por Paul Craig Roberts
21 Agosto
2017
del
Sitio Web
PaulCraigRoberts
traducción de
Editorial-Streicher
23 Agosto 2017
del Sitio Web
Editorial-Streicher
Versión original en ingles
Hace dos días
en su sitio paulcraigroberts.org el economista,
periodista, editor y ex-subsecretario estadounidense
de Tesorería bajo Ronald Reagan señor Paul C.
Roberts (1939) publicó el siguiente artículo que
presentamos en castellano.
Trata, tras
referirse a la despotenciación de
Trump que
el Estado Profundo
llevó a cabo, de lo que hubo detrás de la "guerra
civil" estadounidense (1861-1865), y posteriormente
del verdadero genocidio contra los indígenas
norteamericanos, lo que constituiría la base de las
abusivas actuaciones de ahí en adelante de las armas
estadounidenses a través del mundo.
Trump y la Historia
Estadounidense...
Han Sido Asesinados
Cuando Trump fue elegido escribí que era improbable que él tuviera
éxito en cumplir los tres objetivos para los cuales él fue elegido:
-
la paz con Rusia
-
la vuelta a casa
de los empleos estadounidenses que fueron llevados al
extranjero
-
limitar
eficazmente la inmigración de gente no-Blanca,
...porque esos objetivos
entraban en conflicto con los intereses de aquellos más poderosos
que el Presidente.
Escribí que Trump no estaba familiarizado con Washington y
fracasaría en designar un gobierno que apoyara sus objetivos.
Escribí que a menos que la oligarquía dirigente pudiera poner a
Trump bajo su control, Trump sería asesinado.
Trump ha sido puesto bajo control asesinándolo con palabras
más bien que con una bala.
Con el despido de
Steve Bannon, no hay nadie ahora en el gobierno de Trump que lo
apoye. Él está rodeado por generales rusófobos y sionistas.
Pero eso no es suficiente para la Izquierda liberal y progresista.
Ellos quieren que Trump sea acusado y expulsado del cargo.
Marjorie Cohn, a quien siempre había admirado por su defensa
de las libertades civiles, me ha decepcionado. Ella ha escrito en
Truthout - que tristemente se ha convertido más bien en
PropagandaOut - que la Cámara baja debe presentar escritos
acusatorios contra Trump por su abuso de poder, antes de que él
lance una nueva guerra civil y/o nuclear.
Ésta es una conclusión extraordinaria para que la alcance una
persona normalmente inteligente.
El Establishment
dirigente lo ha castrado. Él está neutralizado. Impotente. Él ha
sido completamente aislado dentro de su propio gobierno por la
oligarquía.
Incluso más asombrosamente, Marjorie Cohn, junto con el 100% de la
Izquierda liberal y progresista, están ciegos ante el hecho de que
ellos han ayudado al complejo militar y de seguridad a destruir al
único líder que abogaba por la paz en vez del conflicto con la otra
principal potencia nuclear.
Cohn está tan enloquecida
por su odio contra Trump que ella piensa que es Trump quien traerá
la guerra nuclear al normalizar las relaciones con Rusia.
Claramente, la Izquierda liberal y progresista estadounidense ya no
es capaz de pensar racionalmente. El odio predomina. No hay nada en
su léxico sino odio.
La Izquierda liberal y progresista ha degenerado hacia la idiotez.
Ellos piensan que están combatiendo al "nacionalismo Blanco" en la
Casa Blanca y que Trump es un campeón o el símbolo del "nacionalismo
Blanco", y que no habrá ninguna victoria sino hasta que Trump y
todos los símbolos del "nacionalismo Blanco" sean borrados.
Poco entienden ellos realmente.
Ajamu Baraka lo
explicita para ellos
en CounterPunch.
La Supremacía Blanca,
escribe él, es inculcada en las instituciones culturales y
educacionales de Occidente.
Los Blancos liberales
e izquierdistas son también supremacistas Blancos, dice Baraka,
y Trump y la "Derecha Alternativa" son solamente una superficial
plataforma útil sobre la cual la Izquierda liberal y progresista
estadounidense y supremacista Blanca puede ostentar su aire de
superioridad moral.
La conclusión de Ajamu
Baraka es que,
"para que el mundo
viva, el patriarcado supremacista Blanco pan-europeo y
colonial/capitalista de 525 años de antigüedad [desde 1492] debe
morir".
No es difícil ver en esta
declaración que el genocidio es la solución para la plaga Blanca
sobre la Humanidad.
No es gran sorpresa que
la "Derecha Alternativa" sea adiestrada por la propaganda anti-Blanca
de la Política de Identidad.
La inmigración de gente no-Blanca acabará con los fragmentos de la
civilización europea restante. Todos los datos demográficos actuales
indican que toda Europa y Norteamérica, más pronto de lo que usted
espera, van a ser ocupadas por mayorías de gente no-Blanca.
El problema no son tanto los inmigrantes mismos sino el que a ellos
los Blancos izquierdistas liberales y progresistas les enseñan a
odiar a los Blancos. La destrucción de estatuas no terminará con la
del general Robert E. Lee.
Thomas Jefferson y George
Washington son los siguientes...
Ellos poseían esclavos,
mientras que los esclavos de la familia del general Lee fueron
liberados por propia voluntad tres años antes de la invasión del Sur
que efectuó Lincoln.
Los monumentos
conmemorativos de Washington, Jefferson y Lincoln tendrán que ser
destruidos también ya que ellos, igualmente, son monumentos al
racismo. En efecto, según la Política de Identidad de la Izquierda
liberal y progresista, la Declaración de Independencia y la
Constitución estadounidense son documentos de la Supremacía Blanca
escritos por racistas.
Esto aumenta la acusación
contra Thomas Jefferson y añade a todos los Padres
Fundadores a la acusación. Todos son culpables de
institucionalizar la Supremacía Blanca en Estados Unidos.
El desinformado e indiferente estadounidense promedio puede pensar
que esto es un chiste. Pero no. Es la ortodoxia de la clase
intelectual estadounidense Blanca. Y es enseñada en todas las
universidades.
En Atlanta ellos están hablando de borrar las cabezas de los
generales del Sur esculpidos en la
Stone Mountain.
El
monte Rushmore en Dakota del Sur
será el siguiente. Tiene esculpidas en él las cabezas de Washington,
Jefferson, Theodore Roosevelt y Abraham Lincoln. Todos racistas.
Y Roosevelt eran un
colonialista e imperialista, además. Lincoln era el peor racista de
todos...
El economista e
historiador Thomas DiLorenzo nos recuerda que,
"hasta su último día,
Lincoln estuvo ocupado planificando la deportación de toda la
gente negra que había en Estados Unidos, incluyendo a los
esclavos pronto a ser liberados".
Fuente
Las siguientes
declaraciones son todas declaraciones que están en las Collected
Works de Abraham Lincoln:
"He dicho que la
separación de las razas es la única prevención perfecta de la
mezcla... tal separación debe ser efectuada por medio de la
colonización [envío de negros a Liberia o América Central]".
(Lincoln, Collected
Works, vol. II, p. 409)
"Seamos llevados a creer que es moralmente correcto, y...
favorable a... nuestro interés, transferir al africano a su
clima nativo".
(Lincoln, vol. II,
p. 409)
"No estoy ni he estado nunca a favor de producir de ninguna
manera la igualdad social y política de las razas blanca y
negra...
No estoy ni nunca he
estado a favor de hacer votantes o jurados de los negros, ni de
capacitarlos para que tengan cargos, ni para que se intercasen
con la gente Blanca".
(Lincoln, vol. III, pp. 145-146)
¿Cómo Lincoln, en vista
de sus propias palabras y hechos, consiguió ser el héroe que liberó
a los negros de la esclavitud?
La Proclamación de
Emancipación no liberó a un solo esclavo, como se quejó el
Secretario de Estado de Lincoln.
Aquélla fue una medida de
guerra que sólo se aplicó a los esclavos que estaban bajo la
jurisdicción de la Confederación del Sur, con la esperanza de
instigar una rebelión de esclavos que haría retirarse a los soldados
del Sur de las primeras líneas para precipitarse a proteger a sus
mujeres e hijos.
En 1861, el año en que el Norte invadió el Sur, el Presidente
Lincoln dijo:
"No tengo ningún
propósito, directa o indirectamente, de interferir con la
institución de la esclavitud en los Estados donde existe. Creo
que no tengo ningún derecho legal de hacer aquello, y no tengo
ninguna inclinación a hacerlo".
(Primer Discurso de Inauguración)
En 1862, durante la
guerra, Lincoln escribió a Horace Greeley:
"Si yo pudiera salvar
a la Unión sin liberar a ningún esclavo, yo lo haría".
Lincoln fue elevado a la
inmerecida posición de libertador de los negros por las mentiras
históricas compuestas por los izquierdistas liberales progresistas
Blancos que odian al Sur.
Ellos están tan
consumidos por el odio que no entienden que el odio que ellos
enseñan también los devorará. Ellos deberían leer el libro de
Jean Raspail "El Campamento de los Santos" (también traducido
como "El
Desembarco").
La gente a la que se le
ha enseñado el odio racial no hace ninguna diferenciación entre
miembros buenos y malos entre las personas a las que se les enseñó a
odiar. Todos son igualmente culpables.
Como un tercermundista me
escribió, "Todos los Blancos son culpables", incluso aquellos como
yo mismo que hablan claro contra las atrocidades de Occidente contra
los pueblos de piel más oscura.
La Izquierda liberal y progresista estadounidense ha estado durante
mucho tiempo ocupada en demonizar a la gente Blanca exactamente como
los nacionalsocialistas demonizaron a los judíos y como los
comunistas demonizaron a los capitalistas.
Uno pensaría que los
izquierdistas liberales y progresistas estarían conscientes de lo
que le sucedió a los judíos y a los capitalistas rusos, chinos y de
Europa del Este y a la clase media burguesa.
-
¿Porqué piensan
los izquierdistas liberales y progresistas que ellos
evitarán las consecuencias de enseñar el odio?.
-
Los sucesos
ocurridos recientemente en Charlottesville, ¿qué nos han
enseñado además de que el odio expresado por la Izquierda
liberal y progresista excede al odio expresado por los
propios nacionalistas Blancos?
Cuando se trata de odio,
los Supremacistas Blancos son sobrepasados en poder de fuego por la
Izquierda liberal y progresista.
El odio es el sello de la Izquierda liberal y progresista
estadounidense, y el odio siempre termina en violencia. Los
intereses económicos dirigentes del Norte no tenían ninguna
disposición a dedicar recursos a una guerra para liberar esclavos.
Ellos querían que la
Unión se mantuviera unida de modo que no hubiera ningún competidor
por las tierras al Oeste del Missisipi y hubiera así un sector
agrario al cual venderle productos manufacturados del Norte
protegidos por tarifas contra los bienes británicos de menores
precios.
La fuerza de trabajo del Norte no quería ningún esclavo liberado
tampoco. Los muy numerosos recientes inmigrantes irlandeses,
obligados a salir de Irlanda por la política británica de hambruna,
llamaron a la guerra de Lincoln,
"la guerra de un
hombre rico y la lucha de un hombre pobre".
Lo que esclavos liberados
significaba para la clase obrera del Norte era una mayor mano de
obra y salarios más bajos.
En 1863, cuando los
Republicanos aprobaron el borrador [de la Proclamación de
Emancipación], los irlandeses en Detroit y Nueva York se amotinaron.
Los alborotadores
llevaron su cólera y frustración contra los negros del Norte, muchos
de los cuales fueron linchados. No está claro para mí si más negros
fueron linchados en el Norte durante la guerra o en el Sur durante
la Reconstrucción. Si hay algún monumento conmemorativo a los
irlandeses, aquellas estatuas racistas tendrán que ser echadas abajo
también.
Quizá hasta la Estatua de
la Libertad es racista.
Y no hemos tenido noticias aún de los indios norteamericanos.
En su penosa historia, "The
Long Death: The Last Days of the Plains Indians", Ralph K.
Andrist describe el genocidio de los indios de las llanuras por
los generales de la Guerra Civil de Lincoln,
-
William Tecumseh
Sherman
-
Philip Sheridan
-
Grenville M.
Dodge,
...y otros de los
primeros criminales de guerra de la época moderna que encontraron
mucho más fácil conducir la guerra contra mujeres y niños del Sur
que contra tropas armadas.
Contra los indios
norteamericanos los generales de Lincoln ahora condujeron una
política de genocidio que fue aún más horrible y bárbara que la
destrucción hecha por Sheridan del valle Shenandoah de Virginia.
El profesor e historiador
de Lincoln Thomas DiLorenzo proporciona una sinopsis del genocidio
de los indios norteamericanos
aquí.
Durante la presidencia de ocho años del general Ulysses S. Grant,
1868-1876, los generales de la Unión condujeron una política de
exterminio contra los indios norteamericanos. Pueblos enteros, cada
hombre, mujer y niño, fueron borrados.
La política de tierra
quemada del Ejército de la Unión privó de comida hasta la muerte a
aquellos indios que escaparon del fuego y la espada.
El profesor DiLorenzo escribe:
"Sherman y las tropas
de Sheridan llevaron a cabo más de mil ataques contra pueblos
indios, sobre todo en los meses de invierno, cuando las familias
estaban reunidas.
Las acciones del
Ejército estadounidense correspondían a la retórica de
exterminio que manifestaban sus líderes.
Como ya se mencionó,
Sherman dio órdenes de matar a todos y a todo, incluyendo a los
perros, y quemar todo lo que ardiera para aumentar la
probabilidad de que cualquier sobreviviente pasara hambre o
muriera de frío.
Los soldados también
emprendieron una guerra de exterminio contra el búfalo, que era
la principal fuente para los indios de alimento, ropa de
invierno y otros bienes (los indios incluso hacían anzuelos de
pesca con huesos secos de búfalo, y cuerdas de arco con los
tendones).
Hacia 1882, los
búfalos estaban casi extinguidos".
Los guerreros indios que fueron capturados fueron sometidos al tipo
de juicios y ejecuciones al que el régimen de
George W. Bush sometió a Sadam
Hussein:
"Cientos de indios
que habían sido tomados prisioneros fueron sometidos a
'procesos' militares que duraban aproximadamente diez minutos
cada uno, según Nichols (1978).
La mayoría de los
prisioneros varones adultos fueron encontrados culpables y
condenados a muerte, sin ninguna evidencia de que hubieran
cometido algún delito, sino en base a su mera presencia al final
de los enfrentamientos".
En otras palabras, los
prisioneros de guerra eran ejecutados, que es la razón por la cual
Estados Unidos ejecutó a oficiales alemanes en Nuremberg en 1946.
La masacre de los indios llevada a cabo por la Unión comenzó antes
de que la Guerra Civil fuera ganada.
DiLorenzo informa:
"Uno de los
incidentes más famosos del exterminio de los indios, conocido
como la
Masacre de Sand Creek,
ocurrió el 29 de Noviembre de 1864. Había un pueblo cheyenne y
arapaho localizado en Sand Creek en el Sudeste de Colorado.
A esos indios el
gobierno estadounidense les había asegurado que ellos estarían
seguros en Colorado. El gobierno los instruyó para que pusieran
una bandera estadounidense sobre su pueblo, lo que ellos
hicieron, para asegurar su seguridad.
Sin embargo, otra
'lumbrera' de la Guerra Civil, el coronel John Chivington,
tenía otros planes para ellos cuando él asaltó el pueblo con 750
soldados fuertemente armados.
Un relato de lo que
sucedió aparece en el libro 'Crimsoned
Prairie - The Indian Wars on the Great Plains' (1972)
del renombrado historiador militar S.L.A. Marshall, quien
tuvo el título de historiador principal del teatro europeo de la
Segunda Guerra Mundial y que escribió treinta libros acerca de
la historia militar estadounidense.
"Las órdenes de
Chivington eran:
'Quiero que
ustedes maten y saquen el cuero cabelludo a todos,
grandes y chicos.'
(Marshall 1972, p. 37)
Entonces, a pesar
de que esos pacíficos indios mostraron la bandera
estadounidense y banderas blancas de rendición, las tropas
de Chivington,
'comenzaron
un día completo dedicado a la sed de sangre, orgiástica
mutilación, rapiña y destrucción, con Chivington mirando
y aprobando'.
(Marshall 1972, p. 38)
Marshall señala
que la estimación más confiable del número de indios muertos
es,
"163, de los
cuales 110 eran mujeres y niños" (p. 39).
'Tras
volver a su fuerte, Chivington 'y sus saqueadores
marcharon por Denver, agitando sus trofeos, más de
cien cueros cabelludos secos.
Ellos
fueron aclamados como héroes conquistadores, lo cual
fue lo que ellos habían buscado principalmente'.
Un periódico
del Partido Republicano anunció:
'Los
soldados de Colorado se han cubierto de gloria una
vez más'.
(Marshall 1972, p. 39)"
DiLorenzo reporta:
"Los libros de Brown
y Marshall muestran que la clase de barbarie que ocurrió en Sand
Creek, Colorado, fue repetida muchas veces durante las
siguientes dos décadas".
El general Sherman,
un criminal de guerra por lejos superior a cualquier cosa que los
nacionalsocialistas hubieran sido capaces de realizar, escribió a su
esposa a comienzos de la Guerra Civil que su objetivo era el,
"exterminio, no sólo
de soldados, que es la menor parte del problema, sino de la
gente [del Sur]".
Su esposa le respondió
que llevara a cabo una "guerra de exterminio" y que condujera a
todos los habitantes del Sur,
"como los cerdos al
mar. Podamos nosotros llevar fuego y espada a sus Estados hasta
que ninguna residencia quede en pie".
(Walters 1973, p. 61)
Thomas DiLorenzo
observa que Sherman hizo todo lo posible para aplicar el consejo de
su esposa.
El extremo odio y barbarie a los cuales los criminales de guerra del
Norte habían sometido a no combatientes del Sur irrumpió con furia
sobre los indios de la llanuras.
Distinguidos
historiadores militares han descrito las órdenes dadas al general
George Custer por Philip Sheridan como,
"las órdenes más
brutales alguna vez dadas a tropas estadounidenses".
Claramente, si estamos
echando abajo estatuas, no podemos detenernos con Robert E. Lee.
Tendremos que derribar
las estatuas de Lincoln, Grant, Sherman, Sheridan y todo el resto de
los criminales de guerra de la Unión que pusieron en práctica lo que
ellos mismos llamaron,
"la solución final al
problema indio".
Designar a la invasión
del Sur por parte del Norte como una "guerra civil" es una mentira.
El término "guerra civil"
es usado para encubrir el hecho de que el Norte inició una guerra de
agresión, quitando de esa manera del Norte el pecado de la guerra.
Una guerra civil es cuando dos lados luchan por el control del
gobierno.
Sin embargo, el Sur no
tenía ningún interés o intención de controlar el gobierno en
Washington.
Todo lo que los Estados
del Sur hicieron fue usar el derecho constitucional de finalizar su
asociación voluntaria con otros Estados en los Estados Unidos.
El Sur luchó porque fue
invadido. Los habitantes del Sur no consideraron la Guerra de
Agresión del Norte como una guerra civil. Ellos entendieron
claramente que dicha guerra era una guerra de agresión del Norte.
Tan brutal como lo fue la acción de los ejércitos criminales de
guerra de Lincoln para los civiles del Sur, la inhumanidad de la
brutalidad hacia la gente del Sur se intensificó durante el largo
período llamado la Reconstrucción.
Los Republicanos
dirigentes del Norte hicieron todo lo posible para someter al Sur al
gobierno de los negros mientras los "políticos oportunistas" (carpetbaggers)
del Norte robaron todo lo que pudieron.
Ninguna mujer Blanca del Sur estaba a salvo de ser violada.
Estudiosos de la "guerra
civil" me han dicho que hubo ciudades del Sur en las cuales todas
las mujeres fueron escondidas en los bosques fuera de la ciudad para
protegerlas de los soldados de la Unión Republicana y de los
antiguos esclavos a los que los agentes Republicanos de la
Reconstrucción animaban.
Lo que le sucedió al Sur
a manos de los Republicanos no fue diferente de lo que los rusos y
los estadounidenses hicieron en Alemania cuando la Wehrmacht se
rindió.
El demonizado
Ku Klux Klan fue una organización
que surgió para proteger lo que quedaba del honor del Sur contra
insoportables humillaciones.
Por consiguiente, durante décadas ninguna persona del Sur votaría
por los Republicanos. Los Demócratas perdieron el "sólido Sur" al
emular a los Republicanos de la Reconstrucción y otra vez llevando
la Reconstrucción al Sur, usando la fuerza federal en vez de la
persuasión.
Ya ningún hecho real es enseñado en Estados Unidos acerca de la así
llamada "Guerra Civil". En lugar de la historia real hay sólo
mentiras.
En otra contribución, el economista e historiador profesor DiLorenzo
explica la
verdadera razón de que Lincoln invadiera el
Sur. Él muestra que el éxito de Lincoln en conquistar el
Sur destruyó el carácter político de Estados Unidos que había sido
formado por los Padres Fundadores.
Él también muestra que la
política de la Unión de emprender la guerra contra civiles creó los
precedentes para los masivos crímenes de guerra de los siglos XX y
XXI.
Rara vez surge la
oportunidad para adquirir una lección de Historia ilustradora y
exacta gracias a un artículo.
Pero eso es lo que el
profesor DiLorenzo ha entregado.
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