3 Abril 2015 del Sitio Web RT
Mientras muchos medios de comunicación internacionales se centran en arremeter contra Cuba, Venezuela u otros países que no se subordinan a Occidente, en Colombia está muriendo en silencio la mayor población indígena del país, los Wayúu, cuyo río madre ha sido privatizado para una mina de carbón.
La mina de carbón El Cerrejón, la
más grande del mundo a cielo abierto y que utiliza unos 35.000
litros de agua al día, afecta la vida de los indígenas,
privándolos de la única fuente hídrica que tenían y causando
numerosas muertes entre la población.
El territorio que ocupan los Wayúu, en el norte del país, carece de controles y presencia estatal colombiana. Mientras los miembros de la comunidad se mueren de sed y hambre, la escasa ayuda gubernamental no llega a los indígenas por culpa de la corrupción, según los voceros de la población Armando Valbuena y Javier Rojas Uriana.
Este último, representante legal de Asociación de Autoridades Tradicionales Indígenas Wayuu Shipia Wayuu, fue a presentar una denuncia ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) de la OEA, por la violación de sus derechos vitales fundamentales, y a exigir que se tomen medidas urgentes para que los indígenas puedan recuperar el uso del río Ranchería, el único que poseen.
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Por su parte, la comunidad indígena de Guatemala denuncia que está bajo presión del Gobierno por su oposición a los proyectos que las multinacionales quieren llevar a cabo en los asentamientos de la población autóctona.
"Nos han dicho que nosotros somos personas terroristas, que nosotros somos personas que estamos en contra del desarrollo, estamos en contra del sistema", dijo Isabel Turuy Patzan, un hombre indígena.
Los activistas aseguran que la falta de información es uno de los factores que permiten a las autoridades criminalizar las protestas, impedir consultas y acallar las voces de todo un pueblo.
Uno de los casos más impactantes y tristemente conocidos es el de la petrolera estadounidense Texaco, más tarde absorbida por Chevron, que causó uno de los peores desastres medioambientales de la historia en la Amazonía ecuatoriana.
Debido a las malas prácticas extractivas afectaron al ecosistema, a las personas, a las especies; alteraron tanto el medioambiente que hasta obligaron a desplazarse a poblaciones indígenas de sus territorios ancestrales.
Eva Golinger constata...
'La Mano de Muerte de Chevron'
...en la selva amazónica de Ecuador
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Se calcula que durante los 30 años que la petrolera estuvo en Ecuador se vertieron aproximadamente 80.000 toneladas de residuos tóxicos en un área de unas 500.000 hectáreas.
Además, se estima que esta contaminación se ha cobrado al menos 1.400 vidas en la región, por enfermedades derivadas de los vertidos.
Muchos indígenas y agricultores siguen afectados por las secuelas, que incluyen malformaciones de nacimiento y distintos tipos de cáncer.
"Las empresas transnacionales gozan de derechos especiales, protecciones y privilegios que han llevado la injusticia social y ambiental a un nivel sin precedentes, en particular en los países en desarrollo que no cuentan siempre con los recursos legales suficientes para defenderse."
Ricardo Patiñoministro de Relaciones Exteriores del Ecuador
Por su fuera poco, la petrolera norteamericana se ha negado a pagar una indemnización de 9.500 millones de dólares, fijada por la justicia de Ecuador, en el marco de un proceso legal iniciado por indígenas y colonos de la Amazonía ecuatoriana.
"El daño masivo causado por Texaco en la zona de Lago Agrio en la selva amazónica del Ecuador es bien conocido.
Esta espeluznante contaminación es evidente en las piscinas infectadas de desechos tóxicos que aún permanecen veinte años después de la salida formal de la petrolera estadounidense de nuestro país.
A pesar de perder un caso judicial en Ecuador, llevado por las comunidades indígenas afectadas, Chevron (que adquirió Texaco en 2000) está utilizando ilegal e ilegítimamente el sistema internacional de arbitraje para eludir el cumplimiento de la sentencia emitida en el Ecuador", manifestó al respecto el ministro de Relaciones Exteriores del Ecuador, Ricardo Patiño, en un artículo escrito para RT.
Casos con final feliz
No obstante, algunas de las luchas de los indígenas contra las transnacionales sí que tienen un final feliz.
Así, en octubre del año pasado la Corte Suprema de Chile revocó el fallo de un tribunal que había dado luz verde al proyecto de oro y cobre El Morro, de la empresa canadiense Goldcorp, gracias a un recurso de protección interpuesto por los indígenas diaguitas.
La Corte Suprema señaló que la resolución favorable del estudio de impacto ambiental obtenida en octubre del 2013 estaba viciada porque no se había hecho la consulta correspondiente a las comunidades involucradas y, en un fallo dividido, revirtió la decisión de la Corte de Apelaciones de Copiapó, a unos 800 kilómetros al norte de Santiago, que había rechazado el recurso de protección de los diaguitas.
Esta victoria se sumó a otros fallos judiciales, ganados por los diaguitas a la canadiense Barrick Gold.
Así, en mayo del 2013 paralizaron el proyecto aurífero Pascua Lama, en un sector compartido de la cordillera de los Andes, tras demostrar que los trabajos previos de la mina contaminaban los glaciares cercanos, obligando a la empresa a concretar un compromiso con los indígenas, que podrán acceder a información del proyecto, para ser posteriormente revisada por expertos.
Ranchería Wayuu