"Abandonar el uso del
dinero en efectivo es hacer un pacto con el diablo", advierte.
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Usted alerta sobre
el hecho de que el uso de bancos y pagos electrónicos puede
suponer un control sobre la vida y las actividades de las
personas, pero normalmente compartimos información
voluntariamente a través por ejemplo de las redes sociales.
¿Porqué es peor
ese otro control?
Lo primero que diría es que simplemente el hecho de que ya
estemos controlados no significa que no haya que pelear para
mantener un cierto nivel de privacidad.
La comunidad de la
privacidad, es decir, la gente que está luchando por mantener la
privacidad, por ejemplo en las redes sociales, puede mantener un
cierto control sobre sus datos y su información o sobre cómo se
va a usar.
También diría que los datos relativos a pagos son mucho más
sensibles o más delicados que otro tipo de datos (es un control
casi absoluto sobre las actividades por parte de instituciones
no democráticas como los bancos, a las que tienes que pedir
"permiso" para pagar).
Las redes sociales
muestran ciertas cosas sobre la gente, pero no hablan sobre cómo
se actúa realmente. Existe un dicho en inglés que habla de
poner el dinero donde pones tu boca.
Lo que quiere decir
es que lo que compras está hablando sobre lo que haces, cómo
actúas.
De este modo, conseguir datos sobre pagos es mucho más sensible
que los de las redes sociales. Y controlar este tipo de datos
tiene también consecuencias más serias.
A favor del dinero electrónico frente al efectivo hay también
otros argumentos. Por ejemplo, en España se calcula que la
economía sumergida puede llegar a equivaler al 24% del PIB.
Esto tiene
consecuencias en evasión fiscal y también en la protección de
los trabajadores que cobran parte o todo su salario en dinero
sin declarar.
¿Qué opina?
Yo creo que la frase que viene a cuento aquí es que hay que
tener cuidado con lo que se desea.
Es cierto que puedes
usar los pagos digitales para formalizar los sistemas
económicos, porque existe un intermediario que lo vigila todo.
Pero al mismo tiempo
se está aumentando el poder del sector financiero, se aumenta el
poder de la banca y de los intermediarios de pago y al mismo
tiempo se está exponiendo a los usuarios a nuevos riesgos, por
ejemplo, a los ciberataques, a los fraudes. Y cuestiones como la
dependencia que se genera en la gente sobre este tipo de
plataformas.
Por ejemplo, ¿qué
ocurre si hay un apagón, si hay problemas con la electricidad?
La manera en la que lo podría explicar es que no quiero dar una
idea romántica sobre el efectivo, pero el sector
financiero sí está creando esta imagen romántica de los
pagos electrónicos y la economía digital.
Es un pacto con el diablo, porque se nos cuenta que quizás se
puedan solucionar problemas mediante esta economía digital, pero
solo a cambio de darle mucho más poder a las entidades
financieras que no rinden cuentas de ningún tipo.
Si tú quieres hacer
esto, vale, de acuerdo, se puede hacer. Pero hay que tener en
cuenta también que el sector financiero no va a solucionar
necesariamente los problemas.
Por ejemplo, si hablamos de impuestos.
Se nos cuenta que
mediante esos sistemas se puede evitar el fraude fiscal, pero no
tiene sentido cuando tenemos en cuenta que los bancos
actualmente tienen divisiones enteras encargadas de ayudar a que
sus clientes evadan el pago de impuestos.
Los países que actualmente están actuando de manera más
activa en el sentido de
hacer desaparecer el dinero en efectivo
son los escandinavos, que son socialdemocracias que se suelen
colocar como ejemplo de garantías de los derechos de sus
ciudadanos.
¿Por qué cree que
ocurre allí precisamente?
Uno de los motivos principales de que esto suceda en países como
Suecia y que no sean críticos con estos sistemas digitales, es
que la gente confía en sus instituciones.
Hay una población muy
preparada que cree que las instituciones trabajan siempre en su
beneficio, por lo que no ponen problemas a la hora de someterse
a estas instituciones, incluidas las financieras.
Pero esta confianza
en las instituciones no sucede en otros países. Este es un punto
que a menudo olvidan los defensores de estos sistemas digitales.
Digamos que asumen
que todo el mundo va a querer incorporarse a estos grandes
sistemas institucionales, pero esto no es necesariamente así,
solo hay alguna gente que lo desea.
En algunas organizaciones de ayuda al desarrollo se imagina que
si estos sistemas de pago digital, sin efectivo, llegaran a la
gente en todos los países, todo mejoraría.
Pero lo que sucede es
que hay países donde puede haber problemas de debilidad
institucional, de infraestructuras, educación. Esto es donde se
cree que se debe intervenir a nivel tecnológico para mejorar la
economía.
Pero a menudo por muchas capas de tecnología que se añadan, no
se soluciona nada.
Si no hay fortaleza
institucional, por muchas capas tecnológicas que pongas no vas a
resolver los problemas, solo vas a ser objeto de más abusos.
mmm
Brett Scott,
autor de 'Hackeando el futuro del dinero'.
En el caso de que el dinero en metálico llegara a desaparecer
¿qué capas de la población se verían más perjudicadas?
Siempre los más pobres.
La analogía que
utilizo a menudo es la de los coches y las bicicletas. Si
piensas en un sistema de transporte, idealmente querrás tener
los dos.
Pero si destruyes la
industria de la bicicleta, la gente que no tenga acceso a los
coches tendrá que caminar.
La analogía de las bicis y los coches es útil. Los pagos
digitales llegan muy lejos y son muy rápidos, mientras que los
pagos en efectivo son más lentos pero mucho más accesibles.
Pero si miras a largo
plazo, una sociedad donde solo haya coches, si algo va mal con
el sistema de fabricación toda la sociedad estará afectada.
Aunque inicialmente será la gente sin acceso a las cuentas
bancarias la que tendrá que operar de maneras más informales
tras el ataque al sistema del dinero en efectivo, en
circunstancias extremas todo el mundo se verá perjudicado.
Se habla mucho de las
crisis financieras globales.
Si en una de estas crisis hay una pérdida de confianza en el
sistema bancario, todo el mundo querrá salir del sistema,
intentará sacar el dinero de los bancos.
Y si no hay metálico,
esto puede tener consecuencias graves.
¿Cuál es para usted entonces el sistema idóneo? ¿combinar
bicicletas y coches?
Sí, cuando se diseña un sistema económico siempre se pretende
que haya un balance de elementos y por eso yo no tengo una idea
romántica con respecto al efectivo.
Yo uso el sistema
bancario y los pagos digitales, pero la idea de una sociedad sin
efectivo donde la gente se ve forzada a realizar siempre
sistemas de pago digital, es algo muy diferente.
El sistema de
efectivo está regulado por
los bancos centrales, mientras
que los sistemas de pago digital están controlados por bancos y
empresas privadas de pago.
Y tienen amplios
presupuestos para promover sus sistemas, mientras que los bancos
centrales nunca dedican ningún tipo de presupuesto a promover o
a difundir el efectivo. Con lo cual es un juego en el que hay
una gran desigualdad entre los protagonistas.
Como resultado, la
gente no recibe una educación al respecto y sólo se quedan con
una parte de la historia.
¿Qué podemos a su juicio hacer como individuos para evitar
este control del sistema bancario?
La dinámica política es que el sistema bancario privado controla
el acceso al efectivo en gran medida y controla el acceso del
público.
Es por cómo funciona
el sistema monetario. Esto es un gran problema porque el
equivalente sería Microsoft controlando el acceso a Linux o algo
así.
Por ello, tendría que
haber una intervención política para forzar al sistema bancario
a mantener el acceso al dinero en efectivo al público, que es
algo que el Estado debe exigir.
Luego hay otro tema y es que en gran medida muchos gobiernos han
dejado de aceptar el dinero del propio estado como pago por sus
servicios públicos.
Un ejemplo podría ser
el del Reino Unido, el sistema de transportes de Londres, que es
un monopolio estatal, y se niega a aceptar dinero en metálico
desde hace muchísimos años.
Es decir, una
institución estatal no acepta dinero estatal para pagar por sus
servicios.
Todas las
instituciones debería aceptar dinero estatal por sus servicios,
en lugar de forzar a todo el mundo a acudir a los bancos
privados.
El dinero lleva muchos años sin estar respaldado por un valor
real (como era el oro) sino en su valor fiduciario, basado en la
confianza.
¿Hacia dónde puede
evolucionar el futuro del dinero?
Creo que el dinero que tenemos actualmente es más poderoso que
el oro.
No estoy de acuerdo
en que esté basado en la confianza.
Históricamente hay
dos enfoques:
-
uno es el que
ve el dinero como un producto, una mercancía, el que lo
ve como algo que intrínsecamente tiene un valor que nos
hace desearlo, como el oro. Soy escéptico sobre ello.
-
luego está la
otra idea que habla del dinero como algo basado en la
confianza o en una especie de acuerdo colectivo.
Pero existiría una
tercera vía, un tercer concepto que está más refinado y en el
que yo creo más.
Las teorías de
redes.
La gente está inmersa
en redes totalmente interdependientes. Ningún individuo en la
sociedad puede decidir no usar dinero.
No usamos el dinero
porque confiemos en él, lo usamos porque si no estamos
fastidiados. Todos somos dependientes de esta inmensa red que
nos acaba atrapando y que es extremadamente fuerte.
Por ejemplo, los dólares estadounidenses. Se trata de una red de
300 millones de personas o más, es un sistema mucho más poderoso
que un trozo de oro que nos puede parecer muy bonito.
Es una gran red
interrelacionada en la que ningún individuo tiene ningún poder.
Entonces, el arte de
política monetaria es cómo alteras el número de unidades en esa
red, y es lo que hacen a menudo los bancos centrales.
Yo vengo de una escuela de pensamiento monetario que se llama
cartalismo, basada en la idea
de que el dinero está basado en sistemas de créditos y redes
formales (la Teoría Monetaria Moderna también se conoce como
neocartalismo).
¿En qué lugar colocaría a las monedas tipo bitcoins dentro de
esos ecosistemas?
De hecho
el bitcoin intenta replicar
estas teorías de dinero como commodity, como un bien,
pero usando una estructura de red.
Para los
evangelistas del bitcoin, la idea que subyace es que las
unidades de moneda tienen un valor en sí mismas por la cantidad
limitada que existe de la misma.
Es un poco como se
concebía el valor del oro.
Con esta concepción, es como si coges esta botella de agua que
tengo en la mano, la lanzas y existe por ahí y se va
transmitiendo, se va pasando de mano en mano.
Con el bitcoin se
piensa una cosa similar, este sistema de tokens que emites, los
lanzas y se van moviendo.
Con los sistemas de crédito lo que piensas es:
estas unidades
que lanzas se expanden y se contraen. Son entidades que
respiran y representan a otra gente. Las unidades en sí
mismas son conductos que conectan con otra gente, que
permiten el acceso a otras personas.
Es muy abstracto,
pero digamos que las unidades de crédito tienen dos caras y el
bitcoin solo una.
Es una de las razones
por las que el bitcoin ha sido tan fácilmente vapuleado por los
otros sistemas.
Los creadores de bitcoin dijeron en cierto modo,
"bueno, no nos
gusta la gente que está a cargo del sistema monetario, los
bancos centrales y comerciales. Entonces vamos a crear otro
sistema que sea estático".
Lo que se podría
hacer es mantener este dinamismo, pero que haya otra gente que
lo gestione.
Los bitcoin no
solucionan los problemas, sino que crean otros. Aunque bueno,
para ciertas cosas yo los uso y pueden ser muy divertidos.
¿Ve usted posible que haya un control distinto de este
sistema "dinámico", aparte de los bancos centrales y
comerciales?
Probablemente algunos de los experimentos más punteros en
sistemas monetarios que se van a realizar vayan a venir de la
intersección entre los criptosistemas y los sistemas
de crédito que se expanden y se contraen.
Por ejemplo, uno los
sistemas alternativos que existen son los sistemas de crédito
mutuo, que al día de hoy son pequeños experimentos de sistemas
dinámicos de comunidades que se juntan para usar dinero entre
ellas.
Normalmente son muy
pequeñas.
Pero ahora existe la
posibilidad, gracias a la tecnología, de llevar estos sistemas
de crédito mutuo a otro nivel y que sea mayor.
Lo que podría existir en el futuro serían redes digitales con
todos estos sistemas de crédito mutuo interconectados, que
funcionen como lo hacen ahora los bancos centrales pero mucho
más controlados por las personas.
Nadie ha construido
este sistema todavía, pero hay gente experimentando ya con este
crédito mutuo a través de
blockchain, por ejemplo.
El
sistema Sardex en Cerdeña es un
buen ejemplo de sistema fuerte de crédito mutuo (Scott es asesor
de
Bristol Pound, una moneda que
se usa solo en ese barrio de Londres).
La idea es que se
pudiera replicar este sistema de un modo mucho más orgánico.