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Mensaje a la Asamblea Nacional del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz
7 Agosto 2010
del Sitio Web
CubaDebate
Intervención del Comandante en Jefe, Fidel Castro (centro),
durante la
Sesión Extraordinaria de la Asamblea del Poder Popular,
en el Palacio de
Convenciones de la Habana, Cuba, el 7 de agosto de 2010.
AIN Foto: Marcelino
VAZQUEZ HERNANDEZ
Al principio, hace sólo ocho semanas, pensé
que el peligro inminente de guerra no tenía solución posible.
Tan
dramático era el cuadro que tenía delante, que no veía otra salida como
no fuera una supervivencia, tal vez probable, en la parte de este
hemisferio que no tenía motivo para ser blanco de ataque directo y en
algunas regiones aisladas del planeta.
Era muy difícil, sabiendo que el ser humano se aferra siempre a una
perspectiva por remota que sea.
A pesar de todo, lo intenté.
Por fortuna, no tardé mucho en percatarme de que había una esperanza, y
muy profunda por cierto. Más, si la oportunidad se perdía, el desastre
adquiría la peor de las consecuencias. La especie humana no tendría
entonces salvación posible.
Tengo sin embargo la seguridad de que no será así y, por el contrario,
se están creando en estos momentos las condiciones para una situación ni
siquiera soñada hasta hace muy poco.
Un hombre tendrá que tomar la decisión en solitario: el Presidente de
Estados Unidos. Con seguridad, por sus múltiples ocupaciones, no se ha
dado cuenta todavía, pero sus asesores sí empiezan a comprenderlo, se
puede ver por pasos sencillos como lo fue el cese de las torturas a
Gerardo, un hecho que no se había producido en 12 años de implacable
odio del sistema contra Cuba y contra él. Hoy se podría predecir que el
próximo paso será la autorización a Adriana para visitarlo, o su
liberación inmediata, o ambas cosas. Por ella supe que su estado de
ánimo es el mejor en 12 años de injusta y cruel prisión.
Puesto que Irán no cederá un ápice frente a las exigencias de Estados
Unidos e Israel, que ya han movilizado varios de los medios de guerra
que disponen para hacerlo, tendrían que realizar el ataque tan pronto
venza la fecha acordada por el Consejo de Seguridad el 9 de junio del
2010, señalando las normas y los requisitos establecidos.
Todo cuanto el hombre pretende tiene un límite que no puede sobrepasar.
En este caso crítico, el Presidente
Barack Obama
es el que tendría que
dar la orden del tan anunciado y pregonado ataque, siguiendo las normas
del gigantesco imperio.
Mas, en ese mismo instante en que diera la orden, que es además la única
que podría dar debido al poder, la velocidad y el incontable número de
proyectiles nucleares acumulados en una absurda competencia entre las
potencias, estaría ordenando la muerte instantánea no sólo de cientos de
millones de personas, entre ellas, un incalculable número de habitantes
de su propia Patria, sino también de los tripulantes de todos los navíos
de la flota de Estados Unidos en los mares en torno a Irán.
Simultáneamente, la conflagración estallaría en el Cercano y el Lejano
Oriente, y en toda Eurasia.
Quiso el azar que, en ese instante preciso, el Presidente de Estados
Unidos sea un descendiente de africano y de blanco, de mahometano y
cristiano. ¡¡¡NO LA DARÁ!!!, si se logra que tome conciencia de ello. Es
lo que estamos haciendo aquí.
Los líderes de los países más poderosos del mundo, aliados o adversarios,
con excepción de Israel, lo exhortarían a que no lo haga.
El mundo le rendirá después todos los honores que le correspondan.
El orden actual establecido en el planeta no podrá perdurar, e
inevitablemente se derrumbará de inmediato.
Las llamadas divisas convertibles perderán su valor como instrumento del
sistema que ha impuesto un aporte de riquezas, de sudor y sacrificios
sin límites a los pueblos.
Nuevas formas de distribución de los bienes y servicios, educación y
dirección de los procesos sociales surgirán pacíficamente, pero si la
guerra estallara, el orden social vigente desaparecerá abruptamente y el
precio sería infinitamente mayor.
La población del planeta puede ser regulada; los recursos no renovables,
preservados; el cambio climático, evitado; el trabajo útil de todos los
seres humanos, garantizado; los enfermos, asistidos; los conocimientos
esenciales, la cultura y la ciencia al servicio del hombre, asegurados.
Los niños, los adolescentes y los jóvenes del mundo no perecerán en ese
holocausto nuclear.
Es lo que deseaba trasmitirles, queridos compañeros de nuestra Asamblea
Nacional.
Estoy ahora en disposición de rendir cuenta por estas palabras,
responder a las preguntas que deseen hacerme y escuchar las opiniones de
ustedes.
Muchas gracias.
El Comandante en Jefe, Fidel Castro (der.),
junto Ricardo Alarcón (izq.),
Presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular,
participa durante la
Sesión Extraordinaria de la Asamblea del Poder Popular,
en el Palacio de
Convenciones de la Habana, Cuba, el 7 de agosto de 2010.
AIN Foto: Marcelino
VAZQUEZ HERNANDEZ
El Comandante en Jefe, Fidel Castro (izq.),
junto al General de Ejercito,
Raúl Castro (der.), Presidente de los Concejos de Estado y de Ministros,
participa durante la Sesión Extraordinaria de la Asamblea del Poder Popular,
en el Palacio de Convenciones de la Habana, Cuba, el 7 de agosto de 2010.
AIN Foto: Marcelino VAZQUEZ HERNANDEZ
El Comandante en Jefe, Fidel Castro,
participa durante la Sesión
Extraordinaria de la Asamblea del Poder Popular,
en el Palacio de
Convenciones de la Habana, Cuba, el 7 de agosto de 2010.
AIN Foto: Marcelino
VAZQUEZ HERNANDEZ
English Version
To Avoid a Nuclear War With Iran
Speech at Cuban Parliament
by Fidel Castro - August 2010
from
Cuba
Website
At the beginning, only eight weeks ago, I thought there was no possible
solution to the imminent danger of a war.
The situation before my eyes was
so tragic that I thought there was no other way out but the possibility to
survive - quite likely perhaps - in the region of this hemisphere that for no
reason could become a target of a direct attack, as well as some isolated
regions of the planet.
It was very difficult to figure that out, knowing that human beings always
cling to some sort of perspective, however remote.
Despite everything, I tried.
Fortunately, I did not take long to realize that there was one hope –as a
matter of fact, a very profound one. However, if that possibility was
missed, the disaster would lead to the worst consequences. Then there might
be no possible salvation for the human species.
Nevertheless, I strongly believe this would not be the case. Quite on the
contrary, the conditions for what seemed to be only until very recently an
undreamed-of situation are right now in the making.
One man, the President of the United States, will have to take this decision
on his own.
Quite certainly, given his multiple occupations, he has not
realized that as yet, but his advisors have started to get an understanding
of the situation, judging by the simple actions that have been taken, such
as the ceasing of the tortures imposed on Gerardo, something that had not
been done during the last twelve years of implacable hatred by the system
against Cuba and against him.
Today one could predict that the next step
would be the authorization that would allow Adriana to visit him in prison
or his immediate release or both. It was through Adriana that I learned
that, after twelve years of unjust and cruel imprisonment, his morale is now
higher than ever.
Given the fact that Iran will not give an inch to the demands of the United
States and Israel, which have already mobilized several of the means of
warfare to their disposal, they will have to launch the attack as soon as
the date agreed by the Security Council on June 9, 2010 -with the
established rules and requirements- expires.
There is a limit to all what man hopes to achieve, which he can not surpass.
In this critical case, President
Barack Obama is the one who would give the
order to start the so much announced and publicized attack, following the
rules of the gigantic empire.
However, just at the moment when he gives that order, which would be,
besides, the only one he could give, taking into account the power, the
speed and the uncountable number of nuclear missiles accumulated as a result
of an absurd competition among powers, he would also be ordering the
immediate death not only of hundreds of millions of persons, among them an
incalculable number of citizens of his own country, but also the crew
members of all the vessels of the US fleet deployed in the seas surrounding
Iran. A war will break out simultaneously in the Near and Middle East as
well as in all Eurasia.
Fate would have it that, on that precise moment, the US President would be a
person of African and White, Mohammedan and Christian descent. HE WILL NOT
GIVE SUCH ORDER!!! , unless we help him become aware of it. And this is what
we are doing here.
The leaders of the most powerful countries in the world, whether allies or
adversaries, with the exception of Israel, would encourage him not to do it.
After that the world will bestow upon him all the honors he might deserve.
The order that has been currently established in the planet shall not be
able to last. Soon after, it will inevitably collapse.
The so called hard currencies will lose their value as the instrument of the
system that has exacted a contribution of wealth and unlimited sweat and
sacrifice from the peoples.
New forms of distribution of goods and services, education and management of
social processes will peacefully emerge, but if a war breaks out, the
current social order will disappear abruptly at a much higher cost.
The population in the planet could be regulated; non-renewable resources
could be preserved; climate change could be prevented; all human beings
could be guaranteed a useful employment; the ill could be assisted;
essential knowledge, culture and science to the service of man could be
guaranteed. The children, adolescents and youth of the world will not perish
in that nuclear holocaust.
This is the message I wanted to convey to you, dear comrades of our National
Assembly.
I am now ready to account for my words, answer the questions you may want to
ask me and listen to your opinions.
Thank you.
Fidel Volvió a Dar Un Discurso Después de 4 Años
07 Agosto 2010
del Sitio Web
LosAndes
El histórico líder cubano participó de una sesión del Parlamento pedida por
él mismo,
donde instó a Obama a no atacar Irán para evitar una guerra
nuclear.
Fidel volvió a dar un discurso después de 4 años
Castro lució su tradicional vestimenta verde olivo. AFP
El líder de la Revolución Cubana, Fidel Castro, instó hoy al presidente de
los Estados Unidos,
Barack Obama, a que no ordene un ataque a Irán para
evitar una guerra nuclear, al hablar ante el Parlamento, por primera vez
desde que abandonó la presidencia de la isla hace cuatro años.
Castro, quien cumplirá 84 años el próximo viernes, se presentó a la sesión
del Parlamento vestido con el ambo verde olivo que usó durante los 47 años
que ejerció el gobierno de Cuba.
Cuando ingresó al recinto, apoyándose en otra persona, Castro fue recibido
con un fuerte aplauso por los más de 600 diputados, con quienes conversó
animadamente durante hora y media.
Entre los presentes estaba el actual presidente de Cuba, su hermano, Raúl
Castro, en quien delegó el gobierno el 26 de julio de 2006, por razones de
salud.
Esta es la primera vez desde que hace un mes Fidel Castro regresó a la
actividad pública que ambos hermanos se muestran juntos en público.
Raúl Castro participó de la sesión extraordinaria del Parlamento, solicitada
por Fidel, y que fue transmitida en directo por la televisión cubana, pero
en ningún momento pidió la palabra.
Castro, cuyo sillón en el recinto se mantuvo sin ocupar mientras duraron sus
problemas de salud, pronunció un discurso de pie, breve para los tiempos que
acostumbraba, y luego tomó asiento junto al presidente de la Cámara, Ricardo
Alarcón.
Fidel Castro viene advirtiendo desde hace tiempo, a través de artículos y
algunas intervenciones públicas recientes, que hay un serio riesgo de que
estalle una guerra si Estados Unidos o Israel atacan de alguna forma a Irán,
en cumplimiento de las sanciones del Consejo de Seguridad de la ONU.
Según el análisis del líder cubano, en una guerra de este tipo se
utilizarían armas nucleares y devendría en una conflagración mundial.
No obstante, Fidel Castro dijo ante la Asamblea Nacional del Poder Popular,
el Parlamento unicameral de la isla, que si bien hace apenas ocho semanas
pensaba que era inevitable, ahora hay "una esperanza y muy profunda" de que
esta guerra se evite, y consideró que la decisión está en manos de Obama.
"Un hombre tendrá que tomar la decisión en solitario: el presidente de
Estados Unidos. Con seguridad, por sus múltiples ocupaciones, no se ha dado
cuenta todavía, pero sus asesores sí empiezan a comprenderlo", dijo Castro,
citado por las agencias de noticias DPA, ANSA y Prensa Latina.
Si Obama da la orden de ataque,
"estaría ordenando la muerte instantánea de
cientos de millones de personas, entre ellas un incalculable número de
habitantes de su propia patria y de los tripulantes de todos los navíos de
la flota de Estados Unidos en los mares en torno a Irán", agregó.
"Simultáneamente la conflagración estallaría en el cercano y el lejano
Oriente y en toda Eurasia", pronosticó Castro, quien subrayó que el orden
actual establecido en el planeta "no podrá perdurar e inevitablemente se
derrumbará de inmediato".
"Las llamadas divisas convertibles perderán su valor como instrumento del
sistema que ha impuesto un aporte de riquezas, de sudor y sacrificios sin
límites a los pobres", comentó.
Sobrevendrían entonces,
"nuevas formas de distribución de los bienes y
servicio, educación y dirección de los procesos sociales surgirán
pacíficamente, pero si la guerra estallara, el orden social vigente
desaparecerá abruptamente y el precio sería infinitamente mayor", aseguró
Fidel Castro.
Tras el discurso, y ya sentado al lado de Alarcón, Castro contestó varias
preguntas de los diputados.
Una diputada preguntó a Castro si consideraba que Obama tomará una decisión
que desemboque en una guerra.
"No, si lo persuadimos", dijo Fidel. "La
ventaja de Obama es que no es (Richard) Nixon. Nixon era un cínico", agregó.
Y tampoco, opinó, el actual mandatario estadounidense es un "ignorante",
como Ronald Reagan.
"Quiso el azar que en este instante preciso, el presidente de Estados Unidos
sea un descendiente de africano y de blanco, de mahometano y de cristiano",
afirmó Castro, señalando que Obama no dará la orden de atacar "si se logra
que tome conciencia" de dichas raíces.
"Estamos haciendo una contribución a
ese esfuerzo disuasivo", dijo al explicar las razones que tuvo para convocar
la sesión parlamentaria.
Fidel Castro se mostró convencido de que potencias como Rusia y China están
haciendo lo posible para evitar la guerra, pese a que no hicieron uso de su
derecho a veto para evitar la resolución de sanciones contra Irán en el
Consejo de Seguridad.
"No quiero emitir juicios sobre las cosas que hicieron bien o mal, lo que
importa es lo que vayan a hacer ahora. Sé que están realmente decididos a
luchar para impedir la guerra", afirmó.
Esta participación de Castro de una sesión de la Asamblea Nacional corona
una serie de apariciones públicas que se produjeron durante el último mes, y
está cargada de simbolismos que indican que el poder aún reside en su
persona, comenzando por la vestimenta de comandante de la Revolución que
lució durante casi 50 años.
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Mensaje de Fidel a la Asamblea Nacional
Fidel responde preguntas en la Asamblea Nacional