04 Abril 2019
del Sitio Web
RedVoltaire
China y
Rusia llevaban 5 años trabajando en
la creación de sistemas alternativos a la red internacional de
comunicaciones entre bancos y entidades financieras conocida como
SWIFT (siglas en inglés de la
Sociedad para las Comunicaciones Interbancarias y Financieras
Mundiales).
La red SWIFT tiene su sede en Bruselas y está bajo control
estadounidense.
El 18 de septiembre de 2014, el Parlamento Europeo aconsejaba en su
resolución,
"sobre la situación
en Ucrania y las relaciones UE-Rusia" (Ref: 014/2841 - RSP)
desconectar a Rusia de la red SWIFT.
En respuesta,
Moscú emprendió la creación del
SPFS (Система передачи финансовых сообщений
- System for Transfer of Financial Messages), una red alternativa
propia destinada a garantizar sus transacciones internas.
Esa red entró en
funcionamiento en diciembre de 2017. Más de 500 bancos ya están
conectados a ella y algunos bancos extranjeros también comienzan a
integrarse.
El problema de China es diferente al de Rusia.
El objetivo de China
no es prevenir la adopción de sanciones creando un sistema
independiente de transferencias bancarias sino poder realizar
transferencias en yuanes (la moneda china), divisa que no es
plenamente convertible en los mercados cambiarios.
Por consiguiente, desde
el 8 de octubre de 2015, después de llegar a un acuerdo con el
sistema SWIFT, Pekín comenzó a desarrollar un sistema para las
transferencias en yuanes en el extranjero.
Se trata de la
red CIPS (llamada inicialmente
Cross-Border Inter-Bank Payments System, después pasó a
llamarse China International Payments System).
Según el Banco Central ruso, el SPFS ruso y el CIPS chino
están conectados entre sí desde la
semana pasada.
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