por Ekaterina Blinova
15 Agosto 2015
del Sitio Web
SputnikNews
traducción de El Robot Pescador
29 Diciembre 2015
del Sitio Web
ElRobotPescador
Versión original en ingles
Una Historia
Siniestra sobre la Segunda Guerra Mundial que No Te
Han Contado
Por lo visto, la historia que hemos vivido durante
las últimas décadas, podría haber sido muy diferente
si algunos personajes considerados popularmente como
"héroes", se hubieran salido con la suya.
Mucha gente habrá oído hablar con admiración de
personajes célebres de la segunda guerra mundial,
como por ejemplo, Winston Churchill (primer ministro
británico y uno de los personajes históricos más
admirados por el ex-presidente español José Maria
Aznar).
Lo que poca gente sabe es que Churchill fue uno de
los personajes más siniestros del siglo XX y estuvo
a punto de provocar una matanza nuclear de
proporciones inimaginables.
Winston Churchill
***
Apenas unas semanas después de que terminara la Segunda Guerra
Mundial y de que la Alemania nazi hubiera sido derrotada, los
aliados de la Unión Soviética, Estados Unidos y Gran Bretaña, se
apresuraron a desarrollar planes militares destinados a destruir por
completo la URSS y arrasar sus ciudades con un ataque nuclear
masivo.
Curiosamente, el entonces primer ministro británico Winston
Churchill ordenó al Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas
Británicas, que desarrollaran una estrategia focalizada en atacar a
la URSS antes del final de la Segunda Guerra Mundial.
La primera edición del plan se preparó el 22 de mayo de 1945.
De acuerdo con el plan, la invasión de
la parte europea controlada por Rusia por parte de las fuerzas
aliadas, debía iniciarse el 1 de julio de 1945.
LA "OPERACIÓN
IMPENSABLE" DE WINSTON CHURCHILL
El plan, denominado Operación Impensable (Operation
Unthinkable), sostenía que su principal objetivo era,
"imponer a Rusia la voluntad de los
Estados Unidos y del Imperio Británico. A pesar de que 'la
voluntad' de estos dos países podía ser definida como no más que
un trato justo para Polonia".
El Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas
Británicas, concluyó que las fuerzas aliadas ganarían el
enfrentamiento en caso de que:
-
Ocuparan las áreas
metropolitanas de Rusia a fin de que conseguir que la
capacidad productiva del país se reduciera hasta el punto de
convertir su resistencia en imposible
-
La derrota decisiva de las
fuerzas rusas en el campo de batalla le hiciera imposible a
la URSS continuar con la guerra.
Los generales británicos advirtieron a Churchill de que una "guerra
total" sería "peligrosa" para las fuerzas armadas aliadas (una forma
fina de decirle que se veían incapaces de derrotar a los rusos).
Sin embargo, después de que los Estados Unidos "probaran" su arsenal
nuclear en Hiroshima y Nagasaki en agosto de 1945, Churchill y los
políticos estadounidenses más derechistas, comenzaron a intentar
persuadir a la Casa Blanca de bombardear la URSS.
Churchill insistió en que un ataque nuclear contra la Unión
Soviética, agotada por la cruenta guerra contra Alemania, habría
llevado a la derrota del Kremlin, al mismo tiempo que evitaría a las
fuerzas aliadas evitar un enorme número de bajas militares
británicas y norteamericanas.
Huelga decir que al admirado por muchos ex-primer ministro
británico, no le importaba en absoluto la muerte de decenas de miles
de civiles pacíficos rusos que ya se vieron afectados gravemente por
la pesadilla de una espantosa guerra de cuatro años.
"Churchill señaló que si una bomba
atómica pudiera ser arrojada sobre el Kremlin, borrándolo del
mapa, entonces sería muy fácil manejar a Rusia, que se
encontraría de repente sin dirección" sostiene una nota
desclasificada del FBI.
SIGUIENDO LOS
PASOS DE CHURCHILL - LA OPERACIÓN DROPSHOT
Por impensable que ahora pueda parecer, el plan de Churchill,
literalmente, se ganó los corazones y las mentes de los políticos
estadounidenses y de muchos oficiales militares.
Entre 1945 y la primera detonación de un dispositivo nuclear en 1949
por parte de la Unión Soviética, el Pentágono desarrolló al menos
nueve planes de guerra nuclear dirigidas contra la Rusia soviética,
según los investigadores estadounidenses Michio Kaku y
Daniel Axelrod.
En su libro "Ganar una guerra nuclear: Planes de guerra secretos del
Pentágono -
To Win a Nuclear War: the Pentagon's Secret
War Plans", basado en documentos de alto secreto
desclasificados obtenidos a través de la Ley de Libertad de
Información, los investigadores expusieron las estrategias de los
militares de Estados Unidos para iniciar una guerra nuclear contra
Rusia.
"Los nombres dados a estos planes
gráficamente retratan su propósito ofensivo: Bushwhacker,
Broiler, Arden, Shakedown, Offtackle, Dropshot, Trojan, Pincher,
y Frolic (Guerrillero, Parrilla, Arder, Intimidación, Abordaje,
Arrojar, Troyano, Pellizco, Travesura).
Por lo visto, el ejército de Estados
Unidos era muy consciente del carácter ofensivo del trabajo que
el presidente Truman les había ordenado preparar y se esforzaron
en nombrar sus planes de guerra en consecuencia", comenta el
profesor estadounidense JW Smith.
Estos planes de "primer ataque" desarrollados por el Pentágono
estaban destinadas a destruir por completo a la URSS sin ningún daño
para los Estados Unidos.
"El
plan Dropshot de 1949 preveía
que los EE.UU. atacaran la Rusia soviética y arrojaran al menos
300 bombas nucleares y 20.000 toneladas de bombas convencionales
en 200 dianas situadas en 100 áreas urbanas, incluyendo Moscú y
Leningrado (el actual San Petersburgo).
Además, los planificadores
ofrecieron dar inicio a una campaña de tierra contra la URSS
para obtener una 'victoria completa' sobre la Unión Soviética
junto con los aliados europeos.
De acuerdo con el plan de
Washington, la guerra comenzaría el 01 de enero de 1957".
Durante un largo periodo de tiempo, el
único obstáculo en el camino para iniciar ese ataque nuclear masivo
fue que el Pentágono no poseía suficientes bombas atómicas (en 1948
Washington se jactó de poseer un arsenal de 50 bombas atómicas), ni
de disponer de aviones para llevar a cabo el ataque.
Por ejemplo, en 1948 la Fuerza Aérea de
Estados Unidos tenía sólo treinta y dos bombarderos B-29 modificados
para arrojar las bombas nucleares.
En septiembre de 1948, el presidente norteamericano Harry S.
Truman aprobó un documento del Consejo de Seguridad Nacional (NSC-30)
sobre "La política de la Guerra Atómica", que declaró que los
Estados Unidos debía estar preparado para,
"utilizar con prontitud y eficacia
todos los medios apropiados disponibles, incluidas las armas
atómicas, en interés de la seguridad nacional y que debía
planificar en consecuencia".
Harry S.Truman
En esos momentos, los generales estadounidenses necesitaban
desesperadamente información sobre la ubicación de los centros
militares soviéticos y de los centros industriales.
Los EE.UU. lanzaron miles de vuelos sobrevolando Rusia y
fotografiando el territorio soviético, lo que desencadenó
preocupaciones sobre una potencial invasión occidental de la URSS
entre los funcionarios del Kremlin.
Eso no hizo más que forzar a los
soviéticos a apresurarse por reforzar sus capacidades defensivas,
mientras que los dirigentes militares y políticos de Occidente
utilizaron precisamente ese crecimiento militar acelerado de su
rival como justificación para la construcción de más armas.
Mientras tanto, con el fin de respaldar sus planes ofensivos,
Washington envió sus bombarderos B-29 a Europa durante la primera
crisis de Berlín en 1948.
En 1949, se creó
la OTAN, la Organización del
Tratado del Atlántico Norte, liderada por Estados Unidos, seis
años antes de que la URSS y sus aliados de Europa del Este
respondieran defensivamente al establecer el
Pacto de Varsovia, llamado
Tratado de Amistad, Cooperación y Asistencia Mutua.
LA BOMBA
NUCLEAR SOVIÉTICA SOCAVÓ LOS PLANES DE EE.UU.
Justo antes de que la URSS probara su primera bomba atómica, el
arsenal nuclear de los EE.UU. había alcanzado ya las 250 bombas
atómicas y el Pentágono llegó a la conclusión de que una victoria
sobre la Unión Soviética era ya "posible".
Por desgracia para sus intereses, la
detonación de la primera bomba nuclear por parte de la Unión
Soviética asestó un duro golpe a aquellos planes estadounidenses
militaristas.
"La prueba de la bomba atómica
soviética el 29 de agosto de 1949, sacudió profundamente a los
estadounidenses, que habían creído que su monopolio atómico
podría durar mucho más tiempo.
Sin embargo no alteró de forma
inmediata el modelo de planificación de la guerra. La cuestión
clave a considerar era qué nivel de daño forzaría una rendición
Soviética", afirma el profesor Donald Angus MacKenzie, de la
Universidad de Edimburgo, en su ensayo 'Planificación de la
Guerra Nuclear y Estrategias de coacción Nuclear -
Nuclear War Planning and Strategies of
Nuclear Coercion'.
Aunque los planificadores de guerra de Washington sabían que a la
Unión Soviética le tomaría años obtener un arsenal atómico
significativo, el punto clave era que la bomba Soviética no podía
ser ignorada.
El investigador escocés destaca que los EE.UU. se centró
principalmente, no en la "disuasión", sino en la "ofensiva" de un
ataque preventivo.
"Hubo unanimidad en los círculos de
información privilegiada de que los Estados Unidos debía
planificar cómo ganar una guerra nuclear.
La lógica inherente a esta
estrategia debía implicar que atacar primero era ineludible",
subrayó, y agregó que "los planes de Primer Ataque incluso
fueron representados en la política nuclear oficial de los
EE.UU."
Cabe destacar que la doctrina oficial,
anunciada por primera vez por el entonces secretario de Estado
estadounidense John Foster Dulles en 1954, asumía una posible
represalia nuclear de Estados Unidos a "cualquier" tipo de agresión
de la URSS.
EL PLAN
OPERATIVO INTEGRADO ÚNICO DE EE.UU. (SIOP)
Finalmente, en 1960 los planes de guerra nucleares de Estados Unidos
'se formalizaron en el Plan Operativo Integrado Único (SIOP).
Al principio, el SIOP preveía un ataque nuclear masivo simultáneo
contra las fuerzas nucleares de la URSS, sus objetivos militares,
las ciudades, así como contra China y Europa del Este.
Estaba previsto que las fuerzas estratégicas estadounidenses,
"utilizarían casi 3.500 ojivas
atómicas para bombardear sus objetivos".
De acuerdo con estimaciones de los
generales de Estados Unidos, el ataque podría haber causado la
muerte de alrededor de entre 285 hasta 425 millones de personas.
Algunos de los aliados europeos de la
URSS estaban destinados a ser completamente "aniquilados".
"Vamos a borrar del mapa por
completo a países como Albania", afirmó el general
estadounidense Thomas Power durante una conferencia de
planificación del SIOP en 1960, citada por MacKenzie.
Se habla sobre este proyecto de
destrucción masiva en el artículo 'EE.UU.
planeo destruir varias ciudades europeas con armas nucleares durante
la guerra fría'.
Sin embargo, la administración Kennedy introdujo cambios
significativos en el plan, insistiendo en que el ejército
estadounidense debía evitar un ataque sobre las ciudades soviéticas
y debía centrarse solamente en destruir las fuerzas nucleares del
rival.
En 1962 la SIOP fue modificada pero aún
se reconocía que el ataque nuclear podría llevar a la muerte a
millones de civiles pacíficos.
Esa competencia peligrosa instigada por los EE.UU. impulsó a la
Rusia soviética a reforzar sus capacidades nucleares y arrastró a
ambos países al círculo vicioso de la carrera armamentista nuclear.
Por desgracia, parece que las lecciones del pasado no han sido
aprendidas por Occidente y la cuestión de la "nuclearización" de
Europa se está planteado de nuevo.
***
Como podemos ver, este artículo de Sputnik tiene un claro sesgo pro-ruso
(y pro-soviético), retratando a los EE.UU. como unos monstruos y a
la Unión soviética como un país pacífico víctima de acoso.
Las cosas, obviamente no son tan sencillas, pero sin embargo queda
muy claro cuál ha sido el papel de EE.UU. y de Gran Bretaña durante
las últimas décadas y cuáles eran sus planes para continuar la
guerra mundial tras la derrota de Alemania.
También nos sirve para replantearnos la imagen romántica que nos han
ofrecido sobre algunos personajes históricos como Winston Churchill,
el principal causante de que en España reinara el fascismo durante
40 años (de ahí la admiración ciega del heredero político franquista
J.Mª Aznar).
Churchill ha sido sin duda uno de los personajes más siniestros del
siglo XX y como demuestra este artículo, tenía planes muy avanzados
para matar a centenares de millones de personas inocentes por
cuestiones ideológicas.
Lo único que le impidió a ese monstruo conseguirlo fueron las
imposibilidades técnicas.
Ya sabemos que los ganadores son los que escriben la historia
y los que convierten en héroes a los criminales…
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