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por Thierry Meyssan
16
Septiembre 2020
del Sitio Web
RedVoltaire
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En este artículo, el autor llama nuestra atención
hacia un hecho que el mundo occidental no parece
percibir:
la población estadounidense está viviendo una
crisis de civilización...
Los estadounidenses están tan divididos que la
próxima elección presidencial plantea algo más que
la elección de 'un jefe'.
Se trata más bien de determinar si Estados Unidos
debe ser un 'imperio' o una 'nación'.
Ninguno de los dos bandos parece capaz de aceptar
ser derrotado, al extremo que ambos podrían acabar
recurriendo a la violencia para imponer su punto de
vista.
Mientras se acerca la elección presidencial, Estados Unidos se
divide en dos bandos que sospechan cada uno que el de enfrente está
preparando un golpe de Estado.
De un lado están el Partido
Demócrata y los republicanos que de hecho actúan contra el candidato
de su propio partido.
En el otro bando figuran los jacksonianos,
que se han hecho mayoritarios en el Partido Republicano sin
compartir la ideología de esa formación política.
No está de más recordar que ya en noviembre de 2016, una empresa
dedicada a la manipulación de los medios y encabezada por el
maestro de la agitación-propaganda,
David Brock, recogía más de 100
millones de dólares para destruir la imagen del presidente electo,
Donald Trump, antes de su investidura.
[1]
Desde aquel momento, o
sea, antes de que hubiese tenido tiempo de hacer absolutamente nada,
la prensa internacional describió al presidente electo como un
incapaz y como un enemigo del pueblo.
Varios diarios incluso
exhortaron a asesinarlo...
Durante los 4 años siguientes, su propia
administración lo ha denunciado como un 'traidor a sueldo' de Rusia y
la prensa internacional lo ha estigmatizado constantemente con la
mayor violencia.
Otro grupo, el Transition Integrity Project (TIP), elabora
actualmente varios guiones con vista a derrocar a Trump en ocasión
de la elección de 2020,
independientemente de que gane o pierda el
escrutinio...
El asunto alcanzó repercusión nacional desde que la
fundadora del TIP, la profesora
Rosa Brooks, publicó un largo
artículo en el Washington Post, [2] diario en el cual tiene el
estatus de colaboradora.
El Transition Integrity Project organizó en junio pasado 4 "juegos"
donde simuló diversos resultados para anticipar las reacciones de
los dos candidatos a la elección presidencial estadounidense.
Todos
los participantes eran demócratas y republicanos, en el sentido
ideológico de esas denominaciones, pero no republicanos en cuanto
a ser miembros del Partido Republicano.
No había jacksonianos entre
los participantes...
De manera nada sorprendente, todos los participantes consideran, sin
excepción, que la administración Trump ha socavado
sistemáticamente las normas fundamentales de la democracia y del
Estado de derecho.
Ha adoptado numerosas prácticas corruptas y
autoritarias...
Así que concluyeron que el presidente Trump trataría
de dar un golpe de Estado y que ellos tenían el deber de preparar,
a título preventivo, un golpe de Estado "democrático". [3]
Una característica del pensamiento político contemporáneo consiste
en proclamarse defensor de la democracia mientras se rechazan las
decisiones democráticas que contradicen los intereses de la clase
dirigente.
Lo interesante es que los miembros del TIP reconocen de
buena gana que,
el sistema electoral estadounidense, que sin embargo
defienden, es profundamente antidemocrático...
Basta recordar que
la Constitución estadounidense no pone la elección del presidente
en manos de la ciudadanía sino de un colegio electoral que se
compone de 538 personas designadas por los gobernadores de los
Estados.
La participación de la ciudadanía
- que no estaba prevista
en tiempos de la independencia - fue imponiéndose poco a poco en la
práctica, pero sólo a título indicativo para los gobernadores.
Fue
así como, luego de la "elección" de
George W. Bush, en el 2000, la
Corte Suprema del Estado de la Florida recordó que no tenía por qué
aclarar cómo habían votado los electores de aquel Estado y que lo
único importante era lo que habían decidido los 26 "grandes
electores" designados por el gobernador de la Florida. [4]
A pesar de lo que todo el mundo cree saber, la Constitución de los
Estados Unidos de América no reconoce la soberanía popular sino
únicamente la soberanía de los gobernadores.
Además, el colegio
electoral concebido por Thomas Jefferson - tercer presidente
de Estados Unidos - dejó de funcionar correctamente desde 1992 y el
candidato electo ya no dispone de la mayoría de los votos emitidos
por la ciudadanía en los Estados donde se decide la elección.
[5]
El Transition Integrity Project o TIP sacó a la luz casi todo lo que
pudiera ocurrir en los 3 meses que separan el escrutinio y el
momento mismo de la investidura. Y reconoce que el uso del voto por
correspondencia en periodo de pandemia hará difícil comprobar los
resultados de la votación.
El TIP evitó deliberadamente explorar la
hipótesis de que el Partido Demócrata proclame la elección de Joe Biden aun sin respaldo de los resultados del escrutinio y de que la
presidente de la Cámara de Representantes, la demócrata Nancy Pelosi, juramente a Biden sin que Donald Trump haya sido declarado
perdedor.
En ese caso, habría en Estados Unidos
dos presidentes
rivales, lo cual podría llevar a una segunda guerra civil.
Esa posibilidad incita a muchos a plantearse la siguiente variante:
declararse en secesión y proclamar unilateralmente la independencia
de su Estado...
Eso pudiera ocurrir sobre todo en la costa oeste.
En
previsión de ese proceso de desmoronamiento del país, algunos
aconsejan dividir el Estado de California para que la población
californiana tenga más representantes en el colegio electoral.
Pero
esa solución constituye en sí misma una forma de posicionamiento en
el conflicto nacional ya que privilegia la representación popular
en detrimento del actual poder de los gobernadores.
Por otro lado, yo había mencionado, en marzo pasado, la tentación
golpista de ciertos militares, [6] a la que varios
oficiales superiores hicieron referencia después. [7]
Estos diferentes puntos de vista son muestra de la profunda crisis
que Estados Unidos atraviesa en este momento. El
imperio
estadounidense habría tenido que desintegrarse después de la
disolución de la Unión Soviética.
Eso no sucedió y siempre
apareció, ¿o se inventó?, un nuevo conflicto exterior (división
étnica de Yugoslavia,
atentados del 11 de septiembre de 2001,
etc.) que viniera a revivir el imperio agonizante.
Pero ya no parece posible
seguir posponiendo el desenlace... [8]
Documentos adjuntos
Referencias
[1]
El "aparato Clinton" para desacreditar a Donald Trump, por
Thierry Meyssan, Al-Watan (Siria), Red Voltaire, 28 de febrero de
2017.
[2] "What's the worst that could happen? The election will likely
spark violence - and a constitutional crisis", The Washington Post,
3 de septiembre de 2020.
[3]
Preventing a Disrupted Presidential Election and Transition
- TIP, 3 de agosto de 2020.
[4] En aquel momento, el gobernador de la Florida era precisamente
un tal… Jeb Bush - Nota de la Red Voltaire.
[5]
Presidential elections and majority rule, Edward B. Foley,
Oxford University Press, 2020.
[6]
Golpistas a la sombra del coronavirus, por Thierry Meyssan,
Red Voltaire, 31 de marzo de 2020.
[7]
El Pentágono contra el presidente Trump,
Red Voltaire, 12 de junio de 2020. Ver también
Do we risk a Miltary Coup?, por el
coronel Richard H. Black, 24 de agosto de 2020.
[8]
Estados Unidos, ¿se reforma o se desgarra?, por Thierry Meyssan, Red Voltaire, 26 de octubre de 2016.
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