por Redacción Clarín
29 Noviembre
2023
del Sitio Web
Clarin
El ex
secretario de Estado
falleció en su
casa, en Connecticut.
Fue considerado una figura clave
de la diplomacia
estadounidense
en la era
posterior a la Segunda Guerra Mundial.
En 1973 fue distinguido con el Nobel de la Paz
por su aporte al
final de la guerra del Vietnam.
Henry Kissinger y la frase que describe
la idiosincrasia
argentina:
"Su punto débil
es que está
al borde de
lograr el éxito".
El ex secretario de Estado estadounidense
Henry Kissinger murió este
miércoles a los 100 años de edad en su hogar en Connecticut,
informaron los medios de del país norteamericano.
"El Dr. Henry
Kissinger, un respetado académico y estadista estadounidense,
murió hoy en su residencia en Connecticut", anunció el miércoles
por la noche Kissinger Associates en un comunicado.
Nacido en la alemana
Baviera en 1923, inició su carrera pública en la academia de Nueva
York y en Harvard, desde donde pasó sin escalas a la Casa Blanca.
Fue secretario de Estado
bajo las presidencias de Richard Nixon y Gerald Ford
(1969-1977) y se desempeñó como asesor de Seguridad Nacional durante
el mandato inicial del primero.
Su última participación en el debate público fue sobre Ucrania. Era
considerado una figura clave de la diplomacia estadounidense en la
era posterior a la Segunda Guerra Mundial.
De hecho, en 1973 fue
distinguido con el Nobel de la Paz por su aporte al final de la
guerra del Vietnam.
El papel
preponderante de Kissinger en las décadas del 60 y 70
El diseño de un nuevo mapa mundial a partir de los 70, con el
sorpresivo acercamiento a China y la ambivalente relación con la ex
Unión Soviética en plena guerra fría.
La intervención decisiva
en esa caldera llamada Medio Oriente.
Y otras intervenciones,
igualmente relevantes y controvertidas que permitieron la
instauración de las dictaduras en la mayoría de los países
sudamericanos.
Intervención, tan o más
relevante aún, en ese calvario que terminó siendo para Estados
Unidos la guerra de Vietnam, recién concluida en 1975 con la caída
de Saigón.
En todos estos hechos, que marcaron al mundo entre las décadas del
60 y 70, un personaje tuvo participación fundamental:
Henry Kissinger...
Lo hizo desde sus
posiciones estratégicos en los gobiernos republicanos de Richard
Nixon y Gerald Ford, como Secretario de Seguridad Nacional
(1968-1973) y como Secretario de Estado (hasta la asunción de Jimmy
Carter a principios de 1977).
Pero si allí se
extinguieron sus "funciones oficiales", no desapareció su
influencia.
Fue un lobbista persistente, casi hasta el final de sus días, tanto
por intereses geopolíticos como de las grandes empresas de su país,
moviendo los hilos de la alta política.
Y por eso, no extraña que el nombre de Henry Kissinger dividiera
aguas hasta en vísperas de las últimas elecciones presidenciales de
su país:
lo arropaba
Donald Trump y lo detestaba
Bernie Sanders, le criticaban - pero también le admiraban
en alguna medida -
los Clinton y lo cuestionaban
los círculos universitarios e intelectuales de Estados Unidos.
Kissinger dividía aguas:
lo
arropaba Donald Trump y lo detestaba Bernie Sanders,
le
criticaban - pero también le admiraban en alguna medida - los
Clinton.
Foto
REUTERS/Kevin Lamarque/Archivo
"Fue uno de los
secretarios de Estado más destructivos en la historia de nuestro
país", disparó Sanders.
Pero Kissinger estaba
mucho más allá:
se había convertido
en confidente del propio
Vladimir Putin y de las
sucesivas dirigencias
de China, actor fundamental en
la política mundial de nuestros días, un país al que Kissinger,
desde aquel viaje histórico y secreto de 1971 que abrió paso al
encuentro Mao-Nixon, visitó más de 50 veces a lo
largo de su vida.
El "detalle"
por el que no pudo aspirar a la presidencia de Estados Unidos
Apenas un "detalle", tal vez, impidió que alcanzara la presidencia:
Kissinger había nacido en Alemania y, aunque obtuvo la nacionalidad
estadounidense, ya estaba imposibilitado de alcanzar el cargo
máximo.
Heinz Alfred Kissinger era oriundo de Fürth, Alemania (1923).
De familia judía,
alcanzaron a escapar del régimen nazi casi en el límite, cuando
Henry era adolescente, en 1938.
Kissinger había nacido en Alemania y,
aunque obtuvo la nacionalidad estadounidense,
no pudo aspirar a la presidencia del país norteamericano.
Foto Joël Saget / AFP
"Sintió la discriminación y el antisemitismo, los prejuicios
religiosos, culturales, raciales y étnicos.
Recién al emigrar a
Estados Unidos se sintió más aliviado al poder caminar con la
cabeza en alto por las calles de Nueva York", contó Walter
Isaacson, en una de las biografías.
Elogios,
cuestionamientos y un controvertido Nobel de la Paz por la guerra de
Vietnam
Su trayectoria profesional se lanzó al estudiar Ciencias Políticas
en la prestigiosa Universidad de Harvard, aunque tuvo que
interrumpir las clases por el servicio en el ejército, en plena
Segunda Guerra Mundial (se cuenta que sirvió en la Inteligencia
Militar, de la 84a. División de Infantería).
Después de escalar posiciones en el Partido Republicano, mientras
ensañaba diplomacia en las principales universidades de Estados
Unidos, Kissinger fue convocado por Nixon para posiciones
estratégicas en su gobierno, en un mundo convulsionado.
Aunque Kissinger fue relevante en todas las gestiones que pusieron
fin a la guerra de Vietnam - tanto que hasta le otorgaron un
controvertido Premio Nobel de la Paz en 1973, junto a su par
norvietnamita Le Duc Tho - otros recuerdan su tono belicista, cuando
los soldados norteamericanos combatían en el sudeste asiático.
Según Noam Chosky,
"los soldados en
Vietnam, Laos y Camboa seguían las indicaciones de Kissinger
para destruir todo lo que vuela y todo lo que se mueva".
El libro del periodista
Chirstopher Hitchens ("The Trial of Henry Kissinger")
denuncia que 350 mil personas en Laos y 600 mil en Camboya fueron
asesinadas por las "bombas naranja" que ordenó arrojar Kissinger a
sus aviadores.
Según Hitchens, Kissinger fue responsable de la prolongación de la
guerra, al fracasar las conversaciones de paz en París, a fines de
los 60.
Pero también las
otras conversaciones de paz, con el régimen comunista de Vietnam
del Norte, lo tuvieron como protagonista hasta alcanzar los
acuerdos, también en la capital francesa, en enero de 1973.
Estados Unidos comenzó el retiro de sus tropas. Y el conflicto
recién terminaría dos años más tarde, con la caída de Saigón y
el colapso del régimen de Vietnam del Sur - aliado a Estados
Unidos - lo que abrió el definitivo camino de la unificación de
su país.
A esa altura,
probablemente, la atención de Kissinger y la geopolítica
estadounidense se movía por otros horizontes.
Siempre se mantenía la
tensión con la Unión Soviética, pero se había distendido la
situación con China.
Allí Kissinger había jugado un rol decisivo.
Hillary Clinton
escribió alguna vez:
"Kissinger tuvo
suerte de que no había teléfonos inteligentes o redes sociales
cuando hizo su primer viaje secreto a Beijing. Imaginen si hoy
en día un secretario de Estado trata de hacer eso".
Las relaciones
diplomáticas entre China y Estados Unidos recién se normalizaron
definitivamente en 1979, ya con Mao muerto y con Nixon (y Kissinger)
alejados del poder.
Por supuesto, intervino con énfasis en Medio Oriente, sobre todo en
el fin de la Guerra de Yom Kippur (1973).
La influencia de
Kissinger en América Latina
Pero donde sus gestiones - públicas o privadas - quedan para la
controversia histórica, cuando no para el rechazo, es en su política
hacia América Latina, especialmente en el golpe pinochetista en
Chile que terminó con la experiencia socialista de Salvador
Allende.
Más aún, algunos
consideran a Kissinger como el inspirador del nefasto
Plan Cóndor, que unificaba la
acción represiva de las dictaduras latinoamericanas desde mediados
de los 70.
Ya en junio de 1970, meses antes del triunfo de Allende, Kissinger
expresó ante el llamado
Comité 40:
"No veo por qué
tenemos que esperar y permitir que un país se vuelva comunista
debido a la irresponsabilidad de su propio pueblo".
Al director de la CIA,
Richard Helms, le comentó que,
"no dejaremos que
Chile se eche a perder".
Con Nixon destituido por el escándalo de Watergate,
Kissinger mantuvo su cargo de secretario de Estado
hasta el final del mandato de Gerald Ford.
Foto: Andrew Harrer/Bloomberg
Cuando los tanques y aviones de Pinochet destruyeron el
Palacio de la Moneda, el 11 de septiembre de 1973, muchos vieron la
mano de Kissinger detrás.
Sin embrago, Kissinger le
había prometido al embajador chileno en Washington, Orlando
Letelier, que "no participaremos" en la campaña contra Allende.
El mismo Letelier
sería asesinado en 1976, en Washington, por la bomba de un
sicario pinochetista.
Dan Moynihan, ex
embajador estadounidense en las Naciones Unidas, sentenció:
"Kissinger no miente
siguiendo sus intereses. Miente porque la mentira está en su
naturaleza".
Con Nixon destituido por
el escándalo de Watergate, Kissinger mantuvo su cargo de secretario
de Estado hasta el final del mandato de Gerald Ford.
Luego, comenzaría la otra
etapa, de lobbista y negociador...
Rusia, heredera del poder de la ex URSS y con Vladimir Putin
como líder lo recibía a Kissinger como "hombre sabio".
La Academia
Diplomática rusa le otorgó el Doctorado Honoris Causa...
Al mismo tiempo, un
Parlamento Internacional de Estudiantes consideraban los
reconocimientos a Kissinger como "un chiste macabro",
responsabilizando a Kissinger por,
"crímenes de guerra y
violaciones a los derechos humanos en Asia y Sudamérica".
Su influencia se dio
entre las mayores potencias, pero llegó a los países más
recónditos...
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