mediante esta política se
encontraron muchas veces con criminales de guerra, pero que dado
el andamiaje nazi y producto de la concentración en la imagen de
Hitler, no eran tan conocidos".
Ese fue el caso de Eichmann.
"Fue secuestrado y encarcelado en
la Alemania ya reconquistada por los Aliados, sin embargo logró
escapar en gran medida porque no lograron comprobar su
identidad", explicó.
El criminal de guerra
nazi Adolf Eichmann,
encarcelado en
Israel,
el 15 de abril de
1961.
Reuters
Peronismo y nazismo
Una de las explicaciones que se han dado respecto a la llegada de
nazis a la Argentina se asienta en una mirada que ha calificado a
los primeros gobiernos de Juan Domingo Perón (1946-1955) como
afines a esta doctrina.
Para Finucci, eso,
"reviste todo un debate que es más
diverso y difícil de precisar de forma taxativa".
Volviendo a la mirada de Raanan Rein,
el historiador afirmó que Perón,
"no tuvo una fascinación con los
nazis y tampoco una vinculación con ellos".
Sino que,
"como parte de esta política
internacional de querer captar mano de obra calificada", el
Gobierno argentino fue "uno más" de los que logró "atraer a
estos científicos y técnicos".
De hecho, bajo el Gobierno peronista,
"se logró una mayor visibilización
de la comunidad judía en Argentina", que llegó a tener cierta
influencia.
Tal es así, que cuando se creó el
Estado de Israel en 1948,
"Argentina fue uno de los primeros
países en enviar un embajador a Tel Aviv".
¿Y dónde está Hitler?
Por último, el especialista se refirió a las versiones que sostienen
que el Hitler no murió en Berlín, sino que huyó y se refugió en
América del Sur.
Pensar si estuvo en Argentina o
Paraguay,
"es entrar en un terreno de
especulación donde empiezan a jugar los documentos de los
servicios de inteligencia", opinó.
Finucci apuntó que el periodista
Abel Basti dio cuenta de un documento de 1944,
"donde se dejaba entrever la
posibilidad de un escape de Hitler a la Argentina".
Además, Basti escribió un libro con
entrevistas y citas de documentos desclasificados de agencias de
inteligencia que darían cuenta de que esto se llevó a cabo.
El historiador consideró que no es,
"fundamento suficiente" para
probar que Hitler "estuvo en este país o cualquier otro", aunque
"sin duda deja abierto el debate sobre cuál fue el desenlace
final".
Desde su perspectiva,
"seguir de cerca los estudios de
los documentos desclasificados ayuda a pensar pero no puede
servir como elemento probatorio".
Es que suponer "inocentemente" que los
documentos de organismos de inteligencia,
"van a dar elementos certeros"
implicaría "negar la intencionalidad que tienen esas agencias
para confundir y crear historias alternativas".
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