El rey Carlos III
porta los símbolos del viejo Imperio.
Los festejos del 6 mayo, en Londres, y la conmemoración del 9 de mayo, en Moscú, reflejan las diferencias entre dos mundos
con valores
totalmente opuestos...
La prensa británica nos
garantizó primero que este monarca no tiene absolutamente ningún
derecho político, que sólo tiene una función de representación.
Entonces,
Los expertos nos aseguran que sus intervenciones se limitaron a proyectos de ley de poca importancia...
Pero,
Siendo príncipe de
Gales, el ahora rey Carlos III, se convirtió en el
protector de la
Hermandad Musulmana, organización
política secreta creada por el MI6 durante la colonización de Egipto
y hoy en día prohibida en numerosos países musulmanes debido a su
actividad terrorista, notoriamente pro-británica.
El príncipe Carlos puso en ello tanto empeño que los conocedores comenzaron a llamar la capital británica "Londonistán", por la gran cantidad de cabecillas de la Hermandad Musulmana que allí residían, entre ellos había un Saudita que se llamaba Osama ben Laden.
El príncipe Carlos
incluso viajó 120 veces a la región del Golfo para reunirse allí con
los monarcas que apoyaban la Hermandad Musulmana.
se despliega una pantalla (paraván) ricamente bordada para que el público no sea cegado por el resplandor 'divino'. 'Dios' baja del cielo para consagrar al monarca cuando el arzobispo de Canterbury lo unge con el aceite sagrado traído de Jerusalén.
Bajo el nombre de Carlos III, el príncipe de Gales acaba de convertirse en monarca de,
Destacamentos militares
de esos reinos lo escoltaron durante el festejo.
Por lo demás, la
ceremonia de coronación no ha cambiado desde la descolonización del
Imperio británico. Al parecer sólo se han retirado de las joyas
reales algunas piedras preciosas robadas a la India.
Pero resulta interesante ver que los británicos siguen viendo ciertos símbolos de tiempos antiguos como si todavía fuesen de actualidad... en pleno siglo XXI.
Por ejemplo, una hermosa pantalla bordada (imagen arriba) fue desplegada alrededor del rey en el momento de su ungimiento con el aceite consagrado traído de Jerusalén, para evitar que el resplandor divino cegara a los asistentes.
¿De verdad alguien tuvo miedo de perder la vista...?
Al final de la coronación, el rey Carlos III fue proclamado,
¿Cómo pudieron los
ministros de las numerosas religiones representadas en la ceremonia
prestarse a esa mascarada...?
conquistas militares fuera de sus fronteras sino el espíritu de sacrificio que sus soldados demostraron en la defensa de la Patria.
El 9 de mayo Rusia festeja la victoria de los pueblos de la URSS sobre el nazismo. La población soviética sufrió tanto como la de Polonia durante la Segunda Guerra Mundial.
En ese conflicto murieron 27 millones de soviéticos:
Esa proporción es muy diferente en otras latitudes:
La URSS se unió frente al enemigo.
El secretario general del Partido Comunista de la Unión Soviética, Josef Stalin, liberó a los prisioneros de la guerra civil - los gulags estaban llenos de comunistas disidentes - puso fin a las persecuciones religiosas y estableció una alianza con la iglesia ortodoxa.
Aquel periodo
trágico, que los pueblos soviéticos denominaron "la Gran
Guerra Patria" fue también una época sagrada de reconciliación y de
unidad nacional.
En la actual coyuntura, los rusos tienen conciencia de que los nacionalistas integristas contra los que luchan en Ucrania son los herederos de aquellos que se unieron a los nazis para exterminar a los judíos, a los gitanos y a los eslavos:
Desde 2012, millones de rusos conmemoran la Gran Guerra Patria participando en un gran desfile donde portan los retratos de sus familiares muertos en defensa de la Patria.
Tradicionalmente, desde 1965, los rusos desfilan el 9 de mayo, el Día de la Victoria, en homenaje a sus abuelos y bisabuelos caídos en la lucha contra el nazismo.
Hoy, además de rendir homenaje a los héroes de la Patria, los participantes desfilan como sucesores de los caídos y seguidores de su ejemplo en la defensa de la Nación.
No son chovinistas
imbuidos de un nacionalismo exacerbado sino patriotas dispuestos a
sacrificarse por su país.
En Occidente se describe al presidente Putin como un dictador que vive rodeado de lujos, lejos del pueblo. Pero sus conciudadanos saben que eso es falso.
Vladimir Putin es de
cultura rusa y, como la gran mayoría de sus compatriotas, sabe que
el lujo no debe hacerle olvidar su condición de humano.
Los conciudadanos del presidente Putin estiman que portar joyas y piedras preciosas robadas no es precisamente una muestra de nobleza.
Para ellos sólo tiene
valor lo que se gana con esfuerzo propio...
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