Mientras muchos medios de
comunicación internacionales
se centran en arremeter contra
Cuba, Venezuela u otros países que no se subordinan
a Occidente,
en Colombia está muriendo en silencio
la mayor población
indígena del país, los Wayúu,
cuyo río madre ha sido privatizado
para una mina de carbón.
La mina de carbón El Cerrejón, la
más grande del mundo a cielo abierto y que utiliza unos 35.000
litros de agua al día, afecta la vida de los indígenas,
privándolos de la única fuente hídrica que tenían y causando
numerosas muertes entre la población.
Armando Valbuena, autoridad tradicional de los Wayúu, denuncia
que alrededor de 14.000 niños de esta comunidad indígena
han muerto de inanición y "la mortandad no se detiene",
según lo cita el portal
Aporrea.
El territorio que ocupan los Wayúu,
en el norte del país, carece de controles y presencia estatal
colombiana. Mientras los miembros de la comunidad se mueren de
sed y hambre, la escasa ayuda gubernamental no
llega a los indígenas por culpa de la corrupción,
según los voceros de la población Armando Valbuena y Javier
Rojas Uriana.
"Las medidas que se
han tomado son insuficientes y Cerrejón, con el permiso
del Gobierno Nacional, se apoderó de la única fuente
hídrica que teníamos, dejando a la comunidad aguantando
sed y por eso se han perdido muchas vidas"
Javier Rojas
Uriana
representante legal de la Asociación de
Autoridades Tradicionales Indígenas Wayúu Shipia Wayúu
Este último, representante legal de
Asociación de Autoridades Tradicionales Indígenas Wayuu Shipia
Wayuu, fue a presentar una denuncia ante la Comisión
Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) de la OEA, por la
violación de sus derechos vitales fundamentales, y a exigir que
se tomen medidas urgentes para que los indígenas puedan
recuperar el uso del río Ranchería, el único que poseen.
"Las medidas que se han tomado
son insuficientes y Cerrejón, con el permiso del Gobierno
Nacional, se apoderó de la única fuente hídrica que teníamos,
dejando a la comunidad aguantando sed y por eso se han
perdido muchas vidas", declaró Uriana, según lo cita 'El
Heraldo'.
"Las regalías han ido a parar a
los bolsillos de los políticos y nos han usado como excusa
para direccionar recursos para supuestos programas que nunca
nos han beneficiado", agregó.

Lunae
Parracho / Reuters
Lejos de ser un caso
aislado
La tragedia de
los Wayúu está lejos
de ser el único caso que representa la grave violación de los
derechos de los pueblos indígenas por parte de las grandes
empresas.
En febrero, varias agrupaciones
indígenas del Cauca, uno de los principales departamentos de
aborígenes en Colombia, organizaron un levantamiento
pacífico para exigir que se les reconozca el derecho a la
tierra y acusar al Gobierno de usurpar sus territorios más
productivos.
Los manifestantes denunciaron que el
Gobierno había asignado sus tierras más fértiles a la
industria cañera.
Además, señalaron que las empresas
instaladas contaminan estas zonas milenarias sin respeto alguno
por el medioambiente.
"Hay un interés por parte de las
multinacionales que pretenden entrar en estos territorios
para explotar yacimientos de diferentes metales, entre ellos,
el oro", señaló a RT el portavoz del consejo regional
indígena del Cauca, Antonio Palechor.
"Nos han dicho que
nosotros somos personas terroristas, que nosotros somos
personas que estamos en contra del desarrollo, estamos
en contra del sistema"
Isabel Turuy
Patzan, un hombre indígena
En Perú, los pueblos indígenas
protestan desde hace años contra la extracción de recursos en
sus territorios y la explotación de hidrocarburos.
A finales de enero, cientos de
indígenas peruanos
paralizaron la producción en la mayor concesión petrolífera
del país, denominada 'Lote 1AB', operada por la empresa
argentina Pluspetrol.
En Brasil, la
multinacional
Coca-Cola está involucrada en varias luchas
de los pueblos indígenas, ya que compra el azúcar a la empresa
estadounidense Bunge, que, según denuncian, lo obtiene de
tierras robadas a sus tribus.
En Argentina, el conflicto entre el
Estado y los indígenas Qom por el derecho a la tierra y su
propia identidad, no deja de agitar al país y genera cada vez
más discordia en la sociedad.
Por su parte, la comunidad indígena
de Guatemala
denuncia
que está bajo presión del Gobierno
por su oposición a los proyectos que las multinacionales quieren
llevar a cabo en los asentamientos de la población autóctona.
"Nos han dicho que nosotros
somos personas terroristas, que nosotros somos personas que
estamos en contra del desarrollo, estamos en contra del
sistema", dijo Isabel Turuy Patzan, un hombre indígena.
Los activistas aseguran que la falta
de información es uno de los factores que permiten a las
autoridades criminalizar las protestas, impedir consultas y
acallar las voces de todo un pueblo.

Guillermo Granja / Reuters
El desastre causado
por Chevron
Uno de los casos más impactantes y
tristemente conocidos es el de la petrolera estadounidense
Texaco, más tarde absorbida por Chevron, que causó uno de los
peores desastres medioambientales de la historia
en la Amazonía
ecuatoriana.
Debido a las malas prácticas
extractivas afectaron al ecosistema, a las personas, a las
especies; alteraron tanto el medioambiente que hasta obligaron a
desplazarse a poblaciones indígenas de sus territorios
ancestrales.
Eva Golinger constata...
'La Mano de Muerte de Chevron'
...en la selva amazónica de Ecuador
Se calcula que durante los 30 años
que la petrolera estuvo en Ecuador se vertieron aproximadamente
80.000 toneladas de residuos tóxicos en un área de unas 500.000
hectáreas.
Además, se estima que esta contaminación se ha
cobrado al menos 1.400 vidas en la región, por enfermedades
derivadas de los vertidos.
Muchos indígenas y agricultores
siguen afectados por las secuelas, que incluyen malformaciones
de nacimiento y distintos tipos de cáncer.
"Las empresas
transnacionales gozan de derechos especiales,
protecciones y privilegios que han llevado la injusticia
social y ambiental a un nivel sin precedentes, en
particular en los países en desarrollo que no cuentan
siempre con los recursos legales suficientes para
defenderse."
Ricardo Patiño
ministro de Relaciones Exteriores del Ecuador
Por su fuera poco, la petrolera
norteamericana se ha negado a pagar una indemnización de 9.500
millones de dólares, fijada por la justicia de Ecuador, en el
marco de un proceso legal iniciado por indígenas y colonos de la
Amazonía ecuatoriana.
"El daño masivo causado por
Texaco en la zona de Lago Agrio en la selva amazónica del
Ecuador es bien conocido.
Esta espeluznante contaminación es
evidente en las piscinas infectadas de desechos tóxicos que
aún permanecen veinte años después de la salida formal de la
petrolera estadounidense de nuestro país.
A pesar de perder
un caso judicial en Ecuador, llevado por las comunidades
indígenas afectadas, Chevron (que adquirió Texaco en 2000)
está utilizando ilegal e ilegítimamente el sistema
internacional de arbitraje para eludir el cumplimiento de la
sentencia emitida en el Ecuador", manifestó al respecto el
ministro de Relaciones Exteriores del Ecuador, Ricardo
Patiño, en un artículo escrito para
RT.

Casos con final feliz
No obstante, algunas de las luchas
de los indígenas contra las transnacionales sí que tienen un
final feliz.
Así, en octubre del año pasado la Corte Suprema de
Chile revocó el fallo de un tribunal que había dado luz verde al
proyecto de oro y cobre El Morro, de la empresa canadiense
Goldcorp, gracias a un recurso de protección interpuesto por los
indígenas diaguitas.
La Corte Suprema señaló que la
resolución favorable del estudio de impacto ambiental obtenida
en octubre del 2013 estaba viciada porque no se había hecho la
consulta correspondiente a las comunidades involucradas y, en un
fallo dividido, revirtió la decisión de la Corte de Apelaciones
de Copiapó, a unos 800 kilómetros al norte de Santiago, que
había rechazado el recurso de protección de los diaguitas.
Esta victoria se sumó a otros fallos
judiciales, ganados por los diaguitas a la canadiense Barrick
Gold.
Así, en mayo del 2013 paralizaron el proyecto aurífero Pascua
Lama, en un sector compartido de la cordillera de los Andes,
tras demostrar que los trabajos previos de la mina contaminaban
los glaciares cercanos, obligando a la empresa a concretar un
compromiso con los indígenas, que podrán acceder a información
del proyecto, para ser posteriormente revisada por expertos.

Ranchería Wayuu