07 Septiembre 2021
del Sitio Web SputnikNews
 

 




© REUTERS / Jason Lee




Recientemente, Bloomberg consideró que la economía china podría superar a la de Estados Unidos en una década.

 

Un experto explica cuáles son los planes del país asiático para convertirse en líder del mundo en el sector económico.


China ha demostrado que se esfuerza no solo para superar a Estados Unidos en términos de PIB, sino también para reemplazar a la nación norteamericana en la cadena de valor global, apuntó el medio estadounidense.


Sin embargo, si antes China tenía al mercado inmobiliario y a la esfera de la construcción de infraestructura como los principales motores de crecimiento, ahora, se centrará en lograr el liderazgo mundial en el sector manufacturero.


Pese a que a China se le llama la "fábrica mundial", en los últimos años se ha observado una disminución de la participación del sector manufacturero en la economía del país.

 

A medida que aumentó el nivel de vida general en la nación asiática, disminuyó su competitividad como fábrica global con mano de obra barata.


En las últimas dos décadas,

el PIB per cápita de China se ha multiplicado por diez, hasta alcanzar los 10.000 dólares...

Para 2035, el país se ha dado la tarea de alcanzar el nivel de los países desarrollados que, según los estándares del Banco Mundial, corresponde a los 30.000 dólares.

 

La tarea es ambiciosa, pero China ha logrado más de una vez implementar lo que parecía difícil en términos económicos en su historia reciente.

En algunas pocas décadas, 800 millones de personas salieron de la pobreza en el país, por ejemplo...

A partir de la segunda mitad de la década de 2000, China empezó a lidiar con el problema del crecimiento a través de la inversión en el mercado inmobiliario y en la construcción de infraestructuras.

 

En ese momento, esta era probablemente la mejor solución, ya que las reformas agrarias que luego se llevaron a cabo en el país hicieron que la tierra se convirtiera en la fuente de ingresos más importante para los gobiernos locales.

 

Además, el rápido ritmo de urbanización observado en el país en la época también impulsaba la demanda para el desarrollo del mercado inmobiliario, explica Jia Jinjing, subdirector del Instituto de Investigación Financiera de Chongyang en la Universidad Popular de China, en una entrevista con Sputnik.

"Desde el inicio de la implementación de la política de reforma y apertura en China, el proceso de urbanización ha avanzado rápidamente.

 

Su ritmo fue uno de los más altos del mundo. Si en 2000 la proporción de la población urbana era del 38%, en 2020 esta cifra superó el 60%.

 

Y un ritmo de urbanización tan rápido, por supuesto, requería la construcción de viviendas a gran escala", explicó el experto.

Según agregó Jia Jinjing, en el proceso de desarrollo del mercado de la vivienda, el papel de la asignación de terrenos para la construcción también ha cambiado.

 

La tierra se ha convertido en un factor importante y participante de la cadena industrial, apunta el experto, antes de aclarar que esto se refleja no solo en la demanda de vivienda, sino también en el desarrollo de inmuebles comerciales.


La construcción de infraestructura se dio también para suplir las demandas objetivas generadas por la urbanización.

 

Además, la crisis financiera mundial de 2008 exacerbó todavía más estas tendencias. En aquella ocasión, para apoyar la economía del país, las autoridades chinas asignaron una cantidad sin precedentes de fondos.

 

Más del 12% del PIB del país se gastó en proyectos de infraestructura, así como en el desarrollo del mercado inmobiliario.


Los proyectos de infraestructura ayudaron a crear puestos de trabajo y generar un fuerte crecimiento del PIB. Sin embargo, no se podía contar con estos incentivos a largo plazo.

 

Existía una amenaza de sobrecalentamiento en el mercado inmobiliario. La construcción masiva de infraestructura también creó ciertos desequilibrios, haciendo que el nivel de deuda creciera en la economía.


La necesidad de un nuevo modelo de crecimiento hizo que, en los últimos años, las autoridades chinas pasaran a hablar con frecuencia sobre la necesidad de estimular el consumo interno como el principal motor futuro que hará crecer la economía.

 

El raciocinio detrás de ello es lógico: a medida que crece el PIB per cápita y, en consecuencia, el bienestar de la sociedad, aumenta su poder adquisitivo.


Además, el enfrentamiento con algunos países occidentales, en particular con Estados Unidos, mostró que China no debe depender excesivamente de los mercados externos, sino que debe desarrollar su potencial nacional.

 

El nuevo plan económico quinquenal del país asiático apunta en gran medida a lograr su independencia tecnológica e industrial y a llenar los vacíos en las cadenas de producción, dice Jia Jinjing.

"Actualmente se trata principalmente del campo de macrodatos y las industrias que están asociadas con la automatización industrial.

 

Por ejemplo, la industria inteligente. Podemos decir que China tiene una excelente base de macrodatos.

 

Otra área importante es la superación de los llamados 'cuellos de botella', es decir, el rezago en áreas como la creación de chips y otros componentes básicos", sostuvo el especialista.

En los próximos años, la nación asiática pondrá énfasis en el desarrollo de sus propias cadenas productivas y en la formación de personal calificado, no solo en la industria, sino también en otras áreas, incluida la ciencia fundamental.

 

En particular, se dará destaque a las tecnologías como la producción de chips, las computadoras cuánticas, la ingeniería genética y la biotecnología, entre otras.


Algunos expertos temen que al centrarse en el desarrollo doméstico, China ralentice el ritmo de su política de reforma y apertura. Al mismo tiempo, la confrontación con Estados Unidos en la industria de alta tecnología solo se intensificaría.

 

Para Jia Jinjing, estos son temores infundados, ya que China y Estados Unidos actúan en campos distintos y, en lugar de enfrentarse, se complementan.

"Estados Unidos y China siguen diferentes caminos de desarrollo industrial.

 

En Estados Unidos, el principal objetivo es la tecnología de la información. Muchas industrias sirven a este complejo, están lejos de la industria tradicional.

 

Además, la producción tradicional estadounidense fue sacada del país hace unos 20 o 30 años. Por lo tanto, ya no existe una base de producción correspondiente en los EE.UU.

 

China, por otro lado, está desarrollando su industria en una dirección completamente diferente.

 

Por lo tanto, es más probable que los dos países se complementen", subrayó el académico.