por Laura Knight-Jadczyk
Resumen extraído de "The Protocols of the Pathocrats"
del Sitio Web
PonerologiaBlogSpot
Versión en ingles
La cuestión de los medios de comunicación es el problema número uno al cual
tenemos que enfrentarnos.
El conocimiento es poder y aquellos que
controlan la información puedan controlar a las masas, es así de simple.
Mientras investigábamos el tema de los medios de comunicación, nos
encontramos con los "Protocolos de los Sabios de Sión" Como todos saben, esto es una
malintencionada broma pesada anti-semítica. Y estamos de acuerdo.
Ni por un
minuto pensamos que esto representa el judaísmo o cualquier persona judía
común. Lo que ha sido un choque para nosotros es darnos cuenta que los
Protocolos están siendo implementados casi línea a línea por los miembros de
la administración de Bush y por los varios gobiernos que formulan su
política exterior. En otras palabras, los Protocolos no son una broma pesada
porque sea algo sin sentido, pero más bien son una broma pesada porque fue
atribuido a los judíos.
El texto del
Protocolo número XII es la cuestión a
la cual el pueblo de los EE.UU. debe enfrentarse antes que puedan hacer
cualquier otra cosa.
Antes de presentar el texto del Protocolo número XII, primero un poco de
antecedentes...
Los problemas son las mentiras de los medios de comunicación (o individuos)
y como éstas se reciben y asimilan por las masas de personas. Esperemos que
con algunos extractos del libro de
Ponerología de Andrew Lobaczewski se
transmita la información necesaria para entender estos problemas:
Esquizoidia:
La esquizoidia, o psicopatía esquizoide, fue aislada por los
mismos famosos creadores de la psiquiatría moderna. Desde el comienzo fue
creada como una forma más leve de la misma contaminación hereditaria que es
la causa de la susceptibilidad a la esquizofrenia.
Sin embargo, esta última conexión nunca pudo confirmarse ni ser negada con
la ayuda de análisis estadísticos, y en aquel entonces no se encontró ningún
examen biológico que fuera capaz de resolver el dilema. Por razones
prácticas, hablaremos de la esquizoidia sin hacer más referencia a esta
relación tradicional.
Los textos nos proveen descripciones de distintas variedades de esta
anomalía, cuya existencia puede ser atribuida a los cambios en el factor
genético o a diferencias en otras características individuales de una
naturaleza no patológica. Esquematicemos pues a las características comunes
a las subespecies.
Los portadores de esta anomalía son hipersensibles y desconfiados, pero
prestan poca atención a los sentimientos de los demás, tienden a asumir
posiciones extremas, y están ansiosos por vengarse ante la menor ofensa.
A veces son excéntricos y extraños.
Su escaso sentido de la situación psicológica y de la realidad los conduce a
sobreponer interpretaciones erróneas y peyorativas de las intenciones de los
demás. Se involucran fácilmente en actividades que son ostensiblemente morales,
pero las cuales en verdad infligen daños sobre ellos mismos y otros. Su visión psicológica del mundo, empobrecida, los vuelve típicamente
pesimistas en cuando a la naturaleza humana.
Con frecuencia encontramos
expresiones de las actitudes que les son características en sus afirmaciones
y en lo que escriben:
"La naturaleza humana es tan mala que el orden en la
sociedad sólo se puede mantener a través de un poder fuerte creado por
individuos altamente calificados en nombre de alguna idea más elevada."
Llamemos a esta frase, la expresión típica de la "declaración esquizoide".
La naturaleza humana tiende efectivamente a ser mala, sobre todo cuando los
esquizoides le amargan la vida a la gente.
Cuando se ven enredados en situaciones de grave estrés, sus defectos hacen
que colapsen fácilmente. Su capacidad de reflexión se ahoga inmediatamente,
y a menudo los esquizoides caen en estados sicóticos reactivos tan similares
en apariencia a la esquizofrenia que eso los conduce ser mal diagnosticados.
El factor común de las variedades de esta anomalía es una palidez de
emociones y una falta de sentimientos para las realidades psicológicas, un
factor esencial en la inteligencia básica. Esto puede ser atribuido a alguna
cualidad incompleta del sustrato instintivo, el cual funciona como si
hubiese sido creado en arenas movedizas. La baja presión emocional les
permite desarrollar un verdadero razonamiento especulativo, que es útil en
actividades no humanísticas, pero a causa
de su carácter parcial, tienden a considerarse intelectualmente superiores
al "común" de la gente.
La frecuencia cuantitativa de esta anomalía varía entre las razas y naciones.
Es baja entre los negros, y la más alta entre los judíos. Las estimaciones
de esta frecuencia rondan entre una cantidad insignificante hasta el 3%...
Mis observaciones sugieren que esta anomalía es autosómicamente hereditaria.
Una actividad ponerológica esquizoide debería ser evaluada de acuerdo con
dos aspectos. A pequeña escala, tales personas ocasionan problemas a sus
familias, se convierten en herramientas de intriga en manos de individuos
listos e inescrupulosos, y por lo general realizan un mal trabajo al criar
generaciones más jóvenes. […]
Esta tendencia a ver la realidad humana según
el modo doctrinario y simplista que consideran "adecuado" – es decir, "negro
o blanco" – transforma a sus
intenciones, por lo general buenas, en malos resultados. Sin embargo, su rol
ponerogénico puede adquirir proporciones macrosociales si su actitud hacia
la realidad humana y su tendencia a inventar grandes doctrinas son volcadas
en un papel y duplicadas en grandes ediciones.
A pesar de sus déficits típicos, y mismo hasta de una declaración esquizoide
abierta, sus lectores no se dan cuenta de cómo son realmente las
personalidades de los autores. Ignorantes acerca de la
verdadera condición del autor, esos lectores desinformados son llevados a
interpretar tales obras de una manera que corresponde a su propia naturaleza.
Las mentes de la gente normal tienden hacia una interpretación correctiva
gracias a la participación de su propia y más rica visión psicológica del
mundo. Al mismo tiempo, muchos otros lectores rechazan en forma crítica
tales obras con indignación moral pero sin ser conscientes de la causa
específica. […]
Los personajes esquizoides tienen como propósito imponer su propio mundo
conceptual al resto de la gente o a grupos sociales, utilizando un egoísmo
patológico relativamente controlado y la tenacidad excepcional derivada de
su naturaleza persistente.
Por lo tanto son capaces eventualmente de dominar la personalidad de otro
individuo, lo que hace que el comportamiento de este último se vuelva
desesperadamente ilógico. Pueden también ejercer una influencia similar en
el grupo de gente al que se han unido.
Son solitarios psicológicos que comienzan luego a sentirse mejor en alguna
organización humana, en donde se vuelven:
Si sus actividades consisten en el contacto
directo a una escala social pequeña, por lo general sus conocidos los
consideran como simplemente excéntricos, lo que limita su rol ponerogénico.
Sin embargo, si logran esconder su propia personalidad detrás de las
palabras que escriben, su influencia puede llegar a envenenar las mentes de
una sociedad a gran escala y durante un largo período.
La convicción de que
Karl Marx es el mejor ejemplo de este fenómeno es
correcta, dado que presenta la figura más conocida de este tipo. Frostig, un
psiquiatra de la vieja escuela, incluyó a Engels y a otros dentro de una
categoría llamada "los fanáticos esquizoides barbudos." Los escritos famosos
atribuidos a los sionistas sabios al comienzo de siglo comienzan con una
declaración típicamente esquizoide.
El siglo diecinueve, y en especial la
segunda mitad, parece haber sido una época de actividad excepcional por
parte de individuos esquizoides, a menudo pero no siempre de descendencia
judía. Después de todo, debemos recordar que el 97% de los judíos no
manifiesta esta anomalía, y que ésta también está presente en todas las
naciones europeas, si bien en un grado mucho menor. Lo que heredamos de este
período incluye imágenes del mundo, tradiciones científicas, y conceptos
legales condimentados con la aprensión esquizoide de la realidad, un
ingrediente de muy mala calidad. [...]
A pesar de que los escritos de autores
esquizoides contengan la deficiencia
ya descrita, o hasta una declaración esquizoide abierta que constituye una
advertencia suficiente para los especialistas, el lector promedio los acepta,
no como una visión de la realidad envuelta en esta anomalía, sino más bien
como una idea que él debería considerar seriamente basándose en sus
convicciones y razonamiento. Ese es el primer error.
El modelo de ideas por demás simplificado, desprovisto de color psicológico
y basado en datos fácilmente disponibles, tiende a ejercer una influencia
intensa que atrae a individuos que no son lo suficientemente críticos, y que
a menudo se sienten frustrados como resultado de un ajuste social que empuja
hacia abajo, descuidado culturalmente, o caracterizado por algunas
deficiencias psicológicas propias. Tales escritos son particularmente
atractivos para una sociedad histerizada. Otros que lean dichos escritos se
sentirán inmediatamente impulsados a criticar basándose en su sentido común
sano, aunque es posible que tampoco puedan distinguir la causa esencial del
error: que estos escritos emergen de una mente biológicamente pervertida.
La interpretación social de tales escritos y declaraciones doctrinarias se
abre en trifurcaciones principales, que engendran divisibilidad y conflicto.
La primera rama es el camino hacia la aversión, que se basa en el rechazo de
los contenidos de la obra a causa de motivaciones personales, convicciones
que difieren o una repulsión moral. Estas reacciones contienen la
interpretación moralista de los fenómenos patológicos.
La segunda y tercera ramificación están relacionadas con dos tipos de
apercepción muy diferentes entre aquellas personas que aceptan los
contenidos de tales obras: los críticamente correctivos y los patológicos.
La perspectiva críticamente correctiva es adoptada por gente cuyo sentir por
la realidad psicológica es normal y quienes tienden a incorporar los
elementos más valiosos de la obra. Luego trivializan los errores obvios y
completan los elementos faltantes de las deficiencias esquizoides con su
propia visión del mundo, más rica. Esto da lugar a una interpretación más
razonable, medida, y por ende creativa, pero no puede estar completamente
libre de la influencia del error, que con frecuencia viene aducido por
encima.
La aceptación patológica, en cuanto a ella, es manifestada por individuos
con deficiencias psicológicas propias: distintas formas de perversiones, ya
sean heredadas o adquiridas, así como por mucha gente que carga con
malformaciones de la personalidad o quien ha sido lastimada por la
injusticia social. Eso explica porqué su alcance es mayor que el de la
influencia de la acción directa de factores patológicos.
La aceptación patológica de escritos
esquizoides o de declaraciones por otra
gente pervertida, por lo general brutaliza los conceptos del autor y
promueve ideas de medidas de fuerza y revolucionarias.
Desafortunadamente, el paso del tiempo y las experiencias amargas no han
podido prevenir estos malentendidos característicos que nacen de la
creatividad esquizoide del siglo diecinueve, con la obra de Marx en primera
plana, por haber afectado a gente y por haberla privado de su sentido común.
Aunque más no sea por los propósitos del experimento psicológico ya
mencionado, buscar obras de K. Mark y diferentes afirmaciones con estos
déficits característicos, es una buena práctica para desarrollar la
consciencia en cuanto a este factor psicológico. Si mucha gente con
distintas visiones del mundo conduce tal estudio, el experimento podrá
mostrar cómo una visión clara de la realidad puede ser restaurada, y luego
se torna más fácil encontrar un lenguaje común.
La esquizoidia ha ocupado pues un lugar esencial siendo uno de los factores
en la génesis del mal que amenazan al mundo contemporáneo. Practicar la
psicoterapia en el mundo exigirá por lo tanto que los resultados de ese mal
sean eliminados lo más hábilmente posible.
Lobaczewski nos dice que las personas fácilmente tomadas por la propaganda
esquizoide son o personas normales que son insuficientemente críticas o que
proyectan en su contenido sus propias "interpretaciones", o que padecen
ellos mismos de algún defecto psicológico o caracterológico.
Prestemos
particular atención a lo que se describe acerca del "mecanismo de
conducción" del psicópata esquizoide:
Los personajes esquizoides tienen como propósito imponer su propio mundo
conceptual al resto de la gente o a grupos sociales
En otras palabras, tienen la intención de "imponer interpretaciones erróneas
y peyorativas en las intenciones y las acciones de otras personas" que los
conlleva a su "Declaración Esquizoide" de que los "otros" (un individuo o
sociedad) es "tan malo" que ellos (el psicópata esquizoide) y solo ellos
tienen el deber de arreglar este error y traer justicia a ese individuo o
sociedad.
Y esto es, por supuesto, estructurado en el contexto de algún
"poder superior". Y el método que utilizan es increíble de observar.
Como Lobaczewski lo describe:
"utilizando un egoísmo patológico relativamente
controlado y la tenacidad excepcional derivada de su naturaleza persistente.
Por lo tanto son capaces eventualmente de dominar la personalidad de otro
individuo, lo que hace que el comportamiento de este último se vuelva
desesperadamente ilógico. Pueden también ejercer una influencia similar en
el grupo de gente al que se han unido."
Una lectura cuidadosa de ciertos boletines en
Internet podrían dar al
estudiante de psicología una rica y amplia gama de ejemplos de esta
actividad.
En otras palabras, el Psicópata Esquizoide es un tipo de "intimidador".
Las intimidaciones de un tipo esquizoide son casi enteramente psicológicas,
tomando la forma de triviales criticismos puntillosos y detallistas,
constantes hallazgos de faltas, citando su versión de la realidad como
"hecho", mientras omiten cualquier dato real, y logrando persuadir a los
oyentes o lectores que solo ellos HAN producido datos cuando, de hecho, no
lo han hecho; esto, combinado con un rechazo simultáneo de reconocer,
valorar o admitir nada de lo que los demás hacen como ni siquiera
remotamente positivo, (ellos son los "expertos"), todo sirve para dominar la
personalidad del oyente.
Las alegaciones de estar en lo correcto son
repetidas, persistentes y tenaces, y solo después de la "justicia",
eventualmente cansan al oyente o lector, especialmente si esto se acompaña
de colegas que saltan de tiempo en tiempo con aclamaciones violentas e
ilógicas, que hacen al psicópata esquizoide verse mucho más sanos cuando
ellos reprenden a sus colegas por tal mal comportamiento. Tal manipulación
también incluye fingir el ser una víctima, especialmente cuando son llamados
para dar cuentas de sus tonterías o cuando datos reales son demandados.
Los objetivos del esquizoide son:
-
el Poder
-
el Control
-
la Dominación
-
la
Subyugación
Consiguen sus metas con varios métodos incluyendo la
intimidación de otros, tratando de estimular miedo, vergüenza, culpa,
humillación, mientras mantienen una constante negación de que esto es lo que
están haciendo. Por lo general son asistidos por "aplaudidores" o "Coros
Griegos".
Una táctica favorita del esquizoide es el de poner a las personas en contra
de las otras.
Los beneficios para el esquizoide son:
-
él o ella gana mucho
en gratificación (una forma perversa de satisfacción) al promover y provocar
argumentos, hostilidad o disputas, y después ver otros involucrarse en una
interacción adversaria y en conflictos destructivos
-
el conflicto
generado les asegura que la atención de la gente sea distraída y alejada de
la causa del conflicto. Después ellos pueden venir y ser "la voz calmada de
la razón", y entonces subvertir la lógica y la razón y las emociones del
objetivo
Los esquizoides son adeptos en distorsionar las percepciones de las personas
con el intento de engendrar una vista negativa del blanco en las mentes de
otros; esto es logrado a través de minimizaciones, creaciones de dudas y
sospechas con distorsiones astutas de hechos menores, y compartiendo
preocupaciones falsas, etc. Este envenenamiento de la mente de las personas
es difícil de mostrar porque es casi siempre muy sutil. Casi siempre a
aquellos que se creyeron lo del esquizoide les lleva tiempo y experiencia el
ver sobre la máscara de engaño y entender como y porqué fueron utilizados
como peones.
El esquizoide trata siempre de establecer una relación exclusiva con
individuos específicos para que ellos (los esquizoides) sean vistos como
fuentes de información confiables, esto puede ser logrado al pintar al
blanco como irresponsable, inestable, no amoroso, desconfiable, etc...,
utilizando distorsión y fabricación de alegadas fallas, violaciones de
confianza, etc.
El objetivo es manipular las percepciones de las personas y crear una
dependencia para que las personas puedan confiar exclusivamente en el
esquizoide y ver al esquizoide como única fuente de información. Cuando han
sido expuestos, los esquizoides se aferran a ser víctimas y atraen el
enfoque hacia ellos mismos, siendo ésta otra forma de manipular a la gente a
través de sus emociones de culpabilidad, simpatía, diciendo lo siento, etc.,
mientras pintan a su blanco como el villano.
Cuando el blanco trata de
explicar el juego, son inmediatamente llamados "paranoicos".
Bueno, esta es la técnica "humana" del psicópata esquizoide. Pueden
extrapolar un poco y ver que esto es exactamente como los medios de
comunicación operan en grande escala. Es un probado y verdadero protocolo
para direccionar a seres humanos a la dirección que quieran que vayan, para
hacerles pensar lo que quieran que piensen y en fin, para que hagan lo que
quieren que ellos hagan.
Con la descripción de cómo esta manipulación mental trabaja, veamos ahora el
Protocolo XII donde veremos cómo el proceso descrito se ha implementado en
una gran escala social por esquizoides, psicópatas y caracteópatas.
¿Qué papel representa actualmente la prensa? Sirve para encender las
pasiones y mantener los egoísmos partidarios. Es vana, injusta, mentirosa, y
la mayoría de las personas no comprenden su utilidad. La sellaremos y le
pondremos freno, como haremos con las demás obras impresas; ¿de qué nos
servirá desembarazarnos de la prensa si fuésemos blanco de las demás
publicaciones y de los libros?
Ahora, tome en cuenta que "nosotros" arriba NO se refiere a judíos, se
refiere a los psicópatas, esquizoides, esenciales y otros tipos.
Como Lobaczewski’s escribió en
Ponerología Política:
Tenía que estudiar temas abordando la psicología y la psicopatología con el
fin de responder a las preguntas que surgían de nuestras observaciones; el
abandono científico en éstas áreas son un obstáculo difícil de superar. Al
mismo tiempo, alguien guiado por un conocimiento especial aparentemente
desalojó las bibliotecas de cualquier cosa que se podría encontrar con
respecto al tema.
Para realmente comprender cómo los psicópatas saben que ellos son diferentes
desde prácticamente el nacimiento, que ellos son verdaderamente "un tipo
diferente de criatura" a los seres humanos normales, se necesitaría leer
el
libro de Ponerología.
Por el momento, sin embargo, cuando usted lea "nosotros"
en este texto, sustitúyelo con "psicópatas" y usted tendrá la
comprensión correcta.
Es cierto que los periódicos de los partidos podrían resultar mas
perniciosos que las pérdidas de dinero; de ser así, los suprimiremos a raíz
de su segunda acometida. nadie habrá de manchar el mito de nuestra
infalibilidad gubernamental. para suprimir un periódico, diremos que agita
los ánimos sin razón y sin motivo.
Se habrá de notar que, entre los jornales que nos ataquen, habrá muchos
creados por nosotros psicópatas mismos. Estos atacarán exclusivamente los puntos que
deseamos modificar.
Sin nuestro visto bueno, nada le será comunicado a la sociedad. Esto último
ya se ha logrado. Hoy día, las noticias de todas partes del mundo son
recibidas por diversas agencias que las centralizan. Estas agencias son
enteramente nuestras y revelan solamente lo que les permitimos publicar.
En la actualidad, hemos sabido apoderarnos del ánimo de las sociedades
cristianas de tal modo que, en todas partes, miren los acontecimientos
mundiales a través de los prismas que colocamos delante de sus ojos. Ya no
hay muros en ningún estado que nos impidan entrar a lo que los cristianos
denominan tontamente secretos de estado. ¿Que será cuando seamos los dueños
reconocidos del universo en la persona de nuestro rey universal?
Quien quiera ser editor, librero o impresor estará obligado a obtener un
diploma que, en caso de su poseedor cometer una falta cualquiera, le será
retirado inmediatamente. Con tales medidas, la máquina del pensamiento se
convertirá en un medio de formación en las manos de nuestros gobiernos;
nuestro mando no les consentirá que las masas divaguen sobre la utilidad del
nuevo desarrollo.
¿Quién entre nosotros psicópatas
ignora que los bienes ilusorios llevan directamente a
los sueños absurdos? De dichos sueños se han originado las relaciones
anárquicas de los hombres entre si y con el poder. Es que el progreso, o
mejor dicho, la representación de tal le ha dado pie a ideas de incontables
e ilimitadas emancipaciones.
Todos aquellos que llamamos liberales son anarquistas, si no de hecho, por
lo menos de pensamiento. Protestando por el mero placer de refunfuñar,
persiguen las ilusiones de la libertad y caen en la anarquía.
Volvamos a la prensa. Le impondremos gravámenes como a todo cuanto se
imprima. Serán impuestos ascendientes según el número de folios. Las
publicaciones de menos de 30 páginas, registradas como folletos, tributarán
el doble; se busca así, por una parte, reducir el número de revistas, que
son el peor de los venenos y, por otra, obligar a los escritores a producir
libros tan largos y caros que se lean poco. Por el contrario, los que
editemos nosotros psicópatas para el bien común y con la tendencia establecida serán
económicos y leídos por todos. Los impuestos acabarán con el vano deseo de
escribir, y el miedo a la sanción someterá a los literatos.
Si alguien volviese su pluma contra
nosotros psicópatas, no hallará quien quiera
imprimir sus escritos.
Antes de consentir a imprimir una obra, el editor o
impresor consultará a las autoridades a fin de obtener la autorización
necesaria. De este modo, conoceremos de antemano las emboscadas que nos
tiendan y contraatacaremos, dando explicaciones con antecedentes sobre el
asunto tratado.
La literatura y el periodismo son los medios educativos más importantes. Por
eso, nuestro gobierno será el propietario de la mayoría de los periódicos.
Así, la influencia perniciosa de la prensa particular quedará neutralizada y
obtendremos una autoridad enorme sobre el público. Si autorizamos la
publicación de diez periódicos, fundaremos treinta de los nuestros.
Los periódicos que editemos serán, aparentemente, de tendencias y opiniones
opuestas. Esto habrá de inducirles confianza a todos y habrá de atraer, sin
recelo, a adversarios que caerán en la trampa y se volverán inofensivos.
En primera plana, desplegaremos los órganos de carácter oficial; estos
siempre velarán por nuestros intereses y no nos habrán de quitar el sueño.
En segundo lugar, colocaremos los oficiosos, cuyo papel será el de atraer a
los indiferentes y a los amorfos. En la tercera fila, instalaremos a la
presunta oposición: al menos un periódico colaborará con nosotros
psicópatas como el
antípoda de nuestras ideas. Nuestros adversarios tomarán a este falso
opositor como su aliado y se nos revelaran por él.
Nuestros
periódicos serán de todas las tendencias: aristocráticos, republicanos,
revolucionarios y hasta anarquistas; esto, por supuesto, mientras dure
la constitución. Tendrán, como el Dios hindú Vishnu, cien
manos, cada una de las cuales acelerará la transmutación de la sociedad.
Estas manos conducirán la opinión como le convenga a nuestros intereses (un
hombre alterado pierde la facultad de razonar y se abandona fácilmente a la
sugestión). Los imbéciles que crean seguir la opinión de su partido
repetirán la nuestra, o la que nos convenga. Se verán siguiendo el órgano de
su partido sin saber que, en realidad, escoltan la bandera que enarbolamos
ante sus ojos.
Para dirigir en dicho rumbo nuestro ejército de periodistas, organizaremos
esta labor cuidadosamente. Bajo el nombre de oficina central de la prensa
estableceremos reuniones literarias en las que nuestros agentes darán, sin
que nadie sospeche, la palabra de orden y las normas. Discutiendo y
contradiciendo nuestras iniciativas de una manera superficial, sin penetrar
el fondo de los asuntos, sostendrán inútiles polémicas con los periódicos
oficiales a fin de procurarnos los medios de pronunciarnos más claramente,
lo que no es conveniente hacer durante las primeras declaraciones oficiales.
Estos ataques servirán, además, para que nuestros súbditos juzguen
garantizada la libertad de palabra. Así, nuestros agentes tendrán pretextos
para afirmar que quienes nos impugnan son unos charlatanes sin argumentación
para refutar seriamente nuestros proyectos.
Tales procesos, inadvertidos para la opinión pública pero seguros, nos
atraerán ciertamente la atención y la confianza pública. Gracias a ellos,
agitaremos o calmaremos los ánimos en cuestiones políticas según sea
preciso, convenciendo o suscitando dudas, publicando la verdad o la mentira,
confirmando o contradiciendo según el efecto deseado, pero tanteando siempre
el terreno que habremos de pisar.
Venceremos a nuestros adversarios porque ellos no dispondrán de órganos que
puedan dirigir la opinión hasta las últimas consecuencias, como nosotros
psicópatas. No
tendremos ni siquiera necesidad de largas y profundas refutaciones. En caso
de necesidad, refutaremos enérgicamente en la prensa oficiosa los globos de
ensayo lanzados por nosotros psicópatas mismos en la tercera categoría de nuestra
prensa.
Todos los órganos de la prensa están ligados entre si por el secreto
profesional; como los antiguos augures, ninguno de sus integrantes revelará
el secreto si no recibe la orden de hacerlo. Ningún periodista osará
traicionar este secreto, ya que no será admitido a la profesión quien no
tenga en su pasado alguna falta vergonzosa: en caso de deslealtad, esta
mancha será inmediatamente revelada. Mientras que estos estigmas sean
conocidos solamente por unos pocos, la aureola del periodista seguirá
atrayéndonos la opinión de la mayoría que le sigue con entusiasmo.
Nuestros cálculos se proyectan principalmente sobre las provincias. Es
necesario que excitemos en ellas esperanzas y aspiraciones opuestas a
aquellas de la capital, que haremos pasar como espontáneas. Claro está que
la fuente de la discordia siempre seremos nosotros psicópatas.
Mientras no disfrutemos del poder absoluto, tendremos necesidad de arrollar
las capitales con las opiniones del pueblo provincial, es decir, por la
mayoría manejada por nuestros delegados.
Es necesario que en las capitales,
en el momento crítico, no se discuta el hecho consumado por haber sido ya
aceptada por la mayoría provincial.
Note otra vez que el punto es que lo más esquizoide de lo anterior es que
era una "doctrina" atribuida a judíos cuando realmente es un documento de
psicopatía y denota el pensamiento de tales caracterópatas de cada raza,
creencia, color, nacionalidad o religión, en cualquier época o lugar. Y que
el problema es que, ahora, hay tales individuos en posiciones de poder como
en los EE.UU.
Los
Estados Unidos es simple y sencillamente
una Patocracia...
Ha sido tomada
por individuos con déficits psicológicos claramente delineados, y han
llegado a posiciones de poder porque el conocimiento psicológico de las
masas es deficiente.