09 Enero 2018

del Sitio Web SputnikNews

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© Sputnik/ Sergey Guneev



La compañía noruega Kvaerner LLC

firmó un contrato con Rusia

para participar en la construcción

del gasoducto Nord Stream 2,

informa el periódico Aftenposten.




Para esta empresa es uno de los mayores contratos de los últimos años. El valor total se estima en más de 74 millones de dólares y se espera que la compañía noruega cree 300 puestos de trabajo en Rusia.
 

Kvaerner, que pertenece al consorcio Aker Kvaerner Holding, construirá las instalaciones terrestres para el gasoducto cerca de San Petersburgo. La compañía se encargará también de la infraestructura, adquisición e instalación de tuberías y accesorios.

 

El medio subraya que un 30% de Aker Kvaerner Holding pertenece al Ministerio de Comercio, Industria y Pesca de Noruega, así que es correcto hablar de participación gubernamental en el proyecto ruso, si bien se realiza de manera indirecta.

 

Las compañías rusa y noruega firmaron el contrato en un momento en el que las relaciones entre los Gobiernos de estos países pendían de un hilo tras el arresto en Moscú del noruego Frode Berg, acusado de espionaje.

 

Se inició en su contra el 6 de diciembre una causa penal en virtud del artículo 276 del Código Penal, que versa sobre el espionaje.

 

El autor del artículo, Per Anders Johansen, indica en su análisis que el proyecto Nord Stream 2 sigue siendo muy polémico tanto en Europa como en el mundo.

 

Según el periodista,

"la lucha por el mercado energético europeo ha entrado en una etapa muy dramática y decisiva".

Asimismo, Johansen presenta la postura de uno y otro país acerca de la construcción del gasoducto.

  1. Para los países europeos, Noruega es un socio menos polémico que Rusia; sin embargo, el país no tiene la capacidad de aumentar la producción hasta los niveles requeridos para satisfacer la demanda de Europa, explica Johansen.

     

  2. Para Rusia, tal y como ha subrayado en varias ocasiones el presidente del país, Vladímir Putin, el Nord Stream 2 es un proyecto importante.

     

    Por su parte, Rusia sí es capaz de asegurar el suministro de gas a Europa.

     

    A pesar de las especulaciones y de las voces que se escuchan desde Europa y EE.UU., Vladímir Putin ha afirmado que el gasoducto 'Nord Stream 2' es un proyecto absolutamente comercial y no está dirigido contra nadie.

     

  3. Polonia, Suecia y Dinamarca están tratando de detener la construcción del gasoducto.

"Creen que el Nord Stream 2 hará a la UE mucho más vulnerable a la política de Putin", escribe el autor del artículo.

  1. Los productores de EE.UU. aspiran a aumentar su participación en el mercado europeo de gas.

"Las nuevas sanciones de EE.UU., que entrarán en vigor después de las fiestas de Año Nuevo, podrían dificultar la realización del proyecto Nord Stream 2", subraya el periodista.

El presidente ruso declaró a finales del 2017 que,

"el reciente paquete de sanciones adoptado por el Congreso de EE.UU. está destinado a expulsar a Rusia de los mercados europeos de hidrocarburos y forzar a Europa a pasar al gas natural licuado más caro procedente de Estados Unidos".

  1. Alemania, Austria, Francia y los Países Bajos, así como muchas empresas europeas, apoyan la construcción del Nord Stream 2, porque "creen que contribuirá a una mayor competencia y a un gas más barato", continúa con su análisis.

"El problema del suministro de energía a Europa concierne a Europa, no a EE.UU.

 

Las sanciones políticas no deberían estar ligadas a intereses económicos", destacaron por su parte los ministros de Exteriores de Alemania y Austria en una declaración conjunta en junio de 2017.

Sin embargo, estos factores no son todos los que provocan polémica sobre el tema gasístico.

"El mercado de energía en toda Europa puede cambiar de manera dramática debido al hecho de que Europa está haciendo una gran apuesta en la transición a las fuentes renovables de energía, más respetuosas con el medioambiente", concluye el autor.

La segunda rama del gasoducto Nord Stream deberá unir las tuberías de Rusia y Alemania por el fondo del mar Báltico.

 

De esta manera se pretende evitar el paso del gas por países intermediarios como Ucrania, Bielorrusia o Polonia.