por Julio Berdegué y Silvia Saravia
11 Octubre
2018
del Sitio Web
IPSNoticias
Versión en italiano
Campesinos laboran en un campo de maíz,
mezclado
con otras plantas, en San Lorenzo,
un
municipio del sur de México, que está poblado
por
migrantes guatemaltecos que huyeron de su país
en los
años 80.
Crédito: FAO
Este es un
artículo de opinión
de Julio
Berdegué, representante regional
de la FAO para
América Latina y el Caribe,
y de Silvia
Saravia...
De los 33 millones de migrantes internacionales originarios de
América Latina y el Caribe, cerca de 15 millones provienen de México
y de tres países que conforman el llamado
Triángulo Norte Centroamericano:
-
Guatemala
-
El Salvador
-
Honduras
Los migrantes de dichos
países tienen como principal destino final Estados Unidos y su
movimiento migratorio se da a través México, conformando así uno de
los principales corredores migratorios de nuestra región y del
mundo.
La importancia de la migración internacional no es menor en las
economías de los países del Triángulo Norte Centroamericano:
en 2015 las remesas
representaron 18 por ciento del producto interno bruto (PIB) de
Honduras, 17 por ciento del PIB de Salvador y 10 por ciento del
PIB de Guatemala.
El crecimiento de las
remesas también ha sido sustancial:
entre 2007 y 2016, se
expandieron en 75 por ciento en Guatemala, 47 por ciento en
Honduras y 24 por ciento en El Salvador.
Julio Berdegué.
Crédito: FAO
Si consideramos que cerca de 40 por ciento de las remesas
internacionales se destinan a zonas rurales, queda claro hasta qué
punto los flujos internacionales de personas y remesas son
fundamentales para la subsistencia de las comunidades más rezagadas.
Las causas de la migración en el Triángulo Norte se asocian no
solamente al deseo de buscar mejores opciones económicas, sino a la
presión de escapar de,
La inestabilidad
climática como causa de la migración en el Triángulo Norte se hace
evidente en el denominado
Corredor Seco Centroamericano,
una ecorregión de bosque tropical seco que abarca casi un tercio del
territorio de América Central en la cual viven cerca de 11 millones
de personas.
El 60 por ciento vive en pobreza y en años recientes se han
registrado de forma más frecuente situaciones de,
"hambruna
estacional".
La violencia es otro
aspecto que incide directamente en los flujos migratorios internos e
internacionales del Triángulo Norte.
En el caso de Guatemala,
El Salvador y Honduras, la tasa de homicidios fue de 31, 64 y 74
personas por cada cien mil habitantes, respectivamente, en 2014.
Silvia Saravia.
Crédito: FAO
En los países del Triángulo Norte, un estudio reciente de
Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la
Agricultura (FAO) ha identificado 218 municipios con tasas
extremadamente altas de emigración, en los cuales viven cerca de 4,5
millones de personas.
Si deseamos mitigar la migración, será indispensable estimular el
desarrollo de estos territorios expulsores de migrantes, con
estrategias que abarquen al menos cuatro dimensiones
Ellas son:
-
acceso acelerado
a niveles mínimos de bienestar, comenzando por la seguridad
alimentaria y nutricional
-
nuevas y mejores
oportunidades de empleo e ingreso
-
resiliencia a
eventos climáticos extremos y adaptación al cambio climático
-
fortalecimiento
del tejido social y del estado de derecho para abatir el
crimen organizado y la violencia
La FAO junto a la
Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal)
y otros socios estratégicos, han conformado una Alianza para
enfrentar con eficacia las causas de la migración rural en
Mesoamérica.
El principal aporte de la Alianza serán propuestas de políticas
concretas, adaptadas a la realidad de esa subregión, que puedan
mitigar la presión migratoria propiciando el desarrollo de los
territorios de origen.
Estas propuestas enfrentaran los factores que provocan o exacerban
los grandes desplazamientos, y permitirán crear condiciones que
permitan a las comunidades y personas desarrollarse y vivir en paz,
pues la migración debe ser ante todo una opción.
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