Antes de mi viaje a
Alemania para participar en la
Cumbre del Grupo de los Veinte,
me gustaría compartir algunas reflexiones sobre la cooperación
en el marco del G20 con los lectores de
Handelsblatt, uno de los
periódicos alemanes más populares y de mayor reputación.
A lo largo de los años de su existencia, el Grupo de los Veinte
se ha establecido como un mecanismo importante para alinear los
intereses y las posiciones de las principales economías
mundiales.
Mediante una acción
coordinada, el G20 contribuyó a la adopción de las medidas
necesarias que no sólo ayudaron a superar la crisis financiera y
económica, sino que sentaron las bases para mejorar la
gobernanza mundial, que se ha visto en apuros por varias
razones.
Es importante
destacar que, al trabajar juntos, hemos podido encontrar
soluciones a una serie de problemas de larga data.
Por ejemplo, Rusia valora altamente los pasos prácticos para
contrarrestar la erosión de las bases patrimoniales y el cambio
de los beneficios hacia los llamados 'refugios seguros'. Todas
las economías sufren estas prácticas.
El comportamiento
empresarial irresponsable de este tipo afecta la calidad de vida
de millones de personas, lo que resulta en altos costos
sociales.
La aplicación de la reforma de la regulación financiera es otro
logro del G20. Por ejemplo, las regulaciones especiales para los
bancos cuya bancarrota sería indeseable o demasiado arriesgada
debido a su tamaño.
Por primera vez en la historia, los organismos de supervisión
comenzaron a monitorear las transacciones en el sector
financiero no bancario en la sombra. Las decisiones sobre los
atributos clave para prevenir y superar las crisis del sector
bancario, organizar el trabajo de las agencias de seguridad de
depósitos y otras iniciativas han tenido un gran impacto.
Por supuesto, la creación del Consejo de Estabilidad
Financiera (FSB,
por sus siglas en inglés) fue un gran paso adelante. Gracias a
sus esfuerzos, la reforma de la regulación financiera adoptó una
dimensión de todo el sistema y se convirtió en una rutina,
mientras que el FSB se estableció como un importante socio
del FMI en sus estudios
regulares de evaluación de riesgos.
La creación del FSB
condujo a la aparición de estructuras similares a nivel
nacional.
Incluso en el contexto de crecientes riesgos geopolíticos e
incertidumbre, el G20 no se ha vuelto menos eficiente como una
herramienta de gobernanza global.
Esto se debe en gran
parte a la excepcional responsabilidad demostrada por sus países
presidentes en el cumplimiento de su misión.
Hago mención de esto
basándome, entre otras cosas, en la propia experiencia
de Rusia, ya que nuestro país
presidió el Grupo de los Veinte en 2013 y se benefició de un
apoyo y aliento sustancial de todos sus asociados.
El éxito del G20 se basa en el respeto a las opiniones y
posición de cada miembro, sin importar el tamaño de su economía
y su lugar en el sistema monetario y financiero internacional.
Las discusiones
constructivas y la búsqueda del compromiso se han convertido en
el estilo distintivo del G20, una ley no escrita de las
relaciones, que su actual Presidente - Alemania - también está
poniendo en práctica.
La próxima reunión del G20 en Hamburgo es una oportunidad para
debatir cuestiones clave en la agenda mundial. Compartimos las
prioridades de la Presidencia alemana y estamos dispuestos a
ayudarlos a implementarlas, siempre que se mantenga esta
continuidad.
Acogemos con beneplácito la decisión de ampliar el programa del
G20 para incluir el desarrollo sostenible, el cambio climático,
la lucha contra el terrorismo y la corrupción, la atención
sanitaria, la migración y los refugiados.
Es muy importante que
el Grupo preste más atención a la economía digital como motor de
crecimiento y un nuevo factor de gobernanza mundial gracias a la
Presidencia de China en 2016 y a la Presidencia de Alemania este
año.
Nos enfrentamos a varios retos importantes. Los viejos modelos
económicos han agotado sus posibilidades.
El proteccionismo se
está convirtiendo en la norma, mientras que las restricciones
unilaterales, políticamente motivadas, sobre el comercio y la
inversión, así como la transferencia de tecnología, no son más
que un proteccionismo enmascarado.
Creemos que estas
sanciones no sólo están condenadas al fracaso, sino que también
van contra los principios de cooperación del G20 en beneficio de
todos los países.
Confío en que sólo el comercio abierto basado en normas y
estándares comunes puede estimular el crecimiento económico
mundial y la mejora gradual de las relaciones interestatales.
Tal como se establece
en los principios fundamentales de las actividades de la
Organización Mundial del Comercio.
El G20 está haciendo un sustantivo trabajo en la lucha contra el
cambio climático. La actividad humana está aumentando
considerablemente la carga sobre el medio ambiente del planeta
y, por lo tanto, complica el logro de los objetivos de
desarrollo sostenible.
Como país líder
dentro del proceso climático internacional, Rusia ha superado
sus compromisos bajo el
Protocolo de Kyoto. En otras
palabras, hemos compensado las crecientes emisiones en otros
países y regiones.
Consideramos el
Acuerdo de París de abril de
2016 como un marco jurídico internacional fiable para un arreglo
climático duradero y tenemos la intención de hacer todo lo
posible para facilitar su aplicación.
En los últimos años, el G20 ha estado trabajando en el tema de
la migración. Según la ONU, en 2017 los migrantes laborales
remitirán más de 500 mil millones de dólares a los países en
desarrollo.
Esto es tres veces
más que el volumen de la asistencia oficial para el desarrollo o
la inversión extranjera directa.
El G20 ha estado trabajando en temas relacionados con la
integración de los migrantes en los mercados laborales de los
países de acogida, así como su adaptación cultural y protección
social.
Además, el G20 ha
formulado decisiones este año que podrían ayudar a resolver el
problema del desplazamiento forzado. Se basan en el
fortalecimiento de la estabilidad regional y mundial y en el
crecimiento económico de los países que están generando un
número sin precedentes de refugiados.
La seguridad y el uso de las
TIC [Tecnologías de la
Información y la Comunicación - NdT] es un tema nuevo en la
agenda del G20. Rusia siempre defiende el libre acceso a las
tecnologías de la comunicación, incluido Internet. Consideramos
muy importante proteger los derechos humanos en el espacio de la
información.
Al mismo tiempo, la
libertad en la esfera digital, al igual que en cualquier otra,
no debería en modo alguno ser sustituida por la permisividad y
la impunidad.
Esto conduce a
conductas violentas que involucran a ciber-delincuentes, grupos
de hackers y todos aquellos que invaden la privacidad de los
individuos o la soberanía de los Estados mediante el uso de
tecnologías de vanguardia.
Rusia, que fue uno de los primeros países en señalar el peligro
de este desafío, ha estado abogando desde hace varios años por
la celebración de acuerdos internacionales universales bajo los
auspicios de las Naciones Unidas, llamados a combatir estos
fenómenos negativos.
Esperamos que esto
evoque una respuesta positiva e interesada de otros países. La
agenda del G20 también debe incluir temas de alfabetización
digital, un elemento clave para proteger los derechos de los
consumidores en el comercio electrónico.
Me gustaría señalar que las diversas oportunidades abiertas por
la economía digital y el cambio a nuevos patrones industriales y
tecnológicos simultáneamente aumentan la brecha en los niveles
de desarrollo entre países ricos y pobres y agravan la
desigualdad entre los diversos estratos sociales.
Por lo tanto,
nuestros esfuerzos deben centrarse en las personas, sus
intereses y preocupaciones. Considero que esto es una prioridad
clave para las actividades del G20.
Obviamente, el G20 puede hacer una contribución importante para
fortalecer la estabilidad de la economía mundial y mantener su
desarrollo equilibrado.
Sólo actuando juntos
y uniendo nuestros esfuerzos podemos superar los actuales
desequilibrios, asegurar un crecimiento sostenible, desarrollar
normas de comercio y competencia justos, reducir la pobreza y
resolver problemas sociales agudos.
La delegación rusa participará activamente en los trabajos de la
cumbre de Hamburgo, la cual estoy seguro de que será muy
productiva. Deseo a nuestros colegas alemanes todo el éxito en
la organización de la cumbre.
Y, por supuesto, nos
uniremos a nuestros socios del G20 para implementar los acuerdos
que se alcanzarán en la reunión.
En conclusión, quisiera desear a todos los lectores de
Handelsblatt y a todos los alemanes salud y prosperidad.