por Nydia Egremy
15 Enero 2009
del Sitio Web
ContraLinea
Contra el discurso único, los medios independientes investigan y publican
historias que rechazan los grandes medios.
Ocultar la verdad o no relatar las historias que revelan la puja entre
intereses, sean privados o gubernamentales, es una práctica común de la
prensa corporativa en todo el planeta. Sin embargo, esa política de
silenciar información decisiva para los ciudadanos ha generado un movimiento
de contra-información.
Así, para suplir ese ocultamiento informativo, surgió
el
Proyecto Censurado.
Año con año, dicho informe revela 25 historias periodísticas que omitieron
los grandes medios. En su edición 2008 – que se puede consultar en el portal
www.voltairenet.org – retoma, por ejemplo, una investigación que descubre la
cifra real de civiles iraquíes asesinados por la ocupación militar
estadounidense: más de 1 millón.
También publica reportajes sobre la militarización que se gesta detrás del
Tratado de Libre Comercio para América del Norte (TLCAN) en México, el
resurgimiento de las guerras sucias de Estados Unidos en América Latina, así
como la confiscación de los bienes de quienes se manifiestan contra la
guerra en Irak.
Proyecto Censurado surgió en 1976, cuando el académico Carl Jensen decidió
trabajar con un grupo de estudiantes y profesores de su universidad, la Sonoma State de California, para emitir un primer informe público de las
noticias silenciadas por la prensa. Después de 32 años, ese programa
continúa ahora bajo la dirección de Peter Phillips. Reúne a organizaciones
civiles y ciudadanos, quienes cada año seleccionan las historias que censuró
la “gran prensa”.
The New York Times, The Washington Post, CNN, Noticias Fox y las principales
agencias de noticias conforman una telaraña mediática universal que decide
qué información se excluye, explican Phillips y Andrew Roth, otro periodista
del Proyecto Censurado.
“En Estados Unidos tenemos tal concentración de la
propiedad de los medios en tan pocas manos que no se divulgan las noticias
que afectan a los poderosos”, manifiesta Phillips en el informe de 2008.
En
su opinión, esos medios corporativos mantienen una actitud “claramente
hostil” hacia el presidente venezolano Hugo Chávez Frías.
Así quedó de manifiesto cuando el científico social Justen Delacour revisó
las páginas de opinión de los 25 periódicos más importantes de Estados
Unidos, publicadas en el primer semestre de 2005. En su análisis, él expresó
que esos medios,
“tergiversan a diario las acciones de los gobiernos de Cuba,
Bolivia, Ecuador y otros países”.
Por su parte, Stephen Lendman, coautor con Laura Carlsen y Constance Fogal
del reportaje
EU, Canadá y México militarizan el TLCAN, que publicó el
Centro para la Política Internacional, precisa que en América del Norte ya
funciona “una fuerza trinacional militarizada” a partir de la Alianza para
la Seguridad y la Prosperidad de América del Norte (ASPAN).
Asegura también
que,
“sus acuerdos asignan acciones militares fronterizas, entrenamiento de
policías, modernización de equipos y adopción de nuevas tecnologías frontera,
encuadrando todo bajo la lógica de la campaña contra el terrorismo de
Estados Unidos”.
Stephen Lendman describe a Contralínea que la política de la ASPAN “es
terrible y más lo que ocurre en torno a ese tema de manera secreta”.
Considera que “los medios independientes son nuestra salvación, incluyendo
el
The Global Research News Hour”, un espacio electrónico que coordina con
Michel Chossudovsky, economista canadiense y crítico de la globalización.
Al mismo tiempo, Lendman expresa su,
“preocupación por las
fuerzas que
quieren controlar Internet, herir a los medios independientes, silenciar o
censurarnos”.
Este investigador graduado en Harvard fue, por seis años,
investigador de mercadotecnia para importantes corporaciones estadounidenses,
hasta que decidió dedicar todo su esfuerzo a causas progresistas, como
divulgar noticias que omite la prensa. Respecto del acoso contra la prensa
independiente, en Estados Unidos y en otros países, Lendman aclara a los
periodistas mexicanos que vería sólo “un pequeño cambio o ninguno bajo (el
régimen de) Obama”.
Cabe destacar que todas las historias que saca a la luz Proyecto Censurado
se publicaron en medios alternativos, como:
...entre otros.
Algunas de esas historias,
muy pocas, las retomaron medios de más alcance, como
Vanity Fair.
América Latina, bajo censura
La política de exclusión informativa que practican los medios corporativos
se evidencia al conocer las noticias sobre América Latina que revela el
informe del Proyecto Censurado. Las inquietantes historias que ocurren en
esta región son, después de las que atañen a la ocupación militar de Irak y
Afganistán, las más censuradas en medios estadounidenses.
Por ejemplo, la
nueva Ley Migratoria para los trabajadores invitados (guest workers), que a
juicio de Charles Rangel, senador demócrata por Harlem, es “la cosa más
cercana a la esclavitud que nunca he visto”.
Así lo reporta la investigación periodística de Mary Brauer, Sarah Reynolds,
Felicia Mello y Chidanand Rajghatta, titulada
Guest Workers Inc: fraude y
tráfico humano.
Los reclutadores de estos trabajadores los convierten en,
“víctimas del cebo y de cambios de esquema que los obligan a pedir enormes
sumas de dinero a altas tasas de interés (a menudo, hipotecando los hogares
familiares) para aterrizar a corto plazo y a menudo en los trabajos de bajos
salarios, siempre por menos tiempo y una paga más baja que la prometida.
Frecuentemente, los jefes poseen los documentos que mantienen atrapados a
estos trabajadores y les impiden saltar a otro empleo”.
Esa forma de esclavitud laboral salió a la luz en marzo de 2008 durante el
juicio colectivo llamado “de acción de clase” que entablaron más de 500
trabajadores de astilleros – todos provenientes de la India – contra Signal
International, la subsidiaria de Northrop Grumman en Luisiana y Mississippi,
por cargos de trabajos forzados, tráfico humano, fraude y violaciones a los
derechos humanos.
Wes Enzinna y Benjamin Dangl son autores del reportaje ILEA:
¿Resurgen las
guerras sucias de EU en América Latina?, otra de las noticias censuradas en
2008. Trata de la amenaza para la paz y la democracia que representa el
resurgimiento del antiguo militarismo estadounidense en América Latina tras
la creación, en El Salvador y con una base satélite en Perú, de la Academia
Internacional de Aplicación del Derecho (ILEA, por sus siglas en inglés).
Esa institución – subsidiada por recursos del gobierno estadounidense y dotada
de inmunidad ante eventuales cargos de crímenes contra la humanidad –
impartirá,
“técnicas de contraterrorismo a un promedio anual de 1 mil 500
oficiales de policía, fiscales y otros funcionarios de combate al crimen en
el continente”.
Para los salvadoreños, la ILEA es una nueva
Escuela de las Américas (EA)
destinada a entrenar policías, indican los periodistas. Tal suspicacia se
explica por la política de secretismo en torno al funcionamiento, programas
académicos y lista de graduados, igual como ocurrió con los exalumnos de la
EA hasta que el sacerdote Roy Burgeois, fundador de Observadores de la
Escuela de las Américas, reconoció en sus egresados a líderes de escuadrones
de la muerte y grupos de contrainsurgencia.
El reportaje cita que los graduados de la ILEA son anfitriones en otras
instalaciones de entrenamiento de policías y militares creadas por agencias
estadounidenses, como la Oficina Federal de Investigaciones (FBI), el
servicio de inmigración y aduanas (ICE) y la Agencia de Control de Drogas
(DEA).
Otra noticia acallada es
la privatización del agua y la forma en que se
libra la guerra global contra el terrorismo en El Salvador. Los periodistas
Jason Wallach, Wes Enzinna, Chris Damon y Jacob Wheeler denuncian la
represión policiaca contra los líderes y residentes de la comunidad de Santa
Eduviges, ocurrida en julio de 2007, cuando protestaron contra la
privatización de los sistemas de abastecimiento y distribución del líquido
en aquel país centroamericano.
También se inconformaron porque los diputados de la derecha buscaban poner
bajo control particular la Administración Nacional de Acueductos y
Alcantarillado, con lo que el agua dejaría de ser un bien público.
Terror y beneficio
La invasión y ocupación militar de Irak por Estados Unidos, que comenzó en
2003, causó más de 1.2 millones de civiles muertos. Esa cifra es muy
superior a la que a cuentagotas brinda el gobierno estadounidense, según el
estudio del grupo británico Opinion Research Business (ORB), que realizó 2
mil 414 entrevistas en 18 provincias iraquíes. Esa investigación encontró
que más de una de cada cinco personas consultadas tuvo, por lo menos, una
muerte en su hogar como resultado del conflicto.
El reportaje describe cómo los denominados Soldados de Invierno – más de 100
veteranos de Irak que atestiguaron su participación en lo que llamaron
“producción de situaciones de atrocidad” – se manifestaron en marzo de 2008.
Informa, a su vez, que esos veteranos de Irak, cuyo trabajo se enfoca a
denunciar la brutalidad de la ocupación, atestiguaron matanzas,
reclutamientos forzados y la incapacidad de la sociedad para responder a una
potencia de fuego abrumadora,
“garantizando así que sufrirá y morirá una
gran cantidad de civiles”.
En ese mismo contexto transita otra historia silenciada: la que descubre que
el FBI otorga licencias para “tirar a matar”, escrita por
Matthew Rothschild.
De acuerdo con el reportaje,
“más de 23 mil representantes de la
industria privada trabajan silenciosamente con el FBI y el Departamento de
Seguridad Interior para recolectar y proporcionar información sobre las
amistades de los estadounidenses.
“Hay evidencia de que
InfraGard puede estar más cerca de un
Programa
Corporativo de Información Total (TIPS en inglés), que se convertiría en
ojos y oídos del FBI en todas esas corporaciones privadas”, de acuerdo con
la Unión de Libertades Civiles Americanas.
En esa lógica, InfraGard reúne ya 11 mil miembros en lo que
Robert Mueller
el director del FBI describió como,
“11 mil socios en nuestra misión de
proteger a Estados Unidos; es la primera línea de defensa en el sector
privado”.
Por otra parte, el reportaje Confiscando los bienes de los manifestantes
contra la guerra, del académico Michel Chossudovsky y de Matthew Rothschild,
narra que
George W. Bush firmó dos órdenes ejecutivas que facultan al
Departamento del Tesoro para apoderarse de los bienes de toda persona,
“percibida directa o indirectamente como una amenaza para las operaciones de
Estados Unidos en Medio Oriente”.
La primera orden, titulada “Bloqueo de propiedades de ciertas personas que
amenazan los esfuerzos de estabilización en Irak” y que se firmó el 17 de
julio de 2007, permite confiscar activos de los ciudadanos y organizaciones
estadounidenses que “planteen un riesgo a las operaciones” de ese país en
Irak.
De acuerdo con esta información periodística – que tampoco recogió algún
medio corporativo – el 1 de agosto de ese año Bush publicó otra orden
similar titulada “Bloqueo de la propiedad de personas que minan la soberanía
del Líbano o sus procesos e instituciones democráticas”. Ambas medidas
eluden el derecho constitucional al debido proceso, además de autorizar la
congelación de activos de “un esposo o de un niño dependiente” de cualquier
persona cuyos bienes se incauten.
Finalmente, Psicólogos cómplices de la tortura CIA es el título de una
investigación periodística de Mark Benjamin, Katherine Eban y Democracy
Now!, que rescata denuncias públicas desde 2005 por la participación de
sicólogos que trabajaban con militares estadounidenses y la Agencia Central
de Inteligencia (CIA) para “desarrollar métodos brutales de interrogación”.
Tras la publicación del reportaje, la Asociación de Psicólogos Americanos
examinó la situación.
Periodistas: el blanco
Red Voltaire, el medio electrónico que dirige
Thierry Meyssan y se difunde
en más de 120 países, es un blanco del sabotaje de la administración de
Bush. Aún así, dio cuenta, el 17 de septiembre de 2008, de la historia de
Amy Goodman, presentadora de Democracy Now!, titulada
¿Por
qué fuimos injustamente arrestados sin motivo?, que describe la represión de la policía
contra periodistas durante la Convención Nacional Republicana, el 1 de
septiembre, como “una auténtica amenaza a la democracia” por el gobierno de
su país.
Goodman sostiene que esa política se extiende contra todos los comunicadores,
pues días antes el grupo Video soy testigo sufrió una redada y el grupo de
documentalistas del Colectivo Glass Bead fue detenido y obligado a desalojar
su oficina.
Gastón Pardo, corresponsal de la Red Voltaire en México, opina respecto de
los retos que enfrenta el periodismo independiente:
“Vamos a luchar contra
tres mitos fundamentales de la historia contemporánea. Uno de ellos es el
del triunfo asegurado, que en las coordenadas del proyecto neoliberal
resulta que todo lo que ellos hacen es exitoso, así como lo que divulga su
prensa; todos los que están fuera de ese modelo son los que fracasan, son
los perdedores.
Para combatirlo, vamos a asumir la defensa de los medios
informativos que están en problemas, como los casos de
ContraLinea
y
Kaos en
la Red, que frecuentemente jackean cuando se coloca un material que está en
la lista establecida por el poder imperial para que no aparezca”.
Pardo agrega que la telaraña de medios alternativos que conforma la Red
Voltaire constituirá una Internacional de la Contrainformación que busca la
libre expresión de una opinión y de hechos periodísticamente presentados.
“Nos oponemos al pensamiento único que es idiotizante. Nos proponemos
reestablecer la dignidad de la información, y ahí contamos con Contralínea y
Fortuna, cuya presencia – estamos seguros – en la red ha ganado lectores de
Italia, Portugal, España, Argentina y Chile, además de los mexicanos”.