por Mario Osava
18 Diciembre
2019
del Sitio Web
IPSNoticias
Más de dos meses de protestas en Chile
arrancaron la convocatoria a un referendo en
abril, que abrirá el proceso para redactar una
nueva Constitución y enterrar finalmente la
vigente desde 1980, impuesta por la dictadura
militar de Augusto Pinochet (1973-1990).
El caso de Chile y el estallido de las
manifestaciones populares es uno de los casos
sudamericanos que difícilmente se explica por el
impacto de los bajos precios de las materias
primas, ya que su economía es una de las más
prosperas de la región.
Crédito:
Carlos Vera-Colectivo 2+
Fotos Públicas
RÍO DE JANEIRO
Hechos económicos, y no
peleas ideológicas, están determinando los vuelcos políticos que
atolondran la humanidad, en especial
en América del Sur, según esfuerzos
por una explicación unificada de los variados procesos actuales.
Mientras la ola mundial de gobiernos identificados como populistas
de derecha en el lenguaje político se atribuye a la crisis
financiera de 2008, las protestas masivas y la caída de gobiernos en
países sudamericanos se deben a los bajos precios de los productos
primarios, según distintos investigadores.
La política en prácticamente todos los países del área es
determinada por "factores que no están bajo control de los
gobiernos", porque son externos, según Daniela Campello y
Cesar Zucco, profesores de la Fundación Getulio Vargas,
un afamado centro de educación superior y de investigación, con
escuelas en Río de Janeiro y São Paulo.
Tales factores, los precios de los productos mineros y agrícolas
exportados por la región y la tasa de interés en Estados Unidos,
componen lo que esos dos doctores en política denominaron índice de
Buenos Tiempos Económicos (GET, en inglés).
Las tasas básicas fijadas por la Reserva Federal (FED)
estadounidense son referenciales para muchas transacciones
financieras en el mundo, y su violenta y desorbitada alza estuvo en
el origen de la crisis de la deuda externa latinoamericana y la
llamada década perdida de la región en los 80.
Por el contrario, tras el
estallido en 2008 de la crisis financiera
mundial, la FED y otros bancos centrales del Norte
industrial respondieron bajando el costo del dinero a casi cero, así
que ahora el gran problema para la región son los bajos precios de
los productos básicos, determinantes en sus exportaciones.
La inestabilidad política de América del Sur sigue de hecho las
variaciones del GET.
Su alza regala éxitos en
el gobierno, gran popularidad y la posibilidad de reelegirse o
elegir su sucesor, no importa la orientación ideológica, aseguraron
Campello y Zucco en un
artículo de opinión publicado en el
diario Folha de São Paulo el 11 de noviembre.
Es lo que pasó con los presidentes,
-
Álvaro Uribe
(2002-2010), de derecha extrema, en Colombia
-
Hugo Chávez
(1999-2013), izquierdista, en Venezuela
-
Luiz Inácio Lula
da Silva (2003-2010), también de izquierda, en Brasil,
...beneficiados por el
ciclo de altos precios de los productos básicos entre 2003 y 2011.
La caída de los precios desde entonces agravó la recesión económica
en Brasil en 2015 y 2016, con bajas de 3,5 y 3,3 por ciento
respectivamente en el producto bruto interno (PIB) y redujo
fuertemente el crecimiento en otros países del subcontinente.
El consecuente descontento popular está en el origen de las
"protestas y convulsiones" que estallaron en,
-
Ecuador
-
Chile
-
Bolivia
-
Colombia,
...este año y de la baja
popularidad de gobernantes en Argentina y Uruguay que sufrieron
derrotas electorales también en este año.
Hace parte del mismo ciclo de bajo GET las protestas callejeras en
2013 en Brasil que desataron la erosión del poder de la
ex-presidenta Dilma Rousseff (2011-2016), que condujo a su
destitución en agosto de 2016.
En Venezuela, consideran los dos investigados, Chávez buscó
perpetuarse en el poder, apoyado en el gran boom petrolero de la
primera década del siglo.
Pero a su muerte en 2013,
su sucesor Nicolás Maduro se ha enfrentado a varias olas de
protestas y a un conflicto institucional, en un contexto del
hundimiento de los precios petroleros desde 2014, que acicateó el
derrumbe de la economía local.
En un marco histórico más amplio, los dos investigadores sostienen
ese determinismo económico de la política sudamericana con un
gráfico apuntando ciclos de GET desfavorable, de bajos
precios de productos básicos y altas tasas de interés
estadounidenses en los años 80.
Esa "década perdida" hizo caer las dictaduras militares
sudamericanas, que habían aprovechado un período negativo anterior,
en los años 60, para instalarse en varios países de la región.
Es una cuestión de suerte estar en el poder durante la bonanza
económica dictada por los factores externos. La fortuna o la
desgracia de gobernar durante el ciclo adverso afecta igual a
gobernantes de ideologías distintas, incluso opuestas.
La popularidad o la impopularidad es automática, no importa la
calidad de la gestión, según los politólogos brasileños que tendrán
su estudio publicado en el libro "The Volatility Curse" (La
maldición de la volatilidad) en 2020 por la editorial de la
británica Universidad de Cambridge.
La maldición se refiere a la vulnerabilidad de Sudamérica a
las oscilaciones de los precios de productos primarios, porque
concentran sus exportaciones, y a las tasas internacionales de
interés, porque dependen de capitales externos.
Esa "fragilidad estructural", común en los distintos países, produce
las crisis políticas, aunque sus "gatillos" sean hechos específicos
de la coyuntura local, en la evaluación de Campello y Zucco.
América Central es distinta porque sus países exportan más bien
productos de su industria de maquila y reciben el dinero que les
envían sus emigrantes desde Estados Unidos, apuntaron.
Bolivia parece una excepción, porque el ex-presidente
Evo Morales, en el poder desde
2006 y quien renunció el 10 de noviembre forzado por,
una rebelión
popular y el retiro del apoyo de los militares, mantenía una
popularidad razonable, aunque en descenso, y la economía
nacional crecía cerca de cuatro por ciento al año.
Es que la exportación de gas natural, importante fuente de
ingresos, se hace por contratos de largo plazo, hecho que
retardó la crisis, aclararon.
En términos mundiales,
otros investigadores, como la brasileña Monica De Bolle, del
estadounidense
Instituto Peterson de Economía Internacional,
identifican
la crisis de 2008, iniciada en Estados Unidos,
como,
el punto de inflexión
que frenó la globalización y reactivó el nacionalismo
económico...
De ese nuevo ciclo
resultarían gobiernos como,
-
el
estadounidense, del presidente
Donald Trump y su
consigna "América primero"
-
el Brexit británico
-
el
fortalecimiento de movimientos de la extrema derecha
xenófoba
-
el debilitamiento
del multilateralismo...
El riesgo es limitarse a
una visión económica de tantos fenómenos, en la búsqueda de causas
comunes para procesos distintos, como el chileno, otros
sudamericanos y el de los países de Europa del Este, salidos del
bloque comunista.
Identificar simultaneidades como relación de causa y efecto puede
inducir conclusiones cuestionables.
América Latina es la
región más católica, de mayor violencia criminal y
mayor desigualdad social...
¿Sería entonces
el catolicismo la cuna de esas llagas...?
El afán de descubrir razones económicas para otros sucesos
identificó otra relación en los tiempos recientes.
El gran aumento de
confesiones evangélicas pentecostales en Brasil desde los años
90 sería consecuencia del desempleo y otras adversidades
generadas por la apertura comercial y la crisis económica
actual, según por lo menos dos estudios de economistas
brasileños y estadounidenses.
Recurrir a los credos religiosos ayudaría a enfrentar las
dificultades y algunas iglesias pentecostales colaboran para
superarlas fomentando y capacitando para canalizarse hacia
establecer emprendimientos.
En un fenómeno que se repite en otros países sudamericanos, en
Brasil los seguidores de iglesias evangélicas, incluyendo a
protestantes tradicionales, como luteranos y metodistas, ya
suman 31 por ciento de la población de 210 millones de
habitantes.
En 1980
representaban apenas 6,7 por ciento.
La multiplicación de
esos fieles religiosos fue decisiva para el triunfo
electoral del presidente ultraderechista
Jair Bolsonaro y para el
conservadurismo en costumbres de su gobierno.
Cerca de 70 por
ciento de los evangélicos votaron por Bolsonaro en las
elecciones de octubre de 2018.
Si de hecho la situación
económica dicta el destino de los gobernantes, la pretendida
reelección de Bolsonaro en 2022 dependerá de una recuperación
más acentuada de la economía brasileña en los próximos años.
Por ahora el PIB brasileño sigue casi estancado, con un crecimiento
esperado de cerca de uno por ciento en 2019 y el desempleo actual
alcanza 11,6 por ciento de la población activa, es decir 12,4
millones de trabajadores.
Con la economía china y mundial en desaceleración, es difícil que se
repita en los próximos años un ciclo de bonanza de los productos
básicos como los de la primera década de este siglo.
Es decir, la reelección
no será fácil...
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