por
Manuel Freytas
05 Agosto 2010
del Sitio Web
IARNoticias
Manuel Freytas es periodista, investigador, analista de estructuras del
poder, especialista en inteligencia y comunicación estratégica. Es uno de
los autores más difundidos y referenciados en la Web. |
El desenlace militar de la guerra (latente)
EE.UU.-Israel-Irán en Medio
Oriente no está determinado por ningún calendario oficial sino por razones
que tienen que ver con los intereses estratégicos que juegan en el conflicto.
El desarrollo del poder económico-nuclear-militar de Irán es directamente
proporcional a una amenaza a la existencia del Estado de Israel y a la
supervivencia de los intereses geopolíticos, económicos y militares del eje
sionista EE.UU.-Israel-UE en la región de Medio Oriente y en todo el planeta.
La hora y la fecha del desenlace no es un juego de "acierto conspirativo",
sino un emergente (lógico y matemático) de los tres frentes (político,
económico y diplomático) en los que se desarrolla el conflicto.
Por el
momento, el Pentágono admite la existencia de un plan de ataque en caso del
fracaso del frente diplomático.
Los planes militares en existencia para atacar a Irán, ya fueron descriptos
por la mayoría de los más influyentes medios norteamericanos así como
también los denunciaron los principales diarios y analistas europeos que
describieron, incluso, un comité especial del Pentágono para ejecutarlo.
Desde enero del 2006, la mayoría de los medios, analistas y expertos
militares de EE.UU. y Europa vienen coincidiendo en que EE.UU., Gran Bretaña e
Israel, ya tienen preparado un plan de ataque contra Irán, que se lanzaría
luego de agotada la "opción diplomática" en el Consejo de Seguridad de
la
ONU.
Según advierten medios árabes, judíos y estadounidenses, si fracasa la
opción diplomática todo hace presagiar un desenlace militar activado por la
plana mayor israelí que busca - según su propia definición - desactivar la
capacidad nuclear de Irán antes de que consiga la bomba, e impedir que Hezbolá siga incrementando sus arsenales militares en Líbano y que
Hamás
vuelva a solidificarse en Gaza.
Por medio de advertencias constantes, el estado mayor israelí sigue lanzando
señales claras de que está dispuesto a lanzar un "hecho consumado" (operaciones
simultáneas y sincronizadas) contra el eje Irán, Siria-Líbano-Gaza, para
implicar a Washington en el conflicto.
De cualquier manera, la hora y el día del ataque a Irán se ha convertido en
un juego de adivinanzas, en medio de operaciones militares y psicológicas
cruzadas procedentes de Washington, Tel Aviv y Teherán, que sirven como
amenazas disuasivas y testeo para futuras acciones.
Si bien está lo suficientemente probado que existe un "plan" (o varios
alternativos) para atacar militarmente a Irán, lo que también existe
probadamente es un "plan permanente" de operaciones psicológicas orientado a
crear el clima internacional y el consenso social para lanzar operaciones
militares contra esa nación islámica.
En forma permanente, Israel y la Casa Blanca, así como el gobierno
teocrático de Teherán, juegan a tres estrategias opuestas y convergentes:
-
Operaciones psicológicas con versiones y rumores
-
Escalada de presión
militar
-
negociación diplomática, ejecutadas
combinadamente
Tanto Irán, como Washington y Tel Aviv, se valen de esos tres instrumentos
simultáneos (la propaganda, la estrategia de presión militar y la
negociación diplomática) para dirimir complejos intereses económicos,
geopolíticos y militares en juego, cuya permanencia en el tiempo superan a
las personas o a los partidos en el gobierno.
Pero, en un ámbito de definición estratégica, la "guerra militar" (impulsada
por intereses estratégicos y de supervivencia) parece llegar con el
agotamiento inevitable del ámbito de "negociación" en la ONU para estirar el
desenlace ("guerra diplomática"), y con el agotamiento de la "guerra
psicológica" (disuadir al enemigo para que no ataque antes de tiempo).
Plan de ataque
Como parte de este escenario de desenlace, este fin de semana, fue el propio
jefe del Estado Mayor Conjunto de EE.UU., el almirante Mike Mullen, quien
volvió a reinstalar la cuestión de un conflicto militar con Irán afirmando
que el Pentágono tiene listo un plan opcional para lanzar una guerra contra
la nación islámica.
Durante una entrevista en el programa dominical Meet the Press, de la cadena
de televisión NBC, Mullen confirmó que el Pentágono ya dispone de un plan de
ataque a Irán para el caso de que fracasen las negociaciones nucleares en la
ONU.
EE.UU. ha dejado en claro que,
"emplea una estrategia de doble vía con Irán, la
diplomática y la de las sanciones al mismo tiempo, pero nunca ha dejado por
fuera la opción militar", advirtió Mullen.
"Las opciones militares han estado sobre la mesa y siguen estándolo", señaló
el alto jefe militar durante la entrevista.
Cuando le preguntaron si el ejército dispone de un plan de ataque contra
Irán, respondió, sin más detalles:
“Sí lo tenemos”.
Pero subrayó que la
decisión de una eventual ofensiva militar tendría que tomarla
el presidente.
Mullen agregó que una acción militar contra la República Islámica podría
tener,
“consecuencias no buscadas que son difíciles de predecir en una parte
del mundo increíblemente inestable”. Pero "permitir que Teherán desarrolle
un arma nuclear también es inaceptable", recalcó.
"Incendiar Tel Aviv"
La respuesta desde Teherán no se hizo esperar.
“Si EE.UU. cometiera el error
de atacar a Irán, la seguridad de la región estaría en riesgo y la seguridad
del Golfo Pérsico afecta a todo el mundo”, advirtió a través de la agencia
oficial IRNA el general Yadollah Javani, responsable de la oficina política
de los Guardianes de la Revolución.
“El Golfo es una región estratégica, si la seguridad estuviera en peligro
nuestra respuesta sería firme. Defenderemos el área contra todas las
acciones de EE.UU. o Israel”, aseguró Javani, y agregó que Irán potenció su
capacidad de defensa como arma de disuasión de eventuales ataques.
Al mismo tiempo, el embajador iraní ante la ONU,
Mohamad Jazai, amenazó con
incendiar Tel Aviv si Israel ataca a la República Islámica.
“Si el régimen sionista comete la más mínima agresión contra el territorio
iraní, subiremos al frente y quemaremos Tel Aviv”, declaró el diplomático,
según el diario gubernamental Farhang-e Ashti.
Jazai señaló que “los ruidos” sobre un ataque israelí contra Irán eran
“signo del miedo del enemigo”.
Israel nunca descartó lanzar una acción
militar contra la nación islámica, para evitar que desarrolle la bomba
atómica.
El embajador ratificó además que Irán mantendrá el desarrollo de sus planes
nucleares, pese a las sanciones impuestas en junio por el Consejo de
Seguridad de ONU, a las que se sumaron medidas suplementarias de EE.UU. y la
Unión Europea (UE).
Por su parte, el ministro de Defensa iraní, Ahmadi Vahidi, informó que
Teherán responderá a las sanciones de la ONU que prohíben la exportación de
armas hacia la República Islámica con nuevos proyectos militares.
Los cancilleres de la UE aplicaron la semana pasada nuevas sanciones a Irán
por el desarrollo de su plan nuclear, las más severas dispuestas por el
bloque contra un país, que afectan en especial las áreas de compra de
armamentos, de petróleo y gas.
Razones estratégicas
Hay tres razones estratégicas de fondo para un ataque USA-Israelí a Irán:
-
Irán es una pieza clave en el gran tablero de la guerra por el control
geopolítico y energético mundial entre el eje EE.UU.-UE y el bloque Rusia-China
con Irán como pieza del desenlace.
-
Irán es una llave estratégica para el dominio y control militar de la
región del Golfo Pérsico y del llamado "triángulo petrolero" (Mar Negro-Mar
Caspio-Golfo Pérsico).
-
El surgimiento de Irán como potencia nuclear-petrolera-islámica pone en
peligro la supervivencia del
Estado de Israel y la hegemonía del control
imperialista del eje EE.UU.-Israel-UE en Medio Oriente.
En este escenario, el ataque militar a las usinas nucleares iraníes se torna
inevitable, no por el "capricho" o la voluntad de los eventuales
gerenciadores en Washington o Tel Aviv, sino como resultante lógico de una
ecuación matemática de intereses enfrentados.
La cuestión no es de naturaleza conspirativa sino matemática:
Así como Rusia
representa para el eje USA-UE la "barrera" geopolítica y militar a vencer
para la conquista de Eurasia y de sus recursos energéticos (vitales para la
supervivencia futura del eje sionista), Irán es la piedra que hay que
remover para complementar el control sobre las rutas y las reservas
energéticas del Medio Oriente y preservar la existencia del Estado de
Israel.
El ataque a Irán, se trata, en suma, de una resolución estratégica de
frentes de conflicto por el poder mundial y la supervivencia capitalista,
que supera a cualquier aventura personal de sus ejecutores de turno.
Todo parece estar controlado, las negociaciones contienen el enfrentamiento,
solo en apariencia. El desenlace, la confrontación militar abierta, se
retrasa, pero, en opinión de la mayoría de los analistas, es inevitable.
Las causas y los intereses estratégicos determinantes están. No
desaparecieron. Solo están desactivados, provisoriamente, a la espera de un
resultante en el frente político-militar en
Las
Naciones Unidas.
Con un dato adosado:
Israel es el gatillo inevitable del desenlace militar.
Y la hora y el día del ataque está señalado, según admiten públicamente en
Washington y Tel Aviv, por el nivel de desarrollo que alcance la ojiva
nuclear iraní.
Solo hay una pregunta:
Qué día y a que hora Israel va a atacar a Irán.
La ojiva, en realidad, es lo único que puede desatar un
Apocalipsis militar
en Medio Oriente, señalan al unísono tanto analistas árabes como judíos.
Pero a esto se agrega otro detonante:
En Rusia, la prensa y agencias
moscovitas, aseguran que Moscú está a punto de entregarle a Irán el sistema
de misiles S-300 que volvería casi invulnerable el espacio aéreo iraní.
Es este marco, y como parte de los últimos compromisos de Washington con
Israel, el máximo jefe militar del Pentágono salió este fin de semana a
ratificar que el plan de acción militar ya está listo.