21 Septiembre 2019 del Sitio Web KIngsleyDennis
Vivimos en una sociedad en la cual los medios de comunicación, los gobiernos, las grandes corporaciones, los grupos religiosos y las agrupaciones políticas fabrican falsas realidades. En mis escritos, planteo: ¿Qué es real? Porque incesantemente somos bombardeados con pseudo-realidades fabricadas por gente muy sofisticada que utiliza mecanismos electrónicos
muy refinados.
donde uno está perdido. El hombre lo sospecha; pero le aterra encontrarse cara a cara con esa terrible realidad, y procura ocultarla con un telón fantasmagórico
donde todo está
muy claro.
Información extraída de su último libro:
Bardo Times: hyperreality, high-velocity,
simulation, automation, mutation - A hoax?
Después de todo, la gente necesita ser reconfortada.
Esta es la razón por la cual los medios de comunicación fabrican otra realidad. Puesto que somos bombardeados y asaltados por falsas realidades, Philip K. Dick se pregunta qué es real.
Nosotros podríamos hacernos la misma pregunta:
Quizá nuestro crimen perfecto haya sido,
...la
información siempre ha tenido un coste, si es que ha llegado a estar
disponible.
En general, a las masas se les proveía de información de acuerdo con su nivel de inteligencia y si era necesario que la tuvieran. Y tradicionalmente ambos factores se restringían notablemente.
Es decir,
Las masas, si carecen de acceso suficiente a una información fidedigna, permanecen desorganizadas. Y es aquí donde el culto a la información y el espectáculo del entretenimiento entran en escena.
La imprenta de Gutenberg marcó la señal del fin del monopolio de los escribas. Los libros empezaron a aportar a las masas - que aprendieron a leer con prontitud - información nueva e inspiradora.
Y entonces, a finales del siglo XX, sucedió algo extraordinariamente poderoso:
La gente dejó de ser exclusivamente receptora de información como en el pasado:
Se abrió la caja parlanchina planetaria y la gente fue descubriendo que tenía voz.
Y es entonces cuando la
propaganda ascendió un escalón para convertirse aún más en una
ciencia dura y una herramienta de gobierno.
Actualmente, solo en los países menos "democráticos", cuando las dictaduras intentan dar un golpe de estado todavía utilizan esa fuerza manifiesta.
La guerra real es la guerra de las mentes. En la antigua Unión Soviética, el día después de la caída de Khrushchev, los editores de Pravda, Izvestiia, y los jefes de la radio y la televisión fueron reemplazados, pero no se llamó al ejército.
Más recientemente, en Julio del 2016, tras el fallido intento de golpe en Turquía, el gobierno de turno cayó con fuerza sobre los que se consideraban medios de comunicación alternativos del país.
Y eso solo fue el principio...
En cualquier sociedad es importante quien controla y cómo se difunde la información de las noticias. Pero puesto que ahora vivimos en una "era de Internet", de comunicación global y redes informativas, cada vez es más difícil mantener un control férreo de las cosas.
En cierto sentido, la caja de Pandora ya se ha abierto...
Y si hay tanta información por ahí fuera ¿cómo mantener el orden? La mejor solución es suministrar más información, tanta que la gente se anegue en ella.
Y luego añadir alguna más para desacreditar la que ya anda por ahí fuera. Entonces, la gente no solo nada en información sino que empieza a ahogarse en ella...
Y lo demás: bueno, ¡eso
es el entretenimiento!
Es un intento de crear a nuestro alrededor una burbuja sensorial que, se nos dice, hará la vida más fácil.
Así que a través de nuestros principales medios de comunicación y sus noticias se crea una ilusión espectral con el fin de ofrecernos una visión simplificada del mundo.
Es,
... y todo el resto de insípidas dicotomías que se
blanden como verdades profundas.
Esta cultura oficial crea los signos y los símbolos que dictan con eficacia nuestra rebanada de realidad:
Nos tragamos tan a fondo estos términos que no resulta sorprendente enterarse de que somos una especie cultural en terapia.
Hemos sido criados y "educados" para protegernos a nosotros mismos con la ilusión de la verdad. Todo se repliega detrás de su propia apariencia, de manera que las cosas parecen suceder incluso cuando no lo hacen.
Esta es la gran ausencia en nuestras vidas:
El crimen de la vida es su carácter incompleto:
Vamos a la deriva entre noticias de segunda mano como los fantasmas vagan entre muros.
Si todo el mundo cree una mentira, eso no impide que lo sea, ni la convierte en una verdad.
Con frecuencia es una proyección desesperada o inconsciente de auto-negación.
Al final, puede que tales culturas de la ilusión tengan éxito arrebatando a las masas sus habilidades perceptivas para separar lo ilusorio de lo verdadero.
Como dice el periodista Chris Hedges:
Nuestras así llamadas sociedades desarrolladas manufacturan y venden su ilusión de realidad tanto como pueden.
Y cualquier denuncia o duda acerca de esa ilusión se encuentra inmediatamente con una defensa sistemática que etiqueta a los críticos de teóricos de la conspiración, anarquistas o antisociales.
En otras palabras, quienes cuestionan la narrativa cultural (también conocida como ilusión) son tildados de ilusos. Es lo último en el manejo de la percepción.
Y si todos nos volviéramos locos:
La realidad, se diría, es
lo que cree la mayoría, como se muestra en una versión revisada de
un antiguo cuento:
Y entonces ese modo fantasioso puede invertir significados, verdades, y cualquier sentido de lo que está pasando.
Esas ilusiones colectivas, o "realidades burbuja", pueden alimentar al pueblo con palabras y frases gatillo como guerra contra el terror o sí, nosotros podemos, o hagámonos grandes de nuevo, y dentro de estos estrechos parámetros hipnóticos cualquier pensamiento crítico, ambigüedad, y observación consciente se desvanecen.
Y cuando la gente ya no
puede distinguir entre lo que es verdad y lo que es ficción
(irreal), entonces la realidad se usurpa y el mundo de fantasía toma
el relevo.
De muchas maneras ya lo ha hecho. La información siempre se ha usado como una herramienta de la guerra psicológica porque forma parte de operaciones financiadas por el estado que sirven como una nueva puerta trasera en la mente de la gente.
Una vez que la información falsa se ha plantado en nuestras mentes resulta más difícil ser objetivo o establecer distinciones claras.
Tal información puede convertirse en un hashtag, una tendencia, y hacerse viral, que es una expresión común en la actualidad utilizada para indicar cosas, tanto positivas como negativas, que han ganado popularidad rápida y a menudo inesperadamente.
La palabra viral solía indicar el comportamiento de un virus, es decir de un minúsculo agente infeccioso. La analogía es adecuada: actualmente agentes infecciosos están constantemente deambulando por nuestras redes de información y penetrando en nuestras mentes.
La información que recibimos probablemente está infectada por un "agente viral", al igual que toser puede, y de hecho lo hace, diseminar el resfriado común.
Y unos de los mayores esparcidores de "virus del pensamiento" son los medios sociales que con noticias y anuncios con dianas personalizadas están reforzando cada vez más las opiniones, los puntos de vista y las creencias que ya hemos elegido aceptar en lugar de plantearnos nuevos retos.
Terminamos por reforzar
nuestras propias burbujas de percepción en lugar de expandirlas.
Ahora tenemos un serio problema de credibilidad con nuestras principales instituciones sociales:
Los principales medios de comunicación representan el ilusionismo triunfante; la ambigüedad del espectáculo que embauca y anestesia la imaginación.
El bombardeo gradual y uniforme de información ha logrado nivelar la diferencia y ahora nos encontramos con que la mayor parte del contenido viene a ser casi lo mismo. La diversidad es solo un entretenimiento de prestidigitación superficial.
En realidad no importa con cuál de los principales canales de noticias nos sintonizamos, todos ellos obtienen su información a partir de una selección muy limitada de fuentes.
La información se dispersa desde una esfera de poder fuertemente centralizada.
Estas corporaciones gigantes incluyen,
A lo largo del tiempo han ido absorbiendo a las compañías rivales, es lo que se llaman fusiones, y expandiendo el alcance de su difusión.
En la actualidad, el siguiente gran conglomerado de medios de comunicación y entretenimiento, detrás de Comcast y Disney, es Time Warner, Inc. que es propietaria de,
De manera similar, Viacom posee, como parte de su imperio mediático,
Y Vivendi Universal,
Luego está Bertelsmann que, como corporación global de medios,
Estoy bastante seguro de que la persona promedio no habrá oído hablar de Charter Communications...
¿Son conocidos? ¿Son grandes?
Pero lo que quizá el público conozca mejor sea News Corp que,
¿Comenzamos a hacernos una idea?
El mundo del entretenimiento
está controlado por ingentes
conglomerados megalíticos que absorben (perdón, se fusionan) con sus
competidores.
¿Qué ha pasado con las fuentes fidedignas?
Al público le gustaría saber quién asesinó a Kennedy, y quién mató a "la fuente".
Hoy día todo lo que tenemos son sucedáneos, sustitutos anodinos:
Ahora las noticias se escupen en amigables frases cortas para no aburrir al consumidor impaciente.
Las noticias se han ido convirtiendo cada vez más en esos "acontecimientos que desaparecen", incidentes pasajeros que se van sin dejar huella duradera en nuestra memoria.
En los Estados Unidos especialmente, el periodismo televisivo se ha convertido en una mascarada.
Chris Hedges apunta que,
De esta manera, chismes personalizados, historias íntimas de estrellas, políticos y famosos de la élite se hacen pasar por noticias para distraernos.
Tal periodismo burdo no busca noticias de calado o valor sino un fantasioso carrusel de personalidades. Y cuanto más legendarias sean las historias más oportunidades tienen de éxito y de llegar al corazón de la gente.
Los relatos que hablan de estas personalidades "célebres" consiguen la atención de los medios, en especial cuando están saturadas de chismorreo, relaciones o peleas domésticas. Las personalidades son menos idolatradas cuando se manifiestan en contra de las prácticas de fracking o las propuestas de oleoductos.
De alguna manera, no
parece correcto que la hermosa estrella de una película de
franquicia proteste en chándal y zapatillas deportivas bajo la
lluvia. Sencillamente, las dos imágenes no pueden ir de la mano en
las cabezas de la gente.
Influir en las mentes es más favorable y más lucrativo que informarlas. El resultado final está más garantizado y controlado. La información abierta siempre ha sido algo peligroso, como bien saben las religiones y las instituciones sociales desde hace mucho tiempo.
La información controlada busca crear titulares artificiosos, imágenes censuradas y cortadas, y noticias higienizadas. Y como consumidores de esas noticias aceptamos y adquirimos una irrealidad invasora. Es un mundo de sustitución que subvierte la mente.
A menudo es más fácil
confundir y desinformar que inculcar opinión.
La enfermedad de lo irreal se extiende como una pandemia. ¡La nueva "noticia" es lo falso!
Esta parece ser que fue una táctica política utilizada en la campaña presidencial de 2016 en Estados Unidos, especialmente por parte del candidato republicano (quien posteriormente se convirtió en presidente).
A Trump no solo le gustaba referirse a las noticias inconvenientes como "hechos alternativos" sino que también cultivó (consciente o inconscientemente) el hábito de contradecirse y de ser incoherente en sus políticas.
Al final, se ha
comprobado que para los periodistas resulta confuso definirle y los
medios sociales estaban inundados por un diluvio de declaraciones,
opiniones y críticas contradictorias. Nadie sabía lo que
representaba, política o personalmente, y al final se diría no solo
que a muchos no les importó, sino que lo más probable es que la
incertidumbre y la confusión jugaran a su favor.
En su documental Hypernormalization, Adam Curtis señala que el régimen de Putin respaldó y apoyó, sin que lo supiesen, a muchos de sus oponentes políticos y de las facciones críticas, y luego expuso públicamente esta táctica.
El resultado es que la credibilidad en la esfera política se erosionó y a raíz de ello quedaron la incertidumbre y la confusión.
El papel de la "verdad" ya no seguía siendo viable. Para cualquiera es difícil discernir lo que es real y lo que es una información creíble cuando el campo de juego se manipula deliberadamente con desinformación. Las agencias de espías gubernamentales de todo el mundo han usado una estrategia similar.
De hecho, sería acertado decir que una gran cantidad de la información convencional que actualmente está en circulación es desinformación. Es decir, ha sido alterada, adulterada, censurada o falsificada.
Quizá la única "verdad" es aquello que nos llega mediante la experiencia personal. El resto es una falsificación del mundo...
El fenómeno reciente, muy publicitado, de las "noticias falsas" no es algo nuevo, solo que hace mucho tiempo se difundían de manera controlada y se las llamaba noticias principales.
La gente ha ido configurando sitios de noticias online, copiando información de otros sitios, adaptando la perspectiva de las noticias al sesgo político, para publicarlos después con sofisticados vídeos de código abierto y titulares "clickbaits".
Ah sí, este es otro fenómeno que acaba de surgir:
Son titulares pegadizos que hacen que la gente clique en ellos, habitualmente con falsos pretextos, con el único fin de generar ingresos publicitarios.
Como un autor de ese tipo de noticias confesaba en una entrevista:
Muchos sitios de noticias falsas aparecen de repente durante los meses de elecciones en localizaciones periféricas al país de destino.
Un ejemplo notable de ello durante la campaña para las elecciones presidenciales fue la inundación de sitios de noticias falsas en la Web aparecidos en una pequeña ciudad de Macedonia donde noticias sensacionalistas generaron enormes ingresos publicitarios.
Uno de los responsables, un estudiante macedonio de diecinueve años, comentaba que:
En efecto, ¿a quién le importa...?
La educación solía consistir en adquirir conocimiento. En un mundo de post-verdad y "hechos alternativos" el conocimiento no tiene validez.
Hoy en día lo que se cataloga como conocimiento son, más a menudo, datos informativos que se han acordado para su diseminación general. Incluso el fenómeno de las así llamadas "filtraciones" es simplemente otro acontecimiento de seudonoticias falsas.
A menudo oímos que algunas noticias urgentes han sido filtradas desde fuentes gubernamentales, o por alguna autoridad, como si eso no se hubiese diseñado para que pasase.
Pero la mayoría de nosotros sabemos que solo es una moderna estrategia de relaciones públicas para probar una historia y evaluar la reacción del público, o para prepararlo para algún acontecimiento futuro predeterminado. Filtrar, prácticamente nunca corresponde a una verdadera filtración, solo es otra manera de lanzar una información controlada o falsificada.
Un ejemplo (entre otros muchos) es cuando el gobierno de Estados Unidos, antes de la primera invasión de Irak, filtró a la prensa "información de alto secreto" de manera que al día siguiente pudiesen hablar de ello en la televisión nacional porque ya era de dominio público.
Esto sucedió en Estados Unidos en la antesala de la invasión de Irak, cuando la oficina de Dick Cheney "filtró" información al New York Times de manera que al día siguiente se pudiese hablar de ello durante los programas de debate dominicales.
Las instituciones
gubernamentales de todo el mundo utilizan estas tácticas soterradas
por todo el mundo; y esto es aplicable no solo a los asuntos
globales sino también a la política cotidiana habitual.
Para cualquier observador medianamente serio resulta obvio que los gabinetes políticos transmiten deliberadamente partes de sus próximos discursos para tantear el terreno con su contenido y preparar al público para lo que se avecina.
Hoy día, canales de filtración es sencillamente otra
manera de decir canales de información.
El así llamado escándalo "Rusiagate" solo es otra mezcla de hipocresía y desinformación.
Demuestra un nivel de desvergonzada hipocresía ya que es bien sabido, y está documentado, que países como Estados Unidos y China tienen una horda de técnicos cibernéticos que infiltran los foros online, los sitios de chat, las webs de reuniones, los blogs, etcétera, sembrando y difundiendo deliberadamente una gama de (des)información calculada.
Esa información puede ser,
Las autopistas de la información son un campo de juego abierto donde muchos actores, agencias y agendas rivalizan por estar presentes, infiltrar y dominar.
El juego está ahora en los ámbitos digitales, y todo se trata del manejo de la percepción.
Es difícil juzgar con
exactitud quien dice qué o por qué.
Echad un vistazo a este ejemplo:
Quizá no sea la más prosaica de las obras; y con seguridad no ganará ningún premio literario.
Pero dudo que al autor le importe, porque no es ni un él ni una ella:
El texto fue escrito por un poderoso motor de inteligencia artificial llamado "Quill", creado por Narrative Science, Inc:
Este software inteligente puede generar un reportaje de noticias aproximadamente cada treinta segundos.
Muchos de sus artículos automáticos ya se publican y se utilizan en sitios Web ampliamente conocidos y respetados que prefieren no revelar este hecho.
Una manera rápida de encontrar artículos producidos por "Quill" es realizar una búsqueda usando las siguientes palabras:
La idea de que la gente escribe todos los reportajes de noticias es solo otra ilusión.
En una conferencia de la
industria el cofundador de Narrative Science, Kristian Hammond,
predijo que dentro de quince años
los algoritmos escribirían más del
noventa por ciento de los nuevos artículos.
Así que nuestros datos informativos se están humanizando "como nunca antes" eliminando el elemento humano:
Bien, tan solo es otra ilusión:
Pero aunque es difícil estar totalmente de acuerdo con la predicción anterior de que en un futuro cercano más del noventa por ciento de las noticias serán escritas por algoritmos, sí muestra como los de la industria perciben nuestro futuro humano menguante.
Mi sensación es que con el continuo incremento de los medios sociales habrá un periodismo civil vigoroso procedente directamente de la población local. También es probable que haya un aumento de la recolección y difusión de noticias alternativas.
Pero persiste la pregunta de si seremos capaces de discernir la diferencia entre las noticias generadas por humanos o por algoritmos.
Y esto nos conduce al tema de la confianza que, probablemente, sea un área creciente de preocupación durante los próximos años.
Mientras la
ilusión de nuestra información se intensifique la noción de redes y
fuentes fiables llegará a ser fundamental. Y la confianza es
cuestión de discernimiento.
En el ámbito budista del bardo se nos dice que el alma que se reencarna debe encontrar su camino de vuelta al mundo de lo terrenal.
En los tiempos del bardo de la vida social es preciso abrirse camino a través de las incertidumbres, las confusiones deliberadas, la desinformación, y los acontecimientos manipulados.
El alma, eso parece, no tiene tregua ya sea entre mundos o en este mundo.
Tenemos que estar alerta y observar cómo se materializa la información a través de nuestros canales institucionales dominantes.
La mayoría de las noticias y la información que se exhibirán en la "pantalla pública" a lo largo de los años del bardo irán dirigidas a un nivel emocional. Y mucho de ello también será un péndulo que oscile entre el entretenimiento trivial y el miedo emocional (ver capítulo 9 de Bardo Times: hyperreality, high-velocity, simulation, automation, mutation - A hoax).
Para nosotros, el mundo
saturado de información en el cual vivimos puede ser una fuente
excelente o un circo de distracción: es responsabilidad nuestra
decidir qué queremos hacer con ello.
Se nos ofrecen mantras comerciales de auto-ayuda y vídeos monísimos de gatitos (ver capítulo 8). El así llamado "auto-desarrollo" todavía sigue empaquetándose en Ashram Avenue, Guru Boulevard, o la habitación sudorosa del yoga.
Y aún así no necesitamos estos artefactos engañosos para trabajar realmente en nuestro sentido de estar enraizados, alerta y críticamente conscientes.
Tenemos que ver lo que está pasando realmente y mirar a través del espectáculo...
Hay que quitar la basura antes de que tenga la oportunidad de entrar en nuestras mentes. Trabajar para ser el observador enraizado es más sutil de lo que jamás podríamos sospechar.
Es más necesario que nunca en nuestras culturas cada vez más carnavalescas y contrarresta los espectáculos efervescentes que nos seducen.
El espectáculo está a
punto de hacerse mucho más gregario.
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