25 Enero 2019 del Sitio Web PijamaSurf
la causa olvidada de la neurosis, el narcisismo y la depresión que caracterizan
a nuestra
sociedad?
El colegio es un corsé victoriano, un hospital del siglo XIX, una cárcel, una camisa de fuerza, un jarrón chino, una mutilación genital, un cilicio, un claustro al que te arrastraron por la fuerza.
El colegio es abuso
infantil. Una aberración histórica.
La verdadera causa que nadie desea ver porque forma parte de la misma médula del funcionamiento de la sociedad moderna es:
Antes de la escolarización masiva obligatoria no existían trastornos mentales en la proporción inaudita en la que se dan actualmente y en continuo incremento (o excremento de la sociedad).
Los padecen incluso niños
muy bien educados, cuidados y de buenas familias.
...confinando todo su ser a la inmovilidad, a la escucha acrítica y a la absorción pasiva de información, produce una desnaturalización y enferma al ser de modo irreversible.
Una realidad difícil de
afrontar, pero que es pertinente afrontar desnudamente en toda su
crudeza para tomar cartas sobre el asunto y no continuar prolongando
la agonía de los niños y de la humanidad.
La humanidad ha vivido
milenios sin él y se ha adaptado a sus circunstancias vitales
premodernas y no a las nuevas que se han impuesto súbita, abrupta e
inesperadamente de la noche a la mañana pretendiendo (¡qué ignorante
de los ciclos naturales es el hombre moderno!) que no se iba a dar a
la par, como efecto que era a toda luces evidente, una
desadaptabilidad inminente a un cambio drástico que iba y va en
curso contrario a las circunstancias anteriores en las que se formó
el ser humano durante milenios para adaptarse perfectamente a esas
circunstancias previas a la intervención de la nefasta ingeniería
social escolar y no a las actuales condiciones.
...que es ¡una castración
integral de la expresión y el libre desarrollo en todos los niveles:
motriz, social, imaginativo y cognitivo!
...que supera con creces
a la de la era victoriana?
¡Mejor mutílense los brazos y las piernas, si tanto odian correr y saltar, y tanto aman los pupitres y las estatuas inmóviles de yeso! ¡si tanto aborrecen sus cuerpos y el aire libre, si tanto aman el encierro! ¡arránquense los ojos! ¡talen los árboles y cerquen los espacios abiertos!
¡Pues sí, eso, eso hacen, arrasar con todos los bosques y los mares, encerrar a los animales, cercar los espacios abiertos hasta reducirlos y enmohecerlos, y eso en la práctica se llama COLEGIO!
El que ha aceptado la
enfermedad por el agotamiento de la imposición continua, reiterada y
sin tregua ¡termina por no advertir la enfermedad sobre la que está
sentado, sobre la que trabaja y sobre la que duerme y come!
¿Cómo no se dan cuenta de nada? ¡Cómo no entienden que todo está interconectado, unido! ¿Cómo esperan aislar los fenómenos unos de otros como si todo fuese inconexo y luego lamentarse de que la sociedad y el individuo moderno viven atomizados?
¡Pues sí, han sido
diseccionados!
Es un lavado cerebral cabal avalado y promocionado por el Estado a nivel masivo y por lo más poderoso del Sistema.
¿Cómo se atreven a hablar
luego de sectas aisladas, minoritarias y raquíticas que lavan el
cerebro, cuando tienen un lavado cerebral a escala multinacional
frente a sí de los más efectivos que jamás han existido y que se
pone en marcha desde el inicio de la existencia de un ser?
Piensan en lo locas y enfermas que son otras épocas y culturas y no ven la locura de la nuestra porque la han normalizado. Luego se preguntan, sorprendidos, por qué hay tantos trastornos mentales:
Yo la veo porque jamás la interioricé, siempre fui una desadaptada, siempre dije "¡no!" al colegio y siempre fui castigada, sin recreo, haciendo más y más tareas que no hacía, vituperada y humillada por los profesores, cuando sólo era una niña, era muy sensible y no había hecho daño a nadie.
Pero sólo por ello, aunque fuera en bondad santa Teresa, sólo por ello, por no OBEDECER A LA MÁQUINA ESCOLAR QUE ATENTABA CONTRA MI CONCIENCIA Y VOLUNTAD, fui tachada con una gigante cruz que cargué durante todo mi desarrollo.
¿Cómo podría eso afectar
la autoestima? Y a pesar de eso he sobrevivido en mi integridad
porque me conozco y siempre he sido fiel a mí misma.
Intenté (como un preso trata de fugarse o, mejor dicho, como un prisionero de guerra) huir de lo que me enfermaba, del colegio, pero me empujaron a la fuerza, me arrojaron bocabajo en ese antro, en esa mazmorra oscura que me enfermaba, y jamás escucharon mis ruegos por no ir, mis reclamos, mis críticas, mi voz,
A medida que iba enfermé
día a día más, con completa conciencia y claridad de las causas y
efectos de la enfermedad, con los ojos muy abiertos en un mundo de
ciegos.
Así se interrumpe, se obstruye (¡qué misteriosa esa nueva enfermedad autoinmune de la obstrucción, esa incomprensible parálisis que sólo ocurre en la vida urbana y jamás entre los salvajes del campo!), así se interrumpe, se obstruye el desempeño de su desarrollo motriz, imaginativo, creativo e intelectual que se daría saludablemente y sin interrupción en un contexto correspondiente a sus necesidades reales.
Al interrumpir mediante la violencia escolar este proceso natural el niño degenera y se trastorna de forma irremediable. Es anulado.
Es anulada su infancia:
Efectivamente:
El colegio no es una estructura y disciplina posibilitante anclada en la naturaleza humana que respeta sus ciclos, sino una innovación implantada por inexpertos, un experimento social fallido (en cuanto a la salud física y mental) que invierte los procesos orgánicos y que resulta ser una estructura y una disciplina limitante en lugar de posibilitante.
Valen también los medicamentos, el Ritalin, las anfetaminas que dan a los niños "hiperactivos" para reprimir su energía sobreabundante e inmovilizarlos como a parapléjicos en sillas de ruedas para que sean buenos estudiantes de goma:
Esa energía llena de vida que es contenida sin posibilidad de escape, de fuga, hora tras hora, día tras día, semana tras semana, mes tras mes, año tras año,
La continua represión desemboca en neurosis.
Problemas físicos y mentales:
Una desvinculación absoluta del cuerpo.
El colegio incluso propicia una desvinculación absoluta de la interacción (lejos del "cuento chino" de que ayuda a socializar, como si nuestros antepasados previos a la escolarización no socializaran y entablaran vínculos más reales, humanos y duraderos que nosotros):
La escolarización masiva y obligatoria moderna-ilustrada, es una castración histórica de proporciones inauditas que no tiene nombre, pavorosa, que a quien sea capaz de verla no hará sino producirle vértigo, y que anula el desarrollo natural y espontáneo de las facultades físicas, emocionales y cognitivas del niño, ejerciendo una presión y represión brutales que desembocan en todo tipo de trastornos:
Pero como nadie quiere mirar de cara a la realidad y hacerse cargo de esto, como nadie quiere abolir la tiranía del statu quo del colegio, miran a otro lado e inventan millares de causas que siempre han existido sin que hubiesen jamás generado los trastornos de estos tiempos.
Qué fácil engañarse a uno mismo; el ser humano, por pusilánime, por gregario, por no salir de la zona de confort, por comodidad, por no ser juzgado ni criticado ni excluido, por pertenecer, por encajar, aunque sea en una estructura enferma, se miente una y otra vez a sí mismo y con ello a los demás, como refiere en la película Rashomon de Akira Kurosawa uno de los personajes.
¿Acaso antes los niños no pasaban hambre, frío, enfermedades, guerras, vivían sin un padre, o a la deriva?
Sí, pero no tenían sobre sus hombros la estructura mecanizada e inhumana del colegio.
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