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  18 Junio 2015
 
			del Sitio Web
			
			GazzettaDelApocalipsis
 
 
 
 
 
  
 
			  
			Cada vez se habla más de ello:
 
				
				las autoridades y los grandes bancos 
				han iniciado una lucha para terminar con el dinero en efectivo 
				en todo el mundo. 
			Los gobiernos están limitando el uso de 
			dinero en efectivo y cada vez aparecen más economistas "oficiales" 
			pidiendo la abolición pura y dura del dinero físico.
 Los primeros pasos de las autoridades consisten en restringir la 
			cantidad de dinero que se puede retirar de los bancos, y en limitar 
			lo que se puede comprar con dinero físico.
 
 Pero, ¿por qué se inicia esta guerra contra el dinero en efectivo 
			precisamente ahora?
 
 
			
  
 
			Para comprenderlo debemos distinguir entre dinero físico en 
			efectivo, es decir en billetes y monedas que tenemos en mano, en 
			nuestra cartera y el dinero digital en efectivo, que tenemos 
			guardado en el banco.
 
 La diferencia es evidente: el dinero en efectivo que tenemos en mano 
			no puede ser confiscado mediante un rescate tipo "bail-in" (es 
			decir, robo sancionado oficialmente) que básicamente se 
			produce cuando el gobierno o el banco expropia un porcentaje del 
			dinero depositado en la cuenta bancaria.
 
			  
			El dinero en efectivo que tenemos en 
			mano no puede ser erosionado por tasas de interés negativas o cuotas 
			como sí sucede con el dinero que tenemos en la cuenta bancaria.
 La diferencia entre tener el dinero en efectivo en mano o tenerlo en 
			el banco, es que si lo tenemos en el banco no podemos retirarlo 
			durante una emergencia financiera que paralice los bancos. Ellos 
			deciden cuándo nos lo dan y en qué condiciones.
 
 Cuando los expertos sugieren que el dinero en efectivo es 
			"obsoleto", nunca hablan del dinero en efectivo del banco.
 
			  
			Básicamente porque ese dinero le va muy 
			bien a la entidad bancaria o al gobierno, porque puede ser 
			expropiado en cualquier momento, o ser diezmado con tasas de interés 
			negativas.
 
			
  
 
			Por ejemplo, uno de los mayores defensores de la eliminación del 
			dinero físico, el economista en jefe de Citigroup, Willem Buiter, 
			recientemente opinó que la mayor parte de la
			
			crisis de 2008-2009 podría haberse 
			evitado si los bancos hubieran cargado una tasa de interés negativa 
			del 6% sobre el dinero en efectivo: es decir, tomar el 6% del dinero 
			en efectivo de los depositantes para obligarles a gastar ese dinero 
			de forma inmediata para no perder una parte.
 
 Lo cierto es que tanto el dinero en efectivo que tenemos en mano 
			como el que está depositado en el banco están sujetos a un método de 
			expropiación encubierta:
			
			la inflación.
 
				
					
					
					La inflación es el objetivo más 
					preciado de cualquier banco central, porque le permite robar 
					poder adquisitivo del dinero físico y del dinero digital por 
					igual. 
					
					La inflación castiga a los que 
					tienen dinero en efectivo y beneficia a los que tienen 
					deuda, ya que la deuda se vuelve más barata. 
			El efecto beneficioso de la inflación 
			sobre la deuda ha sido utilizado desde hace décadas, por lo que no 
			puede ser la causa principal del creciente interés de los gobiernos 
			en eliminar el dinero físico en efectivo.
 
			
  
 
			Así que volvamos a la pregunta:
 
				
				¿Por qué los gobiernos han 
				declarando de repente la guerra contra el dinero físico, la 
				forma más antigua de dinero? 
			La excusa principal que ponen es que el 
			dinero en efectivo ofrece la posibilidad de evadir impuestos. 
			Pero hay otra razón, la razón real:
 
				
				el dinero físico evita el robo 
				realizado sobre las cuentas bancarias mediante las tasas de 
				interés negativas y elude la posibilidad de que ese dinero sea 
				utilizado en futuros rescates bancarios aplicados a los 
				depositantes. 
			En resumen, el dinero en efectivo es 
			extremadamente difícil de robar por parte de los gobiernos y de los 
			bancos.
 
			
  
 
			Así pues, su eliminación es una cuestión de control, puro y duro, 
			sobre la población.
 
 Con esta guerra contra el dinero físico, los bancos y las 
			autoridades gubernamentales están tratando de reforzar su control 
			sobre el dinero que todos los ciudadanos poseemos y anticipan los 
			rescates bancarios que se producirán y las tasas de interés 
			negativas con las que castigarán a la población.
 
 Con la imposición de tasas de interés negativas, estarán forzando a 
			que los ciudadanos no ahorren, sino que gasten su dinero para no 
			verlo disminuir o incluso forzarán a aquellos que tengan más, a 
			apostarlo en los "casinos" de las bolsas para tratar de obtener 
			rentabilidad.
 
 De hecho, el propio Buiter deja claro que, según su criterio, la 
			recesión actual se debe a que los hogares y las empresas 
			acumulan dinero en lugar de gastarlo.
 
			  
			Según él, pues, la solución consiste en 
			controlar ese dinero mediante tasas y obligar a los ciudadanos a 
			gastarlo, no según su propio criterio, sino según los designios de 
			los bancos centrales y los gobiernos.
 Convertirnos a todos en títeres al servicio de la macroeconomía, 
			bailando al son que dicten las autoridades económicas, sin que 
			tengamos derecho a decidir qué hacemos con nuestro dinero.
 
 Es simplemente eso, aunque mucha gente se deje engañar con la 
			patraña de que el objetivo es "perseguir el fraude fiscal de los 
			ricos".
 
 
			
  
 
			Con este tipo de medidas, los ciudadanos no podrán ahorrar dinero, 
			que es la única respuesta racional y prudente en una era de 
			represión financiera e inseguridad económica.
 
			  
			Y eso demuestra que los bancos 
			centrales están trabajando activamente en contra de los 
			intereses de los ciudadanos.
 Cuando se ataca al ahorro, se está atacando la posibilidad de 
			acumular dinero y ascender socialmente, porque sólo aquellos que 
			pueden ahorrar un pequeño capital, pueden después invertirlo en 
			crear empresas o riqueza.
 
 Al atacar al dinero en efectivo, los bancos centrales y los 
			gobiernos están atacando la capacidad de los ciudadanos de construir 
			sus propios proyectos y destruyen las bases fundamentales de la 
			pequeña y mediana empresa y de la clase media en su totalidad.
 
 
			
  
 
			Aquellos que ya disponen de mucho dinero y propiedades, pueden pedir 
			prestadas sumas esencialmente ilimitadas a tasas de interés cercanas 
			a cero, que pueden utilizar para acumular aún más activos 
			productivos.
 
			  
			Todos los demás, la parte inferior del 
			99,5% de la población, se verá reducida a la servidumbre del consumo 
			inmediato para sobrevivir:  
				
				gastando cada céntimo que se gane en 
				el pago de intereses, bienes y servicios, sin capacidad para 
				construir nada. 
			Esto redundará en aumentar aún mucho más 
			todos los males que estamos viviendo actualmente:  
				
					
					
					aumento de la desigualdad de 
					ingresos
					
					reducción de oportunidades para 
					la iniciativa empresarial
					
					aumento de carga de la deuda y 
					una perspectiva cortoplacista,  
			...que anulará toda posibilidad de 
			planificación a largo plazo por parte de la clase media, aquella que 
			es necesaria para construir riqueza real y equitativa.
 
			
  
 
			  
			  
			EL GRUPO 
			BILDERBERG DEBATE SOBRE LA ABOLICIÓN DEL DINERO EN EFECTIVO
 
 Entre las conversaciones privadas que se han producido en la última 
			reunión 
			del Grupo Bilderberg, se han 
			sentado las bases para empezar a restringir el uso de dinero físico 
			y en última instancia, prohibirlo.
 
 Con la excusa de que la "prohibición del dinero en efectivo es la 
			solución a los problemas económicos", se están iniciando las 
			maniobras para entregar el poder completo de nuestras vidas a las 
			élites de banqueros, los grandes capitales y sus esbirros de los 
			gobiernos.
 
 Lo más indignante, es que entre los que han discutido estos 
			controles sobre los capitales de los ciudadanos comunes "con el 
			objetivo de impedir el fraude fiscal" y "acabar con la financiación 
			de grupos terroristas", estaba nada más y nada menos que el 
			presidente del HSBC, la entidad bancaria corrupta que ha sido 
			condenada a pagar más de 40 millones de dólares por lavado de dinero 
			ilegal, por verse involucrada con oscuros traficantes de armas y por 
			ayudar a multimillonarios a evadir sus impuestos.
 
 
			
  
 
			Una auténtica burla a los ciudadanos y una demostración clara de que 
			esto no tiene nada que ver con "detener el fraude fiscal y la 
			evasión de impuestos", sino que se están tomando medidas para 
			otorgar a los bancos centrales y a los gobiernos el poder absoluto 
			de controlar directamente las finanzas de los ciudadanos.
 
 Porque una vez que todos estemos obligados por la fuerza a utilizar 
			moneda digital en cualquiera de sus modalidades, estaremos 
			controlados las 24 horas de día.
 
 
			  
			  
			LOS 
			INVESTIGADORES PREDIJERON EN 1971
 
			...QUE 
			LAS TARJETAS DE DÉBITO ERAN LA MEJOR HERRAMIENTA DE ESPIONAJE Y 
			CONTROL POSIBLE
 A finales de octubre de 1971 un grupo de académicos y tecnólogos se 
			reunieron en una conferencia en Georgetown. Se les dio la tarea de 
			concebir y diseñar el programa de vigilancia más completo que 
			pudieran imaginar.
 
 Y la mejor manera que se les ocurrió para controlar a la población, 
			fue algo muy parecido a las actuales tarjetas de débito.
 
 
			  
			
			 Universidad de Georgetown
 
 
			Esta fue la pregunta planteada a los investigadores en 1971:
 
				
				"Suponga que usted es asesor del 
				jefe de la KGB, la policía secreta soviética. Suponga que se le 
				otorga la tarea de diseñar un sistema para vigilar a todos los 
				ciudadanos dentro de las fronteras de la URSS. El sistema de 
				vigilancia no puede ser ni molesto ni evidente. ¿Cómo lo haría 
				usted?" 
			Pues bien, a ese grupo de académicos y 
			expertos, no se les ocurrió crear una red para interceptar todas las 
			llamadas de teléfono, o colocar cámaras de vigilancia en cada 
			esquina.
 Lo que imaginaron como mejor método para controlar a la población, 
			fue un sistema de transferencia electrónica de fondos, un sistema 
			muy similar al sistema de tarjeta de débito que todos usamos hoy en 
			día.
 
 
			
  
 
				
				"No sólo permitiría manejar toda la 
				contabilidad financiera, sino que proporcionaría estadísticas 
				cruciales para una economía centralmente planificada", escribió 
				Paul Armer en 1975 relatando el experimento.    
				"Fue el mejor sistema de vigilancia 
				que podíamos imaginar, teniendo en cuenta que no debía ser 
				molesto ni evidente" 
			  
			
			 Paul Armer
 
 
			Paul Armer era científico de computación en RAND Corporation 
			y fue uno de los primeros defensores de la privacidad digital, mucho 
			antes de que la gente tuviera tarjetas de débito y de que tuviera 
			acceso a Internet… pensó que esta sociedad sin dinero en efectivo en 
			realidad planteaba la mayor amenaza para la privacidad de los 
			ciudadanos.
 
 Este experimento de 1971 y las conclusiones a la que llegaron los 
			expertos, son altamente significativos y nos hablan claramente de 
			cuáles son los objetivos reales de la eliminación del dinero en 
			efectivo.
 
 Pensemos por un momento acerca de la información que los bancos 
			recogen cada vez que pasamos una tarjeta de débito o de crédito.
 
 Ellos saben exactamente dónde, cuándo y cómo gastamos nuestro 
			dinero.
 
 
			
  
 
			Después de tan sólo unas pocas transacciones, cualquier persona con 
			acceso a dicha información puede empezar a pintar un cuadro bastante 
			detallado de la forma en que vives tu vida.
 
			  
			Y quizás lo más importante, ese retrato 
			sobre ti y sobre tus actividades, se crea sin que ni tan solo te des 
			cuenta.
 Por esta razón, 
			los poderes fácticos están 
			obsesionados por terminar con el dinero en efectivo: eso les 
			permitirá espiarnos y controlarnos plenamente y de forma absoluta, 
			sin limitaciones y sin que tan solo nos demos cuenta de que lo 
			hacen.
 
 Llegar a este punto crucial, era uno de los objetivos principales 
			por los cuales estas élites diseñaron esta crisis. Una vez creado el 
			problema, ellos mismos acuden con la solución: y la solución, les 
			otorga el poder total y absoluto sobre todos nosotros.
 
 En una sociedad sin dinero en efectivo, no habrá lugar a la 
			disidencia ni a la rebeldía:
 
				
				solo habrá lugar para la obediencia, 
				o te cortarán el grifo del dinero, con tan solo apretar una 
				tecla y te morirás de hambre. 
			  
			
			
			 
			  
			  
			Todas nuestras transacciones serán 
			rastreables y todos podremos ser víctimas de los designios 
			caprichosos de las entidades financieras y de sus esbirros 
			gubernamentales.
 Ellos cortarán el grifo del gasto o nos obligarán a consumir, según 
			les convenga, y sin que tengamos derecho a plantear alternativas.
 
 Estamos ante un golpe de estado planetario, ante el establecimiento 
			de la forma de control definitivo; y es algo contra lo que se debe 
			luchar a toda costa.
 
 Desgraciadamente, la mayoría de gente no se da cuenta de lo que está 
			sucediendo; a mucha gente la llevarán engañada a aceptar este 
			sistema con la excusa de que servirá para perseguir a los grandes 
			defraudadores.
 
 Se realizará un simulacro de persecución de los más poderosos, que 
			servirá de subterfugio para acabar sometiendo a la población, que es 
			el auténtico objetivo que se está buscando con todas estas 
			maniobras.
 
 Y esta, que está pasando desapercibida, es una de las mayores 
			amenazas para nuestras libertades.
 
 
			
  
 
			La mayoría de nosotros estamos distraídos,
 
				
					
					
					atentos a las tensiones entre la 
					OTAN, Rusia y China
					
					mucha otra gente está mirando al 
					cielo, esperando que las amenazas aparezcan en forma de 
					asteroide, extraterrestre o planeta X,  
			...cuando el gran golpe, aquél que nos 
			conducirá a la tiranía, nos lo darán a través de cosas mucho más 
			sencillas y cotidianas, pero mucho más determinantes para nuestra 
			existencia.
 Eliminar el dinero en efectivo es una de las jugadas definitivas y 
			equivaldrá en sus efectos a insertarnos a todos un chip de 
			identificación bajo la piel.
 
 Los efectos serán muy similares, porque nos tendrán controlados 
			prácticamente igual.
 
 Así pues, que nadie se deje engañar por los discursos aparentemente
			benevolentes e igualitarios con los que tratarán de 
			disfrazar este golpe definitivo a nuestras libertades.
 
 Y ante todo, mucha atención a la cara de aquellos que traten de 
			vendernos las bondades de esta idea escudándose en la excusa 
			de luchar contra la evasión de capitales o el fraude fiscal:
 
				
				quizás vengan disfrazados de 
				personas bondadosas, generosas y luchadoras por la igualdad 
				social… pero todo será una trampa largamente planeada… 
			  
			  
			Fuentes
 
				
			 
			   
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