El 1º de marzo de 2018,
Putin revelaba al mundo las principales armas del nuevo arsenal ruso
e iniciaba su programa de desarrollo económico.
El general Valery Guerasimov, jefe del estado mayor ruso, se comunicó telefónicamente con su homólogo estadounidense, el general Joseph Dunford, y le anunció que en caso de interferencia militar de Estados Unidos, los 53 navíos estadounidenses desplegados en el Mediterráneo y en el Golfo Pérsico, incluyendo 3 portaviones nucleares, serían blanco de la respuesta rusa.
Lo más importante es que
el jefe del estado mayor ruso invitó encarecidamente al jefe del
Estado Mayor Conjunto de Estados Unidos a que informara al
presidente Trump sobre las
nuevas capacidades militares de la
Federación Rusa.
Según la “lógica” de
Londres, si se derrumba el orden mundial imperante hay que
reinstaurar la retórica de la guerra fría, estimulando el
enfrentamiento entre los “buenos” (los cowboys) y los “malos” (el
oso ruso).
Abordaron el tema de la reconstrucción, o sea de los daños de la guerra. Como ya hemos explicado repetidamente, Donald Trump es contrario a la ideología puritana, al capitalismo financiero y al imperialismo resultante de los dos anteriores.
Trump estima que su país no tiene porqué cargar con las consecuencias de los crímenes cometidos por los anteriores inquilinos de la Casa Blanca, crímenes de los que también fue víctima el pueblo estadounidense.
Trump sostiene que esos
crímenes fueron perpetrados por instigación - y en beneficio - de
las élites financieras transnacionales
y que son por consiguiente esas élites quienes tienen que pagar por
ellos, aunque nadie sepa aún cómo forzarlas a ello.
Al aprobar el regreso de
los refugiados sirios, Donald Trump invirtió la lógica
de su predecesor, quien afirmaba
que los refugiados huían de "la represión y la dictadura", cuando en
realidad huían de la invasión yihadista.
Ahora, como no había tiempo para retirar su nombre de la lista de responsables rusos sancionados, la Unión Europea no tuvo más remedio que tragarse sus sanciones mientras este héroe de la reunificación entre Crimea y Rusia se hallaba en suelo europeo.
La vergüenza de los
dirigentes europeos ante su propia hipocresía explica la ausencia
total de imágenes oficiales de los encuentros entre los dos altos
responsables rusos y los dirigentes que los recibieron en varias
capitales europeas.
Muy sabiamente, se abstuvieron de pedir cuentas sobre el papel de cada Estado en la guerra contra Siria y prefirieron exhortar a sus interlocutores a ayudar a poner fin al conflicto,
Los dos responsables
rusos subrayaron además que todos podrían participar en la
reconstrucción.
En el caso del presidente
francés Macron, ex-cuadro bancario, se trata de una
actitud particularmente deplorable en la medida en que antes había
pretendido dar una muestra de buena fe con el envío de 44 toneladas
de ayuda humanitaria a la población Siria, ayuda distribuida por el
ejército ruso.
El ministro Lavrov y el general Guerasimov anunciaron allí la creación de 5 comisiones encargadas de facilitar el regreso de los refugiados sirios desde,
...donde cada una de esas comisiones incluye representantes del país donde se hallan los refugiados así como delegados rusos y sirios.
Nadie quiso plantear la pregunta incómoda:
En cuanto a la reapertura
de las embajadas en Siria, los Emiratos Árabes Unidos se adelantaron
a los occidentales y a sus aliados regionales negociando de
inmediato la reapertura de su misión diplomática en Damasco.
[1]
El primer ministro israelí Benjamin Netanyahu viajó varias veces a Moscú y Sochi para tratar de alcanzar ese objetivo.
El general Guerasimov
incluso llegó a utilizar la ironía al referirse a la pretensión de
los vencidos israelíes de exigir la retirada de los vencedores
iraníes. Por su parte, el diplomático Serguei Lavrov se atrincheró
en el principio ruso que consiste en no inmiscuirse en las
cuestiones vinculadas a la soberanía de Siria.
La policía militar rusa reinstaló a los cascos azules de la ONU a lo largo de la línea de demarcación que separa a la República Árabe Siria del Golán ocupado por Israel, en las posiciones de donde los soldados de las Naciones Unidas habían sido expulsados por los yihadistas de al-Qaeda, cuando esos terroristas contaban con el apoyo de las fuerzas armadas de Israel. [2]
La policía militar rusa instaló además, del lado sirio, 8 puestos militares de observación.
De esa manera, Moscú
logra garantizar - a Siria y a la ONU - que los yihadistas no
volverán a esa zona y al mismo tiempo garantiza a Israel que Irán no
atacará desde Siria.
Como muestra de buena
voluntad, Liberman incluso ordenó un bombardeo contra un grupo del
Emirato Islámico (Daesh) al que hasta ahora Israel había
respaldado de múltiples maneras. [3]
Referencias
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