por Erick Sumoza
30 Julio
2020
del Sitio Web
CodigoOculto
Mientras 750 millones de personas nacen sin acceso al agua, otras 2
millones fallecen por el mismo problema.
El escenario estimado
para el año 2030 nos indica que, la próxima guerra mundial será
por el líquido vital…
En zonas que van desde
Caracas hasta Amán, se acumulan miles y miles de litros de agua en
recipientes de plástico ya que el suministro de agua potable no es
constante y, una vez se corta, los ciudadanos no saben cuándo
volverán a ver el líquido fluir por las tuberías.
En Jordania, las
mezquitas dan charlas sobre la importancia de ahorrar hasta la
última gota.
Las tierras se riegan
con agua salada por la necesidad, lo que conlleva a daños
permanentes en las mismas.
De acuerdo a las estimaciones, una persona Jordania apenas usa
90 metros cúbicos de agua al año, siendo uno de los más bajos
del planeta.
Tan solo un 3% de lo
que consume una persona en un país como Estados Unidos.
¿Y si este escenario se
presentara en todo el mundo?
El peligro del
crecimiento de la población
La sequía y la sobrepoblación
es uno
de los factores principales
de la
escasez de agua.
Debido a su situación geográfica, Jordania nunca contó con abundante
agua, pero en el pasado les bastaba para cubrir a su población.
Pero la migración ha
generado la escasez...
Desde la llegada de
los primeros refugiados palestinos, a los que le siguieron
libaneses, iraquíes y sirios que huían de las guerras, sumado a
las tensiones dentro de su territorio con los mismos refugiados y
los jordanos, la situación se agrava cada día.
Si a esto se le suma
que la tasa de fertilidad de la mujer es de 3.8 niños, el
problema es enorme.
De hecho, de acuerdo
a los expertos, las reservas de agua que se tenían previstas
para el 2035 se consumieron en 2015.
Prácticamente no hay recursos y el río Jordán, el único río
navegable, está totalmente contaminado.
Los acuíferos más
importantes están vacíos y la construcción de presas en Siria
provocó que disminuyera el cauce de los ríos.
Un escenario
apocalíptico
El escenario que se nos avecina
es
apocalíptico.
Lo que sucede en Jordania no es un caso aislado.
Lo mismo sucede en el
Nilo y las presas etíopes o en el Mekong, en Asia.
En China, el 35% de sus
pozos se secaron y algunos ríos más importantes están totalmente
contaminados.
De hecho, el consumo de
agua podría considerarse riesgoso para los habitantes y,
seguramente, no es el único país con este problema.
Este es un escenario
que podría prever todos los problemas a los que podría
enfrentarse la sociedad con una escasez de agua.
Aunque suene a un
escenario de película, la realidad es que este problema ni siquiera
es un escenario futuro:
es uno actual...
750 millones de personas
no poseen acceso a agua potable, sumado a más de 2 millones de
muertes al año por falta de la misma.
Y, según la Organización Meteorológica Mundial, en 2025, dos
de cada tres personas sufrirían restricciones en su suministro de
agua y, de acuerdo a las Naciones Unidas, en el 2050 una de
cada cuatro personas en el mundo viviría en un país sin agua.
Mucho que
corregir
El tratamiento de aguas es una solución
pero
es más complicado de lo que parece.
El 97% del agua en el mundo es salada.
Una inmensa cantidad de
agua dulce se encuentra retenida en los glaciares, acuíferos
subterráneos y en los polos, lo que convierte su explotación en algo
complicado.
Y si a todo eso le sumamos el 'cambio
climático', las cosas se complican más.
Por ejemplo, se cree
que la distribución de las precipitaciones cambie
radicalmente en los próximos años.
En algunas
zonas llovería demasiado en otras habrían sequías prolongadas.
La economía tampoco está
preparada para gestionar este recurso, todo lo contario.
El agua es necesaria para
todo.
La industria,
especialmente los sectores agrícolas y ganaderos necesitan
inmensas cantidades de agua solo para subsistir...
Según el Foro
Económico Mundial, para el 2030 la demanda de agua crecerá un
40% debido al incremento de la población, por lo que se espera que
la crisis del vital líquido se agrave y derive en una crisis
económica.
Pero existen soluciones...
El problema es que
implementarlas globalmente no es sencillo...
Los expertos se
encuentran desarrollando tapas de botellas con filtros
nanométricos que limpian el agua de cualquier virus,
bacteria o suciedad, haciéndola potable.
Otra solución es
la desalinización del agua.
Quizás la más
conocida, pero que no la convierte en la más práctica.
Transformar el agua salada en dulce es un proceso en el que se
revierte la ósmosis natural, lo cual requiere grandes cantidades
de energía.
Por esa razón, para que
realmente sea una alternativa, se necesita la creación de energía
limpia y económica.
Aunque una solución más
fácil, sería administrar todos los recursos de una manera más
sostenible.
En pocas palabras,
disminuir la contaminación, promover la reutilización, cambiar
los hábitos de consumo, controlar la natalidad y mejorar los
sistemas de conservación y captación del agua.
El problema es que todo
lo mencionado requiere dinero, y mucho.
Desgraciadamente los
países que más sufren de esta crisis no lo tienen.
De hecho, desde el año
2000 solo Estados Unidos ha invertido dinero en proyectos
relacionados con la conservación del agua.
Un recurso que
puede generar conflictos
Tal cual como sucedió con el petróleo, el agua poco a poco se va
convirtiendo en un recurso de valor incalculable en el siglo XXI.
Por esa razón la explotación
de acuíferos se está convirtiendo
en un negocio lleno de tensiones en todo el mundo.
La ONU ha revelado que, al menos,
existen 300 zonas del planeta donde existen
conflictos alrededor del agua y los
propios servicios de inteligencia estadounidenses no descartan que,
en un futuro,
la crisis de la misma
pudiera dar lugar a conflictos bélicos y el nacimiento de
nuevas células terroristas...
De hecho,
el Estado Islámico ha usado en los
últimos años a los ríos y presas sirias e iraquíes para obtener más
poder, llegando incluso a atacar infraestructuras hídricas en ambos
países.
Por eso se cree que el
agua poco a poco se convertirá en el recurso de más valor en el
siglo XXI.
Un escenario apocalíptico que nos recuerda a grandes historias de
ciencia ficción distópicas, pero que nos lleva a pensar hasta
donde seremos capaces de llegar
¿Es necesario que el agua
escasee y comiencen conflictos armados para darnos cuenta hacia
donde estamos llevando al mundo...?
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