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 del Sitio Web ElProyectoMatriz 
 
 
 
 
 
 
 
 
	El magnífico Peter Petrelli, nos dedica dos artículos de reflexión fabulosos, 
	que encajan perfectamente con los temas que tratamos en 
	El Poder de las 
	Palabras, con lo que estamos en proceso de documentación y elaboración sobre 
	“corporaciones y medios de comunicación” y con la esencia de este sitio. 
	
	 
	
	
	PARTE 1 
 
 
	 
 
 Una época en que contar la verdad se convierte en poco menos que un delito, porque la verdad actúa como una explosión nuclear, se transmite como una reacción en cadena y eso lo saben muy bien los que mueven los hilos desde la sombra. 
 
 Vamos a centrar nuestra mirada en como se construyen las “verdades” o “realidades” que nos rodean, o más bien podríamos decir que nos constriñen tan eficientemente como una boa gigante. Es decir, como se produce el proceso de objetivación de la información. 
	
	 
	
	 
 
 
	 
 
 Una vez legitimada esta información, consideramos de forma popular que dicha información es objetiva. O sea es un proceso de conformidad social, por decirlo así. 
	
	 
	
	 
 Comencemos con los medios de comunicación masivos: 
 
 
 
 
	
	Alguien se ha parado a pensar en el por qué cada día podemos ver EXACTAMENTE 
	las mismas noticias, prácticamente en el mismo orden, en cualquiera de los 
	canales de TV o diarios o emisoras de radio. Funcionan todos al unísono, 
	como una máquina perfectamente engrasada y ajustada. 
 
	Pues bien, ocurre que el día que la agencia EFE, que es la que canaliza el 
	flujo de noticias en nuestro país, decide cuales difundir y cuales no, 
	cuando hacerlo y como hacerlo; un buen día comete un error. Entonces resulta 
	que todos los medios de comunicación que beben de la fuente de la agencia 
	EFE, como los creyentes rezan en el templo, cometen exactamente el mismo 
	error… 
 
 
	(pulsa 
	
	AQUÍ para ver el artículo completo) 
 
	Esto es lo que ocurre cuando los FALSIMEDIA distribuyen las patrañas palabra 
	por palabra de la Agencia Oficial de Desinformación y EFEmérides. 
 
 
 
 Respecto a las cadenas privadas, supongo que conocéis al Multibillonario Rupert Murdoch. 
 
	Pues bien, este señor que tiene como asesores personales 
	entre otros, al señor José María Aznar y al señor Tonny Blair (que curioso, 
	¿no? estamos esperando a la jubilación de Bush para completar el Trio de las 
	Azores), controla de forma directa o indirecta un gran porcentaje de las 
	grandes cadenas de TV privadas del mundo (las principales, o sea las que 
	importan). 
 
 
	 OUTFOXED - Ruppert Murdoch Against the Media 
	Engañando la Guerra de Rupert Murdoch en Contra del 
	Periodismo 
 
 
	
	 
 Está claro pues que las noticias que aparecen en los “mass media” responden a los intereses de unos pocos, y no a los intereses del bien común, como se nos intenta hacer creer. 
	
	 
 
 
 
 A esto le podéis añadir el control de las agencias de inteligencia de los USA y del resto de países del mundo occidental, que hábilmente buscan, analizan y neutralizan posibles fuentes de disidencia, usando herramientas como Echelon. 
 
 
 
 
	
	Como dice Esquivel, no está en discusión si nos van a cocinar, si no con que 
	salsa nos quieren cocinar… ¡Yum, yum ricos corderitos! 
 
 
	 
 
 Respecto a las autoridades que legitiman las informaciones, 
 
	
	Efectivamente, nuestros queridos distribuidores de salsas para cocinar 
	corderitos, los “mass media”. Los afamados cheffs de la realidad social. 
	ASÍ QUE OS RETO A QUE SEÁIS VALIENTES  Aquí podéis ver un magnífico documental de la BBC sobre como la sociedad de la desinformación nos manipula a su antojo. Se titula “Manufacturing Consent”, que vendría a ser Fabricando el Consenso. 
 
	Un meticuloso análisis 
	que deconstruye los mecanismos de control social desde las bases, de la mano 
	de 
	Noam Chomsky, uno de los más grandes pensadores de nuestros tiempos. 
	
	
 
 
 
 
 
	
	 
 
	
	 
	
	 
	
	
	PARTE 2 
 Para poder empezar a abordar unas preguntas tan amplias como estas, se requiere un análisis previo del procedimiento de adquisición de datos y de la cognición de los mismos, o dicho de otro modo, como procesamos esos datos y de los diferentes niveles de elaboración de la información o la calidad de la información. 
 Vamos a partir de un ejemplo de la vida cuotidiana, que nos ayudará a ilustrar al tema. 
 
 
 
 
	Ciertamente si uno vive y trabaja cerca o dentro de los núcleos urbanos más 
	poblados de España, puede experimentar plenamente la Sociedad de la DESinformación. 
 
	Pasemos a analizar la auto ignorada desdicha del Sr. X. Este señor no es ni 
	más, ni menos que una muestra de lo que podemos contemplar diariamente como 
	la vida de la gente “normal”. 
 Es como un mantra, una sensación de abandono que reconforta y nos recuerda como es el mundo, que reafirma nuestras relaciones sociales y que a la vez nos hace más individuales, pues permite que comentemos los detalles de “lo que ocurre” con el resto de nuestros congéneres y nos permite posicionarnos dentro de los puntos cardinales tan “rigurosamente” dibujados. 
 
 
 
 Y es que contrariamente a lo que nos gusta pensar, todas aquellas informaciones que nos rodean (las que percibimos conscientemente e inconscientemente) influyen en nuestra cognición y por ende en nuestra interpretación del mundo. 
 Así que anegados como estamos de “mass media”, la sociedad de la DESinformacion nos atenaza a diario con imágenes de violencia y desesperación nuestras mentes y nuestros corazones. 
 Nos habitúa a la resignación. 
	 
 Es decir que si los medios son manipulados, nuestra capacidad para interpretar la realidad también estará sesgada. En realidad nos quieren bien dóciles y obedientes. 
 Grandes ambiciones sociales y necesidades materiales, que hacen que esplendidas mentes se marchiten al compás de la educación (meticulosamente diseñada) y del tubo, la caja tonta. 
 
 
	 
 
 Han aplicado tantos cerrojos a nuestra capacidad de imaginar, que nos hemos convertido en una sociedad de esclavos. 
 Mano de obra barata y dócil, absolutamente encadenada al consumo, a la realidad material. 
 
 
	LA SOCIEDAD DE LA INFORMACIÓN  
 No os engañéis, pues lo mismo que da, puede quitar. 
 Ay de aquel que decida desconectarse de los medios: Pobre Sr. M, que dejó de ver la TV y de leer los periódicos… Ya no participa en las charlas matutinas en la oficina… Parece huraño y solitario… A veces dice unas cosas, que molestan a los demás… De donde sacará esas informaciones tan raras… no pueden ser verdad… porqué no lo hemos visto nunca en la tele… (piensan sus compañeros). 
 Así que el Sr. M, decide dejar de ser un paria y vuelve a conectarse a la tragicomedia mediática y reconduce sus relaciones laborales y en el fondo… muy en el fondo de su ser, sabe que cada día muere un poquito más, que cada día se pierde más a si mismo… 
 ¡Pero es feliz! Ya no se preocupa por temas que no puede solucionar… 
 ¡Que maravillosa es la vida! ¡Y que entretenida! 
 
 
 
 Después de esta sencilla caricatura, pasemos a asuntos más profundos. Efectivamente vivimos en la sociedad de la información, una sociedad que nos arrolla con inmensas cantidades de datos que son cuidadosamente filtrados y recompuestos, de forma que admitan muchas interpretaciones (dentro de los límites acotados). Mucha información, muchísima información… 
 
	Pero…¿Qué 
	ocurrió con el conocimiento? ¿Quien acabó con el pensamiento crítico? ¿Donde 
	quedó la razón? 
 En definitiva, distribuyen la información. 
 
 
	 
 
 Pero la informaciones, no son más que colecciones de datos estructurados, que nos facilitan la interpretación de la realidad. 
	 
	 
 
	Sí queridos 
	amigos, ya que lo que hace que el mundo funcione bien engrasadito cada día, 
	como un reloj, es la distribución de la droga del pueblo, la información. 
 
	
	 
 Debemos romper el molde en el que pretenden contener nuestras mentes. Debemos aprender a aprender y dejar de pensar que lo diferente es marginal. Debemos comenzar a abrir cerraduras y puertas en nuestras ilimitadas mentes, que tan cuidadosamente colocaron los arquitectos en la sombra de nuestra sociedad. Debemos comenzar a perder el temor. 
 Debemos comenzar a libre-pensar… 
 
 
 
 Y esto, señoras y señores, es lo que considero que es un librepensador, una persona sin miedo a imaginar, que es capaz de mantener la autonomía de su espíritu crítico, que se permite la posibilidad de PENSAR en un mundo distinto al que le cuentan, sin perder la capacidad de relacionarse y comunicarse con los demás. 
	 
	 
	 
 Solo contarte que la ignorancia no hace la felicidad, pues en la complejidad del ser humano reside su belleza. 
 
 
	
	 
 
 
 
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